A Terry le pintó el bajón. Hace muchos años que se viene esperando la gran película de Terry Gilliam que traiga de regreso a este artista con un relato que logre estar a la altura de lo que fueron clásicos como Brasil, Los caballeros de la mesa cuadrada, Bandidos del tiempo o 12 monos. La realidad es que desde Pánico y locura en Las Vegas (1998) el realizador no brinda una propuesta que tenga el mismo impacto que sus trabajos más conocidos. Un mundo conectado es un soporífero ensayo sobre el vacío de la existencia y la soledad que se desarrolla través de un film clautrofóbico, donde se extraña el humor del director por la sencilla razón que esto no es una comedia, sino una tragedia. La trama está ambientada en un mundo estrafalario cien por ciento Gilliam donde están presentes sus personajes excéntricos que vimos en otras obras de él. Sin embargo, el tono de este film se encaminó por otro lado. Cada tanto aparecen en la historia pinceladas de humor que están representadas en conceptos locos como La Iglesia de Batman o la psicóloga que interpreta Tilda Swinton que logra sacarte una sonrisa. Lamentablemente el interés que despierta en un momento el mundo en que se desenvuelve el perturbado personaje de Christoph Waltz luego se desvanece cuando el film se vuelve tedioso y reiterativo. Salvo por la relación que se gesta entre el protagonista y una joven prostituta, interpretada por Mélanie Thierry, el resto de la historia son fragmentos de la vida cotidiana del personaje de Waltz que no siempre se conectan entre sí. Esta producción en el fondo es mucho más superficial de lo que parece. El clásico refrán "el que mucho abarca poco aprieta" es una buena síntesis que define al guión de esta película. Gilliam aborda el tema del aislamiento social, el abuso de la tecnología y el dominio de las corporaciones para no hacer nada interesante con ninguna de estas cuestiones. Al final su crítica de la sociedad moderna termina siendo bastante tonta y banal. El director Spike Jonze abordó mejor estos tópicos en Her, una película más interesante. En el nuevo film de Gilliam cuesta bastante conectarse con los personajes de este relato que son densos y no generan ningún tipo de atracción. Prefiero quedarme con los aspectos más técnicos de este estreno que son fabulosos, donde sobresale el diseño de producción, los vestuarios y la fotografía de Nicola Pecorini, un frecuente colaborador del director. Si te gusta este cineasta de todos modos recomiendo ver esta película y dejarte llevar por la experiencia y ver que ocurre con eso. En lo personal Un mundo conectado fue la única película de Terry Gilliam que logró aburrirme en mi vida.
La primera entrega de Sin City y Dick Tracy, de Warren Beatty, sobresalieron entre las adaptaciones de cómics más perfectas que se hicieron en la historia del cine. En ambas producciones las viñetas de esas revistas cobraron vida en la pantalla grande con una fidelidad que no se volvió a ver en otras propuestas. Desde entonces se hicieron excelentes filmes relacionados con cómics pero ninguno capturó con tanta precisión el espíritu de las obras originales. Watchmen tal vez sería la excepción y podría ser incluida dentro de este selecto grupo. Sin City sorprendió además por el trabajo de realización de Robert Rodríguez y las interpretaciones del reparto que fueron brillantes. Pasaron nueve años de aquel estreno y durante este tiempo otras producciones adoptaron una estética similar, como los dos filmes de 300 y la infame The Spirit, dirigida por Frank Miller. La demorada continuación si bien no es una mala película y se llega a disfrutar si te gustó la primera entrega, lamentablemente no está al mismo nivel de lo que vimos en el 2005. Sin City 2 presenta cuatro relatos entre los cuales sólo dos están basados en las historietas originales, el resto fueron escritos por Miller para este proyecto. No es casualidad que los argumentos más sólidos del film resultaron los que se conocieron previamente en los cómics, como "Otro sábado por la noche" y "Una dama por la cual matar". La segunda trama mencionada es la principal atracción y Rodriguez brinda una adaptación impecable donde calcó a la perfección esa historia en la pantalla grande. Inclusive los diálogos, como había ocurrido en la primera película, están tomados del cómic. Josh Brolin brinda una buena interpretación de Dwight, previamente encarnado por Clive Owen, y Eva Green se luce a lo grande como Ava. Salvo por unos mínimos cambios, donde se excluyó el personaje del jefe de Dwight, la adaptación de "Una dama por la cual matar" es excelente. No se puede decir lo mismo de las dos historias originales escritas por Miller que me parecieron muy pobres. The Long Bad Night, protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, tiene un comienzo prometedor pero después el conflicto decae por completo en el segundo acto y