Una historia muy diferente a la que nos contaron Maléfica, de Disney, da un giro al argumento que la misma compañía dio a su antigua versión animada. ¿Qué niño que haya crecido viendo las tradicionales películas de Disney no tembló ante la transformación de la bruja Maléfica en un dragón que peleó hasta la muerte con el príncipe Felipe, en La Bella Durmiente de 1959? Ahora, se aleja del cuento original de los hermanos Grimm --los de Perrault y Basile eran más complejos aún-- y de la adaptación al cine que la empresa de Walt logró imponer como relato en el imaginario moderno. Maléfica viene a "recomponer" algunos supuestos errores, propios de su transmisión por tradición oral, y a narrarla en primera persona por Aurora, aquella a quien se conoció como "La Bella Durmiente". Ella quiere explicar las razones por las cuales Maléfica se convirtió en la villana. Para ello, se retrotrae a un tiempo --que no registra antecedentes-- cuando el hada de alas negras y largas era una niña inocente que crecía en el páramo cercano al castillo real y construye una versión "verídica". Toda la belleza pictórica que la tecnología actual permite para el 2D y 3D, parece haber derramado en los paisajes más luminosos u oscuros de esta película, con lluvias de pétalos y luciérnagas, bosques de espinos o sótanos profundos y seres mágicos horribles pero encantadores, que interactúan con los actores de carne y hueso sin brechas. Y allí, majestuosa, bellísima, impecable, débil o indestructible, sensible y cruel a la vez, se erige la imagen de Maléfica en el cuerpo de una Angelina Jolie que parece danzar por encima de todo el elenco, entre el drama, el humor, el romance y el producto que, aunque calificado para mayores de 13 años, capta la atención de una franja algo menor, todavía infantil. Como sucedió con Frozen, también de este año, Disney hace con el cambio de relato un viraje de enfoque, donde los absolutos --buenos, malos, príncipes salvadores, besos de amor eterno-- se relativizan y la realidad de los personajes se abre a experiencias y afectos diversos. El anunciado brevísimo cameo de la pequeña Vivienne, hija de Jolie y Brad Pitt, es de lo más tierno de esta película que depara varios y en la medida justa para no olvidar que se trata de un cuento de hadas.
Cierre y cuenta nueva Con Hugh Jackman y Jennifer Lawrence al frente de un oscarizado elenco, reune a varias generaciones de superhéroes. X-Men: Días del futuro pasado trae un nuevo episodio de las aventuras de este grupo de superhéroes creados por el estudio Marvel, en el que Wolverine (Jackman) es enviado al pasado para cambiar el curso de un importante acontecimiento histórico que puede afectar a humanos y a mutantes. Esta secuela, con una fuerte dosis de adrenalina, reúne a todos los personajes de la saga original. La acción tiene lugar en 2023, cuando humanos y mutantes son atacados por un ejército de Centinelas superpoderosos, y en 1973. La última escena, queocurre en Washington, hará las delicias de los espectadores. Además, los responsables del filme regalan una escena extra -hay que esperar hasta el final de los créditos-, que vincula esta película con la próxima, prevista para 2016. El elenco reúne a tres actrices ganadoras de un Oscar -Halle Berry, Paquin y Lawrence-, y a varios nominados como Jackman, McKellen y Fassbender. La película ha sido muy bien recibida por la crítica, que espera que barra la taquilla norteamericana con unos 110 millones de dólares, aprovechando que el hoy es feriado en Estados Unidos por la conmemoración del Día de los Caídos (Memorial Day). La revista estadounidense especializada “Variety” incluso considera que esta última secuela puede convertirse en una de las películas más taquilleras de la historia. La anterior, X-Men: Primera generación(2011), recaudó más de 55 millones de dólares sólo en Estados Unidos. La web especializada Rotten Tomatoes le da sin complejos un nivel de aprobación del 91%, afirmando que la cinta "reúne los mejores elementos de la serie para alcanzar un resultado vertiginoso que se convierte en uno de los mejores episodios". "Las críticas han sido muy positivas y confiamos en que todos, los X-fans y los no X-fans, irán a ver la película y que les gustará", dijo a Variety, Chris Aronson, presidente de distribución del estudio 20th Century Fox. Los aplausos generalizados escuchados la semana pasada durante el preestreno del filme en Hollywood también son un reconocimiento al director Bryan Singer, que atraviesa una delicada situación legal al ser denunciado hace un mes por abusos a menores. "Bryan Singer regresa al formato taquillero -afirmó Variety sobre el director, que también firmó las dos últimas entregas de la