En Looper nos encontramos ante una muy buena propuesta de ciencia ficción producida por Joseph Gordon-Levitt. La dirección en este caso corrió por cuenta de Ryan Johnson, un cineasta independiente que cobró notoriedad en el 2005 con su ópera prima Brick, protagonizada por Levitt en un momento en que el actor no contaba con la fama de la actualidad. Por cierto, muy buena película de suspenso. Johnson también realizó esa historia rara que fue Los hermanos Bloom con Mark Ruffalo y Adrien Brody, donde Levitt tenía una breve participación. En este caso la dupla desarrolló un loco film que prácticamente presenta dos películas en una. En la primera mitad de Looper la trama se desarrolla dentro de lo que se conoce como el neo noir, es decir, un policial futurista que incluye gángsters, asesinos a sueldo, tiroteos y persecuciones. Tal vez esta es una de las partes más entretenidas de la trama. Sin embargo, a partir del momento en que entra escena Emily Blunt, Looper se transforma en una película diferente donde el director Johnson deja de lado los elementos típicos del neo noir, para centrarse más en un relato pulp de ciencia ficción clásico. Lo interesante es que el conflicto y las intrigas que enfrenta el protagonista son las mismas pero cambian de manera drástica los enfoques del film. La verdad que es una muy buena historia de viajes en el tiempo donde el espíritu de los cuentos de Philip K. Dick está bastante presente. Sobre todo en esa sociedad distópica que se retrata al comienza de la trama. Jopseph Gordon-Levitt y Bruce Willis llevan muy bien la historia, pese a que tienen pocas escenas juntos, y el director Johnson brinda una película sólida y entretenida que es de lo mejor que se estrenó recientemente en este género. Una mención aparte se merece Pierce Gagnon, el niño del film, que brinda una de las interpretaciones más impactantes que se vieron en un actor infantil en los últimos años. La madurez y espontaneidad de su trabajo es realmente sorprendente para alguien que recién da sus primeros pasos en la actuación y en Looper está excelente. Para los que sean seguidores del género esta película merece ser tenida en cuenta.
Hotel Transylvania es una producción animada de los estudios Sony que tuvo muchísimos problemas para concretarse en los últimos años. Desde el 2006 que la compañía trataba de sacar adelante este proyecto, pero siempre surgían inconvenientes que paralizaban la realización de esta propuesta. Anthony Stacchi (Open Season) David Feiss (el creador de Soy la comadreja) y Chris Jenkins (autor de la ganadora del Oscar, Reyes de las olas), son algunos de los artistas que pasaron por este film hasta que finalmente se hizo cargo de la dirección Genndy Tartakovsky. Uno de los grandes talentos de la animación norteamericana que surgió de ese gran semillero que fue el Cartoon Network a mediados de los ´90. Genndy fue responsable de joyas como El Laboratorio de Dexter, la primera versión (la buena) de Star Wars: Guerras Clon y Samurai Jack, que hoy adquirió estatus de culto entre los fans de esta rama artística. Hotel Transylvania es su ópera prima y la verdad es que la película tiene muy poco que ver con lo que suelen ser las producciones de este realizador. De hecho, el único momento en que el film parece un trabajo de Tartakovski recién llega en los créditos finales cuando se muestran dibujos con el diseño particular que caracteriza las ilustraciones del artista. El problema con Hotel Transylvania es que la animación computada y este director no van de la mano. El arte de Genndy siempre estuvo muy influenciado por la magia de Tex Avery (el creador de Bugs Bunny y el Pato Lucas) y su estilo de caricatura se pierde bastante con la tecnología CGI. El director, que reescribió el guión original, parece haberse inspirado en el clásico de Jules Bass ( El último unicornio), Mad Monster Party (1962), que fue una extraordinaria producción desarrollada dentro del género stop motion, que también reunió en una comedia de terror a los grandes monstruos famosos del estudio Universal. La diferencia principal es que Hotel Transylvania está mucho más orientada hacia los niños. Esto es importante destacarlo. Creo que esta es una muy buena película para los chicos que tiene la virtud de llevar al público infantil a los grandes íconos del terror de un modo amigable. No me sorprendería que más de un pequeño espectador empezara a desarrollar su pasión por este género a raíz de este film, como ocurrió décadas atrás con Mad Monster Party. Lo genial de Hotel Transylvania es que Genndy Tartakovski hace divertido para los más chicos los ambientes tenebrosos y el mundo de los monstruos. No está para nada al mismo nivel de Monster House pero es una opción que se puede tener en cuenta para una salida familiar.
