Las historias de amor, siempre son bien recibidas en cartelera. Es un género que tiene pocos exponentes en relación a otros tiempos, y concita cierta atención en el público, que la mantiene como corriente tradicional. No genera el movimiento de los tanques de acción pero siempre esta ahí. En esa necesidad de tener títulos del género, nos lleva la europea "L'amore con te", cinta en la que abordaremos la relación entre una bella no vidente, y un publicista mujeriego, con todo lo que eso significa. En esta producción del prestigioso Silvio Soldini ("Pan y tulipanes"), Teo (Adriano Giannini), es el hombre que genera el epicentro emocional. Un publicista exitoso, con novia y amante, predispuesto al encuentro ocasional y con una vida de evasión clara de responsabilidades. Un varón que no ha crecido, claramente. Cierto día, en un encuentro llamado "Diálogos en la oscuridad", se enamorará de la voz de una mujer, y al tener contacto con ella, conocerá su historia. Emma (Valeria Golino, intacta a pesar de los años),osteópata de profesión, es una bella mujer sin visión. Luego de ese encuentro, volverán a encontrarse en forma accidental y él no dejará pasar la oportunidad para agendar una cita profesional con una excusa física. Lo que es cierto es que Emma, hacia los 16 años, dejó de ver y tiene un mundo particular con el que interactúa. Sus sensaciones están amplificadas, y hay en ella una construcción interna potente que le permite haber exterizado un perfil cautivante. Teo, un hombre en apariencia superficial, entonces comienza un camino de seducción que lo alejará de sus intereses habituales, y lo ubicará en otro lugar: percibir lo que fluye, más cerca de las emociones. El film mostrará ese camino que recorrerán juntos, en el cual deberán integrarse y entender sus códigos y aspiraciones, tarea, que les anticipo no será sencilla. Soldini hace un relato demasiado extenso, para una historia que, en escencia, debería ser más breve. Casi dos horas de metraje para ese descubrimiento entre los protagonistas me parece demasiado. Más, cuando todos entendemos de movida, que es lo que Teo ve en Emma: se enamora de su sensibilidad y sencillez, en contraste con su mundo de miedos, mentira y banalidad. Los aspectos técnicos están bien, pero hay demasiado tiempo en pantalla de la pareja, en situaciones que revierten a veces, poco interés cinematográfico. Giannini no luce demasiado convincente y se apoya en el talento de Golino para dar más credibilidad a la relación. No veo nada que haga particularmente distinta, a "L'amore con te". Resumiendo, un film romántico, extenso y que invita a su visionado sólo si son fan del género.
Sergio Sánchez, guionista de dos grandes éxitos comerciales que impulsaron la carrera de Juan Antonio Bayona ("El orfanato" y "Lo Imposible"), llega a su primer trabajo como director, rodeado de mucha expectativa. Tanta, que cuenta con un presupuesto importante para su ópera prima, cosa no habitual para los noveles fuera de Hollywood. "Marrowbone", se ofrece comercialmente como una película de terror pero quizás sea más preciso, definirla como un drama de suspenso, categoría que transita ajustada, aunque con algunos desniveles narrativos. "Marrowbone" es una propuesta que presenta temas que siempre le han surgido a Sanchez en sus escritos: la unidad familiar, lo lúgubre de los escenarios y los desafíos visibles e invisibles que parecen impenetrables para abordar. Todo eso está presente en "Secretos ocultos". Aquí se narra la historia de los hermanitos Marrowbone, que llegan a USA, escapando de Inglaterra y un padre muy violento. Llevan con ellos a su madre, quien a poco de llegar al territorio americano e instalarse en una casa propia, fallece. Eso deja a los chicos (son adolescentes y niños), desconcertados. Deben esperar que Jack (el mayor, e interpretado por George Mackay) cumpla 21 años para que pueda tenerlos bajo su tutela. Sin embargo, la cuestión no será fácil. Algo sucede en esa casa, hay un sector superior tapiado, y un problema serio con los espejos. Sin anticipar demasiado, los chicos, jugados por Charlie Heaton, Mia Goth y Matthew Stagg (todos con grandes antecedentes previos) tendrán que sobrevivir a esa energía destructiva que amenaza ponerle fin a su familia. Eso, sumado a que el banco quiere quitarles la casa y otras cuestiones más, como el romance de Jack y Allie (Anya Taylor-Joy) y los dilemas de encontrarse siempre, en peligro y sin entender bien que sucede en ese ambiente. La historia, es conocida y sin anticipar demasiado, quizás poco original. Pero Sanchez rueda con oficio y un gran equipo técnico, y si bien este es un film que no descolla, podemos decir que está bien estructurado y logra atraer al espectador abierto a la búsqueda. No hará lo mismo con el fan que siempre va a ver cine de género a salas, desde ya. Digna, prolija, un drama que puede funcionar. Seguramente es un buen punto de partida para la carrera detrás de las cámaras de Sergio Sánchez.