resulta un relato completamente olvidable. La interpretación de Powers Boothe como el senador Rourke es lo único destacable. Peor resulta todavía "Nancy´s Last Dance", una secuela innecesaria y trillada de esa joya que había sido "Ese bastardo amarillo", la trama que protagonizó Bruce Willis en el film anterior. El final de ese argumento había sido perfecto. Si había una historia que no necesitaba una continuación era esa. ¿Por qué Frank? En este caso Nancy, interpretada nuevamente por Jessica Alba, inicia su cruzada personal de venganza contra el senador Rourke luego de la muerte del detective Hartigan. El problema con este argumento, más allá que arruinó "Ese bastardo amarillo", es que convirtió a Sin City 2 en un film redundante. Es decir, si en la trama central ya aparecía Marv (Mickey Rourke) ayudando a Dwight en su misión personal de venganza, volver a repetir la misma situación luego con Marv y Nancy es algo realmente tonto. Esto me lleva directamente al otro problema que tiene Sin City 2 y es la sobredosis injustificada de Marv. Como en la primera película el trabajo de Mickey Rourke fue muy elogiado acá lo incluyeron de manera forzada en todas las escenas posibles, a tal punto que parece por momentos la película de Marv y termina por cansar porque hace siempre lo mismo. Un caso diferente es el de Bruce Willis, quien en este estreno tiene la misma participación que Jet Li en Expendables 3. Lo convocaron para sumar un rostro al afiche, ya que no aporta nada y aparece menos de un minuto. Si se tiene en cuenta que el cómic de Sin City había brindado argumentos más sólidos e interesantes como "Valores familiares" o "Al Infierno ida y vuelta", que se podían haber adaptado en esta ocasión, las nuevas historias de Frank Miller creo que terminaron por debilitar esta nueva entrega. Reitero, la película se deja ver y si te gustó el film del 2005 te entretenés un rato. Sin embargo, estas cuestiones que le objeto me parece que fueron factores claves para que Sin City 2 no estuviera al mismo nivel que la primera adaptación que se hizo del cómic.
Si nos referimos a historias de espionaje en la literatura John le Carré es uno de los autores más conocidos que trabajan este género desde hace muchas décadas. Un hombre que suele abordar estos temas con bastante realismo gracias a su experiencia como miembro del servicio de inteligencia del Reino Unido. Las ideas de sus novelas suelen estar buenas pero no es un escritor para todo el mundo debido al tedio con el que suele desarrollar sus conflictos. Siempre me aburrí muchísimo con le Carré y prefiero consumirlo en el cine, donde sus libros en ocasiones brindaron buenas películas como The Deadly Affair, de Sidney Lumet (Serpico), y El jardinero fiel (Fernando Meirelles). El hombre más buscado es una adaptación de una de sus novelas más recientes que ofrece un muy buen thriller relacionado con el terrorismo y las agencias de inteligencia en el mundo post 11 de Septiembre. Una propuesta donde el autor fue bastante crítico con las políticas del ex presidente norteamericano George Bush y el rol de los Estados Unidos como policía internacional. La película fue dirigida por Anton Corbijn, quien fue responsable de ese bodrio que hizo con George Clooney, El ocaso de un asesino, uno de los filmes más trillados que se hicieron en los últimos años con la clásica y explotada temática del asesino a sueldo solitario. En esta producción trabajó un típico conflicto de le Carré donde se retrata el complicado mundo de los servicios de inteligencia de la actualidad sin la pirotecnia que tiende a ser parte de este género en el cine norteamericano. En las historias de este escritor los personajes suelen arreglar el mundo tomando un café. Acá no hay tiros ni persecuciones automovílisticas, sino que todo se desarrolla a través de reuniones y conversaciones. No obstante, una de las virtudes de El hombre más buscado es que Corbijn supo construir con su narración un buen thriller que no cae en el tedio y logra mantenerte interesado con la tensión y la intriga que tiene la trama. A diferencia de El ocaso de un asesino que a los 10 minutos ya sabías como iba a terminar la película, en este film logró hacer mucho más llevadero el argumento. Junto con la fotografía, que suele ser una de las cualidades de las producciones de este realizador, el film se vio favorecido por un muy buen reparto que tuvo a Philip Seymour Hoffman como gran protagonista, en uno de sus últimos trabajos en el cine. Acá interpreta al típico anti héroe de le Carré, con el clásico pasado atormentado, que pese a estar hastiado con el mundo en que se desenvuelve su trabajo, se esfuerza por hacer lo correcto. La verdad que se lo va a extrañar mucho a Hoffman. Al menos en una de sus últimas interpretaciones logró destacarse a lo grande y esa es una buena razón para agendarse el visionado de esta película.
