Annabelle 3: Vuelve a casa pero un poco desarreglada. La nueva película del universo de El Conjuro decepciona un poco, con sustos y atmósferas ya vistas, pero quizá con algunas cosas interesantes. Simple pero ¿efectiva? Volvemos a donde la conocimos por primera vez. Ella, Annabelle, encerrada en esa caja de vidrio bendecido. En los primeros minutos apreciamos el cómo Lorraine y Ed Warren la trajeron a la casa de la pareja. En ese lugar dónde hay muchos más artefactos endemoniados. Desde acá les decimos adiós a Vera Farmiga y Patrick Wilson ya que no vuelven a aparecer. Si es que esperaban más de la pareja de demonólogos en esta película se decepcionarán. Para los que solo esperan algunos sustos, una atmósfera oscura ya vista, y personajes vacíos, ésta es su película. Es decir, es simple, es un pequeño film que tiene lo suyo. Pero si ponemos un poco más de atención y analizamos la trama, decae en absoluto. La película nos lleva a la casa del Warren dónde Annabelle despierta a todos los espíritus malignos del lugar. «Todos» es una forma de decir. Los posibles ambientes terroríficos planeados con el uso de la luz, los cuales amenazaban en el tráiler, son inexistentes. Gary Dauberman, director y guionista de este film, hace lo posible con la cámara para sostener su propio guion. Luego de los Warren, nos centramos en la hija de ellos, Judy Warren (Mackenna Grace) quien es aislada en su colegio por tener a esos padres. También nos enfocamos en las amigas de mayor edad de ella, vinculada gracias a la niñera (Madison Iseman). Lo raro que el personaje secundario de la amiga de la niñera, interpretada por Katie Sarife, toma bastante protagonismo durante gran parte de la película. Ella es la que tiene el pasado más rico en términos dramáticos, pero a la vez no está bien utilizado. El problema surge en que Judy, la hija de los Warren y supuesta protagonista, carece de importancia debido a que los fantasmas son muchos más poderosos que ella (y las demás chicas) lo que la hace completamente indefensa. Ellas no pueden hacer más que sufrir los acontecimientos fantasmagóricos sin realizar ninguna acción de renombre en contra de ello. La pequeña actriz Mackenna Grace es quizá lo que se puede rescatar de todo esto, entregando esa aura de ternura y sufrimiento que ya vimos como lo hizo en The Haunting of Hill House siendo la niña Theo. Lo que se ve a plena vista es el bajo presupuesto que hay. Casi toda la película sucede en la casa. La mayoría del tiempo son escenas y secuencias de suspenso encadenadas donde los personajes esperan a que suceda el jumpscare. A veces se destaca el movimiento de cámara, con trucos de desaparición interesantes. Con una fotografía aceptable por parte de Michael Burgess (La Llorona). Pero no trae nada nuevo a la escena terrorífica. Hasta pareciera que se quedan sin ideas innovadoras. Desde arrastrar por el piso a alguien, hasta velos en fantasmas. ¿Cuántas veces vimos eso? Sin contar el poco aprovechamiento de ese lugar lleno de artefactos y fantasmas para elegir. La tentación de contar la simple resolución me carcome el alma. El guion falla por todos lados, porque la forma en que se desata el conflicto es de lo más absurdo y con pocas ganas que he visto en mucho tiempo. Siendo aceptable debido a la fotografía y los movimientos de cámara. Además parece un salto de calidad, pero un salto al precipicio. Porque parece un film mucho más chico, con solo una locación y efectos simples. Al principio se toma bastante tiempo para mostrar los personajes y sus subtramas que tienen muy poco desarrollo y una simple resolución. Hay un interés amoroso sin importancia alguna. Se esperaba mucho más con tantos fantasmas o monstruos para explotar. Nada se rescata, más que algunos sustos, efectos especiales y algunas situaciones con las monedas en los ojos. Aunque por momentos hubiésemos querido tener esas monedas sobre nuestros párpados.
