Entre la controversia del whitewashing de género y la difícil tarea de adaptar una de las obras más conocidas del manga y anime, Rupert Sanders (Snow White and the Huntsman) hace lo que puede como director en este live action de Ghost in the Shell. Para empezar el film de Sanders recrea a gran escala las escenas más icónicas de su medio original con total eficacia y autoridad, el problema es que Ghost in the Shell – y hablo de anime – nunca se sintió contundente sobre los hechos de su historia. Escenas carentes de alma se pueden ver a lo largo de todo el anime y, en el caso de su adaptación, sucede exactamente lo mismo. Situaciones extremas que se sienten vacías y artificiales pero visualmente gratas suceden en pantalla de forma espectacular pero con un aire inútil carente de atracción hacia el público. Ghost in theshell tiene el lujo de poseer un gran cast con rostros internacionales. Scarlett Johansson, PilouAsbæk, JulietteBinoche, Michael Pitt y el gran “Beat” TakeshiKitanoson los nombres que aportan su magia facial para dar un puntapié de emoción a la película, no obstante, las actuaciones se sienten frías, casi soporíferas y extrañamente van de la mano con el ambiente. En los casos de Binoche y Pitt (sobretodo de Pitt) la cámara brilla y pide más de lo que se da. En contraparte a Binoche y Pitt, la asistencia de Kitano se destaca por ser forzada y deja bastante que desear – Beat Takeshi es un maestro en el arte de imponer su figura pero acá simplemente no funciona -; y para rematar el tema de talentos desaprovechados, el film utiliza a Michael Wincott de manera absurda. Su cameo es un punto extra para decir ¿no se dieron cuenta lo que estaban haciendo?.Wincott sobresale en absolutamente todo lo que hace y duele ver que su talento sea desaprovechado de esta forma, en un parpadeo se lo pierde. Estamos ante una película que acierta a nivel visual, ver Ghost in the Shell en IMAX o en 3d es casi una obligación. No vale la pena gastarse en ver la película en 2d, el film en lo que va del año es uno de los mejores ejemplos para disfrutar con anteojos 3d. En ningún momento se recurre al motion blur en escenas frenéticas, todo se muestra en paz y con armonía visual; esto quiere decir por ejemplo: si vemos una explosión o una brutal pelea, las cosas se ven de maravilla sin desenfoques que arruinen la experiencia. Ghost in the Shell es un film que se impone bien alto a nivel visual y da un respiro sobre los efectos convulsionados del 3d, lamentablemente debido a su dirección y actuaciones sintéticas no logra pasar de ser una adaptación del montón.
Con una base familiar recordando el clásico Alien (1979), Life expone el trabajo diario de una tripulación de astronautas y su relación con un nuevo integrante en la base espacial: un hambriento extraterrestre llamado Calvin. A diferencia de películas espaciales contemporáneas con cero desarrollo de personajes (un claro ejemplo: Gravedad) Life se toma su tiempo para presentar cada uno de los individuos al público, esto es un punto a favor sobre el film ya que se aleja del ordinario modelo “astronauta a prueba de todo”. En el film encontramos personajes con diferentes motivaciones y objetivos que van más allá de lo visto. Ryan Reynolds, Jake Gyllenhaal y Rebecca Ferguson son los principales exponentes de marketing, no obstante, los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick afilaron la historia para ofrecer un “protagonista masivo” o sea, toda la tripulación de la nave. Hiroyuki Sanada, Ariyon Bakare y Olga Dihovichnaya opacan en ciertos momentos claves al line up "marquetinero". Obviamente no hace falta aclarar que Calvin, el sanguinario ET de la película, es el principal punto de atención del film. El gran Calvin gana simpatía del mismo modo que el odio con toda facilidad. Life es una película simple, no muestra demasiadas innovaciones con respecto al género, no estamos ante algo groundbreaking, sin embargo es entretenida y logra captar la atención del espectador por la eficacia en la simpleza que presenta. Se puede divisar de lejos a dónde va ir la historia, quién va a ser la próxima víctima y hasta cómo va a terminar el caos en pantalla; pero todo está tan bien logrado que lo predecible puede resultar atractivo y divertido. Con dos primeros actos (el primero de descubrimiento, el segundo de caos) la película afloja un poco tras alcanzar el tercero con una resolución floja que utiliza un nivel de shock sobre el público. Muchas preguntas, pocas respuestas y con plotholes por doquier que hacen que la tensión generada del segundo acto se pierda, irónicamente, en el espacio. Un gran film a nivel técnico, con buenas actuaciones (y un bicho del espacio que da para hablar) ponen en equilibro a una ordinaria resolución. ¿Habrá secuela? Probablemente... De todas formas, Life es una buena película para disfrutar sin lujos de grandeza.
