EL CINE COMO NECESIDAD CREADORA El mundo artístico es un ambiente complicado. Tanto desde lo económico, la inserción y la salida laboral, son arenas movedizas dentro del mundo capitalista en que vivimos. Sin embargo, el mercado artístico y la industria cultural que lo sostiene mueve miles de millones de dólares alrededor del mundo, lo cual muestra lo concentrado del capital estético en unas pocas y privilegiadas manos. Más allá de todo eso, el quehacer artístico se vuelve una necesidad para quienes viven de ello, pero no solo como medio de subsistencia sino también como actividad enriquecedora del espíritu. De estos pormenores, de una vida atravesada por el cine y la propuesta de mostrar la cotidianidad como un hecho artístico, se trata Mi histeria en el cine, el documental de María Victoria Menis, quien abandona la ficción para adentrarse en una autorreflexión artística. El documental se basa en la idea de ir mostrando cómo la directora, cámara en mano, va filmando retazos de sus días para ir encontrando la inspiración para su nueva película. En esta búsqueda de inspiración, la directora también irá reflexionando, en una voz en off en primera persona, lo difícil de filmar una película aquí en Argentina, las trabas para conseguir dinero, las tratativas con los Institutos oficiales, los años que conlleva toda la actividad, etcétera, obstáculos que, sin embargo, no frenan la necesidad y las ganas de filmar de quien dirige la película, a pesar de las dudas y las incertidumbres. En esta intromisión de la cámara de la directora en la cotidianeidad de su familia, nos encontramos con personajes simpáticos que van enriqueciendo el relato de la directora, con experiencias de vida, anécdotas, etc. Entre estos personajes se destaca la madre de la directora, Chola, que, junto a su marido, representan la espontaneidad, la comicidad y la frescura de las escenas documentadas. Especialmente Chola, quien se muestra suelta ante la cámara, a pesar de que este instrumento enuncia continuamente su presencia. La música extradiegetica es atinada, divertida y acompaña de forma idónea al film. Es interesante como los diferentes familiares de la directora van comentando cómo es la vida de Menis cámara en mano, de frente a la lente comentan como es su labor, la aconsejan, recuerdan como decidió dedicarse al cine, al mismo tiempo que la alientan a que no se desanime y vuelva a filmar una película. Estos relatos, fragmentarios en la duración del documental, al mismo tiempo son complementados por la voz en off de la directora, quien realiza comentarios y explicita su propio pensamiento. Como última instancia de desvelamiento de la figura de un director, agente cinematográfico que justamente esta siempre detrás de la cámara, la directora nos muestra su quehacer artesanal con el film, la edición de trozos de películas, la búsquedas de antiguos largometrajes para encontrar inspiración y la explicitación de los films que han marcado su trayectoria, entre los que se encuentran Los 400 golpes (Truffaut), La rosa púrpura del Cairo (Allen), El romance del Aniceto y la Francisca (Favio), Viaje a la Luna (Mélies), 2001: Odisea del espacio (Kubrick), entre otros.
DE ENCUENTRO FORTUITOS Y OTRAS HIERBAS Caminar: trasladarse o moverse [una persona o un animal] de un lugar a otro mediante su propio medio de locomoción. Esta definición nos ofrece el diccionario del verbo caminar. Sin embargo, Veredas nos ofrece un sinfín de acepciones del término que resultan más oportunas a la hora de acercarnos a esta actividad tan cotidiana de nuestras vidas. Dos jóvenes protagonistas, Lucía y Federico, realizan la acción de caminar que los lleva a reflexionar, cuestionar la dirección, cambiar el rumbo que poseen sus vidas. Además, el caminar por una Buenos Aires bohemia y bellamente retratada, lleva al encuentro de estos dos seres, que en un principio eran desconocidos. Huyendo de unos problemas, escondiéndose de otros, estos dos sujetos se ayudan en el deambular de un día que llevará a cambiar aquello que los atormenta y los detiene. A Lucía la frena la culpa, el seguir en una relación que ya no la llena pero que, sin embargo, no se anima a romper, lo que la lleva a esconderse, mentir y ocultarse. A Federico lo detiene el recuerdo de una relación recién terminada, la búsqueda de inspiración y la falta de motivación. Por una fortuita casualidad del destino, estos dos seres errantes se encuentran, y caminando por las veredas de una ciudad que los envuelve, logran encontrar la salida del callejón de sus problemas. El film, además de estar primorosamente retratado, posee diálogos espontáneos, repletos de un humor sencillo y eficaz, que logra entretener de forma continua. Las actuaciones son correctas, frescas y divertidas, ensalzadas las mismas por personajes que se van encontrando en su deambular urbano, destacándose los de Julián Kartún y Paloma Contreras. Veredas es una película sencilla, una comedia romántica esperanzadora que ofrece un final feliz de aquellos que tanto nos tiene acostumbrados el cine norteamericano. Sin embargo, este film que se aleja de la estética y las temáticas más realistas/documentales que predominan en el cine argentino y latinoamericano en general, constituyéndose en una bocanada de aire fresco en la oferta de producción nacional, abriendo el abanico de posibilidad de expectación y de géneros, sin que por ello se pierda calidad.