Godzilla II – El Rey de los Monstruos: Arrodíllense ante el rey. Godzilla, Mothra, Rodan, King Ghidorah… es el poderío destructivo de estos monstruos lo que sostiene una película algo fallida pero entretenida e imponente. Probablemente nadie espera una trama gloriosa en este tipo de películas, pero Godzilla tiene una rica historia para explotar, y esto es algo que intenta lograr este film aunque erróneamente. En este caso nos ponen en la visión de la familia Russell, compuesta por la Dra. Emma (Vera Farmiga), Mark (Kyle Chandler) y su hija Madison (Millie Bobby Brown), quienes tuvieron una pérdida importante con lo sucedido en la anterior película del 2014. Ellos, especialmente la doctora, serán un elemento importante para un intento de moralidad en la trama. También se involucra a una agencia “crypto-zoologica” llamada Monarch que intenta enfrentar o controlar a una cantidad de monstruos gigantes inusitada. Nos referimos a unos seres grandiosos, los verdaderos protagonistas, que incluyen a Mothra, Rodan, y King Ghidorah, entre muchos otros. Con Godzilla siendo el protector de nosotros, como apreciamos en el anterior film. Cantidad de monstruos aprobada, pero la calidad de peleas apenas logran aprobar. Las tormentas de lluvia y nieve molestan la visualización de algunas luchas. El arte visual de la primera (gracias a la fotografía de Seamus McGarvey y la dirección de Gareth Edwards) desaparece por momentos. En este caso la cantidad de lluvia quizá traiga traumas de lo visto en 1998, pero tranquilos, no es así de mala. El director y guionista de esta Godzilla, Michael Dougherty, junto al guionista Zach Shields, pareciera que les gusta tanto la nieve (Ambos vienen de la película «Krampus») que la utilizan en exceso en algunas partes de la película. Aun así, la presentación de los monstruos con esa iluminación de neón, brillante y excelsa, puede generar excitación en el espectador hasta el punto de gritar en el asiento y apoyar al gigante Gojira. Sin embargo, el exceso de este tipo de presentaciones quizá canse por momentos. Las peleas, a pesar de no ser tan claras en ocasiones, tienen sus planos enriquecedores que se apreciarían en su totalidad en una pantalla gigante. El sentido de dimensión que apreciamos en la primera película solo aparece en ciertos planos. Igualmente es muy difícil no sorprenderse en la magnitud y belleza de monstruos como Mothra o King Ghidorah. Por otro lado, las decisiones de los personajes de carne y hueso son cuestionables; intentan ser justificadas por un sobre explicativo primer acto que entorpece el desarrollo del guion. La narración vinculada a la familia trae un drama común, y quizá más elaborado que en la primera película. Sin embargo, el dolor de la pérdida de un ser querido no está para nada bien utilizado, otra vez. (recordemos que Bryan Cranston fue el único de los personajes que se destacó en la primera película). Mientras que en Godzilla: King of Monsters ninguna actuación destaca, Millie Bobby Brown quizá sea la que más sobresale, quedando bien parada y demostrando que puede hacer un personaje más allá de Eleven en «Stranger Things». Dejando de lado los personajes de carne y hueso, de las malas decisiones que cometemos los humanos, la situación moral ya vista, de dudar de Godzilla, entre otras cosas, acá vinimos a ver a los monstruos. A pesar de la destrucción que vuela a su alrededor, se puede apreciar lo imponente de las bestias. Con planos hechos para el trailer que son los que más se destacan. Como si fueran pósters para vender. La decisión de mostrar a Mothra fue la más acertada en esta película, con una imponente belleza que cualquier ojo apreciaría. Hay batallas entre ellos que podrían haber dejado mucho más, con alguna secuencia que podría haber durado varios minutos más, similar a la que vimos en la primera película. Los colores, el sonido y peleas en alta definición son los elementos que destacan. Además de una mención a la próxima película Godzilla vs Kong, y a una escena post-créditos que parece indicar que los monstruos llegaron para quedarse.
