El 2012 será recordado como un año siniestro para el género de terror donde tuvimos prácticamente un récord de películas malas que llegaron a la cartelera dentro de este estilo. De hecho, no recuerdo otro año donde se estrenaran tantos filmes desastrosos. Lo más loco de esta situación es que cuando creías haber visto una producción horrenda se estrena otra que es mucho peor! La aparición es un ejemplo contundente de incompetencia cinematográfica. Ya no importa que la temática de los fenómenos paranormales y las posesiones diabólicas se repitan hasta el hartazgo en todo los malditos estrenos, acá el tema es que hacen películas realmente mediocres que no se entiende cómo llegaron a ser financiadas. Este film es un bodrio soporífero donde no pasa literalmente nada durante la mayor parte de la trama y cuando sucede algún acontecimiento nos encontramos con un cliché burdo que carece de creatividad. El inepto director Todd Lincoln intenta construir el misterio con situaciones tontas que ya vimos en miles de películas y ni siquiera están bien realizadas, ya que lejos de generar intriga lo que logran es aburrirte. Es claro que este tipo no tiene idea del género y mucho menos cómo contar una historia. Hasta en You Tube podés encontrar cortos amateurs que están mucho más logrados que este film financiado por un estudio de Hollywood. Sería fácil pegarle a los actores pero la verdad que hicieron lo que pudieron con el guión desastroso y el director incompetente con el que trabajaron. Tom Felton, quien se destacó en la saga de Harry Potter como Draco Malfoy, es un buen actor pero no hace milagros. Ni un ganador del Oscar te remonta una película así. Lo peor de todo es el aburrimiento que produce la trama porque no tenés un solo momento decente que genere intriga y mucho menos terror. Quisieron mezclar El Grito con Actividad paranormal y les salió el tiro por la culata. Sólo un chico de 11 años que recién empieza a ver películas de este genero o alguien que no tiene la más remota idea de que se trata el cine de terror puede recomendar este fiasco. No vale la pena perder el tiempo con La aparición, ya que es otro estreno para el olvido.
Don Winslow es un autor de novelas policiales que trascendió por un libro que escribió titulado “El poder del perro”, una gran historia sobre el mundo del narcotráfico. Lamentablemente el resto de su obra es una porquería con la que yo por lo menos ya perdí la paciencia por completo. Prefiero leer a Lorenzo Carcaterra, Michael Conelly o Ed McBain que por lo menos crean conflictos inteligentes. En el caso de Salvajes se trata de una novela que parece escrita por un pibito alzado de 13 años que tiene una visión completamente pendeja del sexo y las mujeres. Un libro que parece destinado a la generación Tweeter con dificultades para leer más de 140 caracteres. Todo se desarrolla bien rapidito con muchos diálogos sobre temas intrascendentes. Vaya a uno a saber por qué Oliver Stone decidió financiar de su propio bolsillo la adaptación de este libro en el cine, en lugar de filmar “El poder del perro” que era mucho más interesante. Tal vez alguien ya compró los derechos de ese libro, no lo sé. Debo ser justo en esto. Hasta los 10 minutos finales, la película de Stone hizo mucho más interesante una historia floja y absolutamente irreal como la que propone Salvajes. Por lo menos las cuestiones sexuales las trabajó con más cerebro y madurez que lo que hizo Winslow en la novela, quien parece haber escrito su obra en plena sobredosis de Viagra. Con un estilo narrativo que evoca el último cine de Tony Scott, especialmente la película Dominó (con Keira Knightley), Stone brinda un policial decente, pese a los huecos argumentales que tiene la trama. El autor de esta historia es un famoso defensor de la legalización de las drogas para reducir el narcotráfico y la película un poco también tiene que ver con eso. En este caso tenemos como protagonistas a dos fumones con conciencia social que le roban dinero a traficantes para hacer tareas de beneficiencia en países del tercer mundo. Los actores en general están muy bien y en especial se destaca Benicio del Toro como un mercenario desalmado. Stone construye con bastante tensión el conflicto y brinda muy buenas secuencias de acción hasta que hunde la película, en los últimos minutos, con un final Hollywoodense que ni siquiera estaba en la novela de Winslow. Un hecho incomprensible porque la conclusión que le dio al film va a contramano con el tono que tenía la historia hasta ese momento. La película es como que tiene dos finales. Uno que se acerca un poco más al del libro original y el segundo que lo inventaron en la adaptación y parece forzado. Tendremos que esperar a escuchar el audiocomentario de Stone en dvd para enterarnos por qué tomó esa decisión que es muy loca. Salvajes no es un título memorable del director pero brinda una propuesta entretenida que se deja ver.
