Una correctamente ejecutada producción con un Francella a la cabeza que sigue creciendo y sorprendiendo. Las películas de atracos siempre llaman la atención. Lo que las hace atractivas es el por qué se hace y cómo se preparan los atracadores para dar su golpe maestro. Pero lo que garantiza la compra del boleto es que dicho atraco esté a cargo de, pongámosle, personas poco o nada aptas para la tarea en cuestión. ¿Cómo está en el papel? El guion es sencillo: 1956. Perón planea exiliarse en Madrid. Para poder solventar este exilio uno de sus hombres de confianza, Landa (Daniel Fanego), vende las joyas que alguna vez fueron propiedad de Evita a un joyero madrileño. Si bien Perón ayudó a España después de la Segunda Guerra Mundial exportándoles trigo, el que sea excomulgado por la Iglesia le complica las cosas a su séquito. Como si esto fuera poco, la mujer del generalísimo Franco, una mujer que tiene la mala costumbre de “tomar prestados” los artículos de las más elegantes joyerías, mostró interés por las joyas de Evita. Sabiendo de su reputación, se pone en marcha un plan para recuperarlas a como dé lugar, para lo cual reclutará a Merello (Guillermo Francella) un otrora guardaespaldas de Evita y Miguel (Nicolas Cabré), un actor de vaudeville que no agarrá un arma en su vida. Con esta premisa el guion inicia su desarrollo, el cual no depara muchas sorpresas o vueltas de tuerca. Hay algunas situaciones de humor aun a pesar de que la película ya ha establecido su tono de seriedad. Estas mayoritariamente se dan en cómo el personaje de Francella debe soportar la inexperiencia del personaje de Cabré. Un tipo de humor que hace recordar en más de una oportunidad al de los Hermanos Coen en Fargo, Quémese Después de Leerse o El Quinteto de la muerte. Caben destacar dos cosas: Uno, el que a pesar de que los personajes sean militantes peronistas, es de apreciarse que dicho fanatismo quedará como un rasgo de personaje en vez de exacerbarlo al punto de volver panfletaria la película. Dos: La subtrama de los policías madrileños que investigan el atraco es tan rica que incluso suscita más interés que la principal, más que nada por la multidimensionalidad que se les da. Cosa que no pasa seguido. ¿Cómo está en la pantalla? A nivel técnico se destaca la fotografía de David Omedes, la dirección de arte de Edou Hydallgo, y claro está la siempre efectiva música de Federico Jusid que últimamente le da otro valor a las películas nacionales. A nivel actuación brilla Guillermo Francella, rectificando la solidez que tanto tiempo nos costó descubrir. Su Merello es un personaje entrañable y la manera sincera en la que él le da vida es el mejor justificativo para pagar boleto. Fanego tampoco se queda atrás y ejecuta bastante bien un personaje tiene más protagonismo que el que la película parece darle. No se puede decir lo mismo de Nicolas Cabré ya que parece insistir en la interpretación de neuróticos, y acá eso le juega demasiado en contra; incluso para las escenas románticas. Conclusión Un cuento bien contado, muy bien actuado y de impecable factura técnica. No va a pasar a la historia pero cumplió con lo que se proponía dentro del tono al que se encaminaban y el clima en el que se quisieron meter. Disfrutable.
