Lo primero que debería decirse de esta producción italiana es que en realidad esta exageradamente sobrevalorada. Lo segundo, que bien mirada no es más que una burda traslación del clásico de Charles Chaplin “El Pibe” (1921). Lo tercero, es que si hubiese sido una producción argentina la estarían defenestrando por miles de razones a saber.En principio es un filme no creíble, nada de lo que sucede durante el transcurrir de la historia y que intenta posicionarlo como un filme realista es verosímil. Una mujer mientras recorre la zona buscando a su perro encuentra a una nena de 2 años en una hamaca de un modesto parque, en medio de una tarde desolada de invierno. La nena no llora, no se ríe, no hace nada, esta ahí. La mujer se queda esperando que alguien la venga a buscar hasta que decide llevarse con ella a su casa. Se trata de gente de bajos recursos económicos, cuyo accionar esta dado sin ningún tipo de fundamento. Las escenas se van sucediendo en forma aislada, ninguna tiene relación ni con la anterior ni con la siguiente. No hay progresión dramática, sólo sucesos que intentan cubrir temporalmente hasta llegar el espacio establecido para ser presentado como un largometraje... No hay guión sino una idea aislada, ni siquiera original, para culminar con un final sin justificación y extremadamente pretencioso Lo único rescatable es la niña, toda una joyita de ser humano en desarrollo. Como para comprársela. El personaje se llama Asia, y la pequeña gran actriz Asia Crippa, la única que podría hacerle alguna sombra al Jackie Coogan, de la inolvidable obra citada del genial Chaplin.
El entrañable ogro inmerso en conflictos de la actual sociedad conyugal La cuarta de la serie del querido ogro, parecía ser una exageración, ¿Qué otra historia van a agregar? Siempre habrá motivos para festejar, si bien casi todo el relato surge como un homenaje al gran clásico del cine navideño de Fran Kapra “Que bello es Vivir” (1946), es además una gran radiografía de la sociedad conyugal de la actualidad. Con un muy buen guión, por supuesto que para los adultos es bastante predecible, pero bien construido, con infinidad de guiños para que los padres siempre tengamos motivos para festejar. Shrek esta sobrepasado por las tareas de sostener a una familia, y mantener las relaciones de afecto y amistad, una esposa, tres hijos, un gato (con botas) un burro y su esposa la dragona, y los pequeñitos. Perdió lo que intento recuperar en la primera de la saga, eso desapareció, en su deseo se presenta la fantasía de aunque sea por un día volver a ser el ogro que era, temido solitario y libre…… ¿Todo tiempo pasado fue mejor? Desde lo puramente técnico habría que agregar que la manufactura es muy buena, el efecto de 3D esta muy bien ensamblado, pero la continuidad del mismo a lo largo de todo el film, termina acostumbrando al espectador, hasta hacer desparecer lo efectos de profundidad que intenta reproducir esta técnica. Pues de que hablamos cuando decimos de proyección en 3D, es en la que los filmes puedan ser percibidos con sensación de profundidad y esto gracias a la visión estereoscópica. En la mayoría de las producciones así presentadas sólo son una burda superposición de imágenes, aquí no. Y eso también es valorado.
Muestra cabal del lenguaje del cine descubriendo a la naturaleza El film comienza con una pregunta de un nieta a su abuelo, "¿Qué es el océano?" esta pregunta, ¿retórica? (en el mal uso del término) es respondida por las imágenes. Nos encontramos directamente frente a un majestuoso espectáculo natural, tan colosal es la riqueza, la variedad, tan poco explorada y por ende tan desconocida. Los realizadores, y posiblemente algunos espectadores salgan disconformes, decidieron narrar casi exclusivamente con las imágenes, hay muy poco texto acompañando lo que se muestra. Se sabe como una verdad insoslayable que una cámara puesta a registrar eventos naturales secciona la realidad, y en algunos casos hasta la podrían modificar, cuando de conductas animales hablamos. Sin embargo las imágenes incitan al cinefilo a dejarse llevar, a introducirse en el mundo acuático, a ser testigos de la vida natural y de la búsqueda de equilibrio, en lugares donde el hombre todavía no pudo alterarlo El lenguaje del cine al servicio de la naturaleza, hasta se podría hablar de una mezcla de géneros realizada por gente que sabe de este lenguaje, acción, suspenso, drama, tragedia. También aprovechan para instalar un discurso, mostrándonos que los verdaderos depredadores de la naturaleza es el animal humano, no todos por supuesto.
