Alicia en el país de las maravillas El musical Burlesque, que se estrena en nuestro país con el título Noches de Encanto, está protagonizado por Cher y Christina Aguilera, y sigue la fórmula de la "chica sin suerte que desea triunfar en la gran ciudad". Ali (Aguilera) abandona Iowa, parte hacia Los Angeles y cae en el Burlesque Lounge como mesera, un local nocturno donde se representan números musicales. Allí conoce a Tess (Cher, la mujer de cera), dueña y artista principal del show. Y lo demás es muy fácil de imaginar. Ella será "Alicia en el país de las maravillas", como la define el director del show, encarnado por Stanley Tucci. El realizador Steve Antin construye un relato glamoroso con dos figuras de peso y lo viste con coreografías ágiles y vestuario fastuoso, en medio de una trama sencilla que esconde rivalidades (con una bailarina celosa interpretada por Kristen Bell); un local que puede ser adquirido en forma inminente, y una curiosa relación con un barman que la hospeda (Gam Gigandet). También será de la partida un anfitrión travesti (Alan Cumming), Queda claro que Burlesque no es Moulin Rouge pero la película entrega lo que promete: bailes, canciones remixadas de Madonna, cuadros de Marilyn Monroe y la voz chillona de Aguilera. A todo eso se suma la cuota necesaria de glamour e ingenuidad, elementos claves de un musical.
Juventud eterna pero con arrugas Basada en la novela de Oscar Wilde, la película llega con la actuación de Ben Barnes (el Príncipe Caspian en Las Crónicas de Narnia) y un nutrido elenco de intérpretes como Colin Firth, Rebecca Hall y una ex-chica Bond, Maryam D'Abo. El Retrato de Dorian Gray sigue los pasos de un seductor aristócrata que regresa a Londres, se relaciona con Lord Henry Wottom (Firth) y conoce los secretos que esconce un retrato suyo pintado por Basil Hallward (Ben Chaplin). El paso del tiempo comienza a percibirse en todos, menos en Dorian: se mantiene joven y, en cambio, es su pintura la que envejece y refleja su degradación física y moral. El relato hace alarde de su correcta reconstrucción de época, de su tono lúgubre (que recuerda a La leyenda del jinete sin cabeza) y de sus correctos actores, pero no logra transmitir el misterio y el espíritu gótico de una historia que se resiente en varios tramos. La búsqueda incansable del placer en todas sus formas y el crimen cobran forma en este film que juega también con lo fantástico y esconde un pacto diabólico que sólo se vislumbra sobre el desenlace. Quizás resulta un poco antiguo y se toma su tiempo (casi dos horas) para crear la atmósfera que se necesitaba, entre reflejos diabólicos y bailes de máscaras.
El mundo de Miguel Abuelo Un valioso tributo a Los Abuelos de la Nada, una película que rescata la vida, la obra y la figura de Miguel Abuelo, un pionero indiscutido del rock nacional. El documental introduce a su hijo Gato Azul, quien recorre las calles de Palermo buscando su herencia. Buen día día es un poema con música ("Más allá de toda pena siento que la vida es buena") y los realizadores plasman los días desde su nacimiento, pasando por su carrera y su particular manera de ver la vida. Y lo hacen a través de fotografías, imágenes inéditas y testimonios, acompañados por sus canciones. Mezlca de ficción y realidad, a manera de un collage multicolor que incluye dibujos, el film se completa con las participaciones de Norma Peralta, hermana de Miguel; Spinetta, Bazterrica, Calamaro, Cachorro López y Fontova, entre otros. Un documental para los fanáticos del músico y para aquellos que no lo conocieron tanto. Definido como "un loco de la calle", Abuelo dejó su música y su colorido mundo para quienes quieran escucharlo.
Jinetes del Apocalipsis Después de Caja negra y Monobloc, el director Luis Ortega ambienta su relato en una ciudad en ruinas y en un futuro post-apocalíptico que dejó a un grupo de humanos a la deriva. "Sólo les quedaba cruzar las grandes aguas" asegura el narrador de Los Santos Sucios, un film difícil de clasificar e impulsado por seis sobrevivientes que deben cruzar un río para escapar de un destino trágico. De este modo, desfilan por la pantalla Rey (Alejandro Urdapilleta) y Cielo (Luis Ortega), dos hombres unidos por una relación que no se explica demasiado. En sus horas de espera y peregrinaje, se suman el Mudo; un campanero; un niño enano y Monito (Martina Juncadella). Todos son parte de la misma pesadilla que expone desolación, temores y un estado "casi salvaje". El film se permite una escena onírica y muy pocas palabras, con una historia que queda siempre en un segundo plano. La correctísima dirección de arte de Anna Carnovale privilegia los parajes desolados, los autos abandonados y las ruinas de una ciudad que ya no está. El grupo representa distintos aspectos de habitantes de una sociedad devastada (el que no habla y el que se anima a más) y un final con arenas blancas que simboliza, posiblemente, la salvación. Un trabajo alejado de lo "comercial" pero, no por eso, menos atendible.
