Dejando atrás la comida chatarra, la cultura redneck y –tengo que decirlo – a George W. Bush. Michael Moore, con su patentada ironía, viaja hacia Europa y Áfricapara reunirse con presidentes, ministros, directores ejecutivos o simples ciudadanos con el objetivo de “adueñarse”de determinados puntos positivos de cada región invadida. Temas como la salud, educación, derechos del trabajador, derechos de la mujer, el sistema penitenciario o la caída del muro de Berlín son un par de ejemplos que se tocan en ¿Qué invadimos ahora? con una mirada directa, simpática y realista, clásicos del hombre de la eterna gorra. Este film, utiliza un métodolighta comparación de los otros proyectos de Moore (Bowling for Columbine, Fahrenheit9/11, Sicko...), la alarmante simpatía del entrevistador acompañada de melodías “de ascensor” dejan al espectador con un sentimiento de calidez en los momentos justos, pero sin hacerle olvidar que está tratando temas de preocupación en base a sus vidas. El interés cultural es la clave, la columna vertebral de este inmenso doc yMoore va trazando, comparando y relatando el estilo de vida“a la americana” sobre los otros países los cuales él “invade”. La mayoría de las entrevistas terminan con un gran saludo y a la vez, con expresiones de lamentos al enterarse las vivencias de mutuos rincones globales. Lo absurdotambiénse hace presente en esta película, llegando a un punto máximo en el que Moore visita Noruega y compara la prisión de máxima seguridad Halden, con otras de Estados Unidos. ¿Se imaginan un lugar enel cual los presos tengan la llave de su propia celda, dispongan de internet, duchas individuales o puedan manejar sus propios cuchillos para cocinar? En ¿Qué invadimos ahora? lo van a ver desde adentro y con lujos de detalles. Obviamente ¿Qué invadimos ahora? no está dirigida para todo público: es un documental, aquí no hay explosiones o gente con habilidades extraordinarias en una aventura contra el mal, por eso si buscan ver algo así El Especialista: Resurrección o Miss Peregrine serían las mejores opciones.La invasión de Michael Moore es una excelente elección y una de las mejores películas del año en su género.
Tercera parte de la saga de Dan Brown y con ella el protagonismo nuevamente de “su” Robert Langdon en busca de salvar al mundo rodeado de lugares históricos, pinturas icónicas y obras fundamentales de la literatura. Ron Howard y Tom Hanks regresan para darnos un espectáculo visual de manera cuestionable. Con sus primeros 15 minutos frenéticos, infierno se destaca sobre sus anteriores entregas. Langdon está perdido, confuso en sus pensamientos y tratando de desentrañar porqué se despertó en el país equivocado, sufre amnesia temporal y esta incomodo, eso se tramite a la perfección. Gruñidos, quiebres y chirridos - muy bien el juego de sentidos propuesto en el principio de la película - adentran al espectador en una trama sumamente interesante, no obstante la niebla de intriga que produce ese gran comienzo se va disipando a medida que pasan los minutos para darnos un resultado perezoso y sin duda, aburrido. Los continuos errores de edición hacen que todo misterio resulte sintético (cambios de posiciones en corte de cámaras, objetos que aparecen y desaparecen por arte de magia…) además, Howard y David Koepp – guionista de la película – resuelven los enigmas/conflictos de forma estúpida y poco creíble alejándose de la obra que intentan adaptar. Lo peor de todo, la película se siente extremadamente lineal. Los libros de Dan Brown pueden tener una compleja e interesante historia, pero el factor sorpresa se perdió después de El Código Da Vinci (2006). En El Código al ver por primera vez al protagonista corriendo contra el tiempo en lugares asombros, generaba cierto encanto; En Ángeles y Demonios (2009) - la secuela del Código -, la cosa empieza a cansar, aun así, el resultado es bueno, pero con una señal de alerta. Ahora bien, en la tercera adaptación, estamos en otra ciudad y vemos nuevamente al protagonista corriendo de un lugar a otro con otro fondo, definitivamente hay que poner un freno… Con dos horas y minutos extras de duración, infierno se siente pesada y fastidiosa. Tom Hanks da lo mejor, pero no consigue salvar del todo a este pobre intento de adaptación cinematográfica. Una película que es mejor evitar si no se es un Die Hard Fan de esta saga.
