La Dra Rose Cotter (Sosie Bacon, sí, la hija de Kevin) ama su trabajo, lleva una vida algo intensa, está comprometida con Trevor (Jessie T. Usher) y trabaja como psiquiatra en un Centro de Salud Mental muchas horas. Tantas, que casi no duerme y cada caso que llega a la Clínica la seduce para seguir trabajando. Su tormento comienza cuando llega Laura Weaver (Caitlin Stasey), una joven que se niega a hablar pero ante la insistencia de Rose le cuenta aterrorizada que “algo” la persigue desde que fue testigo de cómo su profesor se suicidaba a golpes con un martillo, y sabe que va a morir pronto porque la entidad que la sigue obliga a que la persona que está contagiada también se suicide para que no se rompa la cadena. Cuando Laura lo hace, Rose pierde el control, primero cree que está pasando por un stress post-traumático, luego se da cuenta que ella también está en peligro. Escrita y dirigida por Parker Finn en su debut cinematográfico, el director ofrece una historia efectiva y dinámica que obliga a Rose a enfrentarse a un pasado que la marcó. La película cuenta con buenas actuaciones, sobre todo de su protagonista. Está plagada de jump-scares para los amantes del género y si bien no es la mejor película de terror que vas a ver, es entretenida.
Camila Rivas (Melisa Garat) es una joven policía. Durante una operación en una zona peligrosa, ella y muchos de los miembros de un ritual de autosacrificio liderado por una siniestra figura femenina, sufren quemaduras que los llevan a la muerte mientras Camila resulta herida gravemente, lo que deriva en un coma que dura varias semanas. Cuando despierta ya no es la misma. Alguien se "apoderó" de ella y se muestra distante y extraña con su expareja, el detective Ángel (Marco de la O) y su entorno entre quienes se encuentra su amiga, la Fiscal Fátima (María Abadi) quien intenta ayudarla llevándola primero a su departamento y luego, ante hechos cada vez más perturbadores, a una casa en un country donde una mujer albina que la persigue desde el comienzo de su coma, intentará tomar posesión del trío. Esto es parte de lo que sucede en "Mete Miedo", una película de terror que lamentablemente, aunque arranca con una buena idea, falla en su desarrollo. Dirigida por Néstor Sánchez Sotelo, la historia de Hernán Moyano exhibe actuaciones poco creíbles, que la convierten en un film muy menor que no consigue asustar en ningún momento.
Con la gran dirección de Santiago Mitre y un estupendo guion del propio Mitre y Mariano Llinás, #ARGENTINA1985 comienza poniendo en contexto la oscura historia que vivió nuestro país entre 1976 (cuando comenzó la Dictadura de Jorge Rafael Videla) y 1983, cuando finalmente nuestro país recuperó la democracia. Esos tristes años en los que la Junta Militar tomó el poder, trajo como consecuencia 30.000 personas desaparecidas. La película retrata el Juicio que duró cinco meses en el que se escucharon escalofriantes testimonios de 833 testigos ante la presencia de los nueve comandantes acusados de dichos crímenes y torturas. Por supuesto, hay una selección escasa pero contundente de los relatos que se exponen ante el Tribunal. El Fiscal Julio César Strassera (Ricardo Darín) es quien lleva adelante el caso y para ello, se rodea de un grupo de jóvenes apasionados que aúnan esfuerzos junto al quien fuera designado co-asesor- un joven Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani)- quien se debate entre lo que considera justo y el peso de una familia militar. El grupo trabaja sin descanso buscando pruebas y testimonios, lidiando con amenazas hacia ellos y sus familias, que no los doblegan, aunque están atentos. En el largometraje se ven testimonios sacados de la realidad, crudos y dramáticos con los cuales es imposible no empatizar. A su vez, se muestran momentos de la vida diaria de la familia Strassera y cómo resisten el día a día con el miedo latente de lo que podría pasarles. Es evidente que no fue fácil para Strassera ni para ninguno de su equipo de trabajo afrontar tamaño desafío. Hay una gran recreación de época, a cargo de Micaela Saiegh y actuaciones memorables de todo el elenco en el que se destacan Darín y Lanzani, quienes ofrecen trabajos sencillamente perfectos. Vean cine en el cine, aquí valen cada uno de los 140 minutos. El alegato final es apasionante, suma tensión y va a quedar en la memoria de todos los que vimos esta maravillosa película. Impecable en sus rubros técnicos, #ARGENTINA1985 nos recuerda lo importante de la Democracia, la Verdad, la Justicia, el "No Olvidar" y el "Nunca Más".
