Quiero robar a mi jefe Ben Stiller, Eddie Murphy y Casey Affleck encabezan la buena comedia dirigida por Brett Ratner (X-Men: La Batalla Final) que logra explotar al máximo las bondades que representaban a priori su gran reparto y su graciosa historia. Robo en las Alturas nos contará cómo un grupo de empleados de un lujoso y seguro edificio, comandados por su encargado, deciden robarle a su adinerado jefe la plata proveniente de su fondo de jubilación, luego de que éste los haya estafado. En un plan similar al de la regular comedia Quiero Matar a mi Jefe, estrenada el año pasado, Robo en las Alturas aprovecha a pleno las humoradas que se generan cuando unos seres comunes y silvestres (como podría ser cualquiera de nosotros) decide robar un pomposo penthouse equipado con la mejor tecnología en seguridad. Es allí donde Ratner consigue sacarle todo el jugo a la trama, utilizando originales gags y chistes en el planeamiento del robo y en la ejecución del mismo que terminan levantando una obra que sorprende por sus buenos momentos cómicos (si, ya sé que es una comedia, pero no esperaba que sea tan divertida) y también por dedicarle buena parte de su metraje al planeamiento y desarrollo del golpe maestro, algo que en definitiva la convierte en una especie de mezcla entre la mencionada y desaprovechada comedia Quiero Matar a mi Jefe y La Gran Estafa. Si bien el Ben Stiller que más me gusta es el irónico y ácido de Zoolander o Una Guerra de Película, en Robo en las Alturas se lo puede ver en muy buena forma representando a un responsable y, fundamentalmente, creíble Josh Kovacs, alejándose de sus caricaturezcas caracterizaciones de Los Fockers y acercándose más a lo que necesitaba su personaje. Por otro lado tenemos el regreso, también en muy buena forma, de Eddie Murphy que vendría a ser el encargado de contrastar la graciosa seriedad de Stiller, con una labor contenida y llena de buenos momentos. Completando el elenco tenemos a Matthew Broderick, Casey Affleck, Alan Alda, Gabourey Sidibe y Michael Peña, donde todos cumplen a la perfección con sus roles y con lo que demandaba la trama, aunque son Peña y Affleck los encargados de llevarse los mejores momentos de la cinta. Robo en las Alturas resultó ser una muy buena propuesta por exprimir a más no poder su historia y su gran elenco, sin dejar en ningún momento de lado a la comedia.
A comienzos del 2010 llegaba a nuestras carteleras Sherlock Holmes, la primera adaptación del famoso detective a cargo de Guy Ritchie que si bien no representaba una obra maestra ni mucho menos, era una película entretenida que abría una interesante puerta hacía las próximas secuelas que iban a llegar. Dos años más tarde llega Sherlock Holmes: Juego de Sombras con la única promesa de aprovechar esa brecha y mejorar lo hecho anteriormente. ¿La cumple? No, y a lo largo de esta crítica intentaré contarles el por qué. Sherlock Holmes: Juego de Sombras nos va a contar las nuevas aventuras del querido detective, que ahora debe evitar que el malvado y brillante Profesor Moriarty desate una terrible guerra entre varias naciones europeas. Hay películas a las que el paso del tiempo las agranda y también hay otras a las que el mismo efecto las empequeñece. El caso de la primera Sherlock Holmes es el segundo, ya que el paso de los meses hace que uno no la recuerde con mucho entusiasmo, algo que ocurre con este segundo film también. Es como si a uno al salir de ver Sherlock Holmes: Juego de Sombras le costara encontrarle puntos a resaltar, ajenos a los que fueron los principales motores de la primera parte. Es decir, esta segunda entrega mantiene la gran química entre Robert Downey Jr. y Jude Law y también continúa, y hasta incluso eleva, la idea de "desacartonar" y adaptar a estos tiempos al locuaz investigador, pero no mucho más que eso. Se encuentran las inclusiones de Jared Harris, Noomi Rapace y Stephen Fry, donde el actor conocido por su labor en Mad Men aprovecha a medias la oportunidad de llevar adelante el papel del Profesor Moriarty y donde la intérprete nacida en Suecia no presenta en ningún momento alguna justificación ajena a que puede ser una posible pareja para el solitario detective en las futuras secuelas, mientras que es Fry el más destacable intérprete secundario, encarnando al hermano de Holmes. Dejando lo mencionado arriba de lado hay buenos momentos de humor a cargo de Downey Jr. (que vuelve a comerse la película), los clásicos juegos de observación y deducción y escenas de acción espectaculares que suben de muy buena manera la propuesta visual a lo que fue la primera parte. Un claro ejemplo de esto es la brutal y espectacular secuencia de escape en el bosque, donde Ritchie saca a relucir toda la artillería estética que lo ha lanzado a la fama en el pasado. Sherlock Holmes: Juego de Sombras lamentablemente no presenta demasiadas ideas para lograr superar a la anterior entrega, aunque no por eso deja de ser un film entretenido digno de ser visto por aquellos que disfrutaron la primera edición.