Perry y Gail Perkins (Ewan Mcgregor y Naomi Harris respectivamente) toman unas vacaciones en Marruecos con el objetivo de mejorar su fracturado matrimonio, por cuestiones del azar se meten en la vida de Dima (Stellan Skarsgård) un “Vory” de la mafia rusa que al implorar ayuda los arrastra hacia una cacería de gato y ratón. Un traidor entre nosotros es la nueva adaptación de una de las últimas obras de John Le Carré (novelista británico especialista en el género de espionaje). Si están acostumbrados a este autor, ya saben que sus libros no se basan en resolver situaciones a los disparos (las armas se utilizan en caso extremo), le Carré prefiere utilizar el suspenso, el thriller en su máxima expresión, dando importancia al buen desarrollo de personajes y Un traidor entre nosotros ofrece justamente eso, personajes ricos interpretados de forma supremo por los actores: Stellan Skarsgård se hace querer, roba toda escena y prácticamente se lleva al resto del reparto por delante, es increíble como uno desea buena fortuna para este personaje lleno de tatuajes, que posee más alcohol en sus venas que sangre. Desde Marruecos, pasando por Francia, Suiza y terminando en Londres, la película es un deleite visual, con gran cantidad de escenarios a disposición del ojo espectador. Del calor al frio, el clima va cambiando casi en sincronía con la tensión que se ve en pantalla, esto es gracias a Anthony Dod Mantle y su especialidad en fotografía. El film se esfuerza, tal vez al extremo, en querer contar una historia compleja y llena de interrogantes, pero con su corta duración (la cual es la correcta para no caer en algo tedioso) no logra cautivar lo suficiente. Todo se muestra sin demasiada importancia, como si su directora, Susanna White, pensara más en su cheque que en entregar un proyecto de calidad en las salas. Un traidor entre nosotros es una película para ver solamente por sus actuaciones. Genera suspenso pero acompañado de una sensación ya antes vista en otros films. Buena en su simpleza.
Jason Statham se calza una vez más la piel de Arthur Bishop, esta vez, disfrutando de su retiro en Brasil rodeado de sol, chicas y samba. Ahora bien, como a todo ex-asesino, la “vida loca” no le dura mucho y Bishop va a tener que retomar su letal especialidad. Desde el primer minuto la fotografía, a cargo de Daniel Gottschalk que llama la atención, colores fuertes inundan la pantalla con un estilo imponente, claro y acorde a la temática del film. Esto traslada al espectador a un ambiente relajante, festivo y sin dudas hace pensar que estamos ante un film a nivel visual muy ambicioso. Claro, todo puede verse fantástico, pero ¿lo es? y aquí viene el primer problema de El Especialista: Resurrección. La película, en sus primeros 20 minutos es sumamente aburrida, todo lo que pasa en el transcurso de ese tiempo se siente superficial - incluso para una película del genero acción - el espectador empieza a dudar si realmente el film en un momento va a despegar de este “embole” visual que se hace presente. La sala puede llegar a sentir que está viendo la última campaña publicitaria de algún perfume, hasta se ve la infaltable escena de escape al mejor estilo “publicidad de Antonio Banderas”. No obstante, tenemos que agradecer que estamos ante una película con Jason Statham. Con efectos especiales obsoletos que resultan opuestos al trabajo fotográfico, The Mechanic 2 – titulo original de la película – alcanza con lo justo para entretener al público, digo esto porque lo que vemos en pantalla en grado de acción es muy bueno, pero cuando se utiliza un exceso de CGI, se opaca la calidad total de una gran escena de acción y estas no terminan de convencer. Contando con la ayuda de grandes nombres del espectáculo global como Michelle Yeoh y Tommy Lee Jones -este último hace un cameo extendido que trae nuevamente a escena a una especie de William Strannix de Alerta Máxima-, la película no se termina de hundir completamente. Tengo que decir que sus roles son mínimos y los podrían haber cumplido algún Juan/Juana Pérez y la entrega de ellos sería buena de todas formas. El Especialista: Resurrección es una película que está hecha para un público especifico y amante de la acción, Jason Statham empuja y consigue cargarse la película entera de una forma que roza lo bueno, pero no pide nada de cambio extra. Para pasar el rato y entretenerse un poco.