"Mira cómo corren" ("See How They Run") tiene el estilo propio que los films basados en los libros de Agatha Christie supo imponer como género, el "whodunnit". Varios personajes en un lugar, una muerte o varias y la búsqueda del culpable. Dirigida por Tom George y escrita por Mark Chappell, la acción nos ubica en Londres en la década del 50' cuando la obra de teatro "La Ratonera" (de Agatha Christie) continúa con éxito, siendo protagonizada por Richard Attenborough (Harris Dickinson) y Sheila Sim (Pearl Chanda). Todo comienza con el festejo de la función número 100. (Recordemos que la obra se mantuvo desde 1952 hasta 2020). Aquí el alicaído director de cine estadounidense Leo Köpernick (Adrien Brody) es contratado para llevarla al cine, pero...es asesinado y el amante del alcohol (para variar), el Detective Stoppard (Sam Rockwell) y la tímida e ingenua Agente Constable Stalker (Saoirse Ronan), serán los encargados de llevar a cabo la investigación, buscando pistas para dar con el asesino. Las pantallas divididas son un acierto, el problema es que, a pesar del talentoso elenco, no logran dar lo mejor de sí, entonces la película se torna aburrida y los toques de humor no terminan de ser efectivos.
Luego del suceso de "La Huérfana" (2009), la historia del matrimonio formado por Vera Farmiga y Peter Sarsgaard, quienes luego de perder a su bebé, adoptan una niña de 9 años que resulta ser una psicópata con hipopituitarismo, un raro trastorno hormonal que atrofia su crecimiento físico y le causa enanismo proporcional, llega la precuela "La Huérfana: El Origen", esta vez dirigida por William Brent Bell. El guion de David Coggeshall basado en la historia de David Leslie Johnson-McGoldrick y Alex Mace nos sitúa en Estonia en 2007 en el Neuropsiquiátrico Saarne Institute, adonde Leena Klammer (Isabelle Fuhrman) está internada. De allí logra escapar para hacerse pasar por Esther, la hija desaparecida hace cuatro años de una familia millonaria conformada por Tricia (Julia Stiles), Allen Albright (Rossif Sutherland), y su hijo, el campeón de esgrima Gunnar (Matthew Finlan), Al principio su madre parece ilusionada, su padre aún más, y emprenden el viaje a su mansión en Darien, Connecticut. La vida diaria va a demostrarle a Tricia que su hija desaparecida no tiene nada que ver con la sádica y manipuladora "niña" que vive en su casa, por algunos detalles que comienzan a aparecer y harán que la convivencia se convierta en una batalla. Si bien no podemos catalogarla en el género terror, sino más bien suspenso, el film dirigido por William Brent Bell entretiene y tiene giros inesperados que se agradecen, aunque hay evidencias no del todo creíbles desde el principio del encuentro, especialmente entre madre e hija. Destaco que una actriz de 27 años en la actualidad pueda, gracias al maquillaje, CGI y una buena técnica parecer una niña, porque si bien cuenta con la ayuda mencionada, Furhman expone una muy creíble actuación.