LA RESISTENCIA ARGENTA FRENTE AL NEOLIBERALISMO Resuena en nuestros oídos aquel dicho popular que dice que los españoles conquistaron y saquearon nuestro territorio utilizando “espejitos de colores”, es decir, mintiendo y engañando sobre aquello que harían en nuestro territorio y ocultando las terribles consecuencias que eso conllevaría. Sin embargo, no fueron sólo los españoles quienes nos han engañado, sino que la neoconquista en el Siglo XX y Siglo XXI siguió adelante con otros “espejitos de colores”. De esto se trata el documental argentino El futuro llegó, film que exhibe la realidad de la localidad de Ingeniero White, aquella que se había prometido llegaría a ser la “California argentina”. Con un relato plural de diferentes agentes internos y externos a la comunidad de Ingeniero White, el documental rastrea la historia social, económica y cultural de este pueblo perteneciente a Bahía Blanca. Comenzando por una historización de la actividad pesquera preponderante en esta ciudad portuaria, la película relata de forma casi cronológica la serie de mentiras, promesas y estafas llevadas a cabo por las empresas que prometían trabajo y progreso para esta ciudad. Se relata de forma directa, a través del testimonio de vecinos de la zona, cómo se fue deteriorando la economía de la zona portuaria, y cómo las inversiones y la explotación obrera, junto con la precarización y tercerización del trabajo portuario, llevó al declive de la economía local. La misma experiencia desastrosa del modelo neoliberal aplicado desde 1976, es relatado y explicado, al mismo tiempo, por economistas, trabajadores municipales e historiadores (como Osvaldo Bayer), figuras que sirven para complementar y dar voz de autoridad de la cruda realidad que el documental relata. Mostrando la toma de conciencia de los vecinos de la ciudad, que nos llega a través de la voz de sus relatos, y de un municipio con una conciencia histórica para tener presente lo que sucedió con su economía, ejemplificada a través de la visita al museo ferroviario que atraviesa transversalmente el relato, el documental explicita la capacidad de poder de la gente si se organiza en pos de una calidad de vida mejor y en contra de las medidas neoliberales que tanto daño han hecho a nuestro país. Por medio de representantes del museo, de personajes ya emblemáticos de la ciudad, de una maestra comprometida con su quehacer de enseñar, el film muestra a sujetos empoderados y comprometidos en cuestionar lo establecido y accionar para cambiar las injusticias que les tocan vivir. El futuro llegó se postula entonces como un ejercicio de memoria colectiva de aquellas medidas económicas del pasado pero, por qué no, también del presente. Investigar, cuestionar, entender, comprometerse, debe ser un ejercicio de cada uno de los ciudadanos de un país para con su economía y su política, cuestionar los “espejitos de colores” cuando se los percibe y sobre todo, la idea de progreso, bandera con la que tanto daño se ha hecho a los países “subdesarrollados”, como el nuestro.
