Pablo Fayó, hace ya tres décadas, comenzó a publicar sus páginas en la revista Fierro, uno de los íconos pop del cómic de su generación. El amaba las historietas y desde pequeño estaba inmerso en ese mundo. Su genio y firmeza se destacaba en ese universo de grandes autores, hasta que en un momento, ese vínculo se apagó. Ese motor, dejó de funcionar y Fayó decidió dejar las historietas. Y se inclinó por dejar la pluma y la tinta y ponerse una guitarra al hombro. Y más que eso, decidió cantar tangos y pasar la gorra. Gran cambio, si los hay. "Algo Fayó" es un registro documental sobre este artista, quien a lo largo del film, se ocupará de describir como es su vida y alternará algún secreto o tema reservado, con el hermetismo de algunas otras ideas que le son propios y que nos generan cierta curiosidad. Vive en La Paternal, y es un hombre culto que modificó su vida, en momentos en que muchos de nosotros se hubiesen aferrado al éxito y a la comodidad económica. Detrás de las cámaras, un director (Santiago García Isler) predispuesto a la indagación con entusiasmo. Hay algunos tangos, charlas de amigos, recuerdos, fotografías, publicaciones, reflexiones sobre el mismo rodaje y un registro prolijo que a veces choca contra la voluntad del personaje principal (dice muchas veces "no voy a dar detalles de mi vida privada" y protagoniza un documental sobre él...) de proveer información. Sin embargo, "Algo Fayó" se las ingenia para ofrecer un registro atractivo, sostenido por la magnética personalidad del escritor. Su visionado es agradable y la temática, interesante. Nos queda para el final esa extraña sensación de haber conocido a una gran personalidad del mundo de la historieta, en un momento distinto de su vida, donde cuesta imaginarlo a la luz del potencial de su trabajo. Pero somos libres para elegir lo que deseemos. Y en ese sentido, "Algo Fayó" abona esa idea y transita por los caminos correctos.
Haj, quien trabajara con Elia Suleiman y se nutriera de su cine, desde lo conceptual, muestra cuáles son las inquietudes de los cineastas de su espacio, un lugar donde la historia y política afectan decididamente la vida de las personas. Estamos en Nazareth, y tenemos a un matrimonio de edad, con problemas de comunicación. Ella pasa el tiempo tejiendo y su marido, mirando su notebook y leyendo Wikipedia. Si bien hay algún intento por establecer lazos, parecen dos extraños. Están entrando en una etapa donde el silencioso contrato comienza a necesitar una modificación, de cara al final de la vida de ámbos. Tienen tres hijos y cada uno de ellos está en una circunstancia distinta. Dos estás en su tierra, otro en Suecia y tienen preocupaciones acorde a sus expectativas. No está resuelta la vida de ninguno, y sus parejas, influyen en qué cosa esperar de su medio y sus afectos. "Asuntos de familia" presenta un escenario donde cada hijo tiene algo que decir y cuando se los convoca desde lo emocional, muestran cómo se articulan sus necesidades emocionales, con sus rasgos culturales (en Cisjordania, el más chico de los hijos intenta llevar adelante una incipiente relación con una mujer bastante tradicional, lo que le cuesta bastante) y sus proyectos de vida. Todos, mediatizados por esos papás que están envejeciendo y que también necesitan cuidados y proyectos, por más que parezcan apacibles y estáticos. Haja intenta explorar el humor, pero no ofrecer una comedia de tonos beligerantes. No. Juega con los vínculos y los expone en forma natural, tratando de que articulen las expectativas culturales y personales, con quienes son, en realidad. Y lo logra. La película es chiquita pero entretenida y si bien sentí que su clima era cuasi teatral, lo cierto es que su atravesamiento político sutil (innegable aunque no definitivo para el destino de la obra), interesa. Esa capa invisible que define la naturaleza intrínseca de los personajes en torno a su espacio físico vital, negado y presente a la vez. "Asuntos de familia", una agradable sorpresa para la cartelera porteña en esta semana. Poco cine de estas latitudes tienen estreno comercial así que a tener en cuenta.