El queridísimo director Martin Scorsese regresa a la pantalla grande después de 3 años de ausencia. Silencio marca la vuelta del lado más complejo de Scorsese, ese lado espiritual que no sale al sol desde Kundun (una de las obras olvidadas del autor) hace 20 año. Silencio es un film casi obligatorio para los fanáticos de Scorsese. La película consigue invocar nuevamente el ánimo controversial y seductor que una vez se vio en La Última Tentación de Cristo. Con simbolismos en cada esquina - marcas registradas del director en cada una de sus películas - el proyecto es un viaje inverso sobre el poder de la fe y la esperanza de los protagonistas, en vez de tratar la búsqueda y renovación de un objetivo, Silencio se encarga de desplegar otro camino argumental... el peso de la fe en situaciones de vida o muerte, la renovación es cosa del pasado en el film de Scorsese y eso es el punto crítico en este gran largometraje. Estos 161 minutos narran el viaje de SebastiánRodríguez y Francisco Garupe (interpretados por Andrew Garfield y Adam Driver) dos curas Jesuitas que intentan dar con el paradero de su mentor, el padre Ferreira (Liam Neeson) después de la noticia del abandono de su hábito. Se agradece el ver a Neeson en otro papel que no sea de héroe retirado del cine de acción y la presencia de Driver mantiene la tensión en las escenas más complicadas del film; pero Silencio es el “show” de Garfield, que ya a esta altura esta consagradísimo en el escenario Hollywoodense. Es inexplicable la opción de la academia por seleccionar su actuación en Hacksaw Ridge sobre su rol en Silencio, una actuación de grandes rangos en la totalidad de la película, impecable. Queda claro que Scorsese no hizo un proyecto para una selección de público amplio, es una película con gran carga religiosa, extremadamente dura en ciertas escenas sobre determinadas posturas de la iglesia (palazos de arriba a abajo para el Budismo) y esto seguramente no va a ser agradable para todo el mundo. Dejen atrás The Departed y vuelvan a La última tentación de Cristo o la ya mencionada Kundun. Silencio es una película para ojos experimentados y afiliados en ver belleza en escenas simples.
Todo lo que tenga relación con el asesinato de JFK es interesante, el cómo y porque siempre van a estar atados al día 22 de Noviembre de 1963. El director chileno Pablo Larraìn muestra los sucesos previos y posteriores centrando la cámara en la viuda Kennedy, Jackie. Jackie es un film complicado por el hecho de ser otro caso de “Oscar Bait” – películas predilectas a entregas de premios – la película pone todo su peso sobre la actuación de Natalie Portman (de hecho fue nominada). Podemos aplaudir y gritar sobre su actuación y lo bien que se ve Portman en pantalla, pero al minuto de terminar de hablar sobre ella viene lo interesante: el film no va hacia ningún lado. 100 minutos de idas y vueltas que terminan siendo eternos e insufribles. Si no hablamos de Portman hay que subrayar las presencias de Billy Cudrup, Peter Sarsgaard y un grande que se nos fue hace poco, John Hurt. Otra de las cosas que superficialmente se destaca en la película es el trabajo de su compositora, Mica Levi. Levi hace un gran trabajo con lo que se le da, calca movimientos y estados de ánimo y los traslada a los sonidos; el problema es que la dirección de Larraín por centrase exclusivamente en Jackie no deja “avanzar” un grado al personaje, o sea que vemos y oímos tristeza a lo largo de toda la película y finalmente hacen que Jackie, a pesar de ser el personaje principal, se sienta como una presencia unidimensional. Tampoco ayuda el uso de flashback previos al atentado que muestran una época feliz de Jackie, estos se sienten forzados y ponen a la ex primera dama en un papel al estilo “Robotina” de los Supersónicos. Jackie es una película “dueña de nada” – justamente citando a su protagonista – es un proyecto desinteresado y forzado, se excusa solamente en una buena actuación pero el resto se siente mediocre y fuera de lugar.
