Monarquía y autoestima Historia de la vida real acerca del defecto que poseía el futuro Rey Jorge VI, quién ante la abdicación de su hermano Eduardo -quién prefirió casarse con una plebeya americana algo díscola antes de responsabilizarse por ser monarca-, se verá en los zapatos reales, así es que este "defecto" es nada menos que la tartamudez del susodicho. A partir de la búsqueda de correjir ese problema se recurrirá a un actor mediocre e inconformista personaje que ayudará al noble en atender su dicción, y que como esto es cine la cosa irá con varios costados como la confianza en sí mismo, la autoestima y cierta exigencia personal, otros como el tema de la nobleza familiar, el cuestionamiento al hermano que declina a ser rey, la infaltable y necesaria vinculación a una contienda inminente llamada la Segunda guerra mundial, el crecimiento del nazismo, y cierta soberbia que fluye al pertenecer a la monarquía. Si algo subraya este filme ganador del reciente Oscar, son las estupendas, notables actuaciones con Colin Firth -el rey- y Geoffrey Rush -el educador vocal- a la cabeza, un magnífica Helena Bonham Carter -que parece auténticamente noble- en la esposa del rey, otros secundarios como Michael Gambon -el Rey viejo-, Guy Pearce -el hermano Eduardo- y el arzobispo de uno de los mayores talentos teatrales ingleses: Derek Jacobi, quién por siempre será recordado por su majestuoso Emperador romano de "Yo Claudio", miniserie de fines de los 70, basada en la novela suprema de Robert Graves. Un filme con toda la preciosidad de la flema británica, y lo dicho de los mejores y más sobrios actores del planeta, que se sabe son los de este origen. Absolutamente diseñado en parte para ser taquillero merced a los Oscars, tal cual lo fueron en el pasado: "Carrozas de fuego" o "Shakespeare enamorado", tampoco no falta cierto toque de humor para que la historia no sea tan almidonada.
Siga el baile, siga el baile Controvertida peli, a cierto sector de público y crítica les encantó, otros tantos la defenestraron, en síntesis es bueno esto de la no coincidencia, da sitio a la charla y /o discusión. Darren Aronofsky tiene un excelente antecedente: "El luchador", un filme notable que además sirvió para remontar la carrera vapuleada de Mickey Rourke y que trataba de un perdedor, aqui va por un personaje al límite de la locura con tanta y tanta exigencia personal, en eso tambien existe cierta concomitancia con el personaje que componía Rourke en la peli citada. Nina es bailarina consumada, y se sabe que el ballet es una terrible, durísima carrera, al tiempo de convertirse para ella en una compulsión, sumado a esto, el control asfixiante de una madre posesiva -parecida a aquella mamá insoportable que dió el cine en Piper Laurie en "Carrie" de De Palma-, y distintas cosas que van apretando y sofocando a la chica protagonista. Con una fotografía móvil de a ratos, con planos sugerentes, climas de intriga, bastante efectismo fílmico que se asemeja mucho a la histeria del personaje, el cual lleva a una actuación contundente y si mayúscula de Natalie Portman, que la hace ganadora de cuanta nominación reciba, se irán retratando obsesión y locura, pies que dibujan arte sobre el escenario al son de Tchaikovsky, deseos y frustaciones, y claro las miserias del ballet, el personaje de la bailarina adulta de Winona Ryder lo muestra claramente. Vincent Cassel tiene la presencia y nervio ideal para el director artístico que compone y la muy querida -digna y amada por muchos cinéfilos-, Bárbara Hershey reaparece como la madre de Nina. Filme correcto, aceptable pese a ciertos excesos de estéticismo cinematográfico, y algunas trampillas que harán que a muchos no les cierre el final de la historia.
Antipatía por el Diablo Al salir de la sala, con mucho público de esta peli, y terminar de verla, mi inquietud era..."Cómo esta peli puede tener éxito, siendo lo que es..??". Y esto viene a tema por varias razones: 1)Es un mediocre filme sobre el tema que ya sabemos y conocemos bien despúes del clásico mayúsculo "El Exorcista"- la original, la primera, la única-, e intenta abrevar sobre aquella con historia diferente, pero se las ingenia para robar planos como la silueta del Padre Lucas sobre la entrada de su casa y bajo la lluvia. 2) El protagonista es tan tan tan mal actor que es imperceptible y de madera balsa -se llama Colin O¨Donoghue- e interpreta a un seminarista que duda y re-duda sobre su vocación para ser curita. 3) Anthony Hopkins aparece a los 25 minutos de iniciada la peli y si bien se sabe labura de taquito, es buenisimo y hace todo bien, es como que el guión le queda chico a tamaño intérprete. 4) La fotografía es buena y hay un par de gags de humor (Hopkins atendiendo el celu en pleno exorcismo), pero es poco y no alcanza. 5)Hay muchos buenos actores como secundarios y ..desaprovechados....Ciaran Hinds, Toby Jones, Rutger Hauer..!!!!. 6) Brevemente aparece Maria Grazia Cucinotta -la bambola de "Il Postino"-, encima ni dice palabra alguna y toda vestida como una tía grande...!!!! 7) Por momentos la peli asemeja a un diseño de marketing del Vaticano para ganar adeptos al catolicismo. 8) Al espectador que va en busca de un sobresalto o de que lo sorprendan, hallará tensión en ...cuentagotas!!!!. 9) El argumento tiene mucha blableta alpedista que no conduce a ningún lado, típica seguramente del "Best-Seller" del cual proviene. 10) Si esta peli no terminara con el final que tiene, podría reivindicarse pero no....ni eso!!
