Los minions son esas extrañas criaturas indestructibles que han existido desde la vida misma. Son criaturas cuyo único propósito en la vida es servir al villano más malo que puedan encontrar, y cuando no están sirviendo a alguien, su existencia parece condenada al fracaso. Los conocimos en el 2010, cuando Universal estrenó Mi Villano Favorito, y de inmediato se convirtieron en los favoritos de muchas personas (no necesariamente niños). Por ello, después de la segunda parte, que seguía siendo un éxito sobre todo a estos personajes, decidieron sacar su "spin-off" sobre su propia historia, y de su aportación a la humanidad a lo largo de los años. Como película para niños, no hay que buscar mucha lógica. Tres pequeños son seleccionados para encontrar a un nuevo villano y salvar a su población de la desesperación y el tedio. Scarlett Overkill, la mejor villana del mundo es seleccionada, y con su torpeza e ingenuidad, son capaces de llevar a cabo obras que ni los mejores villanos han logrado. Pero cuando todo sale mal, se verán obligados a salvar su vida y la de toda Inglaterra. Es entretenida y disfrutable para los pequeños. Quizá no tanto para los adultos, a quienes sólo les gustará el soundtrack, lleno de rock clásico inglés. La intención es divertir a los amantes de las criaturas amarillas, y dado el éxito comercial y mercadotécnico, parece que lo lograron. No esperamos ver al filme entre lo más exitoso del año, pero cumple aquello para lo que fue hecho: entretener por hora y media a los más pequeños de la casa.
Cuando anunciamos la quinta parte de una franquicia, lo primero que se nos viene a la cabeza es: más de lo mismo. El dinero mueve a la industria y mientras un filme consiga (al menos) triplicar lo invertido, los productores seguirán haciendo quintas y sextas partes de historias que sólo repiten la misma fórmula. Pero MI ha logrado lo imposible. Desde la tercera parte, bajo el mando de JJ Abrams, daban señales que no todo estaba perdido. Protocolo Fantasma, bajo el mando de Brad Bird demostró que el cine de acción podía sorprender y formar buenas historias, y ahora, la quinta entrega, dirigida por Christopher McQuarrie, lo hace una vez más. Ethan Hunt (Cruise) recibe la peligrosa misión de descubrir, exponer y eliminar al sindicato, una agencia anti FMI que según los archivos oficiales, no existe. Ante la disolución de la FMI (Fuerza Misión Imposible), Hunt deberá trabajar sólo y cumplir su misión antes de que le cueste la vida a él y a sus amigos. Con escenas excelentees y llenas de adrenalina, cuya punta del iceberg es la famosa escena del avión, desde el inicio el filme corre lleno de adrenalina y maneja inteligentemente los altibajos, sin dar lugar al aburrimiento. Los giros de tuerca son interesantes y mantienen al espectador al filo de su butaca. Si bien a veces pareciera un poco exagerada la omnipresencia y omnipotencia de Hunt, Cruise puede con el protagonismo, pues al fin y al cabo la historia es de él, y deja a los secundarios como un excelente soporte, luciendo junto con él en todo momento. Después de la quinta entrega, es sorprendente que cada misión imposible se siga reinventando a sí misma. Que no canse, que no aburra, y que logre ser mejor que otros filmes de acción. Que no exponga todos sus secretos en un mundo en que no hay lugares oscuros para el internet. Que no abuse de los efectos especiales en un mundo donde todo se hace con dobles y por computadora, y sobre todo, que haga al espectador pedir por una parte más,
El universo expandido de Marvel sigue creciendo. La más reciente adición es Scott Lang, un ladrón que conoce una segunda oportunidad que le brinda Hank Pym en la búsqueda de detener el avance de Hydra por hacerse con un traje que ha recreado la partícula Pym, una sustancia que le permite a la materia orgánica cambiar de tamaño. En el proceso, Lang deberá encontrarse así mismo y conocer la oportunidad de ser un héroe para su hija. En cuanto a historias de origen, parece que ya nos han contado todas: persona que hizo algo malo busca la oportunidad de redimirse. Y cuando se encuentra en una situación difícil, sus seres queridos lo salvan del peligro aprendiendo a convertirse en héroe. Lo que lo hace diferente en este caso, es el toque de comedia, provocado por esa imposibilidad de ver lo pequeño y que cae en muchas situaciones fuera de lugar, por el carisma del mismo Paul Rudd (Lang) y por supuesto, la presencia del compañero que, sin super poderes, es quien aporta el otro toque de gracia. Y si, justo al igual que Guardianes de la Galaxia, Ant Man encuentra su sello particular en esa comedia (quizá por momentos un poco pesada) y en la capacidad de su protagonista de creer lo que está haciendo y tratar de que encogerse y salvar el día parezca lo más natural del mundo. Honestamente, después de La era de Ultrón, necesitamos un recordatorio de que Marvel sí es capaz de hacer las cosas bien. Quién sabe qué hubiera pasado si la versión de Edgar Wright hubiera llegado al cine, pero para los que conocemos los trabajos previos de este director (Scott Pilgrim, Shaun Of The Dead y hasta Hot Fuzz) reconocerán su sello en muchas de las secuencias, especialmente en las más comiqueras. A pesar de todos los problemas que atravesó su producción, Ant-Man cierra la fase dos de una manera muy digna, con una historia ligeramente diferente a la de los cómics originales pero dejando la puerta abierta a muchas cosas mas, y sobre todo, dando la bienvenida a la fase 3 con la segunda escena final.
