Grandes héroes es la adaptación del cómic de Marvel, Big Hero 6, que surgió a fines de los años ´90 y se centraba en un grupo de adolescentes con poderes especiales. Una revista completamente olvidada de esta editorial que al igual que los Guardianes de la Galaxia nunca fue popular ni cosechó muchos seguidores. Los personajes fueron creados por Steven T. Seagle y Duncan Rouleau, responsables de la infame productora Man of Action, que en los últimos años se dedicó a convertir las series animadas de Marvel en productos más tontos. Comparado con las cosas que esta compañía hizo en los ´90 con los X-Men, Silver Surfer o Spiderman, series de la actualidad como Ultimate Spiderman y Avengers Assemble son producciones pobres en materia de contenido. La adaptación de Big Hero 6 para el cine se destaca en principio por ser la primera película animada en la historia de Disney que carece de personalidad. Es decir, si al comienzo del film el logo de la compañía del ratón Mickey se reemplazara por el de Dreamkworks, Sony o Fox, ningún espectador se daría cuenta del cambio, ya que esta nueva producción tiene muy poco que ver con el cine de Disney. Grandes héroes brinda una clásica historia de orígenes de superhéroes que podría haber sido desarrollada por cualquier otro estudio. Hiro Kanada, el niño protagonista, representa al típico héroe marveliano con pasado trágico y perdidas familiares que logra utilizar sus talentos personales para enfrentar las adversidades de la vida. Baymax, el protector de Hiro en los cómics, en este caso fue representado como un simpático robot, cuya función principal en la trama se concentra en brindar buenos momentos humorísticos. A diferencia de Los increíbles, de Brad Bird, donde cada personaje tenía una habilidad especial y el grupo familiar se complementaba cuando todos trabajaban en equipo, el resto de los superhéroes de este film son completamente intrascendentes y aportan muy poco en el conflicto. Los grandes héroes son Hiro y Baymax, ya que los otros personajes están pintados en la trama, inclusive en las escenas de acción. Un aspecto interesante desde la realización es el trabajo que hicieron los artistas con la ciudad de Sanfrantokio, el escenario principal del film, que combina San Francisco con Tokio. Tanto en los ambientes exteriores como interiores, la animación presenta numerosos detalles que fusiona con ingenio la cultura de Oriente y Occidente. Los momentos emotivos de este film están muy bien logrados y terminan siendo más interesantes que el conflicto de aventuras que es algo trillado. La película es muy entretenida pero si la comparamos con otros estrenos del género que vimos este año como Señor Peabody y Sherman, El árbol de la vida, Lego, Cómo entrenar a tu dragón 2 y Frozen, la verdad que no está en el mismo nivel. Ahora bien, más allá de algunas objeciones que se le puedan hacer a esta producción en una reseña, creo que para los pequeños varones de la familia, Grande héroes es una cita obligada en el cine. Los pibes menores de 11 años que pertenecen a la generación Ben 10 y Transformers: Prime van a encontrar en este film un auténtico paraíso cinematográfico. Es imposible que la pasen mal con este estreno. Tiene robots gigantes, superhéroes, peleas y aventuras. La buenas cosas de la vida que uno disfruta a esa edad. Por el contrario, para algunas nenas esta propuesta podría resultar una experiencia diferente. Como me comentó mi sobrina a la salida del cine: "Me aburrieron estos superhéroes, me quedo con Frozen y Tinkerbell".
El 2014 no fue un buen año para el género de terror en los cines y Un pasado infernal lamentablemente no logró cambiar esta situación. Esta película protagonizada por Abigail Breslin (Pequeña Miss Sunshine, Zombieland) fue dirigida por Vicenzo Natali, quien se hizo conocido en 1997 por su ópera prima, El cubo, que fue una buena propuesta de ciencia ficción. Este estreno en realidad no es un film de terror, pese a que se lo vende de esa manera desde los afiches promocionales y el trailer. La película ofrece una historia de misterio con elementos sobrenaturales que tal vez logre capturar la atención de los espectadores que todavía no se hartaron de este tipo de propuestas. El director Natali hizo una buena labor con las ambientaciones claustrofóbicas, que también se habían destacado en El cubo, y contó además con una buena actriz joven como Abigail Breslin, quien se carga la película al hombro y la saca adelante con su interpretación. Si bien la premisa que propone la trama es interesante, el film carece de grandes momentos de suspenso y termina siendo muy aburrido. Por ese motivo, los 97 minutos de duración se hacen interminables. Todo lo contrario a lo que fue Los Otros, de Alejandro Amenábar, donde el director te mantenía intrigado por la situaciones de tensión que construía en su narración. Una película que trabajó una temática muy similar a Un pasado infernal pero con mejores resultados. El nuevo film del director Natali no es completamente malo pero tampoco lo suficientemente recomendable como para pagar la entrada al cine. Si te intriga la premisa de la sinopsis la podés esperar tranquilamente en la televisión que no te perdés nada.
