Líbranos del mal es un estreno que llega a los cines con una pequeña trampa. El estudio Sony y la gran mayoría de los medios la promocionan como una película de terror cuando en realidad se trata de un thriller policial que contiene elementos sobrenaturales. No es lo mismo. El film fue dirigido por Scott Derrickson, quien previamente había realizado El exorcismo de Emily Rose. Cuando se estrenó esa película recuerdo que mucha gente quedó algo decepcionada porque parecía más un thriller de abogados que una propuesta clásica de horror sobre posesiones satánicas. Con Líbranos del mal sucede algo similar y en un punto ese el elemento principal que hace interesante a este film El trabajo anterior de Derrickson, Siniestro, protagonizada por Ethan Hawke, fue una película que se centró más en el género de horror clásico. Con esta nueva propuesta, que lo tuvo como productor a Jerry Bruckheimer, el cineasta abordó el tema de las posesiones satánicas desde una óptica diferente. En materia de realización, Líbranos del mal está claramente influenciada por el cine policial e inclusive la estética del film remite en más de una ocasión a Pecados Capitales, de David Fincher. Derrickson hizo un gran trabajo con las ambientaciones de la historia y la manera en que construyó el suspenso a lo largo de la trama. No es un dato menor que en los roles protagónicos contó con dos excelentes actores como Eric Bana y Édgar Ramírez, quienes no suelen participar a menudo en este tipo de producciones. La dupla que forman juntos en esta historia es excelente y se destaca como otro de los puntos fuertes de la película. La historia se basa en las experiencias de Ralph Sarchie, un policía de Nueva York que se convirtió en un experto en Demonología y se hizo conocido con su libro "Beware of the night", donde relató varios hechos paranormales que vivió mientras trabajaba como detective de homicidios. La trama de esta película fusiona varias de esas experiencias en un mismo argumento. Entre tantas producciones parecidas que llegaron en el último tiempo y ofrecen más de lo mismo, Líbranos del mal por lo menos trabajó una temática desgastada desde un enfoque diferente. Reitero, no te vas a encontrar con el gran film de terror que genere sustos, porque esto va por otro lado, pero es una propuesta entretenida que se disfruta más desde el misterio policial.
Juntos pero no tanto no es mala, pero es una producción completamente olvidable. Algo que es peor todavía cuando se trata de un trabajo de Rob Reiner. Esto es Spinal Tap, Cuenta conmigo, Misery, Código de honor, Cuando Harry conoció a Sally, La princesa prometida. Reiner es un realizador que brindó auténticos clásicos populares y sin embargo desde hace más de una década su carrera se estancó en Hollywood en un pozo del que no logra salir. Ya sea que no encuentre el proyecto indicado o que los grandes estudios ya no le confían producciones importantes, la realidad es que hace muchos años que el director no brinda una película que se pueda ubicar entre los grandes trabajos de su carrera. En este caso ofrece una comedia romántica completamente predecible y trillada que logra ser entretenida por el hecho que tiene a Michael Douglas y Diane Keaton como protagonistas. Desde el momento en que sus personajes se conocen en la trama ya sabés como va a terminar el film, pero sus interpretaciones logran hacer llevadera la visión de esta propuesta. En ese sentido, esta película es muy parecida A todo lo que necesitas es amor, con Pierce Brosnan (actualmente en cartel) que presentaba una opción similar dentro de este género. De hecho, ambas películas están dirigidas a un público de más de 50 años. Rob Reiner, quien también tiene una participación como actor, Michael Douglas y Diane Keaton hacen su trabajo con mucho profesionalismo y aunque el resultado final no deriva para nada en una mala película, tampoco es una producción que vaya a ser recordada en sus filmografías.