Con estas dos películas de Búsqueda implacable Liam Neeson se ganó con creces una membresía en los Expendables. Debería tenerlo en cuenta Stallone para otra entrega de esa serie ya que Neeson demostró estar a la altura de los grandes héroes de acción. La primera historia con el personaje de Bryan Mills fue realmente excelente y el director Pierre Morel brindó uno de los mejores filmes que se vieron dentro de este género en los últimos años. El desafío de la continuación en esta historia no era sencillo por la gran repercusión que tuvo la primera entrega. Búsqueda implacable 2 no defrauda a todos los que querían ver una ves más a Neeson interpretando este personaje, pero no es una producción que supere al film original. De todos modos es una buena propuesta pochoclera que tiene sus méritos. Lo que ocurrió en este caso es que más allá de perderse el factor sorpresa de lo que uno podía esperar del protagonista, se sumó el hecho que la trama está totalmente tirada de los pelos y repite la temática del primer film. En Búsqueda implacable al menos tenías como telón de fondo la cuestión de la trata de blancas que presentaba situaciones bastante realistas que ocurren en el mundo. El nuevo film se enfoca directamente en la acción con un típico argumento de Chuck Norris. El nuevo director, Olivier Megaton (El transportador 3), en este caso optó por un enfoque distinto que el que había implementado Pierre Morel en la entrega anterior. La primera historia estaba más en sintonía con los filmes violentos de los años ´70 del estilo de Charles Bronson. En esta continuación el director trabajó la acción más en la línea de lo que fueron los filmes de Stallone y Bruce Willis a fines de los ´80. Un punto donde se destaca su trabajo es que pese a que contó con una trama más débil brindó una muy buena labor con el manejo del suspenso y la tensión. La película es muy entretenida y gracias a la presencia de Liam Neeson el relato te termina enganchando, salvo que no te guste el género. Hace unos días el propio protagonista de este estreno declaró en los medios que Búsqueda implacable no da para más y descartó la posibilidad de hacer otra continuación. La verdad que el actor tiene razón, pero eso no significa que no podamos verlo en otra propuesta similar. Liam Neeson con este personaje resultó toda una revelación para el cine de acción y seguramente lo encontraremos en más producciones de este estilo.
Un estreno que recomiendo no dejar pasar, ya que es complicado encontrar por estos días buenos policiales de suspenso. Aprovechen ahora antes que Mark Wahlberg la arruine en la remake que quiere producir sobre este film. Si hay una historia que no necesita un refrito hollywoodense es esta, pero bueno, esto es inevitable hoy en Estados Unidos. Cacería implacable es una gran propuesta de Noruega que ofrece uno de los mejores thrillers de acción que llegaron a la cartelera local en los últimos meses. La historia está basada es la novela “Headhunters” de Jo Nesbo, un autor de novelas policiales de ese país, que en realidad es más popular en Europa por ser el cantante de la banda Di Nerre. Sus libros no fueron editados en Argentina. La dirección del film corrió por cuenta del noruego Morten Tydum, quien desde hace unos años trabaja en el cine, luego de haber pasado mucho tiempo realizando comerciales y videos musicales. Con un muy buen dominio del suspenso, Tydum engancha al espectador con este relato desde las primeras escenas y logra mantener la tensión y la intriga hasta el final con varios giros inesperados y situaciones loquísimas. De alguna manera en este film está bastante presente el espíritu de El affair Thomas Crown, el clásico con Steve McQueen que también tenía como protagonista a un ladrón de obras de arte. La diferencia es que esta es una historia mucho más oscura y el perfil del protagonista es completamente diferente. Thomas Crown era un seductor canchero y carismático, mientras que Roger Brown (hasta suenan parecido los nombres) es un tránfuga, mentiroso, egocéntrico y manipulador. Esto es interesante porque el protagonista de esta historia no es un héroe inmaculado, sino que por el contrario, se trata de un sujeto desagradable. Sin embargo, a medida que lo vamos conociendo, pese a las cosas que hace y la odisea en la que termina involucrado, uno le puede tomar más simpatía. Esta es una de las grandes virtudes del film y me refiero al buen desarrollo que tiene el personaje principal. Lo cierto es que el director Tydym no le da respiro al pobre Roger Brown, quien atraviesa un verdadero infierno cuando sale mal un robo que parecía sencillo. Hace bastante tiempo que no veía en el cine un film de este género que te mantiene hipnotizado frente a la pantalla durante toda la historia. No tiene baches narrativos ni se extiende demasiado en su duración debido a que la trama está muy bien contada. Otra particularidad del film es que con el paso del tiempo el conflicto se vuelve cada vez más oscuro y violento a medida que el protagonista vive situaciones terribles. Me va llevar mucho tiempo borrar de mi mente una escena relacionada con una cloaca. Hacia la mitad de la película cuando Cacería implacable entra en el terreno de Sam Peckimpah el film se vuelve apasionante. No hay caras conocidas en el reparto salvo por Nicolaj Coster-Waldau, quien trabajó con Ridley Scott en La caída del Halcón Negro y Cruzadas y actualmente es parte del elenco de la serie Juego de Tronos. No puedo dejar de destacar al protagonista de este film, el actor noruego Aksel Hennie, quien no es muy conocido por estos pagos, pero si es un artista de renombre en Europa. En esta película está excelente. Cacería implacable es una excelente recomendación para quienes busquen disfrutar de una gran propuesta de suspenso.
