Si bien puede tomarse como una película ecológica, una vuelta a las raíces, un canto a la vida, la realidad es que “En lo profundo del bosque”, no convence. Sí, podemos hablar de buenas actuaciones, tanto Ellen Page como Evan Rachel Wood, logran una buena química como hermanas en pantalla. Pero alrededor hay muchas cosas que no cierran, que no son creíbles. Quizás si la película se hubiese desarrollado en otra época, quizás así funcionaría. Las hermanas viven con su padre en una cabaña ultra-tecnológica en el medio de la nada. (No sabemos por qué, pero allí están). Se enteran por TV que la ciudad sufrió un gran apagón y pronto la oscuridad llega a su hogar. Lo raro: ninguno mira el celular (ni apareció alguno) para chequear si tenía señal o podían comunicarse con alguien o chequear batería. El personaje de Ellen Page por ejemplo, hablaba por computadora con su “novio” y ni atinó a llamarlo como para avisarle que se quedó sin luz. Solo al otro día deciden ir a la ciudad (que queda a 8 litros de nafta ida y 8 vuelta) a buscar provisiones. Se encuentran con un supermercado saqueado, con una persona que pasa a lo lejos y un hostil vendedor. Se llevan algo de nafta y vuelven. Desde allí no intentan irse y pasan 15 meses sin luz! What? En el medio, veremos una trama monótona en donde poco pasa y cuando pasa se trata de situaciones puestas para que el espectador se conmueva, no es algo que sucede natural. Es muy difícil contar una historia en donde los personajes no tienen dónde ir, ni tampoco motivos para quedarse. La película deja un sabor amargo y una sensación grande de vacío. En lo profundo del bosque es una película de 2015, dirigida por Patricia Rozema, que pudo volcar la sensibilidad de los personajes en pantalla, hacer creíble esta unión fraternal, pero no convenció con la narrativa.
Jackie es una biopic acotada, sobre un hecho puntual, en donde la protagonista es Jaqceline Kennedy Onassis, la ex primera dama de los Estados Unidos (1961-1963). John F. Kennedy, (además de haber sido presidente) es conocido en el mundo porque fue asesinado por Lee Harvey Oswald, mientras realizaba una caravana en un descapotable en Dallas, Texas. Las imágenes de archivo hablan por sí solas y permanecerán en nuestra memoria por siempre. Jackie se centra en la única entrevista que dio al periodista de “Time” Theodore H White en la semana posterior al magnicidio. En el film, la entrevista conduce a la historia, en donde Jackie relata los momentos previos y posteriores al asesinato de su esposo. Natalie Portman, hace un gran trabajo, se aprecia su labor desde su andar, la postura y la voz (un tanto impostada, que por momentos molesta). Sin embargo, es una interpretación impactante. Jackie es un film sobre el duelo, ese momento en que la vida sucumbe con un hecho desgarrador. La atmósfera del film gira en torno a una mujer devastada, quebrada ante una situación que todos vivimos (el perder a un ser querido), pero que no todos transitamos en ese contexto de exposición, sobre todo siendo la mujer del presidente. La textura de las imágenes y los colores son maravillosas. Exquisita mezcla entre imágenes de archivo y las rodadas para la película. Todo se tiñe de esos colores lavados que dan la sensación de estar viendo un material de archivo invaluable. Se destacan las escenas del tour que Jackie Kennedy realizó por la Casa Blanca a la CBS, en donde el sonido acompaña y ayuda a generar esa atmósfera; y la del funeral de JFK, con imágenes que se ven exactas a las de archivo. Es memorable la actuación del recientemente fallecido John Hurt, quien interpreta a un cura confesor de Jackie. Jackie nos hace caminar entre niebla, nos tensa y nos muestra otro punto de vista de la historia que ya conocemos con una hábil dirección de Pablo Larraín, empleando recursos similares a Neruda, en este caso mejor aplicados, y una contundente actuación de Portman.