Segunda producción animada de Corea del Sur que llega a la cartelera luego de Dinosaurios, estrenada la semana pasada. Esta es la película más cara que se hizo en ese país dentro de este género con un presupuesto de 42 millones de dólares. En este caso participaron también en la realización compañías de Canadá y Estados Unidos. La dirección corrió por cuenta de un veterano de los estudios Disney como Peter Lepeniotis, quien trabajó en Toy Story 2 y Fantasia 2000. En el 2005 hizo un cortometraje llamado Surly Squirrel (disponible en You Tube) que presentaba una historia con animales muy influenciada por el humor de los viejos Looney Toons. Locos por la nueces expandió esa historia para la pantalla grande. En Estados Unidos resultó uno de los filmes más vapuleados por la crítica norteamericana algo que fue una enorme exageración. Algunos críticos trasnochados la compararon negativamente con Ratatouille, una cuestión que no resiste ningún de tipo análisis. No sólo porque este estreno se hizo con un presupuesto moderado, para los números que se manejan en la animación, sino que además presenta una historia que está encarada por otro camino. Esta producción se destaca principalmente en los aspectos visuales y en la animación donde se hizo un trabajo decente. Las personalidades de los protagonistas traen al recuerdo por momentos a esos personajes absurdos que se podían encontrar en los viejos cortos del estudio Warner y son divertidos. Por otra parte, la trama es una propuesta que logra entretener al público infantil sin mayores ambiciones y en ese sentido cumple con su objetivo. Locos por las nueces no sobresale a entre los grandes estrenos del género de este año pero tampoco es tan terrible y se puede tener en cuenta en una salida familiar.
A poco meses del estreno de Bajo la misma estrella llega a la cartelera otro drama lacrimógeno cuya visión se hace soportable gracias a la presencia e interpretación de Chloë Moretz. Filmes olvidables como este, donde ella queda muy bien parada, son los que demuestran una vez más el enorme talento que tiene. Salvo que seas una chica de entre 15 y 17 años o miembro del fan club de One Direction es complicadísimo engancharte con la trillada historia de amor de este film que parece salida de un guión desechado de Cris Morena. La idea es que te sientes en la butaca y llores con la forzada relación romántica y la tragedia que vive la protagonista. Son esa clase de películas donde se nota claramente que el director estaba obesionado con la intención de hacer llorar a la gente. El problema es que todo se desarrolla de manera tan artificial, como los típicos libros malos de Nicholas Sparks, que es complicado engancharse de esa manera con esta propuesta. La química entre Chloë Moretz y Jamie Blackey (El quinto poder) brilló por su ausencia y por eso cuesta bastante comprar la relación que se genera entre ellos. El conflicto se plantea como si los personajes fueran almas gemelas que ningún obstáculo puede separar, pero los actores no lograron transmitir esa intensidad en la relación porque no había chispa entre ellos. Cuesta bastante imaginarse a estos personajes en una relación duradera. En consecuencia, los mejores momentos del film terminaron siendo todas las escenas que se relacionan con los padres de la protagonista, donde sobresalieron Mireille Enos (The Killing) y Joshua Leonard (recordado actor de El proyecto Blair Witch). Staci Keach (Cabalgata infernal) en el rol del abuelo de Moretz también tiene un par de momentos destacados. Inclusive el vínculo especial que tiene la protagonista con la música es mucho más interesante que el soporífero conflicto relacionado con el romance. El gran punto débil de Si decido quedarme es que la película es extremadamente predecible y no hay lugar para la mínima sorpresa porque todo se desenvuelve tal cual te lo imaginás a medida que transcurre la trama. A diferencia de Bajo la misma estrella donde se generaba cierta intriga sobre lo que podía ocurrir con los personajes, el argumento de este estreno es muy convencional y eso genera que termine siendo un poco más aburrida. De todos modos creo que es un film que seguramente encontrará su público. Si te gusta llorar y deprimirte en la butaca de un cine con una trillada tragedia adolescente acá tenés un estreno que no vas a querer dejar pasar.