Tintín y los cazadores del tesoro perdido A tres años de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal y con más de dos docenas de largometrajes en su filmografía, Steven Spielberg debuta en el sistema de motion capture para traer nuevamente a la pantalla grande al querido Tintín. Como su nombre lo indica, Las Aventuras de Tintín nos contará cómo el sagaz periodista debe descubrir el misterio que encierra la maqueta del barco Unicornio. Lamentablemente, en la misión que lleva adelante el jopudo dueño de Milú se cruzará con el malvado Sakharine que casualmente busca lo mismo que él. A diferencia de lo que fueron El Expreso Polar o Beowulf (ambas dirigidas por el gran Robert Zemeckis) que de alguna manera buscaban emular y reemplazar el realismo que impregnan los actores por medio de la captura de movimiento, Las Aventuras de Tintín utiliza ese recurso y lo introduce en una obra con estética comic, dejando de lado el realismo para aprovechar las bondades de la inverosímil exageración. El motion capture tiene contras, como la poca conexión con algunos personajes debido a la falta de expresión existente, pero presenta como grandes bondades el poco límite en la creación y el extremo aprovechamiento del escenario. Un claro ejemplo de esto es la espectacularmente exagerada secuencia de escape de Marruecos, donde sin dudas hubiera sido imposible hacer semejante escena en un contexto "real". Steven Spielberg vuelve a demostrar que cada película es una clase de narración. Tranquilamente a la mayoría de las obras de este maestro podríamos seguirla sin diálogos y aún así comprenderíamos perfectamente el hilo principal de la trama y justamente Las Aventuras de Tintín no representa una mancha en su filmografía en ese y en ningún otro aspecto. También hay que destacar que el realizador de Munich rescata la esencia del personaje creado por Hergé y lo trae a la gran pantalla en un muy buen film de aventuras, que no abundan por nuestras carteleras actuales. En el rubro "actuación" hay que destacar nuevamente la brillante labor de Andy Serkis en el papel de Captain Haddock y la de Jaime Bell como el bueno de Tintín, mientras que Nick Frost y Simon Pegg aportan humor con sus apariciones como Thomson y Thompson. Las Aventuras de Tintín son justamente, aventuras, pero a lo grande. ¿Como solo Steven Spielberg podría haberlas contado? Seguramente, aunque para afirmar eso completamente deberemos esperar la segunda parte que llegará en el futuro dirigida por Peter Jackson.
Debutando en la dirección fuera de la animación, Brad Bird entrega la mejor película de la saga Misión: Imposible. En esta ocasión Ethan Hunt y su equipo deberán salvar su buen nombre luego de quedar implicados en un atentado al Kremlin que podría alterar la paz mundial, y de paso también evitar que una bomba atómica impacte contra los Estados Unidos. En 1996 Brian de Palma dio el puntapié inicial abriendo la saga en muy buena forma, donde el realismo y la tensión eran los pilares fundamentales de la cinta. Cuatro años más tarde, fue el gran John Woo el encargado de agregar espectacularidad, dejando totalmente de lado el verosímil impuesto por el realizador de Vestida para Matar. Ya en 2006 Misión: Imposible III significó el debut cinematográfico de J.J. Abrams que supo mezclar el realismo y la espectacularidad de las dos entregas anteriores, conformando la mejor (hasta ahora) edición de la buena franquicia. Ahora es Brad Bird el encargado de superar la tercera parte, manteniendo el gran trabajo hecho por Abrams pero sumándole una renovada visión que se manifiesta principalmente en la gran dosis de humor que posee, superando todo lo hecho anteriormente en la saga protagonizada por el agente Ethan Hunt. Más allá de no presentar una historia original y creíble, Misión: Imposible – Protocolo Fantasma toma la trama como una especie de hermosa "coartada" para justificar los viajes hacía hermosas ciudades (Moscú, Dubai y Bombay, solo por mencionar algunas) y las creativas y rimbombantes escenas de acción, que terminan elevando aún más lo hecho en materia visual en el pasado dentro de esta