De la mano de uno de los creadores de Mercano: El Marciano llega una bizarra comedia animada. ABSURDO Si bien Mercano el Marciano fue una creación de Juan Antin, fueron las sencillas ilustraciones de Ayar Blasco quienes le dieron vida. Fue este antecedente lo que me levantó una ceja de interés por esta película, pero la chispa que hizo que fuera a la privada con mucha expectativa fue por dos cosas que leí en el dossier de prensa que estaba adjuntado a la invitación: Primero, que entre su reparto de voces figure el legendario Dr. Tangalanga. Segundo, que el realizador haya dicho que si bien mantuvo el estilo de ilustración que tan buenos resultados le dio con Mercano el Marciano, se vio también influenciado por animaciones hilarantes y muy simples en su procedimiento tales como South Park, Beavis & Butthead y Alejo & Valentina (ya era hora de que alguien reconociera al grosso de Szykula). La película que nos compete es una comedia apocalíptica que se inscribe con seguridad dentro del terreno del absurdo. APOCALIPSIS BUENOS AIRES El argumento de la película es bastante sencillo: Después de una hecatombe generada por el poder político, Buenos Aires se vuelve un desierto apocalíptico digno de Mad Max. Los sobrevivientes que quedan surcan la tierra en busca de sobrevivientes. Con esta premisa se suceden una seguidilla de peripecias del más extremo humor bizarro con este objetivo en mente. Aunque la primera mitad pasa volando por las situaciones de comicidad, la película decae en su segunda mitad, pero como no es lo mismo que te falten 30 minutos para terminar a que te falten 60, se las arreglan para mantener una comicidad justa y necesaria. ESTA ES LA VOZ Las voces suman muchísimo a la cuestión y dotaron de una enorme credibilidad a una animación que si bien tuvo resultados probados con éxito, se necesita de buenos interpretes para olvidar que estamos viendo garabatos. Con esto aclarado, los trabajos de voz que se roban la película son sin lugar a dudas los del Dr. Tangalanga y Sofía Gala Castiglione. ACIERTOS A nivel técnico, es increíblemente aplaudible como lograron tanto con tan poco. Nos recuerda que el cielo que puede tener como limite la animación, en oposición a lo que puede costar reproducir lo mismo en live action. Blasco tiene un buen pulso narrativo y se nota que la pasó bien haciendo esta película; yo también al verla. Su pulso fue tan acertado que cuando cometió un pequeño error con la grabación de las voces de los personajes y que se nota en pantalla, encontró la manera de revertir este error a su favor y trajo como resultado no solo la risa más grande de la película, sino un sentido aplauso del público. Solo una persona de mucha pericia puede conseguir ese resultado. “Lo que es un error para una persona, es una obra de arte para otra” diría Robert Rodríguez. CONCLUSION Con medios prácticamente magros, Ayar Blasco crea un compendio más que disfrutable de situaciones humorísticas en un escenario peculiar. No es una obra maestra, pero me queda claro que si Blasco saca otra película, la voy a estar esperando.
Una película que aunque de comedia tiene solo la premisa está bastante bien armada. El dilema de los hijos. Un tema que ha sido tratado incontables veces en el cine y que sin importar cuál sea el género, adquiere ribetes trágicos. El año pasado se estrenaron dos comedias en carteleras sobre dos parejas que deciden ser “amigos con derecho a roce”; o sea mantener un vínculo íntimo constante sin vincular al romance. La película que nos compete parte de la misma tesitura solo que cambia al sexo por una de las consecuencias directas del mismo. ¿Qué cuentan y cómo lo cuentan? A nivel guión, debo decir que esta película si bien tiene la premisa de una comedia romántica no se desarrolla como tal. Lo que no quiere decir que sea malo. Toma un tema y lo desarrolla: En este caso, la necesidad no solo de tener hijos, sino el dificultoso objetivo de traerlos al mundo y criarlos en un ambiente de amor. Que está ahí cuando llega la criatura, pero que corre el peligro de desaparecer entre quienes la concibieron. Los personajes deciden darle amor a un hijo pero sin perder la platónica y profundamente afectiva amistad que los une. Y esta tesis es la que da a la película un leve atractivo: Si la idea es tener un hijo dentro de una familia con amor, ¿Dónde está escrito que el amor de quienes lo conciben debe ser exclusivamente romántico? Pero ¿Por qué llamar a esto comedia? Tiene