Hay ya una camada de actores que fueron muy populares en los 80' que siguen buscando su lugar en la industria. Dinero no les falta, pero, como cualquier hijo de vecino, quieren seguir en actividad a pesar de que los buenos guiones ya no pasan por sus manos. No es que hayan perdido el pelo (bueno, Bruce nunca tuvo demasiado!) ni las mañas, pero es cierto que conforman un núcleo (Arnold Scharzenegger, Nicholas Cage, Jean Claude Van Damme, etc) del que vemos muchas más películas de las que creo yo deberíamos. Al menos, habría que sacar los ahorros del banco y ver si podemos armar algo indie con algún buen libro. O adaptación. Bruce hizo "Rock the Kashbah" hace unos años. Es posible. No parece ser el caso aquí. Rodada en un par de semanas y hecha en USA para el mercado de video doméstico, "First kill" es una cinta que habla sobre el uso de las armas, la corrupción en las fuerzas policiales y lo serio que tenés que ponerte cuando las cosas se van de madre. "En defensa propia" además trae una novedad, el regreso del ex-Star Wars, Hayden Christensen. Aquí partimos de la base de un suceso en una casita de un bosque lejando, donde un broker de Wall Street intenta pasar algo de tiempo con su hermano. Mientras están cazando ven algo que no deberían haber visto, y en cuanto comienzan rápidamente a ordenar lo sucedido, verán que la policía local está fuertemente comprometida, y que hay dinero de por medio. Mucho. Lo cual complicará la salida del lugar, mucho más cuando el personaje de Hayden tenga que negociar con los malos, que se han llevado a su hermano y no tienen digamos que buenas intenciones. La cinta es directa, sencilla, austera. Bruce es un comisario local, y actúa de taquito. Ni se despeina. Bueno, hoy sigo con los chistes malos, pero ustedes entienden no? El guión de Nick Gordon y la dirección de Steven C.Miller (uno supone que son amigos o socios con Willis porque ya han trabajado juntos en "Mauraders y "Extraction" antes) están correctos para el volumen de historia que quieren presentar. No hay sublíneas, ni nada que contamine la idea principal, tenemos un actor popular, alguna persecusión, disparos, lucha cuerpo a cuerpo y un rato apacible, sin demasiada tensión. Creo y espero que Bruce y su banda de amigos, encuentren espacios más creativos en este tiempo donde financieramente pueden hacer lo que se les ocurra. Y que suceda pronto.
El conflicto entre el IRA y el gobierno inglés parece haberse cerrado en estos tiempos pero hace unas décadas era realmente una preocupación para la comunidad internacional. "The foreigner" (El implacable aquí), es una adaptación de una novela de "The Chinaman" (del exitoso autor británico Stephen Leather), donde en un universo semi ficticio, se aborda la posibilidad de corrupción en el gobierno,a través de la figura de un funcionario encumbrado que podría haber ayudado al IRA en sus atentandos. De hecho, el libro se hace cargo de un rumor de que la historia estaría inspirada en un caso real. Pero volviendo aquí, capitales de oriente se asociaron con STX y Sparkle Media para traer de vuelta al ruedo a Martin Campbell, un cineasta que venía en ascenso hasta 2011, cuando hizo "Green Lantern" y casi desbarranca la carrera de Ryan Reynolds. Tuvieron que pasar muchos años hasta que el ex director de "Casino Royale" pudo volver a filmar, con un presupuesto medio. El resultado? Un film efectivo, simple, entretenido, sin demasiadas luces. Probablemente esperes a priori que Jackie Chan haga sus piruetas y acrobacias a todo vapor como casi siempre que lo vemos, pero no. Esta vez, Chan interpreta lo mejor que puede a un padre afligido y destrozado por la muerte de su hija en un atentado terrorista. Su personaje busca respuestas primero, y luego venganza. Pierre Brosnan es Liam Hennessy, un alto dirigente irlandés con pasado turbio que intenta contener la situación operando políticamente para desentenderse de la cuestión. Pero Quan Ngoc Minh (Chan), en un par de pasos entenderá que detrás de la muerte de su hija (accidental), hay un trama compleja de intereses ocultos y decidirá hacer justicia por mano propia. Y ya sabemos lo que eso significa. Un poco por la edad, Chan (63 años ya), reduce la violencia de sus coreografías a la hora de los combates cuerpo a cuerpo. Digamos que lo verás más en "modo stealth", de algún modo. Es interesante ver que "El implacable" es más un thriller político que una película de género. Brosnan justifica su presencia con oficio y hay bastantes notas interesantes sobre como el terrorismo urbano sigue siendo tema de actualidad a pesar de que vivimos en un mundo lleno de satélites y GPS. Los secundarios del elenco no aportan demasiado y de Campbell, debo decir, que regresa detrás de las cámaras, con bastante inseguridades, más preocupado en que "The foreigner" luzca ordenada y vistosa, que en aportar tensión y solidez a la trama. Pero no está mal. De hecho, si están relajados y no esperan un film pleno de acción, es probable que pasen un buen momento. Y no se preocupen si Jackie Chan no estalla como en la mayoría de su carrera, cada tanto, él hace alguna peli para mostrar que puede otros registros. Aquí, está correcto. Bien por él, y por la audiencia!