franquicia. A lo largo de sus más de dos horas, que no otorgan ningún respiro en su vertiginoso ritmo narrativo, encontraremos a los protagonistas principales peleando con veloces coreografías donde los puños, patadas y golpes impactan en nuestro cuerpo, persecuciones increíbles en una tormenta de arena y destacando por último la gran secuencia donde el inoxidable Ethan Hunt escala el edificio más alto del mundo en Malasya. A Tom Cruise se le cree cualquier cosa, desde que vuele de un helicóptero hacía un tren impulsado por una explosión, pasando por hacer una "willy" (¡¡y girando a la vez!!) con la rueda delantera de una moto para aniquilar al malvado de turno, para luego finalizar en la trepada hacía la sala de servidores en un edificio de 130 pisos vidriado. Repasando a groso modo, todo eso y bastante más ha hecho el subvalorado Cruise en esta saga con excelentes resultados y la cuarta parte no es la excepción. Acompañando al actor de Encuentro Explosivo encontraremos en muy buena forma a Jeremy Renner (será el encargado de continuar la saga en el futuro), a la sensual y lapidaria Paula Patton, al malvado Michael Nyqvist y también a Simon Pegg, que obviamente vendría a ser el encargado de aportar los momentos más cómicos del film, pero sin caer en la caricaturización de su personaje. Misión: Imposible – Protocolo Fantasma representa la mejor entrega de una saga por la renovada visión de Brad Bird y la inoxidable labor de Tom Cruise como protagonista principal.
En continuación con las muy buenas comedias que llegaron el año pasado, 50/50 viene a demostrar que este 2012 puede seguir por el mismo camino. Adam es un joven de unos 27 años que se desempeña como productor en una radio y que ve como su sana vida se trastoca cuando se le detecta un tumor maligno en la columna. Lamentablemente para él el pronóstico no es alentador, ya que tiene las mismas probabilidades de curarse como de morir a causa del raro cáncer que tiene. Allí comienza un largo viaje hacía la recuperación, que incluirá quimioterapia, decepciones amorosas, amistades inquebrantables y distintas experiencias que lo harán sobrellevar de mejor y peor manera su terrible y devastadora enfermedad. La premisa de 50/50 era bastante arriesgada, porque no era sencillo contar la historia (en tono de comedia dramática) de un muchacho con un mortal y extraño cáncer, sin caer en golpes bajos o banalizando la enfermedad. Aquí Jonathan Levine se encarga de mostrarnos la peligrosidad del cáncer y la cercanía a la muerte del protagonista, pero sin dejar de lado el humor que posee la película contra la enfermedad e inclusive hasta dejando un mensaje hermosamente superador y esperanzador sobre cómo afrontar un padecimiento así. Hay una escena que ejemplifica perfectamente el tono del film y es cuando Adam decide cortarse su pelo para no tener que perderlo en las sesiones de quimioterapia. Esa escena podría haber sido narrada como un ritual terriblemente tortuoso y duro, mientras que en 50/50 fue contada con una total naturalidad y simpleza cómica que termina teniendo un resultado altamente gracioso. Incluso tiene momentos dramáticos muy potentes, logrados, conmovedores y honestos que jamás traicionan la tonalidad bienintencionada de la obra cayendo en el accesible sentimentalismo forzado y barato. Por otra parte, además de la gran labor narrativa de Levine, Joseph Gordon-Levitt sigue demostrando que es un actor con mucha actualidad y con más futuro. En muchos momentos 50/50 se acomoda totalmente en su figura dejándose estar sobre sus hombros el peso cómico y dramático del film, algo que el actor de la esperada The Dark Knight Rises sortea con soltura y naturalidad. También tenemos como acompañantes en distintos momentos a un gracioso Seth Rogen, haciendo nuevamente de Seth Rogen, a una inspirada Anna Kendrick que demuestra que la comedia le cae perfecto y a la madura Anjelica Huston que se luce en cada aparición. Por su naturalidad, gracia y su honestidad sentimental 50/50 es un gran estreno que levanta la vara para las comedias que vayan llegando a lo largo de este año que recién comienza.