la premisa de una comedia, hay algún momento que otro que te saca una risita, hay respuestas irónicas, pero no es una comedia. Lo que le resta puntos a la película es que la pareja no pasa por ningún conflicto real. Salen airosos del desafío desde el vamos, y no es hasta el 3er acto que empiezan a surgir los conflictos y adoptan una resolución que es lo única característica que tiene de una comedia hecha y derecha. Hasta los conflictos que tienen con las parejas con las que salen por separado (Megan Fox y Edward Burns) están tratados superficialmente. El que los padres de los protagonistas estén involucrados pudo haber traído a la mesa un conflicto más que interesante; pero como son presentados aquí, se podía haber prescindido completamente de ellos. A nivel técnica, no hay nada que decir, los rubros están puestos al servicio de contar esta historia, resaltando lo mejor de las interpretaciones. Nada más. Altos Actores A nivel actuación la pareja protagonista, Adam Scott y la guionista-directora de esta película, Jennifer Westfeldt, entregan una química creíble que se palpa en todo momento y con los diálogos justos la historia previa que une a sus personajes; lo que lleva a buen puerto la película pero sin ir más lejos. Hay muy buenas actuaciones de soporte de Maya Rudolph y Chris O’Dowd (de The IT Crowd) pero no pasan de ahí. Jon Hamm y Kristen Wiig (protagonista y guionista de Bridesmaids) están casi de adorno hasta el 3er acto de la película donde sus personajes terminan por dar solidez a la tesis que propone la película. Pero me permito hacer una pequeña nota al pie para destacar que el Sr. Hamm, a pesar de su poca presencia, nos convence nuevamente que es un personaje de esta película y no una versión aggiornada de Don Draper, su personaje de Mad Men; la manera en la que con cada título cinematográfico consigue exitosamente alejarse del personaje que lo encumbró, habla muy bien de su versatilidad y su rango como actor. Conclusión Una película correcta en su concepción y ejecución. No hay muchas risas pero toman un tema y lo exponen lo suficientemente bien para que el espectador se aguante los 107 minutos de su duración.
Commedia all’italiana estilo Woody Allen Soy un seguidor de Woody Allen, me siento identificado con casi todos los personajes de sus películas; con el neurótico comediante Alvy Singer de Annie Hall, con el obsesionado Elliot de Hannah y sus Hermanas, el cinéfilo que busca desesperadamente el amor en Play It Again, Sam, con el nostálgico director de cine Sandy Bates de Stardust Memories y el igualmente nostálgico guionista Gil Pender de Medianoche en Paris (Oscar merecidísimo al Mejor Guion Original que me arrepiento de no haber visto en el cine). Su reciente opus aunque mantiene algunos de los quintaesénciales personajes que nunca faltan en su filmografía, se anima a narrar cuatro comedias de enredos que emulan a la perfección las grandes comedias italianas; al punto tal uno debe recordar que está viendo una película del maestro. La Tanada A nivel guion, esta es la primer comedia de Allen desde Todo lo que usted quiso saber sobresexo pero no se atrevió a preguntar (la única adaptación que dirigió Allen) en la que trata varias historias diferentes. La cabal diferencia entre ésta y la anterior es que en el filme de 1972 las historias van por turnos como si se tratara de un libro, y en esta Allen armó cuatro historias perfectamente desarrolladas que si bien podrían haberse narrado una a la vez, el que hayan sido mezcladas no afecta nada al disfrute del espectador. Son cuatro cuentos muy bien contados y con instancias cómicas que dejan un subtexto sobre la insatisfacción que a Allen tanto le gusta dejar en claro. Los segmentos que se roban la película son indudablemente los de Roberto Benigni como un oficinista que se encuentra inesperadamente con la fama (y por ende con los Paparazzi) y los del propio Allen como un director de ópera retirado que encuentra un tenor de primer nivel en su futuro consuegro; el problema es que solo puede hacerlo bajo la ducha (como todos nosotros; vamos, háganse cargo). Los otros dos segmentos son un poco más flojos pero salvados por los personajes carismáticamente desarrollados de Alec Baldwin en uno y Penélope Cruz en otro. El Resto A nivel actuación dio gusto ver al maestro Woody interpretando a su arquetípico neurótico, inseguro y con temor a los aviones. Me encanto ver a Jesse Eisenberg más allá de Mark