En la actualidad, ser gamer significa haber llegado al nivel 400 de Candy Crush y haber terminado el plantas contra zombis. Los juegos que venden hoy tienen miles de paquetes de expansión que hay que comprar y la mayoría tienen historias tan pobres, dignas del peor director del mundo. En los años 80, ser gamer significaba pasar con una sola moneda todos los niveles del Pac-man, Space Invaders, Mario o Donkey Kong, y Pixeles se encarga de recordarnos aquellos buenos años donde tener un local de maquinitas significaba ser el más rico y popular del barrio. Brenner (Adam Sandler) es un técnico que instala aparatos electrónicos, del que esperaban que fuera un experto en tecnología, pues cuando era niño, casi gana el campeonato mundial de maquinitas. Ahora, su único logro es ser amigo del presidente y vivir de sus recuerdos. Pero cuando una raza alienígena invade la tierra en busca de un desafío de batalla, consistente en recrear los videojuegos ochenteros, él y sus amigos de la infancia deberán salvar al mundo con las habilidades que ya casi nadie posee. Es un hecho que si no se tienen referencias de videojuegos ochenteros, la película se vuelve un completo tedio. Las historias que produce Sandler no se caracterizan por su iinteligencia, acción o buenas actuaciones, por lo que en realidad la mayor parte de la historia recae sobre los efectos especiales y los chistes nerds. Fura de eso, la película carece de ritmo, de inteligencia y de todo lo que uno podría buscar en una buena cinta. Por ello, la recomendamos con reservas: si nunca jugaste Centipede, Galaga o Dojo Quest, tranquilamente la película pasará sin pena ni gloria
La fama, como todos ya sabemos a estas alturas gracias a Hollywood, puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga. Todo depende de la gente que tengas a tu alrededor y de la manera en que manejes tu carrera. Olivier Assayas (París, Te Amo) refleja una vez más este tema a través de los ojos de María Enders (Juliette Binoché), una actriz en edad madura que en medio de un homenaje a un escritor y guionista que le dio su primer papel importante, le ofrecen actuar en el "remake" de la misma obra. Y es que la historia del remake, es una mujer en edad madura que se enamora y a la vez teme a una adolescente que tiene la intención de quitarle su empresa y su vida. María en su juventud interpretó a la adolescente, y ahora, en su madurez, le ofrecen interpretar a la mujer en edad madura. En medio de la lectura del guión con sus asistente (una sorprendente Kristen Stewart) conoce quien interpretará el papel de la adolescente, Jo-Ann Ellis, interpretada por una maravillosa Chloe Grace Moretz a quien le hizo falta más tiempo en pantalla, mientras atraviesa la crisis de los 40 como mujer y como actriz. Si bien la historia parece interesante, el trailer de la película nos presenta todo lo necesario que debemos saber y la película nos deja con ganas de mucho más. La mayor parte del tiempo se enfoca en la relación de María con su asistente y de los homenajes al guionista, pero profundiza poco en la relación tensa existente entre ella y Jo-Ann, mientras ésta última enfrenta los peligros de la fama en la adolescencia. Aunque para algunos podría valer la pena su visionado gracias a Binoché, lo cierto es que, en general, es una historia mucho más ambiciosa que lo que logra contar y falla en su intento por mostrar esa crisis de una actriz al mismo tiempo que se ve reflejada en la historia que interpreta.