Matt Damon habla con los muertos El director Clint Eastwood se sumerge en un género que antes no había tocado: el thriller sobrenatural y lo hace a partir de la historia de tres personajes que tuvieron contacto con la muerte. Si bien Más allá de la vida no es su mejor film, tiene su sello y la trama cuenta tres historias paralelas que finalmente cruzan a los personajes. El primer tramo (cuenta con diez minutos impactantes en la secuencia del tsunami) muestra a una periodista de la televisión francesa (Cécile de France) que vuelve a la vida luego del fenómeno natural que azotó al Sudeste Asiático y dejó cientos de miles de víctimas. La segunda tiene que ver con un niño que pierde a su hermano gemelo en un accidente de auto y lleva adelante su hogar junto a su madre adicta (Lyndsey Marshall) y, la tercera, sigue los días de George (Matt Damon), un hombre que ha perdido su trabajo y tiene el "don" de comunicarse con el "más allá". Tanto la periodista como el niño tomarán contacto con George, quien es presionado por su hermano para comerciar con su capacidad de hablar con los muertos, aunque prefiere mantenerse alejado de esa actividad que lo atormenta. Eastwood juega a varias puntas, pero su dirección es contenida, sin excesos. El relato tarda en comenzar y resulta un poco disperso cuando se trata de un film de "corte fantástico". El cineasta elige el costado nostálgico y romántico sobre el desenlace, como lo hiciera en Los puentes de Madison y explota también la mirada ingenua de un chico en un mundo adulto que no termina de comprender (como en Río Místico). Todos los personajes buscan respuestas desde "el más acá" para entender y entablar contacto con "un más alla" añorado que tiene que ver con los afectos perdidos. El dilema se resuelve entre visiones, apretones de mano y romance.
Metros de cabellera e ingenio El estreno del último film de animación de Disney confirma que el sello está en su mejor momento creativo y retoma con éxito la aventura, el humor y la acción. Esta vez, de la mano de la dupla integrada por Byron Howard (Bolt) y Nathan Greno. Enredados une a un grupo de queribles personajes en medio de una trama plena de ingenio, vértigo y figuras fantasmagóricas, que recurre a elementos clásicos como los hechizos, el relato de los hermanos Grimm y las canciones que vuelven a la pantalla grande. Flynn Rider (Zachary Levi) roba la corona del reino y se esconde en una misteriosa torre, donde es tomado como rehén por Rapunzel (Mandy Moore), una bella adolescente con una cabellera dorada de 21 metros de largo, que permanece encerrada por su malvada madre. Al igual que Ariel en La Sirenita, Rapunzel se anima a explorar un mundo desconocido para ella y hace un pacto con el ladrón. Ambos, se lanzarán entonces a la aventura y serán perseguidos por la madre (raptora), dos matones gigantescos que se sienten traicionados por el ladrón, y por el ejército de reino. Como todo film animado de Disney que plasma un universo de animales, también aparecen un caballo protector y un camaleón inseparable. Enredados también brilla (como el largo cabello de la protagonista) por sus rubros técnicos y resultan impactantes las secuencias en las que Rapunzel y Flynn quedan atrapados en una cueva, inmersos en el agua que sube rápidamentre; y la del bote, rodeados por globos de luces que avecinan la paz de reino y, como siempre, el re-establecimiento del orden familiar.
La segunda película del director mexicano Amat Escalante (que se presentó en el Festival de Cannes) aborda el tema de la falta de oportunidades laborales de dos jornaleros indocumentados mexicanos en la ciudad de Los Angeles. El film sigue a través de planos estáticos y extensos las veinticuatro horas de Jesús (Jesús Moisés Rodríguez) y Fausto (Rubén Sosa), quienes afrontan diariamente la necesidad de obtener dinero para subsistir. Los bastardos combina realismo social y crimen a partir del momento en que los protagonistas irrumpen en el domicilio de una mujer, Karen (Nina Zavarin), y la someten a un juego peligroso. En ese sentido, la película está plasmada como una "olla a presión" a punto de estallar. Lejos del resultado de Funny Games, con Naomi Watts (que en nuestro país salió directo al DVD), el film sólo encuentra algunos apuntes interesantes sobre la violencia contenida, pero no siempre su bala da en el blanco. Los bastardos, hablada en español y en inglés, no se trata de producto de acción, sino de una muestra de cómo el orden cotidiano (madre e hijo adolescente) puede alterarse en cuestión de minutos por la presencia de dos hombres (y una escopeta) lanzados al mundo delictivo. Aunque tiene dos escenas de fuerte impacto, éstas no alcanzan para levantar el interés de un relato moroso que se toma sus tiempos para contar sus horas de desamparo y muerte.
