"El infiltrado" Por Denise Pieniazek Justicia implacable (Wrath of Man, 2021) la nueva película de Guy Ritchie (Snatch, Revolver, RocknRolla, The Gentlemen), perteneciente al género de acción, es una propuesta ideal para los amantes de este tipo de largometrajes puesto que mediante su vertiginosidad y adrenalina los mantendrá expectantes de principio a fin. Si bien el guión está basado en el texto previo de la película francesa Le Convoyeur (2004), es decir, que posee una relación intertextual con la misma, Ritchie se apropia completamente del relato y le otorga su impronta, cambiando por completo el tono y la poética del mismo. Justicia implacable -cuyo título original significa literalmente “la ira del hombre”-, sigue la incorporación del misterioso H (Jason Statham) en una empresa de transporte de grandes cantidades de dinero, llamada “Fortico”. Es evidente desde el comienzo del relato que algo esconde el protagonista y que posee un motivo implícito por el cual se ha integrado a la empresa. Con el fin de dilatar la respuesta a dicha incógnita –lo cual logra con efectividad-Justicia implacable se divide estructuralmente en un prólogo y cuatro capítulos titulados: “Un espíritu oscuro”, “Tierra quemada”, “Animales malos, malos” y “Hígado, pulmones, bazo y corazón”. Dentro de esta división a su vez se recurre reiteradas veces a vaivenes temporales, y éste es uno de los aciertos tanto del guión como de la dirección, que van dosificando la información y brindando acceso a los acontecimientos del pasado de H, de forma tal que logran mantener la intriga y dar dinamismo al relato anacrónico. Asimismo, la sumatoria de flashbacks logrará ampliar el significado del prólogo, que termina por ser el núcleo articulador del relato. La película posee varios estilemas característicos en el cine de Ritchie: el argumento criminal, robos con situaciones peculiares y que no salen como se esperaba, personajes que parecen ser inmortales, escenas de pelea, cortes veloces del montaje, la inclusión de escenas con juegos de mesa (en este caso de Pool), músicos como parte del elenco (aquí tiene una pequeña participación el rapero Post Malone) y, por último, el trabajado y destacable diseño estético de los créditos iniciales. De igual modo, el filme encaja dentro del texto estrella de Jason Statham, es decir dentro de su pertenencia al star system como un actor que interpreta reiteradamente antihéroes rudos, letales y solitarios, principalmente dentro del género de acción. El concepto de texto estrella es comprendido como el anclaje de un intérprete a la reiteración de personajes similares, con el fin de atraer al público mediante personajes estereotipados vinculados a determinados géneros. En efecto, la estrella es el resultado de la superposición de dos identidades, la del intérprete y la del personaje. En palabras de Edgar Morin, “la estrella es el actor o la actriz que absorbe una parte de la sustancia heroica -es decir, divinizada y mítica- de los héroes del cine, y que, recíprocamente, enriquece esa sustancia mediante un aporte que le es propio”[i]. El director y Statham han trabajado juntos en reiteradas ocasiones desde Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998), Snatch (2000) yRevolver (2005), ambas formas de trabajo se potencian mutuamente en Justicia implacable para lograr un relato sólido, entretenido y convincente que integra con equilibrio la acción, el crimen y el suspenso. [i] Morin, Edgar. Las estrellas del cine. Buenos Aires: Eudeba, 1964.
