Diana resultó una película decepcionante por la manera en que se abordó el tratamiento de una figura popular como fue la Princesa de Gales. Diana Spencer tuvo literalmente una vida de película y su historia personal es muy rica e interesante por todas las cosas que llegó a vivir. Si se busca una biografía para hacer un film acá había material de sobra. Su relación con Carlos, la relación tensa que siempre tuvo con la monarquía inglesa, la manera en que se conectó con la gente, como no lo hizo ninguna otra figura de la realeza de ese país en las últimas décadas, más el trágico accidente que terminó con su vida, eran elementos lo suficientemente atractivos para hacer una buena película. Sin embargo los productores de este film decidieron construir esta producción en base a un rumor absolutamente incomprobable que se basa en un libro malo, destruido por la prensa inglesa, llamado "Diana: The Last Love", de Kate Snell. Según Snell el gran amor en la vida de Diana habría sido un médico llamado Hasnath Kahn con quien aparentemente ella deseaba casarse y tuvo un romance. El libro fue impresentable y nadie tomó en serio la investigación de esta mujer porque estaba construido con supuestos comentarios y chismes que obtuvo de personas allegadas a la princesa. Un material que carecía de seriedad. Sin embargo, decidieron adaptarlo en el cine y dio como resultado un melodrama hollywondense que desaprovecha una historia que daba para mucho más. Más allá si el romance existió o no, el problema de esta película es que nunca llega a aprovechar la historia de Diana. A diferencia de La Reina, con Helen Mirren que fue una gran producción que retrató con más profundidad la figura de la Reina Isabel II, Diana se queda en el melodrama inventado de una telenovela de Thalía, donde lo único positivo es el trabajo de Naomi Watts. Esta película fue aniquilada por la prensa inglesa y al verla uno logra entender por qué. Creo que lo más decepcionante es que detrás de este film hay un muy buen director como Olivier Hirschbiegel, quien había hecho un gran trabajo en El experimento (2001) y La caída (2004), sobre los últimos días de Hitler. Diana no parece dirigida por él y por eso sorprende ver su nombre en los créditos, ya que esta producción no está en el nivel de lo que este hombre puede brindar como cineasta. Naomi Watts presenta una muy buena interpretación como la princesa de Gales y es una lástima que no se la pudiera disfrutar en un buena biográfia que trabajara mejor esta historia. Aquellos que tengan ganas de ver un melodrama meloso como los que escribe Nicholas Sparks seguramente disfrutarán más esta producción. Ahora si buscás ver una buena película sobre la historia de Diana esta no es la mejor opción.
La secuela de Thor es ante todo un gran debut en el cine hollywoodense de Alan Taylor. Un realizador que viene del circuito independiente y que había hecho tres filmes como Palookaville (1995), Los nuevos trajes del Emperador (2001) y Kill the Poor (2003) que no tenían nada que ver con los grandes espectáculos pochocleros. Hacía 10 años que este hombre no hacía una película, ya que estuvo ocupado dirigiendo series de televisión como Deadwood, Los Sopranos y Juego de tronos. Quería destacar esto porque no cualquiera puede tomar las riendas de una superproducción de este tipo, con todas las presiones que esto acarrea, ya sea por las expectativas de los fans o de los ejecutivos de los grandes estudio, y brindar una gran película. Lo genial de Thor es que Marvel no destruyó lo que había construido Kenneth Brannagh en el film anterior. Algo que a veces ocurre cuando se produce un cambio de realizador en este tipo de series. Lo vimos con Batman en los ´90 cuando Joel Schumacher se hizo cargo de la saga. En este caso Taylor mantuvo una continuidad en lo que se refiere a la manera de encarar a Thor y su mundo con la particularidad que el argumento se concentró mucho más en la acción y las secuencias épicas. Lo genial de la nueva entrega es que tiene muchas más escenas en Asgard y el film tiene un buen equilibrio con los momentos que transcurren en la Tierra. El humor fue impecablemente trabajado y nunca llega desbordarse como Iron Man 3 que prácticamente resultó una comedia. En la nueva entrega de Thor algunos chistes sutiles son desopilantes y aparecen en el momento justo. Tom Hidleston la vuelve a romper como Loki y al igual que en los cómics se hace difícil imaginar una historia de héroe de Marvel sin su presencia. Desde lo argumental no se presenta ningún hecho concreto que se relacione con la próxima película de los Vengadores y durante los créditos finales se puede ver una escena extra que conecta este film con lo que será el debut en el cine de los Guardianes de la Galaxia el año que viene. La única objeción que tengo para este estreno es la música. La banda sonora que compuso Partick Doyle en la primera entrega era espectacular y más emocionante y tenía una fuerte presencia en la película. La nueva música de Brian Tyler (Iron Man 3) no tiene la misma fuerza y pasa más desapercibida. Al margen de esta cuestión, la película es una excelente aventura independiente de Thor que cumple con todo lo que uno podría esperar de un film de este tipo y que encima está impecablemente filmada. Otro acierto de Marvel en la pantalla grande.