LA HERIDA DE LA INJUSTICIA QUE NOS SIGUE DOLIENDO Virna Molina y Ernesto Ardito son una dupla argentina de directores de documentales. Sus producciones se caracterizan por un fuerte compromiso militante, ideológico y de ejercicio de la memoria colectiva que no queda exento de su ópera prima en la ficción Sinfonía para Ana. Con un trabajo de investigación riguroso, entrevistas y basado en un libro autobiográfico de Gaby Meik, el film nos presenta la historia de dos amigas, Ana e Isa, estudiantes del colegio Nacional de Buenos Aires que, iniciadas en el movimiento montonero hacia el año 1974, comienzan a vivir en carne propia el declive político, social e ideológico que desencadenó en el funesto Proceso de Reorganización Nacional. La película es ingeniosa y cala hasta los huesos. Es fundamental la representación del clima político de aquel entonces, especialmente del efervescente compromiso de los movimientos estudiantes en los sucesos políticos que se presentaron en aquel periodo (regreso y muerte de Perón; ascenso de Isabel secundada por López Rega; la lucha por la permanencia del rector Aragón, luchador incansable de los derechos humanos; etcétera) y que representaron, efectivamente, una progresiva pérdida del estado de derecho, y una creciente y cada vez más institucionalizada persecución y exterminio a los militares de movimientos de izquierda y del peronismo más progresista, principalmente de la agrupación Montoneros. Teniendo en cuenta esto, la película logra inmiscuir en un mediador de tal desoladora contextualización los dramas típicos de la adolescencia: la peleas con los padres, el primer amor, el debut sexual, las amistades, las rebeldías. Tal imbricación logra una pertinente caracterización de los personajes, porque, además de ser militantes políticos comprometidos con ideales fuertemente progresistas, eran también adolescentes que recién estaban saliendo a la vida, con todas las dudas, incertidumbres y contradicciones que tal etapa de la vida genera. Alrededor de la dupla protagonista, Isa y Ana, se desenvuelven otros personajes que sirven de engranaje y soporte para el desarrollo de la historia. Principalmente se destacan las figuras de Lito, Camilo y Capi. Los dos primeros representan el inicio de la vida amorosa de Ana, siempre matizada por el compromiso político e ideológico que la unió a cada uno de los muchachos. Por otra parte, Capi es el cabecilla político del colegio, el promotor del movimiento estudiantil de la UES y responsable de la militancia de los estudiantes del Nacional Buenos Aires. Todos los personajes van aumentando su importancia a través de sus parlamentos, sus movimientos y su relación con Ana, el estado de tensión y de terror que ya se vivía en los años anteriores a la última dictadura militar, subrayada sobre todo por la figura de la Triple A. Las actuaciones son correctas, ya que los protagonistas encarnar de forma idónea lo contradictorio e inestable de la etapa adolescente. Para la mayoría de los actores esta es su primera experiencia en cine, por lo cual se pondera aún más el trabajo de investigación en cuanto a los jóvenes de la época, su forma de actuar, hablar, entre otras caracterizaciones. La tensión política y el clima represivo que va in crescendo a lo largo de la película se encuentra acentuado de forma poética y bella por la fotografía y la musicalización del film. Las tomas están compuestas de forma estéticamente impecable, con colores vivos y delicadamente tratados, complementado todo por una iluminación cuidadosamente trabajada, lo que da como resultado una obra visualmente ponderable. Lo mismo sucede con la musicalización y el sonido. La voz en off encargada de relatar los hechos desde la visión de Ana interviene en los momentos oportunos, con una entonación que denota nostalgia y dolor por lo vivido. Lo mismo sucede con la música que contiene el film: la misma acompaña a los personajes en sus diferentes estadios, al mismo tiempo que ayuda a sostener las diferentes atmosferas por las que transita el film. Estamos ante una historia fuerte, si se tiene en cuenta que está basada en hechos reales (el colegio Nacional de Buenos Aires tiene 108 estudiantes desaparecidos) y en el momento histórico político particular en que se estrena. La película llega no solo a la memoria de quienes vivieron aquel martirio, porque los desaparecidos son una herida abierta para la sociedad argentina, que sigue latente allí, en el inconsciente colectivo de nuestra comunidad, porque aún faltan respuestas, aún falta justicia y castigo a los culpables. Sinfonía para Ana viene a recordarnos precisamente esto y no nos permite olvidar, lo que sería la peor de las traiciones para aquellos que sufrieron la represión de un estado terrorista. Parafraseando a uno de los responsables de tal genocidio, Jorge Rafael Videla, quien dijo que los desaparecidos “no están ni muertos ni vivos, están desaparecidos”, entonces no los despedimos, sabemos que están presentes, por tanto, les decimos lo mismo que Isa le desea a Ana: “hasta la victoria, siempre”.