Finalmente llegó el día, después de 45 años, en que los Guardianes de la Galaxia abandonaron su tradicional estatus de parias del universo Marvel. La realidad es que estos personajes jamás fueron populares e inclusive en el ambiente comiquero era difícil hasta no hace mucho encontrar seguidores (Ver más info en el link). Esa historia cambió a partir de esta semana. Con el estreno de este film Peter Quill, Gamora, Drax, el destructor, Groot y el querido mapache Rocket pasan a incorporarse a la galería de héroes conocidos que seguramente serán bien recibidos por el público. La película fue dirigida por James Gunn, un realizador que viene del cine independiente y previamente hizo Slither (2006) y Super (2010), una muy buena parodia del género de superhéroes con Liv Tyler y Kevin Bacon. Si la no la vieron traten de conseguirla que es muy divertida. Gunn hizo un trabajo impecable con la película de los Guardianes. Por un lado brindó una excelente adaptación de la etapa actual del cómic y lo que es más importante todavía, logró construir una propuesta muy amena y entretenida para el público que no conocía a estos personajes. Todos los actores lograron capturar a la perfección las personalidades de los protagonistas que cobran vida en esta producción. Cabe destacar especialmente la interpretación de Bradley Cooper, quien le dio la voz al mapache Rocket, que como era de esperarse, se roba varias escenas donde tiene momentos desopilantes en materia de humor. También se da algo similar con el rol de Drax, que estuvo a cargo de Dave Bautista, una famosa figura de la lucha libre en Estados Unidos que en el último tiempo incursionó como actor en el cine e hizo un trabajo decente con este personaje. El director logró equilibrar muy bien la acción y la aventura con el tipo humor que suele trabajarse en los cómics. Desde los aspectos técnicos el film es impecable y es ese tipo de producciones donde se invirtió de manera correcta cada centavo del presupuesto. También sobresale la nostálgica banda sonora que presenta canciones que no suelen aparecer en los trabajos de Marvel para la pantalla grande. Si tuviera que objetarle algo a la película es el decepcionante desempeño de las figuras famosas del reparto que el director Gunn no supo aprovechar. El elenco reúne artistas grossos de primer nivel como Glenn Close, Benicio del Toro, Djimon Hounsou (actor criminalmente subestimado) y John C. Reilly, quienes están desaprovechados en sus roles y no aportan demasiado en este film. El caso de Benicio del Toro es peor todavía porque su personaje ya se había presentado en el final de la segunda película de Thor y se podía esperar mucho más de él. Lamentablemente quedó pintado en la trama y su labor casi terminó siendo un cameo. Más allá de esta cuestión que quería mencionar, creo que esta producción de Marvel se destaca entre los grandes estrenos pochocleros de este año y merece su visión en el cine. Como seguidor del cómic quedé muy satisfecho y la recomiendo.
La noche de la expiación, un film independiente con Ethan Hawke, sorprendió el año pasado en la taquilla norteamericana. Filmada con un presupuesto de tres millones de dólares y una ínfima campaña publicitaria, la película recaudó casi 90 millones de dólares. Esto motivó que meses después del estreno el director James DeMonaco se pusiera a trabajar en la segunda entrega y es en este punto donde nos encontramos con un caso bastante loco. 12 horas para sobrevivir más que una secuela es en realidad un refrito mejorado del primer film. El concepto de la producción original estaba bueno y era interesante para trabajar en una propuesta de este género. La trama transcurría en el año 2022, donde el gobierno norteamericano implementaba un programa llamado La purga. Durante un período de 12 horas todas las actividades criminales eran legales y los delincuentes podían hacer lo que quisieran, salvo dañar a los funcionarios del gobierno. La nueva entrega funciona mejor por el hecho que el director DeMonaco esta vez decidió trabajar el conflicto en exteriores donde pudo sacarle más jugo al concepto de la purga. En La noche de la expiación toda la acción se centraba en una casa que era invadida por unos criminales y el personaje de Ethan Hawke trataba de defender a su familia. 12 horas para sobrevivir logra construir mejor las situaciones de tensión y suspenso en las calles, que es el escenario donde tiene lugar el caos que genera ese programa gubernamental. La trama también es un poco más elaborada, ya que gira en torno a la historia de varios personajes y desarrolla mejor la idea de la película original. Frank Grillo, quien hace poco apareció en Capitán América 2 y el excelente drama de artes marciales Warrior, es el actor más conocido del reparto que no presenta grandes figuras. En resumen, 12 horas para sobrevivir en un decente thriller del cine clase B que mejoró varios aspectos de La noche de la expiación y se deja ver si te interesó la historia previa.