Zuckerberg, aunque creo que era muy joven para el rol que encaraba. Lo mismo va para Ellen Page. Alec Baldwin se roba la película como un arquitecto exitoso, que sirve como una suerte de mentor del personaje de Eisenberg. Penélope Cruz entrega a una prostituta con corazón de oro, recordable a la Mira Sorvino de Poderosa Afrodita (también de Allen), que en más de una ocasión me hizo pensar “Bardem, you lucky S.O.B.” Pero el que diría que se roba la película es el querido Roberto Benigni, que bajo la dirección de Allen uno se olvida que fue el mismo tipo de La Vida es Bella y el fiasco de Pinocchio. Allen le dio un muy necesitado RPC a su veta cómica y demuestra, que con un buen personaje (como su Leopoldo Pisanello) y una historia sencilla, Benigni consigue un factor identificatorio con el espectador que más de un actor (incluso los que ganaron un Oscar como él) quisiera tener. De la técnica no puedo decir mucho más que una buena fotografía que más allá de su paleta otoñal no atrae más atención sobre sí misma de la necesaria, hay poca cobertura de planos y cuando no, solo un plano general con zoom; cosa a lo que Allen nos tiene acostumbrados. Eso sí, quiero destacar la música original; cosa rara en un film de Allen ya que casi siempre se inclina por el Jazz (música que él toca) o la Ópera para musicalizar sus películas. Pero lo movedizo de la partitura ayuda mucho a subrayar las cómicas acciones de la película. Conclusión Aunque cabe decir que los incondicionales de Woody disfrutaran de este nuevo título, los que no lo son tanto podrían querer echarle una mirada; sobre todo los que son versados en comedia italiana de las que se hacían en los ’60s y ’70. Es un Allen similar, pero a la vez distinto.
Una animación que entretiene con creces a pesar de sus inconsistencias narrativas. Si hay algo que podemos apreciar de todo esto, es que Madagascar se convirtió en una saga sin darse cuenta. La historia de estos animales en cautiverio que se encuentran con una inusual libertad por obra y gracia de los deseos de uno de sus protagonistas, era algo que imaginábamos tendría resolución para la primera película. Pero aunque los guiones nunca fueron ingeniosos, si lo fueron en encontrar maneras de demorar el regreso de los personajes a la Gran Manzana. Aunque, la verdad sea dicha, ese chicle no se podía estirar más y en esta película se nota. No obstante aquí la comedia se hizo más presente que en las tres entregas anteriores. ¿CÓMO ESTÁ EN EL PAPEL? El guión es todo trama, nada de tema y exige una suspensión del descreimiento enorme por parte del espectador. Las situaciones cómicas están tan logradas que el espectador va a estar muy ocupado riéndose para notar cualquier bache de verosímil, los cuales son grandes incluso para un género que siempre fue poco exigente en este apartado. Los pingüinos prácticamente se roban la película, muchas veces a expensa de los protagonistas que no están tan desarrollados ni otorgan tanta profundidad. Si buscan la misma, la encontraran en los integrantes del circo que acoge al cuarteto de cuadrúpedos. Cabe destacar que su peculiar villana, a pesar que en muchas ocasiones llega a ser una parodia del T1000 de Terminator 2, le otorga algo que a esta saga le faltaba desde hace mucho: Una antagonista fuerte y desarrollada. Sabemos de donde viene, sabemos su determinacion y sabemos que no va a parar ante nada para conseguir su objetivo; como corresponde a un buen villano. ¿CÓMO ESTÁ EN LA PANTALLA? Técnicamente la película está muy lograda. Buen balance de colores cálidos y de sombras; más lo primero que lo segundo, teniendo en cuenta la temática circense que predomina la trama. El 3D está bastante logrado, no para recomendar su visionado en este formato, pero sí para decir que está bastante por encima de la media. Hay un espectáculo circense en el tercer acto que haría que el Cirque du Soleil vomite de envidia, y a quienes, de paso cañazo, burlan en algún momento del metraje. CONCLUSIÓN 85 minutos que pasan volando a pura carcajada. Los chicos la van a disfrutar. Los grandes no se van a aburrir. Dreamworks Animation no es Pixar; no tiene su profundidad. Ellos siempre apuntaron más a la risa que a la solidez y, a pesar de eso, uno no puede dejar de reconocer que en esta época de tráileres rimbombantes que ––más seguido que no–– resultan ser promesas vacías, da gusto ver que una película cumpla con lo que se propone por mínimo e indispensable que sea su objetivo.