El cine australiano llega con cuentagotas a la cartelera local y por esa razón está bueno no dejar escapar estas películas cuando aparecen en las salas. El cazador es el nuevo trabajo del director David Michôd, una de las nuevas promesas que surgieron en los últimos años en la industria cinematográfica de ese país. Michôd tuvo un gran debut en el 2010 con su ópera prima, Animal Kingdom, un excelente drama policial donde se destacaron Joel Edgerton (El gran Gatsby) y Guy Pearce. En este caso el cineasta volvió a reunirse con Edgerton (guionista de este proyecto) y Pearce para desarrollar un thriller post-apocalíptico que tiene como gran protagonista a ese maravilloso escenario natural que brinda el desierto australiano. Un lugar especial que en el pasado sirvió de ambientación a la trilogía de Mad Max, los clásicos del loco Brian Trenchard-Smith (Turkey Shoot) y otros grandes títulos del Ozploitation (nombre con el que se designa a la movida cinematográfica que tuvo lugar en Australia entre mediados de los años ´70 y fines de los ´80). Luego que la economía global colapsó se produjo una invasión masiva de inmigrantes a Australia que tratan de sobrevivir como pueden en un lugar peligroso donde abundan los criminales y estafadores. En ese contexto se presenta a los dos protagonistas de este relato, interpretados por Guy Pearce y Robert Pattinson. Un solitario obsesionado con recuperar el auto que le robaron y un joven norteamericano que fue abandonado en el camino por una banda de delincuentes con la que se relacionaba. La trama se enfoca en la extraña relación que se forma entre estos dos hombres que intentan mantenerse con vida en un ambiente hostil. A diferencia de Animal Kingdom que era un thiller más clásico, el director abordó la narración de este film como si se tratara de un western moderno donde la tensión y el suspenso se desarrolla lentamente. Guy Pearce brinda otra tremenda actuación como las que ya estamos acostumbrados a esperar de él. Es complicado encontrar un trabajo suyo donde no se destaque. Por esa razón termina de llamar más la atención Robert Pattinson, quien presenta uno de sus mejores trabajos en el cine. Hay que darle el crédito por sus notables esfuerzos por despegarse todo lo posible de la saga Crepúsculo con proyectos radicalmente diferentes. Así como se le pegó (con justicia) por su vampiro constipado hay que reconocer también que en estos últimos años evolucionó muchísimo como actor. En El cazador está muy bien y tiene grandes momentos junto a Pearce. La película del director Michôd logró convertir a esos escenarios desoladores del desierto australiano en un personaje más de la película que no pasa desapercibido en el conflicto. En este punto fue clave el trabajo de la directora de fotografía Natasha Braier, una artista argentina que fue colaboradora de Lucía Puenzo en XXY. Me pareció genial como aprovecharon ese lugar para potenciar el complicado mundo en el que se desenvuelven los protagonistas. El Cazador es una muy buena propuesta que no va a defraudar a quienes busquen disfrutar un thriller decente con un buen reparto. Otro acierto en la corta filmografía de este joven director cuya carrera será interesante seguir.