Paddington es un gran clásico de la literatura infantil y los dibujos animados que finalmente logró tener su película en el cine. El oso peruano fue creado por el escritor inglés Michael Bond en 1958 y enseguida se convirtió en un gran suceso internacional en Europa. Un claro heredero de personajes similares que se habían conocido décadas atrás, como Madeline (1939) y Jorge, el curioso (1941). El punto en común que tenían estos libros es que presentaban textos educativos que brindaban muy buenos valores a los chicos a través de las situaciones de enredo que vivían sus protagonistas. En el caso de Paddington, el oso se volvió más popular a nivel internacional cuando llegó a la televisión con las series animadas que se hicieron en 1975, 1989 (producida por Hanna-Barbera) y 1997. La última producción, realizada por la compañia Cookie Jar, fue la más exitosa de todas y se canceló luego de 117 episodios. En los últimos años Paddington estuvo ausente en los medios audiovisuales y ahora regresó con esta excelente adaptación para el cine que produjo David Heyman, responsable de la saga de Harry Potter. En Inglaterra este personaje es un auténtico ícono infantil y el film de Heyman sobresale por el cuidado y respeto con el que adaptaron la obra original en la pantalla grande. El trabajo que hicieron con la animación del oso es brillante y supera a producciones hollywoodenses como Los Pitufos, el oso Yogi o Alvin y la ardillas que bridaron propuestas similares desde la realización. Creo que los efectos digitales son bien utilizados en el cine cuando pasan desapercibidos por los espectadores. En este punto reside una de las grandes virtudes técnicas de Paddington. El trabajo que hicieron con las distintas expresiones faciales y los movimientos corporales del oso son tan impresionantes que a lo largo de la trama uno llega a olvidarse que el protagonista es un personaje animado. La historia expande el origen de Paddington e incluye a un par de villanos en el conflicto que era algo atípico de encontrar en la serie literaria o los programas de televisión. Si bien el oso se ve envuelto en una serie de peligros, esas situaciones se trabajaron con un enfoque infantil que no distorsionaron el espíritu de las historias de Michael Bond. Aunque sus interpretaciones se pierden en la versión doblada al castellano, cabe destacar el reparto del film que incluye a muy buenos artistas como Sally Hawkins, Jim Broadbent, Julie Walters y Nicole Kidman. La dirección corrió por cuenta de Paul King, quien debutó como realizador en el 2009 con la comedia surrealista, Benny and the Bull, que se destacó en los aspectos visuales. En esta ocasión el cineasta inglés volvió a ofrecer otro film impecable en materia de fotografía y diseño de producción. La escena en la que se presenta a la familia Brown en una casa de muñecas es brillante y trae al recuerdo algunos momentos locos de Benny and the Bull. Me encantó esta película y recomiendo acercar a los chicos a este gran personaje que es muy divertido. Dejando de lado las propuestas de dibujos animados, Paddington es la mejor película infantil que ofreció la cartelera en mucho tiempo.
