Conmovedor relato con excelente realización y destacados actores Otra muestra más de la locura en que esta inmerso el mundo con atentados y guerras. La historia e inicia con una mujer, habitante de las afueras de Londres, específicamente en una de las islas del Rio, intentando ubicar a su hija, el día de los cuatro atentados simultáneos en Londres, esto es el 7 de julio de 2005. Narra las vicisitudes de una madre inglesa, católica, y de un padre musulmán, buscando a sus hijos después de los atentados. Estas dos personas no se conocen, pero al descubrir que sus hijos mantenían una relación amorosa, intentaran averiguar el destino de ellos. Puesto que el albur de la pareja es dudoso hasta instantes del final, y sin pretender sostenerse desde el suspenso, el relato da lugar y genera tiempo para una buena construcción y desarrollo de estos dos personajes. Brenda Blethyn, la muy buena actriz de entre otras películas "Secretos y Mentiras" (1996), "Saving Grace" (2000), junto a Sotigui Kouyaté, a la postre ganador del Oso de Plata en Berlin como mejor actor, establecen excelente química entre ellos y se potencian para obtener muy buenas y conmovedoras interpretaciones como padres angustiados y angustiantes Con un ritmo apaciguado, parsimonioso pero atrapante, y a resultas muy sugestivo, el realizador profundiza en la relación y búsqueda de estas dos personas, sin necesidad de apelar a sentimentalismos baratos, clishes, o mejor dicho, a golpes bajos o de efectos centrados en los atentados. Tomando como punto de partida el extraordinario, minucioso y trabajado guión de “Indigenes” (2006), el anterior film de Rachid Bouracheb (nominado al “Oscar” mejor película en idioma no inglés), y en comparación podemos decir que aquí el guionista ha preferido una narración lineal, natural en cuanto al devenir de la historia, posiblemente previsible, siempre y cuando uno quiera jugar a las adivinanzas en vez de dejarse llevar por el recorrido de los “héroes” Por eso el valor esta dado por el buen registro y manipulación de los componentes del relato y la dirección de actores, que le permite pintar bien la desazón y el anhelo de sus personajes. Lo dicho no va en desmedro de la dirección de arte, que cumple con el cometido de reforzar la información tanto espacio - temporal como en la simetría de construcción de los personajes. La cámara por momentos parece una cámara testigo, pero por otras es un personaje más de la historia, en el sentido de hacer participe al espectador del dolor de estos padres, ya sea por identificación como por empatía. Este recurso se ve favorecido por el tono naturalista de las imágenes y por el diseño sonoro, que se constituye en una banda de sonido casi imperceptible y subsumida al relato. Desgarradora pero de visión imprescindible.
El conocido actor Steven Buscemi se mete de lleno en una producción como entero responsable de la misma, si bien no deja de ser una remake de una peroducción homónima del 2003 dirigida por el desparecido Teo Van Gogh (tataranieto del hermano del pintor Vincent Van Gogh). Posiblemente este filme no sea muy bien recibido por la crítica “especializada”, tendrá grandes defensores, a los que me sumo, y grandes detractores. Es en realidad casi una obra de teatro con dos personajes que aparecen juntos y solos en el 90 % del filme, y el restante 10% esta uno u otro, pero que por sus formas y contenidos no decae en la atracción que provoca. Lo dicho, un pequeño texto fílmico, intimista, pausado, introspectivo, plagado de movimientos de cámara, sustentado en un guión muy inteligente y apoyándose en actuaciones soberbias. Pierre Peders (Steve Bucemi) es un periodista con extensa carrera, todo su baluarte esta en relación al periodismo político, pero sus formas son muy heterodoxas, y su editor lo “castiga” enviándolo a realizar una entrevista a Katya (Sienna Miller), una actriz de moda, en principio más bella que talentosa, más sexy que inteligente. El se cree superior a ella, más inteligente, más culto, hasta más importante, ella sabe seducir, es caprichosa, superflua y banal Así puestos frente a frente, uno que no quiere pero debe hacer y otra que lo hace por necesidad en principio narcisista, se construye un enfrentamiento entre gato y ratón, donde el papel va cambiando según avanza el proceso, con sorpresas, vueltas de tuerca, para terminar con un final aparentemente insospechado. El realizador se da tiempo de homenajear desde la imagen a Theo Van Gogh y al filme original dándole un papel pequeño a Katja Schurman, actriz protagónica del original. Pero la idea queda atravesada por el discurso del realizador, es por eso que hay otros muchos elementos puestos en juego, como la tendencia a la estereotipación de las personas, el prejuzgar, pero mucho más importante es la demarcación de los limites de la vida intima de los otros. El filme a flor de piel cuestiona, y mucho, la ética periodística, y eso es lo que molestara a más de uno.