Esta vez no veremos al gorila gigante trepando el emblemático Empire State, sino en su hábitat natural: La Isla Calavera. Kong: La Isla Calavera es un film ambientado en los ’70s, lo cual es una gran acierto. Le da una atmósfera única, muy al estilo “Apocalipsis Now”, y nos pone en otro lugar, no sólo por la época sino que nos sitúa frente a los desconocido: Una isla que descubriremos junto a los protagonistas, en donde no sabemos con qué nos vamos a encontrar, y ellos tampoco. El entorno donde se desarrolla esta película de la saga de King Kong, es imponente, una isla paradisíaca, que oculta criaturas de temer. Animales más gigantes que Kong, que a su vez son horripilantes. Permanentemente nada es lo que parece ser. El Kong de la Isla Calavera está más humanizado y la cinta contiene un mensaje subliminal a favor de los derechos de los animales. Las escenas de acción están muy bien realizadas. Acompañadas de un muy convincente CGI, veremos increíbles secuencias de Kong derribando helicópteros y peleas entre criaturas en las que el espectador se sentirá satisfecho. A diferencia de sus antecesoras: King Kong de 1933 (con Fray Way, Bruce Cabot y dirección de Merian C. Cooper y Ernest Schoedsack), King Kong de 1976 (con Jessica Lange, Jeff Bridges y dirección de John Guillermin) y King Kong de 2005 (con Naomi Watts, Adrien Brody, Jack Black y dirección de Peter Jackson), Kong: La Isla Calavera no hace mucho hincapié en la relación de la “heroína”, en este caso Brie Larson, con el gorila. Sin embargo tendrán su momento. Por momentos, las demás criaturas y la isla en sí misma le quitan algo de protagonismo a Kong, pero las apariciones de “El Rey”, son excelentes. Con una buena dirección (Jordan Vogt-Roberts), seduce el lente de Brie Larson, la fotógrafa que acompaña a la comitiva a la excursión a la isla, en donde en varias oportunidades vemos lo que sucede a través del objetivo de su cámara. Destacable actuación de Tom Hiddleston, un explorador con un humor particular, y John C. Reilly, con una especie de náufrago que habita en la isla. Te recomiendo no levantarte de la butaca hasta que terminen los créditos, ya que hay una escena que vale la pena ser vista. No se van a decepcionar.
‘El espacio entre nosotros’ es una historia de amor y de búsqueda, dulce y cálida. La peli arranca muy bien. En su primera escena Gary Oldman despliega sus dotes actorales en una presentación en la NASA en donde introduce a los primeros astronautas que vivirán en Marte. La única mujer astronauta, comete el “error” de viajar embarazada y tendrá que parir en el planeta rojo. Su hijo se convierte así en el primer humano en nacer en Marte. La historia nos llevará a la vida de estos dos mundos: el Planeta Tierra y Marte, en donde de un lado está Tulsa (Britt Robertson) y del otro Gardner Elliot (Asa Butterfield). Entre ellos nace un amor virtual que hace que Gardner deposite sus sueños en visitar la tierra. El film tiene muy bellas metáforas, humor, bien dosificado y hermosa fotografía en donde cada paisaje se convierte en una postal. Este extraterrestre que visita nuestro planeta, nos recuerda las pequeñas cosas que hay para disfrutar aquí con su pregunta: “Qué es lo que más te gusta de la tierra”? Su director, no solo nos lo hace preguntar a nosotros mismos sino que también nos lo muestra. El cast brinda buenas actuaciones, Asa Butterfield es encantador y Britt Robertson también. Lo único extraño y a pesar de que la actriz es muy buena, es que además de que no es adolescente tampoco luce como tal y por momentos se la veía muy mayor para toda la situación. Sin embargo, el film toca al corazón, divierte, y tiene grandes condimentos de ciencia ficción.
Un film con un toque de nostalgia donde el tiempo pasó para todos. Si pudiste ver Trainspotting hace 20 años, es decir, sos contemporáneo al film, esta película te va a movilizar de alguna manera. Primero porque el mismo tiempo que le pasó a los personajes, pasó para vos y segundo porque en un punto, esa distancia traducida en años cambió tanto para nosotros como para ellos. Trainspotting 2 reúne a los mismos actores de la primera: Mark Renton (Ewan McGregor), Spud (Ewen Bremner), Sick Boy (Jonny Lee Miller) y Begbie (Robert Carlyle) y a su director Danny Boyle. La película recordará momentos icónicos de su primera parte y también el personaje de Tommy tendrá su “in memoriam”. La dirección de Boyle es impecable, planos en lugares inusuales, movimientos de cámara y edición muy de videoclip. No te vas a aburrir con esta película. Basada en la novela Porno de Irvine Welsh, Trainspotting 2 también tendrá sus escenas repugnantes – recordamos por siempre esa en donde Mark Renton entraba al peor baño de Escocia (hay un pequeño guiño en esta edición) – pero hay una en particular que causa mucho, mucho asco. Trainspotting 2 es una buena segunda parte, es un film para pasarla bien, para recordar otras épocas, pensar en los amigos y en dónde la vida nos puso ahora.
