"Sonata.." fue presentada en la última entrega de Pantalla Pinamar y allí nos enteramos que fue financiada por crowdfunding en su país de origen, teniendo dificultades para ser distribuida por su temática. En Argentina, Pascual Condito la consiguió y ahora nos llega vía Primer Plano como uno de los primeros estrenos dramáticos del año 2017. Lo primero que hay que decir es que no es esta, un cinta fácil. Es una historia bien contada, fuerte y con mucha energía de vida desplegada, en un metraje ajustado y preciso. "Sonata para violonchelo", película escrita y dirigida por la española Anna M. Bofarull, cuenta la historia de Julia (Montse Germán), una intérprete destacada del instrumento que tras unos años de dolores espaciados y persistentes (aunque controlables), recibe el diágnostico más duro que puede recibir: fibromialgia. El impacto de esta enfermedad a pleno, podría poner fin a la carrera de la violoncelista, que construyó su mundo, en torno a su arte. Julia lleva una vida intensa, social y cosmopolita. Es una mujer que viaja y se expresa a través de la música y más allá de su trama familiar, ha logrado desarrollar un perfil profesional de renombre en su medio. El conocer que sus condiciones físicas disminuirán y le impedirán tocar en un corto plazo serán un escenario devastador para una mujer cuya vida fue dedicada al arte. Sí, Julia ha tenido esposo y también una hija. Su relación con sus padres, ya adultos mayores, no es algo que haya sido exitosa como tampoco su universo familiar más primario. Siempre (y se ve cuando conocemos su departamento), ella dirigió su energía hacia pocas cosas. Su pasión era el violonchelo y a partir de él, el mundo era explorado. Cuando esto se derrumba, no habrá manera de detener o amortiguar esta caída. Julia deberá enfrentar la suma de sus miedos con todo su ser y luchar con sus armas para aceptar (o no) su destino. Montse Germán hace una labor excepcional y su trabajo es admirable. Logra transmitir el conflicto y traspasarnos con su dolor. La curva que genera para usar su cuerpo como medio de expresión es potente y certera. Esto se cimenta en un sólido guión de la directora (su madre sufrió la enfermedad y ese conocimiento está puesto claramente al servicio de la historia) que cuestiona nuestra percepción de este derrotero. No se puede permanecer indemne frente a esta historia y eso es la muestra de que "Sonata..." cumple los objetivos propuestos por su directora desde el primer al último minuto de proyección. Cruda, visceral y profundamente humana. Un buen comienzo de año para el género dramático en nuestras salas locales.
Me gusta el cine de Roberto Andó. El año pasado ví "Viva la libertad" y me pareció una sutil mirada sobre el mundo de la política. Ejecutivo, sagaz. Este cineasta se preocupa por las implicacias morales y prácticas de los vaivenes que se dan en las altas esferas. En esta oportunidad, profundiza la línea agregando un componente interesante: trae un hombre de fe, a la mesa de los ricos y poderosos. El resultado? Un típico producto de Andó: original, algo transgresor, medido y enigmático. La historia transcurre en el marco de una reunión del G8 en un lujosísimo hotel en la costa alemana. Hombres trajeados, clima de tensión. Al parecer, el FMI va a tomar una decisión importante (negativa, como la mayoría de las que se manda) en términos ecónomicos y las sonrisas no abundan. En ese clima extraño, el presidente del organismo ha invitado a tres personalidades, ¿excéntricas? para que estén cerca de él, una músico de rock, una autora de bestsellers para jóvenes y un monje. Extraño ¿no? Daniel Roché (jugado por Auteuil, del mismo nombre), es el líder que en crisis, decide la noche previa a la movida, debe confesarse. Y lo hace con el religioso Roberto (Toni Servillo) bajo un manto de misterio que se profundizará cuando el político aparezca muerto... De ahi en más, se generará un escenario complejo, donde Andó tratará de mostrar la fortaleza del hombre de fe y la terrible presión política que se encierra en esa muerte y en las acciones posteriores de los poderosos. Hay muchos cabos sueltos y una atmósfera de intriga que se muestra densa y prolija. Sin embargo, la trama, que amaga con convertirse en un thriller hecho y derecho, gira sobre la figura de Servillo, quien compone una máscara fría y distante. Hay aciertos parciales (los secundarios y su participación suponen un componente errático) y de los otros. El problema principal, a diferencia de otros trabajos de Andó, es que la acción se ralentiza en términos de emoción y hay demasiada reflexión silenciosa. Si bien se entiende que bucea sobre los intereses del personaje principal, puede leerse ese enfoque como falta de decisión sobre el abordaje. Es decir, si el material es muy bueno para proponernos un thriller político, ¿por qué posicionar y fortalecer el enfoque de Roberto? Respuesta: el director elige que el relato fluya en dirección al conflicto que a él le interesa. Lo cual puede no ser enteramente entretenido para el espectador. En líneas generales, es un buen trabajo de Andó. Impecable desde las actuaciones. Si creo que la historia arranca fantástica y se va quedando a medida que la trama avanza. Cierra con cierta sorpresa pero quizás, el resultado no sea todo lo redondo que le esperábamos a este gran director.