La vuelta de Cameron Crowe no es una buena noticia per se, pero que el realizador de la excelente Casi Famosos esté de regreso con una gran propuesta, como lo es Un Zoológico en Casa, si es una novedad que merece ser destacada. Luego de la vapuleada en exceso Todo Sucede en Elizabethtown, Crowe decidió tomarse un descanso para volver con esta gran historia que en manos de otro realizador hubiera sido un fiasco infumable. Luego de enviudar, Benjamin Mee decide dar un vuelco drástico en su vida, que realmente no va para ningún lado, comprando una casa que queda en medio de un zoológico abandonado con el objetivo de reconstruirlo y así poder recomponer nuevamente su existencia y la deteriorada relación que tiene con su hijo mayor adolescente. Cameron Crowe tiene una tremenda facilidad para hacerte vivir sus películas y Un Zoológico en Casa no es la excepción. El dolor por la pérdida de su esposa, la tirante relación con su hijo, la dificultad de afrontar un nuevo amor, la hermosa relación con su hija y la inseguridad que genera arriesgar todo en una jugada, son todas las sensaciones que experimentaremos al conectarnos con este film. Más allá de ser una historia real no era sencillo imprimir credibilidad a esta apuesta, aunque justamente la especialidad de Cameron es vender historias palpables y reales, donde uno termina creyendo que todo es posible si uno se lo propone con verdadera convicción. A tal punto llega el compromiso con el film que uno termina creyendo que con 20 segundos de loca valentía se puede hacer lo que uno quiera. Para que comprendamos un poco al enfoque que Crowe le da al personaje principal, es como si Jerry Maguire hubiera enviudado de Dorothy Boyd y decidiera comenzar de nuevo con su vida. La esencia de ambos personajes es la misma, "dale pa' adelante y no te rindas ante nada". Esto lo digo porque el mensaje que transmite el realizador de Casi Famosos es el de la superación personal ante todas las piedras que podamos encontrar en el camino hacía la realización propia. Jerry tiene que transitar muchos obstaculos para lograr la felicidad, al igual que Benjamin, salvando la diferencia que el primero es empujado a esa realidad, mientras que el segundo decide meterse en ese lindo quilombo por su cuenta buscando un profundo cambio que lo conecte nuevamente con lo mejor de si. Siguiendo con los parecidos con Jerry Maguire, Crowe nos cuenta con total simpleza, naturalidad y realismo el inicio/desarrollo/concreción de una historia de amor. Nadie en su sano juicio puede dudar que el amor que sienten Jerry y Dorothy "es real", como tampoco podrán negar la pasión que existe entre Benjamin y Kelly. Incluso hay intercambios de miradas que tienen mucha similitud con la pareja protagónica que inmortalizaron Tom Cruise y Renée Zellweger. Matt Damon sigue demostrando que es un actor sensacional, donde su versatilidad es su don más preciado. A priori tenía mis dudas con la elección de Scarlett Johansson como compañera del actor de Bourne, debido a como viene repitiendo su papel de "sexy ingenua" que por suerte acá deja de lado para interpretar a una mujer hecha y derecha que no teme en besar al hombre del cual está profundamente enamorada. Por último quería mencionar la gran labor del elenco secundario donde se destaca la sonriente Elle Fanning, y el "emo dark" llevado adelante por Patrick Fugit, además de la hermosa y tierna interpretación de Maggie Elizabeth Jones. Un Zoológico en Casa representa una gran vuelta de el querido Cameron Crowe, que se mete a último momento entre las Mejores Películas del 2011. Gracias Cameron por esta vuelta, por acá se te extrañó bastante.