Las historias de tragedia y supervivencia en la nieve vienen ganando terreno en los últimos años, seguramente porque sus increíbles escenarios las convierten en opciones atractivas a priori para cualquier espectador. En esta oportunidad nos llega entonces "Bajo Cero: milagro en la montaña", dirigida por Scott Waugh (muy prestigioso por su trabajo como coordinador de stunts), a quien conociéramos por "Act of valor" y "Need For Speed" y con el protagónico de Josh Hartnett, un actor que intenta volver a los primeros planos de la industria. El film cuenta la historia de un ex jugador profesional de hockey, Eric LeMarque (Hartnett), quien se encuentra en un momento de quiebre en su vida: ha sido expulsado del equipo del que forma parte, su relación con su madre es muy mala (a pesar de que ella es una dulce, Mira Sorvino siempre lo es de hecho) y tiene una potente adicción a las drogas y a la adrenalina, dado que necesita ir siempre al límite de cada evento en su vida. Luego de rencillas familiares y laborales, LeMarque se instala en una cabaña en una zona de práctica de ski y snowboard, para poder practicar, este último, su deporte favorito. Cierto día, luego de la habitual rutina de descenso, decide tomar otro camino, y no bajar por el tradicional, en momentos en que se aproxima una tormenta y el complejo base comienza a cerrarse por falta de visibilidad. Lo que sucederá en la historia, es... previsible. LeMarque quedará aislado, lastimado e incomunicado e intentará sobrevivir, a pesar de lo desfavorable del escenario en el que se mueve. Como espectadores, y siendo que el protagonismo de Hartnett es absoluto, sólo podremos conocer más de su perfil a través de una serie de flashbacks donde se muestran los problemas de este jugador de hockey con su padre. Su historia familiar lo ha marcado y en cierta manera, esa impronta cobra nueva luz en la difícil circunstancia que debe atravesar. LeMarque luchará por sobrevivir, frente al clima, los lobos, la soledad y sus heridas, por el tiempo necesario para que el equipo de rescate se haga presente. El problema mayor de esta realización es el hecho de que presenta, a priori, una historia resuelta desde el título. Además, hay que acordar que Hartnett es un intérprete limitado que no logra la altura dramática para sostener tanto su presencia enfrente de la cámara. En los instantes en que juega sus escenas con Sorvino, se percibe algo de realismo, pero una vez que LeMarque sale de su círculo de protección y vuelve a quedar solo, percibimos que no alcanza su intensidad para avanzar con decisión en la historia. La realización técnica es correcta y la estructura del film se asemeja más a un documental, o un programa televisivo, que a una realización cinematográfica. "Bajo Cero: milagro en la montaña" es una cinta que busca impactar a través de sus escenarios, presentando un caso real como soporte de un relato lineal sin demasiada sorpresa. Si lo tuyo es la búsqueda de historias inspiradoras, tal vez pueda tener una oportunidad en tu decisión.