Ricardo Piterbag (director de "Venimos de muy lejos, la película") nos presenta su segundo largo documental, "Ikigai, la sonrisa de Gardel", relato en el cual se muestra la difícil tarea de sobrevivir, a la inmensidad de una tragedia como la experimentada en la AMIA, en 1994, un año trágico para nuestro país. Aquel atentado terrorista (aún impune), generó una enorme herida en la comunidad judía y porteña aún no cicatrizada. Ese 18 de julio, una de las sobrevivientes, Mirta Regina Satz (jefa de tesorería en el lugar), no estuvo en la lista de víctimas, pero presenció la brutalidad de ese ataque, in situ. ¿Cómo se vuelve de semejante dolor?¿Cuál es la estrategia para volver a tener ganas de vivir, después de presenciar tanta muerte? Mirta, corporiza el espíritu de resilencia en este relato. Ella decide iniciar la reconstrucción, desde ese caos. Elige una figura porteña por excelencia, (Carlos Gardel) y comienza a diseñar una idea singular: crear con azulejos destrozados, un nuevo rostro para esa sonrisa que tenía el "Mudo". La faceta artística de este enfoque, se complementa con otras voces, que hablan sobre la desintegración y cómo construir desde ese lugar, el tango, la colectividad, y la fuerza vital para seguir adelante. En lo personal, la película es un documento interesante sobre la pos-tragedia de la AMIA. Creo que el seguimiento de Piterbarg hacia Mirta, es válido e intenso, pero que se alguna manera, hay ciertas cuestiones que me parecen fuera de foco en los relatos. Quiero decir, que las siento, no tan centradas sobre el tema de vivenciar el duelo y darle una dimensión artística, sino de otra naturaleza. Mirta es una gran convocante de "Ikigai, la sonrisa de Gardel" y el interés de la historia se apoya en su carisma. En resumen, un doc que aporta a la construcción colectiva de la memoria y que tiene un valor potente, más allá de sus desniveles.
Mucho me pregunté, luego de la proyección de "El Espanto", de Pablo Aparo y Martín Benchimol (segundo largo después de la reconocida "La gente del río"), sobre cuáles pueden ser las razones reales, para que sucesos como los que trae esta película, realmente tengan lugar. Es decir, ¿Qué sucede en El Dorado, (provincia de Buenos Aires), en relación a la medicina, que provoca un extraño "autoabastecimiento" local, ligado a prácticas de curanderismo, o alternativas naturales? ¿Cuánto opera la creencia popular, para que en ese pueblo de no más de 300 habitantes, todo (excepto las cirugías, aclaran), se cura con la participación de los lugareños? Aquí, además, la gran mayoría de los habitantes, posee una habilidad especial para curar, alguna dolencia particular. Es decir que los miembros de esta comunidad, logran un curioso mosaico donde diferentes dolencias son abordadas por distintos vecinos, cada uno con una especialidad. Se usan técnicas milenarias (algunas, otras, no), de dudosa llegada (según mi percepción citadina), para combatir un alto rango de dolencias, en apariencia con gran éxito. No hay médicos, dicen, ni se necesitan. Todo se resuelve desde el saber médico popular, por así decirlo. Excepto una enfermedad, que sólo posee un tipo de tratamiento, y de la que prefieren ellos, no hablar demasiado: "El espanto". Un mal que le ataca a las mujeres, especie de brote psiquiátrico, con rasgos quizás depresivo, indescifrable por su caraterización, que sucede esporádicamente y que tiene una sola manera de curarse. Y lo que es más llamativo aún, es que el curandero que conoce esa técnica, la aplica en su rancho, alejado del pueblo, y que es un hombre entrado en años y hermitaño. ¿Les anticipo más? Su manera de intervenir involucra un práctica sexual. Eso, desde ya, abre otra línea de trabajo en el film. No sólo hablamos de medicina, sino que después incorporamos el sexo, y cómo se vive en esa pequeña comunidad, donde "todas las mujeres están casadas"... Como