Brillante, lozana y mágica fábula sobre el despertar de la vida Esta realización puede y debe ser tomado como una brillante y lozana fábula sobre la infancia, mágica y cándida, una película sobre la sugestión en el despertar de la vida, donde empezamos a aprender que no todo es color de rosa. Se trata de una comedia en parte costumbrista, en parte dramática, pero inundada de compasivos sentimientos. Construida, escrita y narrada con ternura, mucho humor, por momentos desde un realismo cotidiano, y otros desde el realismo mágico, versa sobre los sueños y la esperanza de verlos cumplidos en la realidad, donde el azar podría ser una variable importante pero no de libre albedrío. Este segundo largometraje del joven y perspicaz director polaco Andrzej Jakimovski, se ha difundido con mucho éxito en más de 20 países, y fue merecedora de múltiples premios internacionales, incluyendo la Linterna Mágica en el Festival de Venecia, y mejor película nacional en Polonia.. Fue la producción que represento a su país en los nominación de los premios Oscar en la edición de 2009. Todo transcurre en una pequeña y rutinaria ciudad, donde Stefek, un niño de alrededor de 8 años, juega con las palomas, con sus soldaditos de plomo, y tiene en su imaginación a su mejor amigo. La obra comienza con una dedicatoria, “A mi hermana, que seguramente quería ponerme encima del placard..” Él controla todos los movimientos de su hermana unos 10 años mayor, Elka, principalmente aquellos concernientes al noviazgo y el amor. También tiene un deseo oculto: hacer que su padre vuelva a casa, para ello debe provocar al azar, allanar el camino del reencuentro. Personajes muy bien construidos de tintes costumbristas, relato con inversiones imprevistas, hacen de este una exquisita obra cinematográfica.
Todo es posible cuando en un producto hecho sólo para la recaudación, se mezclan los géneros, acción, terror, aventuras, ciencia ficción, fantasía y si para colmo el mismo no es más que una parte de una secuela…. Ya hubo varios filmes con el personaje del “depredador”, la primera dirigida por John Mc Tiernan (¿quien se acuerda?), protagonizada por el hoy gobernador del estado de California Arnold Schwazenegger, donde un grupo de élite de las fuerzas (¿para?) militares de los Estados Unidos que van con la misión de rescatar a un rehén de la guerrilla centroamericana, entre ellos hay una joven nativa Elpidia Carrillo y todos se enfrentan con lo desconocido “el depredador”, un ser extraterrestre que los va cazando de a uno. El original era “original” (valga la redundancia) podría poner la primera, ¿no?, y estaba bien contado. En esta nueva versión las mezclas son tantas que uno puede creer que esta mirando un capitulo extraviado de la serie “Lost” o una remake, con pequeños cambios pero demasiado lavada. Un grupo de seleccionados muy heterodoxo y demasiado heterogéneo de sicarios, soldados, y cazadores, es arrojado en medio de una selva. Enseguida descubren que están ¿en otro planeta? Tienen que tratar de salir de ese lugar. Pero se enfrentarán al mayor desafió de sus vidas. No se conocen pero se necesitan frente al peligro que los acecha. Hay demasiadas coincidencias en la idea y escenas casi calcadas