Ya hemos hablado muchas veces sobre el retorno que el género de terror le da a productores y distribuidores. Cintas baratas (por su costo), que llevan bastante gente a sala, más allá de su calidad. Eso invita a que toda compañía tenga en su catálogo... material para los fans. Y en épocas como esta, hay que hablar del hecho que son muy rentables. ¿Por qué hablo de esto? Sencillamente porque esa es la explicación de que se estrenen películas como "Buscando al demonio". Hay un público ávido por consumir este tipo de productos y está bien. Es válido. Scott B. Hansen dirige entonces un film... que es bastante particular. La idea de salida, no me disgustaba para nada. Pensar en un adolescente inquieto y curioso que quiere ir más allá en el tema de la exploración sobre el fenómeno de la posesión. Brandon (Chris Minor), el pibe en cuestión, decide iniciar una mostrar desde lo científico que el fenómeno de la posesión existe. Y tiene un par de ideas, violentas desde lo visual, por supuesto, para desgranar su idea. Eso sí, hay muchos elementos que ya se vienen usando con frecuencia en todo este tiempo y que juntos, no muestran sorpresas. Demasiado espacio para la creación, no abunda. "Buscando al demonio" transita ofreciendo un clima habitual en las películas de bajo presupuesto, donde los golpes de efecto intentan disimular las carencias del guión. No hay un ritmo adecuado, todo parece que transcurre en forma espasmódica y si bien hay cosas que me gustaron a priori (esta cosa de lo viral que presenta, por ejemplo), quedan solo en promesas porque no son explotadas como podrían serlo. Hansen, se ve que llenó su storyboard de ideas ya trilladas a la hora de asustar. Y lo peor, es que en la última hora pasan demasiadas cosas de manera muy rápida para que el público las procese. No mucho más. Discreta y... exclusiva para encarnizados fans del género. Pero ojo, ir solo si la sangre llama. Say no more.
John Malkovich puede hacer todo lo que se proponga. Es un actor que va más allá de sus propios límites. Sale de su zona de confort tantas veces como yo me levanto a tomar cafés en la redacción (muchas, debo decir). Intenta, arriesga... Está de vuelta de todo. Perdón por decirlo en tan simples palabras, pero es así. Como De Niro, puede actuar en teatros, estadios, kermeses, fiestas de 15, convengamos: lo puede todo. Aquí tenemos una de sus últimas transgresiones. Casanova (Malkovich) se encuentra al final de sus días y ha decidido aceptar el pedido del Duque de Waldstein sobre dejar en papel sus controversiales memorias. Estamos en Bohemia y hasta allí llegará Elisa Von Der Recke (la prestigiosa actriz alemana Veronica Ferres) para conocerlo y tomar contacto con su persona. "Casanova variations" nace de la colaboración creativa del austríaco Michael Sturminger y el viejo John. Claro, se conocieron en la relativamente existosa "The infernal Comedy: Confessions of a Serial Killer" (2010) y desde allí, buscaron productores para avanzar con este proyecto, independiente y rupturista. Porque no encontrarán aquí una línea fácil de seguir en cuanto a la trama. Digamos que hay un esquema, el que les hemos contado, y a partir de ahí, cualquier cosa puede pasar. Iremos y volveremos desde lo temporal para ver escenas de distintos momentos en la vida de Casanova así como nos deleitaremos con interpretaciones de fragmentos de óperas (de Lorenzo Da Ponte y Wolfgang Amadeus Mozart) que aportan a la experiencia audiovisual. Pero recuerden que Malkovich no se tomará en serio