CUANDO LA CAUSALIDAD ES EL PRINCIPIO CONSTRUCTOR Por lo general, en el inconsciente colectivo de nuestra sociedad suele circular la imaginaria y complaciente frase “todo pasa por algo”. Ya sea bueno o malo, al pensar que nuestras acciones son incontrolables y que hagamos lo que hagamos no podríamos cambiar lo sucedido, la suma de los acontecimientos de nuestra vida se vuelve un pequeño escalón en la inmensa red de nuestra existencia. Delicia, la nueva película de Marcelo Mangone, reflexiona, de una forma simple, tierna y silenciosa, sobre que cómo la vida nos sorprende y sobre cómo la casualidad o la voluntad de poder de los individuos modifican nuestra existencia. El film es sencillo, presenta la historia de una enfermera (Beatriz Spelzini) que decide cambiar su vida y su trabajo, trasladándose a un pueblo de provincia que posee un solo hospital y en donde, la amabilidad y la sencillez de los tratos interpersonales, caracteriza a su nuevo lugar de residencia. Desentonando con esto, se encuentra Amado, un señor ciego que trabaja de recepcionista en un albergue transitorio, y quien le ofrece alojamiento a Felisa, la recién llegada, a cambio de ayuda por los quehaceres hogareños. Establecido dicho pacto, comienza una relación algo tirante y tensa, donde Felisa la entabla desde el diálogo y la amabilidad y donde Amado se posiciona desde el silencio y la introspección para con los otros. Sin embargo, la relación irá mutando en el devenir de la historia, permitiendo la reflexión sobre cómo si sabemos aprovechar las oportunidades que nos presentan la vida, esta puede enriquecerse y transformarse por completo. La puesta en escena es sencilla: las casas de los protagonistas, el hospital, la calle. Se destaca el tratamiento del uso del color, ya que las tonalidades de los espacios permiten identificarlos con los personajes a los que pertenecen. Además, se utilizan (sobre todo en la ambientación de la casa de Felisa, rebautizada Delicia hacia el promedio del film) colores rebosantes de vitalidad (rojo, verde, iluminación colorida), que nos remite (fugazmente) al tratamiento de color tan característico de Vicente Minelli (hay que destacar también que Felisa mira telenovelas y posee un tocadiscos, el mismo que le permite desnudar su sencillez ante Amado y bailar para concretar su relación). Abundan los primeros planos para entrar en la subjetividad de los personajes, denotando unas actuaciones acertadas y unos personajes bien definidos. La historia es conocida, sencilla y acotada, pero funciona. El arte nos permite reflexionar sobre nuestro alrededor y nuestra propia existencia, y para ello no hay límites de edad. Ahora sí, no esperemos toda una vida para empoderarnos de nuestras propias acciones o esperando que la casualidad nos sorprenda sin tomar acción, será que Delicia intenta que no se repita la pregunta clave del film “Decime, ¿por qué tardaste tanto en llegar?”. No tardemos, ni esperemos. Actuemos… y rápido.