Nueva comedia francesa que llega a nuestro país, y esta vez tiene que ver con los maduros, todavía en edad de merecer (?), que necesitan rehacer su vida luego de una separación amorosa importante. Se sabe, cuando uno es más grande, las cosas cuestan más. Ese parece ser el sostén de la historia que nos presenta el director Eric Levigne ("Barbacue", entre otras -se acuerdan que se estrenó en BA y para esa fecha él nos visitó?), convocando a una de las actrices más populares del género en Francia: Alexandra Lamy. No es que ella sea una gran actriz, pero sí es dueña de una masiva cantidad de expresiones para la comedia y se prestaba como ideal para una cinta donde el protagonismo casi excluyente recae sobre el personaje principal. Hay rom coms que se fortalecen y se hacen leyenda por sus secundarios (un detalle a tener en cuenta), pero aquí, en "L’ embarras du choix", no es así. Lamy será todo el film. Lo cual, por un lado está bien, como elección (es una intérprete dúctil para hacer un rol de despistada, insegura y a la vez, dulce), y por el otro, nos priva de un conjunto de complementos que haría la historia más interesante. Como decíamos, la trama es la de Juliette (Lamy), que acaba de separarse después de una relación importante y no sabe cómo salir del lugar donde está. Quiere una pareja, pero se siente vieja para hacer girar otra vez la rueda, pero con la ayuda de algunas amigas, y fundamentalmente, "Tinder" (ejem!), logra ponerse de vuelta en sintonía e ir cotejando caballeros para ver con quien disfruta más su tiempo. Una serie de accidentes graciosos hará que comience dos relaciones paralelas con dos perfiles distintos de hombre (Arnaud Ducret y Jamie Bamber) se quienes parece haberse enamorado, al mismo tiempo. Y para hacerla más complicada, ámbos le pedirán casamiento. El mismo día. Y la boda será planificada para... el mismo día! No puede decirse que "Dos amores en París" tenga atisbos de credibilidad alguna en su planteo. Pero como estamos en una comedia, todo es posible. En cierta manera, esta cinta tiene reminicencia de muchos films americanos en cuanto a apuntalar situaciones delirantes, y llevarlas al extremo, dentro un planteo casi absurdo para el corriente de los espectadores. Ha funcionado y es una alternativa. El tema en "Dos amores en París" es que creo que se pierde por ahí la fuerza del relato y su contexto (que me parece muy rico para que termine siendo sólo una excusa), en pos del lucimiento personal de Lamy. Que se la pasa haciendo mohínes todo el tiempo, y eso a veces no alcanza para darle vuelo al relato. Más allá de mis reservas, creo que si les gusta el cine europeo y quieren pasar un rato simpático, "Dos amores en París" podría terciar en tu elección.
En Estados Unidos, la Navidad es cosa seria. Una potencia económica que necesita tener a todos sus habitantes, felices y consumiendo. Y no me digan que es cómo en el tercer mundo, porque no lo es. En otro contexto (el frío, los movimientos familiares para estar junto a los seres queridos con mayores distancias que las nuestras, la fiebre por todo tipo de compras navideñas), la maquinaria necesita impulsar el comercio y la gente también quiere salir al cine en esas fechas. Desde el Día de Acción de Gracias para acá, es temporada alta. Es por eso que la industria, siempre tiene un puñado de títulos para aprovechar ese deseo de pasarla bien en familia, ofreciendo cine para este público, con el mero objetivo de pasar un rato agradable y no mucho más. Digo todo esto, porque caerle a "Daddy's home two", sin entender el contexto, sería un poco injusto. Nadie espera para estas épocas una cinta familiar demasiado trabajada. Sólo una propuesta divertida, liviana y que sea bien familiar. Eso es lo que ofrece el round 2 de "Daddy's home" (más de 200 millones de dólares de recaudación global en 2015), la comedia que encabezan Will Ferrer y Mark Wahlberg que vuelve a atacar, con una receta recargada con respecto a la primera entrega. Para los que no están en tema, "Guerra de papás" trata sobre los problemas habituales de las familias integradas. Niños que viven con los maridos de sus mamás, estructuras que se va modificando con hermanitos que tienen distintos padres, lo que hoy en día es moneda corriente. Brad (Will Ferrer) y Dusty (Mark Wahlberg) han superado sus diferencias y son "co-papás", en el sentido de que se ocupan de los hijos propios, y ajenos, dentro de sus núcleos familiares. Cuando Megan (Scarlett Estevez) dice en un acto familiar que la navidad en su casa siempre es confusa y displacentera, los hombres de la casa deciden entrar en acción. La idea es que, para que los niños pasen una linda navidad, las dos familias pasen la fiesta juntos (recordar que Dusty está en pareja con Karen - Alessandra Ambrosio). Pero para complicar más el asunto, llegarán los abuelos de los chicos, Kurt (Mel Gibson en su regreso a las ligas que mejor le sientan) y el inoxidable y tierno John Lithgow (en el rol de Don), que sorprenderá a quienes no lo conocen. Obviamente cada padre tiene una relación con su hijo basada en sus vivencias y Kurt arrastra muchos problemas con Dusty. Lo que vendrá serán los días previos a la Navidad, todos juntos e intentando pasarla bien. Habrá muchos gags físicos (clásicos de Ferrer, obviamente) y algunos apuntes simpáticos sobre cómo encarar el tema de la crianza de niños que no son hijos propios, en estos atribulados tiempos que corren... Todos los personajes tienen más líneas que en la original (Linda Cardellini puede delinear algo más en su rol) y hasta vuelve a aparecer en un simpático cameo, John Cena (el papá de Adrianna), para que los fans vean que todos siguen en la misma franquicia, sin sacar los pies del plato. No hay demasiada sorpresa pero sí no podemos dejar de reconocer (al menos es lo que siento), que "Daddy's home" explora rudimentariamente los problemas de estos tiempos para la familia. Desde el 2000 para aquí, más del 50 por ciento de los niños que nacen lo hacen en familias ensambladas. Y este hecho no está reflejado en los temas que Hollywood y la industria habitualmente tratan. "Guerra de papás" toma la problemática y la transforma en un paso de comedia básico y esquemático quizás, pero la hace emerger y eso es muy valorable. Probablemente no sea tan divertida como la anterior, pero si buscan un entretenimiento simple y directo, y además un buen tema para la charla posterior al cine (cómo plantearse la crianza de los niños que tienen tantos modelos parentales), quizás esta sea una alternativa más que válida para esta semana.