Susanne Bier pertenece a esa camada de cineastas daneses que surgieron a mediados de los años ´90, donde se destacaron también Lars von Trier y Thomas Vinterberg. La mayoría de sus trabajos funcionaron muy bien en el mercado internacional y en algunos casos se convirtieron en éxitos comerciales. Podemos citar The one and Only (1999), Open Hearts (2002) filmada bajo las reglas del Dogma 95, Brothers (2004), con Connie Nielsen (que luego tuvo su remake Hollywoodense), Thing We Lost in the Fire, con Benicio del Toro y Halle Berry y más recientemente In a Better World (2010), película con la que ganó el Oscar al Mejor Film Extranjero. Con su nuevo trabajo, Todo lo que necesitas es amor, la directora volvió un poco a sus raíces con esta comedia romántica, que es el género con el que se inició en el cine en la década del ´90. Es una película más liviana que sus últimos trabajos, donde presenta una historia de enredos que en Hollywood tranquilamente podría haber hecho Julia Roberts en la actualidad. Trine Dyrholm, recordada actriz de La Celebración (1998), es la protagonista de esta producción, donde forma una buena dupla con Pierce Brosnan, la figura más popular del reparto, ya que el resto de los actores son daneses. Todo lo que necesitas es amor tiene todos los clichés y estereotipos de este género, algo que genera que la película sea bastante previsible. No hay sorpresas en el argumento y desde el momento en que se presentan los personajes principales ya sabés como va a terminar la historia. Sin embargo, no es para nada una mala producción. Es claro que después de los dramas que realizó en los últimos años, la directora Bier se relajó un poco con este proyecto que terminó siendo su película más comercial hasta la fecha. Con la buena pareja que forman los protagonistas y las bellas locaciones que presentan los paisajes italianos, este film no pretende otra cosa que brindar un entretenimiento ameno dentro de este género y creo que cumple muy bien con ese objetivo.
Lore en un principio parece un dèjá vú cinematográfico. A los diez minutos de comenzada la historia enseguida te das cuenta que ya viste relatos de este tipo centenares de veces. Otro drama sobre la Segunda Guerra Mundial que despliega un catálogo de miserias humanas e historias de vida deprimentes. Un género muy desgastado donde es difícil a esta altura encontrar propuestas que sean realmente interesantes. Sin embargo, con el desarrollo de la trama, Lore resulta ser un film atractivo por la interesante perspectiva con la que se abordó la temática que trabaja. La película es una adaptación de la novela "El cuarto oscuro", de Rachel Seiffert, y tiene como protagonista a la hija de un oficial nazi, interpretada por la debutante Saskia Rosendhal. Al finalizar la guerra su familia se desmorona y se ve obligada a huir junto con sus hermanos pequeños hasta Hamburgo, donde la espera un recorrido de ochocientos kilómetros. Lore, quien fue educada en las Juventudes Hitlerianas, no termina de comprender que Hitler está muerto y Alemania fue derrotada por las fuerzas aliadas. En el viaje hasta la casa de su abuela, la propaganda nazi con la que fue criada y su ideología entran en conflicto con la realidad que se vive en un país devastado por la guerra. Al tomar contacto con el infierno en que se convirtió su hogar, la protagonista descubre de a poco que la vida no era todo blanco y negro como le habían inculcado en su familia. El film luego entra en el terreno del denominado subgénero "coming of age", donde la madurez y el despertar sexual del personaje principal adquieren mayor relevancia en el conflicto. Un aspecto del argumento que se podría haber evitado, ya que resultó algo forzado dentro de la odisea que enfrenta la protagonista junto a sus hermanos. Cabe destacar la interpretación de Saskia Rosendhal, quien no contaba con grandes antecedentes en la actuación. El personaje de Lore a lo largo del film atraviesa por distintos estados emocionales que una actriz sin talento no hubiera podido sostener. Para ser su primera experiencia en un rol protagónico esta chica hizo un gran trabajo y seguramente la veremos más seguido en los próximos años. Desde la realización, el trabajo de la directora Cate Shortland estuvo claramente influenciado por el cine de Terrence Malick, algo que se puede percibir en la estética de la fotografía, el uso de la música y los infaltables planos a la hojas que se mueven por el viento. La puesta en escena de Lore claramente evoca a los trabajos recientes del cineasta norteamericano, muy especialmente a El árbol de la vida. Al margen de este cuestión, este es un buen drama cuya mayor virtud residió en presentar una perspectiva inusual dentro de un tema que cuenta con numerosos antecedentes. Una buena razón para tenerla en cuenta.