A casi dos meses de su lanzamiento en los Estados Unidos, Columbia lanza una curva y estrena El Juego de la Fortuna, film supuestamente que se ingresa dentro del género deportivo pero que claramente se desmarca de los rótulos por no tener las típicas convenciones de esas películas, como las charlas emotivas antes del gran encuentro para penetrar en las fibras de los deportistas y los espectadors y los finales dramáticos e inolvidables cargados de esa adrenalínica tensión, solo por mencionar algunas. El Juego de la Fortuna nos contará la historia real de Billy Beane, manager del modesto equipo de beisbol Oakland A's que luego de una mala temporada decide virar por completo su estrategia de contratación de jugadores al conocer al análitico e inteligente Peter Brand. Es interesante destacar como en El Juego de la Fortuna se logra conformar un gran entreteniemiento por medio de un deporte que nos es totalmente indiferente a nosotros y cuyas reglas son totalmente desconocidas para la mayoría de las personas que asistan a verla. Esto fenómeno se da porque Bennett Miller se centró totalmente en el desarrollo "de la apuesta" de Beane, que en las reglas o en los momentos emotivos y dramáticos que pueden llegar a tener un evento deportivo perteneciente a cualquier disciplina. También, y sin dudas el principal motoro de la obra, es que el rol protagónico sea interpretado por Brad Pitt, donde el actor de Bastardos sin Gloria saca a relucir todo su carisma y versatilidad para demostrar una vez más que es un brillante y confiable interprete. Al igual que en Red Social, El Juego de la Fortuna es escrita por Aaron Sorkin (en conjunto con Steven Zaillian) y es digno de analizar las similitudes que presentan ambos films, más allá de la velocidad a la que transcurren sus palabras. Red Social es "la película de Facebbok" aunque en realidad eso es la cascara, ya que el film de David Fincher representa mucho más que ese simplke rótulo simplista. El Juego de la Fortuna también cuenta con una mascara de ser "una película de deportes" algo que dista demasiado de lo que representa. en cierto punto y por momentos me hizo recordar a la brillante obra maestra de Cameron Crowe llamada Jerry Maguire, donde lo importante de la obra es la evolución de Jerry y los demás protagonistas y no los logros deportivos que se puedan conseguir. Ambos films se alejan de los prejuzgamientos con virtudes por centrar su fortaleza en el desarrollo de los personajes y sus relaciones, en vez de priorizar y contar solamente la premisa con la que parte de un comienzo. Es decir ambas obras tienen que mostrarnos el fenómeno del cambio, ya sea del mundo de internet o de un deporte, pero no se quedan en comentar solamente ese suceso, sino que se encargan de enriquecer la narrativa de acontecimiento con detalles que atañen a la historia y a los personajes principales, algo que la enaltece y la desmarca del resto de las propuestas que funcionan como mera descripción de un determinado hecho. El Juego de la Fortuna no es simplemente una "película de deportes", hasta incluso quizá no lo sea, por las excelentes elecciones narrativas de su realizador y sus guiónistas y por la notable actuación de Brad Pitt.
Por ti baby, sería Batman... No la tenía fácil Dreamworks. No, no me refiero a los dólares que podía recaudar con El Gato con Botas, sino que hago referencia a que el estudio de animación y demás yerbas fundado por Spielberg y sus aliados no tenía una tarea sencilla al realizar el spin-off sobre el querido personaje de ojos llorosos que aparece en la gran pantalla en la segunda Shrek, debido a que el Gato con Botas fue uno de los principales aciertos e incluso fue el encargado de potenciar y elevar la franquicia que finalizó el año pasado. El argumento de El Gato Con Botas sin demasiadas vueltas nos contará cómo el astuto felino, un huevo amigo para luego ser enemigo y una sensual y habilidosa gata se embarcan en la búsqueda de unos frijoles mágicos que los lleven a encontrar a la gallina de los huevos de oro. Es bueno aclarar que la historia de este spin-off parte desde antes que el Gato conociera a Shrek. Más allá de no ser el estreno de animación del año, El Gato con Botas presenta como mayor virtud la buena apertura de un personaje separado de una exitosa y recordada saga, además, también, de entregarnos a quien será la encargada de conquistar y "domar" el revoltoso corazón del felino naranja. También es bueno mencionar que la película muestra un aprovechamiento magistral del 3D, por medio de las escenas de acción y aventuras que se desarrollan a lo largo de sus 90 minutos. Lamentablemente El Gato con Botas no consigue destacarse en demasía por no escurrir al máximo el potencial de un personaje que tiene mucho para aportar a la gran pantalla, aunque suene contradictorio hay que subrayar que en muchos pasajes del film banca muy solo la parada. Por momentos Kitty Patitas Suaves logra conformar una buena pareja junto al mínino protagonista, pero por desgracia las intervenciones de Humpty Dumpty carecen de gracia, al igual que los supuestamente malvados Jack y Jill. No quería despedirme de estas líneas sin destacar el gran laburo que viene haciendo Antonion Banderas poniendo la voz a este personaje, aunque también me gustaría dejar en claro que es imposible imaginar al Gato con Botas con otro sonido saliendo de su boca, ya que Antonio también le ha aportado el alma al espadachín gatuno. El Gato con Botas llegó ronroneando para quedarse con un buen producto, que si bien no llega a exprimir al querido felino, cumple con la premisa de entretener y presentar a algunos personajes que nos acompañarán en las próximas entregas de esta saga que se acaba de iniciar.