Una desmitificación que con un guion justo y necesario es llevada adelante por un excelente reparto. Cinéfilos o no, todos sabemos del mito de Marilyn Monroe. Más de uno tiene grabada en la cabeza esa escena emblemática de La Comezón del Séptimo Año de Billy Wilder (el maestro siempre presente), donde a Marilyn se le vuela la falda al pararse sobre la rejilla de un subterráneo. Más de uno también recordará su affaire con el Presidente John F. Kennedy. Pero estoy seguro que pocos conocen de la inteligencia y el talento actoral al que aspiraba Marilyn. Cuando más de una en la actualidad se conformaría con ser una bomba sexual y extenderlo hasta que el cuerpo les pase la inevitable factura, Marilyn quería ser una actriz del método, a la altura de las grandes intérpretes de su generación. La presente película es un ejemplo de esa desmitificación. COMO ESTA EN EL PAPEL Ya hubo dos biopics para la televisión, ambas sobreactuadas y sobredramatizadas. Pero yo creo que el guion de esta película, aunque no es el mejor, es bastante decente. La estructura se sostiene en lo justo y necesario y, a pesar de que tiene los puntos de giro casi de adorno, no puedo decir que es un guion mal trabajado, pues les dio a los actores una buena base para encarar sus personajes. Aunque estamos hablando de una adaptación, fue un acierto apostar por el punto de vista de alguien que formó parte del entorno de Marilyn, más que apostar a contar toda la historia y cometer un error más grosero que el de los antecedentes televisivos. O sea, es un trabajo mediano a nivel estructura; muy buen trabajo a nivel personaje. COMO ESTA EN LA PANTALLA A nivel técnico lo que más se destaca es la fotografía. Y dentro de la misma, la iluminación sorprende más que la composición de los cuadros. Las escenas con Marilyn brillan a pesar de estar sumidos, emocionalmente hablando, en la más profunda de las oscuridades. La música está en su tiempo justo y subraya decentemente no tanto las acciones, sino las emociones de los personajes. ALTOS ACTORES El talento actoral es lo que hace que esta película valga la pena. Kenneth Branagh aunque no se parece en nada a Laurence Olivier, lleva cabalmente el rol de un actor y director que se frustra con esta estrella. Una frustración producto del enorme resentimiento y a la vez la enorme admiración que tiene por Marilyn. Judi Dench, una de las grandes damas inglesas de la actuación, entrega una gran performance. Emma Watson, si bien tiene un papel pequeño, prueba con creces que hay vida después de Hermione Granger. Pero en quien me quiero detener es en Michelle Williams. Quiero aclarar que hasta esta película, la señorita Williams no era santa de mi devoción. Creo que es una intérprete adecuada y su rol de querida del cine independiente está terriblemente sobrevaluado. Pero en lo que a su trabajo en esta película refiere, me veo obligado a establecer que ella traza a grosso modo la enorme diferencia entre “hacer de” y “ser” un personaje histórico; cosa que es fundamental para que el espectador te crea, y por ende, te banque a lo largo de 1 hora y 40 minutos de película. Williams no hace de Marilyn, Williams ES Marilyn. Te creés que es la Monroe desde el primer fotograma hasta el último (literalmente es así), y eso no puede ser otra cosa que una interpretación cuidadísima y extensivamente preparada. El trabajo de Williams alcanza solidez en los momentos más íntimos de la película, donde te percatas que esto es más que una mera imitación del icono. Una interpretación que conmueve y sorprende a tal punto que te dan ganas de agarrar a todos y a cada uno de los miembros de la rama actoral de la Academia y darles un violento sopapo vuelta y vuelta cual Homero a Ned Flanders cuando dice Estamos perdirijillos diciéndoles: “Meryl Streep? Meryl Streep, Hijo de Mil P…? Entiendo que sea una institución actoral, pero la mina ya tiene dos Oscares; no necesitaba un tercero, y menos por una m… como fue La Dama de Hierro. Ni ella se lo pudo creer” Pero hablando en serio, el que vea la peli se va a dar cuenta que si Williams tenía que ganar por alguna de las tres nominaciones que ya tenía, lo merecía por esta. Ganadora Moral absoluta del rubro. CONCLUSION Aunque con un guion adecuado y una técnica sobria, la performance de los intérpretes es lo que consigue que esta película parezca lograr más allá del promedio, cuando en realidad lo alcanza en lo justo y necesario. Disfrutable, pero recomendable para los fanáticos de Marilyn. Si ella viviera para ver lo que Michelle Williams hizo con su vida, se sentiría orgullosa, por no decir redimida.