Jason Statham contra la tríada china, la mafia rusa y los policías corruptos de Nueva York. ¿Es necesario agregar algo más? Si no trabajara en esta página eso es todo lo que yo necesitaría saber para ir al cine. El código del miedo es una gran producción de Lawrence Bender, el eterno socio de Quentin Tarantino, que fue responsable de todos sus filmes, junto con Del crepúsculo al amanecer y sus secuelas para el dvd. En este caso presenta un tremendo policial de acción que estuvo desarrollado en la misma línea de lo que fueron las primeras películas de Steven Seagal a fines de los ´80. Una particularidad que en su momento lo hizo destacar al rompe huesos Seagal de otros colegas suyos como Stallone, Bruce Willis o Schwarzenegger es que sus trabajos eran policiales oscuros ultra violentos. Los primeros filmes que hizo antes de que engordara y entrara en su etapa decadente, como Nico, Difícil de matar, Marcado para la muerte y mi gran favorita, Furia Salvaje, eran policiales muy negros que tenían una violencia brutal que no era común de ver en Hollywood por aquellos días. La nueva de Statham trae al recuerdo estos filmes y creo que esta producción es uno de sus trabajos más brutales que se vieron de él hasta la fecha. Son esa clase de películas donde te sentás en la butaca del cine literalmente a esquivar balas. Boaz Yakin, guionista de ese inolvidable clásico que fue The Rookie, con Clint Eastwood y Charlie Sheen, estuvo a cargo de la dirección y su labor con las secuencias de acción es impecable. En este aspecto redimió lo que hizo en El Príncipe de Persia. Yakin evidentemente se lleva mejor con los tiroteos que con los combates de espadas. La trama es bastante convencional y hemos vistos cosas parecidas en el pasado, pero esta película está realmente muy bien hecha y Statham se luce como no lo hizo en otros trabajos recientes. Dentro del género de acción El código del miedo es una de las mejores películas que se estrenaron este año.
Ted es un interesante debut de Seth MacFarlane (el creador de Family Guy) en el cine con una película que le debe bastante a Alf. El concepto de este film básicamente es eso. Alf para adultos con el humor de este artista que está repleto de referencias a la cultura popular. Si te gustan las series animadas de MacFarlane vas a disfrutar de esta producción ya que están en la misma sintonía y en ese sentido no decepciona para nada. La diferencia con el extraterrestre de Melmac es que en la trama todo el mundo conoce a Ted y dentro del cuento que un oso de peluche hable y tenga vida se toma como algo natural. Un astuto recurso argumental, ya que le permitió a MacFarlane desarrollar más situaciones graciosas que no hubiera podido concretar si a Ted lo mantenían escondido como hacían con Alf. La película ofrece momentos fabulosos y otros que no tanto. Por ejemplo, los chistes de fumones que ya vimos en las películas de Cheech y Chong en los años ´70 están como demasiado tirado de los pelos y hoy ya dejaron de ser irreverentes. Sin embargo, el film tiene también sus momentos brillantes. Las mejores escenas de Ted son por lejos la que brindan el memorable regreso a la pantalla grande de Sam Jones, al actor que interpretó a Flash Gordon en el film de 1981. Junto con el retorno de Chuck Norris en Expendables 2 creo que esas escenas representan uno de los grandes momentos desopilantes del año en el cine. En materia de humor son imbatibles. Jones, que hoy trabaja como guardaespaldas, no aparecía en la pantalla grande desde aquella recordada producción de Dino De Laurentis y su presencia en esta historia brinda una experiencia absolutamente bizarra. El problema con Ted es que Macfarlane no puede sostener ese nivel de locura durante todo la trama y hay partes en que la historia decae un poco. El tercer actor, por ejemplo, donde secuestran al peluche y se producen unas persecuciones es absolutamente débil y queda la sensación que improvisaron esas escenas porque no tenían idea de cómo cerrar la historia. Pese a todo, Ted es una muy buena comedia que te saca más de una carcajada y eso ya de por si amerita su visión en el cine.