Ser nuevo en una escuela no es fácil, la incertidumbre de no saber con lo que uno se va a encontrar dentro de esas “terroríficas” puertas,establecimiento queserán nuestra segunda casa por el resto del año puede llegar a ser desesperante y, aúnpeor, cuando ya es la segunda semana y no sucedió absolutamente nada interesante. Ni nuevos amigos, ni chicas que llamen la atención, ni maestros que sepan tu nombre… Esto es lo que le pasa a Benoit, el joven protagonista de esta historia. Transportándonos a la época de usar guardapolvo y no pensar en el futuro Le Nouveau,película dirigida por el director francés Rudi Rosenberg,enfoca la mirada hacia los constantes esfuerzos de Benoit por ser aceptado en su nuevo espacio escolar. Humillado por su hermano menor y presionado por sus padres, Benoit se dispone a hacer todo lo posible por encontrar un grupo al que pueda pertenecer.Tras varios intentos fallidosde interacción social, un encuentro con los Bullies de la escuelay el descubrimiento de un primer amor imposible, Benoit,con la ayuda de su tío (Max Boublil dando una gran actuación como tío desempleado y vago)se dispone a realizar una fiesta en su casa para lograr ser conocido y dar finalizada esa búsqueda frenética de un amigo. A pesar de su esfuerzo, sólo tres personas asisten a la fiesta, ellos son:Joshua - una fusión entre Nelson de Los Simpson y Alan de ¿Qué paso Ayer? -, Constantin, el Millhouse del grupo y Aglaée, una chica con deficiencia motriz. Este trio genera un punto de quiebre en el film,porque el espectador quiere ver a Benoit “triunfar” en la escala social de su escuela, pero al empezar a ver a estosco-estelares y conocer sus modos, sus acciones y reacciones ante las cosas que suceden, la atención hacia el protagonista empieza a disiparse y la balanza comience a inclinarse del lado de estas nuevas figuras. Estos jóvenes actoresgeneran gran vitalidad la película. Un film francés con dosis de humor justa (si se llega a apreciar), una gran banda sonora y un argumento al mejor estilo Richard Linklater, nos relata una simple etapa de la vida, sin principio ni final. La frustración, la alegría y la esperanza de saber que no todo está perdido se van a demostrar en estos 81 minutos de duración. Una correcta opera prima, que deja al espectador esperando un posible anuncio de serie de televisión para continuar la historia de este extraño, pero increíble, grupo de amigos.