en ningún momento (o se tomará demasiado, aún no logro captar esa intención) y Sturminger jugará fuerte: instalará el escenario en la sala misma donde se desarrolla la supuesta función. Todo es confuso pero intenso. El vestuario es magnífico y la fuerza que emana del film, también. Eso sí, lo que vean es una expresión libre y eufórica de lo que debería ser la vida del legendario Casanova. ¿Quieren seducción? Hay y de la buena. Tenemos una interpretación de la vida de este hombre acorde a sus excesos. Malkovich le habla a la cámara y nos grita su verdad, entra y sale de su personaje y discute sobre los valores de los hombres con un carisma fuera de lo común (el adentro y el afuera se articulan sin dificultad aparente por lo que no se extrañen de ver a Malkovich haciendo también de Malkovich, a la salida del teatro). Debo reconocer que la experiencia es extraña. Se que la disfruté, pero no estoy seguro de que sea un producto de fácil digestión para el público no acostumbrado a cintas transgresores. "Casanova variations" es potente y desconcertante, estridente y errática. Pero no puede negarse su originalidad. Tiene personalidad y si estás dispuesto a pasar por la experiencia... Probablemente hasta quizás te guste.
Me sorprendió bastante "Sully", del longevo y talentoso Clint Eastwood. La historia de aquel increíble descenso en emergencia de un aeronave averiada sobre el río Hudson, en 2009, es uno de los más increíbles sucesos de aquella década. Sin embargo, la historia que aquí se presenta y protagoniza Tom Hanks, es de las más aburridas que se recuerden, probablemente por nunca definir su rumbo, o sea el de jugar al telefilme didáctico o adoptar el documenntal falso. De por sí, los dos caminos que parece transitar "Sully" son de poco interés para el espectador corriente. Primero porque no es una historia de supervivencia pura, es más bien urbana y de recorrido corto (desde que se sale del aeropuerto hasta que sobrevienen la tragedia son unos minutos de vuelo) y después porque preocupa la falta de intensidad dramática del film. Sabemos que Hanks hace siempre roles medidos, acotados y sin desbordes. Es difícil sacarlo de su zona de confort. Y Eastwood no lo hace. Deja que su protagonista sea un hombre sabio, tranquilo, confiado y claro. Ninguna arista filosa ni acción incorrecta. Es un héroe blanco, admirable (digo, el piloto real) pero no genera interés ni empatía en la platea. Sus acciones no generan dudas, disputas, nada... Aaron Eckhart, su copiloto en la aventura de salvar a su avión de la destrucción total, tiene más sangre y autonomía de vuelo. Sin embargo, el guión no le da muchas chances de lucirse. Está estructurado de escenas cortas, donde la intensidad dramática no crece y sólo se desplegan razones técnicas de las acciones durante la emergencia. Porque en realidad, "Sully" más que la historia de la tragedia en sí, presenta la investigación posterior a la misma. Y entonces Eastwood juega con flashbacks y la calidez de Hanks para servir de anfitrión a tanto movimiento. No molesta, desde ya. La cinta se deja ver, pero como le cuesta ganar altitud. Queda ahí. Eastwood ha sido un gran director, y esta es una de sus más flojas realizaciones de los últimos años. Sin embargo, si tienen curiosidad por la historia (y no la conocen), y bancan al viejo tío Tom, puede ser visionada sin problemas. Si buscan un film vibrante e intenso, basado en una historia real increíble, "Sully", debo decirles, no es su película elegida. Discreta y olvidable.