Armando Bo, guionista de Biutiful, se tira al ruedo con una ópera prima que aunque lograda desde lo emocional, no llega a enganchar. La figura de Elvis Presley es, para más de un melómano, el epitome y ejemplo paradigmático de lo que es el estrellato en el Rock N’Roll. En la Argentina no cobro mucha difusión sino hasta llegados los años ’90 y porque una leyenda nuestra, Sandro ni más ni menos, admitió haber hecho sus primeras armas imitando a este hombre llamado durante mucho tiempo El Rey. Era un tipo con un sentido del espectáculo descomunal, que se dejaba la vida, la voz y el cuerpo en el escenario. Una devoción que reflejan los miles de imitadores que circulan alrededor del mundo. A nivel guion tenemos una película que tiene un claramente desarrollado objetivo emocional. Este muchacho desde que empieza la película tiene a Elvis en la cabeza y el corazón, a tal punto que uno ve que la locura es inevitable. Uno siente el descenso en el que está metido y su intención de interpretar este “show” hasta el final. Pero señores, a pesar de este merito, el guion falla y falla por que el objetivo argumental, cuya función es tirar palos en la rueda al emocional, es cuando no corto, nulo. La estructura se fue demasiado en introducir al personaje, y lo parecido que canta como Elvis ––por lo que la intención de contratar a un imitador parece clara desde el vamos––. Se les va tanto la mano, que el conflicto principal está prácticamente de adorno y era interesante: Un tipo que debe elegir entre ser Elvis y ser un buen padre. Hay escenas con la hija y la madre que proveen una base, pero no la profundizan. Pecaron de sutiles y la metáfora les tapo el contenido. A nivel técnica tenemos una fotografía en 2.35:1 (Cinemascope) de composición sobria. Con sombras y luces ambarosas, como si el personaje estuviera en el escenario en todos los aspectos de su vida. Los movimientos de cámara son en muchas ocasiones innovadores, pero perdieron puntos en este departamento cuando intentan disfrazar muchas veces una evidente cámara en mano como un travelling. Las puestas son justas y necesarias, ricas en primeros planos, que encuentran un cómplice adecuado en el montaje. El trabajo de sonido también merece mucho mérito. A nivel actuación, John McInerney ––un arquitecto que es imitador de Elvis en la vida real–– borda el papel decentemente. El tipo toma algo que conoce muy bien y lo interpreta instintivamente. No es para decir que es una excelente actuación, pero bastante por arriba del promedio que la mayoría de los crooner que intentan actuar. Si bien no se parece a Elvis ni siquiera en las patillas, tengo que reconocerle que la polenta y la voz que le pone al cantar las canciones de El Rey no pueden ser ignoradas y se lleva al hombro de un modo espectacular no solo las canciones que interpreta en escena sino de cuando aparecen en la banda sonora. Sus escenas con la nena que hace de su hija (Margarita López, no será una revelación, pero la chica promete) están entre lo más alto a nivel interpretativo. Griselda Siciliani no se luce, y no es por que interprete mal, todo lo contrario; debe lidiar con un personaje que en para ser tan intenso, su desarrollo en el guion es tan breve y tan poco confrontativo, que su interpretación estaba mejor en las manos de un actriz X. Conclusión: Aquí tenemos una película que desarrolla muy bien un personaje complejo. Virtud destacable si las hay; cuando casi siempre se da el caso inverso en la mayoría de las películas. Pero esa virtud no alcanza para salvar a la película de lo que es, no un conflicto débil, pero superficialmente tratado.