Sólida narración de un episodio real de la resistencia dinamarquesa durante la Segunda Guerra Mundial No es muy común que se estrenen películas de origen danés en nuestro medio, por eso la llegada de este es doblemente gratificante. Basada en una historia verídica narra las vicisitudes de la vida de dos personajes emblemáticos de la resistencia danesa durante la ocupación nazi ocurrida en la segunda guerra mundial. Ellos, dos jóvenes idealistas, inflexibles, uno más que el otro, y arriesgados ambos por igual, son los encargados de eliminar a los colaboracionistas El pelirrojo Flame es el ejecutor, todo acción, todo juventud, sangre fría, no le tiembla el pulso, es todo un castigador; el otro un poco mayor, no demasiado, casado y padre de una niña, es conocido por Citron, por haber trabajado en una fábrica de autos de la marca francesa, es el chofer. Los roles son fijos, nunca se alteran, sólo cuando le llega la orden de ejecutar a Katty, su amante, su confidente, pone en duda la orden y su exactitud. Esta será un evento determinante en la vida de ambos. Lo mejor del filme es la forma en que esta construida la historia, la dualidad del discurso manifestado no sólo a través de la oscuridad de los personajes, sino que además pone en tela de juicio las razones de los propios jefes, mostrando intereses espurios. Ellos mismos son juzgados desde una mirada poco condescendiente, si bien se los presenta como grandes idealistas el transcurrir de la historia los va constituyendo no en esos bravos justicieros, para terminar como verdaderos antihéroes. Citron se replantea constantemente lo moral de sus actos, no la ética de los mismos, se sabe un asesino, aunque la causa aparezca como justa. Cree que algún día será juzgado por su accionar. De estructura narrativa muy lineal, con un gran trabajo en la dirección de arte, sobre todo en la reconstrucción de época, tanto la escenografía y el vestuario están en el orden de lo perfecto y muy bien acompañado por la fotografía y sustentado en las actuaciones.
'The Road' es una adaptación de la novela de Cormac McCarthy, el mismo autor de “No es país para viejos” que fuera llevada a la pantalla por los hermanos Ethan y Joel Coen (“Sin lugar para los débiles”, 2007). En este caso la historia se centra en la relación de un padre con su hijo en un mundo post. Apocalíptico. Ellos viajan hacia la costa para buscar un lugar seguro en el que vivir. En su viaje se encontrarán con los pocos seres humanos que quedan, la mayoría de los cuales, se han vuelto locos o se han convertido en caníbales. En la misma línea que muchas otras producciones, algunas ya clásicas como la australiana “Mad Max” (1979) y otras más recientes como “El libro de los secretos” (2010) o “Soy Leyenda” (2007), entre muchas otras. Lo que es una constante en estos filmes es la desolación, el deterioro del mundo, y la culpa que recae sobre nosotros, los de éste tiempo, que no sólo no lo hemos cuidado, sino que lo agredimos. Otro punto en común es que los personajes van en busca de un lugar donde lo humano todavía tiene esperanza, cosa que mucho no se entiende, ya que fue lo humano lo que dio como resultado ese futuro posible. Salvo en “Soy leyenda”, que el personaje principal busca una cura al virus que provoco el infierno. “La carretera” se sostiene por la estética, sobre todo la fotografía y la dirección de arte, y las actuaciones en la que se vuelve a destacar Viggo Mortensen, personificando al padre. Lo mejor de esta producción es la mesura con que se construye la historia y su precisa realización, una pintura exacta de la desolación.