Los porteros de los edificios. Nunca confíes en ellos, especialmente si usan barba candado. Igual que los tipos que fuma pipa o los calvos que se dejan una colita de caballo en la nuca, no preguntes por qué pero no son de fiar. Son leyes del universo. Por supuesto no podemos poner a todos en la misma bolsa y hay también porteros muy copados por ahí dando vueltas, pero son pocos. La mayoría son más falsos que una moneda de cobre. El chisme corre por sus venas y les encanta el conventillo, una cualidad sumamente patética en un hombre. Uno de los directores de REC, Jaume Balagueró realizó muy buen triller donde el portero es el gran villano de la historia y la verdad que no pude evitar disfrutarla. Debo ser honesto también, Mientras duermes es una historia super trillada que se contó un millón de veces pero la película ofrece un buen entretenimiento gracias a la narración de Balagueró y el trabajo de los protagonistas Luis Tosar y Marta Etura. En este caso el director dejó de lado el gore y las mutilaciones para presentar un film de suspenso de corte más clásico que evoca el cine de Roman Polanski y Alfred Hitchcock. Aunque uno de los puntos importantes por los que funciona la película es la manera en que fue construido el villano y la interpretación de Tosar. El portero César no es Jason Voorhes, es el tipo querido del barrio al que todos quieren y le confían las llaves de su departamento si salen de vacaciones. Sin embargo detrás de la mascara que usa para camuflarse en la sociedad se esconde un freak reprimido que no pudo realizarse como persona y disfruta amargando la vida de los demás. Mientras duermes en un punto se destaca por trabajar una visión más cotidiana de la maldad y eso convierte a esta propuesta en un film interesante. Balagueró retomó con este trabajo esas ambientaciones opresivas que tenían su trabajos previos como Los sin nombre y auque mas o menos te podés hacer una idea de cómo va a terminar la historia el film te mantiene enganchado hasta el final. Una buena producción de suspenso que se suma a la cartelera.
La situación es la siguiente. Desde que empezó el año la cartelera no paró de brindar basuras olvidables en lo que se refiere a propuestas de terror. Hoy es muy complicado encontrar una buena película por la que valga la pena gastar la entrada al cine. El mayor problema no pasa solamente porque sean malas en materia de realización, sino que TODAS tratan la misma maldita temática. Posesiones demoníacas, hechos paranormales y exorcismos. Lo peor de todo encima es que las que presentan otro tema, como Terror en Chernobyl, desde la realización son horribles e intentan refritar lo mismo que se hizo en Actividad paranormal. Esta semana llega a los cines Posesión satánica (que ya te imaginarás por donde va la cosa) y en breve se estrenará La aparición, que para variar, también tienen que ver con lo mismo. Estamos ante un período siniestro de mediocridad y aburrimiento en lo que se refiere a historias de horror como hace mucho tiempo no afectaba al género. Ahora bien, dentro de la basura que se viene estrenando Posesión satánica es lo más decente que llegó a los cines en lo que va del 2012. Tampoco es para entusiasmarse demasiado. No digo que sea una gran película ni un estreno que enseguida vas a recomendar a quien no lo vio, pero es de lo mejorcito dentro de las porquerías que llegaron a las salas. No sé si tendrá que ver que Sam Raimi es productor, pero este film la verdad que está bien realizado y tiene un elenco de actores profesionales que hacen su laburo como corresponde. La dirección corrió por cuenta del danés Ole Bornedal, quien se hizo conocido en los ´90 por el film de terror Nightwatch (1994), cuya remake con Ewan McGregor y Patricia Arquette también realizó en 1997. Muy buena película. Bornedal sabe como narrar una historia con suspenso y pese al desgaste que tiene la temática debido a tantos filmes que abordaron lo mismo recientemente, acá logró que Posesión satánica sea un propuesta entretenida. No hay grandes escenas de violencia o momentos donde corra sangre, pero el director hizo un buen trabajo con el misterio de la historia y la dirección de Natasha Calis, quien califica como una de las mejores niñas