El abogado del crimen es el mayor fracaso de Ridley Scott desde La sombra del testigo, de 1987, con Tom Berenger, que al igual que esta nueva producción, los cines la levantaron de cartel poco días después de su estreno. La diferencia es que aquel thriller fue una muy buena película que se estrenó de manera limitada y no tuvo mucha difusion pese a que contó con buenas críticas. El nuevo film de Scott tuvo un destino distinto. No solo recibió la espalda del público en los países donde se viene estrenando, sino que además fue bastante castigada por la prensa norteamericana, algo que es inusual con un trabajo de Ridley. Hacía muchos años que una producción de este artista no lograba recuperar su presupuesto, que encima fue bastante moderado ( 25 millones de dólares). En lo personal creo que es la película más floja de su carrera. Cuando me pongo a repasar su filmografía esta es la única que no volvería a ver otra vez porque me pareció un bodrio de aquellos. En esto también tuvo mucho que ver que el guión estuviera a cargo de Cormack McCarthy, uno de los escritores más inflados y sobrevaluados del mundo literario. El Amo del aburrimiento que fue autor de "La carretera" y "Sin lugar para los débiles", y que en toda su carrera intentó emular a un verdadero maestro del suspenso como Jim Thompson, a los 80 años debería dedicarse a pasear con sus nietos por la plaza en lugar de torturar a la gente con estas historias soporíferas. Cualquiera que califique a este bodrio como un gran film noir debería ser perseguido de por vida por los fantasmas de Ed Mc Bain y Elmore Leonard. El abogado del crimen es una producción tediosa que está construida íntegramente con diálogos aburridos e intrascendentes que no aportan absolutamente nada a la trama central y al desarrollo de los personajes. La película dura casi dos horas y recién en los 20 minutos finales se pone un poco más interesante. Es increíble pero a Scott le llevó más de una hora desarrollar el conflicto principal y gran parte de la producción se le fue en situaciones banales. No hay un desarrollo de los personajes, a los que nunca se llega a conocer en profundidad, y la historia es completamente trillada y la podrías encontrar en cualquier episodio de División Miami. La película además presenta a Cameron Díaz en el trabajo más forzado de su carrera. Acá hace de femme fatale donde se la nota incomoda con el rol y ni ella se cree los diálogos de su personaje. Lo más irritante de El abogado del crimen es que prentende ser un tratamiento profundo de cuestiones morales y el mundo del narcotráfico cuando todo lo que ofrece es un gran despliegue de esnobismo. En la película todos los delincuentes parecen filósofos y el modo en que se expresan no es creíble. Los narcos de la vida real no hablan de esa manera ni citan a poetas cuando tienen que ejecutar a alguien. Por eso este film termina siendo pretencioso. Tampoco ayudó que los personajes sean acartonados a tal punto que las mujeres en esta trama son santas inocentes o prostitutas. Así es la vida en general en las obras de McCarthy. La verdad que el guión es malo pero también Scott tuvo su cuota de responsabilidad por el resultado de esta producción. Durante más de una hora su narración no va ninguna parte y el único motivo por el que uno le da una chance a la visión de la película es por el reparto que tiene buenos actores e hicieron lo mejor que pudieron con el guión que tenían. La fotografía es excelente y desde los aspectos más técnicos está al nivel de lo que suelen ser los trabajos de Ridley, pero en general es un film decepcionante. Cuando revisás la filmografía de Scott esta sobresale como la película menos interesante y entretenida de su carrera y con el tiempo seguramente quedará en el olvido.