"Compartimentos mentales" Por Denise Pieniazek El padre (The Father, 2020), luego de haber obtenido dos premios Oscars a Mejor guión adaptado -Florian Zeller y Christopher Hampton-y a Mejor actor protagónico -Anthony Hopkins-, la película llegó finalmente a las salas argentinas. El padre es una transposición de la obra de teatro homónima (2012) de Zeller, quien debuta aquí como director cinematográfico. Sin embargo, no es la primera adaptación audiovisual que se realiza de su obra, previamente se realizó otra versión titulada Floride (2015) dirigida por Philippe Le Guay. Retomando el filme en cuestión, El padre (2020) es un drama psicológico que tiene la delicadeza y originalidad de narrar la acción a partir del punto de vista de un hombre mayor, a través del cual el espectador deberá descubrir si padece algún tipo de demencia senil, o si es su entorno quien desea perjudicarlo. La audacia del relato también se enfatiza al utilizar como poética los fragmentos, lo que es propio del aparente tambaleo en la memoria del protagonista. Es decir, que la estructura “episódica” del relato evidencia una reciprocidad entre forma y contenido, o sea, que hay una correspondencia entre lo qué se expresa y cómo se expresa, como así también mantiene la estructura del lenguaje teatral. El protagonista llamado Anthony, igual que su intérprete el reconocido Anthony Hopkins -quien nos conmoverá profundamente mediante una actuación sublime en el sentido más kantiano de la palabra- no logra congeniar a largo plazo con las empleadas que su hija contrata para que lo asistan, en una situación que se torna cada vez más compleja para ambos, pues ella lo visita todos los días. Incluso esto último, es esbozado metafóricamente desde el inicio de la película, la cual está colmada de este tipo de recursos poéticos, allí vemos a Anne su hija (Olivia Colman) caminar por la calle en un camino recto en el que la cámara la acompaña, al llegar a destino este trayecto parece enroscarse al ingresar al edificio, hasta llegar a ver a su padre. Como así también la escultura gigante de la cabeza fragmentada que se observa en una escena de exteriores. En este departamento que es bastante grande y posee pasillos extensos (lo cual resulta llamativo para un hombre longevo solo) ambientado con tonos ocres y amarronados, él todavía se siente con poder para decidir sobre su vida. A medida que avance el relato, esta situación se irá revirtiendo, incluso la sutileza del cambio cromático en el vestuario y el decorado -que genera ese efecto de loop constante- se teñirá de los ocres en degrade a los celestes y azulados. Es decir, que puede interpretarse desde la simbología del color, que los tonos ocres y verdosos representan lo terrenal, la lucidez mientras que el pasaje hacia el croma de los azules encarnan el vacío, el pasaje hacia lo celestial. De igual modo, el espacio se irá cerrando sobre sí mismo, como expresión del padecer del protagonista, su confusión y encierro.La puesta en escena evidencia que hay una elección consiente en no ubicar completamente al espectador en tiempo y espacio (solo un espectador muy atento podrá distinguir las sutiles diferencias), con el objetivo de hacer sentir en carne propia al público el estado de confusión de Anthony. La construcción de El padre, desde la ocularización, es decir desde el punto de vista de Anthony, produce un relato fragmentario que permite que el espectador profese empatía con el sentir del personaje y entienda su “estado de confusión” y sus alteraciones, enfatizadas además por el talento actoral de Hopkins en su dicción y sus genuinas expresiones faciales. Mediante un desenlace que casi clausura la interpretación de la película, en contraposición de la anterior audacia de su narrativa desconcertante, entre los destellos de lucidez y los tintes paranoicos, el linde entre la realidad y la memoria y la fantasía o un recuerdo confuso, comienza a hacerse nítido. Al final Anthony pronuncia: “Siento como si estoy perdiendo mis hojas. Las ramas, el viento la lluvia.”, como recurso poético que asemeja la vida humana a un árbol. Reforzando el sentido de obsesión del protagonista con su reloj de pulsera, el deseo de aferrarse al tiempo, al pulso que marca el tiempo desde su muñeca, en un “mundo que sigue girando” y en el que lo abruma la angustia. Todo tiene un perfecto sentido, tal como generalmente se suele mencionar que, estando próximos a la muerte, recordamos de forma fragmentaria algunos sucesos de nuestra vida. Por último, todo lo expresado anteriormente es tan sólo un esbozo, es muy difícil poder transmitir en palabras lo que El padre representa con excelencia, para poder contemplarlo deben ver este filme imperdible y conmovedor.