saga-. Singer ha sabido crear un nuevo y ambicioso capítulo, lleno de suspenso que asegura un futuro a la gran franquicia". Un nuevo comienzo En efecto, la X-Men versión 2014 vino a poner orden y a atar cabos sueltos que fue dejando la serie previa, que incluye las spin-offs de Wolverine y Primera Generación. En una labor titánica de guionado, Brian Singer y compañía lograron reconstruir oportunas historias de amistades-enemistades, sentimientos encontrados, muertes y hasta situaciones reales -la muerte de John Fitzgerald Kennedy y algunas derivaciones de la crisis de los misiles en la Cuba de fines de los 60- y crear el relato de una historia alternativa a la, hasta ahora contada, todo a partir de un sensible cambio en un suceso del pasado. Para que ese cambio de produzca, Wolverine debe regresar su mente a su cuerpo en el pasado -en el cómic de 1981 en el cual se basa el libro lo hace una Kitty Pride ya adulta- y convencer al joven Profesor X -devastado por haber visto morir a tantos mutantes en virtud de la guerra de Vietnam-, y a Magneto, prisionero en una celda especial del Pentágono, acusado de haber asesinado al mismísimo presidente de los Estados Unidos-, de que deben reunir bandos filosóficamente divididos. Juntos, además, deben recuperar la confianza de Raven-Mystique. A partir de esa -rediagramada- “realidad paralela” se arriba nueva oportunidad a la saga que continuará con Apocalipsis, en 2016, y Wolverine 2, en 2017. Más allá de las cuestiones de trama, absolutamente disfrutables, la factura técnica de Días de futuro pasado resulta impecable, con una producción de efectos que acompaña a la acción con espectacularidad pero sin derroches.Es, esta, una de las mejores películas del universo Marvel que se hayan producido en los últimos 15 años.
Una bellísima y emotiva lección de paternidad Productor, director, guionista y actor, el mexicano Eugenio Derbez destaca ese rol y las oportunidades que la vida da de aprender y crecer. Insensibles, abstenerse. No se aceptan devoluciones es la clase de comedia que toca a las emociones, ya se trate de reír o lagrimear. La cinta significó el debut de Eugenio Derbez como productor y director, y rompió récords desde que fue estrenada el año pasado, superando a El laberinto del fauno, de Guillermo Del Toro, como la película de habla hispana más vista en Estados Unidos. Valentín fue un niño criado por un padre que, a toda costa, pretendía convertir a su hijo en un hombre valiente. "La vida es una bestia salvaje que tienes que aprender a domar. Si haces esto, nunca más tendrás miedo", le decía Juan Bravo al chico, mientras lo encerraba en panteones a medianoche, lo convertía en autopista de arañas o lo lanzaba al mar desde un risco. Lejos de superar temores grandes, medianos o pequeños, Valentín se convirtió en un hombre mujeriego, soltero a ultranza y egoísta. Incapaz de tomar cualquier compromiso, de un momento a otro se ve en la obligación de asumir la paternidad no buscada" de Maggie, una nena de un año, consecuencia de sus aventuras sexuales. Decidido a devolverle la beba a su madre, una hippie norteamericana, se encamina hacia Los Ángeles, sin comprender las consecuencias legales de sus actos. Indocumentado, desamparado y con una pequeña a cargo, Valentín debe superar sus miedos más profundos y convertirse en el mejor padre posible, incluso cuando la madre de Maggie regresa y algo empieza a cambiar. Eugenio Derbez es "el" artista reconocido en el ámbito de la comedia mexicana, en televisión, cine y teatro. Además, realizó varias participaciones en series norteamericanas, prestó su voz para el doblaje de Burro para la saga de Shrek y otras de Disney, y protagonizó la serie ¡Rob! para CBS. Residente en Los Angeles, con una larga trayectoria y conocimiento del lenguaje y la idiosincrasia del mercado latino, devino, en los últimos años, en un puente con la producción norteamericana. De allí que esta película encuadre en la comedia melodramática, a la que los americanos de habla hispana --y portuguesa-- somos tan proclives y que, nobleza obliga subrayar, suele dividir a la crítica sin medias tintas. Para la que ocupa estas líneas, Derbez logró con un presupuesto bajo (apenas 5 millones de dólares), un elenco encabezado por él y la niña Loreto Peralta, un relato gracioso, fresco y lleno de ternura. Derbez eligió a la chiquita para el personaje de Maggie después de un casting que duró varios meses y entabló con la niña una comunicación que atraviesa la pantalla. Entre ambos y con secundarios que van de insoportables a encantadores, construyen toda una lección acerca de la paternidad, revaloriza esa función, y da un mensaje positivo sobre el aprendizaje y la madurez.