The Iceman es una película supuestamente "basada" en la historia real de Richard Kuklinski, un psicópata y asesino a sueldo que trabajó para la Mafia en los Estados Unidos. Un tipo que se hizo conocido principalmente por haber declarado en los medios que habría matado a cerca de 200 personas a lo largo de su vida, entre ellos al sindicalista Jimmy Hoffa y los jefes mafiosos Paul Castellano y Carmine Galante. Casos con los que Kuklinski jamás estuvo involucrado oficialmente, a tal punto que ni siquiera lo investigaron por esos hechos. En los últimos años salieron varios libros, uno de ellos es la fuente que utilizaron para hacer este film, que no hicieron otra cosa que inflar de manera exagerada la imagen de este delincuente. Kuklinski derrapó por completo cuando se adjudicó el asesinato de Hoffa y muchísimas otras muertes que son completamente incomprobables y algunos periodistas para vender libros dieron por hecho todo lo que este sujeto decía. The Iceman no era precisamente el Dalai Lama y fue un criminal que estuvo relacionado con causas de homicidio pero no estuvo ni cerca de haber matado la cantidad de víctimas que él mismo y algunos trasnochados le adjudicaron. El 90 por ciento de los testimonios de Kuklinski son incomprobables y exagerados por eso este film debe ser visto como una entretenida propuesta de ficción que no hace otra cosa que seguir inflando la imagen de un delincuente mitómano. Dejando de lado la cuestión que la frase "basada en una historia real" la tenés que tomar con pinzas, The Iceman es una propuesta que se disfruta por la tremenda interpretación de Michael Shannon, quien este año también se destacó en el último fin de Superman, como el General Zod. Acá esta rodeado de un gran reparto donde se destacan también Ray Liotta, Stephen Dorff , James Franco, Winona Ryder y un irreconocible Chris Evans (Capitán América). En este punto encontramos el único elemento decente del film que con otro reparto no hubiera conseguido distribución internacional y terminaba directo en el cable. El director Ariel Vromen tomó como fuente también para esta producción el documental de HBO,"Conversaciones con un asesino" pero tampoco supo aprovecharlo, ya que su enfoque de la historia se esfuerza demasiado en tratar de mostrar a Kuklinski como un muchacho violento, que en el fondo era un devoto esposo y padre de familia y no el psicópata que apareció en las entrevistas. Tampoco explora los motivos que lo llevaron al delincuente a terminar cometiendo homicidios y es otra de las debilidades de la película que afectan la historia que se propusieron contar. Zafa más que nada por el trabajo de los actores que es muy bueno. A lo que les interese las historias de la Mafia aprovecho para recomendarles una gran película que merecía llegar a los cines más que este estreno. Kill The Irishman (2011), con Ray Stevenson, que narra la vida del gángster Danny Green, quien fue bastante célebre en los años ´70. Una tremenda historia real en serio, cuyos hechos por los menos fueron documentados a diferencia del chamuyero Iceman Kuklinski.
Esta semana el director Richard Curtis, conocido en nuestro país principalmente por Realmente amor, declaró que se retira del cine como realizador y Cuestión de tiempo es su última película. Curtis seguirá trabajando como guionista que es el campo donde se hizo famoso con historias como Cuatro bodas y un funeral, Un lugar llamado Nothing Hill y El diario de Bridget Jones. Si esto termina siendo cierto el cineasta se despidió con una gran producción donde esta vez abordó el género romántico con elementos fantásticos, que en este caso están representados por los viajes en el tiempo. Para el público más cinéfilo será inevitable la comparación con el film Te amaré por siempre, estrenado en el 2009, que trabajaba una propuesta similar y también estaba protagonizado por Rachel McAdams. La gran diferencia con aquella historia es que estreno se centra más en el humor y las situaciones de enredo y los viajes en el tiempo no son tan dramáticos como los que sufría Eric Bana. El director Curtis encaró su trabajo desde la comedia romántica, que siempre fue su gran especialidad, con una muy buena historia que logra despertar interés por la humanidad de los personajes y el trabajos de los actores. Sobre todo por la actuación de Domhnall Gleeson, hijo del actor Brendan Gleeson, quien es conocido por el rol de Bill Weasley en los últimos filmes de Harry Potter. En este trabajo se luce en el rol principal donde pudo demostrar su talento para la comedia. Pese a que su cara apenas se ve en el póster de los cines acá es la gran figura de esta producción y quien se carga todo el film en sus hombros. Por eso también sorprende un poco que Rachel McAdams aceptara ser parte de esta película ya que tiene el mismo rol pasivo dentro del conflicto que interpretó en Te amaré por siempre. Hay algunos breves momentos donde se destaca ella pero en Cuestión de tiempo es el personaje de Gleeson quien conduce la historia y por eso sobresale mucho más. El guión de Curtis fusionó muy bien el humor con varios momentos emotivos y consiguió que esta película se destaque dentro de su genero. No es una obra maestra, pero está bien actuada y entretiene con una linda historia. Por supuesto, Billy Nighy, clásico colaborador del director, no podía estar ausente en este proyecto y logra robarse cada escena en la que aparece. En estos días donde no es fácil encontrar una buena comedia romántica que evite situaciones trilladas y sentimentalismo forzado, la aparición de Cuestión de tiempo en la cartelera es un estreno que se celebra y merece su recomendación.