Se podría decir que esta producción transita la delgada línea que separa lo sarcástico de lo satírico, toma como referencia el mundo imaginario de los superhéroes, extraídos en principio de los comics y con constantes referencias a su estética y sus personajes universalmente conocidos, ya muchos adaptados para el cine. Algunas con mayor elaboración y mejores resultados que otras, en este caso el realizador decidió centrar su construcción desde varios temas a saber: Los personajes principales son adolescentes o en su defecto púberes (ya aclarare este punto), es entonces que no sólo va estructurando el relato desde la fantasía sino que va incluyendo elementos de la realidad, situación que hace verosímil el relato, esto versa sobre que interrogantes tienen referente a la vida y que viven sus personajes, temas como el amor, el despertar sexual, la sed de justicia, el ideal de cambiar el mundo que los rodea, la amistad, el deber, etc. La narración comienza con un relato en off, de alguien que se pregunta: ¿Por qué a nadie se le ocurrió ser un superhéroe en la vida real? Mas allá de no tener superpoderes Dave Lizewaki decide transformar su vida según su idea, cualquier referencia a Batman, es aceptada. Sin embargo las mayores referencias en el filme están dadas a “El Hombre Araña”, otro joven que adquiere superpoderes de una súper araña transformada genéticamente en un laboratorio, ¿recuerdan? Pero, siempre hay un pero, al principio decía que la realización transita sobre una delgada línea que, en realidad, son varias: por un lado es muy graciosa, en tono de comedia, muy cercana a esas de temáticas sexuales ya empezaba allá como desde los 80 con “Porkys” hasta la menos agraciada saga de “American Pie”, más cercana en el tiempo; Por otro lado, también hay pequeñas distancias entre la violencia absurda casi naif, mezcladas con otras de extrema crueldad, innecesariamente “glamorosa”, hubiese sido bastante mas eficaz la insinuación, creo. La primera mitad del filme es ágil, presenta y construye los personajes hábilmente, es por momentos imprevisible, no hay un sólo superhéroe, aparecen varios imitadores, y son estos quienes enriquecen la historia.La segunda mitad se torna evidente, repetitiva en las escenas de acción sin ofrecer nueva información que ayude a desarrollar el relato. Sólo el plus del personaje de Hit Girl (Chloe Moretz, una actriz a tener en cuenta, les juro que se roba la película) hace realmente atractiva esta segunda parte de la narración, ella es una púber educada por Big Daddy, (Nicolas Cage) un padre ultra violento, ex – policía, quienes deciden que deben ayudar a Kick Ass, no importa como.
Mirada humanista del judaísmo y del mundo desde una perspectiva femenina Esta, se podría decir, es una realización de cámara, tanto desde concepto musical, la estructura del guión, y los aspectos técnicos en relación al manejo del dispositivo fílmico (llamado también cámara, pero no quería ser redundante) Desde la percepción “musical”, habría que aclarar que si bien en este tipo de composición se realiza para un número reducidos de instrumentos, toma su nombre durante el periodo barroco, pero se divide en dos tendencias, la religiosa y la profana, (al igual que el filme muestra estos dos mundos), esta última originalmente no se ejecutaba en público y suponía un estilo más privado. En relación al guión, y equiparándolo a la melodía, cada instrumento, (personaje en el film) ejecuta una parte diferente de la partitura, pero cada ejecutante tiene la posibilidad de observar y ser observado por todos los componentes de la orquesta. No es un concierto, pues no hay concertación, no hay una posibilidad de ponerse de acuerdo, pero lo que uno haga no es inocuo en el otro. Por ultimo en lo específicamente cinematográfico, esgrimiendo el dispositivo en mano, utilizando planos muy descriptivos, o extendidos primerísimos primeros planos, un manejo de la luz y el color con enérgica insinuación espacial, la directora consigue plasmar un texto fílmico que ostenta un tejido tierno y una estética no sólo intimista sino a la vez minimalista. Las tramas y el argumento se tornan individualmente subyugantes, gracias a la fascinación que produce además de los actores elegidos sino de la química existente entre ellos que se traslada a la pantalla. En particular, las mascaras, sobre todo de las dos protagonistas, el exotismo de Fanny Valette (Laura), que emite una