Después de posponer su estreno reiteradas veces debido a la pandemia, este jueves 12 de agosto se estrena de forma exclusiva en salas de cine Free Guy: tomando el control (Free Guy, 2021) , a pesar de su productora 20th Century Studios pertenecer actualmente a Disney Studios. En esta película de ciencia ficción donde prima el tono de comedia, Guy ( interpretado por el carismático Ryan Reynolds ) es un hombre común y corriente, aparentemente feliz hasta que descubre que es un NPC (Non Playable Character), es decir, un personaje secundario no jugable dentro de un video juego. La película está dirigida por Shawn Levy, quien posee una extensa trayectoria como director y productor (Stranger Things, Night at the museum, This is where I leave you, Cheaper by the Dozen) y escrita por Matt Lieberman y Zack Penn. Si bien es un guión original, podemos relacionarla intertextualmente con otras películas donde sus protagonistas descubren que son parte de una gran puesta en escena, a través de lo que según la literatura griega llamaríamos un proceso de "anagnorisis" (reconocimiento) que cambiará su conducta futura. Por citar algunos ejemplos, La rosa púrpura del Cairo (1985), The Truman Show (1998) y Ralph, el demoledor (2012), ésta última también vinculada al universo de los video juegos. A partir de allí, la estructura del relato puede dividirse en dos planos, el del video juego y el del "mundo real" donde se encuentran los creadores del mismo. En éste último, el villano es un empresario (Taika Waititi) que le ha robado creaciones a sus empleados (Jodie Comer y Joe Keery, quienes intentarán recuperar su creación y salvar el juego. Para concluir, si bien Free Guy es una propuesta simpática y entretenida, llegando a su desenlace resulta algo extensa y monótona. Asimismo, el final es bastante "edulcorado", primero por recurrir al cliché de que el amor es la solución a todo, y después por proponer un video juego donde no haya conflicto y reine la paz... Esto resulta extraño si pensamos que la mayoría de los videos juegos que se consumen son todo lo contrario. ¿Quizás en un mundo actual tan agitado, ese sea el nuevo escape al que se quiera recurrir? Por último, sin dudas los gammers la disfrutarán junto a sus referencias a los video juegos y la cultura pop.
El escuadrón suicida ( The Suicide Squad, 2021) es una película escrita y dirigida por James Gunn (Guardians of the Galaxy/Super) lo cual presentaba un enorme desafío para dicho realizador, no solo por basarse en el popular cómic de DC, sino también debido al fracaso de su predecesora Suicide Squad (2016) dirigida por David Ayer. Por eso, y debido a que no posee necesariamente continuidad narrativa con ésta última puede ser considerada como una "secuela independiente". La película inicia con un prólogo que funciona como una especie de "amague" para el espectador que marca el acertado tono sarcástico y con "humor negro" que tendrá todo el relato. Nuevamente un peculiar escuadrón, 'Fuerza especial X' compuesto por célebres delincuentes muy peculiares y excéntricos, es reclutado para combatir un régimen dictatorial en una isla llamada Corto Maltese, que posee un dispositivo muy poderoso que pone en peligro la paz mundial. A pesar de que el tono sostiene la lógica y verosimilitud del universo diegético, no todos los momentos de comicidad resultan poderosos o eficaces. Asimismo, se considera que el mayor desacierto del filme es la representación estereotipada y estigmatizadora de esta isla "latinoamericana". Parece una obviedad tener que aclara que no todo Latinoamérica es igual, y que por ende no todos los latinoamericanos son iguales. Hay una mezcla desacertada en estas caracterizaciones en donde un llavero bootleg de Mafalda, un "boludo" en boca de un no argentino, una bandera con los colores de Venezuela o Colombia, un "latin lover" y un régimen dictatorial,no son todo lo mismo. Y no es para nada inocente el planteo ideológico del relato según el cual los latinoamericanos los que representan una amenaza para la paz mundial. Aunque haya una pequeña crítica a las fuerzas de inteligencia y militares norteamericanas en el desenlace, esto no es suficiente. Respecto a la cuestión de género, en esta ocasión hay un acierto en el personaje de Harley Quinn que se encuentra más empoderada a diferencia del falso femismo de Birds of Prey (2020), porque a diferencia de las princesas de Disney, ella no necesita que los hombres la rescaten. También resulta pertinente destacar la ambientación y estética de la película, que al igual que los largometrajes contemporáneos del universo de los comics, presenta rasgos atemporales. Pero en está ocasión hay un acento de la Pop culture de los '70 y '80, a tono con el contexto de producción original del comic moderno. Además, hay una constante mención de elementos metadiscursivos como la simpática inclusión del Kaiju (monstruo gigante). Por último, en sintonia con las ramificaciones huéspedes de este kaiju que le quitan a los humanos su raciocinio, sindudas es un relato vacuo pensado solo como mero entretenimiento para las masas. 📍Calificación: ⭐ y medio/5 (30%) 📍Hay una escena extra al final de los créditos.