John Wick 3 – Parabellum: Volvió y no decepciona para nada. Llena de secuencias de acción brutales, con una gran destreza tanto física como técnica, esta película entrega acción sangrienta y original, con el clásico estilo de John Wick. Desde el comienzo esta película es una patada al pecho llenando de adrenalina el cuerpo con el gran John Wick al mando. Peleando contra un actual gigante jugador de la NBA con tanta ferocidad que predispone para una gran película de acción que no decepciona. El punto fuerte de John Wick nunca fue la historia, pero siempre con una correcta estructura que permite secuencias de acción estupendas. En este caso Wick será el objetivo de diferentes hombres y mujeres sicarios del mundo, por haber asesinado a un miembro del gremio internacional de asesinos. Hay mucho dinero por su cabeza, lo que permitirá diversos intentos de asesinato a este brutal personaje. El director Chad Stahelski se redime de lo entregado en John Wick 2, la cual quizá fue algo tediosa y poco original en ciertos aspectos, aunque disfrutable. Que en este caso, con esta tercera parte, el director junto al guionista de siempre Derek Kolstad, quien recibió ayuda de otros colegas como Shay Hatten, Chris Collins (Sons of Anarchy) y Marc Abrams, logran otorgar innovación a esta gran película, haciendo pasar muy rápido estas 2 horas de film. Con Wick volviendo a ciertos aspectos de su pasado para poder sobrevivir estos ataques. Además de salvar una función privada llena de problemas técnicos, lo que solo John Wick puede lograr. Más allá de poseer buenos personajes secundarios, apoyados por grandes actuaciones (Incluida Anjelica Huston), aparecen perros que atacan a la par de Halle Berry y Keanu Reeves, una persecución de caballo con motos y una de las mejores peleas de cuchillos o armas filosas vistas en pantalla grande. Además de tener a dos grandes peleadores provenientes de The Raid 1 y 2, películas que cualquier fanático de la acción conocerán. Todo armado con una gran destreza técnica como física, esta película te asombra en cada secuencia de acción. Como también posee una gran fotografía, esta vez por parte de Dan Laustsen (The Shape of Water, Crimson Peak) que engrandece todas las escenas; una obra de gran belleza mezclada por la sangrienta ferocidad del protagonista. John Wick volvió con todo. Trajo buena historia, buenos giros narrativos, y una casi segura continuación de este “Wickverse”. Armas por doquier, una cantidad monstruosa de actos violentos nunca antes visto en películas de acción. Por lo menos con tanta crudeza. Lo brillantemente coreografiado de las escenas servirá como base de muchas películas de acción, ya que en este caso otorgan velocidad, destreza y crueldad como pocas veces antes visto. El limpio y preciso uso de cámara las separa de otros grandes films de acción, dándole ese estilo propio de John Wick. Este film quedará en la retina de cada espectador, si es que tu ojo sobrevive tantos cuchillazos y disparos que salpican sangre por toda la hermosa escenografía.
Detective Pikachu: ¡Hay que abrazarlos a todos! Los Pokémon, Pikachu con un gorrito, Ryan Reynolds, y más, traen humor, diversión y emoción en esta bella película que llega a nuestros cines. En un mundo donde las personas recolectan Pokémon para luchar, un joven, Tim, perdió a su padre, con el cual nunca tuvo una conexión, al igual que con los pokémon… Hasta que se encuentra con un Pikachu que habla y busca ser un detective. Esto resulta ser algo mucho más que una película con una adorable animación de los pokémon más estupendos que se hayan creado. Un accidente sucede con respecto al padre del protagonista, mientras él tiene un clásico resentimiento vinculado al padre, quien está presuntamente fallecido. Esto sirve como enlace de él, y nosotros como espectadores, de apreciar el primer encuentro con Pikachu. Situación llena tanto de ternura como de humor y fascinación. Desde acá comienza una investigación hilarante, sensible y más profunda de lo que quizá muchos esperaban. Pikachu y Tim se unen como una dupla investigadora a lo Arma Mortal o The Nice Guys, mezclado con un sentido del humor que (obviamente) recuerda un poco a Deadpool. Gracias, en gran parte, al sarcasmo de la mano de Ryan Reynolds como la voz de Pikachu. Él, su voz, hace que todo o muchos momentos de la película sean introducidos en nuestro corazón al formar parte de este mundo maravilloso que todo amante de estos Pokémon quisiera pertenecer. Este film de Rob Letterman (Monsters Vs Aliens; Goosebumps) sabe cómo equiparar y relacionar la animación de los bichos tan queribles, con personas de carne y hueso. No solo con un buen guión (nada espectacular) de Don Hernandez, Benji Smit, Nicole Perlman, Derek Conolly y el mismo Letterman. La mayoría de estos habiendo realizado guiones de algunas sitcoms y siendo productores de varias. Además está basado en los videojuegos de Detective Pikachu, con