Las películas bíblicas, al igual que las historias relacionadas con el Holocausto, en la actualidad se volvieron una temática complicada para trabajar. Se filmaron tantas producciones con los mismos personajes que no es sencillo hacer algo interesante, salvo que se aborden los temas desde una óptica diferente. El caso de Moisés es bastante particular porque los filmes que se hicieron en el pasado con su historia hoy son clásicos indiscutidos del cine. Cecil B.DeMille brindó la primera versión de Los Diez Mandamientos en 1923 y luego hizo la remake en 1956, con Charlton Heston y Yul Brynner, que es la versión más popular de todas. Burt Lancaster, Ben Kinsgley y Mel Brooks también interpretaron a Moisés en otras películas conocidas, pero la más recordada sigue siendo la segunda producción de DeMille. En Éxodo, Ridley Scott volvió a trabajar este clásico relato con la intención de ofrecer una interpretación más oscura de la relación que se gesta entre Moisés y Ramsés II, interpretados por Christian Bale y Joel Edgerton (El gran Gatsby) respectivamente. La película comienza con fuerza y secuencias emocionantes de acción, donde el director presenta la génesis de lo que luego será el conflicto entre los dos protagonistas. Moisés en este caso fue retratado como un héroe más humano e imperfecto que es uno de los pocos elementos novedosos que ofrece esta versión de la historia. Éxodo es una propuesta que logra ser atractiva desde los aspectos visuales, pero el argumento nunca llega a ser emocionante, pese a todas las situaciones intensas que viven los personajes principales. Un inconveniente que no es un detalle menor cuando se trata de un relato emblemático de este calibre. La secuencias de las batallas épicas, que son el fuerte de director, no defraudan y están impecablemente realizadas, junto con las escenas de las famosas plagas bíblicas. Scott incluyó también los ataques de unos cocodrilos que no formaban parte del Antiguo Testamento, pero brindan un buen momento. Sin embargo, más allá de algunas situaciones de acción o escenas dramáticas que comparten los protagonistas, el film se vuelve bastante denso a medida que se desarrolla el conflicto y el trabajo de Scott no aporta ningún elemento interesante que no se haya visto en otros clásicos. Bale y Edgerton son las figuras que llevan adelante la trama con sus interpretaciones, mientras que el resto de los actores no tuvieron demasiado espacio para lucirse. En ese sentido, resulta algo decepcionante la aparición de Sigourney Weaver, cuyo personaje quedó relegado a un cameo. Algo similar ocurrió también con la figura de Breaking Bad, Aaron Paul. Ridley Scott evocó muy bien en Éxodo el cine hollywoodense de los años ´50, pero su visión de esta clásica historia carece de la pasión y energía que tuvieron otras propuestas épicas de su filmografía.
Con cinco años de retraso finalmente llegó a la cartelera El exámen, un thriller independiente inglés dirigido por Stuart Hazeldine. Un artista que escribió varios guiones para películas de Hollywood que los grandes estudios luego desecharon. Hazeldine, quien no pegó una en los últimos años, fue autor de los primeros guiones de El Pago (John Woo), Crónicas mutantes, Cuenta Regresiva (Alex Proyas) y la remake de El día que paralizaron la Tierra, con Keanu Reeves. Su versión de esas historias nunca se llegaron a filmar. El exámen es un proyecto financiado por el propio director que presenta un propuesta de suspenso realizada con un reparto 10 actores desconocidos en un único escenario. El punto débil de este estreno es que remite demasiado a otras películas que se hicieron en el pasado como El cubo (Vincenzo Natali), la primera entrega de El juego del miedo, y El método, de Marcelo Piñeyro, que comparte una temática similar. En este caso ocho ejecutivos compiten por un trabajo importante en una prestigiosa compañía. Creo que esta película se disfruta bastante si uno acepta el juego que propone el director y deja pasar ciertas inverosimilitudes que tiene la trama. Cuesta bastante comprar por momentos que ocho talentosos ejecutivos, con grandes antecedentes profesionales y educativos, se comporten de la nada como un grupo de delincuentes desalmados. Ahora bien, si los protagonistas hubieran resuelto el conflicto en armonía y con respeto al prójimo esta película hubiera sido un bodrio. El director sostiene con su narración la tensión de la trama durante todo el relato y logra que uno se interese por saber quién se quedará finalmente con el condiciado trabajo. Desde la realización esta muy bien lograda la manera en que el Hazeldine conseguir convertir el exámen de la historia en una experiencia claustrofóbica. Otro punto a favor de esta producción. En el acto final el argumento tiene un giro extraño y la resolución no termina de convencer demasiado. Pese a todo, la ópera prima de Stuart Hazeldine logra con muy pocos recursos brindar un cuento entretenido.