Con una campaña de marketing que empezó como un suspiro y creció considerablemente a la hora de su estreno, No Respires es el regreso triunfal de Fede Alvarez a la pantalla grande tras haber estado 3 años en las sombras después del éxito de Evil Dead en el 2013. En esta ocasión, Alvarez nos entrega un film intenso, realista que no nos deja el lujo de descanso en sus 88 minutos de oscuridad. No Respires encierra a Rocky, Alex y Money (Jane Levy, Dylan Minnette y Daniel Zovatto respectivamente), tres ladrones de “casas” en un laberinto de 2 pisos, con pocas salidas y pocas probabilidades de sobrevivir cuando se encuentren con “El ciego”, interpretado por Stephen Lang. Jugando con los sentidos del espectador, Alvarez, recurre a la tensión máxima a lo largo de toda la película; el uso de la visión, la audición y el olfato son las bases de este proyecto. El público observa como los tres ladrones que piensan llevarse por delante al mundo desde el comienzo, terminan siendo las víctimas de un hombre al que la vida le jugó demasiados malos momentos. La manipulación sobre quien es el verdadero villano resuena en cada acción de lo que ocurre – o ocurrió – en esa casa. Uno realmente no sabe de qué lado inclinarse, las decisiones van más allá del bien sobre el mal y ese es el secreto del éxito de este proyecto. El otro secreto es Stephen Lang. Lang da una actuación excelente al interpretar a un personaje frágil y poderoso al mismo tiempo. Conocido por sus numerosos villanos y personajes que imponen autoridad, él puede pasar de ser un asesino en serie como se lo vio en The Hard Way (1991), ser un bocón insufrible con un final trágico en Manhunter (1986) o un militar megalómano en Avatar (2009) con total facilidad. “El ciego” no es sólo un villano, es un hombre preso de hechos desafortunados y apuesto que más de un espectador va a querer que el salga victorioso. Con planos secuencias que recorren pasillos, ventanas, puertas y tuberías, la sensación de claustrofobia se logra instalar en el público acompañada de un silencio expectante. Lo obvio no resulta como uno espera y los sonidos funcionan como si fueran agujas a los oídos, todo esto es mérito del trabajo de Alvarez, que brinda una experiencia excelente con precisión absoluta en cada sector técnico de su film. El resultado final sin duda es satisfactorio sin llegar a extremos. No Respires es una gran película de un director que, con pocos recursos, siempre logra algo interesante y contundente.
Nerve da una mirada crítica sobre el uso de redes sociales y sus consecuencias, la película protagonizada por Emma Roberts y Dave Franco, advierte sobre la adicción de la tecnología, pero lamentablemente lo hace de un modo soso, artificial y aburrido. Henry Joost y Ariel Schulman, directores del film y fanáticos de proyectos sobre interacción social (catfish serie y película) muestran un panorama interesante en el mundo de apuestas en red, no obstante, lo que podría haber sido una película con un clima de tensión total y manejo del publico de principio a fin, se convierte en una demostración sobre decisiones estúpidas con personajes que no valen siquiera el precio de la entrada en el cine. ntre las luces de neón y el trabajo fotográfico realizado por Michael Simmonds se puede ver una claridad absoluta entre los planos y las acciones de los protagonistas, la utilización del metodo POV (punto de vista) lleva la perspectiva directamente hacia el celular de los usuarios del sitio de apuestas. Un gran momento en Nerve emplea la vista selfie de un celular en una hazaña a 10 pisos de altura, esta escena juega con el vértigo del espectador y demuestra lo que la gente venía a ver desde un principio, pero esto no dura mucho. La música acompaña este viaje de una sola noche y refleja, con ritmos electrónicos, la actitud que tienen los protagonistas. Las melodías comerciales fusionadas con el manierismo absurdo de los personajes dan la sensación de estar viendo una campaña de marketing de alguna empresa, en vez de una película. Todo se siente automatizado, con una cierta similitud a la película Proyecto X. Joost y Schulman prefieren apostar al entretenimiento barato sin contenido con estilo visual y canciones cool, a una historia con un peso argumental importante. El dúo de directores tendría que quedarse donde corresponde, pasando su programa Catwish en un canal esclavo de la moda y no torturarnos con este tipo de largometrajes sin sentido. Nerve es una más en la lista de películas que empezaron con una buena idea y su ejecución dio un resultado que está a la sombra de que realmente se pensó. Con una gran fotografía, consigue encantar visualmente al público, pero no logra más que eso y el mensaje que quiere trasmitir desde un principio, queda en el olvido por culpa de las decisiones que toman sus protagonistas.