los Pokémon creados por Satoshi Tajiri, Ken Sugimori, Junichi Masuda. Dónde no aparecen solo Pokémon del 1º año, sino algunos que solo el más fanático podría apreciar en su totalidad. Todo esto estructurado con giros narrativos atractivos, que no molestan a lo largo de lo divertido del trayecto del film. Lo que estas personas logran encajar de buena manera es el humor y la emoción con una buena utilización de algunos personajes. Además de una pizca de batallas, que no es lo primordial en este caso. La relación padre e hijo es mucho más fuerte. Justice Smith (Tim) hace un gran trabajo como el protagonista confundido por todo lo que pasa. Algo que sirve para atraer a los que no conozcan a los Pokémon como muchos de nosotros. Mientras que Ryan Reynolds solo con su voz logra imponerse, atrayendo al público más adulto. De cierta forma la película carece de lo que quizá se nos viene primero a la mente cuando sale la palabra Pokémon: Peleas. Batallas. Estrategia. Pero en este caso hay poco y nada de esto, lo que quizá decepcione a algunos. Los gritos despiadados de Pikachu en pelea quedaron en el olvido. Además de un acto final bastante genérico, con una pelea no muy imaginativa y algo extraña. No esperen ver tanto a Squirtle, Charmander, o Bulbasaur (que sí tiene una hermosa escena). Sin embargo, aparecen muchos. Y con solo verlos unos segundos, te sacan una sonrisa. Pero lo seguro es que este film sirvió para dejarnos con ganas de más. Hay un mundo gigante para explotar, y seguramente los productores lo saben. En el fondo pareciera que a la película le falta evolucionar un nivel más. Ya que nos quedamos con ganas de más Pokémon con esta increíble animación, compartiendo un mundo con los humanos. Lugar donde muchos quisiéramos estar, y esta película lo demuestra a su manera, tanto para niños como para adultos.
Muere, Monstruo, Muere: De madrugada merodeando apareció. Se estrenó una de las más esperadas películas argentinas, por lo atrevido y original de su propuesta. Un monstruo, una investigación y la intriga que no deja de crecer. Encontré al espanto, que los re parió! Dios me libre y guarde De que eso me llegue, yeah! –Almafuerte- Una mujer se acerca con la garganta cortada. Apenas una leve inclinación hace que su cabeza empieza a despegarse de su cuerpo. Así comienza. Con grandes efectos trabajando junto a una buena banda de sonido. Esto además se combina con unos de los paisajes más hermosos y desolados puestos en el cine. La historia sucede en Mendoza, cerca de las montañas de los Andes. Donde un oficial de policía rural llamado Cruz investiga el extraño caso de un cuerpo de mujer sin cabeza. David, el esposo de Francisca, que a la vez es la amante de Cruz, se convierte en el principal sospechoso y es enviado a un hospital psiquiátrico local. Este triángulo amoroso es parte de esta investigación que mezcla lo fantástico, y lo inexplicable del “monstruo” en cuestión. Paisajes geométricos, motociclistas, voces en su cabeza y más en este Muere, Monstruo, Muere. Lo primero que impacta es la belleza de los paisajes. Los planos generales hacen ver a los personajes diminutos ante la inmensidad de las montañas, y la situación que enfrentan. La fotografía de Julián Apezteguia y Manuel Rebella junto a la dirección y guion de Alejandro Fadel crean un ambiente aterrador y confuso al igual que los personajes sienten en la película. No es una película habitual de monstruos que asustan y matan. Puede ser muy sangrienta y sexual por momentos, pero lo extraño son los diálogos y el ritmo apaciguado que tiene. El espectador promedio quizá le parezca aburrida, o tan complicada que no merece el uso del cerebro para apreciarla, y eso está bien. Sin embargo lo excelso del film es que se atreve a mostrar cosas de una forma poco antes vista en el cine argentino. Fadel construye correctamente a los personajes atemorizados y confundidos por las situaciones que amedrentan a lo largo del film. La exótica belleza, con momentos bizarros y el asqueroso monstruo concretan una mezcla digna de experimentar. El ritmo mencionado puede parecer tedioso, sin en ningún momento acelerar su armonía aterradora. Pero es así, no busquen algo que ya han visto. Aunque por momentos puede rozar lo bizarro y sin sentido de las situaciones, el final es algo digno de ver. El maquillaje y efectos resaltan, con la mencionada fotografía siendo de las mejores vistas en el cine nacional. Por momentos puede llegar a haber huecos en donde nada podes ligar con nada, pero la cabeza del espectador si o si querrá unir los datos presentados y ahí es donde la experiencia de cada uno saldrá a la luz ante tanta oscuridad mostrada en pantalla. Pudieron haber existido más cosas que aproximen al público promedio y no ser una película tan extraña y lenta, pero la osadía e ingenio, con un gran uso de fotografía, sonido y efectos, al hacer este tipo de películas en este país debe ser valorado.