EN LAS AGUAS DEL DESEO Y LO REPRIMIDO Con los cambios de clima, las sudestadas y las crecidas del río, lo censurado sale a flote. De eso se trata Tigre, la ópera prima del dúo de directores Ulises Porra y Silvina Schnicer. El film se encuentra filmado íntegramente en el Delta del Tigre, repleto de paisajes, sonidos, colores y una atmósfera particular que transporta a las aguas de uno de los deltas más anchos del mundo. La película trae la historia de una familia, deshecha y rearmada con un grupo heterogéneo de integrantes, que se instala en su casa del Tigre ante el peligro de un nuevo emprendimiento inmobiliario que amenaza con comprar dicha propiedad y disponer de ella a su antojo. Para tal propósito, la madre del clan, Rina (gran interpretación de Marilú Marini), se dispone a pasar cinco días en la cabaña isleña, sobrepasada de autorreflexión, introspección y nostalgia por un pasado que parece que se ha marchado para no volver. Dentro de su pasado traído al presente, se encuentra su hijo Facundo, que también se ha instalado en la isla, y quien parece no haber sanado las heridas de un pasado familiar que retorna inestable y con fuerza, al igual que las subidas y bajadas del río que los circunda. Otros seres extraños habitan la isla: la cuidadora de la casa, su hijo y otros jóvenes que parecen vacacionar en el Tigre y que ayudan a los protagonistas a acomodarse en la casa y a meditar la decisión de vender o no vender la propiedad. Simultánea y silenciosamente el delta, su inestabilidad, su constante fluir de las aguas, va calando a cada uno de los personajes, quienes van mutando hacia una incongruencia en su actuar, donde predominan los instintos más básicos y donde la razón parece haber perdido terreno. La locura, los celos, los deseos perturbadores se van apoderando de los personajes, habilitando un juego tanto en la composición de las imágenes, como en los diálogos, los planos secuencia, las escenas cortadas ante de tiempo y demás recursos técnicos, entre realidad verosímil y un realismo mágico que posibilita la realización de la incongruencia que envuelve y trasciende a los personajes y a la historia en sí. Las escenas acompañan el clima asfixiante que se va apoderando de la isla, los planos secuencia son silenciosos con un predominio de la naturaleza en su estado más salvaje, los diálogos por momentos son banales y por momentos muy profundos y existencialistas, los movimientos corporales de los actores son rápidos o intensivamente lentos, contradicciones que evidencian el cambio que la isla provoca en los personajes. Lo mismo sucede con el desenlace: ambiguo y abierto, potencia la incomodidad (en el buen sentido del sentimiento) que la historia y la forma en que está contada provoca en los espectadores.
SABER DÓNDE UNO ESTÁ PARADO La guerra de Malvinas fue el grito ahogado de una dictadura militar que se hundía y con ella una generación de jóvenes militantes y un país entero, socavado hasta los cimientos por la violencia, la muerte, la injusticia y una deuda externa exorbitante. A 35 años de tal combate innecesario, se estrena QTH, un film de Alex Tossenberger donde se narra la historia de cuatro soldados argentinos apostados en el destacamento militar del Canal de Beagle, al sur de nuestro país y justo en frente de las Islas Malvinas. La película no explicita el tiempo de la acción: el mismo es presentado mediante los relatos entrecortados que se escuchan por una vieja radio. Estos traen la voz de los diferentes comunicados oficiales sobre el inminente desenlace, la posterior guerra y la inevitable derrota. Los personajes se encuentran bien definidos y denotan ciertos sujetos sociales de la época: dos “colimbas” inexpertos, recién arribados al destacamento y a la espera del entrenamiento ofrecido por el servicio militar obligatorio vigente en ese entonces; un oficial algo demente que entrelaza comicidad e incoherencia (encarnado a la perfección por el gran Osqui Guzmán); y un cabo que desborda humanidad por los maltratos perpetrados hacia los colimbas y por el clima de guerra. Con la exhibición de bellos paisajes de nuestro sur, la película muestra de forma idónea cómo es vivir en el extremo más austral del continente, la soledad y la naturaleza que abundan en demasía por aquellos pagos. Al mismo tiempo, es interesante el juego de información que el film representa: a los espectadores no se nos explicita de forma clara lo que sucede (por más que se deduzca), así como a las colimbas no se les explica tampoco qué es lo que realmente sucede, a la vez que se los mantiene incomunicados con sus respectivas familias. El juego de información y desinformación que tan habituados nos tienen los medios hegemónicos. Con esta temática transversal a la historia del film, el mismo se vuelve vigente: por un lado, tenemos la desinformación (encarnada por los medios de comunicación radiales y el oficial que minimiza la gravedad del conflicto) y el deseo de saber sumado a la impotencia de los más débiles (representados en las figuras de los colimbas y del cabo). Deviene entonces la reflexión punzante de la película: saber dónde uno está parado (ideológica, política, social y culturalmente) es importante para la historia de un país, ya que determinada postura marca el devenir de una nación. Traspolado al film, esta instancia está determinada por el QTH, la ubicación exacta que los apostados en el destacamento del canal le deben exigir a quienes circulan por las aguas australes. Interesante y arriesgado punto de vista sobre un hecho histórico que aún sangra en la historia de nuestro país, pero que es importante tenerlo presente, para saber dónde uno está parado, ayer, hoy y siempre.