La semana pasada se estrenó VIEJOS (#old 2021) escrita y dirigida por M. Night Shyamalan (El sexto sentido, El protegido, Señales, La aldea, Los huéspedes, Fragmentado), a partir de un guion basado en la novela gráfica "Sandcastle" de Pierre Oscar Lévy y Frederik Peeters. Una familia tipo compuesta por Guy (Gael Garcia Bernal) casado con Prisca (Vicky Krieps) y sus dos hijos, decide tomar unas vacaciones en una isla paradisíaca. Lo que sus hijos no saben es que es un viaje de despedida porque sus padres se divorciarán. Todo parece armonioso en ese hotel, hasta que el gerente del mismo invita a dicha familia y otros pocos selectos turistas a pasar el día en una playa muy peculiar dentro de una "reserva natural". A partir de allí, el misterio de este thriller se pone en marcha. Cosas extrañas comienzan a suceder en esta playa circular de la que parece no haber salida posible, allí es fácil ingresar pero no salir. La muerte comienza a hacerse presente, y notarán que lo que normalmente tomaba años en esta tenebrosa playa es cuestión de horas. De ahí el título del filme, ¿qué pasaría si descubrieras que de golpe todo resto de tu vida se reduce a un solo día de vida? Al llegar la noche a la isla todo se enfatiza, este relato que sabe atrapar la atención del espectador sin embargo, se vuelve al monótono. Asimismo, a pesar de su lógica interna, su coherencia se ve tambaleada debido a lo desparejo de algunas "normas" que varían según cada personaje. Por ejemplo, esta paradoja entre envejecer más rápido pero que a su vez las heridas cicatrices más rápido, resulta contradictoria cuando algún personaje muere a causa de heridas de cuchillo y otro no. Y estas cuestiones no tan sólidas del guión hacen tambalear la verosimilitud del relato. Como así también cierta falta de temperamento en los padres que ven a sus hijos crecer de golpe, hay poca sorpresa por parte de los mismos. Hacia el final del relato, las sospechas obvias del espectador serán confirmadas y se revelará el misterio. Por un lado, #viejos ofrece una crítica a la inescrupulosidad científica (a tono con el contexto actual) y por el otro esboza una metáfora sobre la importancia de disfrutar la vida...