La Maldición de La Llorona: La leyenda llega a los cines. De la mano de los productores del universo de “El Conjuro” llega este mito de origen mexicano con buen estilo, aterrador, pero lamentable historia. Una asistente social, Anna, ignora el hecho de que una madre protege a sus hijos de un espíritu maligno. Esto le juega en contra debido a que ahora ella será la que deba enfrentar a La Llorona para salvar a sus propios hijos. Esta leyenda latinoamericana tiene sus diferentes versiones en cada país. En este caso la película se basa en la original que proviene de México. La Llorona se presenta como una mujer que al estar completamente furiosa con su pareja mata a sus hijos, para quitarle lo que más le importa. Pero luego de ahogarlos se arrepiente, y se suicida. Una leyenda muy fuerte la cual hace que el lamento de La Llorona se escuche y se aprecie en las salas de cine. Aunque en este caso la historia no es lo que más resalte en la película. Según esta obra nos metemos en los años 70 en Los Ángeles, pero la ambientación puede llegar a fallar. Más que algún auto que aparezca, y muy poco de vestuario, casi ni se siente estar en esa época. Además de no introducirnos por completo en la historia dramática de La Llorona, lo que podría haberle dado más profundidad al tema de ser madre y perder a tus hijos. El guion de Mikki Daughtry y Tobias Iaconis queda algo simple comparado a la buena técnica y estilo que presenta el film. El director Michael Chaves, como la producción, dejaron en claro que prefirieron enfocarse más en los sustos/jumpscares que en la historia en sí. Cada secuencia parece estructurada de manera que haya un poco de diálogo y explicación para luego introducirnos una situación tensa. No hay nada de malo en eso, habiendo grandes momentos estremecedores como el del auto, piscina o una casa. Sin embargo un exceso de estos puede llegar a perder su efecto por momentos. Más allá de alguna aparición de un personaje perteneciente al universo de El Conjuro, no hay ninguna actuación destacable, con Raymond Cruz (Tuco Salamanca en 'Breaking Bad') interpretando un curandero de importancia en la trama, pero no muy aprovechado como personaje. En sí ningún personaje es muy explotado. Habiendo una escena con La Llorona que pudo haber sido mucho más emocionante. La película ingresa al Universo de El Conjuro de James Wan sin mucha excitación, pero tampoco desalienta lo que vendrá para el futuro. Lo que deja en claro esta película es que El Conjuro 3 estará en buenas manos con Chaves como director, quien demostró tener buenas técnicas de susto junto al director de fotografía Michael Burgess. Dejando de lado algunos huecos o fallos en el guion, ya conocidos en el género. O el clímax sencillo que al ser difícil equiparar las fuerzas de un ente maligno y poderoso como La Llorona no trae nada innovador. Esta película trae consigo buenos momentos, aterradores y entretenidos.