Julia Roberts y George Clooney vuelven a unirse, esta vez dirigidos por Ol Parker para protagonizar una comedia romántica, un género medio olvidado en la pantalla grande que se extraña. La historia es simple; ellos son Georgia y David, un matrimonio divorciado hace 20 años que sólo convivió 5, y que desde esa instancia no pueden tener una relación cordial aunque esté su hija Lily (Kaitlyn Dever) frente a ellos. Lily se gradúa como Abogada por lo que resuelve hacer un viaje a Bali junto a su mejor amiga Wren Butler (Billie Lourd). La graduación hará que la ex pareja tenga que compartir el evento, y ni siquiera en ese momento feliz y excitante pueden dejar de pelear por lo que sea. Ya en Bali, Lily encuentra el amor en Gede (Maxime Bouttier), un cultivador de algas, y decide casarse rápidamente. Sus padres volarán a Bali para acompañarla en principio, aunque el viaje esconda otras intenciones. David está solo y Georgia tiene en el piloto Paul (Lucas Bravo) un amor que no la convence. Ya imaginamos de entrada el destino que tendrá este trío. Filmada en Queensland, Australia, con increíbles y paradisíacos escenarios naturales, la película tiene buenas intenciones, es simpática y sus protagonistas tienen una química notable gracias a muchos años de amistad, que traspasa la pantalla. Aunque sólo eso podemos rescatar de un guion (del propio Parker y Daniel Pipski) predecible que se vuelve ridículo por momentos. Se salvan los paisajes, el carisma de sus protagonistas y los bloopers que aparecen en los créditos, que son más graciosos que todo el film.
Tess Marshall (Georgina Campbell) trabaja en documentales y tiene una importante entrevista de trabajo en Detroit. Para estar tranquila, la noche anterior contrata un Airbnb por unos días. La noche tormentosa no le permite ver que el barrio elegido es inseguro y atemorizante. Cuando intenta entrar con la clave que le fue dada, se da cuenta que la casa ya está ocupada por otro inquilino. El es Keith (Bill Skarsgard, "IT") y se muestra tan sorprendido por el "doble alquiler" como ella, pero intenta ayudarla, le ofrece pasar y Tess, aunque desconfiada, acepta. Intenta buscar una solución, un motel, pero una Convención importante en la ciudad los tiene a todos llenos. Finalmente, luego de varios "chequeos" acepta compartir la casa con el extraño que va a dormir en el sillón para cederle el cuarto. Con este más que auspicioso comienzo del director y guionista Zach Cregger, "Bárbaro" tiene todos los condimentos necesarios para ser un gran film de terror. No lo termina de conseguir porque el guion toma otros caminos que no terminan de cerrar aunque las historias convergen al final. Tess descubre que hay un sótano (no diré cómo) que lleva a otro sótano oscuro e interminable en el que Keith desaparece y donde ella queda encerrada. Por otro lado aparece un nuevo personaje, el actor AJ interpretado por Justin Long que es el dueño de esa casa siniestra que pretende vender para salir de los problemas financieros que le ocasionó un juicio por conducta sexual inapropiada. Cuando llega a la propiedad va a encontrar un panorama muy distinto al que había imaginado: hay personas viviendo debajo y aquí todo se volverá espeluznante, sangriento y repugnante. Hasta acá, sin spoilers. Una idea interesante, que desconcierta, quizás no del todo bien resuelta, pero que de la mano de Cregger (del que espero ver más) se presenta como un aire fresco para el género.
"Emergencia en el Aire” se desarrolla en el vuelo K1501 de Sky Korea que sale de Incheon, Corea del Sur y viaja hacia Honolulu, Hawái. Jae-hyuk (Lee) y su hija Soo-min (Kim Bo-min) se encuentran entre los pasajeros que en pocos minutos junto a la tripulación, enfrentarán un grave peligro que los pondrá al borde de la muerte. El thriller cuenta con dramaturgia y dirección de Han Jae-rim y aunque no está basado en ningún hecho real, sino que es mera ficción, (fue escrito antes de la Pandemia por Covid-19) genera en el espectador una sensación de incertidumbre permanente. Jin-seok (Yim Si-wan) es un biólogo perturbado y resentido que fabrica un virus casero que puede mutar y que logra implantar en su axila para subir al avión y así desparramarlo durante el vuelo. Ya en el Aeropuerto se comporta de manera amenazante con los que están a punto de abordar. En el aire logra su propósito muy fácilmente y como el virus es letal provoca alteraciones en casi todas las personas, quienes reaccionan de manera diferente: resignación y desesperación son las reacciones que se apoderan de los pasajeros. El Detective In-ho (Song Kang-ho) investiga el hecho con desesperación porque su esposa Hye-yoon (Woo Mi-hwa) también está a bordo de ese avión, con lo cual la cacería se intensifica en tierra y aire. Con una duración de 147 minutos, el film genera caos y tensión. La película se presenta como una buena idea... que podría ser más claustrofóbico que estar atrapado en el aire con un peligro latente y no poder salir? Lástima que el guion tiene fallas, y termina siendo una más del género catástrofe. Igual, entretiene.