Poltergeist es una película "de culto" de 1982, dirigida por Tobe Hooper. Y decimos "de culto" por que a últimas fechas se considera que todo lo antigüo es mejor que lo novedoso. Pero la verdad es que, salvo los fines de semana de octubre donde pasan esta película en TV abierta, nadie se acuerda de ella por que, en general, es bastante aburrida. Lo novedoso era el terror plasmado en una pantalla de TV y el "secuestro" de una pequeña por unos espíritus. Ahora, el nuevo remake, dirigido por Gil Kenan, nos presenta exactamente la misma historia pero con los componentes modernos necesarios: una familia se muda a un barrio nuevo y descubre secretos del pasado que no los dejarán vivir en paz. Con los gadgets actualizados como celulares y TV de plasma, muchos de los planos usados son exactamente iguales a los de hace 20 años, salvo la novedad de presentar el portal en donde la niña se encuentra atrapada. El verdadero problema surge cuando la película no se preocupa por presentar nada intrigante, de miedo u original. Sabemos que una película de terror siempre estará llena de clichés, pero la manera de manejar la intriga, de presentar a los "espíritus" y de presentar las situaciones de miedo es lo que hace disfrutable una película de terror. Acá ni el árbol tenebroso da miedo y todo resulta en una secuencia de efectos especiales al más puro estilo de Michael Bay (explosiones incluidas) donde la historia es lo de menos, pues el morbo de ver a un muñeco de payaso tenebroso en el póster principal y la icónica escena de unas manos pegadas del otro lado del televisor, sean suficientes para vender. En este caso siempre aplica la de "no todo lo que brilla es oro" o en su defecto, no todo lo viejito es de culto. Si la nueva no da para más que pasar una tarde de zapping dominical, la nueva no vale la pena ni siquiera para intentar asustar a la pareja en el cine. Simplemente olvidable
Cuando realizas películas de viajes en el tiempo, tienes una ventaja y una desventaja (por decir las principales). La ventaja es que si se te acaba la historia que querías contar, puedes empezar a hablar de futuros o pasados alternos que te den la oportunidad de jugar con historias no exploradas, cambiar de bando a los héroes y reiniciar tu universo. La desventaja es que si no elaboras la historia con cuidado, puedes caer en muchas fallas e incoherencias que terminen por hacer de tu historia una pérdida de tiempo. Terminator Génesis retoma la idea de los viajes en el tiempo, y ahora nos presenta una historia alterna a la que hemos conocido en los cuatro filmes anteriores. En esta ocasión, un terminator es enviado al pasado a matar a Sarah Connor pero cuando es una niña, lo cuál le permite conocer a nuestro T-800 mucho antes de lo original, alterando la línea de tiempo de la saga original y provocando que en el futuro, Skynet entienda lo que hizo mal, y ahora retrase su aparición hasta 2017 pero con un guardián mucho más efectivo. No daremos spoilers, pero agradecemos que la historia sea ciertamente diferente de la original, y que al mismo tiempo no desmienta nada y se toma la libertad de hacer guiños a las 4 anteriores (aunque principalmente a la primera, que es en torno a lo que sigue girando la historia). La parte mala es que, en favor de la acción, el guión sencillo tiene muchos vacíos y desperdicia a varios personajes (principalmente a David Tennant, cuya aparición es meramente anecdótica, y a JK Simmons). Eso si, Emilia Clarke y Schwarzenegger cargan bien con la parte cómica y protagónica, entregando a una de las mejores Sarah Connor, solo por debajo de la original Linda Hamilton. Génesis, en doble sentido como el inicio de Skynet y el probable inicio de una nueva saga, entrega buenas secuencias de acción en donde el 3D luce poco (solo en la secuencia del puente y la persecución de helicóptero justifican su uso) pero que cumple con el principio de entretener y atrapar a la nueva generación que no creció con el original de los 80, pero que como bien dice: "I´ll be back".