Hellboy: Nos metieron los cuernos. Llega a los cines otra versión de la obra de Mike Mignola, en este caso con más sangre, CGI, y un humor que puede llegar a molestar. Eso sí, muchos personajes y seguramente una secuela. Lo primero que uno piensa cuando escucha o lee la palabra “Hellboy” es Guillermo del Toro, más si no estás relacionado con el cómic de Mike Mignola del cual se basan todas estas películas. En este caso Neil Marshall (The Descent) es el encargado de dirigir esta versión de Hellboy, el cual se enfoca bastante más en un humor incómodo, ligero, cargado de acción CGI y exceso de explicación en diálogos. Sin embargo mostrándonos el lado más sangriento de este demonio “amigable”, con desmembramientos y destrozos de partes humanas pocas veces vista. Asimismo el guion realizado por la extraña elección de Andrew Cosby (Solo tiene 2 series y la última, Eureka, terminó en 2012), es el que descarrila todo. Toma como base la misma historia de las dos películas de Guillermo, pero mucho más condensada e intentando comprimir todo en el primer acto, para luego pasar a más acción y flashbacks explicativos de Hellboy y el por qué destruiría la tierra. Todo mientras lucha contra una antigua bruja que busca venganza. Lo interesante de la película son los monstruos de otra dimensión que aparecen (Algunos solo menos de 1 minuto, algo que te deja con mucha ganas de más), destacándose Baba Yaga, recipiente de grandes efectos visuales y horror, saliente en pocas pero entretenidas escenas. Siendo estos los momentos más brutales y apreciados por el amante de lo sanguinario. El humor es el que descoloca. Pareciendo un intento de asemejarse a los films de Deadpool, pero no llegando a serlo. A pesar de tener un buen actor como David Harbour (Stranger Things) interpretando a un Hellboy más crudo y pegado a la realidad que el que vimos en anteriores obras. El maquillaje encaja perfecto, y la actitud de Harbour encamina a un Hellboy atrevido, divertido y agitante. Luego tenemos personajes que pasan sin mucho peso, disminuyendo tanto el nivel actoral como el peso de estos en la trama. Desde Ben Daimio (Daniel Dae Kim de Lost), Alice Monaghan (Sasha Lane de American Honey), Milla Jovovich como Nimue The Blood Queen, siendo la antagonista superpoderosa con una única debilidad e Ian McShane realizando el papel de mentor, que hace en la mayoría de sus últimas películas o series, siendo el “Padre” de Hellboy, el profesor Bruttenholm. Aun así esto puede agradar mucho a los amantes del cómic, ya que además de estos personajes, aparecen Lobster Johnson, Lady Hatton, Gruagach, entre otros que no implican demasiado en la narrativa. Esa escenografía estupenda en las películas de Del Toro, desaparecen por completo en esta versión que parece más limpia y abrumada en CGI por momentos, sin llegar a tener alguna profundidad con respecto a los personajes o a lo que sucede. Sinceramente parece una película hecha a las apuradas, que sirve solo como presentación para una casi segura secuela donde se espera que haya más, debido a que hay 2 escenas post créditos. Que haya dos personas, el director y guionista que tuvieron más trabajos en la televisión que en el cine, resalta que este film parece hecho para streaming que para realmente apreciarlo en un cine.
Cementerio de Animales: Alejado de Stephen King pero… Llega a los cines el film basado en una película de 1989 y un libro de 1983. Renovada, con ambiente terrorífico aceptable pero quizá a algunos fanáticos no les complazca tanto. La historia en este caso está contada por los guionistas Matt Greenberg (Reign of Fire; Halloween H20) y Jeff Buhler (The Prodigy, The Midnight Meat Train) por lo que tienen experiencia en historias de terror, género del cual toman varios lugares comunes para relucir esta muy aceptable película de terror. En la versión de 1989 el guionista fue el mismísimo Stephen King (Que escribas geniales novelas no te avala a ser un genial guionista), lo cual se mantuvo mucho más fiel al libro. En este caso, la base es casi la misma: El Dr. Louis Creed y su esposa, Rachel, se mudan a la zona rural de Boston, Maine, con su hija Ellie e hijo Gage. Y obviamente la pareja pronto descubrirá un misterioso cementerio escondido en lo profundo de los bosques cerca de su nuevo hogar. ¿Lo conocido no? Pero esta no es una fiel remake, y eso puede ser tanto muy bueno como malo para algunas personas. Especialmente los fanáticos del señor King. Mary Lambert fue la directora de aquel film de 1989, mientras que en esta versión que hoy sale a los cines los directores son Kevin Kölsch y Dennis Widmyer, una dupla de directores que ya trabajaron