Turturro, como si fuera Allen Director y guionista, el también actor coprotagoniza con su colega una comedia hecha a la medida. Para el florista Fioravante (John Turturro) y el librero Murray (Woody Allen), la necesidad tiene cara de hereje. Amigos desde que uno quiso asaltar al otro y se quedó como empleado de su librería por un tiempo, ahora comparten los embates de tiempos en que la gente se olvidó de los placeres del romance y de la lectura. A Fioravante poco le importa, tratándose de un hombre solo que lejos de toda ansiedad, disfruta de hacer de su oficio un arte con cada arreglo floral. Para Murray, en pareja con una morena madre de varios hijos, la situación exacerba su natural neurosis. Una confesa intención de la dermatóloga (Sharon Stone) de Murray de probar un menáge a trois con su amiga (Sofía Vergara) dispara la inventiva y, pronto, el judío le ofrece a su amigo italiano trabajar como gigoló mientras él le hace las veces de manáger. Fioravante acepta más por camaradería que por convicción y, a tientas, se encuentra en las artes del abordaje cuando otra posible clienta, Abigail (Vanessa Paradis), una mujer viuda de la comunidad judía ortodoxa de Brooklyn, viene a trastocarle los tantos. Turturro --con una filmografía variada en sus roles de guionista, director, actor y productor-- parece haber escrito una comedia a la medida de quien lo dirigiera en Hannah y sus hermanas. Más aún, da la impresión de que quien firma dejó a su coprotagonista hacer a su antojo y mover los hilos frente a cámara según su ser y hacer. El resultado es una comedia con muchos de los sellos de Woody Allen, que revuelve en un hecho circunstancial hasta encontrar las esencias dramáticas y risueñas que brinda la simple realidad. Un tributo simpático.
Costner, un héroe en la indefinición Protagoniza 3 días para matar, cinta de bajo presupuesto de Luc Besson, que dirige el clipero McG. Desconcierta. 3 días para matar es la clase de películas que avanza en la indefinición. Oscila entre la comedia, el drama y la acción, pero no logra homogeneizarlos. Por eso marea. Y al cabo de los créditos, queda la sensación de haber pasado el tiempo sin quedarse con mucho que contar. Está ambientada en París, a donde Ethan Renner (Kevin Costner), un espía norteamericano, un veterano, regresa para compartir sus últimos días con su esposa Christine (Connie Nielsen) y Zooey (Hailee Stenfeld), una hija que casi no lo reconoce como padre. Ethan sufre una enfermedad terminal para la que no hay cura conocida y le quedan un par de meses de vida. En procura de recomponer su relación familiar se encuentra cuando una joven colega (Amber Heard) se le presenta para ofrecerle una misión extra, a cambio de una droga experimental que podría matarlo de un tris o devolverle la vida. Así que, Ethan debe repartirse entre persecuciones, balaceras e interrogatorios poco ortodoxos mientras reaprende el rol de padre, recurriendo, incluso, a la experiencia que en el área tiene algún enlace que debe sortear para llegar a "El Lobo", su objetivo final. La película es dirigida por McG, un realizador que dejó de lado la estética de videoclip de la que hizo uso y abuso en las dos Los ángeles de Charlie --también es director y productor de televisión--, para aprovechar el despliegue escénico que le permite una locación como la Ciudad Luz, y cumplir con las expectativas de una producción de bajo presupuesto que costeó Luc Besson, a partir del suceso de Venganza (2008). Desde las magníficas orillas del Sena, las múltiples vistas de postal de la Torre Eiffel, hasta las callecitas empinadas de Montmartre que Ethan recorre sobre una bicicleta lila de mujer, enmarcan un relato en el que Costner no termina de fluir, aunque logre escenas interesantes junto con el actor Marco Andróni, como un mafioso-padre de familia, o Brunno Ricci, en el papel de un contador que ofrece sus servicios a clientes peligrosos. Pero más allá del folleto turístico, las ganas que Costner le pone al show y algunas escenas risueñas, 3 días para matar se siente confusa e insatisfactoria, a pesar de sus buenas intenciones.