Un film de aventuras que eleva la puntería La fantasía regresa con este tercer eslabón que comenzó de la mano del sello Disney en las dos primeras entregas y continúa ahora con Fox y bajo la dirección de Michael Apted, el mismo de Una mujer llamada Nell y 007 El mundo no basta. Las Crónicas de Narnia: la travesía del Viajero del Alba, que se exhibe en 3D, eleva la puntería con respecto a la segunda entrega, El Príncipe Caspian, y mantiene intacto su reinado mágico, al que sólo acceden los niños de inocente corazón. Lucy y Edmund regresan a Narnia para encontrarse con el Príncipe Caspian y juntos se embarcan en "El viajero del Alba". El film se alimenta de relatos como Los viajes de Simbad y 20.000 leguas de viaje submarino, por citar algunos, y tiene un comienzo prometedor en el que un cuadro se tranforma en la puerta de acceso al mundo de fantasía (en la primera era el ropero) y donde los protagonistas son empujados a aguas profundas. La tercera parte incluye personajes nuevos, como el ratón con espada en mano; el primo engreído (convertido en dragón por un hechizo); siete espadas perdidas; serpientes gigantes y presencias invisibles que no son tan amenazantes como parecen. Y trae de nuevo a Aslan, el rey de este universo mágico que permite el acceso y el regreso (o no) al reino. Todo aparece contado con un ritmo vertiginoso para que nadie resulte ajeno a lo que desfila por la pantalla y el 3D ayuda a potenciar su cometido. Para aquellos que siguen soñando, parece la película ideal.
La magia resurge en un mundo de cartón pintado El cineasta francés Sylvain Chomet, el mismo que presentó Las trillizas de Belleville en el año 2003 en Cannes, adaptó para su segundo trabajo un guión original de Jacques Tati. Se trata de El ilusionista, que cuenta la historia de un viejo mago que trata de no defraudar a Alice, una niña convencida de que sus trucos de magia son reales. De la misma manera que él cautiva a la pequeña, el film lo hace con el público y lo hipnotiza por la belleza de sus imágenes, plasmadas con una perfecta combinación de técnicas artesanales de animación y tecnologia que potencia los relieves y los fondos. El protagonista actúa donde puede, entre teatros con más butacas que público, y en medio de una trama que habla del peregrinaje de un artista junto a su conejo en un mundo de cartón pintado que parece desmoronarse. El ilusionista es la historia de un viaje, pero también es una enternecedora historia entre dos personajes que parecen entenderse (la chica termina siendo su asistente) en el mundo del olvidado music-hall. Entre afiches que promocionan su actuación y en medio de castillos o callejones que parecen detenidos en el tiempo, el realizador logra una película querible, nostálgica y técnicamente envidiable.
El imperio mediático En Videocracia, el director Erik Gandini documenta el poder de la televisión y comienza mostrando un bar que era utilizado para realizar un programa de preguntas y respuestas, en el que una mujer se iba sacando la ropa a medida que los participantes contestaban. "Era el comienzo de la tevé del Presidente", asegura el narrador y también director del film. La película accede a las esferas más poderosas, acercándose incluso a la villa veraniega del Presidente Berlusconi en Cerdeña, y revela una historia impresionante, engendrada en la terrible realidad de la "República Televisiva Italiana". Berlusconi es el dueño de los tres canales privados y controla el 90 por ciento de la televisión. La película también se introduce en el mundo del jet set, los casting, los paparazzi y las ilusiones de muchos que mueren por pertenecer al mundo de la pantalla chica. También enfoca a personajes poderosos como Lele Mora y Fabrizio Corona, gente del mundo del espectáculo y acercana al Presidente. La visión del film resulta interesante y también acierta cuando se aproxima a un desconocido, Ricky, un joven que participa en diferentes programas y sueña con "llegar"con su mezcla de estilos de Ricky Martin y Van Damme. Quizás sea un símbolo de la inocencia ante la monstruosidad del imperio mediático. CALIFICACIÓN: BUENA