poseídas que vimos en los últimos tiempos. Jeffrey Dean Morgan (El Comediante en Watchmen) y Kyra Sedgwick sostienen el film también con buenas interpretaciones. Reitero, no es una película imperdible, pero dentro de los filmes mediocres que se vienen estrenando este dentro de todo zafa bastante bien. Hugo Zapata EL DATO LOCO: No podía dejar de mencionar la resurrección en este estreno de Grant Show, famoso actor de la serie Melrose Place, quien se destacó con el personaje de Jake Hanson en cinco temporadas. Show fue probablemente uno de los actores de televisión más prometedores de los ´90 que tenía talento para hacer una carrera en Hollywood, pero nunca logró tener su gran oportunidad. Como muchos actores de series famosas el pase a la pantalla grande no le resultó fácil y si bien siguió laburando en Hollywood, sólo apareció en filmes clase B y otras series de televisión. Posesión Satánica es la primera película que hace que llega a los cines y encima tiene distribución internacional.
Mel Gibson debe ser una de las pocas figuras de Hollywood que hace literalmente lo que se le da la gana. Le pinta hacer un film de acción sobre cárceles mexicanas, va al banco toma el dinero que necesita y financia su propio proyecto, contratando a la gente con la que desea trabajar. El tipo tiene control absoluto de sus producciones. Vacaciones explosivas (Get the Gringo) es un film independiente que en Estados Unidos se estrenó de manera muy limitada en algunas ciudades. Como hizo Emilio Estévez con su película El Camino, Gibson contrató un micro y junto con otros dos actores del reparto y el director salieron a la ruta de gira a promocionar la película en distintas localidades. En este caso brinda un film de acción bastante violento que está en clara sintonía con lo que fue Revancha años atrás. El personaje principal inclusive tiene la misma personalidad y el look físico que el recordado Porter. Si Revancha era un film que evocaba los policiales negros de Richard Stark, Vacaciones explosivas parece estar influenciada por las historias de Jim Thompson (La huída). De hecho, tiene varios elementos típicos de la obra de Thompson donde la violencia es absolutamente zarpada y los personajes viven situaciones miserables. Lo interesante de este estreno es que Gibson eligió un tema absolutamente apasionante, que a ningún cineasta latino se le ocurrió trabajar antes. Las historias de cárceles abundan y son prácticamente un subgénero aparte en el mundo del cine, pero lo que hace especial a este film es que la trama se desarrolla en la infame penitenciaria mexicana de la ciudad de Tijuana conocida como “El Pueblito” (ver Dato Loco) que nunca había sido retratada en la pantalla grande. Desde hace unos años ya no existe más esa cárcel pero hoy se convirtió en una leyenda por las cosas que ocurrieron en ese lugar, que funcionaba como una ciudad paralela que tenía sus propias leyes. Un tema que sin duda daba para una película y de hecho muchas escenas de este film que parecen absurdas o exageradas están inspiradas en situaciones reales. Eso en parte es lo que hace diferente a este estreno. Si ya de por si es bizarro ver una película de Mel Gibson con música de Los Auténticos Decadentes y Manu Chao, mucho más raro todavía es una propuesta que tiene como escenario principal a “El Pueblito”. El director Adrian Grunberg, quien tiene un estilo narrativo influenciado por el cine de Tony Sctoy, hizo un muy trabajo con las secuencias de acción y consiguió una gran interpretación del protagonista. Grunberg previamente había sido asistente de Gibson en Apocalipto. Todo el trabajo que hicieron también con la recreación de “El Pueblito” es impresionante y claramente la cárcel se convierte en un protagonista más de esta historia. Este es el verdadero regreso de Mel Gibson al género de acción después de la decepcionante Al filo de la oscuridad de Warner. El espectador que disfrutó de Revancha no quedará decepcionado, ya que es una propuesta similar, pero con locaciones mucho más atractivas para esta clase de relatos. Vacaciones explosivas es una muy buena producción independiente que tiene todos los ingredientes necesarios para entretener a los amantes de los policiales negros.