Dentro de la nutrida cartelera porteña de esta semana, hay un título local del que no se ha hablado mucho, pero ofrece el protagónico de uno de los mejores actores nacionales de la actualidad (Juan Palomino): "La noche más fría". Opera prima de Cristian Tapia Marchiori (un nuevo valor surgido de Pergamino), se presenta como un drama social, que refleja la difícil vida de los linyeras y excluídos, en su dura rutina por sobrevivir. "La noche más fría" es la historia de Carlos (Palomino), un hombre que se fue del "sistema", y no puede volver. Habiendo perdido su familia, su única razón para vivir es reecontrarse con su hijo, a quien no ve hace mucho tiempo. Su actividad central es estar disponible para hacer cualquier trabajo que lo oportunidad le ofrezca. Tiene un pequeño grupo de conocidos que lo ayudan a sobrevivir, pero lo cierto es que la vida en las calles es muy dura. Carlos pasará por un doloroso vía crucis y experimentará los dos caras de la sociedad frente a su condición: por un lado habrá manos amigas y cuidados de extraños y conocidos, y por otros recibirá agresiones y ataques de otros sectores de la comunidad. Lo cierto es que Tapia Marchiori se propone contar una historia bastante esquemática, incómoda y lineal. Es la etapa de quiebre de un hombre bueno, que por circunstancias de la vida es expuesto a un derrotero de abandono y miseria. Palomino hace un trabajo sólido, habitual en su repertorio, pero se lo siente bastante solo ya que los secundarios lucen estereotipados en sus roles. La historia tiene una ambientación no tan cruda como podría pensarse (estaría instalada en el Conurbano bonaerense pero fue rodada en Pergamino), y eso quizás le quita un poco de realismo a la situación de calle que vive el personaje principal. Dentro de las locaciones, pensaba que si los costos no fueran un problema, el Gran Buenos Aires tiene lugares más ásperos donde los escenarios de exclusión tienen toda la presencia visual necesaria para servir de valor agregado al guión. Creo que "La noche más fría" es una cinta que invita a tomar contacto con una realidad que es incómoda de ver, pero existe y está instalada en nuestra sociedad. El valor de ese recorte es quizás el mayor argumento positivo (junto con la actuación de Palomino) para darle una oportunidad a este primer largo de Tapia Marchiori.