La continuación de Lluvia de hamburguesas es una muy buena propuesta de animación que capturó el espíritu del film original con la particularidad que en este caso se incrementaron los elementos bizarros. Los directores de la primera entrega, Phil Lord y Christ Miller, luego de aquella película hicieron la patética y desastrosa Comando especial con Channing Tatum. Por ese motivo hubo un cambio de directores en este estreno y la película quedó en manos de Cody Cameron y Kris Pearn. Dos realizadores que vienen trabajando desde hace años en la animación para Dreamkworks y Sony y acá tuvieron la posibilidad de realizar una producción popular para los cines. Lo interesante y positivo de esta secuela es que no repite la misma fórmula de la película anterior, como es cotidiano en Hollywood, sino que intentaron hacer algo diferente y merecer ser destacado. La producción del 2009 evocaba con mucho humor el cine catastrófe norteamericano y la nueva historia remite más a los clásicos de aventuras y monstruos, como Jurassic Park, a la que se referencia en más de una escena. Es importante tener visto el film original porque la trama se inicia exactamente desde el final de Lluvia de hamburguesas. El trabajo de Cameron y Pearn sobresale principalmente en los aspectos técnicos que es donde pusieron toda la energía. Sí, el film es divertido, tiene bastante humor y los niños la van a pasar bárbaro, pero hay cosas más interesantes para destacar. La labor que presentaron estos dos muchachos con los escenarios es algo completamente deslumbrante. Los lugares donde se desarrolla la aventura están repletos de detalles, con muchos colores psicodélicos que le dieron a estas historias un look muy especial. Me quedó la sensación que la película estuvo muy influenciada por el arte de Mary Blair. Esta mujer es una leyenda de la animación que fue responsable de crear todos esos escenarios coloridos que se vieron en Alicia en el País de la maravillas, Cenicienta y Peter Pan. Si buscás sus ilustraciones de trabajos fuera de Disney vas a encontrar una gran conexión con el estilo visual que tienen estas películas de Sony. Otra elemento importante e interesante es que los nuevos directores le dieron muchísima importancia a los personajes secundarios, algo que no es tan común en el cine de animación, sobre todo el hollywoodense. Esta película está plagada de personajes creativos y originales que no tienen tal vez peso en la historia pero logran destacarse cuando aparecen en la pantalla. La frambuesa Barry, por ejemplo, es lo más y merece su propia película. El villano Chester V, que está claramente inspirado en Steve Jobs también es genial y tiene en su personalidad matices muy interesantes. Por ejemplo, su espiritualidad superficial (probablemente sea estudiante del Arte de Vivir) que sólo se expresa en su vida pública son detalles maravillosos que lo hicieron más atractivo. En términos generales Lluvia de hamburguesas 2 creo que es una continuación decente. Especialmente desde los aspectos técnicos me pareció una muy buena película y merece su visión si te gustó la primera entrega.