Manchester junto al mar, es una de las nominadas a los Oscar como “Mejor Película”. Con actuaciones de Casey Affleck y Michelle Williams, entre otros, nos mete en una historia que camina a paso lento. Su director, nos va mostrando de a poco lo que le pasa a su personaje principal. Como si un cuarto se fuera iluminando gradualmente. Alumbrando cada rincón, vamos conociendo a Lee Chandler (Casey Affleck). El andar de la película es lento, pausado, el ritmo lo impone su protagonista, con una gran actuación, en donde podemos ver su desinterés, su depresión y su única intención de huir de Manchester. Que no es el Manchester que todos esperamos ver, allá en Inglaterra, sino una ciudad de los Estados Unidos. Es una película que se asemeja mucho a lo que pasa cuando perdemos a un ser querido: hay que ocuparse de papeles, elaborar un duelo, uno se ríe, llora. Todos esos condimentos se ven en el film. Sin embargo, uno se queda con la sensación de que después de dos horas de cinta, no ha pasado gran cosa. Kenneth Lonergan (Director), va contando la historia con flashbacks. Veremos una buena época del personaje y su actualidad, en donde perdió a su hermano, tiene que cuidar a su sobrino y además, convive con una desgracia. Manchester junto al mar, es muy real, de sentimientos nobles, sincera, pero es una película difícil de llevar, como una depresión, o angustia. Quizás, fue buscado, pero deja público afuera.
23 personalidades en un solo cuerpo, una buena actuación de James McAvoy y el sello de Night Shyamalan, conforman una historia singular. Fragmentado es un thriller que combina un buen trabajo de su protagonista James McAvoy con la dirección inconfundible de Shyamalan. Crea suspenso y acción, curiosidad e incomodidad. James McAvoy es Kevin, pero también es Dennis, Patricia, Hedwig y otros tantos más. En su cuerpo conviven todas estas personas, con diferentes sentimientos, patologías, sexo, edad, profesiones, gustos y mucho más. Tan distintas como complejas. Este tipo de personajes, que albergan además una personalidad más que está a punto de surgir, pueden causarle muchísimas sensaciones al público y eso, en cierta forma está logrado. Acompañan a McAvoy, Anya Taylor-Joy, una de las jóvenes que es secuestrada por una de las identidades de Kevin; muy buena actuación; y su analista, la Dra Karen Fletcher (Betty Buckley). Hay dos actrices más. Dos chicas que son secuestradas junto a Casey (Taylor-Joy), cuyas malas actuaciones sacan de contexto permanentemente. Realmente, parece que están jugando a actuar. No lograremos creernos ese secuestro por más que le pongamos garra. El film se torna reiterativo, donde el secuestrador lleva de un lado a otro a las víctimas, o conversa con ellas y luego visita a su analista. Esto mismo se repite en varias ocasiones, mientras no avanza la historia. Hacia el final, el director revela quizás una posible trilogía. Los fanáticos aplaudirán con un final prometedor.
“Un camino a casa”, o su título en inglés “Lion” es una película emocionante, que pone la piel de gallina y moviliza. Lion, es uno de los films candidatos a los Premios Oscar en la categoría de Mejor Película. Protagonizada, en la segunda mitad de la cinta, por Dev Patel, nos traslada a la India para vivir una historia que atraviesa el corazón. La película está basada en el libro de Saroo Brierley: “A long way home” (Un largo camino a casa), que cuenta su propia historia. Saroo era un pequeño que vivía en Khandwa, India. Recorría con su hermano Guddu la ciudad para llevar algo de comida a su madre y hermana menor, hasta que un día se perdió, cuando se quedó dormido en un tren que partió hacia Calcuta a 1600km de su hogar. Su director, Garth Davis nos lleva de la mano de este niño adorable, con ojos enormes, mirada tierna y gestos dulces, en ese recorrido por las calles de India; desprotegido, pisoteado por los adultos, buscando a su mamá. Esta primer hora de relato, desespera, queremos rescatar a Saroo, cuidarlo y llevarlo con su familia, pero no. Saroo estará perdido 25 años más. Más tarde una familia Australiana lo adopta y el niño puede tener una niñez feliz sin que le falte nada. El director no se detiene en su infancia. Hay un salto de dos décadas, para reencontrarnos con un Saroo universitario, con una vida armada en Tasmania, hablando perfecto inglés. Gracias a Google Earth, logrará ubicar el lugar geográfico donde vivía cuando niño. Lion, es un film sobre la identidad, las raíces, el destino, la vida misma. Es una película sobre la adopción; Nicole Kidman y David Wenham son sus papás adoptivos, y la escena en que lo reciben es maravillosa. Destaco la sensibilidad de su director para contar y transmitir tan bien las emociones. Piel de gallina de verdad. Las actuaciones son impactantes, desde Nicole Kidman, hasta Dev Patel, pasando por ese pequeño gran descubrimiento que es Sunny Pawar. Hacia el final, como en muchas películas basadas en historias reales, veremos a los verdaderos protagonistas en fotografías, mientras mediante texto el director nos cuenta como siguió todo. Allí hay una frase que nos revela muchísimo del film y con ese cierre termina de conmovernos. Imperdible.