Siempre sucede que es difícil la animación, cuando no está pensada para la familia. Es cierto que no debería ser patrimonio exclusivo de ese segmento de audiencia, pero es difícil ver al público adulto en ese target. En este sentido, pensar en una animación, turca y de lenguaje fuerte y transgresor, es una novedad colorida, para nuestra cartelera. El personaje central de esta "Bad cat" (título internacional) es una especie de Garfield extremo. Diría como si al felino le hubiesen practicado una lobotomía. O algo así. A ver, es una suerte de tipo transgresor (fuma, bebe, es grosero a más no poder), ventajero y ciertamente carismático. En realidad, la trama que diseñó Levent Kazak (el guionista), basada en el comic de Bülent Üstün, no es demasiado novedosa. Dejar de asociar a los gatitos con la ternura y explotar su lado oscuro y potencialmente cruel: sus garras, su independencia, etc... En sí, "Bad cat" es una sucesión de gags fuertes, una propuesta jugada y frenética, que enlaza eventos locos en un día de la vida de nuestro amigo Serafettin (asi se llama el lindo gatito). Porque sí, hay que reconocerle a este "Bad cat" que es un tipo terrible. Le pasan cosas con su grupo de amigos, intensas. Es un provocador a prueba de bomba. Sí, está bien. Parece que la vida en los bajos de Estambul se ha puesto díficil a la luz de lo que vemos. Pero aquí la cuestión se resume a avanzar de alguna manera, por una serie de "eventos desafortunados" en los que el azar juega siempre en contra de Serafettin. El gatito es un todoterreno y está siempre en el centro de la caótica escena. Claro, todo sea por estar junto a Shero, el otro centro de atracción de la cinta. En lo personal, me gusta el tono de la película. Creo que hay muchos gags localistas que perderemos en la versión doblada (tampoco estoy muy convencido de que podamos acceder a toda la gama de dobles sentidos en este contexto) pero la animación es bastante aceptable (bien por Anima Istanbul) y la película, divertida. No posee una estructura que deje demasiado para el análisis. Aquí la transgresión tiene forma felina. Si hay insultos y violencia, la trama se organiza. No es demasiado original aunque puede funcionar para cierto tipo de público. Los gags físicos tienen preponderancia y el humor inteligente brilla por su ausencia pero aún así yo la elijo por sobre otros productos similares (siempre digo que hay que apoyar los proyectos innovadores). Hay bastante discusión sobre el sexo e insultos en una proporción difícil de alcanzar en propuestas similares. Los aspectos técnicos son lejos, lo mejor del film. Es un festival de excesos, que puede incomodar al público más tradicional, eso sí. Siempre digo que hay que mirar a los indies y a los que intentar diversificar la oferta con entusiasmo. "Bad cat" es una película llena de altibajos, pero no deja de llamar la atención y proponer lo suyo con honestidad: patear el tablero para mostrar que hay gatitos que no son tan tiernos como te muestran todo el tiempo en las fotitos del Whataspp...
Es muy difícil analizar este trabajo de Luis Prieto (cuyos créditos incluyen haber dirigido la interesante "Pusher" y algún episodio de "Z Nation") sin relacionarlo con "The Call". En aquella cinta, Halle Berry usaba todo su repertorio para ofrecernos un thriller trepidante, sin dejarnos acomodar en la butaca. Una especie de "Fast and Furious" pero del secuestro, para ser más preciso. Eso mismo sucede aquí cuando vemos a Berry, en "Kidnap", enfrentando a una pareja de desagradables sujetos que deciden secuestrar a su único hijo en un parque de diversiones. La trama se puede contar en menos de un párrafo: Karla es una dama divorciada que lucha por mantener la custodia de su niño, y sus números siempre se ven ajustados. Es camarera de un diner, y con mucho esfuerzo logra salir luego de su turno junto a su hijo Frankie (Sage Correa) para sacarlo y que tenga una linda actividad al aire libre. Lo que no sabe es que un pequeño descuido suyo, provocará que los secuestradores actúen con rapidez y se lleven al niño en pocos minutos. Karla logra dar con el vehículo donde lo tienen, y decide dar batalla: va a perseguirlos hasta que devuelvan a su hijo. "Kidnap" es entonces, la pequeña gran odisea de una madre intentando recuperar lo que es suyo. Berry pone toda la fibra para hacer girar el engranaje del entretenimiento de alto voltaje, en escenas bien resueltas en autopistas y barrios, en los cuales siempre habrá colisiones y peligros acechantes. El problema del guión de Knate Lee (fue productor de "Jackass 3D" y "Bad grandpa") es que no aporta demasiado en cuanto a nada que construya los perfiles de sus personajes. Nada se sabe de ellos, excepto lo que se expone en los primeros diez minutos. El resto, es sólo velocidad, choques, intentos de asesinato, balas, caídas, etc... Parece que en el fondo, no era necesario desarrollar muchas ideas para generar la tensión adecuada. Pero si bien no podemos dejar de advertir que el guión es muy limitado, lo cierto es que, merced al trabajo que hace Berry, la cinta no es un producto fallido. Es más, salvando el hecho de lo inverosímil que se pone el film por momentos (nunca interviene la policía y eso que estamos en USA, uno de los países más sensibles con el tema de la seguridad), "Kidnap" se las ingenia para hacernos pasar un rato entretenido, plagado de energía y suspenso. Sí, es más una construcción física que otra cosa. Aunque funciona. Es efectiva. No será esta una cinta memorable de Halle Berry ni mucho menos pero sí hay que reconocerle el suficiente atractivo para gustarle a una potencial audiencia , ávida de films que los sacudan en la butaca. "Kidnap" puede funcionar en ese nicho, seguro.