Una película que si bien no es apta para impresionables, cuenta con una interpretación brillante a cargo de Michael Fassbender. Días Sin Huella de Billy Wilder, fue la primer película en retratar seriamente el alcoholismo. El Hombre del Brazo de Oro de Otto Preminger hizo lo propio retratando la drogadicción. Pero de la adicción al sexo, cosa que no fue reconocida como tal hasta entrados los 90’s, nuca tuvo una película que retratara como corresponde los efectos que esa adicción tiene en la vida de quien la padece. En materia guion aplaudo a Steve McQueen (no confundir con el actor de Bullitt) y a su guionista Abi Morgan (en un salto de calidad tremendo respecto de La Dama de Hierro), porque la estructura y el desarrollo de los personajes denota una extensa investigación sobre el tema. Cualquier otro guionista se hubiera limitado a mostrar al personaje principal tener sexo con muchas mujeres, y eso hubiera bastado. Pero no, eso es apenas un aspecto, se animan a mostrar a un hombre cuya adicción al sexo tiene un rol tan protagónico en su vida, que muchas veces no necesita de otra persona para practicarlo. Claro que una vida tan “descontrolada” tenía que tener un palo en la rueda, sino no habría película, y los guionistas lo han dejado en manos de la hermana menor del protagonista, una chica notoriamente depresiva y dependiente emocionalmente, que obliga al protagonista lentamente a sincerarse respecto de su adicción. El guion es sólido en materia de subtexto, muchas escenas que están entre lo mejorcito de la película no usan palabras en lo absoluto (Atención a las escenas con el personaje de Michael Fassbender en el Subte), y sin embargo llegan a comunicar millones de cosas. Sobre todo, cosas del pasado de los personajes, insertadas de un modo tan sutil que cuando la información te llega al cerebro sabes porque les pasa lo que les pasa y porque se comportan como se comportan. En el aspecto técnico, tenemos una paleta de colores mayoritariamente fríos, pero que pasan a la calidez en momentos muy puntuales de la película. El montaje es todo un desafío a la paciencia, ya que deja pasar segmentos muy largos antes de animarse a dar el corte. El trabajo de cámara en 2.35:1 está también muy logrado y con un muy elaborado sentido de la composición. Sobra destacar que el trabajo del diseño de sonido es también excelente; metiéndonos dentro de lo que piensa el personaje de Fassbender, oímos lo que el oye, en su departamento, hasta la música que el escucha cuando sale a trotar por la noche. En materia actuación, Carey Mulligan entrega una interpretación muy creíble y a la altura del desafío. La chica sabe comunicar lo que siente el personaje con pocas palabras, y cuando no con gestos. Atención a la escena donde canta New York, New York. Uno no puede evitar sentir lo que pasa por la cabeza de la chica cuando entona la legendaria canción de Frank Sinatra. Si uno escucha muy de cerca el tono, la manera en la que confunde la letra, y sobre todo la tristeza con la que comunica la canción, uno se termina percatando que de la mano de la letra ella esta contando los temas de la película. Esta película para nada sería lo que es sin el extraordinario actor que McQueen encontró en Michael Fassbender. Más allá del evidente logro estético que es la película, Fassbender se lleva la película el hombro. El nivel de expresividad que tiene el tipo no tiene parangón, la manera en la que el tipo trabaja el personaje, sin prisa pero sin pausa, es un ejercicio de actuación que no merece otra cosa más que admiración. Esto alcanza su punto álgido en el tramo final de la película. El mérito aquí es doble porque no cualquiera se anima a dar vida a un personaje de esta naturaleza, sobre todo en sus momentos más oscuros que es donde se puede ver en toda su naturaleza la “Vergüenza” a la que alude el título. Conclusión: Con base en un guión sutilmente solido pero intenso en el tratamiento de sus temas, e interpretaciones que no son otra cosa que excelentes por llevar más allá del buen puerto algo que es todo un desafío, Shame es una película de imágenes fuertes y ritmo pausado. Aquellos que sean impresionables o impacientes son capaces de hacerla a un lado. Pero si son pacientes y capaces de superar su impresión, se encontraran con una película que consigue con creces lo que solo un puñado consiguen: Que un film meramente temático quede arraigado en la memoria del espectador por la intensidad de unas emociones que más de uno tiene o ha tenido y se ha visto identificado con ellas.