Cuando los chanchos vuelan es una película que encuentra sus puntos más fuertes en el retrato que hace el director uruguayo Sylvain Estibal de la vida cotidiana de la Franja de Gaza, uno de los epicentros del interminable conflicto entre palestinos e israelíes. El film presenta una serie de situaciones absurdas con un pescador pobre de la zona que se ve envueltos en bizarros enredos cuando entre las redes de su barco encuentra un chancho, que para los palestinos es un animal impuro. El protagonista en lugar de deshacerse del cerdo busca la manera de hacer dinero con su hallazgo y esto genera que se vea envuelto en un montón de problemas. La película tiene muy buenas intenciones en expresar un mensaje pacifista entre los dos bandos en conflictos y lo más interesante es la manera en que muestra la vida diaria de una de las zonas más conflictivas del planeta. Al mismo tiempo que se presenta una sátira política y religiosa sobre las cuestiones que mantienen divididos a estos pueblos, el film narra un cuento disparatado donde el humor repercutirá de distintas manera en el espectador. En mi caso me pasó que en la mayoría de las escenas graciosas sentí que el humor estaba totalmente tirado de los pelos y el director se esforzaba demasiado en crear momentos cómicos. Hay algunos que funcionan y otros que no tanto. Tal vez haya gente que encuentre a este film desopilante, pero yo no lo viví de esa manera. Sí me parece interesante el mensaje pacifista que plantea el director Estibal y el excelente retrato que hizo de este complicado lugar que fue reconstruido a la perfección en la ciudad de Malta.
El éxito de la trilogía Bourne en el cine generó que en el 2004 surgiera una nueva saga literaria escrita por Eric Van Lustbader que continuó las aventuras del personaje de Robert Ludlum. “El legado Bourne” fue la primera entrega de una serie de siete libros, cuya capítulo más reciente, “The Bourne Imperative” se publicó hace unos meses. Ahora bien, el motivo principal por el que el escritor Lustbader tuvo buena repercusión en las ventas es que continuó con sus relatos la historia del personaje de Jason Bourne. En el cine las cosas se dieron de otra manera. Cuando Matt Damon y Paul Greengrass rechazaron la posibilidad de hacer otra secuela los estudios Paramount buscaron la manera de seguir la trama sin ellos y esta película es resultado de eso. En consecuencia, El legado Bourne sólo lleva el título de la novela de Lustbader, ya que después no tiene nada que ver con lo que se hizo en la literatura. La nueva película fue dirigida por Tony Gilroy, responsable de ultra sobrestimada Michael Clayton, uno de los estrenos más inflados por la crítica de los últimos años. Gilroy, como mucho cineastas egocéntricos, es un muchacho que parece estar convencido que al hacer películas lentas presenta obras profundas y en su nuevo trabajo demuestra que este género, al menos como director, no es lo suyo. El legado Bourne no se puede comparar con los filmes anteriores porque sencillamente no está a la misma altura en ningún aspecto que se te ocurra compararlos. Esta es una producción menor que encuentra sus puntos más débiles en el guión y la dirección de Gilroy. La historia es muy floja y la verdad que no podrían haber elegido un argumento peor para continuar esta saga. Teniendo en cuenta que Matt Damon no regresaba este aspecto debió haber sido más cuidado. El film cae en picada cuando entra en el terreno de Soldado Universal (la de Jean Claude Van Damme) con algunas situaciones dignas de una película de ciencia ficción. Cuando surgen los temas de las mutaciones genéticas , en mi opinión, este estreno cae por un precipicio. Es como si en la saga de Jack Ryan (el personaje de Tom Clancy) presentaran un conflicto relacionado con abducciones extraterrestres. Ryan derraparía por completo. El director que había sido guionista de la trilogía original, más allá de los cambios que hizo, en sus argumentos había mantenido el espíritu de la obra