El director Ron Howard redimió a la Fórmula 1 en el cine con una de las mejores películas que se estrenaron este año. Después de aquel insulto que fue Alta velocidad (Stallone), estrenada en el 2001, Rush le devolvió la dignidad a estas historias con un film apasionante. El nuevo trabajo de Howard ya se ganó un puesto en el podio de las grandes películas de automovilismo junto a Grand Prix (1966), aquella joya de John Frankenheimer donde aparecía Juan Manuel Fangio y Le Mans (1971) con Steve McQueen. Obras maestras dentro de esta temática. También se podría mencionar Días de Trueno, de Tony Scott, que fue una muy buena producción en su momento sobre las carreras de Nascar, pero me cuesta ubicarla a la misma altura que las dos producciones citadas. No deja de ser loco que el mejor film sobre automovilismo de las últimas décadas lo realizara Ron Howard, quien debutó como director con el clásico fierrero, Grand Theft Auto, en 1977. Aquel pibe de 23 años responsable de aquella película de culto hoy al final se convirtió en un cineasta consagrado que terminó por retratar un período histórico de esta actividad deportiva, cuyos hechos y protagonistas parecerían haber sido creados por un guionista de Hollywood. La trama se centra en la histórica rivalidad entre el austríaco Nikki Lauda y el británico James Hunt, quien fue el Keith Richards de los pilotos de Fórmula 1. Un rockstar total muy recordado por su fama de playboy que lo convirtieron en un abonado a las revistas de chimentos de los años ´70. Lauda en cambio tenía una personalidad completamente opuesta. Un genio de esta actividad con una disciplina y coraje increíble que lo llevaron a superar situaciones adversas en la vida. En la película Nikki es interpretado por Daniel Bruhl, el protagonista de Goodbye Lenin, quien la rompe con su trabajo en esta historia. No sería para nada loco pensar que pudiera terminar nominado al Oscar por esta labor, ya que está excelente. Por otra parte, la actuación de Chris Hemsworth es interesante porque en los primeros minutos de la trama uno tiende a verlo como Thor en la Fórmula 1, pero luego te das cuenta que acá compuso un personaje diferente al que cuidaron un poquito en el guión. El verdadero Hunt, que en la vida real era más flaco y no tenía el cuerpo trabajado de Hemsworth, tuvo serios problemas de adicciones que por alguna razón no se retrataron en la película. Sí se muestra su perfil de playboy y amigo del descontrol nocturno que es también por lo que se lo recuerda como un personaje muy especial, más allá de su tremendo talento en las pistas. Dentro de la narración, Ron Howard se mantuvo fiel a los hechos reales y no exageró el conflicto con situaciones hollywoodenses. Algo que sorprendió al propìo Nikki Lauda que elogió al director por este motivo. Las secuencias de las carreras son increíbles y la Fórmula 1 nunca sobresalió en el cine como en esta película. En términos de realización es impecable y creo que representa por lejos uno de los mejores filmes de Howard en muchos años. Otro aspecto interesante es que cada actor que se seleccionó en el reparto tiene un increible parecido con el personaje real que interpreta, algo que me sorprendió mucho. Así no seas fan del automovilismo Rush es una historia que te atrapa por la humanidad de los personajes y los conflictos que viven. Una de mis favoritas de este 2013 que recomiendo disfrutar en una sala de cine.
Tal vez en Hollywood después de esto aprendan de una vez por todas la lección. Los clásicos no se tocan. Salvo que te llames John Carpenter y seas experto en reimaginar con creatividad obras maestras del cine, las remakes están condenadas al fracaso. Carrie es uno de los grandes fiascos comerciales del 2013 que ni siquiera pudo recuperar su presupuesto de 30 millones de dólares en los primeros días de exhibición en Estados Unidos. La película representa el primer proyecto comercial de la directora Kimberly Peirce, quien en 1999 se hizo conocida por su ópera prima, Los muchachos no lloran. Con Carrie se involucró en un proyecto hollywoodense para el que evidentemente no estaba preparada, ya que este tipo de filmes quedó claro no es lo suyo. Esta historia, que representó el debut literario de Stephen King, es una obra maestra del género que en realidad el director Brian De Palma convirtió en un ícono del terror con su interpretación. Nos referimos a un film impecablemente actuado y filmado que fue uno de los más taquilleros de 1976 y terminó nominado al Oscar por los trabajos memorables de Sissy Spacek y Piper Laurie, como la psicópata