James Mangold nos ofrece la última aventura de Hugh Jackman como Wolverine – uno de los mutantes más queridos del cine y comic- de una forma cruda, dura, no obstante emotiva y difícil de olvidar. Desde el primer frame vemos a James Howlett como lo conocemos: rodeado de alcohol y arrastrando una resaca de hace días, clásico del “buen” chico Wolverine, pero algo no va bien, esa molestia presente no se va y por alguna razón se incrementa. El público no está acostumbrado a ver a este héroe amado de esta forma; las canas predominan en su cabello, una tos constante no deja de azotar sus pulmones y una extraña artritis se está llevando el símbolo distintivo de su autonomía: las garras. Estamos en la despedida de un personaje icónico. El óxido y cromo (palabras inmortales en la obra de George Miller Mad Max), de los parajes desérticos, se perciben en todo momento en esta Road Movie y esto es gracias al fotógrafo John Mathieson. Mathieson junto con Mangold, Scott Frank y Michael Green -estos dos últimos guionistas del film- ofrecen un proyecto emotivo que evoca a los grandes clásicos del género Western, el más claro ejemplo es la película Shane del año 1953 (esta joyita de Western tiene sus segundos de protagonismo en una pantalla de televisión). Logan sin duda es un Western moderno simplemente con una ecuación diferente: en vez de sangre y balas, sangre y garras. Si bien la historia cuenta con un protagonista absoluto, los personajes secundarios tienen un peso contundente en esta película. Charles Xavier – Patrick Stewart- hace nuevamente un regreso que genera aplausos y lágrimas por igual; Estamos lejos de los tiempos dorados en los cuales el líder de los X-men soñaba con paz entre mutantes y homo sapiens –como diría magneto- es más, ya no hay paz, no hay x-men y para derrumbar a Xavier aún más, su sueño se convirtió en su propia pesadilla. Charles ahora es un viejo senil consumido por alzhéimer, adicto a los insultos y las propagandas de taco bell. Patrick Stewart deja sin palabras a todo espectador mostrando un cargamento actoral lleno de momentos graciosos y emotivos (no por nada tiene el título de Sir). Presenciar la relación de su personaje en las circunstancias dadas con su alumno/aliado/actual mejor -y puede decirse único- amigo es desgarradora para los ojos del público. Ahora bien, diciendo todo esto Charles no es el único personaje que genera una reacción positiva en este film, el segundo personaje contundente en la cinta es una pequeña niña muda llamada Laura (interpretada por Dafne Keen). Laura es el arma secreta en esta película. Es difícil opacar al gran Hugh Jackman en modo Wolverine activado – garras a fuera, furia ciega y grito visceral incluido - pero después de recorrer 137 minutos de película, la pequeña “gran” Dafne consigue definir y dar un primer vistazo a lo que podría llegar a ser el futuro de una nueva saga de películas. Logan un film explosivo y violento. Es distintivamente realista en comparación con sus películas antecesoras, estamos ante el ojo de la tormenta en la Saga X-Men/Wolverine, en una última Last Stand (última resistencia), en el ocaso del héroe con garras, pero es un ocaso glorioso que deja un sabor amargo, pero sincero como la vida y como toda cosa que se va, planta una semilla para las generaciones futuras. Excelente Hugh…. Simplemente excelente.