Es notable en el último tiempo la cantidad de filmes de animación independientes que llegaron a los cines argentinos. Dinosaurios es una atípica incursión en este género de la famosa productora coreana CJ Entertainment, responsable de brindar numerosas películas memorables de ese país como Joint Security Area (Chan-wook Park) y My Sassy Girl entre tantas otras. En este caso desarrollaron este proyecto junto a John Kafka, un veterano de los dibujos animados en Estados Unidos, quien trabajó en grandes series clásicas de los ´90 como Rugrats, James Bond Jr. y Las Tortugas Ninjas. Dinosaurios es una película que pese a sus notables limitaciones técnicas logra brindar una propuesta llevadera para el público infantil. Sobre todo en los niños más chicos que empiezan a tener sus primeras salidas al cine. La historia presenta una aventura con dinosaurios que son personajes que siempre garpan entre los pibes. La idea de la trama no es mala y los personajes son simpáticos, pero el film tiene su gran punto débil en los aspectos visuales. La animación la verdad que es bastante pobre y en canales como Discovery Kids se pueden encontrar actualmente propuestas mas elaboradas. De hecho, cualquier trabajo de John Kafka en los ´90 es completamente superior a esto y se nota que hizo lo que pudo con un presupuesto muy limitado. Reitero, pese a no ser un gran estreno de animación, Dinosaurios puede ser una opción a tener en cuenta para niños desde los cinco años. No es una película que van a recordar al día siguiente o a la media hora que salgan de la sala, pero se van a divertir un rato.
Expendables 2 fue una de las películas de acción más divertidas que se estrenaron en los últimos años. Cuando la historia llegó a su fin quedaba claro que no iba a ser fácil superarla. El film había sido una fiesta nostálgica para los amantes del género de acción y la continuación tenía la presión de ser mejor todavía para extender esta propuesta en una saga. El desafío que presentaba la tercera entrega no era sencillo pero nadie podía imaginar, debido al reparto reunido, que esta producción resultaría tan decepcionante. La visión de Expendables 3 deja cierto sabor amargo debido a la codicia de Sylvester Stallone, el principal productor responsable de estos filmes. Sly se empachó con el éxito que consiguió en los capítulos anteriores y en esta ocasión tomó malas decisiones que fueron fatales para esta película. En primer lugar fue una pésima idea desarrollar este film para un público adolescente con el objetivo de recaudar más dinero. La película presenta un tratamiento de la acción mucho más light con el objetivo de conseguir la calificación "Prohibida para menos de 13 años". Esta cuestión también afectó la trama del film donde Stallone destruyó como guionista el espíritu que habían tenido las historia de los Expendables. El principal atractivo de estas películas pasa por ver juntos a los grandes veteranos del género. En la nueva entrega, los personajes que conformaban el equipo original de mercenarios quedaron relegados a un rol secundario porque Stallone prefirió enfocarse en una nueva generación de Expendables más jóvenes. Personajes aburridos y sin carisma que son interpretados por actores olvidables como Kellan Lutz (La leyenda de Hércules). La película comienza fuerte con la fabulosa presentación del personaje de Wesley Snipes, quien luego queda en el olvido dentro del conflicto. Los únicos que logran destacarse un poco más son Antonio Banderas con su interpretación live action del burro de Shrek y Mel Gibson, quien representa lo mejor de esta película. Cada una de sus escenas levanta por completo el tedio de la historia. Es el único actor del reparto que parece haberse divertido en serio durante el rodaje y eso lo transmitió en su interpretación. El resto están ahí porque tenían que cumplir con un contrato. Espero que Jet Li haya cobrado un buen sueldo ya que es lamentable la manera en que se lo desaprovechó nuevamente en esta saga. Su personaje aparece un minuto y ni siquiera interviene en escenas de artes marciales. Simplemente lo convocaron para sumar un nombre en el afiche. Debe andar con problemas financieros, ya que de otro modo no se entiende que un artista de su nivel se preste para esto. Estas cuestiones no ayudaron a que Expendables 3 fuera la buena película que uno esperaba y las cosas empeoraron más todavía con la decepcionante dirección de Patrick Hughes. Un realizador australiano que se destacó con el film