madre de Carrie. La nueva versión que se estrena esta semana es un fiasco de proporciones épicas por dos motivos muy concretos. En primer lugar la directora Peirce no le aportó nada interesante a la reinterpretación de Carrie y básicamente se limitó a copiar de manera inepta el trabajo de De Palma. El 95 por ciento de las escenas son un calco burdo del film de 1976 donde repite en varios momentos los mismos diálogos. La relación de Carrie con la madre que en la película original era mucho más sádica y perversa acá estuvo horriblemente trabajada y el tema del fanatismo religioso, un elemento clave en el conflicto, brilló por su ausencia. Los que no vieron la producción original tampoco se van a encontrar con una propuesta de terror, ya que esta versión de Carrie en realidad es un spin off fallido de X-Men, protagonizada por la nieta de Magneto. De hecho, en varias escenas nuevas que crearon para esta remake uno espera la aparición del profesor Xavier, Wolverine y Tormenta para que recluten a Carrie en la escuela de mutantes. El otro gran problema de este film es Chloe Moretz, uno de los peores castings que se hicieron en los últimos años. Nadie es su sano juicio podría cuestionar el talento de esta chica como actriz que es excelente y lo demostró en su trabajos previos, pero acá fue una pésima elección para esta historia. Chloe es demasiado bella para interpretar a Carrie y tampoco la caracterizaron como para que el personaje resaltara como debía. Sissy Spacek en la original era aterradora desde la primera escena y sus vestimenta y expresiones faciales claramente indicaban que era una chica perturbada con problemas. En cambio Chloe Moretz durante toda la película luce como una modelito de Vanity Fair y tampoco llega a plasmar en su interpretación al sufrido personaje de Stephen King. Lo mismo pasa con Julianne Moore, cuya labor ni siquiera le hace sombra a la actuación de Piper Laurie que fue memorable. Por lo menos en la película original entendías por qué la mujer era una psicópata. En la remake ni se preocuparon por desarrollar al personaje. En general en este film no hay terror, ni escenas de tensión y todo lo que se ofrece es un refrito desapasionado que no vale la pena la entrada al cine. Si la esperás en el cable no te perdés de nada. Como ocurrió en el último tiempo con las nuevas versiones de Martes 13, Pesadilla, Evil Dead y El vengador del futuro, la remake innecesaria de Carrie está destinada a quedar en el olvido.
Una fiesta memorable para todo fanático del cine de acción y en especial de Stallone y Schwarzenegger. Tener a estos dos íconos juntos en una misma historia es un sueño hecho realidad para los amantes de este género. Algo que es absolutamente imposible de comprender para la mayoría de los críticos de cine que siguen mirando estos filmes con un brochecito en la nariz, por más que intenten venderle a la gente otra imagen. Escape imposible es una fiesta distinta a la que vivimos en Expendables 2, que en mi opinión sigue siendo superior por la cantidad de figuras que tuvo en el reparto. La película de Mikael Hafstrom (Habitación 1408) durante gran parte de la trama se concentra más en el thriller que la acción con un argumento que logra engancharte. El misterio de como los protagonistas tratan de escaparse de la bizarra prisión está muy bien trabajado. Me pareció genial lo bien aprovechados que están Stallone y Arnold en la historia. Sly tiene un rol más serio, mientras que Schwarzenegger es el encargado de aportar la cuota de humor y la rompe cada vez que habla. La escena en la que los protagonistas se encuentran en la cárcel por primera vez es muy emotiva de ver para los fans. Son dos íconos tan grandes en este género que cuando los ves juntos en un mismo plano te roban una sonrisa y es inevitable. Escape mortal entra directamete en el terreno de la gloria pochoclera en el acto final que es maravilloso. Durante los últimos 15 minutos va a sentir que viajaste a los años ´80 y estás viendo esas películas clásicas que ya no se hacen más en Hollywood. "La escena del helícoptero de Arnold " cuando la cámara le hace un primer plano a los ojos y él toma control de una situación se va a aplaudir en muchas salas de este país las próximas semanas. Son esos momentos en los que uno como cinéfilo y reitero, fanático del género, da gracias por el espectáculo ofrecido. Por cierto, un muy buen regreso también de Jim Jesucristo Caviezel quien se destaca en el rol de villano y hace rato que no aparecía en un estreno para cines. Gran película de acción. A disfrutarla.