en Starry Eyes, Holidays y unos capítulos de la serie Scream. Ambos logran un correcto trabajo en la dirección, pero sin ser atrevidos en ningún momento. Más allá de la sangre en ciertas tomas, y lo bien filmada que está la tragedia que todos predecimos. En sí no hay nada muy criticable de la película a nivel visual, ya que logra con su buen director de fotografía Laurie Rose (De la 3º temporada de Peaky Blinders) unas atmósferas escalofriantes, ayudados con jumpscares clásicos pero bien realizados. Lo interesante fue que por momentos intenta introducirse en temas más serios como la pérdida, la muerte, pasados atormentados de la madre de la familia (Excelentes por cierto), pero lo malo es que no llega a afianzarse. El film parece que cava la tierra solo un poco, no tan profundo, sin llegar al fondo del asunto. Quizá estando algo perdido en crear la atmósfera espeluznante, o los giros narrativos, distrayendo del tema del duelo. Las actuaciones son correctas, con una gran interpretación por parte de Amy Seimetz (Alien: Covenant) como la madre de la familia. También un aceptable liderazgo de Jason Clarke (Zero Dark Thirty, Terminator: Genesys) como el Dr Louis. Asimismo los hijos, destacándose Jeté Laurence como Ellie. Además de Jud, el amigo que lo introduce al regreso de la muerte, interpretado por el icónico John Lithgow. Aunque por momentos tarde en generar el clima aterrador, la película logra su cometido. Entretenernos y atraparnos en esta historia. Aquí hay un claro vínculo entre espectador y obra. De la percepción del público. Ya que anticipamos lo que sucederá, sea por los trucos clásicos del género o por ser una remake de dos obras de hace muchos años. A la vez, esto puede llegar a sorprender para bien a algunos amantes del terror. A esta película la trajeron de entre los muertos, y no ataca solo a arañazos. Puede morder y sacar bastante sangre, debido a las sorpresas que te aguardan. Y no nos olvidemos del gato Church, algo tan lindo como perturbador.
Nosotros: Vosotros, ellos… La nueva película de Jordan Peele se divierte con un grupo de doppelgängers que aterroriza a una familia, los cuales con grandes sustos, muertes y risas lleva adelante una película muy entretenida y reflexiva. Al comienzo del film nos entregan el dato de que en Estados Unidos hay muchas alcantarillas y subterráneos abandonados… Y con esta información que rondará en nuestras cabezas, apreciaremos esta obra maestra. Lo colorido y brillante que vive una pequeña niña en el parque de diversiones se vuelve oscuro y tenebroso cuando se separa de sus padres. Baja las escaleras como si fuera que se dirige al mismísimo averno. Ella se encuentra con la clásica atracción con muchos espejos, escenario de varios films que quieren generar confusión y tensión. Desde ahí todo cambia para ella. Para todos. Vernos al espejo no será lo mismo. Años después tenemos a Adelaide Wilson, la cual vuelve a sucumbir en la oscuridad debido a sentirse atormentada en unas vacaciones que hace con su familia. Varias señales y coincidencias alarman a la protagonista, madre de un niño y una chica, con su pareja, Gabe Wilson. Esta familia será abrumada y hostigada por un grupo de doppelgängers de ellos mismos, sin dejarles respiro alguno. Doppelgängers proviene del vocablo alemán que sirve para definir el doble fantasmagórico de una persona viva. Es una palabra que verán en muchas notas vinculadas a este film. Muchas veces esta descripción está ligada a películas más vinculadas a lo psicológico (Enemy, Possesion, entre otras). En este caso Jordan Peele, director, guionista y productor de Us, se enfoca más en lo físico que en lo espiritual. O por lo menos lo que resalta más son las persecuciones y excelentes asesinatos que presenciamos. Empecemos por lo superficial de la película. Las muertes están llenas de originalidad y sangre. La edición, junto a la gran banda de sonido, atrae y otorga sustos que te hacen saltar del asiento. El sonido siempre es un elemento importante en cintas de terror, destacándose en esta en particular. Cada elemento tanto narrativo como técnico está balanceado al igual que el humor y el terror, entregando un film estructurado, que atemoriza e incomoda, como también alegra. La mano de Jordan Peele, junto al director de fotografía Mike Gioulakis (It Follows, Glass), logran combinarse magistralmente, dándose a notar la experiencia en Gioulakis en perseguir a personajes. La desesperación y demencia de estas persecuciones son estupendamente interpretadas por actores y actrices, en este caso destacándose Lupita Nyong´o (12 Years a Slave) con su doble papel, siendo difícil distinguir