Hace tiempo que vengo siguiendo los lanzamientos de MarGen Cine y en particular, de la carrera de Ernesto Aguilar. Cineasta que ha generado muchos films bajo la premisa de hacer productos muy económico en términos de realización, su habilidad reside en proponer escenarios austeros e instalar conflictos locales en él. En esta oportunidad nos llega un trabajo que ha sido exhibido en el BARS hace poco tiempo: "La gracia del muerto". Aguilar tiene cierta inclinación hacia el género suspenso/terror y ha probado su formato en varias ocasiones más (piensen que ya superado la barrera de los 16 largometrajes), siempre intentando sorprender con un enofque personal, muy de barrio, con personajes que evidencian una cotidianeidad colorida, aunque para los cultores del mainstream, parezcan simples aficionados. "La gracia del muerto" es una historia que parte de una premisa que roza con lo hilarante. Arnaldo (Carlos Benincasa) es un quintero de pocos recursos que vive solo. Cierto día descubre, preparando el terreno para sembrar, que hay un muerto en su jardín. Este cadáver tiene un aspecto extraño (maquillaje ahí!) y se parece a un vecino suyo, pero claro, ¿cómo va a ser eso posible? En este unvierso, lo es. Tanto como para que aparezca la mujer del muerto (Leticia Gonzalez Aranda) y le cuente la verdad: el que está dando vueltas por su terreno es su marido, a quien ella mató porque la engañaba. Pero gracias a su hábiles dotes de magia negra, lo ha transformado en un zombie para todo servicio. Y además, sabe como conseguir un dinero importante que podría servir...para arreglar las incomodidades de este desastre. Digo, tener un muerto viviente dando vueltas por tu casa, no es poca cosa... O si? De ahi en más, habrá un camino construído en base a mates, diálogos surrealistas con humor negro, y la explotación comercial del muerto. Mejor no pregunten demasiado. Como en trabajos anteriores de Aguilar, la espontaneidad es su mejor arma. Sin embargo, el absurdo que propone no funciona como debería, porque el zombie, carece de carisma y tiene poca participación real en el film. Cierta energía de campo contenida y el impulso de algunos deseos ocultos (exagerados, en función del guión), van estimulando un climax esperable, donde es fácil anticipar el final de la historia. En líneas generales, "La gracia..." no se aparta demasiado de lo que ya le hemos visto al prolífico cineasta. Tiene sus elementos característicos y su impronta independiente. Sí, nos hubiese gustado mucho más humor y tal vez, una exploración diferente de locaciones, con mayor protagonismo para el hombrecito que dio el mal paso. No puede decirse mucho más, excepto que como siempre decimos, este es un cine alternativo y de ruptura, que hay que tener en cartelera, más allá de lo que puedan decir los amantes de los productos tradicionales. Como nota de color, siempre el cine de Aguilar ofrece material para un público diferente.
Es difícil ingresar en el selecto grupo de los grandes de la animación. Entiendo perfectamente que los estudios independietes, tienen la tarea complicada para hacer frente a la cantidad de recursos de las majors del sistema. Lo saludable, siempre lo he dicho, es que sigan intentando superarse y ofrecer buenos productos. Hoy la cartelera se renueva con "Las locuras de Robinson Crusoe", corpoducción franco-belga que intenta terciar en este competitivo universo de films para el público menudo. Detrás de las cámaras un dúo con experiencia , Vincent Kesteloot y el belga Ben Stassen. El guión estuvo a cargo de Domonic Paris, y hay que recordar que los tres ya vienen trabajando juntos desde la última entrega de "Sammy"... Lo cierto es que el perfil de esta tripulación nos hablaba a priori de cierto apego por la calidad visual por sobre el ritmo y color de la narrativa. "The wild life" presenta entonces el escenario base de la historia que todos conocemos. Inspirada libremente en aquella novela clásica del inglés Daniel Defoe (que tiene sus añitos, claro), hay un naufragio, y una estadía en una isla exótica, donde el único sobreviviente humano (aquí hay un canino que lo acompaña), deberá modificar ese escenario para hacerlo un lugar donde pueda habitar y desarrollarse. Robinson desembarcará con los restos de la nave y le llevará un tiempito hacerse amigo de los animalitos locales, quienes lo miran, bastante asustados al principio, con admiración, luego. Pero como ya todos suponen, terminarán amigos y generando una linda asociación para poder vivir más cómodos en su isla. Tendrán un par de problemas. Pero les anticipo, nada demasiado grave. Y quizás ese sea el costado más débil del film. Si bien "Las locuras..." ofrecen mucha animación de la buena, en cuanto a lo que entrega desde lo técnico, lo cierto es que no sucede mucho y nada es divertido. Hay gags físicos y un par de escenas con mucho despliegue aéreo pero no demasiado. Aquí no hay grandes rivales que amenacen su mundo y las escaramuzas de sus enemigos (que no anticiparé aquí) inspiran más ternuras que emoción. El problema principal que presenta esta cinta es, sin dudas, el guión. La platea infantil se ríe, pero poco y los adultos miramos el reloj constantemente (y vieron que no dije el celuar, porque sino el pelado de Hoyts me tira con el otro zapato). Una buena intención, hecha en forma noble desde lo técnico, pero sin gracia ni voltaje. Algo imperdonable para una película que intente convocar a los chicos. En definitiva, esta es una cinta familiar, necesaria, únicamente si tenemos que llevar los peques al cine porque no hay un mejor programa. Yo iría a la plaza pero... Y si llueve justo ese día?