LA MALDICIÓN DEL ESCRITOR En más de una oportunidad, hemos afirmado que el cine argentino se destaca por su producción de ficción de corte realista, con la abundancia de un realismo social que colma la ficcionalidad cinematográfica en general. Desde hace ya algunos años, la oferta en comedias livianas, comedias surrealistas o absurdas, dramas de personajes y demás está equiparando la oferta nacional, expandiendo los límites de nuestra propia cinematografía y abriendo nuevos horizontes en la historia del cine argentino. Ojalá vivas tiempos interesantes es prueba de lo enunciado anteriormente. La película mezcla un suspenso algo absurdo (en el buen sentido), lo trágicómico y una tímida reflexión del quehacer artístico. El film presenta la historia de Marcos, un escritor que alguna vez fue exitoso en la publicación de libros infantiles, pero quien ahora se haya buscando la escritura de una “novela seria”, indagando e intentando descubrir su propia voz autoral. A partir de esta decisión, un devenir de situaciones problemáticas lo invade: pierde su trabajo, su novia lo abandona, su situación económica decae considerablemente, aunque una salida laboral ilegal intentará remendar dicha condición. Y esto lo lleva, en parte, a su perdición. El protagonista está rodeado de personajes singulares que lo ayudan y al mismo tiempo obstaculizan su camino del héroe: un vecino hippie, un portero acosador, unos clientes extrañísimos, una kioskera atractiva, una bailarina enmascarada de flamenco y un amigo que trabaja en un supermercado chino para aprender de esa cultura milenaria. Tal elemento toma vital importancia en el giro dramático de la película: sin causa alguna, y en parte pareciera en respuesta al consejo de su amigo de que para escribir hay que vivir experiencias y cosas interesantes, una anciana china le suelta una antiquísima maldición. Súbitamente, envuelto en una vorágine experimental, nuestro protagonista se encuentra a sí mismo haciendo cosas que nunca pensó que haría, pero que sin embargo le permiten avanzar en su obra literaria. El film construye de forma correcta la trama: el cambio del estatuto del protagonista, el tratamiento singular y performativo de cada personaje (singular y único dentro de la película), la mezcla entre realidad y ficción literaria – que permite dudar de la historia que se nos está mostrando-, la intervención de la animación como forma de expresión del mundo interno del fallido héroe y una musicalización atinada que permite no solo acompañar el tenor dramático de cada escena, sino también generar climas y atmosferas. Las actuaciones son sólidas y la utilización de la voz en off del protagonista permite construir un relato subjetivo que, junto con la desdibujada realidad dentro de la construcción de la novela, consienten un interesante juego de interpretación por parte de los espectadores. En síntesis, Ojalá vivas tiempos interesantes es sencilla, entretenida y divertida de ver. La dirección está a cargo de Santiago van Dam, joven director, que estrenó este film en el BAFICI de este año y que cuenta en su anterior producción fílmica con el documental La peli de Batato (2011) que, en su rol de guionista, se centra en la interesante actividad artística de Batato Barea en la década de los 80’s.