Dragon Ball Z es una serie que todos en nuestra infancia vimos al menos una vez, y que a muchos nos dejó marcados. Las peleas, el drama y hasta el humor eran el pan de cada día con Goku y compañía, hasta que terminó. Años después, anuncian una nueva película que terminaría siendo un fiasco pero que demostró que existen miles y miles de fans por todo el mundo. Por ello, una nueva película y una nueva serie llegan de la mano del creador original para beneplácito de todos los fans. Pero... ¿vale la pena revivir a Freezer? Ignoramos la razón de por qué escogieron a Freezer en lugar de Cell, Raditz o cualquier otro enemigo. Basta recordar que incluso dentro de la serie, previo a la saga de Cell, hicieron un intento por revivirlo y reconstruirlo, pero sólo duró un capítulo, pues Trunks del futuro lo cortó en pedacitos sin trabajo alguno. Ahora, mientras Goku y Vegeta entrenan con Wiss y el Dios de la destrucción, Pilaf y compañía recolectan las esferas del dragón por órdenes de dos esbirros de Freezer que siguen con vda, y de esa manera, decide ir (otra vez) en busca de venganza contra Gokú. Hasta ahí, la película promete al retomar el tono tradicional de Dragon Ball. Pero de nueva cuenta, lo absurdo lo traiciona y se queda muy lejos de ser una buena película y de la saga en sí. Porque nunca se siente el verdadero temor que se sentía cada vez que aparecía un enemigo más fuerte. Aún con la nueva evolución dorada, y con los peinados azules de Super Saiyajin fase Dios (honestamente, emocionaba más el diseño no autorizado de SSJ 4 en GT), Freezer no asusta, no impone, y no pone ese toque de dramatismo que tanto amamos de la serie. Nunca sentimos el temor de que alguien va a morir y cuando de verdad logra pasar algo emocionante, utilizan el peor recurso posible. No queremos dar spoilers, pero basta decir que ni siquiera por esa destrucción que dura un par de segundos, emociona. Aunque hay que reconocer que escuchar el doblaje original latino y recordar con todos los diálogos lo emocionante que fue la saga de Namekusei la primera vez que lo vimos, basta para emocionarnos con Dragon Ball Super
Pixar es un monstruo en el cine de animación. Desde las técnicas innovadoras (que muchos imitan pero no logran igualar), como las historias originales y totalmente llenas de magia que acompañan sus películas. Quizá en los últimos años había perdido esa magia al declinarse por secuelas que carecían de su magia, pero han regresado a lo que mejor saben hacer y lo hacen de una manera triunfal. Alegría, Tristeza, Furia, temor y Desagrado son las cinco emociones que gobiernan la mente de Riley, una niña que un día se ve obligada a cambiar todo lo que conoce en medio del difícil proceso de crecer. Mientras todo esto sucede, Alegría y Tristeza se ven forzadas a dejar la "sala de control" y deberán buscar la manera de regresar a él, antes de que su personalidad se pierda en el limbo de los recuerdos. Intensamente está respaldada por muchos estudios psicológicos que se han encargado de estudiar lo complejo de la mente humana. Hay ciertos aspectos de la película que incluso resultan difíciles de entender para los adultos, y en ese sentido, los filmes de Pixar se han caracterizados por ir dirigidos a la comprensión de un público más grande, mientras los pequeños se divierten con lo colorido y simpático de los mundos. Pero al igual que Toy Story 3 y Wall-E, es quizá la película más adulta que podemos encontrar, al apelar a ese sentimiento de crecer, de aprender a olvidar y de atesorar los mejores recuerdos, y de cómo nuestra personalidad cambia, pero se queda un poco (sólo un poco) de la magia de éstas últimas que, a opinión personal, son las mejores del estudio. Intensamente sin duda es una historia que se disfruta, que se atesora y con la que se puede llegar a llorar sin necesidad de usar clichés o sentimentalismos. Entender lo complejo de un niño, recordar lo que fuimos y saber lo que podemos ser de acuerdo a lo que hemos vivido, es una experiencia que sólo Pete Docter (Up, Monsters Inc.) y la compañía de Luxo Jr. se podría atrever a tratar y salir avante con un nuevo clásico que seguramente veremos alzarse con la estatuilla de la Academia.
En medio de la euforia ochentera y noventera por las secuelas/spin-off de esas películas que marcaron a una generación, llega Jurassic World continuación casi directa de la primer mítica parte que Steven Spielberg se atrevió a traer en el lejano 1993, sobre un futurista parque de diversiones donde la principal atracción eran dinosaurios. Y ahora, Jurassic World, reabre sus puertas sobre la base de ese mismo parque. Sin desmentir lo que sucedió en la trilogía original, pero reinventándose y actualizando los mecanismos, y con muchos guiños a la original, con nuevos héroes como Chris Pratt y Bryce Dallas-Howard la película se basa en la creación de una nueva especie, el Indominus Rex, que se sale de control y de la que deberán escapar usando todo su ingenio y algunos velociraptors domados. Si nos ponemos a buscar "tres pies al gato" como dicen en México, es decir, si buscamos fallas, seguramente vamos a encontrar muchísimas. Desde la genética misma de los dinosaurios hasta huecos en el guion e incluso en los efectos (hay efectos que se ven muy pobres a pesar de la evolución de la tecnología visual), pero Jurassic World logra ser lo que se propone: un homenaje que atrapa nuevas generaciones con acción, aventura y mucha adrenalina. Y es que no necesitamos plática ni mayor introducción: desde que llegamos, el parque está en funcionamiento y de inmediato llegamos al meollo del asunto. Mientras recorremos las llanuras y lugares conocidos, el filme avanza con la acción y el sentimentalismo familiar que puede o no gustar a muchos. Lo que es un hecho es que la puesta en escena resulta divertida, entretenida, nostálgica y sobre todo, muy agradable para todos aquellos que más de una vez han soñado con visitar Parque Jurásico.