mirada antropológica incidental, hay riqueza en lo que trae. Eso es innegable. Sabemos que Aparo y Benchimol, así como en su documental anterior, tienen un particular interés por los perfiles disonantes y coloridos. Y por las comunidades con reglas propias. Ponen su mirada "porteña" (invisible, controversial, lo se), sobre realidades que tienen su propia lógica, y abren el lente a universos no tan frecuentes para los que vivimos en las grandes ciudades. Lo hacen con una edición que provoca algo de humor, escepticismo y, hay que decirlo, interés. Los suyos son documentales que sorprenden. No tanto por la dinámica con la que están narrados (de hecho, hay muchas entrevistas con el estilo tradicional del formato) sino por la elección de quienes pasan enfrente de la cámara. Ahí está el ojo de los directores. Ellos seleccionan con habilidad el material en el campo y al editar, logran retratos originales, que ponen a la luz, cuestiones que suceden, en vastos sectores de nuestro país y que la mayoría desconocemos. "El espanto" puede ser percibida, como un ejercicio que presenta una realidad tangible y potente, desde la mirada crítica de quienes no vivimos en ese escenario. Desde ese lugar, es muy recomendable.
"Paisaje" es una película que presenta el clásico conflicto de pasaje de la adolescencia a la juventud plena, en clave femenina. Jimena Blanco, su directora, lleva una extensa carrera como productora ejecutiva y esta vez, se adentra en el desafío de la dirección. La trama nos presenta la historia de cuatro amigas adolescentes (Laura Grandinetti, Camila Rabinovich, Ana Waisbein y Camila Vaccarini) que viven en las afueras de la ciudad (Ingeniero Maschwitz) y que deciden aventurarse a Buenos Aires, de noche. Toca una banda en un boliche y una de ellas tiene un amigovio que hace posible la invitación grupal. El grupo es diverso y la cámara las acompañará durante toda la noche, en planos de mucha cercanía, para mostrarnos cómo funciona su micromundo teen. Las vemos maquillarse, vestirse y preparse para este evento y eso ya anticipa el entusiasmo que poseen. Llegan al boliche para pasar una noche de diversión, en un ámbito distinto al que conocen. La cuestión es que las chicas se van perdiendo en la cantidad de gente que hay, se producen algunas escaramuzas amistosas y seductroas espontáneas, hay baile, ruido (la peli está ambientada en los 90') hasta que todo se complica cuando llega la amenaza policial y las amigas, en su desordenada salida, dejan olvidada la mochila en la que están todas sus pertenencias, documentos incluídos, de manera que tienen que encontrar la manera de volver a su casa, sanas y salvas. No es que esto sea ni demasiado difìcil ni demasiado fácil. De hecho, nuestra ciudad de noche alberga cosas interesantes y también peligrosas. Las chicas van caminando de un lugar a otro, trayendo fragmentos de sus historias personales, mientras dan con personajes de la noche porteña, en este raid de animarsele a una madrugada complicada. Podemos decir que "Paisaje" es una historia contada desde una perspectiva femenina, que la hace rica e interesante. Es un momento en la historia de nuestro país que las mujeres y sus historias, van ganando terreno en todos los ámbitos, incluso en el cinematográfico. En el debe, quizás podría discutirsele la manera en que la cámara sigue a las chicas, se extraña otra perspectiva y quizás, otra posicionamiento ofrecería una dinámica que permita una construcción de movimientos más natural y no tan limitada. Pero es una percepción. Nada más. "Paisaje" está hecha con recursos mínimos, pero se nota la mano de Blanco para que su relato luzca cohesivo y ameno. Es una cinta corta, intensa, con un montaje más que aceptable, que abre un saludable crédito para la cineasta quién con este largo (muy reconocido en el último BAFICI) muestra un promisorio futuro en su nuevo rol.