“La Gran Muralla” es un film dirigido por el Zhang Yimou, director chino con muchísimos adeptos que no sé si encontrarán satisfacción en esta película muy hollywoodense. Pensaba que me sentaría a ver un film de género épico, pero no resultó más que una película de fantasía con tintes del género, el cuál puede terminar siendo para un público infanto-juvenil. Las escenas de saltos son lo más llamativo del tráiler y de la película, no hay mucho más que eso, en cuanto a lo espectacular; los paisajes que se muestran son monótonos, y en varias ocasiones se ve demasiado la animación, y por lo menos a mí eso me saca de contexto. La Gran Muralla intenta tener algunos gags que no funcionan del todo, son pocos y muy aislados. Los personajes de Matt Damon y Pedro Pascal llegan a la Gran Muralla, siendo perseguidos y luego terminan participando de esta “guerra” contra los “Tsao Tei”, que entretiene por unos minutos, pero luego se torna reiterativo y no se sostiene. Una película para pasar el rato, y en 3D, se puede disfrutar bastante, ya que hay mucho arco y flecha que atraviesa la pantalla y visualmente es atractivo, pero nada más.
La Cura Siniestra, nos traslada a un spa en el medio de los Alpes Suizos y nos hace vivir una historia perversa. Gore Verbinski dirige magistralmente esta obra de arte cinematográfica. Desde la fotografía y los planos pensados uno a uno, cada fotograma parece un cuadro gótico. La película es ideal para que vean los estudiantes de cine, tiene todo lo que aprendemos cuando estudiamos la carrera: montaje paralelo, planos detalles, y más. La película lleva a Lockhart (Dane DeHaan), un joven que trabaja en una empresa, a contactar a uno de sus superiores: Pembroke (Harry Groener), un hombre que se internó en el spa hace un tiempo, y mandó una carta diciendo que no iba a volver. La empresa para la que trabaja Lockhart, requiere de su presencia y es por eso que manda al joven para traerlo de vuelta. Desde el vamos, Lockhart nota algo raro en el lugar y desde el principio como espectadores, intuimos lo mismo porque su director, a través de la música, los silencios y los planos intenta decirnos algo. Como ese plano en donde el tren en el que viaja el protagonista se mete en el túnel, como una anguila escurridiza. Allí, y luego de intentos fallidos de contactar a Pembroke, Lockhart conoce a Hannah (Mia Goth) quien le tira una frase de la canción Hotel California de Eagles: “nunca podrás irte”. Si bien la película tiene una trama confusa, y sus personajes actúan de manera extraña y en cierta forma permanecen allí por su propia voluntad, el film se torna atrapante. El dueño de ese Spa es Volmer (Jason Isaacs), el mismo doctor maléfico de la serie de Netflix “The OA”, haciendo un papel muy similar en esta ocasión. Nuestro Christopher Plummer de la era de los Millenians, es un psicópata que juega con la salud de la gente que llega allí para desintoxicarse de todo lo que lo contamina: trabajo, familia, stress, etc, etc. Las imágenes y escenarios son alucinantes. El tremendo Castillo Hohenzollern ubicado en Alemania, es el usado para los exteriores del Spa, mientras que muchas de las escenas interiores se rodaron en Beelitz Heilstätten, un hospital abandonado donde estuvo hospitalizado en 1916 Adolf Hitler recuperándose de las heridas sufridas en la Batalla del Somme. Wow. Realmente, las locaciones son para elogiar. La trama que tiene algo del cuento de Gabriel García Márquez, “Solo vine a hablar por teléfono”, atrapa en casi sus dos horas y media de duración. Digo casi, porque quizás podría durar aunque sea medio hora menos. Entre tanto plano pensado y bella fotografía hay escenas fuertes que nos harán cerrar los ojos o taparnos la boca en varias ocasiones.