de la producción original, hasta es nombrada bastante subliminalmente cuando el personaje femenino hace referencia a la primera vez que se vio al monstruo del espacio. Debería ser imparcial y decir que esta es en realidad la mejor de toda la secuela (y no hablo de enfermedad) que derivo de “Depredador” (1987), pero tampoco es un gran elogio, como decía Groucho Marx. Pero también hay que decir que no por intentar ser sólo un entretenimiento, se le puede permitir que cometan tantos errores de verosimilitud, a saber los personajes caen desde una altura bastante considerable al agua, no sólo el armamento (que no se ve en la caída) esta intacto sino que además todos parecen Alan Ladd después de una pelea, esto es con el jopo armado, y hay varias de esas. En cuanto a los rubros técnicos, son todos de gran factura, el arte en general, la fotografía, el vestuario, pero vacío de contenido y con un guión que es un catalogo de lugares comunes, lo que la transforma en totalmente previsible. En el rubro actuación, Arnold es irremplazable, convengamos que Adrien Brody (Royoe) es un actor, pero por momentos se le escapa en el rostro el músico judío de “El Pianista” (2002) de Roman Polanski, por la cual ambos ganaron el Oscar. Con esta seguro que no repite. El otro personaje importante esta interpretado por Alice Braga (Isabelle), y aquí si tiene ventaja con respecto a la original. ¡Qué linda que es! Muchos podrán ver en los errores intencionalidad de los mismos, o además calificar como graciosos algunos diálogos rayanos en la idiotez, o tratar de ver provocación en imágenes escatológicas. A mi no me provocan nada en realidad me desagradan.
Toda una decepción. Cuando uno sabe que el actor principal es John Cusack, va como bien predispuesto, es un muy buen actor, (aquí lo demuestra), que sabe elegir muy bien los proyectos en los que participa (siempre hay una excepción que confirma la regla, y es esta). Corre el año ¿2009?, Lou (Rob Corddry) llega muy tarde y muy borracho a su casa, provoca un accidente, debe ser internado, todos creen que intento suicidarse. Sus dos amigos Adam (John Cusack) y Nick (Craig Robinson) deciden llevarlo a pasar un fin de semana en un hotel de montaña en el que los 3 estuvieron cuando eran jóvenes y del que les ha quedado recuerdos inolvidables. A ellos se les pliega el sobrino de Adam. Deciden relajarse y recordar las buenas épocas sumergidos en el jacuzzi del hotel, descubriendo que la bañera es una máquina del tiempo que los ha transportado al pasado, exactamente al año 1986. Inicialmente creerán que deben hacer exactamente lo mismo que hicieron entonces, pero luego se darán cuenta de que están ante una oportunidad única de cambiar sus vidas. Sólo hay un pequeño problema: el pasado y el futuro no son tan sencillo de modificar como ellos creen. Si usted ve aquí un refrito de “Volver al Futuro” (1985) esta en lo correcto, salvo por las intenciones de posicionarse como políticamente incorrecto, perturbador o movilizante, que en realidad no lo logra, con el agravante que todos los gags son tontos y previsibles, que además, por momentos, algunos resultas groseros, en tanto otros, de referencias sexuales y escatológicas, de muy mal gusto.