Realmente esperaba mucho de "Gringo". Será que el cast, impresiona mucho de sólo verlo en el afiche: Charlize Theron, Amanda Seyfried, Joel Edgerton, Sharlto Copley, David Oyelowo, Thandie Newton. Todas estrellas, en una propuesta pseudo coral (me encanta llamar a este tipo de films así), en la cual hay un poco de intriga, mucho humor negro, algunos engaños y una generosa dosis de violencia. Nash Edgerton (el director de "The Square" -2008-, enorme película indie australiana que no deberían perderse) se pone al frente de una producción de mediano porte, en la que el engaño, está a la orden del día. Harold (Oyelowo) es un empleado corriente de una empresa, al que usan un poco de che pibe. El puede ver el éxito en el accionar diario de su jefe Richard (Edgerton) y de la explosiva e inescrupulosa Elaine (Charlize Theron). La cosa es que Harold debe viajar a México por cuestiones de trabajo, y las cosas no salen bien. Porque claro, hay un negocio de drogas fuerte en el medio, del que obviamente, el muchacho no tenía conocimiento. La creación de una píldora con una sustancia clásica permite ser el tema de conexión entre diferentes grupos de poder. Volviendo al pobre y desconcertado Harold, la cuestión es que lo raptan y piden rescate. Y se imaginarán que el dúo de empresarios duda sobre que curso definir: la verdad es que si lo matan, no estaría mal, aunque el gran problema podría sucitarse si abriera su boca. Es asi que entonces la acción se trasladará a México donde se sumará más gente al conflicto, todos alineados con el ritmo frenético que propone la trama. Peli de mafiosos entonces, donde una vez que las piezas están en el tablero, comienzan a relacionarse peligrosamente, su principal lado flaco es la poca profundidad de los personajes, ciertas falencias del guión y sobre todo, un exceso de eventos, que busca ser presentado como original, pero de estructura precaria y poco satisfactoria. Mucho ruido (y actores populares) y pocas nueces. "Gringo" es un pasatiempo que arranca con muchas promesas de gran film, pero se regodea en su espíritu "indie" y cree que sumar elementos y generar vueltas de tuerca, la hace potente. Hay muchos personajes construídos "a reglamento" (Newton a años luz de su trabajo en "Westworld", por ejemplo) que van promoviendo un derrotero que, si no lo ponés bajo la lupa, puede pasar. Pero no evidencian equilibrio ni locura bien llevada. Edgerton tiene mucho potencial para encarar historias oscuras. Quizás esta modalidad coral, no sea una que particularmente lo favorezca.
He visto mucho cine asiático (J-Horror), instalado en hospitales, con apariciones, enfermeros, climas lúgubres... Y siempre sentí que esa línea de trabajo era de su propiedad casi, y que no la recreabamos desde nuestra mirada occidental. Si bien, hay algunos trabajos que siguen esa línea, lo cierto es que durante la proyección de "Nails" sentí que era, un film al que le hubiese sentado bien, otra geografía, no Irlanda. Y no es que tenga nada en contra de los anglosajones. Para nada. Creo que los irlandeses hacen excelentes dramas. Y que la BBC produce y financia la mayor parte de las veces, material muy interesante producido en la isla más pequeña de las británicas. Pero es cierto que no tienen tradición en terror y que, después del debut de Dennis Bartok (de una carrera previa que incluye periodismo, guión y otras cuestiones), no cambia demasiado la ecuación. "Nails" ("Paranornal") es una película de acotado presupuesto, que se apoya en una historia que lejanamente emparento con "Nightmare on Elm's Street", en la cual la acción se desarrolla en un centro médico particular. Dana (Shauna Macdonald, cuyos antecedentes más interesantes se deben a la saga "The descent" y a una breve aparición en "Filth") es una mujer energética que se encuentra postrada en un hospital, con diagnóstico reservado. Técnicamente, luego de una accidente, estuvo muerta unos minutos y su estado la deja varada en una cama, sin posibilidad de reaccionar demasiado (aunque lo haga), a una amenaza que lentamente tomará forma durante su estadía en el lugar: al parecer, hay una aparición de un ser innmaterial que se dedica a atormentar a la gente en el nosocomio y que además... posee uñas largas y afiladas. Sólo le falta el sombrero y la camiseta rayada. Si, está bien. El sueño digamos que no interviene tanto como en "Paranormal", pero el espacio onírico también ofrece lugar para algún susto. Bartok narra de manera discreta y no desarrolla ninguna idea original, a lo largo de todo el metraje. La cinta es previsible al cien por cien. La protagonista luchará porque crean en lo que ve y siente, y contaremos con un set de secundarios que sólo cumplen en transmitir las líneas de un guión no demasiado consistente. Hay trucos, algo de atmósfera, y esa sensación de... en la condición física de Dana, cualquier cosa pueda pasar! Pero sin embargo, no pasa de ahí. Se que la gente que ve terror necesita su dosis semanal y quizás "Paranormal" les aporte algo. Tip: Si no vieron "Kansen" (2004, título internacional "Infection") y quieren ver algo de acción más subida pero también en el mismo escenario, pueden buscarla en la red y continuar en la misma temática.