BENDITA TÚ FUISTE ENTRE LAS MUJERES DE TU ÉPOCA Principios del siglo XX. Argentina. La cultura. La prensa y el poder. En la cultura occidental, el rol y el papel de la mujer dentro de la sociedad ha sido tradicionalmente escindido de las cuestiones del poder, la política o los asuntos del Estado. Sin embargo, siempre han existido excepciones a las reglas, personas que han cuestionado lo naturalizado dentro de una sociedad. Un ejemplo de esto es Salvadora Medina Onrubia, conocida para la historia tradicional como la esposa de Natalio Botana, fundador del diario Crítica. Pero en el documental Salvadora, de Daiana Rosenfeld, se nos muestra más que la veta sentimental de la interesante mujer, ampliando su lado militante, artístico y feminista. El documental se compone de varios elementos que permiten otorgarle una estructura múltiple: mezclando voz en off, ficcionalización, mostración de fuentes documentales y relatos de especialistas en historia, la película logra reconstruir un relato más cabal de la figura de Salvadora Medina, socavando no sólo el aspecto de su vida matrimonial, sino su pasado y sus características individuales. Militante anarquista, defensora del incipiente feminismo aquí en Argentina, Salvadora supo hacer coincidir su discurso y su accionar, ante una sociedad que claramente se le arremetía en contra. A pesar de los diversos obstáculos en su camino para construirse como un sujeto activo de su vida y de la sociedad de ese momento, la escritora logró dejar huella y allanar el camino a todas aquellas mujeres que posteriormente a ella quisieron involucrarse activa y comprometidamente a transformar la realidad y el mundo desigual en el que estuvieron inmersas y que, lamentablemente, se sigue reproduciendo. Gracias a la utilización del recurso de la voz en off, podemos conocer fragmentos de sus pensamientos más profundos y parte de su obra literaria (fue una de las primeras dramaturgas argentinas), ambos discursos marcados a fuego por su militancia política e ideológica. La enunciación de ambos textos está acompañada por la ficcionalizacion de la figura de Salvadora en sus momentos meditativos y de producción discursiva, elemento que permite darle dinamismo al devenir del documental. Este aspecto se complementa con el recurso de la voz de autoridad, a cargo de historiadores y especialistas en la historia de Natalio Botana o de Salvadora, lo que le otorga al film, una veracidad histórica pertinente. Finalmente, para poder elaborar un retrato más cabal de la figura de Medina, también se presenta el relato, más a modo anecdótico, de parientes lejanos de la familia. Más allá de la recuperación de la importancia de la figura de Salvadora Medina Onrubia dentro de la historia política, social y cultural de nuestro país, el documental también plantea un punto interesante de reflexión y que ha estado en boga durante los últimos años: el rol de los medios de comunicación en la construcción, perpetuación y caída de las figuras, procesos y partidos políticos en Argentina.
LA FRAGILIDAD DEL CUERPO Y LA SOCIEDAD ¿Qué es lo inherente al ser humano? Hay muchas respuestas para esa pregunta, quizá tantas como personas que se animen a responder dicho interrogante. La poética de la fragilidad responde que justamente esto es intrínseco a la existencia humana: lo frágil. El film de Nicolás Grandi y Lata Mani, experimental desde lo visual y lo sonoro, muestra con puntillismo, fragmentación y delicadeza la fragilidad que existe en el hombre y en la naturaleza, dejando en evidencia que precisamente lo frágil es común a todas las formas de vida. Componiendo su relato desde una concepción visual artística, conjugada con relatos en primera persona de aquellos que sufren algún tipo de convalecencia por la fragilidad de sus cuerpos, la película construye un relato múltiple y colectivo, que se encuentra hilvanado por una voz en off que une y da coherencia a todos los relatos, y que le otorga al conjunto una atmosfera filosófica. La mezcla de imágenes, relatos, sonidos, historias y países hacen que la película se enuncie desde lo estético como una mostración filosófica sobre la existencia, pero además como una declaración política, ya que la relación con la fragilidad social (intrínseca al régimen capitalista que nos subyuga a nivel mundial) también se encuentra explicitada en la película. Su ritmo es lento y calmado, lo que permite apreciar y sentir lo profundo de su mensaje, que va más allá de las imágenes que presenta. La poética de la fragilidad es una interesante propuesta dentro de la producción documental Argentina, que escapa de las convenciones del género, para combinarlo con el potencial artístico-estético que el cine posee.