Después de posponerse su estreno debido a la pandemia, y esperar como se merece su estreno en las salas de cine, ha llegado la secuela de A Quiet Place. Nuevamente la dirección es de John Krasinski quien vuelve a sorprendernos mediante un excelente manejo de la intriga y la tensión. Por esa misma razón, elegí este fotograma, puesto que la opresión que allí se observa, es la que constantemente sentirá el espectador en este universo distópico que fusiona el género del terror con la ciencia ficción. Sin embargo, es una incertidumbre disfrutable de principio a fin. En cuanto al guión, nuevamente escrito por JK (basado en los personajes de Scott Beck y Bryan Woods, quienes sí habían participado del guión en la entrega del 2018), no introduce mucha información nueva, a excepción del prólogo del relato. Éste narra mediante un flashback el "Día 1" previo al punto cero del relato de la Parte I, con una estética del western y un interesante uso variado de la ocularización y auricularización, según el punto de vista de los personajes. Luego, se vuelve al presente para continuar el devenir de la familia Abott. En este caso el héroe ya no será el padre, sino que los momentos heroicos pasan a la siguiente generación: sus hijos. Si bien el relato se apoya en el común uso del montaje alterno, según los tres integrantes de la familia Abott, para incrementar el suspense, este recurso se vuelve algo reiterativo y dilata los obvios hechos. Aunque hay que admitir que es efectivo para dar dinamismo al film y mantener la atención del espectador. Por otro lado, la clausura, que si bien deja con ganas de más al público, por otro lado, aunque podría cerrar su historia así, tiene la clara intención de continuar en una próxima entrega, cuando en términos de cantidad de acciones podría haberse extendido un poco más y poner fin a la historia aquí
Hoy se estrenó en los cines argentinos SPACE JAM 2: Una nueva era, secuela de la recordada Space Jam (1996), protagonizada por Michael Jordan. Una vez más, el universo disparatado de los Looney Tunes tiene como protagonista a un célebre basquetbolista, LeBron James. La mezcla en pantalla de animación e intérpretes reales, ya sido utilizada en varias películas como Who Framed Roger Rabbit, la cual sin dudas es la que mejor resiste el paso del tiempo. Se observa que desde los '90, hay un retorno a este recurso estético en donde se destacó Space Jam, aunque hay que admitir que no resiste tan bien el paso de los años, y logra mantenerse vigente debido al recuerdo simpático de quienes de niñxs pudimos verla en una sala de cine. Retomando la película en cuestión, lamentablemente no alcanza a cubrir las expectativas. El problema principal es que el conflicto planteado no resulta ni coherente, ni sólido. Esto llama poderosamente la atención , puesto que es un proyecto en el que se viene trabajando desde el 2014. En esta ocasión una Inteligencia Artificial, corporizada mediante el actor Don Cheadle, decide vengarse, en una suerte de "rebelión de las máquinas" de James -quien actúa de si mismo- por rechazar un contrato laboral. Lo que nunca es profundizado en la película (además de la obvia fama y talento del jugador) es por qué esta IA está obsesionada con el basquetbolista, ya desde allí el villano resulta inanimado y nada es verosímil narrativamente. Al igual que su predecesora, la película inicia con un prólogo que narra la niñez de LeBron y su vínculo con el básquet, pero también con los video juegos. Y aquí, lo que se interpreta, da título al filme "un nuevo legado", porque en sintonía con el contexto actual la película reflexiona sobre el pasaje de los juegos físicos a la era tecnológica, virtual y de la hiper-imagen. Si bien la película tiene algunos momentos estéticos logrados como el pasaje por varios contenidos del universo WB, que van desde la película clásica Casablanca hasta Wonder Woman, es una lástima que a pesar del trabajo técnico, el guión es paupérrimo. Incluso, James resulta sobreactuado y prácticamente ni lo vemos jugar al básquet.