de Ludlum. El legado Bourne es cualquier cosa. Tony Gilroy tarda entre 40 y 50 minutos en presentar bien al personaje principal y después lo desarrolla como un atleta de decatlón que corre por el mundo perseguido sin mucha explicación. Que este film dure 135 minutos es obsceno. Sobre todo en una película donde no pasa nada durante gran parte del tiempo. Edward Norton, por otra parte, fue convocado para sumar otro nombre al afiche, ya que su personaje lo podría haber interpretado un desconocido y no alteraba el film. Entiendo que no era fácil desarrollar un nuevo episodio de esta historia después de lo que hizo Paul Greengrass pero acá hubo demasiados descuidos que dieron como resultado una producción que no está para nada a la altura de lo que brindaron en años anteriores. Lo mejor de este estreno es el trabajo de los protagonistas, principalmente Jeremy Ranner y Rachel Weisz, quienes con un guión pobre hicieron maravillas con sus interpretaciones. Se trata de una película que carece de emoción, secuencias de acción atrapantes y un final, que evidentemente se lo olvidaron en la sala de edición. Me cuesta mucho imaginar una nueva saga exitosa con el personaje de Aaron Cross (Ranner). Salvo lo que traigan de regreso al verdadero Bourne veo difícil que este relanzamiento que planeó Paramount tenga mucho futuro. Tampoco es una película mala, pero si decepcionante comparado con lo que vimos anteriormente.
La era del rock es un cuento de hadas rockero que van a disfrutar muy especialmente todos aquellos que sea seguidores de Bon Jovi, Skid Row, Cinderella, Def Leppard o L.A. Guns, ya que retrata con mucha precisión y humor un momento histórico del rock como fue la movida musical que se desarrollo en Los Ángeles a mediados de los años ´80 que impulsó a grupos memorables. En un punto es la contracara de Mamma Mía donde por lo menos acá hicieron un musical con canciones decentes. Esta historia surgió en el off Broadway en el 2006 y debido a su éxito luego la obra pasó al circuito más comercial de Nueva York. El director Adam Shakman encaró la adaptación cinematográfica con un enfoque similar a lo que hizo en la remake de Hairspray. Es decir, le dio los roles principales a figuras no muy conocidas y los rodeó de grandes actores. Julianne Hough, la atractiva y talentosa protagonista viene de la versión yankee del Bailando por un sueño (que es un certamen de baile que no tiene nada que ver con la berretada que se hace en Argentina), donde ganó dos veces. Era una de las bailarinas que acompañaba a la figura conocida y desde hace un tiempo empezó a tener protagonismo en Hollywood. Diengo Boneta, por otra parte, surgió en la remake mexicana de Rebelde Way (la serie de Cris Morena) y en Estados Unidos se hizo conocido por su trabajo en la nueva serie de Berverly Hills 90210. Ambos están excelentes en La era del rock y presentan una gran labor en los momentos musicales. Sin embargo, quien se roba literalmente la película con un personaje memorable para su filmografía es Tom Cruise y su interpretación del rockero Stacee Jaxx. Un personaje claramente influenciado por los cantantes Sebastian Bach (Skid Row) y Bret Michael (Poison), quienes en la vida real fueron protagonistas de situaciones parecidas a las que se muestran en el film con Jaxx. Hace muchísimos años que Cruise no la pegaba con un personaje donde pudiera destacarse como actor y acá además brinda un muy buen desempeño en la comedia. En esta película tiene momentos desopilantes. Alec Baldwin que viene atravesando un período tremendo en su carrera con roles cómicos también es una de las grandes figuras de este film junto a Paul Giamatti. La trama no es gran cosa, pero el director Shankman se las ingenió para brindar un film muy divertido que evoca un montón de canciones y bandas del rock que vivieron momentos importantes dentro de esa burbuja glam que se originó en la ciudad de Los Ángeles en los ´80. Disfruté mucho de este film y definitivamente lo recomiendo.