En general, cuando uno elige ver un documental, lo hace por dos razones: le interesa la temática, o hay alguna característica puntual (el director, algún comentario previo, un amigo que trabaja ahí, etc) que nos impulsa a verlo. Y convengamos ademásque el relato documental en Argentina es costoso. Hay pocos recursos para financiarlos (no es que no existan pero sus presupuestos son exiguos), muy poco mercado y casi nada de dinero para una distribución inteligente. Y además, sabemos por experiencia que al público mainstream, le cuesta elegir este género. Prefiere, naturalmente, el balde de pochoclo y el entretemiento asegurado. No existe una cultura que convoque a este tipo de propuesta (y creo que esto es un tema global, con seguridad)... ¿Por qué inicio una review así? Bueno, esta introducción es sólo para decirles que "Desmadre", de Sabrina Farji, es una propuesta que muestra como podés explorar un campo del conocimiento (en este caso, la maternidad a la luz de las diferentes generaciones) con frescura, de manera original, divertida, amena y a la vez, profunda y reflexiva. Con recursos modestos pero sólidos y atractivos. Todos hemos pasado por los debates familiares sobre el vínculo madre-hija y se han escrito inconmesurables ríos de tinta sobre ellos. Farji, elige posicionarnos en su propio núcleo. Su mamá, la mamá de su mamá. Y su hija mayor, Zoe. Pone en cada cruce de personajes, registro a través de una cámara e investiga en cómo se van estructurando, las interacciones diarias, mediadas por lo vincular. Es decir, vemos como funciona cada relación (los reproches, cuánto lugar!) y cómo se despliega el campo de expresiones en ese recorrido. Y les garantizo que es muy divertido. Casi que me atrevo a decir que parece guionado. Pero no. Un viaje a Paraná une a las generaciones de mujeres y saca a relucir, cuanto se quieren y cuanto les cuesta aceptar las diferentes perspectivas de la vida, más que nada por temas de la edad y la experiencia. "Desmadre, fragmentos de una relación" es un buen vehículo para actualizar nuestras visiones sobre la relación madre-hija de una manera poco convencional y efectiva. Una gran película y en formato documental, gran oportunidad para hacer visible al género. Muy buena.
El otro día alguien me preguntó por "Perfectos desconocidos", esa peli que nació como una obra de teatro y ahora tiene versiones de varios directores en distintas partes del mundo... Le contesté..."¿qué versión?". "La italiana" me respondieron. "Ah, no, yo ví la española!", le respondí. "Ni pienses que voy a ver muchas versiones de la misma película", troné. Creo que una vez que ya accediste a la historia que generó todo, no tiene mucho sentido de volver a estrenar cintas que ya fueron versionadas hace muy poco tiempo. Esto es lo que sucede con "Sin filtros". La historia original fue un éxito en Chile. Y en España compró los derechos Santiago "Torrente" Segura, el popular cómico emblema de Alex de la Iglesia... En Argentina, pronto tendremos (en tres semanas creo), la versión que encabeza la popular Natalia Oreiro. Si quieren comparar las diferencias, ya pueden ver dos (porque la primera parece estar en Netflix), mientras esperan la versión argentina. A mi me parece bien que haya distintas versiones de un buen guión, adaptadas al gusto local. Mi única duda es... ¿hay mercado para tanto? Digo, estrenando en el mismo semestre... Aquí lo que tenemos es la historia de Paz (Maribel Verdú), quien aparentemente lleva una vida plena. Es ejecutiva en una agencia de publicidad, está en pareja, tiene amigas simpáticas y accesibles y parece que todo está en orden en sus días. Pero no. Si miramos un poco con más profundidad, Paz la tiene complicada. Las cosas no son tan positivas como aparentan, más bien, todo lo contrario. En ese esquema de enojo y desasosiego que la agobia, (cuando le cae la ficha que todo le viene saliendo mal, y que la gente no la tiene en cuenta y la desplaza de sus centros de interés) decide buscar ayuda externa. En esa vuelta, dará con un gurú (jugado por el mismísimo Santiago Segura), quien le recomendará