El director Kenneth Lonergan pone en pantalla un dramón que tal vez sea demasiado bueno para esta temporada de premios. Manchester by The Sea logra adueñarse del público contando una historia llena de golpes bajos centrándose en la vida de un hombre que, a pesar de tener cuerpo y alma, no está vivo. Casey Affleck logra cortar las chances de otros actores de adueñarse con el galardón máximo en actuación masculina ofreciendo el rol de su vida. A pesar de que esta película siga en su totalidad a un hombre, el verdadero protagonista es el pueblo Manchester-by-the-sea. Manchester genera un espectro en toda persona que se ve en pantalla, casi como una religión, se alza como un estigma más allá de los límites que bordean la costa y carreteras. Esto es mérito de Lonergan, que con su sutil ojo pone el mensaje "uno puede escapar de Manchester, pero Manchester va a estar siempre aquí". Es una pintura con colores fríos, casi sin vida pero de alguna forma, resulta hermosa para los ojos del público. Lee vuelve a Manchester, pero también vuelve a su pasado. Debe hacerse cargo de su sobrino –Lucas Hedges brillante- tras la muerte de su hermano. El personaje solitario de Lee, que vive a apesadumbrado, debe rehacerse ante la mirada del adolescente. La tragedia contada de forma realista y la suprema actuación de Affleck hacen que Manchester by the Sea sea mi preferida.En esta temporada de premios los cuales están llenos de película con un nivel similar, el film de Lonergan triunfa por su sinceridad absoluta.
En esta contundente película sobre dos hermanos víctimas de una economía en picada David Mackenzie, su director, se mete de lleno en la competencia más importante de premios de la industria. Comancheria en su nombre alternativo; nos brinda en sólo 102 minutos un viaje hacia la desesperación, la promesa de venganza y justicia a base de tiros y grandes actuaciones. Jeff Bridges, Chris Pine y Ben Foster dan vida a individuos que siguen sus respectivos sistemas de códigos, podemos señalar quien es el bueno y el malo, pero gracias al excelente guión de Taylor Sheridan (nominado en la terna de Mejor Guion Original por este trabajo), los grados de escala entre blanco y negro se tornan grises. HellOr High Water resulta un hibrido de dos clásicos: Heat de Michael Mann y No Country for Old Men de los hermanos Cohen, no obstante, Sheridan da un toque único que ya es una marca registrada en sus trabajos: Los personajes tienen escrito desde el comienzo su destino final (Sicario, también obra de Sheridan es el ejemplo claro). Ahora bien, lo importante en una buena película no es llegar al destino sino, disfrutar el viaje, y Hellor High Water es un flor de viaje!. Cabe destacar la excelente fotografía a cargo de Giles Nuttgens (Dom Hemingway), que muestra como los problemas económicos “infectan” la vida diaria de todo personaje en pantalla.
Un año más y una nueva película que pone a Francia en crisis por ataques terroristas, el nuevo film del creador de Eden Lake (2008) James Watkins, es aburrido, estruendoso y desalmado. Watkins vuelca todo su peso en el imponente Idris Elba. La película busca destacar su presencia, como si fuera una campaña de marketing para postularlo como el nuevo James Bond, Elba literalmente se apropia de toda escena haciendo una gran sombra y minimizando las actuaciones de sus co estrellas, entre ellas Richard Madden (Robb Stark de Game of Thrones) y Kelly Reilly, cuya actuación es sinónimo de ¿para que se molestaron en llamarla?. Con un guión ultra gastado de agentes en busca de terroristas en Paris (a esta altura Francia es un imán de este tipo de películas de acción) el film no consigue destacarse, toda resolución se siente como una figurita repetida, ya visto y hecho, con pobres giros argumentales – a esta altura si vemos a dos personas a punto de reunirse a solas sabemos que esa reunión no va a terminar bien – y un uso mediocre de esa gran ambientación que puede conseguirse en una ciudad como París, Bastille Day/The Take (título original del film) es un clon de un proyecto de Luc Besson en uno de sus años flojos. Atentado en París es un viaje en piloto automático, pero por algún milagro de la industria cuando se recurre a las escenas de “caos masivo” encabezado por su estrella principal, uno puede decir con tranquilidad: “por esto vine a ver la película.” Hay que decir que el evento del “Día de la Bastilla” es simplemente una mera excusa para situar el metraje en una fecha histórica y tranquilamente este proyecto podía haber sido filmado en Nueva York, Rio De Janeiro o hasta en el barrio San Telmo. En conclusión, Atentado en París, es una película de acción que pasa sin pena ni gloria. Lo único que logra efectivamente es posicionar a su protagonista en un puesto sumamente alto hacia una nueva voz del espía favorito de todos, 007.