Otra saga distópica llega al cine En un futuro de posguerra, en la ciudad de Chicago, la población lográ mantener una existencia en tensa armonía gracias a una organización social dividida en cinco facciones que atienden cada aspecto del ser humano y se ocupan de por vida de mantenerlo en valor para sostener el equilibrio. Son cinco: Verdad, que sostienen la sinceridad; Erudición, donde radican las personas más inteligentes; Cordialidad, con gente siempre en contacto con la naturaleza, alegres y pacíficos; Abnegación, dedicados a servir al otro sin miramientos; y Osadía, los más valientes, un poco locos a los ojos ajenos, pero los responsables de mantenerlos seguros. Luego están los sin facción, personas que no encajan en los moldes predeterminados. De allí, su condición de divergentes. La protagonista, Beatrice Prior, se crió en Abnegación, aunque se siente algo desencajada y suele mirar con un dejo de admiración y deseo las conductas de otras facciones. Osadía es la que más llama su atención. Tanta rebeldía, su costumbre de correr, trepar y saltar entre calles, edificios y el Chicago “L”, famoso tren elevado, le causan fascinación. Por eso, cuando a los 16 años le toca pasar la prueba de aptitud impuesta por el Consejo y que orienta acerca de la facción que los jóvenes deberán elegir para continuar con sus vidas, ella duda. Porque para asombro propio y de quien le toma la prueba, ella es una divergente, con tendencia también a Osadía y Erudición. Es su hermano quien le aconseja “tener en cuenta a la familia”, pero pensar primero en sí misma, y Beatrice se pliega a Osadía, se rebautiza como Tris, y tarda poco en comprender que cada moneda tiene cara y cruz y que ahora debe sobrevivir, siendo una divergente, en un grupo exigente y peligroso. Divergente es otra consecuencia cinematográfica de las nuevas sagas literarias dedicadas al público juvenil. Escrita por la estadounidense Veronica Roth es comparada por su temática con Los juegos del hambre. Y aunque Roth ha comentado en diversas oportunidades que la idea para esta novela nació mientras ella estaba estudiando en la universidad, lo cierto es que a los efectos masivos que produce el cine, el hecho de que Los juegos... haya salido a pantalla previamente le va en contra a esta adaptación, que no puede escapar a la comparación y que es vista como repetitiva. Pero como la letra original, Divergente es pura acción. Y resulta correcta la recreación del mundo post apocalíptico que enmarca la historia y entretenida su narración. La ascendente Shainele Woodley cumple una buena actuación como Tris.
“Río 2” redobla la apuesta con un magnífico espectáculo visual La esperada secuela de este filme animado, que ya pinta para saga, es super entretenida y los chicos la van a pasar muy bien con los magníficos colores y la pegadiza música del Brasil. La película Río 2 da continuidad argumental a la inicial de 2011, producida por Blue Sky Studios y dirigida también por Carlos Saldanha. En esta secuela podremos ver a Blu (el guacamayo azul que vivió parte de su existencia como mascota de Linda) y Perla (la hembra resguardada en la reserva de pájaros del Parque Botánico de Río de Janeiro) con sus pequeños hijos disfrutando de una vida cómoda, alegre y perfecta en la ciudad de Rio de Janeiro, Brasil. Pero Perla tiene muy claro que sus hijos deben aprender a vivir como los pájaros libres y salvajes que son, y para ello está convencida de que lo mejor es trasladarse al Amazonas. Una vez allí, Perla se reencuentra con sus raíces y descubre que, como familia, ella, Blu y sus pequeños ya no están solos. Nuevos congéneres y vecinos; Nigel, la cacatúa, que regresa con otros cómplices para cobrarse venganza, más algún antiguo admirador de Perla hacen temblar una vez más a Blu. Pero en ese paraíso natural el peligro acecha, y los enemigos naturales ya no son los