Una elegía ininterrumpida Uno de los últimos maestros del cine italiano toma como punto de partida la relación amorosa entre Ilsa Laser (genial interpretación de Giovanna Mezzogiorno) y Benito Mussolini (gran actuación de Filippo Timi). El relato comienza en 1907 y se extiende en la relación entre ellos hasta 1914. Un joven Mussolini, miembro activo e importante del partido socialista italiano, esta enamorado de una mujer independiente, la joven que retribuye ese amor, pero que se envuelve en la fascinación por ese hombre y termina perdida en una pasión no correspondida. Hay una máxima en las relaciones afectivas, siempre que alguien se entrega por completo espera lo mismo del otro y termina defraudado. La pareja tiene un hijo al que Mussolini no sólo reconoce sino que le da su mismo nombre completo, pero él ya esta casado, tiene una hija con la que sería su mujer reconocida por el registro civil. La realización tiene un quiebre histórico en 1914, durante la primera guerra mundial donde es herido y casi transformado en héroe de guerra. A partir de allí, y luego del enfrentamiento de las dos mujeres, Mussolini se aparta de Ilsa y la desconoce, hecho que se exacerba cuando en los años 20 llega al poder. Se casa por iglesia con Rachele Guido, con el propósito de contar con un aliado en la iglesia católica, y por ende en el Vaticano. Marco Bellochio construye la realización casi desde la nada, podría haber sido un inmenso clishe melodramático, sin embrago apela a todos los recursos narrativos que integra el arte cinematográfico para eludir todo tipo de complacencia. Apoyándose en un magistral montaje, donde no sólo hay cortes temporales, imágenes que aparecen como recuerdos de la protagonista e imágenes de archivo, que le dan vida propia al texto fílmico, más allá del relato. Sobre todo a partir de la mitad de la narración, cuando desaparece el personaje hombre del dictador, para dar lugar al personaje histórico. Desde ese momento el filme se apoya casi exclusivamente en la vida de Ilsa, olvidada primero, despreciada después, y por último encerrada en un manicomio. No era nada difícil diagnosticar de enferma mental, cuando alguien que no “es”, se presenta como la mujer de un personaje público de esa envergadura, sobre todo en ese tiempo. Hannah Arendt la autora de “Los orígenes del Totalitarismo” plantea la imposibilidad de cualquier tipo de coexistencia o compromiso con los regimenes totalitarios, “no se puede estar en contra de ellos, sin ser su victima”… Pero el realizador parece apoyarse en otra parte del escrito de la filosofa política, donde plantea que “…no hay nada más terriblemente fácil de recordar que la inocencia de aquellos que se vieron atrapados por la maquina del terror…” Si bien esto apuntaba al régimen nazi de Hitler y al “comunismo” de Stalin, igualmente es aplicable al discurso que instala el realizador del filme, ya que por detrás de toda la lucha de esa mujer por que ella y su hijo sean reconocidos, el tratamiento narrativo es un interesante estudio de la Italia de esa época. La obra de constitución operística, en cuanto a los tiempos narrativos, como así también al recorrido, construcción y desarrollo de los personajes, sustentados por un excelente diseño de arte, donde se destaca la fotografía, la música, y el vestuario. Es verdad que para algunos el excesivo metraje va en detrimento del producto terminado, pero siempre y en todo momento algo hace que el filme no caiga en ningún pozo, ni se instale en meseta alguna, mayormente dado por la actuación de su figura femenina, lo que la determina como una realización intima, de personaje, pero sin dejar de ser a la vez vistosa y majestuosa. No se si el público general responderá de la manera que este filme merece, pero todavía me quedan esperanzas que alguna vez el buen cine triunfe, pues el perdurar ya lo tiene asegurado.
El director de las sobrevaloradas “Memento” (2000) “The Prestige” (2006), como también responsable de “Batman. Caballero de la noche” (2008), la única donde su estilo narrativo no hacia agua por todos lados, vuelve al ruedo con un film bastante más ambicioso que las anteriores, ya desde el titulo original “Inceptión”, cuya traducción mas literal sería comienzo, pero que en realidad titularla “El Origen” no esta del todo mal. Pero que da cuenta de y hacia donde apunta, que promete cuando empieza y como decepciona al final. Digamos que la idea de trabajar alrededor del tema de los sueños no es algo novedoso, ya en la Biblia aparece el sentido del sueño, José interpretando los sueños del Faraón, como ejemplo, y haciendo un salto temporal, cualitativo y cuantitativo, pasando por Calderon de