profundidad de reflexión que expresa, por un lado, perturbación interior y, por otro, las vacilaciones filosóficas en cuanto a las forma de vivir. También su hermana Elsa Zylberstein (Mathilde), a quien conocimos en “Hace Mucho Que Te Quiero” (2008), aunque este filme sea anterior, presta su rostro para construir un personaje entrañable, querible y a la vez conflictivo. El argumento gira en torno a estas dos hermanas de una familia judía sefardí que vive en un barrio a las afueras de París, Sarcelles llamado también, “La pequeña Jerusalén” por los muchos inmigrantes judíos que allí viven. Laura es una estudiante de filosofía de 19 años fascinada con la visión racional de Kant, la cual choca con las creencias de la fe judía en la que fue educada. La otra es Mathilde, casada, madre de cuatro hijos y devotamente religiosa. Ambas mujeres se encuentran en medio de una encrucijada en sus vidas: la primera, al abrir los ojos desde sus estudios sabe que hay otra forma de entender la vida y el mundo, para colmo se enamora de un joven musulmán que trabaja junto a ella como conserje. Se le agrega entonces una pequeña versión “aggiornada” de “Romeo y Julieta”, muy justificada desde el discurso que trata de implementar la realizadora, pero no tanto en función dramática. La hermana mayor, transforma en certeza una duda, comprueba que su esposo le está siendo infiel, la razón directa es la imposibilidad de acceso a una sexualidad placentera, por lo cual ella no se satisface sexualmente, ni le permite a su marido hacerlo con ella. Además su madre está presente en todo momento ya que comparte la vivienda. Laura se enfrenta entonces al rechazo de su familia y su comunidad mientras que Mathilde se debate entre sus convicciones religiones y la necesidad de cambiar su aproximación a la intimidad conyugal para recuperar a su esposo. Todo esto reducido al ámbito privado, la acción transcurre en el 2002, en el exterior, en la vida social, en lo cotidiano, tiene lugar una ola de antisemitismo, con sinagogas quemadas y personas judías atacadas por sujetos enmascarados. El film termina siendo una mirada humanista del judaísmo y del mundo desde una perspectiva femenina, pero al mismo tiempo un deseo de lograr la convivencia en paz entre árabes y judíos. Una obra que lleva a la reflexión.
El origen del mal o el miedo por venir Uno de los factores más importantes a tener en cuenta al tratar de analizar esta realización es cómo nos es presentada la historia. Una voz en off nos adentra en el relato a partir de sus recuerdos, o de un saber, como si se tratase de la mejor tradición oral, con la única salvedad de estar acompañadas por las imágenes que ilustran lo narrado. Quién es éste narrador omnisciente, bien podría ser el director del filme, pero no, Michael Haneke lo corporiza en uno de los personajes de la historia, El Maestro, que a la postre será el protagonista de la historia que constituye la subtrama de la historia, pero no el personaje principal. Otro elemento a considerar es la elección estética, ya sea por la fotografía en blanco y negro, por la iluminación hacia tonos fríos, lúgubres, que van retratando paisajes oscuros en un pueblo del norte de Alemania. La ausencia de una banda de sonido que pueda edulcorar las imágenes también esta en relación directa al diseño de producción del filme, que nos es presentado en forma deliberadamente atemporal, hasta que al estar finalizando un hecho nos ubica temporalmente la “Fabula”. También hay que reflexionar sobre el tema propuesto, la profundidad con que es tratado, posiblemente no desde los personajes, pero sí desde el discurso del director, haga que todo lo anterior pase como desapercibido durante la proyección de la obra, para luego dar cuenta de conjunto. De que va la historia. En ese pequeño pueblo comienzan a suceder hechos aislados, sin aparente conexión entre ellos, en el primero, el doctor tiene un “accidente” ecuestre cuando esta volviendo a su casa después de atender a un enfermo, razón por la cual durante mucho tiempo deba quedar internado en el hospital. Alguien extendió un cable a través del camino, lo cual inicia la búsqueda del culpable. Otros hechos de violencia se suman a este, todos sin posibilidad de resolución. Gran parte de los habitantes, trabaja para El Barón dueño de las tierras, y los rangos de una comunidad casi medieval se eternizan, donde cada uno conoce y acepta el lugar que le