Una epidemia .....del género! El extraño comportamiento de los habitantes de un pueblito, que empiezan a manifestar cambios y transtornos corporales monstruosos, llevan a desatar una paranoia colectiva en esta pseudo-apocalíptica peli que nos llega con retraso a las salas, lo cual hace que los interesados en el género no verán -ya que su fanatismo se las hizo ver ya anticipadamente-, ergo la pregunta es ¿si sirve estrenar en los cines este tipo de cinta, que ya sus espectadores posibles se han encargado de verla..?. La peli no logra desinteresar del todo a su público, ya que tiene sus atractivos en esta mini historia, decididamente archiconocidos dentro de sus cánones. Pero eso y tan solo eso, es apenas correcta, y en lo cinematográfico discretita. Nada para tirar cohetes al aire. Eso si, los distribuidores del negocio fílmico se preguntarán porqué durará en los cines, menos que un pancho.
Postales del garrón Las pelis que mezclan espionaje, intriga, cierto suspenso, y con una pareja protagónica de cierta química ideal, algna vez se constituyeron en un género ideal para el disfrute, el mejor caso sigue siendo quizás "Intriga internacional" de Alfred Hitchcock o "Charada", con el muy sosfisticado dueto que conformaban: Cary Grant y Audrey Hepburn, dirigidos por Stanley Donen. Pero en esta, donde se cruzan los muy taquilleros y admirados por sus atractivos: Angelina Jolié y Johnny Depp, no logran alcanzar un entretenimiento como la gente. Un guión tan híbrido como previsible que da más para el bostezo y el fiasco total, aunque la trama no arranca mal, es decir sus primeros 20 minutos son lo único mejor de la cinta. Ya que no pasa mucho, y hay cierta falta de credibilidad de la historia propuesta, por el director alemán del nombre raro y extenso. Una Venecia bien fotografiada de correcto cine-postal paisajístico tampoco cierra, y hasta unas escenas con Depp corriendo en piyamas sobre los tejados de un gran hotel, remedando una situación de comedia al viejo estilo de las pelis del inspector Closeau, que dan verguenza ajena. Menos que menos la belleza fotogénica y la elegancia indiscutida de la Jolié, portadora del mejor par de labios del cine de los últimos años. Todo aún es poco y escaso.
El aburrido mundo de Narnia Tercera entrega de Narnia a cargo de un director que alguna vez hizo cosas meritorias, llamado Michael Apted, en esta ocasión los protagonistas emprenden otro viaje al reino de Narnia, acompañados de su repelente primo Eustace. A bordo del barco que da título a la película, y junto al rey Caspian, emprenderán la búsqueda de siete caballeros de Narnia que han desaparecido, visitando un buen número de islas mágicas y teniendo que vérselas con dragones, enanos y una banda de guerreros perdidos. Viajando -siempre lo hacen y no les queda otra...-, desarrollan una aventura insípida, carente de entretenimiento, aburridaaaa, y donde el espectador iluso se llega a preguntar cuando va ha pasar algo que valga la pena, ergo jamás la historia entra en tema, se estanca y ya no sale del barro somnoliento. Con algunos pocos buenos efectos visuales, no hay nada casi que valga la pena en el tema 3D, y la inferioridad de ser la peor de las tres pelis anteriores de la saga literaria de C.S. Lewis. Y como la estoy volviendo a recordar, me entra el sueño....zzzzzzz!
Más de lo mismo o peor. "The collector" fué rebautizada en los cines argentinos como "El juego del horrror", cosa de atraer con una trampa "cazabobos" a quienes degustan con tanto filme que raya el mal gusto tanto en sus guiones flojos como en su mera propuesta del denominado cine "desagradable". Aquí un ladrón entra en una casa alejada y paqueta, donde descubre rápidamente que ya antes entró alguien que más que a llevarse lo ajeno a venido a desatar una ola de torturas, vejaciones e ingeniosas -y a la vez poco creibles- trampas para cazar y hacer agonizar personas. El ladrón es caritativo y pasa a ser presa huidiza del intruso subnormal, intentando hacer el bien y salvar su pellejo y el de niñita menor de la casa. Mentirosa y ejemplo del peor cine repetitivo, con ese remanido desenlace que desde hace un tiempo se le copia a filmes mejores como "El cazador de Wolf Creek" por ejemplo o la más reciente "Eden lake". Solo recomendable para público que deseé angustiarse por haber gastado sus dineros en verla.