El arte de la guerra es uno de los filmes más esperados de la última década porque el director Wong Kar Wai la anunció hace muchos años y le llevó bastante tiempo concretar este proyecto que representaba un sueño hecho realidad para todo fan del cine asiático y en especial de este género. Nos referimos a una producción que reunía al director de Cenizas del tiempo junto a Yuen Woo Ping, el más grande coreógrafo de acción en la historia del cine, y Tony Leung, actor con quien trabajó en varias oportunidades. Todos juntos en una película que narraría la vida de Ip Man, una leyenda de las artes marciales, más conocido en Occidente por haber sido el mentor de Bruce Lee. Al amigo Kar Wai le llevó más tiempo de lo esperado concretar este trabajo y durante ese período se hicieron cuatro películas sobre la vida de Ip Man. Las dos más populares, del 2008 y el 2010, estuvieron protagonizadas por Donnie Yen y fueron muy buenas, especialmente la primera. Al final la propuesta de Kar Wai terminó siendo algo distinto y mutó en otro tipo de historia. El arte de la guerra es una película que sobresale principalmente en los aspectos visuales. Esta vez el director no trabajó con sus colaboradores habituales en la fotografía y esa tarea estuvo a cargo del francés Philippe Le Sourd (Un buen año) quien fue responsable de brindar una de las producciones más bellas que se estrenaron este año. Como suele ocurrir con los trabajos de este realizador esta película te cautiva por esa poesía tan especial que tiene su estilo de narración que se destaca así se trate de un duelo de artes marciales. Yuen Woo Ping es un coreógrafo creativo que revolucionó este género en 1978 con sus clásicos Snake in the Eagle´s Shadow y Drunken Master, protagonizadas por Jackie Chan, y desde entonces no dejó de sorprender con la construcción y originalidad que tienen las escenas de acción que elabora. Esta colaboración con Kar Wai es una auténtica fiesta y desde lo primeros minutos las secuencias de peleas te hipnotizan por completo frente a la pantalla. La primera pelea de Tony Leung bajo la lluvia y el duelo que luego tiene el protagonista con la actriz Zhang Ziyi son esa clase de momentos que uno se siente tentado a aplaudir en el cine. Hay varias escenas de acción excelentes pero esas dos en especial me parecieron brillantes. Estas son las grandes virtudes de este estreno. Creo que la gran debilidad que tiene El arte de la guerra es el guión. Me parece que los cinéfilos que hayan visto los filmes de Ip Man con Donnie Yen tendrán una enorme ventaja sobre el resto de los espectadores porque van a tener mucho más claro los hechos que involucraron a este hombre y el contexto histórico en el que se desarrollaron. Lo cierto es que El arte de la guerra no es una biografía de Ip Man como se había anunciado en un principio. Wong Kar Wai probablemente comenzó el proyecto con esa idea y luego cambió de parecer. Esta película en realidad gira en torno a la historia de la maestra Gong -Er (Zhang Ziyi) que es el personaje del que el director se enamoró por completo y el único que desarrolló de manera coherente en su guión. A Ip Man apenas se lo llega a conocer en este film y los hechos históricos en los que se vio envuelto al igual que la relación con su familia son trabajados de manera superficial. De hecho, en la segunda mitad de la película Ip Man pierde importancia por completo y queda relegado a un rol secundario. El arte de la guerra se concentra más en las internas filosóficas de las escuelas de Kung Fu, en el período que representó el fin de una era para las artes marciales, y la historia de la maestra Gong-Er que es emotiva y no se había trabajado en otras producciones. Por ese lado es interesante el trabajo de Kar Wai porque abordó esta temática con otro enfoque. No así el affair platónico de la protagonista con Ip Man que el director inventó en su argumento y me pareció completamente forzado e innecesario. Ese cuento ya lo vimos en Con ánimo de amar y se podría haber evitado. El problema principal que tiene el guión es que el conflicto central se pierde en numerosas subtramas que resultan confusas y hasta aburridas por todos los personajes que entran y salen de la historia. Hay demasiadas escenas densas de diálogos con situaciones que ni siquiera tienen una repercusión concreta en los protagonistas y esto genera que el interés y atractivo que presentó el film en los primeros cuarenta minutos luego se pierda con el paso del tiempo. Por eso motivo, si bien es una buena película la verdad que no está a la altura de los dramas de artes marciales que brindó en los últimos años el director Zhang Yimou, como Héroe o La casa de las dagas voladoras, que fueron mucho más emocionantes desde lo argumental. Tampoco creo que sea recordada como una de las películas esenciales de Wong Kar Wai. Calificarla de obra maestra, como hicieron otros medios, me parece un delirio lisérgico. Es una buena película con una realización impecable, eso es indiscutible, pero tampoco es para tanto. Pese a sus falencias en el guión de todos modos si te atrae la temática o el género la podes pasar muy bien con El arte de la guerra, gracias al Maestro Yuen Woo Ping que levantó con su labor este film por completo.