la Barca, llegamos a Freud quien a principios del siglo XX escribe lo que seria una de sus más populares obras, “La interpretación de los Sueños”. Haciendo una síntesis bastante salvaje se podría decir que el padre del psicoanálisis decía que los sueños son una realización de deseos. Del mismo modo Borges en la década del 40 publica el cuento “Las Ruinas Circulares” sobre un hombre que sueña con un hombre que esta soñando a un hombre perfecto. Este cuento fue interpretado varias veces como si fuese la pregunta por “el origen”, y así entramos en la producción que nos convoca. El guionista y realizador toma este tema de los sueños para hacer algo, en cuanto a idea general, muy similar al taquillero film “Matrix” (1999) de los hermanos Wachowski y toda la secuela excesivamente valorada, y si en esa ocasión los hermanos tergiversaban o banalizaban al filosofo Platón en esta oportunidad Nolan toma el tema y lo hace desde un lugar diferente, pero obteniendo los mismos resultados que en “Matrix”. Sobre qué elemento toma del sueño, y para qué. Ya estos no son una realización de deseos sino una fábrica de ideas al que se puede entrar y “plantar” una idea al sujeto soñante, para que cuando despierte considere que es una idea propia. Leo DiCaprio es Dom Cobb, un especialista en espionaje industrial, quien ha descubierto la forma de penetrar en la mente de sus adversarios, mientras estos duermen, pero su jefe Kaito (Ken Watanabe) no quiere sólo eso, necesita que Dom y su equipo le introduzca a su adversario Robert Fisher (Cillian Murphi) ideas que lo favorecerían a él. Para esto Dom necesitará a todos sus ayudantes y más. Todo un equipo al servicio de… Pero como de esta manera la trama sería demasiado lineal, al texto madre le van agregando historias paralelas. Dom necesita redimirse de y con su esposa Mal (Marion Cotillard), y se suma Ariadna (Ellen Paige) con sus deseos de ser reconocida por su inteligencia y no por su belleza, el ayudante primero de Dom, Arthur (Joseph Gordon-Levitt) quien trabaja en las sombras para ser el sucesor de su jefe, etc. El filme comienza con una apuesta fuerte, pero a medida que se va desarrollando el texto se vuelve cada vez más confuso, entonces se recurre a la narración oral que por momentos justifican las imágenes, por otros las contradicen, como el hecho de acudir a escenas de violencia que transforman a la producción en una de acción de formula hollywodense, con imágenes espectaculares, tiroteos y persecuciones. Por supuesto que la realización es muy buenoaa nivel de los rubros técnicos y de las actuaciones, a lo que se le podría sumar algunos guiños muy simpáticos en relación a las actrices Marion Cotillard y Ellen Paige. Después no se sustenta. Lo dicho, se trata de un film de dos horas veintiocho minutos de duración, adrenalítico y pretencioso. Nada Más
"Si el amor salvara lo que el oro condena" Podría decirse que este film, trabajado en un principio como un thriller, es un buen homenaje al gran director francés Claude Chabrol, pero también es una radiografía de una sociedad en franco proceso de deterioro, y no estaría del todo mal hablar de un melodrama con triangulo amoroso incluido. Es más si se quiere, podría reducirse a la dramática existencia de una mujer de alrededor de 50 años que, viendo y viviendo que sus hijos entre adolescentes y jóvenes ya no la necesitan, por quienes abandono sus proyectos, entra en crisis. No es problemático que el relato, digo la historia, y su estructura narrativa sea, salvando que en realidad es un gran Flash Back, funcional, lineal y sin demasiada originalidad. Entonces vale la pena plantearse que es lo que termina seduciendo al espectador, en primer lugar la pareja protagónica, Kristin Scott Thomas y Sergi Lopez son magistrales en sus composiciones. Ella reconocida por el público a partir de su papel en “Hace mucho que te quiero” (2008), pero para los cinéfilos no fue una revelación, ya había deslumbrado en “Ángeles e Insectos” (1995) y “Gosford Park” (2001), entre otras. Por su lado Sergi López que había aparecido en la maravillosa “Una relación pornográfica” (1999), en el gran thriller “Harry, un amigo que te quiere bien” (1999), o más recientemente en la pequeña obra maestra “El laberinto del Fauno” (2006). Datos que determinan la versatilidad actoral de ambos. Otra variable a favor del producto, valida como parte del análisis, estaría encuadrado desde lo estético, es decir el diseño de arte, el manejo de los espacios, la elección del encuadre y los colores. Específicamente la fotografía, excelente trabajo de Agnes Godard, quien trabaja la imagen constantemente en concordancia con los personajes y con