asignan. Desde El Barón (amo y señor) hasta el encargado de la hacienda, la comadrona, los mismos granjeros, con una muy buena utilización de recursos narrativos, el guionista-realizador nos pinta a todos y cada unos de los personajes, incluido el huraño y riguroso Pastor, quien por falta de valor para enfrentarse a su propia mediocridad y a quien lo subsume en el ostracismo, somete a sus propios hijos a la denigración con una cinta blanca cada vez que no son estrictos en el cumplimiento del mandato moral. No sólo estos, sino todos los niños en edad escolar, miembros del coro de la iglesia, tienen especial relevancia y son objeto de brutales agresiones, así como generadores de violencia entre sus pares y pasibles de desconfianza, incluido un discapacitado hijo de la ama de llaves del doctor. Este es otro factor de peso, los personajes infantiles y las interpretaciones de los niños y adolescentes sobre los cuales Haneke carga el peso dramático de la historia, ya que ellos serían los protagonistas, por edad, de sucesos posteriores de la historia de Alemania y del mundo Es una realización de tempo lento, en apariencia, sin embargo es decididamente atrapante desde los títulos hasta la última toma. Nos punzan profundamente las imágenes y el solo hecho de identificarse con el director y/o su mente o con el maestro y/o su recorrido hacia una salida más luminosa, nos invita a quedarnos, mientras tanto vivir esa barbarie subyacente que nos hace experimentar, sabiendo que nos es muy común estar en presencia de una disección de la sociedad tan precisa que nos enfrenta a lo peor de nuestra historia y nuestro posible futuro. Mientras iban transcurriendo los minutos, más se me aparecía como presentificación el filme de Ingman Bergman “El Huevo de la Serpiente” (1977), el origen del mal, la constitución de los regimenes totalitarios, la semilla del odio, de la discriminación, pero también la duda, el suspenso que genera el texto. Por ultimo, no quisiera cerrar sin antes detenerme en algunas cuestiones “técnicas”. El filme es poseedor de un extraordinario planteamiento formal del relato, sustentado por una soberbia puesta en escena, inquietante uso del fuera de campo y un más que logrado diseño de montaje. Ya me he referido a la fotografía, a la excelente realización y a su guión perfecto. Todo lo apuntado hace que “La cinta blanca” pueda ser calificada como “obra maestra”.
¿Cual es el problema principal de este film? Esa es la pregunta del millón, valga la redundancia en relación a la historia que narra. Antes de comenzar con la fábula nos ubica en tiempo y espacio: 1976 el tiempo (¿por que?) empieza como un muy buen thriller, el planteo es más que interesante. ¿Que harías Si te entregaran una caja con un botón rojo, y te dijeran que si lo pulsas dentro de las próximas 24 horas, recibirás un millón de dólares, pero al mismo tiempo que lo oprimas una persona que no conoces morirá en algún lugar del planeta? A quien se lo proponen, no es casual, familia tipo de los suburbios, ella docente, el empleado de la NASA, un hijo, ella sobrelleva una discapacidad física, su marido esta buscando la forma de corregírselo, pero el mundo se les viene en banda cuando le retiran la beca escolar de su hijo. No sólo estamos frente a una situación dramática cotidiana, sino que es un elemento importante a la hora de tomar la decisión de apretar o no el bendito botón. No se, pero no creo que sea de menor importancia la ubicación temporal, la espacial podría decirse que para los yankees, todo les sucede a ellos, desde épocas inmemoriales. Pero 1976… Algunos datos a tener en cuenta: el 1º de enero de ese año el gobierno venezolano nacionalizó la empresa de petróleo, (malvados ni esperaron al 2 de enero); días más tarde, el 18 de febrero, se suspende la ayuda militar a Chile por parte de EEUU; casi al mismo tiempo, el gobierno yankee reconoce la manipulación con seres humanos en pruebas de laboratorio. Para junio se cierra uno de los capítulos más vergonzantes de los EEUU: se declara la unificación de Vietnam del Norte y del Sur con capital en Hanoi Se realiza el primer “amartizaje”, una nave yankee llega al planeta Marte. Muere Agatha Christie Estos no son todos los sucesos, por supuesto, pero por alguna razón es elegido ese año. Pero no contentándose con el muy buen planteo, los responsables le agregan un toque con elementos de la ciencia ficción. Una pizca de drama y algo de