Una nueva comedia protagonizada por Sarah Jessica Parker ha llegado a nuestras carteleras, que también se podría resumir diciendo que un nuevo bodrio aparcó en nuestros cines para aburrirnos escandalosamente. Por unos segundos dudé y pensé que quizás estaba exagerando, pero al repasar las últimas cintas que llegaron de la actriz totalmente carente de expresión debido al botox que tiene en la cara encontré las dos Sex and the City, Soltero en Casa y la horrible ¿Y... Dónde Están los Morgan?, dándome cuenta que mi ¿aventurada? afirmación era totalmente precisa. Ahora, ¿Cómo lo Hace?...¿Sigue por el mismo camino? La respuesta es tan efectiva como lamentable: si. ¿Cómo lo Hace? nos va a contar, en versión light y carente de profundidad alguna, el trajín de tareas que debe llevar adelante una madre de familia con dos hijos que viaja en cantidades considerables a la semana por cuestiones laborales. El día de Kate se divide en realizar las actividades que toda madre debe realizar y además ocuparse de su esclavizante puesto de trabajo, generando que esas ocupaciones en muchas ocasiones no sean compatibles. La premisa no era desalentadora, ya que poder ver desde la óptica femenina los problemas que causa la ausencia de la figura materna en la casa era sin dudas un punto de partida, al menos, interesante. El problema de ¿Cómo lo Hace? no es la trama, sino que los graves inconvenientes radican en el rol abusivo protagónico que recae en la inexpresiva Jessica Parker y en el intento de profundizar una crítica light y timorata sobre la mirada de la sociedad hacía esas madres que dedican igual tiempo al trabajo que a la casa. Incluso también falla narrativamente al recurrir a los videos con declaraciones de los protagonistas sobre la protagonista (que encima nunca son aclarados en qué contexto se tomaron, quedando totalmente descolgados de la narración) por tornarse tremendamente repetitivos e innecesariamente explicativos con las secuencias que se van sucediendo. Lamentablemente o no, dependiendo de los gustos de cada uno, las operaciones y el botox han arruinado a Sarah Jessica Parker, ya que su cara no transmite una sola sensación a lo largo de sus actuaciones desde hace ya algunos años y si encima encontramos que el film se encuentra girando totalmente a su alrededor es de esperar que ¿Cómo lo Hace? termine siendo una película totalmente olvidable. Greg Kinnear y Christina Hendricks se encuentran totalmente desaprovechados, mientras que a Pierce Brosnan lo veremos haciendo su clásico papel de galán. De hecho los momentos donde Kinnear irrumpe son los más pasables de esta comedia que posee un insuficiente puñado de chistes bien logrados en sus 89 minutos. En un año plagado de buenas comedias ¿Cómo lo Hace? llegó para bajar drásticamente el promedio final y para recordarnos que cuando Sarah Jessica Parker se encuentra en cartelera, conviene mejor disfrutar en casa de algún hermoso clásico como His Girl Friday, que justamente es citada en el transcurso de este film.
Nicolas Cage vuelve a nuestras pantallas por tercera vez esta temporada con Fuera de la Ley, ahora de la mano de Roger Donaldson, realizador de The Bank Job. Fuera de la Ley se centrará en la intensa búsqueda de justicia que debe realizar el ciudadano ejemplar Will Gerard para limpiar su buen nombre, luego de que quedar incriminado en un asesinato por una organización que se dedica a "mantener el orden" en New Orleans y cuyos integrantes fueron los encargadosde ultimar al violador de su esposa. Más allá de que en sus avances prometía ser un film con mucha más acción de la que tiene, Fuera de la Ley es una buena propuesta dentro de ese sub género de ciudadanos comunes que deben limpiar su nombre por conspiraciones que los inculpan, aunque me parece interesante destacar la buena elección del director en partir desde la premisa de una película encasillada en "crimen y venganza" para rápidamente dejarla de lado y desarrollar la mencionada trama de "falso culpable" haciendo de la obra una propuesta más atractiva. Lo más destacable de este thriller que muestra a Nicolas Cage en muy buena forma, es que Donaldson no desarrolla al personaje de Gerard convirtiéndose en una especie de súper hombre, sino que se dedica a mostrarnos al protagonista en una búsqueda desesperada por limpiar su nombre pero sin caer en elucubraciones brillantes o ataques cuerpo a cuerpo que harían perder por completo el tono equilibrado de la película. Por otra parte tenemos a la hermosa January Jones desempolvando su encantadora risita y al inglés Guy Pearce desenvolviéndose con una soltura y una frialdad excelentes, totalmente acorde con lo que necesitaba su villana caracterización. Fuera de la Ley no será recordada como uno de los estrenos del año, pero no por eso deja de ser un respetable y efectivo thriller en una cartelera cargada de vampiros.