Lo primero que deberías saber sobre este estreno es que no se trata de una propuesta de terror. Tanto los trailers como el diseño del afiche le hacen creer al espectador que es una propuesta de ese estilo, cuando en realidad el género brilla por su ausencia en este film. Está bueno aclarar esto de entrada para evitar decepciones después en la sala. La casa del al lado en realidad es un thriller de medio pelo destinado al público adolescente, especialmente al target menos cinéfilo que se encuentra con esto y creen que es la gran maravilla del suspenso. Hago la aclaración por que también hay adolescentes (no hay que subestimarlos) fanáticos del cine que a esa edad ya vieron Psicosis o Vestida para matar de Brian De Palma y pueden diferenciar claramente un gran thriller de uno mediocre. La trama de este film, que parece haber sido concebida como una especie de Psicosis: Teens, tiene un comienzo interesante pero el film luego se cae con la predecible narración del director Mark Tonderai, quien logra que esta historia sea bastante aburrida, debido a la enorme cantidad de lugares comunes que tiene su trabajo. Recién en los 10 minutos finales suceden cosas relevantes y el conflicto se vuelve un poco más entretenido. Jennifer Lawrence, quien acá interpreta al típico personaje apático de Kristen Stewart, es una muy buena actriz pero su trabajo en esta producción está al mismo nivel de lo que hubiera hecho cualquier chica del cine clase B. Por su parte, Elizabeth Shue acompaña a la protagonista sin aportar demasiado. La verdad que no se les puede objetar mucho a los actores porque hicieron lo que pudieron con el material que tenían. Es probable que con otro director que supiera trabajar el género de suspenso esta película hubiera resultado más entretenida, ya que la idea general de la trama no estaba mal. Sin embargo, por la manera en que La casa de al lado fue realizada su visión se borra enseguida de la mente cuando termina la función en el cine.
Resident Evil 5 es una burla a los espectadores que vinieron siguiendo esta serie de películas en los últimos años. Queda claro que el director Paul W.S. Anderson perdió por completo el control de esta historia y ya no tiene la menor idea que hacer con ella. La verdad que este film resultó fallido en varios aspectos y lo que genera irritación es la vagancia de los realizadores. Como mencioné en la crítica de la entrega anterior, Resident Evil se terminó por convertir en el “Cuento de la buena pipa” y los últimos capítulos no hicieron otra cosa que ofrecer exactamente lo mismo de siempre. Alice está atrapada en algún lugar y en peligro. Alice escapa y lucha con monstruos y zombies. Alice resuelve los inconvenientes y en la última escena queda otra vez la puerta abierta para la maldita gran batalla final que nunca se termina de concretar. Que en el nuevo film ocurra exactamente lo mismo que en los episodios anteriores ya es una falta de respeto al público que acompañó esta saga en el cine. Resident Evil se transformó en un bodrio completamente insufrible. En la nueva entrega queda la sensación que la filmaron sin un guión terminado y solamente se preocuparon por editar, como si fuera un collage, tiroteos y escenas de pelea. Milla Jovovich hace lo mismo de siempre y el regreso de los actores que participaron en los filmes previos estuvo totalmente desaprovechado, producto de un guión tedioso que apostó a la repetición. El director Anderson, por otra parte, necesita de manera urgente sumarse al reality de VH1, Celebrity Rehab, para resolver su adicción a la cámara lenta. La manera en que abusa de ese recurso en las escenas de acción ya es obsceno y ni siquiera desde el trabajo en ese campo se preocupó por hacer algo distinto. Comparado con las cosas que actualmente se hacen en el cine oriental dentro de este mismo género (que lamentablemente no llegan a la cartelera local) este estreno es vergonzoso. Ver Resident Evil 5 en el cine es como sentarse a contemplar durante una hora y media a una persona que juega al Playstation, con la diferencia que el que se divierte es otro y vos sólo mirás lo que pasa frente a la pantalla. Para eso la pasás mejor jugando a un video juego de verdad o disfrutando de una buena película de zombies en serio. El único momento destacable de este film son los créditos iniciales, que narran una secuencia en reversa, que fue la única idea decente que tuvo Anderson en este trabajo. Lo que hizo después es olvidable y la última escena en la Casa Blanca parece un mal chiste del realizador. ¿Hasta cuándo van a extender esto? Alice ya se cargó a toda la compañía Umbrella. ¿Qué más falta para terminar la historia de una vez? Los que no se cansaron todavía del Cuento de la buena pipa de Paul W. S. Anderson probablemente la pasen mucho mejor en el cine. Yo con Resident Evil ya perdí la paciencia.