De amores y encuentros Lucas Blanco debuta en el largo y lo hace con una comedia romántica tan simple como relajada, si bien puede aparecer algún rasgo histérico entre las dos parejas que conforman la trama argumental, la pregunta es cuando acaso el amor no es histérico...?. Aquí hay encuentros y desencuentros al inicio en el Aeropuerto de Ezeiza entre los protagonistas, y a seguir como se irán desenrollando ambas historias con apasionamientos y rechazos, con idas y venidas, con deseos y alguna mentira, es decir ni más ni menos que lo que no suele a pasar a muchos de nosotros, sin quizás pretender que nuestras cotidianeidades sean volcadas en la pantalla. La pareja que compone la moza del bar y el argentino de vuelta en el país es más sostenida de guión y actuación que la de los más jóvenes, ergo los varones son facheros, y las chicas muy bellas, y en todos los casos dan buenisima fotografía en sus primeros planos. Una pregunta capciosa podría ser .....y si hacemos una donde no sean tan atractivos, tipo aquella "Marty" con Ernest Borgnine, que fué además sumamente realista en los años 50..?. Con algún que otro bache en el guión -seamos contemplativos ya que estamos hablando de una ópera prima-, y alguna lentitud por ratos, "Amor en tránsito" es una opción correcta sobre los avatares del controvertido acto de enamorarse y/o quererse.
Más Indestructibles Pocas veces uno puede salir satisfecho de ver tanta súper acción y divertirmento juntos, eso si solo uno desea grato esparcimiento, obvio. Aquí estamos frente a la vuelta de esa comedia rápida con espionaje y thriller, como dos casos de distintas épocas que pueden ir de "Charada" de Stanley Donen a "Mentiras Verdaderas" de James Cameron, es decir la bala, la corrida, el escape a tiempo justo, la adrenalina, un sitio para la parte romántica y otro para el gag chistoso, valores sin dudas que el director Robert Schwentke sabe apretar las clavijas para manejarlos. Bruce Willis es un agente ya retirado que entabla en su soledad una relación via T.E con una chica aburrida de su trabajo de oficina(Mary-Louise Parker, aquella de "Tomates verdes fritos", en un estupendo personaje), y que el preciso momento de conocerla, el tipo debe huir de un grupo que tiene como objetivo matarlo, a sí que a huir con la chica y a intentar delucidar que es lo que en verdad está pasando y el porqué. Para ello convocará sus antiguos compañeros de la CIA, hoy ya retirados: un paranoico y muy divertido John Malkovich, a full y muy parecido a Murdock, aquél de "Brigada A", al más anciano Morgan Freeman y a Helen Mirren, sra. coqueta que es increíble verla manejando ametralladoras y armas de fuego de grueso calibre, pero sin dejar su aureola de "The Queen" que aún sigue conservando. Un genuino must que hasta hace poco sería impensable de imaginar. La peli se suma también a esta recuperación de los adultos mayores que vuelven a la aventura cual jóvenes y dando cátedra, lo cual este año hizo lugar a esa otra joyita entretenida como "The expendables". Ejemplo de cine pochoclero del mejor, para olvidarse por casi dos horas de los dramones habituales de nuestras respectivas existencias.
La Muerte de un Ciclista Durante una noche, tres destinos se unen a causa de una misma tragedia, un accidente de un chico ciclista que le costará la vida, y que por esa magia del guión son el padre de la víctima (Federico Luppi), un conductor que antes de la tragedia tuvo un confuso episodio con el fallecido (Sbaraglia) y un chico que salía de una fiesta (Martín Slipak), este encadenamiento trágico resaltará una maraña de hipocresías, mentiras y corrupciones como así también el derrumbre de tres hogares, tres familias, algo bastante inherente al mundo caníbal que es nuestra sociedad a veces. Este filme del debutante director Miguel Cohan es sobradamente eficaz en su descripción de espacios y personajes, básicamente fortalecidos por un elenco acorde, a los tres protagonistas hay que sumarles, los padres del chico que provoca todo: Ana Celentano y Luis Machín -venían de hacer otra pareja muy distinta en "El Muro" de Héctor Olivera-, el verificador de la aseguradora (Arturo Goetz), la mujer de Sabaraglia (la española Bárbara Goenaga), todos bien llevados, sin estridencias ni con el típico discuro actoral -mal del cine argento- de la energía disparadora de emociones histéricas. Quizás la resolución final de la propuesta no sea lo convencional para el gran público, ni el cerrojo estimado para cerrar la historia que en verdad, analizándola queda abierta, muy abierta y se puede ver por las calles de la ciudad chica o grande, cuando ustedes quieran, a la hora impensable o en la situación menos esperada.