Todd Phillips se adentra en un territorio inexplorado hasta el momento en su filmografía, el drama biográfico. War Dogs – título original de la película - marca un nuevo comienzo en la carrera de director, una reinvención en lo que hasta el momento era una seguidilla de comedias absurdas (el tríptico Hangover) que dejaban al espectador riendo por días. Amigos de armas es uno de los mejores ejemplos de que arriesgarse por un estilo nuevo, puede dar un resultado muy positivo. La historia comienza en el año 2005, abriendo un panorama pasado de la vida de David Packouz (Miles Teller). David pasa sus días trabajando como masajista, gastando sus ahorros de vida en proyectos con resultados negativos y soñando con una mejor vida para él y su flamante novia Iz (interpretada por la siempre atractiva Ana de Armas). A pesar de escuchar a su instinto y de creer que pronto va a llegar su turno de vivir “la buena vida”, toda acción que David realiza resulta aburrida, pero todo esto está por cambiar cuando se reúne con su mejor amigo del secundario Efraim Diveroli (Jonah Hill). Efraim es todo lo opuesto de David, no sólo en lo físico, sino en lo psíquico, David es centrado y medita cuidadosamente sus decisiones, en cambio Efraim es impulsivo, no mide consecuencias y desde el momento en que se lo ve en pantalla, se puede divisar un cartel invisible en su cabeza con la palabra: ¡PELIGRO!, CORRA HACIA EL OTRO LADO. Efraim es la combinación de dos personajes interpretados anteriormente por Jonah Hill, Donnie Azoff de El lobo de Walt Street (2013) y Seth de Superbad (2007), con nombrar a esos dos individuos se pueden imaginar la clase de persona que Efraim es. Todo esto simplemente es una descripción general de como comienza War Dogs porque lo que sigue es un viaje por el mundo lleno de armas, millones de balas y personajes siniestros. La música compuesta por Cliff Martinez acompañada de canciones que recorren diferentes décadas se encarga de transportar al espectador hacia las emociones que sienten los protagonistas. Es increíble lo que puede generar escuchar Wish you Were Here de Pink Floyd cuando el personaje de Hill realiza un test de prueba de control calidad de lo que va a ser “la venta de las ventas” en el negocio de tráfico de armas o ver al dúo de amigos escapando hacia el horizonte al ritmo de Fortunate Son de Creedance, toda canción funciona en esta película, sea del género musical que sea y esto es algo que Todd Phillips nos tiene acostumbrados en todos sus films. Las canciones nos ayudan a disfrutar más el relato que estamos presenciando. Tengo que aclarar que, aunque la película sea un “drama biográfico” no quiere decir que está libre de humor, al contrario, lo exhibe de principio a fin. Tal vez lleva su libertad al extremo al mostrar situaciones tensas de una forma simpática con tal de agradar al público, muy similar a lo que Michael Bay hizo con Pain and Gain (2013) otro film biográfico contado de forma “graciosa” que se benefició con el uso del “humor negro”. Lejos de recordar y distanciándose cada vez más de la trilogía de ¿Qué paso ayer? Todd Phillips da, gracias a Amigos de armas, un giro de 180 grados que resulta sumamente atractivo y diferente a lo que nos tenia acostumbrados. Aunque se extrañen personajes como Frank el Tanque de Old School (2003) siempre hay lugar para conocer a nuevos y excéntricos protagonista como Efraim Diveroli. Recomendación: Si tienen la posibilidad de ver la película Lord of War (2005) después de ver Amigos de Armas, ni lo duden, es un combo perfecto. Dato Curioso: Hay un cameo del verdadero David Packouz en los primeros 15 minutos de película. Él es quien toca la guitarra en el lugar de retiro de ancianos.