terror presentándose primero en el rostro de quien entrega la caja, para luego derivar en cualquier cosa, y bien dicho derivar, ya que la producción continua luego a la deriva hasta el final El director Richard Kelly, quien se hiciera famoso con su ópera prima “Donnie Darko” (2001), que cual tuvo una muy buena acogida en los Estados Unidos, pudo sostener con buena mano la primera parte del relato, al exhibir el conflicto y desplegar con el sonido y el manejo de la luz, muy buenos climas sustentando el misterio. En cuanto a escenografía y vestuario la reconstrucción de época es excelente, en relación al trabajo de maquillaje, la transfiguración del personaje de Frank Langella, se siente totalmente artificial, forzado, como puesto para impactar al espectador, y no como resultado de algún accidente, que es como lo quieren presentar. Otro rubro importante, en cuanto a su factura es el diseño de sonido, una muy buena elección de música y una controlada banda de sonido que genera empatía con las imágenes. Pero el mayor logro de esta producción son las actuaciones, que a pesar de lidiar con un guión deficiente, y a la postre inverosímil, tienen varias escenas muy bien resueltas tanto Cameron Diaz, como James Marsden, mientras Frank Langella lo hizo de taquito. Resumiendo y contestándome la pregunta inicial, creo que el problema es que los responsables, (productor, guionista, realizador) no supieron como trasladar el cuento de Richard Matheson “Botón, Botón” al cine, y menos qué hacer con el texto original.
Al igual que en “La Huérfana” (2009) de Jaume Collet Serra, esta realización que empieza como un film de suspenso / Thriller y queriendo terminar como de supuesto terror, instala muy someramente, casi superficialmente, o hasta se podría decir que esta mencionado al pasar, el tema de la droga. Entre tanta imagen de violencia y sonido perturbador se puede escuchar a algún personaje, en este caso al padre de la criatura, hablar de los excesos cometidos y por lo único que son responsables y/o culpables de haber generado un “monstruo”. De que va la película, una trabajadora social Emily Jenkins (Réene Zellweger) libra a una niña de 10 años, Lillith Sullivan (Jodelle Ferland), maltratada por sus padres, pero rápidamente se da cuenta que estos padres no estaban tan locos como se podría suponer a priori. Los guionistas nos entregan un libro cinematográfico que también pareciera (por supuesto que a priori) bien encaminado, hasta podría confundirse como de denuncia al maltrato de niños, pero se transforma en otra cosa, muy inverosímil desde la mirada realista del principio. Además poseedora de un final desconectado, que busca asombrar con una vuelta de tuerca que enreda los vínculos con el pasado de los protagonistas, pero que al no desarrollarlo se pierde irremediablemente en el transcurrir de los minutos y las imágenes. Si el director Chris Alvart pretendía renovar el género de terror, esto es traerlo desde lo cotidiano hacia lo extraordinario, no lo logro, ni tratando de imponerse con el deseo de crítica al sistema social imperante en los EEUU respecto de las leyes de adopción, ya que algo de esto también se filtra. En realidad se podría decir que desde lo textual no logra nada de lo que parece querer hacer o decir. Si su intención era implicarnos en una historia de dureza invariable y sustos que no permita movernos de la butaca, tampoco lo logra, pues el filme no aprovecha bien sus herramientas, ni con la dirección de arte, ni la fotografía ni los efectos especiales (FX) ni tampoco la música demasiado klishe y muy kitch, que aturde y no engalana nada. Todo aisladamente podría calificarse de correcto, pero en función de un proyecto que debería mancomunar las variables que hacen a una producción cinematográfica, fracasa y eso es entera responsabilidad del realizador. Lo único rescatable de esta producción se podría decir que son las actuaciones, con una maravillosa composición a cargo de Jodelle Ferland, que se pone al hombro todo lo que haría referencia directa al terror, aunque en definitiva no alcance, apoyada en una correcta interpretación de Réene Zellweger, que se despega de los tics de comediante enamoradiza, para hacer otra cosa, sobre todo en términos gestuales, específicamente en los cambios de la mirada, muy bien acompañadas por Callum Keith Rennie (el padre), Kelly O Malley (la madre) y Bradley Cooper (el psicólogo) Poco, demasiado poco