independiente Red Hill y acá ofrece una película vergonzosa en materia de realización. La culpa no es completamente suya sino de los productores que desean generar plata en la taquilla con el menor gasto posible. En consecuencia, reducen costos abusando de la animación computada en las secuencias de acción. Hay escenas de este film que son un insulto al género. Al comienzo de la historia Stallone hace explotar un helicóptero con un control remoto. La explosión la hicieron con efectos digitales y se ve tan trucha que parece un dibujo animado. Uno recuerda que en Arma Mortal 3 el director Richard Donner demolió un edificio en serio para la secuencia inicial de la película y la verdad que te dan ganas de llorar al ver como se aborda la acción en Hollywood por estos días. Hacia el final la batalla en helicópteros en la que interviene Harrison Ford es tan artificial, debido a los malos efectos de CGI, que Sharknado parece una producción de Spielberg. Si el director John Milius (Red Dawn) llega a ver como quedó esa escena le agarra una úlcera. Por el elenco reunido con tantas figuras grossas del género, los films de Expendables deberían presentar películas de mayor calidad en los aspectos visuales en lugar de estos filmes baratos que son penosos de ver. Esto es responsabilidad de los productores que eligen ir por este camino. En materia de acción, Escape imposible, la última que hicieron juntos Stallone y Arnold Schwarzenegger es completamente superior a Expendables 3. Ahí tenías muy buenas secuencias de peleas y tiroteos donde no se abusaba de la animación computada para recrear una explosión. Si te gusta el cine de acción este estreno de todos modos zafa y te entretenés un rato. No puedo decir que me haya aburrido, pero la verdad es que no fue la película que hubiera esperado disfrutar. Me habría gustado ver más participación de Wesley Snipes en la historia y un duelo final entre Stallone y Gibson que no pareciera el típico cierre de un episodio de Walker Texas Ranger. Así se dieron las cosas. Expendables 2 fue una fiesta. La nueva entrega es una película regular que tiene algunos momentos divertidos.
Relatos Salvajes es esa clase de propuestas que a uno le gustaría encontrar con más frecuencia dentro del cine nacional. Es decir, una película que te envuelve de principio a fin con sus conflictos sin la necesidad de tener que mirar el reloj cada 15 minutos esperando que termine. Damián Szifrón se tomó su tiempo para volver a la cartelera con un nuevo proyecto pero la espera valió la pena. Su nuevo trabajo presenta una muy buena antología de suspenso que trae al recuerdo la vieja serie de televisión de Alfred Hitchcock y ni hablar de los cuentos macabros de Roald Dahl. Son historias independientes que tienen como punto en común la liberación de la violencia contenida. Los protagonistas de cada corto estallan en algún momento por un hecho particular y eso los lleva a tomar decisiones extremas que los termina por involucrar en una odisea. Es claro que el director no se propuso brindar un estudio psicológico de la naturaleza de la violencia sino divertirse con todos estos personajes que logran generar una empatía con el espectador, pese las cosas terribles que hacen. Una película donde Szifrón como guionista demostró un gran dominio del humor negro y el absurdo que no había trabajado con tanta fuerza en sus filmes anteriores. En todos los relatos hay situaciones incómodas que generan momentos desopilantes y luego te sorprenden con algún giro inesperado. Como suele ocurrir con las antologías la conexión del espectador con las historias varía de acuerdo a los conflictos que se presentan. Nunca vi una película de este tipo donde me parecieran brillantes todos los cuentos. Alguno siempre te termina por enganchar más que otro. En Relatos salvajes mi gran favorito resultó El más fuerte, el corto protagonizado por Leonardo Sbaraglia. Algo que me encantó de este segmento es que tiene una realización diferente al resto de las historias. Más allá del gran trabajo que hacen los actores, la labor de Szifrón en la edición de este corto fue fundamental a la hora de construir la tensión frenética que tiene el conflicto. La historia está impecablemente narrada y no es algo tan sencillo de lograr cuando el núcleo de un argumento se centra tanto en la acción física. Relatos Salvajes la verdad que brinda una grata experiencia cinéfila que seguramente estará en el recuerdo cuando repasemos las mejores películas que vimos este año.