El Pulso es una adaptación que tuvo un camino bastante difícil a recorrer antes de llegar a ver la luz en las salas de cines. En el año 2006, cuando se publicó la novela de Stephen King, el proyecto fue catalogado de alta importancia por varias productoras porque lo consideraban como una apuesta segura para los tiempos que corrían debido a la relación entre el ser humano y la tecnología. Eli Roth (Hostel, The Green Inferno) dio el primer paso para dirigir esta adaptación sobre “zombies del celular”, pero por diferencias artísticas decidió alejarse para centrase en ideas originales propias. A causa de ello, el film estuvo en un círculo de idas y vueltas y cambios constantes, hasta el año 2012. En ese año la información empezó a caer a cuenta gotas con especulaciones de casting, nueva dirección y bocetos de arte… pero nada concreto. Finalmente en el año 2016, 10 años después de esas primeras falsas esperanzas, tenemos una película protagonizada por John Cusack y Samuel L. Jackson y con un guion escrito nada menos por el propio King. Que quede claro: El Pulso es una adaptación con mucha libertad en cuanto a su fuente original. De todas formas, para los lectores de la obra literaria –me incluyo-, los momentos claves están, tal vez un poco diferentes como originalmente se los planteó en el libro, pero aún así están presentes. Ahora bien, no esperen mucho de Cell – título original del film-, porque es una película corta y rápida, que llega a pecar de tener un desarrollo nulo con respecto a sus personajes. Quitando al cuarteto principal, la mayoría de actores y actrices que se presentan en pantalla son simples cameos sin importancia y solamente su presencia sirve para aumentar la cuenta final de muertos. Esto no es extraño en adaptaciones literarias de King en la pantalla grande, muchas veces dejan la atracción de descubrir las personalidades de los protagonistas para dar lugar al gore, lo paranormal y lo macabro que rodea sus historias, perdiendo así el verdadero mensaje del trabajo literario. Pero lo que verdaderamente llama la atención en El Puslo es que, el propio King actúa como guionista y todo se siente demasiado simple para ser un trabajo de él. Un formato diferente, como por ejemplo una miniserie, sin lugar a dudas, hubiera sido más acertado. La dirección de Tod Williams (Actividad paranormal 2) se muestra aburrida, casi burda de principio a fin, con puntos críticos al uso de monólogos combinados con un primer plano del actor/actriz los cuales resultan absurdos ver y recuerdan – de mal modo - a escenas clásicas de Pulp Fiction y Alta Fidelidad, dos películas que justamente son protagonizadas por sus principales actores, Samuel L. Jackson y John Cusack respectivamente. Hablando de ellos, la química que mostraban en 1408 – otro proyecto de King en el cual compartieron pantalla – se puede divisar claramente, no obstante, se ve afectada por la terrible dirección de Williams. Una gran oportunidad –y reunión- tirada a la basura. Stephen King toma una decisión bastante controversial, ni más ni menos él decide tirarse a la pileta cambiando el confuso final de su novela de casi 450 páginas por petición de sus fans, supuestamente, para darle un “mejor cierre” a la historia de Clay en la conclusión de la película. ¿Qué se puede decir sobre aquella acción? Solamente que vean la película y disfruten, en mi opinión, de uno de los finales más disparatados en la historia del cine, no quiero decir nada más sobre ello, porque es algo digno de presenciar para llevarse una buena risa en el final de una película que sinceramente, la mala suerte le fue acompañando desde un principio. John Cusack logra una acertada imitación de Nicolas Cage y su excéntrico pelo. De terror y no del bueno. En resumen, y dejando la humorada de lado, El Pulso se centra en brindar escenas de violencia implícita y caos perdiendo el sentido de todo lo que su contraparte literaria quiso contar de manera intensa y atrapante. Se define como “una más” y tiene que quedar en eso. Y si logra algo, es, interesar al público a que lea primero el libro, para después ver a película.