La cuarta entrega de la saga American Pie llego a los cines y entrega 113 minutos de pura risa, reviviendo momentos nostálgicos de la saga. En 1999, un cuarteto de adolescentes lujuriosos vinieron para tomar la posta de otra legendaria comedia con el sexo en la secundaria como tema, o sea Porky’s. Quien diría que 13 años y cuatro películas mas tarde esa tradición seguiría intacta. La razón por la cual creo American Pie prevaleció más allá del humor escatológico que los caracterizo es el hecho de que subyacentemente trataba lo difícil que es dejar ese momento de nuestras vidas donde todo parecía más fácil y empezara a adoptar responsabilidades, pero sobre todo dejando en claro que esta en nosotros hacer el esfuerzo de que dichas responsabilidades sean parte de nuestra vida más que un todo. PRESENTE El guion de la película no será el mejor en años pero está muy decentemente armado y debo aclarar que, como corresponde a una buena secuela, se enganchan lo justo y necesario de las películas anteriores así los que no la vieron no quedan desenganchados. Las situaciones cómicas están muy bien esgrimidas y no paran de caer, una detrás de la otra, como un efecto domino por lo efectivamente hilarantes que pueden llegar a ser. De la técnica, no voy a indagar mucho. Los directores apuntaron a no hacer cosas raras con la cámara o redescubrir el lenguaje, se limitaron a hacer una cobertura simple y coherente que refleje el guion que escribieron. A nivel actuación, creo que lo que dijo una vez una propaganda de Sprite lo expresaría mejor: “Tas Iguaaaal”. Todos se desempeñan del mismo modo que venían encarando las producciones anteriores. Aunque debo decir que el paso de Allyson Hannigan por How I met your mother se nota. Todos explotan la veta cómica con la que fueron bendecidos y no decepcionan. Sobre todo Seann William Scott y su legendario Stifler que robo más de un aplauso del público. CONCLUSION Por cumplir con todas las expectativas (y mas alla) que se depositaron en ellos. Porque no hubo un solo momento que quien esto escribe no se haya reído junto con toda la sala. Porque yo, junto a toda esa sala, hemos APLAUDIDO A RABIAR más de una escena o una interpretación. Y porque fue una experiencia cinematográfica, que aunque no va a ganar un Oscar o el primer puesto a la película más taquillera de este o cualquier año, valió lo que se pago por verla (lo que es decir mucho en un tiempo y lugar donde la entrada sale $40 quatloos). Dirán que soy precipitado y el árbol no me deja ver el bosque, pero la experiencia y el buen rato fueron mas fuertes que cualquier análisis cinematográfico que se le pretenda hacer a la película. Por sus logros, hay que reconocerla como lo que es: Como una ALTA PELI
Considerando quien es el autor a quien esta película inspira, he decidido hacer la siguiente reseña en forma de rima. Un día de marzo Mientras me cercenaba la cutícula Me llego un mensaje del editor diciéndome Que vea esta película. Empezó con la introducción del Lorax Un bigotón y simpático enanito Hablando en un notorio spanglish ¿Che, esa voz no es de Danny DeVito? La película a nivel guion Es sin vueltas y al punto Salvo una pequeña inconsistencia Que casi echo a perder todo el conjunto. Hare un pequeño paréntesis Si me permiten que discrepa Ya que retratan al malvavisco Como algo parecido a la pepa. En el rubro dirección La acción se narró con destreza y empeño No será una obra maestra Pero tampoco caí en el sueño La animación es generosa Te mete dentro de la acción No puedo decir lo mismo De su tercera dimensión Por tanta rima ridícula No pretendo perder su atención Así que con su permiso Les adjunto mi conclusión Los niños disfrutaran este film A los adultos les parecerá entretenido Ni en p… pasa a la historia Pero tampoco es aburrido. Al pie de esta reseña Yo adjunto mi puntaje Saludos a todos, En caso que el editor me raje.