Ambientada más de una década después de los acontecimientos de la primera película, 'Avatar: The Way of Water' empieza contando la historia de la familia Sully (Jake, Neytiri y sus hijos), los problemas que los persiguen, lo que tienen que hacer para mantenerse a salvo, las batallas que libran para seguir con vida y las tragedias que sufren. En realidad, nada nuevo bajo el sol, visualmente impactante, el uso de la tecnología en su máxima expresión, pero constituyéndose, desde el guión, en un catalogo de lugares comunes Esta secuela, mas larga, hasta se podría decir vertiginosa, hace agua, valga la redundancia, desde el pobre relato,
Salam (Kais Nashif) es un palestino que vive en Jerusalén y que trabaja en el set de la famosa telenovela palestina 'Arde Tel Aviv'. Así de desarticulado presentan al personaje, que en realidad no tiene nada en claro sobre su futuro Esta serie se .produce en Ramallah, ciudad palestina situada en Cisjordania bajo control palestino. Por lo que, todos los días, para llegar a los estudios de televisión, Salam debe pasar por un estricto control israelí. Al mando de este puesto de control militar está Assi (Yaniv Biton), cuya esposa es muy fan de la telenovela.La misma se situá temporalmente, unos meses antes de la “Guerra de los 6 Días” en 1967, Tala (Lubna Azabal), es una espía palestina que se infiltra en el ejercito israelí seduciendo al general Yehuda (Yousef Sweid), para obtener secretos militares, entrenada por Marwan(Ashraf Farah), quien la sedujo para tal fin. Así queda conformado el triangulo amoroso con implicancias político/militares en una época en que los palestinos todavía no eran reconocidos como pueblo, ni aceptados por el resto del mundo árabe
La síntesis argumental dice: José tiene una hora y media para prepararse para una cita que desea hace meses, pero su departamento se ve invadido por sus tres amigos, su hermano, su hermana, su madre y su nueva vecina que es, además, un antiguo amor de su vida. Hay una cuestión de intemporalidad que se arraiga al texto, la ausencia total de celulares estaría dando cuenta de encontrarnos antes de 1989, sumado al dispositivo que usa el personaje para escuchar música, un walkman a casete y auriculares prehistóricos. Pero ante el cuidado esmerado desde la dirección de arte, las incongruencias suelen saltar a la vista. Primero la aparición de un teléfono publico de la empresa Telecom, situación que no sucedería hasta 1990, dentro del primer gobierno de Carlos I de Añillaco, reforzado por una
Otro filme de ataque de tiburones que agrega nada. Cinco personajes, una pareja y un trío compuesto por dos masculinos y un femenino, en léxico policial, que compiten entre si para saber quien es el más estúpido.Todos modelitos para armar, descerebrados. En la ultima noche de sus vacaciones, en una playa mejicana, se emborrachan, pierden casi el dominio de sus acciones, terminan robando un par de motos acuáticas y se internan en el mar, hasta perder de vista la costa. En un accidente evitable, si no fuesen un catalogo de estupidez humana, se quedan los cinco en una sola moto, uno de ellos con fractura de su pierna y la sangre que empieza a brotar para terminar tiñendo de color el mar. Toda una carnada para los tiburones, según lo establecido en este tipo de
Esta traslación de la novela homónima de Clarice Lispector (1920/1977) trata sobre una mujer que no puede manifestar sus sentimientos. Su vida se reduce a su ocupación como maestra de primaria y los ocasionales encuentros sexuales, sin comprometerse, superficiales, que mas que completarla continúan vaciandola. Hasta que conoce a un argentino, profesor de filosofía, egocéntrico, megalómano, casi narcisista, pero que sin embargo algo diferente encuentra en cada encuentro aunque ella se proteja creyendo que solo sea para satisfacerse sexualmente. Loreley (Simone Spoladore) es una mujer solitaria, con una presentación “misántropa” sobre el mundo de los adultos, vive en un departamento heredado de su madre recientemente fallecida. Su traslado a este inmueble en Rio de Janeiro, se debió mas a alejarse del sofocamiento que le provocaba vivir en una casta patriarcal, donde
Cuando un equipo de mercenarios irrumpe en Nochebuena dentro de un complejo familiar adinerado y toma como rehenes a todos los que están dentro, no estaban preparados para un defensor sorpresa: Santa Claus está en el edificio y a punto de demostrar por qué este Santa Claus, no es ningún santo. Tal la síntesis oficial del filme, cuyo titulo original es “Violent Night” (Noche Violenta) que se ajusta un poco mejor a lo que el filme termina mostrando. David Harbour interpreta a Chris Kringle, un Santa Claus amargado