Luego de ese infumable fiasco que fue Muerte en Buenos Aires, el cine paraguayo brinda una lección de como debe trabajarse un thriller policial en serio. Dejar pasar en los cines 7 cajas significa perderse uno de los mejores filmes que se estrenaron este año. Una propuesta interesante que a través de una producción de bajo presupuesto (650 mil dólares), desarrollada en una cultura diferente, logra evocar muy bien los conflictos policiales que solían escribir Jim Thompson o William Burnett, quienes tenía predilección por las historias protagonizadas por marginales y delincuentes perdedores. Un plan organizado por unos criminales sale mal y esto deriva en terribles consecuencias para varios personajes que se ven afectados por ese hecho. Este concepto que trabajaron varias veces los autores mencionados es el que presenta este film dirigido por Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori. La trama se desarrolla en el emblemático Mercado 4 de Asunción que los realizadores lograron convertir en un protagonista más de la historia. Desde la dirección capturaron muy bien el microcosmos cultural que existe en ese ambiente y supieron utilizarlo a favor de la trama que brinda la película. Por medio de una narración muy dinámica, 7 cajas genera una gran atracción desde las primeras escenas donde se presenta al protagonista y luego consigue mantener la tensión del relato hasta el desenlace. La trama juega también con el humor negro y el absurdo que funcionan muy bien en los momentos indicados y contribuyen a descomprimir las situaciones más serias. El personaje del carnicero Dario (Paletita Closs), el delincuente más inutil en la historia del crimen, es maravilloso y tiene escenas magníficas que quedan en el recuerdo luego de ver el film. No podía evitar mencionarlo. 7 cajas se convirtió en la película más taquillera en la historia de Paraguay y la verdad que es una grata sorpresa que merece su recomendación. EL DATO LOCO: El Mercado 4 de Asunción tiene un gran sector dedicado a las películas piratas donde se pueden comprar las últimas novedades. 7 cajas sin embargo fue imposible de conseguir en ese lugar, ya que los dueños de los puestos se negaron a venderla para apoyar el estreno del film en los cines.