La sororidad de las viudas Black Widow (2021) es la primera entrega dentro de la gran saga de Avengers que tiene al personaje de Natasha Romanoff (Scarlett Johansson) como centro de la historia y eje de la acción. Temporalmente el largometraje en cuestión se ubica entre lo acontecido después de Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War, 2016) y antes de Avengers: Infinity War (2018). Black Widow apareció públicamente por primera vez en el cómic de Marvel intitulado Tales of Suspense Nº52, publicado en 1964 como creación conjunta de Stan Lee, Don Rico y Don Heck. Además, fue el segundo personaje femenino en adoptar un nombre en clave, no casualmente el tercero, cuya aparición fue en los 90, llamado Yelena Belova (Florence Pugh), también participa en Black Widow como la “hermana” de la Viuda Negra, volviéndose la coprotagonista de la película. El relato comienza con un prólogo ubicado en 1995 con una pequeña pero ya entrenada Natasha Romanoff, en el cual se nos presenta la vida familiar de la misma, con los presuntos progenitores, que son dos espías, Melina (Rachel Weisz) y Alexei (David Harbour). El prólogo finaliza con un conflicto con S.H.I.E.L.D. y la mencionada “familia” que desemboca en un escenario cubano donde los espera su líder, pues como es de costumbre en este tipo de films, el país enemigo de los Estados Unidos da asilo a dichos integrantes de la KGB soviética. A continuación, la acción se sitúa 21 años después con Black Widow tal y como la hemos observado en otras entregas. El conflicto involucra la misión de liberar a un ejército de mujeres que se encuentran sometidas, mediante componentes químicos y tecnológicos, a la voluntad de un cruel líder soviético, Dreykov (Ray Winstone), el villano del relato, quien quiere erradicar el concepto de libre albedrío. Hay que destacar que Black Widow, en comparación con otras películas del género de superhéroes, posee una trama sólida y un buen desarrollo del estatuto de los personajes, con más profundidad psicológica que en otras entregas. Sin embargo, aunque hay una buena conceptualización del villano, su personificación resulta insulsa y endeble. El misterio en torno a su más potente “soldado” enmascarado se mantiene durante todo el relato y es uno de los puntos interesantes del mismo. Aunque podría haberse elaborado mucho más algunas cuestiones, como por ejemplo qué entrañaba ese conflicto de los 90, y visibilizar el entrenamiento y confinamiento de las “mujeres-soldado” en el “Red Room” (Cuarto Rojo), donde incluso se explicita mediante un parlamento que a las mujeres se les extraen sus órganos reproductivos en un proceso de deshumanización. Al respecto, la película tiene el acierto de no explicitar o subrayar su feminist-power a diferencia de otras películas del cine popular hollywoodense. Sin embargo, resulta quizás algo paradojal que se recurra constantemente a la emotividad familiar en una película de acción y aventuras. ¿No será esto sostener el cliché patriarcal de que lo vinculado al universo mujeril es “sensible”? Incluso la cursilería de que el antídoto sea color rojo, quizás como una metáfora de que lo que salva a las mujeres es el amor. Finalmente, el recurso del comic-relief en boca de los personajes de Yelena y Alexei/ Red Guardian rara vez resulta eficaz, porque al parecer ya se le ha hecho costumbre al cine de superhéroes creer que debe incluir humor ya que en algunas oportunidades ha funcionado. Incluso algunos chistes ponen en evidencia la metadiscursividad del género, se enuncia a las heroínas en tapas de revistas en contraposición a las heroínas anónimas. Por otro lado, el largometraje no abusa de los efectos especiales, a excepción de las escenas grandilocuentes en donde, por ejemplo, parece ridículo que un par de lentes no sean destruidos por el fuego. En conclusión, Black Widow es una película que cumple en cuanto a entretenimiento vacuo, pero que sinceramente no trascenderá ni a corto ni a largo plazo en el tiempo, cayendo en el pronto olvido. A ello mismo se debe la inclusión del tema musical Smells Like Teen Spirit (1991), de Nirvana, justo después de los créditos iniciales, cuya letra dice “with the lights out, it’s less dangerous/ here we are now, entertain us”, parafraseando “con las luces apagadas, es menos peligroso/ aquí estamos ahora, entreténgannos”, como si el espectador común en la oscuridad de la sala de cine enunciara que eso es lo que le pide a este tipo de películas, un poco de “cine shampoo”. Por último, como es habitual hay una secuencia extra post-créditos que deja la puerta abierta a la continuidad en pantalla del personaje de Yelena como posible sucesora de la Viuda Negra en el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU).