El multimillonario jugador de póquer Jake Foley (Russell Crowe) les brinda a sus mejores amigos la oportunidad de ganar más dinero del que jamás hayan soñado, en una noche que nunca olvidarán. Pero para jugar, tendrán que revelar algunos de sus secretos más oscuros, y a medida que avance la noche, descubrirán el motivo real por el que participan. Tal la síntesis argumental del filme, que no es errónea, pero tampoco exacta. Con forma de prólogo nos presentan a nuestros protagonistas como mejores amigos pre adolescentes, escena que se podría situar a fines de los años ´70. Son cinco jovencitos en la Australia rural, obsesionados por el juego del pocker. Después de nadar en una cantera idílica, un matón local los desafía a un juego. Algo muy similar a lo que sucedía en el filme “Cuenta Conmigo” (1986). Salto temporal mediante, nos encontramos con Jake, transitando el final de sus cincuenta años
Filme pretencioso desde los primeros minutos, un filme dentro de un filme, gran pecado, esto hace que nunca genere interés. Todo esta armado desde la actualidad, el “estreno” de un filme maldito luego de 50 años, inconcluso, con presencia de Jared Reed (Julio Perillan) su director. Sin embargo es Vicenta (Malena Villa) nuestra narradora, son sus recuerdos los que vamos a ver, presentada en el momento de la esperada “presentación” ya siendo una mujer bastante mayor. El director Santiago Fillol intenta jugar así con la idea de la circularidad de la historia de la humanidad, una mirada desde el presente sobre la convulsionada Argentina antes del golpe militar de 1976, pero haciendo anclaje en los años de la tercera década del siglo XIX, con una mirada especular sobre el momento actual. Por momentos, todos estos intentos tornan confuso al texto filmico. La obra audiovisual es una versión libre del cuento de Esteban Echeverria “El Matadero” escrito en 1938,
Antes del comienzo del filme, hay una filmación con el director del filme agradeciendo nuestra presencia en la sala, como método para que se sigan realizando películas. A modo de respuesta podría tomarse esta critica. Según muchos el filme es una muy buena “adaptación” del texto de origen, la novela escrita por Camille De Angelis y publicada en 2016. Si esto es así, empieza a jugar el dicho del director japones Akira Kurosawa, “Es posible hacer una mala película de un buen guión, pero imposible una buena de un mal guión”. Por lo que se podría suponer, a partir de los resultados, que el origen de todo esto es bastante paupérrimo. Catalogada como una novela para “Jóvenes Adultos”, no es un chiste, así la presentan. Por lo visto podría inferirse que el material original es muy trivial, rudimentario, bastante desagradable y estúpido. El producto es presentado con una estética muy cercana al cine de terror, centrado en lo intenso, irracional y en la violencia gráfica extrema, tratando de imitar desde su estructura narrativa, sin lograrlo claro, a filmes como Bonnie and Clyde (1967) de Arthur Penn o “Malas Tierras” (1973) de Terence Malik. El director nos presenta a Maren (Taylor Russell) la protagonista de la historia,
En 1950, cuando la Guerra Fría amenaza la paz internacional, dos jóvenes pilotos de diferentes mundos son aceptados en un escuadrón de élite para su entrenamiento: uno es Tom Hudner, un soldado impecable. El otro es Jesse Brown, un piloto ferozmente talentoso, que se convertiría en el primer afroamericano en volar en combate para la Marina de los Estados Unidos. Iniciados juntos en el escuadrón VF-32, Tom y Jesse son llevados al límite para convertirse en los mejores pilotos de combate. Dentro de la estrecha hermandad del escuadrón, Tom y Jesse forman una firme amistad; la cual se pondrá a prueba en el acalorado campo de batalla, cuando uno de ellos sea derribado tras las líneas enemigas. Tal la sinopsis argumental de esta producción. Basada en el libro homónimo de Adam Makos, que describe la amistad entre Jesse Brown (Jonathan Majors) y su compañero Tom Hudner (Glen Powell), la historia es trasladada a la pantalla por el director JD Dillard con mucho respeto pero sin suficiente profundidad dramática. Termina siendo una cáscara hueca de tropos de películas de guerra insulsos y golpeados que dejan al actor valerse por sí mismo con su interpretación del primer aviador negro en la historia de la Armada yankee. El filme tiene una duración de 140 minutos y se puede dividir en tres partes, las dos primeras