El planeta de los simios: Confrontación debería ser el modelo a seguir en Hollywood para trabajar remakes o relanzamientos de sagas clásicas en el cine. En estos días donde abundan los refritos mediocres que no hacen otra cosa que arruinar el recuerdo de las historias originales, los productores de estos filmes lograron revivir con un enfoque diferente a uno de los grandes íconos de la ciencia ficción. Rupert Wyatt, el director de la entrega anterior, en este caso fue reemplazado por Matt Reeves (Cloverfield), quien hizo un gran trabajo con la narración de esta película. La nueva versión de El planeta de los simios presenta un mayor cuidado en los aspectos argumentales que no es habitual encontrar en la actualidad en el cine norteamericano. Los personajes están muy bien desarrollados y la tensión y el drama de la historia tienen prioridad sobre los efectos especiales. Si bien esta continuación cuenta con más escenas de acción, son los elementos dramáticos del guión lo que genera que esas secuencias luego resulten más intensas. No deja de ser notable como los efectos especiales de la compañía Weta (que previamente colaboró en El señor de los anilllos y Avatar) avanzaron notablemente en estos últimos años. El trabajo que hicieron con las expresiones de los simios es fascinante a tal punto que durante el visionado del film llegás a olvidarte por completo que esos personajes son obra de efectos digitales. Andy Serkis vuelve a brindar otra gran interpretación como el líder César, que se convirtió en un ser más complejo en esta historia. Sin embargo, la gran revelación de la película es el mono Koba, a cargo del actor Toby Kebbell. Este simio que había aparecido en la película anterior acá se roba más de una escena y es una de las grandes figuras de esta producción. Jason Clark es quien más logró destacarse con su labor dentro de los personajes humanos, ya que los roles de Keri Russell y Gary Oldman estuvieron más limitados en el conflicto. Me pareció muy interesante que la película evitara centrar el origen de la guerra entre monos y humanos en un villano estereotipado. Koba, el mono fundamentalista, y el personaje de Oldman podrían ser vistos como los malos de la historia, pero en realidad son individuos que toman medidas extremas por defender una causa que ellos creen correcta. En el fondo ambos luchan por evitar la desaparición de su propia especie. Un detalle interesante de este film que lo diferencia de otras propuestas hollywoodenses que vimos recientemente. Si los productores siguen cuidando las historias, como lo hicieron hasta ahora, la nueva serie de El planeta de los simios tiene un enorme futuro por delante.
Tuve la posibilidad de ver esta película en una función de pre-estreno este fin de semana. La sala estaba colmada con un público familiar que había pagado su entrada para ver esta producción. Cuando terminó el film, el tradicional aplauso que suele darse en los cines fue tibio y apagado y a la salida entre los espectadores había una queja en común. La duración de la película. 165 minutos que sumado a los avances cinematográficos y las publicidades previas se habían convertido en tres horas adentro de la sala. Si la vas a ver en la función de las 22 horas preparate para salir a la una de la mañana. En la nueva entrega de Transformers el director Michael Bay cometió el mismo error que Gore Verbinski en la segunda parte de Piratas del Caribe. La película tiene una duración innecesaria para el tipo de conflicto que se propone narrar. Transformers 4 es una propuesta que tranquilamente podés entrar a verla media hora tarde que no te perdiste nada relevante. La trama comienza en serio cuando los Autobots se reúnen en el desierto de Texas. Hasta que llega ese momento Bay pierde 40 minutos con la introducción de los nuevos y aburridos personajes humanos, liderados por Mark Wahlberg. La prioridad de esas escenas se centran en el clásico vicio del director de mostrar una y otra vez de manera burda, con primeros planos, el trasero de la protagonista Nicola Peltz (El último maestro del aire), quien tiene 17 años y parece de 14. A partir del encuentro de los robots el film luego se mete en el terreno de la acción, donde Bay aturde al espectador con numerosas secuencias pirotécnicas que parecen realizadas por una persona hiperquinética con problemas de adicción a la cafeína. El argumento clásico de los defensores obsecuentes de este director es que esto es una película basada en una línea de juguetes y dibujos animados y por eso no se le puede pedir más. Podemos discutirlo. En la reciente serie