Ruby Sparks es una de las mejores y más creativas historias de amor que se estrenaron en el último tiempo. Los directores de Pequeña Miss Sunshine, Jonathan Dayton y Valerie Faris volvieron al cine con otra gran comedia cuyos mayores méritos le corresponden a la protagonista Zoe Kazan. No sólo por la excelente interpretación que presenta como la bizarra Ruby, sino que ella fue la guionista del film y brindó una muy buena historia. El film puede traer al recuerdo por momentos aquella producción de Marc Forster, Más extraño que la ficción (con Will Ferrell), pero la verdad es que en este caso el núcleo central de la historia va por otro lado. La película se destaca por abordar temáticas que no solemos ver a menudo en la comedia románticas de Cameron Díaz. Se trata de un film que no tiene que ver tanto con el romance, sino con otros aspectos de las relaciones sentimentales como la idealización exagerada de la pareja y el posterior desengaño, las inseguridades y las manipulaciones. Una fantasía bizarra donde la posibilidad de manifestar en la realidad a la chica de tus sueños para el protagonista se vuelve una gran pesadilla, que deriva luego en una gran lección de vida. Por eso creo que más allá de que el film trata también la cuestión de los procesos creativos y el mundo de los escritores el tema central es otro. Ruby Sparks se enfoca en el asunto de los ideales románticos y aboga por las relaciones de pareja realistas aceptando a las personas tal como son, con sus fallas y virtudes. Es una propuesta que está más cerca de los cuentos de Cameron Crowe y la película 500 días con ella que los bodrios de Kate Hudson y Katherine Heigl que estamos acostumbrados a ver todo el tiempo en el cine. Una película rara, con personajes muy locos, que por lo menos te engancha por lo bien que está trabajada la comedia y la originalidad de la historia. Paul Dano vuelve a interpretar el clásico personaje freak que viene haciendo en los últimos años. A diferencia de Michael Cera, cuyo rostro te inspira a decapitarlo con una espada samurai, con Dano uno encuentra mayor empatía hacia sus personajes. Por alguna razón querés que al final las cosas le salgan bien y supere sus conflictos. En Ruby Sparks está excelente y tiene escenas fabulosas junto a Zoe Kazan. Quienes disfrutaron de Pequeña Miss Sunshine en su momento no deberían dejar pasar este estreno, ya que los mismos directores vuelven a ofrecer otra gran propuesta. Una de las mejores películas de este 2012.
Una película que aporta una importante contribución a la lista de las grandes parejas cinematográficas sin química. En el pasado tuvimos algunas históricas como la de Dan Aykroyd con Kim Basinger ( Mi novia es una extraterrestre), más recientemente Nicole Kidman con Will Ferrell en (Hechizada), Angelina Jolie y Johnny Depp (El Turista), Clive Owen y Julia Roberts (Closer), Tom Hanks y Audrey Tautou (El código Da Vinci), Natalie Portman y Hayden Christensen (Star Wars), Reese Whiterspoon y Vince Vaughn (Navidad sin los suegros) y como olvidar a Jennifer López con Ralph Fiennes en Sueños de amor. Sólo Hollywood lo hizo posible. La lista es más larga y estos son algunos ejemplos. Son esas duplas que sencillamente no transmiten nada juntos y por más que lo indique el guión cuesta bastante creerte lo que viven sus personajes en las películas. El caso de Keira Knightley es loco porque prácticamente no tuvo química con nadie en sus filmes. Con esta pareja que arma en este proyecto junto a Steve Carell vuelve a ocurrir lo mismo. El casting de los personajes acá fue totalmente errado porque los protagonistas tiene cero química entre sí y eso se transmite en la historia. Al igual que ese bodrio pretencioso de Melancholia, que dirigió hace poco Lars Von Trier, el Emperador del cine snob, en este film se propusieron trabajar una típica historia sobre el fin del mundo con un enfoque diferente. Acá no hay grandes secuencias de acción a lo Michael Bay o Roland Emmerich, sino que se trata de una road movie que retrata las experiencias cotidianas que viven dos personajes durante los últimos días de la humanidad y cómo la gente enfrenta una crisis de ese tipo. A diferencia de lo que vende el trailer, la película en realidad se centra más en el drama que en la comedia con un mensaje sobre la importancia de vivir el presente en el acá y el ahora que estuvo mejor trabajado en Cars, de Pixar. Buscando