Han pasado 20 años desde el estreno de la película The Fast and the Furious (2001) y justo dos décadas después se está llegando a la clausura de la saga, que terminará con 10 películas o quizás 11 si deciden dividirla en dos partes. Hoy se estrena #rapidosyfuriosos9 la 2da. película sin la participación de Paul Walker tras su prematura muerte. En esta ocasión, la "familia" vuelve a reunirse para recuperar un artefacto que una vez más hace peligrar la seguridad de la humanidad. Al igual que la entrega anterior la hacker terrorista está involucrada en la cuestión junto con un rico jerarca ruso y el hermano de Toretto, si leyeron bien...vendría a ser algo así como el Hugo de Bart Simpson (🤣). Parece que desde hace años en esta saga ya vale todo desde resucitar muertos hasta ampliar el árbol genealógico familiar (recordemos a los despiadados hermanos Shaw). Para explicar la presencia del hermano de Toretto, se recurrían a flashbacks que en vez de otorgar legitimidad al relato solo ponen en evidencia la mala y poca creatividad del guión. Pero una particularidad de esta novena entrega es explicitar a través del parlamento de los personajes, sobre todo el de Tyrese, la falta de realismo y coherencia en la película. Es decir, a través de personaje se ejerce la comicidad y la "autoburla" metadiscursiva de la película, explicitando el artificio hasta de la permanencia con vida de los protagonistas (parece que ya son superhéroes). De forma burda, aquí se fueron por la tangente, literalmente al espacio. Si bien la acción y el entretenimiento se mantienen al entrar en código una vez avanzado el relato, hacia el desenlace el relato vuelve a derrapar siendo insalvable y convirtiéndola quizás en la peor entrega de la saga. Aborrece que nuevamente el "villano" se vuelva bueno y la auténtica villana tan lograda de Charlize Theron está aquí totalmente desperdiciada y limitada a pocas escenas. Se supone que la voluntad de Vin Diesel y todo el equipo técnico es llegar a las 10 películas porque éste era un deseo conjunto con el difunto P. Walker. Pero habría que ver qué opinaria él de esta entrega...
"El Latino Dream" Después de su reciente estreno el pasado 11 de junio en Estados Unidos, y en sintonía con la reapertura de varios cines de Argentina, se estrena aquí la versión cinematográfica del musical "En el Barrio" Por Denise Pieniazek En el Barrio (In the Heights, 2021) resulta ser la transposición del musical creado por Lin-Manuel Miranda (compositor de la música y letra del mismo) en conjunto con la dramaturga Quiara Alegría Hudes, ambos descendientes de latinoamericanos, especialmente de Puerto Rico. La obra de teatro comenzó a realizarse en 1999 y fue estrenada comercialmente en el 2005, y en el 2008 pasó del circuito Off-Broadway a Broadway, ganando exitosamente cuatro premios Tony. Su creador, Miranda, estaba pensando en realizar la versión cinematográfica de In the Heights desde el 2008, por eso estuvo involucrado durante todo el proyecto de este largometraje, incluso representa un personaje (Piragüero). Asimismo, Hudes, que además de producir el filme, escribió el guión cinematográfico, quien mejor que la propia dramaturga para realizar la adaptación del teatro a la pantalla grande. Tanto el director de En el Barrio (In the Heights, 2021), Jon M. Chu, como Miranda son estadounidenses de primera generación, por lo tanto, tenían varios puntos en común para pensar juntos en la transposición, a través del desarraigo y la otredad que son dos de los temas principales del musical. En el Barrio (In the Heights, 2021) narra principalmente la historia de cuatro jóvenes y su entorno, en el barrio latino (mayormente dominicano) de Washington Heights en Manhattan, Nueva York. Un dato interesante es que lo que aporta la versión cinematográfica, es la posibilidad de filmar en la locación real de Washington Heights. Miranda creció en este barrio e incluso continúa viviendo allí actualmente, por eso para las partituras utilizó diversos estilos, como Hip-hop, salsa, R&B y pop, para representar la diversidad de música que se oye cuando se transita por dicho vecindario. La historia de En el Barrio (2021) es narrada a través del punto de vista de Usnavi (interpretado carismáticamente por Anthony Ramos, quien ya había trabajado con Miranda en su otro musical teatral Hamilton, y además tiene ascendencia puertorriqueña), un joven descendiente de dominicanos, por eso sueña con dejar su bodega del barrio y volver a República Dominicana. Usnavi es quien hace avanzar la acción conectando narrativamente a todos los personajes del barrio, unidos por distintos orígenes latinos