de siempre. Uno más grande y poderoso, el hombre, se erige como una gran amenaza sobre todos. Pero Linda y Julio están allí para demostrar nuevamente que los seres humanos también podemos ser respetuosos y conscientes del valor de mantener saludables los ecosistemas. A las presencias de Blu, Perla y Nigel; Nico, el jilguero dorado; Pedro, el cardenal de cresta roja; Rafael, el tucán; y Luiz ,el bulldog, a la variada fauna de Río 2 se agregan las trillizas Carla, Tiago y Bia; Eduardo, el líder de la tribu de los guacamayos azules; Mimi, la hermana mayor de Eduardo y la única que se atreve a desafiarlo; y Roberto, el galán de los azules. También están Felipe, líder de la tribu de guacamayos rojos; Charlie, un oso hormiguero ladero de Nigel, junto con Gabi, la rana del dardo. Como en la primera entrega, en ésta se coteja un trabajo de ambientación y animación preciosistas. Blue Sky sigue la marca de Pixar, a la hora de perfilar los personajes, cuyas conductas humanizadas no son aleatorias, sino que responden a características naturales de las especies de origen, como preconceptos acerca de ellas. Un ejemplo es el caso de Gabi, enamorada hasta la locura de Nigel, pero imposibilitada de tocarlo por temor a envenenarlo con el roce de su viscosa piel. La trama depara situaciones de lo más diversas y oscila entre el humor y el drama con fluidez maestra. Son de maravilla los retratos selváticos, con infinidad de capaz y sorpresas inimaginables, conforme avanza la cámara, y la imaginación de los creadores de este cuento parece no encontrar límite. De hecho, ya se anuncia una tercera cinta. Mientras tanto, esta aprovecha la ocasión para insistir sobre las bondades de Brasil como destino turístico y, por supuesto, como sede del próximo Mundial de Fútbol --la FIFA World Cup 2014--, puesto que allí, hasta las aves son "las más grandes del mundo" con un esférico entre sus alas. El ritmo y color del carnaval también están presentes, en coreografías dignas del sambódromo. Vale verla hasta el final.
Sale a flote, pese a las dificultades En un mundo asolado por los pecados humanos, un humilde carpintero llamado Noé es encomendado por el mismísimo Dios a construir un arca para salvar a la creación del inminente diluvio. Noé debe, además, proteger a las especies inocentes y rescatarlas de la devastación de la naturaleza y la decadencia del planeta para iniciar, luego de la depuración, una nueva vida. El relato del Antiguo Testamento sirve de parábola para tiempos actuales, donde la crisis de valores y los riesgos medioambientales inspiran a investigadores de primer nivel a buscar nuevos planetas a habitar y "arcas" espaciales. Derivar en esto implicaría irse muy lejos de lo que ocupa estas líneas, aunque nadie duda de que los temores de la humanidad invitaron a la Paramount a interesarse en este capítulo de La Biblia para golpear y romper récords en boletería: 44 millones de recaudación hasta el fin de semana pasado le dan crédito. Con dirección de Darren Aronofsky --director de El cisne negro--, libro del guionista de Gladiador --protagonizada por un Russell Crowe varios años más joven--, 125 millones de dólares de presupuesto, un elenco donde lucen los notables y las previsibles oposiciones de los cultos islámicos, esta cinta viene a ofrecer un show épico, acompañado de una sensación perturbadora, si se busca fidelidad a La Biblia. Su director advirtió: "Noé es la cinta menos bíblica que he hecho". Descartada la tan compleja cuestión a esquivar --la religiosa--, la narración procurar abarcar la complejidad humana junto con lo divino y transita por una diversidad de tonos difícil de amalgamar. Es, no obstante, la clase de relatos que disfruta el adepto al cine de catástrofe, que encuentra en este material una experiencia temeraria, sensacionalista en el mejor sentido, que se profundiza con la visión en 3D.