Transformers: Prime, un producto pensado para los chicos, los guiones de ese programa parecen escritos por Isaac Asimov al compararlos con los filmes de Bay. Ni hablar de los cómics de la editorial IDW. En Transformers 4 cambiaron el reparto pero la película en general es un refrito de lo que se vio anteriormente. El cotillón visual está impecablemente logrado pero no genera emoción ni impacto porque ya vimos escenas similares en los filmes anteriores. Ya sabés que al principio a Optimus Prime siempre lo muelen a palos los villanos y después regresa en forma para el tercer acto del conflicto. Inclusive la última escena antes de los créditos finales es similar en todas las entregas. La nueva película deja en evidencia que Bay ya no sabe que hacer con estos personajes. Entre los aspectos positivos se puede mencionar que los robots esta vez interactuaron un poco más entre sí y la subtrama de los personajes humanos en la segunda mitad del film ocupa un lugar secundario. Mark Wahlberg y Stanley Tucci hacen llevadera la película con sus interpretaciones donde logran salir muy bien parados debido a su profesionalismo. La incorporación de los Dinobots también fue simpática, pero recién logran lucirse en los minutos finales. Otro elemento que Bay desaprovechó. El personaje de Shia LaBeouf desapareció de la trama, afortunadamente, pero la verdad es que las cosas no cambiaron demasiado sin él en esta entrega. Transformers es una serie que lleva cuatro películas y hasta ahora la historia no evolucionó para nada. La era de la extinción si bien tiene buenos efectos especiales y un actor protagónico más decente, en términos generales, es un estreno que olvidaste poco después de salir del cine. Por suerte la semana que viene vuelve el mono César para ofrecer un entretenimiento pochoclero superior.
Oldboy resultó el capítulo más famoso de la trilogía de venganza del director coreano Chan-Wook Park, integrada además por Sympathy for Mr. Vengeance y Sympathy for Lady Vengeance. Un tremendo thriller que terminó por consolidar a este realizador a nivel internacional, quien había resurgido a partir del año 2000 con la película Joint Security Area. Después de varios fracasos consecutivos, Park había decidido abandonar el cine hasta que hizo ese film que le cambió la vida y lo impulsó a conseguir más trabajos en la industria de Corea del Sur. Luego filmó la famosa trilogía en la que Oldboy se convirtió en su producción más popular. Como ocurrió con tantas buenas películas en el pasado, este gran thriller también resultó vejado por una innecesaria remake hollywoodense que no tiene razón de ser. En este caso la situación es peor porque encima el refrito estuvo a cargo de un buen director como es Spike Lee. Martin Scorsese tomó una joya del cine asiático como Infernal Affairs, brillante trabajo de Andrew Lau, y la convirtió en otra excelente película como fue Los infiltrados. Un film que sobresalió por tener una identidad propia que abordaba una historia conocida con un enfoque diferente. No es el caso de Spike Lee, quien evidentemente se involucró en este proyecto para cobrar un cheque sin el menor interés por el material original. No deja de ser impactante que una historia que resultó tan intensa y apasionante, trabajada por otro director se convierta en un bodrio completamente olvidable. En esta versión cambiaron la motivación del personaje que gesta el plan de venganza y esto generó que sus acciones carezcan por completo de sentido. Intentaron hacer más retorcido el argumento original y lo convirtieron en un relato tonto, donde el giro sorpresivo que tenía el conflicto se arruinó por completo. Chan-Woo Park presentó en su momento un thriller donde se establecía una conexión emocional con los personajes, que eran más humanos, pese a las cosas terribles que hacían. En esta nueva versión esos roles quedaron convertidos en caricaturas trilladas que generan indiferencia frente a las situaciones que atraviesan. Josh Brolin y Elizabeth Olsen (Godzilla) lograron salir bastante bien parados con sus interpretaciones pese al guión que tenían disponible. No se puede decir lo mismo del sobreactuado Sharlto Copley (Maléfica). Más allá del salario que debe haber cobrado Spike Lee es un misterio el motivo que lo llevó a filmar esta película, que no es otra cosa que una copia berreta de una obra que no necesitaba una remake. La mejor recomendación que se le puede dar a los espectadores que no conocen Oldboy es que busquen la película coreana y no arruinen la visión de esta gran obra con la versión más floja que ofrece el cine hollywoodense.