buscando un sentido de pertenencia. Así conoceremos también la historia de Nina (Leslie Grace, quien es descendiente de dominicanos), Benny (Corey Hawkins) y Vanessa (interpretada por la mexicana Melissa Barrera). Resulta pertinente destacar el origen latino del elenco, para interpretar una historia sobre la inmigración, el desarraigo, el sentirse constantemente un extranjero, es decir un relato sobre la otredad y las minorías sociales. En esta especie de “cuento” -ya que posee estructuralmente con un prólogo y epílogo- contado por Usnavi hacia unos niños, les pide a los mismos que “griten Washington Heights para que no desaparezca”. Lo que parece un gesto menor, tiene un valor simbólico enorme, y es metaforizado en la película en el apagón que sufre el barrio durante tres días consecutivos. Pues sin electricidad, en medio de un calor agobiante, los habitantes de dicho barrio se vuelven “los olvidados” de Manhattan, invisibles en la oscuridad, son como la letra de la canción indica “powerless” (sin poder). El largometraje posee varias modificaciones en detalles del argumento en sintonía con el contexto actual, pero manteniendo las críticas al American Dream. Miranda creció viendo musicales y películas debido a que su abuelo tenía un video club, quizás por ello en la obra de teatro podían observarse varias cuestiones que vinculaban a In the Heights con West Side Story (1957), y más precisamente en este año donde el género musical vuelve al cine, ya que próximamente se estrenará la segunda transposición de West Side Story dirigida por Steven Spielberg. La obra de teatro West Side Story -y su brillante versión cinematográfica de 1961- también estaban ambientadas en la parte superior de Manhattan, y narraban los problemas de integración en Norteamérica de los inmigrantes puertorriqueños, mediante una dramática y profunda crítica al American Dream de los ´50. Además, mediante una relación intertextual directa con Romeo y Julieta de Shakespeare, la acción giraba en torno al amor interracial prohibido, lo cual en cierta medida también estaba presente en la obra musical In the Heights a través de la pareja sentimental de Nina (latina) y Benny (ajeno a la comunidad latina). En la versión cinematografía de En el Barrio, este es uno de los elementos del argumento que han sido modificados, parece que en el presente actual un amor interracial ya no es un conflicto, incluso aquí la pareja es representada por la doble minoría social, una latina y un afroamericano. Otra modificación a nivel argumental, que posiblemente tiene como objetivo destacar una problemática actual, es el motivo por el cual Nina ha dejado la universidad -y aquí “alerta spoiler” mediante-, es porque se sentía constantemente discriminada e incluso fue tratada como una delincuente (en la versión teatral era porque a Nina no le alcanzaba el dinero por trabajar tanto para pagar la universidad y, en consecuencia, al no tener tiempo para estudiar obtenía malas notas y perdía su beca). Por otro lado, de forma significativa se incluye la cuestión de la inmigración ilegal y la falta de documentación, y, en consecuencia, como esto repercute en el futuro de los jóvenes. Como resultado de dichas cuestiones, la mayoría de los jóvenes de la película están desmotivados, al mismo tiempo que fantasean con poder alcanzar sus objetivos, sus “sueñitos” y un futuro mejor que el de sus padres. Por último, En el Barrio representa varias nacionalidades latinas, ya no se habla sólo de dominicanos y puertorriqueños, sino que también se incluyen a mexicanos, cubanos, chilenos y muchos más a través de la diversidad cultural de la secuencia musical “Carnaval Del Barrio” en donde se observan banderas de varias nacionalidades latinas. En dicho sentido hay que destacar el ritmo y gran trabajo coreográfico que poseen los cuadros musicales, ya sean íntimos o corales. La película alterna entre cuadros terrenales y otros grandilocuentes bien propios del género y de sus reminiscencias clásicas, como el del tema musical “96.000” filmado en la pileta de Highbridge Park, que remite a los apoteóticos cuadros cinematográficos de Esther Williams. Para concluir, En el Barrio es un entretenido y emotivo esbozo de la clase trabajadora inmigrante latina y su esfuerzo por prosperar e integrarse en otra cultura totalmente distinta como es la norteamericana, ideal para los amantes de los musicales. Aunque si bien hay una crítica al American Dream, también está al servicio del mismo, incluyendo por ejemplo el happy-end, y dejando en duda si ¿los latinos se están haciendo espacio en Hollywood o si es una forma de la hegemonía de absorberlos?