Primicia mortal es una de las películas más cínicas y oscuras que se realizaron en los últimos años sobre los medios de comunicación. En este caso se explora el mundo de los camarógrafos freelance que trabajan para la televisión norteamericana, desde la perspectiva de un sociópata, interpretado por Jake Gyllenhaal, quien presenta el mejor trabajo de su carrera. Lou Bloom es un solitario que se expresa como un libro de autoayuda yankee (de esos que ofrecen fórmulas mágicas para hacerse rico en poco pasos) y tiene una enorme confianza en sí mismo. Un día descubre por casualidad que filmar hechos delictivos y accidentes puede generarle mucha plata y se lanza a las calles en busca de primicias. La famosa frase del periodismo, "que una mentira no te arruine una buena noticia", la convierte en su lema de vida. En realidad su motivación no tiene nada que ver con esta profesión, sino por el hecho de capturar imágenes morbosas que luego le permitan conseguir un buen cheque. Bloom está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de obtener una buena primicia, aunque eso signifique alterar la escena de un crimen para conseguir una mejor toma con su cámara. Por supuesto, este tipo de material no tendrían cabida en la televisión si no existieran productores como Nina Romina (genial regreso de Rene Russo), quien concibe a su noticiero como "una mujer que corre por las calles con la garganta ensangrentada". La relación entre estos dos inescrupulosos personajes es el eje central de este este gran thriller que representó la ópera prima de Dan Gilroy. Un guionista que trabaja en Hollywood desde hace muchos años y escribió filmes como Freejack (1992), The Fall (2006) y Gigantes de acero (2012). En Primicia mortal hizo un gran trabajo con la construcción del suspenso en la trama y un guión que presenta conceptos interesantes sobre el mundo de la televisión y los espectáculos sensacionalistas que en la actualidad se hacen pasar por periodismo. Como suele ocurrir con los trabajos del director David Ayer (En la mira), Gilroy filmó esta película en locaciones de la ciudad de Los Ángeles que rara vez se retratan en el cine y contribuyeron a darle un enorme realismo a la historia. Las fotografía, que por momentos evoca la estética de las películas de Michael Mann, estuvo a cargo de Robert Elswit ( clásico colaborador de Paul Thomas Anderson) y representa otra de las virtudes de esta producción. Dentro del reparto, Jake Gyllenhall es la principal atracción del film, donde logró hacer interesante y atractivo a un personaje perverso y manipulador que se roba cada escena en la que aparece. El actor cambió de manera notable su apariencia física para este trabajo y es un detalle que también contribuyó a que el protagonista resulte más aterrador. Sería injusto ignorar el trabajo de Rene Russo, quien hace muchos años no interpretaba un personaje que le permitiera lucirse en el cine y finalmente lo consiguió con este proyecto de su esposo, el director Dan Gilroy. Primicia mortal en un punto es una original sátira del sueño americano que los personajes de esta historia están dispuestos a conseguir a cualquier precio. Una película fascinante que se destaca claramente entre las novedades de la cartelera.
Patrick es la remake de un clásico del Ozploitation, nombre con el que se designó a la apasionante movida cinematográfica que tuvo lugar en Australia, durante las décadas del ´70 y ´80. Fueron propuestas que surgieron del cine independiente y contribuyeron a renovar especialmente los géneros de acción, terror y ciencia ficción. En el siguiente link pueden encontrar una lista de películas esenciales que recomiendo buscar dentro de este estilo (Ver nota). El caso de Patrick fue muy interesante porque en 1978 le dio una vuelta original al concepto de los slasher films, que habían comenzado a explotar en los Estados Unidos con La masacre de Texas (1974), Black Christmas (1974) y Halloween, estrenada el mismo año que la película australiana. La particularidad que tuvo esta producción del director Richard Franklin fue que el asesino era un joven en estado vegetativo, quien mataba personas desde la cama de un hospital a través de la telequinesis. El film se hizo con muy poca plata y aunque desde los aspectos visuales era muy limitado, lograba enganchar al espectador con la trama y el suspenso que generaba la narración del director. En Australia no funcionó comercialmente pero resultó un enorme suceso en Estados Unidos y Europa y con el tiempo se convirtió en una película de culto. También es muy recordada la banda sonora que estuvo a cargo del