un amigo en el fin del mundo es un film aburrido que tiene su falla principal en la elección de los dos protagonistas y el enfoque de la historia. Como ocurrió hace poco con Amor imposible (Ewan MacGregor), no queda claro que quiso hacer la directora con este film. ¿Es una historia romántica? ¿Un drama social sobre la humanidad? ¿Una road movie disparatada? Al final termina siendo una mezcla de estas cosas que no termina por convencer. Por otra parte, la historia de amor entre Steve Carell y Keira Knightley es absolutamente inverosímil y no transmiten nada juntos por la sencilla razón que no tienen química entre sí. Por consiguiente, es imposible creerte el romance de los dos personajes. Carell interpreta otra vez al hombre cuarentón deprimido que ya hizo en otros filmes y Keira está a cargo de un personaje que se vuelve más irritante con el transcurso del film. Lo último que uno podría desear en una crisis apocalíptica de este tipo es pasar tiempo con esta pareja. Son personajes sumamente aburridos con los que cuesta conectarse emocionalmente, ya que no despiertan el mínimo interés. Lo peor de este estreno es que no es una producción mala ni buena sino intrascendente y difícilmente quede en el recuerdo luego de conocerla.
Esta película es la remake innecesaria del film uruguayo La casa muda, que pudimos ver el año pasado. Un interesante experimento cinematográfico dentro de este género que se destacó por la interpretación de su protagonista. La verdad que estaba buena esa película, sin llegar a ser una joya del cine y los argumentos de los detractores nunca me terminaron por convencer. La versión yankee es básicamente la misma película que vimos hace un tiempo con algunos cambios desafortunados en la trama. Las modificaciones lejos de aportar algo interesante y creativo lo que hicieron es convertir al relato original en una propuesta más burda y predecibles donde los directores tenían la necesidad de explicar todo. El film uruguayo era un poco más ambiguo en la resolución del conflicto. La casa real donde se hizo el film original, por otra parte, era mucho más tenebrosa y brindaba un magnífico escenario para un relato de este tipo, algo que no ocurre con la de la remake. Lo mejor de esta nueva versión (y lo único para destacar) es el trabajo de la protagonista Elizabeth Olsen, quien brinda una tremenda actuación. El personaje principal de esta historia es muy desgastante a nivel físico y emocional y esta actriz que hace poco empezó a sobresalir en el cine hizo un gran trabajo. Claramente lo mejor de esta película. Los directores de Mar abierto, Chris Kentis y Laura Lau, se tomaron su tiempo para elegir un nuevo proyecto, pero esta remake no resultó la mejor opción. Seguimos en la espera de un buen film de terror para disfrutar en el cine.
Tener grandes actores en un reparto no siempre es garantía de brindar una buena película. El director David Frankel (El diablo viste a la moda) lo vivió hace poco con su film anterior, El gran año, donde trabajó con Steve Martin (ícono de la comedia), Jack Black y Owen Wilson y la película pasó completamente desapercibida en Estados Unidos. De hecho, hay mucha gente que desconoce su existencia por completo. En ¿Qué voy hacer con mi marido? El director Frankel trabajó con otros tres grandes artistas como Meryl Streep, Tommy Lee Jones y Steve Carell, pero esta vez contó con un guión más sólido. En consecuencia, creo que el gran mérito de este estreno le corresponde a Vanessa Taylor, una guionista que empezó a destacarse en Hollywood por su trabajo en series de televisión como Alias y Juego de Tronos. Que las tres figuras principales actúen bien no es noticia porque son grosos del cine norteamericano, pero en este caso estuvieron respaldados por un guión que aborda con humor y un poco de melancolía una temática trillada. Película sobre matrimonios en crisis tenés a patadas pero esta historia está bien llevada y se fortalece al tener los actores adecuados para cada personaje. El viejo cabrón que interpreta Tommy Lee Jones, por ejemplo, parece escrito especialmente para él y tiene muy buenos momentos. No es un film para reírse a carcajadas precisamente, ya que esta producción se encamina también por el drama pero es una propuesta que permite disfrutar del trabajo de grandes actores. Un buena Chandler Movie que probablemente encontrará su público más entusiasta en las señoras mayores.