Una mirada sobre el rompecabezas que es la existencia Cédric Klapisch cierra con Lo mejor de nuestras vidas una trilogía que comenzó en 2002 con Piso compartido, y continuó en 2005 con Las muñecas rusas. En 2002, Cédric Klapich realizó Piso compartido, donde Xavier (Romain Duris), estudiante francés que aspira a prolongar su ingreso en el mundo de la adultez, se suma al programa europeo de becas Erasmus y desembarca por un año en Barcelona y en un albergue de jóvenes en su misma situación y de orígenes diversos. Antes de partir, Xavier deja a su novia Martine (Audrey Tautou). En 2005, llegó la secuela, Las muñecas rusas, donde Xavier ya es escritor, necesita encarrilar su vida personal y profesional, y se ve obligado a aceptar trabajos mediocres, mientras cuida al hijo de su exnovia y a su abuelo materno, y viaja a Londres y a San Petersburgo por razones de trabajo. Gracias a estos viajes, consigue un poco del orden ansiado. En 2013, Klapisch llega a la trilogía con Lo mejor de nuestras vidas, cuando Xavier logra éxito con su primera novela, pero su vida personal da un vuelco rotundo luego de que Wendy (Kelly Reilly), la inglesa que conoció en la anterior historia, decide separarse de él, y mudarse a Nueva York con sus hijos, para vivir en un piso lujoso con un norteamericano. El hecho de que su mejor amiga Isabelle (Cécile De France), la belga lesbiana que ingresó a su vida durante las aventuras juveniles, se haya instalado en esa ciudad con su nueva pareja, y el de que ella le haya pedido una muestra de semen para engendrar un hijo --aunque algo enrevesado-- pasa a ser una ventaja. Xavier decide buscar refugio en el departamento de las mujeres hasta encontrar un sitio donde vivir, cerca de sus hijos. Y como puede ser simple en la vida de este hombre que viene construyendo su historia como un rompecabezas chino, tendrá que hacer encajar piezas del pasado y el presente; compromisos laborales, cuestiones a resolver con inmigración, regímenes de visita y educación de los hijos, abogados, ex y más ex y mucho más, todo a un ritmo que el director salva de decaer en base a una gran habilidad para dibujar situaciones y dirigir un elenco de actores que funciona como una orquesta. Es una película para disfrutar sin profundizar demasiado en cuestiones existenciales. En definitiva, todos los "rollos" se arman y desarman en la cabeza del personaje que ofrece su mirada única y personal de la vida.
Mensaje alentador acerca de nuevas oportunidades En Aires de esperanza, Jason Reitman sabe generar climas de perversa placidez, en los que el abandonarse al disfrute conlleva el temor de ser traicionada otra vez. Esta película fue titulada al castellano como Aires de esperanza, una proposición que pierde fuerza ante el original Labor Day (Día del Trabajador), otra que transmite el espíritu del relato, centrado en el trabajo personal de renacer, continuar y madurar que deben realizar los personajes, durante un fin de semana largo que esa celebración ofrece, previo al comienzo de clases, mientras el mundo a su alrededor descansa. Adele (Kate Winslet), se sume en la depresión que le generó la separación de su marido, quien hace tiempo rehízo su vida con su secretaria y ya cría una hija pequeña. Es acompañada por su hijo Henry (Gattlin Griffith), un chico de 13 años, que entre las cuitas de la adolescencia llega a percibir que la presencia del sexo opuesto en la propia vida implica mucho más que la activación de órganos y fluidos. El hecho es que Henry procura, con elementos insuficientes, llenar el vacío que dejó el hombre de la casa cuando los abandonó, y acompaña a su madre hasta donde le permite su alcance, proponiéndose como un “marido por un día”. Ese estado de indefensión cobra visos peligrosos cuando, en la salida mensual de compras son abordados por un hombre amenazante (Josh Broslin), y virtualmente obligados a alojarlo en su casa. Frank es su nombre. Está herido, y pronto las noticias revelan que se trata de un convicto fugado del hospital a donde fue llevado para una intervención quirúrgica. La policía lo busca; la gente del pueblo ya ha visto su rostro en los noticieros y Frank es una bestia cercada. En tren de negociar un refugio, él exige y Adele impone sus condiciones para ofrecerle refugio. Conforme pasen las horas, las defensas de estos tres seres, hasta ahora condenados a la supervivencia, irán dejando paso a las criaturas vulnerables que la vida hizo de ellos. Como en La vida de Juno, Reitman construyó en Aires de esperanza un cuento profundamente sensible y humano, con personajes complejos que va revelando entre facetas. También logra un vínculo fluido entre los protagonistas, quienes completan un conjunto sólido. Para dejarse conmover con un mensaje alentador acerca de las nuevas oportunidades.