las situaciones, lo que se distingue claramente en la utilización de tonos azulados, fríos, para la “mansión” que Suzane (K.S.T. ) ocupa con su marido Samuel (Ivan Attal), medico exitoso, y sus ya mencionados hijos, mientras recurre a tonos pasteles, calidos un poco virados al anaranjado,para el pequeño departamento de Ivan (S.L.) su amante, un albañil de origen catalán que acaba de salir de prisión y padre de una hija a la que no puede visitar muy asiduamente. Igualmente el arte en cuanto a la disposición, cantidad y calidad de los objetos que se observan, está en función de la historia. Poco interesa en el relato las diferencias sociales, las pujas por los lugares de poder, el uso del económico como forma de coacción, la corrupción, la mirada de los hijos, su juzgamiento, el dolor, el valor, el deseo, el amor fraternal, etc. Uno de los puntos más salientes es la mirada de la directora sobre el mundo femenino. Hay una escena que sintetizaría el conjunto, esta jugada en las miradas de los personajes, en como se miran y como se instala el otro como deseo, ella le pide a Ivan que la eche, y el obedece……. Como dice la canción, si el amor salvara lo que el oro condena…… Sabiendo que la directora es francesa, con apellido de origen italiano, una actriz inglesa, dos actores, uno español y el otro israelí, semejante ensalada podría haber sido un fiasco, sin embargo opera como una fórmula bien condimentada.
Varias son las aristas que se van desarrollando en la construcción de este producto netamente marquetinero, o dicho de otra manera esta realización producto directo de lo que hoy se conoce como cruce de géneros, con el sólo fin de la recaudación pecuniaria. Entonces tenemos aventuras, romance, acción, juego de adolescentes, digo entre la reafirmación de la identidad típica de la edad hasta el primer enamoramiento. Hasta quieren imprimirle al relato cierto dejo de suspenso, utilizando algo muy en boga que es la búsqueda de equilibrio entre lo antiguo y lo moderno. También puede ser leído lo uno como el lugar de la ética y la moral y lo otro como la búsqueda del logro de los objetivos. Entonces es muy fácil reconocer que esta mezcla degenerativa, que no hace pie en ninguna específicamente (o hace agua en todas), a otras historias o producciones como la saga de “Harry Potter”, pues desde el titulo hace referencia a un determinado grupo etario. El joven Dave Stutler (Jay Baruchel) esta enamorado de Becky Barnes (Teresa Palmer), su forma de conquistarla va a estar cruzada por los cambios que se producen en él al aceptar ser el aprendiz del mago, (¿cualquier similitud con “El hombre Araña” -2002-, va por cuenta del espectador?). Del mismo modo tenemos a los maestros Balthasar Blake (Nicolas Cage), en un personaje que como construcción se parece mucho al realizado en ese mamarracho llamado “La leyenda del tesoro perdido” (2004), no tanto desde la estética sino desde su representación, que desde hace mil años “busca” un heredero tal como hizo el mago Merlín con él. Su contrincante, igualmente discípulo de Merlín, es el malvado Maxim Horvat (Alfred Molina, otra vez…) Magia, acción, persecuciones, peleas, romances, celos, envidias, resentimientos, perdidas, duelos afectivos, hombres malos, jóvenes perversos, (los compañeros que se burlan del freak), sólo le falta aceite, sal y limón a esta ensalada. Circulan dentro del relato otros personajes que si bien hacen medianamente al cierre de la historia, a saber la compañera de Maxim, la mala Morgana, (Alice Krige) y la ex novia de Balthasar, la buena Verónica (Monica Bellucci) no aportan nada a la progresión dramática del mismo, (como si lo tuviera, ¿no?). Lo incoherente de toda esta producción plagada de escenas de efectos especiales, acción, montaje trabajado a puro corte, cosa que debería darle un ritmo vertiginoso, es lo moroso que termina siendo su resultado, también y es verdad esto esta dado por lo previsible del mismo. Algo sí tiene de positivo esta forma de contar, o este tipo de estructura narrativa, es que el diseño de montaje sea la estrella, no hay ni puede haber lucimiento de los actores, al punto tal que hasta Nicolas Cage parece actuar bien. Como para rematar esta crítica debo mencionar que este texto fílmico esta míinimamente basado en la balada de Goethe, quien se inspiro en una leyenda popular, y no sólo eso, sus responsables se dan el tiempo de realizar un “homenaje” al clásico de Disney “Fantasia” (1940), donde Mickey es el “Aprendiz de Hechicero” en uno de los episodios más logrados, con música de Paul Dukas, ejecutada en esa versión por la Filarmónica de Filadelfia, dirigida por Leopold Stokowski. ¿Quién se los pidió?