guitarrista de Queen, Brian May. En 1980 se estrenó la continuación clandestina, Patrick Still Lives, dirigida por el italiano Mario Landi. Un film que poco tenía que ver con la producción original y era muy jugado en materia de gore y violencia extrema. La remake que llega esta semana a los cines afortunadamente resultó una película mucho menos estúpida. La dirección corrió por cuenta de Mark Hartley, un documentalista que brindó filmes muy interesantes en los últimos años relacionados con el cine. Hartley fue responsable de Not Quite Hollywood (2008), que se centró en la movida del Ozploitation, y hace unos meses estrenó Electric Boogaloo, la historia de la productora Cannon, que brindó clásicos memorables en los años ´80 con Chuck Norris, Michael Dudikoff y Charles Bronson. Me pareció interesante lo que hizo el director con la remake de Patrick porque no se limitó a refritar la producción original, sino que abordó la trama por otro camino. La nueva versión dejó de lado el subgénero slasher para trabajar el conflicto como un típico thriller gótico que trae al recuerdo los filmes de la productora Hammer en los años ´70. La estética de la Hammer está muy presente en esta película y se puede apreciar claramente en todo el trabajo que tuvo la fotografía y la ambientación de los escenarios que evocan claramente el estilo visual de aquellas producciones. Hartley le rindió homenaje al film original con varias referencias concretas a lo largo de la trama, pero al mismo tiempo abordó este relato desde una óptica diferente. La narración es mucho más dinámica que la versión de 1978 y la actriz Sharni Vinson (Cacería macabra) interpretó con convicción el rol de la enfermera Kathy Jacquard. En esta ocasión la música estuvo a cargo del compositor italiano Pino Donaggio, recordado por su labor en clásicos del cine como Venecia rojo shockin (1973), Carrie (1976),Vestida para matar (1980) y Aullidos (1981). Su la labor para la remake fue muy buena y es un aspecto del film que tampoco pasa desapercibido. Ahora bien, no esperen encontrar grandes momentos de sustos ni una película apasionante que los inspire a coleccionarla en Blu- ray. Como mencioné antes, la trama se encaró más por el lado del thriller que del terror sangriento. Sin embargo, frente a toda la basura que se estrenó en el último tiempo, con las infumables propuestas de posesiones demoníacas y fantasmas resentidos, Patrick está bien hecha, cuenta con un reparto decente y dentro de todo se deja ver.
Sylvester Stallone originalmente concibió este film como la quinta entrega de Rambo. La trama, que estaba inspirada en la novela de Chuck Hogan, "Homefront", se iba a desarrollar en los Estados Unidos donde el famoso soldado descubría que tenía una hija adolescente. Stallone luego desechó la idea y reescribió el guión para hacer una película de acción con Jason Statham. En este caso delegó la dirección en Gary Fleder, un cineasta que se hizo conocido en los años ´90 con el film independiente, Asuntos pendientes antes de morir, con Andy García. La buena repercusión de esa produccion generó que luego trabajara para los grandes estudios de Hollywood donde realizó Besos que matan (1997), Ni una palabra (2001) y Tribunal en fuga (2003). Con esta nueva película debutó en el cine de acción con una propuesta decente que sobresale por el trabajo de los protagonistas. Una vez más queda claro que Jason Statham en la actualidad es el mejor actor que tiene este género en las producciones norteamericanas. Su presencia y desempeño físico en las escenas de peleas y tiroteos traen al recuerdo a las grandes figuras que hicieron esta clase de películas en los años ´80, algo que no ocurre con otros actores jóvenes. Una particularidad de esta producción es que Statham estuvo rodeado por un atractivo reparto donde se destacan James Franco (quien tiene muy buenos momentos), Kate Bosworth (irreconocible en su rol de drogadicta), Winona Ryder, Frank Grillo (Warrior) y Clancy Brown (Highlander). El director Fleder hizo un muy buen trabajo con los momentos de tensión que presenta la historia y las secuencias de acción, que gracias al espíritu de Charles Bronson, no se apoyan en el abuso de la animación computada, el inmundo cáncer del cine de acción de estos días. La verdad que Stallone escribió una trama mucho más decente en este proyecto que la de Expendables 3. Salvo que seas crítico de cine y te sientes a ver este film para buscarle respuestas al sentido de la vida, Línea de fuego brinda un buen entretenimeinto que se puede tener en cuenta. Por lejos, una de las mejores películas de Jason Statham.