Escuadrón Suicida es una película que se esfuerza demasiado. Se esfuerza en agradar al público, se esfuerza en el humor, se esfuerza en la acción… prácticamente todo lo que se ve es un esfuerzo continuo por tratar de borrar las críticas que sufrió Batman vs. Superman. ¿Y qué pasó con el resultado del esfuerzo de David Ayer y su escuadrón suicida. A continuación me ocuparé de esto. Con una gran química entre actores y actrices, el grupo funciona genial cuando comparten escenas. Will Smith y Margott Robbie son los que exprimen más tiempo en pantalla y demuestran que el departamento de casting no se equivocó al seleccionarlos en sus respectivos roles, en el caso de Robbie -ella se lleva todo por delante haciendo de Harley Quinn- no hay con que darle y deja a uno con ganas de ver más de esta “loca” encantadora. Otros miembros del escuadrón como Killer Croc (mi favorito de esta banda de “malos buenos”), Boomerang y Diablo son simplemente los “otros”. Generan conflictos, pero nunca llegan a quitar los lugares preferenciales de los personajes de Smith y Robbie. También hay individuos que no despiertan el más mínimo interés en el público -Slipknot y Enchantress- ellos dos son una combinación de mal casting y potencial desaprovechado. Enchantress cumple el papel de antagonista en la película, pero la actuación de Cara Delevingne arruina todo momento crítico, no convence y sinceramente uno no sabe cuál es su objetivo, ¿destrucción de la tierra? ¿Venganza contra una especie? ¿Se levantó de mal humor?. No importa, al día siguiente su plan va a pasar al olvido junto con su compinche/hermano que parece salido de la película Dioses de Egipto (2016). Si bien la película gira en torno de este escuadrón de villanos, el rey de los “grandes malos” de DC Comics reencarna de las cenizas con otro actor y nuevo look. Joker ahora es interpretado por Jared Leto. A casi un año de su primer vistazo anunciado con bombo y platillo, se mostraba como un personaje que iba a dar que hablar en las salas. Ahora bien ¿logra convencer? Por el uso de marketing promocional engañoso y una presencia que sirve como introducción decepcionante, definitivamente el Joker no logra atraer. Cuesta creer que este Joker es el encargado de asesinar al Robin caído en combate que se ve en BvS –Batman vs. Superman-, y más si lo medimos junto al brutal Batman de Ben Affleck que se encarga de incrustar su batimovil en la cabeza de los villanos. Tenemos que ver como se dan los planes a futuro con este nuevo Joker y una conclusión no se puede sacar en esos minúsculos 10 minutos de presencia. Hasta ahora por lo que se muestra, simplemente cuesta tomárselo en serio. Leto es un gran actor, pero hubiera sido mejor que lo tuvieran como un cameo en una última escena, ampliando su personalidad con tiempo necesario en futuros proyectos. Pero el mayor de los problemas en Escuadrón Suicida es el desastroso trabajo de edición culpa de la presión por parte de su estudio Warner. La película entera se siente como si fuera un clip musical de dos horas constantes, con situaciones sin sentido, errores de continuidad, escenas de acción que no elevan sensaciones al verlas y eso es sólo el comienzo... Todo se da en cantidades absurdas de una manera aburrida e ineficaz, llama la atención como sucede todo delante de los ojos del espectador y simplemente no genere absolutamente nada. David Ayer es un gran director, sabe manejar la cámara cuando quiere y sabe cómo impresionar a la gente cuando es necesario. Cuesta creer que este proyecto fue escrito por alguien que nos ofreció joyitas del cine como Training Day (2001), Street Kings (2008) y End of Watch (2012) por nombrar ejemplos. Igualmente, no es culpa de él en su totalidad, sino de Warner por respirar en su nuca con cada decisión a tomar. Ayer espera realizar una secuela de Escuadrón Suicida, pero en el estado que están las cosas en calidad final de los productos de DC y Warner, él tendría que salir de este lio lo antes posible antes que lo sigan arrastrando a él como lo están arrastrando a Zack Snyder (director de BvS) En resumen, Escuadrón Suicida es una película que prometía mucho para lo que finalmente demuestra. Con un elenco que deja todo, pero por decisiones mediocres de su estudio no logra instalarse positivamente en la memoria del público. Sin dudas forma parte de “las decepciones del año”.