Se busca hombres maduros y rudos para ser héroes de acción. Ese parece ser el lema en la industria. Ya nadie se resiste. Digamos que desde "Taken" para acá, esa es la norma y hacia allí apuntan los productores. Esta vez le toca a Idris Elba, un británico muy conocido por sus series y trabajos en la BBC ("Luther" sin ir más lejos), quien se pondrá el traje de agente especial para resolver un problema bastante actual en la Francia de estos días: un atentado terrorista. James Watkins, quien dirigiera "The woman in black", es el responsable de hacer un decente film de acción. No desborda de ingenio pero tampoco se le puede discutir su correcto fluir narrativo, Elba es un recio ideal para este tipo de films, así que en principio, las condiciones están dadas para que los amantes del género la pasen aceptablemente. La historia es la de un carterista americano, Michael (Richard Madden), muy hábil, que le roba a una chica, Zoe (Charlotte Le Bon), una bolsa con un muñeco de peluche. Hasta ahí, todo normal. Pero claro, nosotros ya sabemos que en su interior se alberga un explosivo que detonará en un mal momento y en un lugar bastante sensible. Ya todos sabemos que en París, las cosas no están bien, así que el guión acierta en instalar un escenario complejo. Cuando estalle el atentado, Briar (Elba), un agente de la inteligencia estadounidense se ocupará de investigar que sucedió (su gobierno no quiere pecar de responsable siendo que quien es primero sindicado como autor del hecho es Michael) así como también grupos de alto entrenamiento locales, quienes tratarán de dar caza a los terroristas. Porque además, al día siguiente, es el Día de la Independencia para Francia, y todos aseguran que algo malo va a pasar. Y tienen razón! "Bastille day" como ya dijimos es un producto prolijo, tiene buenas persecusiones, hay disparos, atentados, coreografías decentes... Entretiene. Si lo tuyo es ver un film relajado, donde prima la acción y la velocidad, sin mayores pretenciones, entrá sin miedo. No defrauda.
Tate Taylor ("The help", nada menos), se pone al frente de una película de suspenso clásica, muy bien actuada y que es el vehículo ideal para ver la mejor versión de Emily Blunt a la fecha. Si bien el cast es sólido, ella descolla en su labor de alcóholica en una perfomance que si no llega a la nominación al Oscar, podría hasta ser injusta. La historia aquí, es la de Rachel (Blunt), una mujer golpeada por la vida. Su marido, Tom (Justin Theroux), la dejó, se casó con otra mujer, Anna (Rebecca Ferguson) y encima, tuvo una hija al poco tiempo. Las circustancias que llevaron a esa desintegración parten justamente del intento de la pareja para conseguir un embarazo y el fracaso del único tratamiento in vitro que podían pagar. La cuestión es que la separación, parece ser algo que Rachel no puede aceptar bien. Pasa sus días viajando en tren hacia Manhattan desde las afueras, y observando la vida de la gente rica en sus casas lindantes a las vías. En una de ellas en particular, verá a Negan (Haley Bennett), una joven que parece ser el símbolo de la felicidad. Tiene todo, al parecer un marido ardiente, Scott (Luke Evans), una casa hermosa y... bueno, el amor. Rachel tiene problemas. Bebe y añora una vida que ya no tiene. Y fija su atención en Negan... además de acosar a Anna y a su ex, Tom, por razones que iremos descubriendo a lo largo de la cinta. Como ya deben imaginar, algo malo le pasará a Negan, y cuando la policía comience a tomar contacto con lo que sucede entre Rachel, Anna y dos masculinos fuertes (Tom, Scott y sumamos al grupo a Edgar Ramirez en el rol de psiquatra), la trama se espesará y enturbiará de tal manera que no sabremos quien está detrás del posible crimen. Esta es una trama donde se respira incertidumbre, tensión, no exenta de una gran carga dramática, dado el conflicto que presente. No hay vidas ideales y hoy en día, estar casado y ser feliz parece ser más un anhelo que una realidad dentro del contexto de este encuadre. Blunt hace un trabajo descomunal, poniendo el cuerpo de una manera increíble a un gran personaje. Pero cuidado, el cast no se queda atrás. Las otras dos mujeres aportan mucho (es una revelación Bennett de principio a fin) y los hombres tienen la dosis justa de fuerza y misterio que este tipo de películas necesita. Nota también de aprobación para Allison Janney (gran comediante en otro rol aquí) y Lisa Kudrow que aportan secundarios ajustados, aunque con pocas líneas. En definitiva, "The girl on the train" es una película potente, intensa y que logra compensar sus desniveles (que los tiene, sobre todo promediando el metraje) que se hace fuerte en la química de sus protagonistas. Ofrece un voltaje primario, y sin dudas, satisface al espectador exigente que busca un thriller completo y atractivo. Muy buena.