Animales fantásticos y dónde encontrarlos nos envuelve de nuevo en ese mundo mágico lleno de vida, esperanza, oscuridad, personajes únicos y este caso en particular: bestias. Esta precuela de la saga de Harry Potter escrita por su creadora J. K. Rowling nos brinda una buena oportunidad para seguir disfrutando de este universo mágico.Newt Scamander (Eddie Redmayne) un “magizoologo” es el gran protagonista de esta película. Newt goza de ser sumamente singular, diferenciándose considerablemente del trio de amigos que todos conocemos, él es tímido y de pocas palabras, pero extremadamente leal hacia su pasión: el cuidado y protección de las bestias. Desde el comienzo del film, situado en Nueva York a mediados de 1920, Newt se encuentra en problemas al cruzar caminos con un no-maj/muggle llamado Jacob (Dan Fogler en un papel que pone a el resto del reparto en el olvido), desde ese momento la vida de este dúo no va a ser la misma.Animales fantásticos y dónde encontrarlos consigue despertar interés gracias al uso extremadamente efectivo de estos “animales fantásticos”, entre ellos se destaca un ornitorrinco o “Niffler” que literalmente se roba todo objeto brillante – y la película en sí -, un rinoceronte con cara de anciana y un mono peludo que predice futuros cercanos, entre otros. Todo momento en que se cuenta con la presencia de estos “Bichos raros” la película brilla. Lo que no brillan demasiado son los “humanos”. A los ya mencionados Redmayne y Fogler, se suman los nombres de Colin Farrell, John Voight, Ezra Miller, Samantha Morton y Ron Perlman al reparto, y acá viene el problema; pueden ser grandes nombres, pero por la combinación de mal casting y un pobre trato en el desarrollo de los personajes, la película no consigue trasmitir algún interés por ellos, los ejemplos más claros son los de Miller, Farrell y el propio Redmayne. Miller caracteriza a un personaje que literalmente falla en todos los aspectos de su humanidad, es insufrible y cada vez que está en pantalla uno ruega que se le termine el contrato en unos pocos minutos. Redmayne cae en lo que se puede denominar “síndrome de ganador del oscar”, esto es, repetir un papel que le dio la gloria máxima hasta el cansancio, y aquí en Animales Fantásticos,él es simplemente Stephen Hawkings en sus años dorados sin silla de ruedas y, también esta Farrell, él brinda una buena actuación, pero su personaje está demasiado descuidado y no se explora lo suficiente sobre él. Animales fantásticos es un must see para todo fan de Harry Potter, que anima pero con lo justo.
Ya lejos de sus penosos días de Gigli, Paycheck y Pearl Harbor Affleck demuestra un profesionalismo impecable a la hora de interpretar a un personaje aislado en sus propios pensamientos debido a su autismo y si El Contador tuviera una simple definición seria pura y exclusivamente un show de Ben Afflack. Gavin O’Connor y Bill Dubuque – director y escritor del film, respectivamente – nos presentan una película interesante, entretenida y compleja como un rompe cabezas, pero justamente como tal, una vez que vemos todas las piezas, se vuelve lineal y predecible. Utilizando flashbacks para explicar la historia y el mundo de Christian Wolff (Affleck), el film se gana al público de forma instantánea. “El contador” trata de mantener un ritmo ordinario, su vida es como un reloj con un riguroso plan de actividades que lo llevan desde el punto A al punto B en precisión absoluta, pero, cuando conoce Dana (Anna Kendrick) ese reloj empieza a fallar y se genera un caos que pone en riesgo todo lo que el protagonista quiere.La película definitivamente, es el show de Affleck, los talentos que lo rodean no pasan desapercibidos; Jon Bernthal, J.K. Simmons, Jeffrey Tambor y John Lithgow son grandes nombres que saltan en pantalla y dan energía a la máquina de acción dela película,especialmente la subtrama que protagoniza el personaje Simmons y su protegida. El Contador es una película realista de una mente extraordinaria viviendo en mundo violento gobernando por un reinado económico. Grandes dosis de acción y unos giros argumentales extremadamente obvios a primera vistaimpactan de una forma positiva y negativa –respectivamente- al film. Dos horas que consiguen agradar al público, pero sin bombo y platillo.