Dirigida por Marcos Carnevale llega al cine la historia que durante cinco temporadas fue un éxito teatral encabezado por el gran Antonio Gasalla y que nació de la mano de Hernán Casciari, ahora adapada a la pantalla grande. La acción nos sitúa en Mercedes, y cuenta la vida de la familia de Mirta Bertotti (Florencia Peña) una mujer de 50 años, menopáusica, aguerrida, siempre al frente de su hogar, que lucha por mantener a los suyos unidos. La situación económica en su casa y en el país es adversa. Hasta acá, nada nuevo. Su marido Zacarías (Guillermo Arengo) fue despedido y ahora es repartidor de pizzas de la competencia, ya que en tiempos lejanos su abuelo supo hacer la mejor pizza en el negocio familiar por generaciones. Los Bertotti tienen tres hijos, Nacho (Bruno Giganti), el mayor, con una Beca para estudiar en el extranjero que deja para ayudar a sus padres, Caio (Agustín Battioni), "el del medio", como lo llaman, torpe y celoso de Nacho, y Sofía, la menor, interpretada por Angela Torres en pleno despertar sexual. Completa el cuadro el particular "Nonno" Américo, (Diego Peretti), que no perdió su idioma, (el italiano), reniega del negocio porque su sueño era ser rockero y deja que la pizzería se derrumbe, mientras él toca la guitarra y fuma marihuana junto a sus amigos. La promesa que le hiciera a su padre, de mantener el negocio hasta el año 2000 está latente... Mirta lucha cada día con un nuevo problema, o económico, o con las amigas del barrio que pretenden humillarla o algo sucede con sus hijos, pero ahí está ella para defender con uñas y dientes a los Bertotti. Un film que a muchos les va a recordar (muy de lejos) a "Esperando la Carroza", pero que de igual forma podemos ubicar en el género grotesco en donde el elenco cumple con histrionismo cada uno de los roles. No es para todos.
Dirigida por Ed Perkins, el documental sobre la vida de Lady Di es una muestra muy completa con imágenes de archivo del acoso periodístico que sufrió "La Princesa del Pueblo" desde que se supo la noticia del romance con Carlos de Inglaterra, el posterior compromiso, casamiento, los nacimientos de los Príncipes William y Harry, el escandaloso divorcio y el triste final en un accidente automovilístico en París el 31 de Agosto de 1997 junto a Dodi Al Fayed, justamente cuando su auto era perseguido por paparazzis en motos y autos, que buscaban "la foto" de la pareja a la salida de una cena en el glamoroso Hotel "Ritz". Con un gran trabajo de edición de parte de Jinx Godfrey y Daniel Lapira, "Lady Di" refleja la vida de Diana Spencer en imágenes y la obsesión, primero de los londinenses y luego del mundo entero, de seguir cada paso dado por Diana y de saber que era lo que realmente pasaba puertas adentro en la Familia Real. Es muy interesante la transformación de la Princesa que comenzó dando una improvisada entrevista en la calle a los 19 años cuando era una tímida y dulce joven a punto de comprometerse, para luego contestar preguntas junto a quien sería su marido hasta la rebelión y el hartazgo que emerge ante el tremendo acoso. Con el paso del tiempo cambia de actitud, logra soltura y responde con humor, y también se transforma en un ícono de moda y marca tendencia con sus cortes de pelo y looks. El espectador siente lo abrumador que debe ser vivir con una cámara sobre la cabeza los 365 días del año. El film no busca pontificar sino exponer entrevistas, audios de programas de radio y televisión para contar los hechos de la forma más fidedigna posible su vida incluyendo la relación oculta que mantuvieron durante años el Príncipe Carlos con Camilla Parker-Bowles. Queda para el debate post-función si Diana, además de un ícono fue una víctima de su entorno, y a la vez un objeto de fascinación juzgado permanentemente, lo que le trajo como consecuencia su trágico, inesperado y temprano final.