Mientras el film cerraba, y veía los títulos finales correr en la pantalla negra, pensaba que era difícil a veces proponer o recomendar al público una cinta dramática en la que dos seres dejan de amarse y tienen que lidiar con el destino de sus hijos. Vivimos en una sociedad donde todos tenemos una importante carga de stress y que te propongan vivenciar la historia de una separación… Nunca es algo placentero de ver, por más que la película esté bien lograda e interpretada. Con el estómago apretado por lo que había presenciado en “Después de nosotros”, seguí preguntándome a la salida, porqué me había afectado tanto esta película. Y descubrí, rápidamente y sin demasiado análisis, que mi edad y la trayectoria de vida que tengo ya a mediados de mi cuarta década, me permite un proceso de inmersión en esta problemática, natural y espontáneo. Son situaciones por las que uno ha atravesado y que explicitan un hecho de nuestros tiempos: las parejas se separan jóvenes o pasadas cierta cantidad de años, las familias se disgregan y todo vuelve a comenzar en cada integrante. Luego salimos adelante. Pero el dolor de ese momento de destrucción de la pareja, de muerte efectiva del amor… es algo duro y que conmueve a cualquier individuo. Y muchísimo más, cuando hay hijos en juego. De esto habla el nuevo film de Joachim Lafosse, “L'économie du couple”. Una de las películas más emotivas que ví este año, un retrato crudo sobre la disolución de un matrimonio, en los tiempos que corren. En épocas donde el trabajo es difícil de sostener, separarse y romper alianzas no es un tema fácil, más allá de lo complejo y doloroso para los niños y el ex conyuge. Hay una complicación económica real que juega, y es que el miembro de la pareja que debe irse tiene no sólo que mantenerse, sino además pasar alimentos. Todo un desafío económico para los duros tiempos que corren. Aquí tenemos la historia de María (Bérénice Bejo) y Boris (Cédric Kahn), quienes deciden separarse. Ellos comparten una casa con sus dos hijas, pero el problema es que ella fue quien compró la casa donde viven, pero su marido, que es arquitecto en paro (sin trabajo) ha sido el responsable de las reformas durante todo este tiempo. Ya no hay amor entre ellos, y además, nadie quiere perder lo obtenido, con lo cual ámbos viven en esa casa, y tienen que coordinar horarios y actividades. Lafosse se dedica a generar en sus actores la confianza necesaria para montar el escenario perfecto de un naufragio. Logra mostrar con claridad el amor que ámbos padres sienten por sus hijos y la profunda tristeza que emana de sus actos. El film está plagado de pequeñas escenas donde el corazón se estruja y el pulso late más fuerte. Gritos, dolor, desencuentros… Bejo y Kahn se baten a duelo en un reducido ring (la casa) y nosotros somos testigos de esa lucha sin cuartel. “Después de nosotros” es una película de este postmodernismo que nos lastima, cuando tenemos que desempacar y volver a salir al ruedo. Cuando las relaciones se erosionan y desaparecen y los hijos reclaman unidad y cuidado a ámbos padres. Emotiva y bella, en el sentido fílmico, probablemente esta sea de las mejores cintas del año por su tratamiento dramático. Aunque no sea precisamente una caminata en el parque soleado, su pasaje. Excelente.