Minúsculos es una de las mejores películas de animación que ofreció este año la cartelera. Se trata de una producción francesa que adaptó en el cine la serie homónima creada por Thomas Szabo y Hélène Giraud en el 2006. El programa tuvo 78 episodios y presentaba cortos de seis minutos donde se describía con bastante humor la vida de distintos insectos. El valle de las hormigas es un proyecto que traslada este concepto a la pantalla grande. La película, al igual que la serie, presenta personajes desarrollados por animación computada que se desenvuelven en escenarios naturales filmados en live action. Una combinación bastante particular que ofrece una experiencia distinta en el cine. La historia no tiene diálogos y todo el conflicto se narra a través de situaciones de comedia física y los sonidos que emiten los insectos para comunicarse entre sí. Cuando los directores crearon este proyecto tomaron como referencia a Microcosmos, el clásico documental producido por Jacques Perrin, y los dibujos animados del estudio Warner Bros de los años ´50, que también solían brindar relatos donde no había diálogos entre los personajes. La gran diferencia que presenta el largometraje de Minúsculos, con respecto a la serie de televisión, es que la trama tiene más contenido dramático y se enfoca bastante en la aventura y las secuencias de acción. Momentos entre los que se destaca una fabulosa batalla épica entre insectos hacia el final de la historia. Algo muy interesante de este film es la manera en que los realizadores integraron la animación CGI con esas fabulosas locaciones francesas, que sobresalen además por una excelente labor en la fotografía. Dentro de la narración también jugó un papel clave la música de Hervé Lavandier que es hermosa y desde las primeras escenas crea un clima especial en la ambientación del relato. Producciones tan creativas y originales como Minúsculos no se estrenan con frecuencia en los cines y por eso es una gran propuesta familiar que merece su recomendación.
En 1994 Tonto y retonto representó la ópera prima de los hermanos Farrelly, una producción que con el paso del tiempo se convirtió en una comedia de culto. Realizada con apenas 17 millones de dólares, la película recaudó más de 247 millones en todo el mundo y contribuyó a consolidar a Jim Carrey como una estrella de Hollywood. Ese mismo año el actor estrenó Ace Ventura y La máscara que también fueron grandes sucesos comerciales. Los idiotas Harry y Lloyd pegaron muchísimo en el público y luego reaparecieron en una serie animada de Hanna-Barbera y una precuela, en el 2003. Cabe destacar que los Farrelly no estuvieron involucrados en ningunos de esos proyectos que resultaron un fracaso. El programa de televisión fue tan malo que lo cancelaron luego de 13 episodios. 20 años después del primer film llega la continuación que no defraudará a ningún fan de estos personajes. Si te gustó la primera te vas a divertir con la nueva entrega, ya que mantuvo el espíritu y humor de la obra original. Carrey y Jeff Daniels están más viejos pero la química entre ellos sigue intacta y brindan momentos desopilantes. Nunca fui fan de los Farrelly y su estilo de humor irreverente que no es para todo el mundo. Siempre reconocí que los tipos saben hacer reír al público con situaciones incómodas, pero no me gusta la escatología que suelen incluir en sus producciones. Para mi sorpresa esta cuestión estuvo muy contenida en la nueva película y frente a las cosas que se ven hoy en día en las comedias norteamericanas, Tonto y retonto 2 no se excede demasiado en situaciones de mal gusto. Las escenas mas divertidas en realidad pasan por los diálogos disparatados y los enredos en los que se ven envueltos los personajes. Se lo extrañaba mucho a Jim Carrey en el cine y la verdad que su talento para hacer reír sigue vigente. Algo que se potencia encima con la dupla que forma junto a Daniels. En esta ocasión se incorporó al elenco Kathleen Turner, una de las actrices más populares de los años ´80, que protagonizó clásicos como El honor de los Prizzi (1985), Peggy sue, su pasado la condena (1986) y La guerra de los Rose (1989). Hace muchos años que no se la veía en un estreno comercial debido a varios problemas de salud y su adicción al alcohol que la alejaron de Hollywood. En el 2009 reapareció con la serie Califonication y empezó a trabajar en el cine otra vez. En este film aporta algunos momentos divertidos en un par de escenas que comparte con los protagonistas. Tonto y retonto 2 es por lejos el mejor trabajo que presentaron los hermanos Farrelly desde Loco por Mary. En este caso lograron brindar una buena comedia donde aprovecharon muy bien ese equipo tan especial que forman Carrey y Daniels. Reitero, si te gustó la primera película y sos seguidor de estos directores, la vas a pasar bien con la nueva historia de Harry y Lloyd.