Este es uno de los mejores ejemplos de película grandilocuente y hueca. Mientras se esta en medio de la proyección los valores agregados que posee el film hacen que uno se deje llevar, pero cuando aparece la palabra fin todo se derrumba como un gran castillo de naipes. Primero vayamos a lo que nos quieren contar. Basado en el clásico homónimo de la escritora francesa Gabrielle Sindonie -Collete- (1873-1954), publicado en 1920, ya nos introduce en el cambio de centuria, el paso del 1800 al 1900, aunque también podría decirse a la llamada “Belle Epoque”. La ciudad de Paris da el entorno perfecto para describir a la sociedad de ese fines de siglo XIX, sociedad hipócrita al extremo, donde las cortesanas parecen que van perdiendo sus lugares de poder en medio de la alta sociedad que las vapulea por un lado, pero que las sostiene en forma oculta. Entre ellas se encuentra Lea de Lonvall (Michelle Pfeiffer) quien sabe que sus días de encantamiento están llegando a su fin, la frescura de su belleza se va marchitando. Dueña de una posición económica envidiable, sabe que su única asignatura pendiente es el amor, sabe de placeres, mucho, sexo vacuo. Su vieja amiga Charlote, (Kathy Bates), una ex cortesana, aquella que la cuido en sus inicios de la profesión, le pide que se haga cargo de su joven hijo Chéri, a quien conoce desde que nació, para sacarlo de las malas compañías. Chéri, que ya tiene 19 años, se va a pasar una temporada, con la nada despreciable Lea de Lonvall, y lo inevitable sucede. Todo demasiado previsible. Pero no todo, ni todos son honestos con las intenciones, cada cual juega su juego, y si uno juega con la vida de los demás puede ser dramático, pero si juega con la propia se puede transformar en trágico. La increíble reconstrucción de época, una magnifica dirección de arte, entre los que se destaca el diseño de vestuario, esplendida fotografía, trabajada en tonos pasteles, que da como resultado que cada imagen parezca tener la intención de repetir el arte pictórico de ese momento, muy en el orden del impresionismo, y la detallada banda de sonido, donde cada personaje esta potenciado por música empatica al momento que vive, conforman todo un “tandem” para impactar al espectador. Lo mejor de la realización son las actuaciones, parece un duelo entre dos grandes actrices, con algunos diálogos bastante chispeantes, y nada más. Si bien comienza como una comedia costumbrista, con el correr de los minutos intenta transformarse en un drama pasional y termina siendo un folletín, más cercano a un melodrama de telenovela venezolana. Otro punto muy endeble es el coprotagonista, no sólo el actor (Rupert Friend), que nunca da con el personaje ni con lo que le sucede. Los gestos son siempre idénticos, no hay mascaras de ningún tipo, no hay variedad en las expresiones así tenga que traducir amor, angustia, alegría o simplemente muchas ganas de ir al baño (aguante Peter Sellers), sino que la construcción del mismo fracasa desde la imagen, no es creíble nunca. La estructura narrativa clásica naufraga por lo trivial del texto, aunque hayan tenido las mejores intenciones, como dije al principio, al final todo desaparece. Film de época, dirigida por un gran cineasta, que ya nos había dado entre otras, “Alta Fidelidad” (2000), “Ambiciones Prohibidas” (1990) y que en relación a cuestiones de períodos de la humanidad había subyugado a todos con “Relaciones Peligrosas” (1988). Con “Chéri” vuelve a convocar al guionista Christopher Hampton y a Michelle Pfeiffer, ambos fueron parte del equipo de “Relaciones Peligrosas”, pero ahora ha quedado muy alejado en los resultados.