Las Tortugas Ninjas la sacaron barata para tratarse de una producción de Michael Bay. El film pudo haber sido mucho peor. Después de la última película live action de 1993, que dió inicio a la etapa decadente de estos íconos populares, las tortugas regresan a los cines con una producción muy influenciada por la serie animada del 2003, que representó el relanzamiento de los personajes para una nueva generación de niños en el siglo 21 (más info en el link). Esto tiene bastante sentido y lo veo bien. Hoy los chicos de entre seis y diez años, que son el target de espectadores que más van a disfrutar este estreno, descubrieron a las tortugas por este dibujo animado que se mantuvo vigente hasta el 2009. El film tomó numerosos elementos de ese programa, como el aspecto más intimidante de los personajes, el tratamiento de la acción, el look de Destructor e inclusive incorporaron en la trama a Karai, la hija adoptiva del villano. Todos estos ingredientes generan que los pibes de la actualidad se encuentren con una adaptación familiar de la versión que ellos conocen de esta propuesta. Si bien en el pasado se hicieron cosas peores con las Tortugas Ninjas, creo que este film podría haber sido mucho mejor si quedaba en manos de otros realizadores. La gran debilidad de esta producción es que acarrea todas la imbecilidades y vicios que caracteriza el cine de Michael Bay. En una menor medida que Transformers, también es justo mencionarlo, pero están ahí Pese a que él no la dirigió y esa tarea estuvo a cargo de un cineasta sin personalidad como Jonathan Liebesman, el espíritu de Bay está muy presente. El guión corrió por cuenta de los sujetos que trabajaron en su serie de televisión, Fastlane, y presenta un nuevo origen de las tortugas. Esto no me parece mal. Está bueno que se reinvente la historia y hagan algo diferente. El problema es cómo lo hacen. Es increíble que una producción que costó 125 millones de dólares no pudiera contar una historia menos estúpida. Desde su concepto inicial, las Tortugas Ninjas siempre fueron una gran bizarrada. Sin embargo, dentro del delirio que proponían sus creadores había un mínimo de coherencia en el argumento. Algo que no existe en esta producción. La nueva historia de las tortugas asocia el origen de los protagonistas con el pasado de April O´Neil y dentro de este conflicto Destructor quedó completamente pintado en el film. En consecuencia, su presencia en este argumento y la pelea con los héroes carece por completo de sentido, ya que los personajes ni siquiera se conocen y no hay un motivo concreto que justifique una confrontación. ¿Por qué pelean las tortugas con Destructor? Porque necesitaban una escena de acción para el final de la película. No importa que la situación no tenga ningún tipo de sentido, total los chicos se entretienen igual. El verdadero villano en este argumento es un científico interpretado por William Fichtner (Armageddon) que tiene más peso en la trama. En la nueva película, las tortugas y la rata Splinter se convierten en ninjas porque encontraron un libro de artes marciales en una alcantarilla. Si el libro hubiera sido de autoayuda entonces habrían sido vendedores de seguros. Sin embargo, lo peor de todo es el trabajo que hicieron desde la animación computada con el diseño de los protagonistas, quienes se ven horribles y artificiales. Sólo los realizadores saben qué quisieron hacer con los personajes. Las viejas marionetas electrónicas, que creó Jim Henson para la primera película de 1990, tenían expresiones faciales mucho más realistas que lo que hicieron estos tipos con la tecnología actual. Aunque el director Liebesman tarda una eternidad en presentar a las tortugas, debido a que pierde tiempo en su narración con personajes que a nadie le interesa, se desenvuelve muy bien en las secuencias de acción que suelen ser su fuerte. En ese campo la película está muy bien lograda y tiene buenos momentos. Megan Fox, que suele ser aniquilada en cada cosa que hace, la verdad que presenta un trabajo bastante decente y es el menor problema de este film. Si tiene más o menos Botox en su rostro es un problema de ella que no debería repercutir en el análisis de este estreno. Reitero, los chicos seguramente la van a disfrutar, pero podían haber hecho una película superior. Son las Tortugas Ninjas, un clásico de la cultura popular que hace 30 años se mantienen vigentes. Para la continuación, que ya se encuentra en producción, se van a incluir muchos más elementos de la vieja serie animada de los ´80 y tal vez resulte mejor. Ojalá cambien a los guionistas.