una pócima para ponerle fin a todos sus males. Ese elixir, una vez bebido, generará una implosión energética en Paz, quien comenzará a revolucionar su pequeño mundo, quitando todos sus frenos inhibitorios al servicio de lo que cree que es justo. Segura hará pequeños retoques a la historia que conocemos (la versión chilena) y pondrá en foco varios temas : la sociedad de consumo, el uso de las redes sociales y la superficialidad de las relaciones en función del tiempo. "Sin filtros" tiene sus puntos altos, cuando Verdú cambia radicalmente las reglas del juego y desarrolla un histrionismo que se ve, divertido y altisonante. Hay contrapuntos coloridos en el accionar de la protagonista que acompañaremos con entusiasmo. Es difícil no sentir algo de identificación por ella! En definitiva, siento que "Sin filtro" ofrece una propuesta simple, directa, esquemática y previsible, pero no por ello sin gracia. Es divertida, está bien filmada y tiene un centro neurálgico bárbaro: Verdú la rompe. La peli parece hecha a su medida. Tendrán ustedes que decidir cuál es su preferida de todas estas versiones que tendrán disponible en pocos días. Este guión, estoy seguro, funciona con una gran comediante. Ergo, aquí el resultado garantiza entretimiento y sonrisas en igual medida.
Tarik Saleh es un director sueco que viene en ascenso (no por nada ya dirigió un capítulo de la última temporada del hit de HBO, "Westworld") y que con "The Nile Hilton Incident", ya venía haciendo ruido en el medio. Su cinta es un film noir hecho y derecho pero con un marco histórico, particular para Egipto, que potencia su visionado, ya que instala la acción en los momentos previos a la caída del régimen de Hosni Mubarak, en 2011 (la llamada "primavera árabe" de ese año). La historia es la clásica en este tipo de género: un policía arrogante (que fume siempre, como dicen los libros), un sistema corrupto, un crimen atroz, un testigo crucial, con miedo y en fuga (en este caso una mujer) y un sector de poderosos con muchos recursos para terminar en el Nilo, de la peor manera posible (bien muerto). El protagonista, aquí, es Noredin Mostafa (Fares Fares), hábil investigador, miembro de una familia acomodada, con aspiraciones de hacer carrera rápido en la fuerza. Se topa con un llamado que lo lleva a un cuarto de hotel en el Hilton, donde dará con el cadáver de una famosa cantante local (he leído por ahí que esto alude a un crimen real -¿será el de Suzanne Tamin de 2008 en Dubai?) y se dispondrá a tratar de hacer su trabajo. Claro, que eso no es lo que quiere la fuerza. Ni los implicados políticamente en la cuestión. Más bien, todo lo contrario. Noredin lentamente (y esto sucede así de literal) va adentrandose en una trama espesa, llena de corrupción, escenarios sugerentes, coloridos (exóticos para nuestra cultura), en los cuales accede a información que lo va llevando hacia pistas que delinean al hombre detrás del crimen. Dentro de esos rastros, uno fundamental es la chica de la limpieza que dice haber visto cómo la cantante era asesinada. Con el paso firme y mucho estómago, el personaje principal va desarmando capas para destreñar la verdad, mientras en el afuera, se puede ver la ebullición de las masas en el fermento popular que propició el fin de un gobierno, al que se ve, con grandes bolsones y quistes de corrupción. Saleh sigue las reglas convencionales del cine policial negro (todas, realmente) y va delineando una película honesta y densa. Exhibe una mirada potente sobre cómo la trama de encubrimientos funciona en todos los niveles de ejecución, casi sin fisuras. En cierta manera aterrador. Aunque nosotros seguimos discutiendo muertes de gente importante en circunstancias sospechosas... o alguna nación del tercer mundo está exenta de estos actos? Sin adentrarse demasiado en esa línea, "Crimen en El Cairo" es un delicado bocado para paladares acostumbrados a las experiencias poco usuales. Un sueco, con equipo técnico escandinavo, rodando en Egipto. Y salió bien! Sólo por eso, merece ponerla en la lista de pelis para ver esta semana en el cine. Aprobada.