cuál te da más miedo y cuál es el mejor actuado. Cada rasgo de ella es aterrador y atractivo a la vista. La locura es su néctar, con sus picaduras letales. Todos con sus doppelgängers presentan actuaciones maravillosas. Como también la pareja, siendo Winston Duke el encargado de entregar los momentos con más humor, hasta en situaciones que claramente no lo ameritan, pero él sale bien parado. Los hijos Zora y Jason, interpretados por Shahadi Wright Joseph y Evan Alex respectivamente, también hacen un brillante trabajo. A la vez destacándose la participación de Elizabeth Moss como la amiga de la protagonista. Lo que parece una simple historia de gato y el ratón, con situaciones que recuerdan a The Strangers (2008) o Funny Games (2007), comienza a acrecentarse a lo largo que pasa el film. Las circunstancias toman varios sentidos, como en el film The Shining (1980), y cada elemento de cada escena tiene su importancia para lo que pasará luego. A pesar de que el giro narrativo del final es bastante predecible, y que por momentos haya sobreexplicación, el viaje hasta ese momento final es muy agradable. Dejándonos con mucho para pensar. El incesante humor que Peele impone en su película (Que puede generar en el público de la sala de cine una comodidad como si estuviera en su casa) es atravesada por alegorías y distintivos mensajes sobre la sociedad que quizá haya que escarbar un poco más que en Get Out (2017) para apreciarlas. La ambiciosa narración sobre la división humana. Los que hacen daño y los que no. El esconderse detrás de una máscara, el de fingir ser algo que no sos, el de unirse para no ser olvidados, entre otros temas interesantes. Todo esto otorga a la película el valor de volver a ser vista para insistir en discutir estos temas. Con esta pieza cinematográfica Jordan Peele confirma su estilo, dándole un balance de humor, sangre y terror, con tramas redondas, accesibles para todo público, que entretiene y le entrega una mirada original y única al género que tanto anhelamos y queremos.
El Manicomio: YouTubers y nazis. Una película alemana de bajo presupuesto de terror con cámara en mano, ahora con youtubers como protagonistas e ideas no tan bien desarrolladas. Para empezar, no hay tantos nazis como uno espera al presentarnos el ambiente en donde ocurrirá la película. Esto es un centro médico bastante remoto cerca de Berlín, donde hubo muchos enfermos de tuberculosis. Lo del título es discutible, ya que “Heilstätten” (Título original) según traducciones significa sanatorio. Más allá de eso, es un lugar prohibido localizado en el centro de un bosque donde youtubers de Alemania realizan un desafío de pasar 24 horas ahí para, obviamente, ganar relevancia. Ellos y ellas serán los responsables de que esta película de bajo presupuesto sea poco tolerable. Con una dirección y guion de Michael David Pate que entrega una buena premisa desaprovechada por la simpleza resolución de los sucesos. A pesar de una sorpresa agradable hacia el final. Los grupos de youtubers, están compuestos por los clásicos arquetipos de la página, como los que hacen bromas y la experta en maquillaje además, de la quizá protagonista, quien decide enfrentarse a sus miedos. Como también el que tiene la idea de llevarlos a allí. Cada uno de estos personajes es combinado con lo rápido del lenguaje alemán, si es que lo ven subtitulado, y un montaje vertiginoso que pretende emular las rápidas ediciones de los videos en youtube, hacen que el comienzo sea un dolor de cabeza. Ningún personaje se destaca, por lo menos hasta el final. Lo que hace que varias de las discusiones a los gritos sean en vano soportarlas. Los efectos especiales son bastante genéricos, sin mucha originalidad y sin asustar demasiado. El potencial de la historia se derritió como vela en lo más oscuro de esta película. El film no logra terminar de jugar con el rompimiento de la cuarta pared, como tampoco asustar o llenar de sangre la pantalla. Además de tener huecos en un guion, que hacen el final algo sorpresivo, pero mal elaborado. Aunque haya estado Hitler en ese lugar hospitalizado, el terror, locura y miedo que transmitía no quedó plasmada de ninguna forma en la película. Hasta quizá de lo más crudo que vemos son cortos materiales de archivos. Lo más interesante es el dicho desenlace de la trama. Pero en sí el film como un todo puede llegar a salvarse, pero no cada elemento por separado. El mensaje final es bastante más atractivo que todo el resto del film. Aun así es difícil soportar los personajes o los demás componentes de esta obra. Y por cierto, si les gustó lo que leyeron denle pulgar arriba y suscribanse.