Si tuvieron la oportunidad de disfrutar en tiempo y forma Pitch Perfect en cines, son afortunados. En su paso por México tuvo pocas salas y apenas un par de semanas de exhibición. Y a pesar de eso, ha logrado un estatus de culto (especialmente la interpretación de Anna Kendrick de "cups", que fue viral), y tiene su base de seguidores que hablan de lo entretenido y lo genial que fue el filme a pesar de que a nivel especialistas no haya tenido la misma aceptación. Por ello, cuando anunciaban la segunda parte para este año, la hemos esperado con muchas ansias... solo para encontrarnos con una enorme decepción. Todo lo divertido, entretenido y musical que nos ha encantado, está completamente perdido. La música, las coreografías y la historia, que no pasa del típico cliché de las segundas partes: el ganador (en este caso, el equipo ganador), va a un nuevo concurso, con un nuevo y difícil rival, y en el camino tienen problemas que deben resolver para poder triunfar. Y aunque los clichés pueden ser buenos si los saben manejar, en este caso, se nota la inexperiencia de Elizabeth Banks, y lo único que tenemos son un montón de historias metidas a la fuerza, en donde perdemos la verdadera esencia de las Bellas. Más allá de crecer y/o madurar como parte natural de la vida, los secundarios son totalmente omitidos y los principales nunca nos importan. No sentimos la misma empatía, no nos emocionamos, no reímos y mucho menos nos alegra la música presentada. La escena más rescatable es una mala copia del riff-off de improvisación, con los Green Bay Packers, y el montaje en el campamento de verano. Por lo demás, ni siquiera le momento "emotivo" durante el mundial de acapella, ni mucho menos Das Sound Machine que pintaba amenazante y que termina siendo una mala presentación llena de luces, logra salvar de una terrible decepción para los fans que esperábamos con muchas ganas este filme. Pitch Perfect 2 termina siendo esa segunda parte que hubieras deseado nunca se hiciera.
Recordarán a Jim Harmusch por Dead Man, en los inicios de Johnny Depp en la actuación, o por la multipremiada Broken Flowers. Ahora, sin traicionar a su espíritu de cineasta independiente, Only Lovers Left Alive cuenta la historia de Adam y Eva, dos vampiros milenarios que, a pesar de que se aman y que no pueden vivir uno sin el otro, pero que han atravesado miles de historias en carne propia. Un día, ante la llegada de Ava, la hermana incómoda de Eve, su mundo será puesto a prueba mientras enfrentan el mundo moderno. Se agradece que, ante la vorágine de vampiros que rompen con el tradicional mito del chupasangre, Sólo Los Amantes Sobreviven lo respeta sin enfocarse en lo grotesco. No hay matanzas innecesarias, no hay transformaciones oscuras. Sólo necesitamos la piel pálida, el ambiente nocturno y gótico y un romance eterno (con muchos chistes históricos). Lleno también de metáforas góticas y referencias musicales, el filme de Jarmusch sirve principalmente para dos cosas: para satisfacer a los fans de Tom Hiddleston (que a últimas décadas han crecido exponencialmente desde su interpretación de Loki en Los Vengadores de Marvel), y para ver un filme diferente no sólo de criaturas oscuras, sino para escapar de los blockbusters veraniegos lleno de destrucción.
Brad Bird es un director joven que ha sorprendido al mundo con sus películas. Desde los increíbles y Misión Imposible: Protocolo Fantasma, quizá no sean filmes que aspiren a los mejores premios, pero cumplen con el propósito de entretener y de un producto bien hecho, bien logrado y con historias que son capaces de gustar a las audiencias. Tomorrowland es su más reciente proyecto de la mano de Disney. En él, conocemos a Frank, un niño ilusionado con comerse el mundo a través de la tecnología, pero que cuando crece aprende algunos secretos que le hacen olvidarse de esa magia, y de Casey, otra soñadora que cree que el mundo aún puede cambiar si todos nos lo proponemos. Y es este el principal mensaje del filme que quizá para algunos peque de optimista y por ello desmerezca las buenas críticas que tiene. Ambientado sobre todo en un mundo real, en el que todas las noticias del día a día parece que gritan que estamos al borde de la extinción, tanto por los fenómenos de la naturaleza (cambio climático, desastres naturales, etc.) como por eventos humanos (guerras, desigualdad social, contaminación, etc) y que a pesar de ello, seguimos empeñados en no darnos cuenta que vamos camino al abismo. Todo esto es algo que la película trata y es un mensaje ciertamente peligroso que no todos podrán entender (especialmente los niños, en definitiva está muy lejos de ser una película infantil), pues el optimismo que irradia el filme es de dar el mensaje de esperanza no sólo de nunca rendirse, sino de que aún podemos cambiar nuestro futuro. La manufactura visual es excelente e impecable. No nos sorprendería que en unos meses merezca nominación al Oscar en efectos especiales. Y al mismo tiempo tiene mucho de las antiguas películas de Disney: un guión simple que no va más allá de las consecuencias de lo que está contando. Y en ese sentido, pierde en el desarrollo de los personajes en el afán de remarcar una y otra vez lo positivo de la historia: si nunca te rindes, podrás conseguir lo que quieras. Y siendo honestos, a veces necesitamos que nos recuerden eso: nunca hay que claudicar.
Después de 3 años de espera, llega la segunda parte de los Vengadores de Marvel. Es, en muchos sentidos, la más esperada de los estudios Marvel y la que más éxito ha tenido (ya estaba cerca de colarse dentro de las 10 más taquilleras de la historia). Y no es para menos, pues no es una película cualquiera de superhéroes, sino que es una parte más del enorme rompecabezas que inició con Iron Man y que concluirá en unos años más con Infinity War. Es, en muchos sentidos, lo que esperábamos. Quizá, con aquella escena final de Los Vengadores, todos visualizábamos que Thanos fuera el rival a vencer en esta segunda entrega, pero resultó sorpresa cuando anunciaban el título Era de Ultrón, pues es un arco muy conocido en los cómics, en donde un robot de inteligencia artificial pone en aprietos a los héroes más poderosos del planeta mediante un ejército de clones. Y la historia de este filme es básicamente la misma, pero para los más puristas que ya han leído dicho cómic, tiene muchos cambios con respecto a la historia. El principal de ellos es que es Tony Stark y no Hank Pym, el creador de dicha inteligencia artificial. Pero más allá de la eterna discusión entre lo que debe ser una adaptación y una copia fiel de las historietas a la pantalla grande, hay que recordar que es un filme que principalmente debe tener en cuenta que es la parte intermedia de la enorme historia que siguen construyendo. Hay muchas escenas que sirven como puente a lo que está por venir: Black Panther, Thor 3, Inhumanos e Infinity War. Por ello, la historia no solo se sostiene por sí misma, sino que habrá más de alguna situación que pase sin entendimiento por aquellos que no siguen el universo Marvel (incluido el de TV). Era de Ultrón es lo que podemos soñar de los vengadores y poco más. Acción desde la primer secuencia, efectos al por mayor, pero sobre todo, y es algo que mejora con respecto a la anterior, el equilibrio de peso entre todos los protagonistas (considerando que aquí entran en juego incluso más que en la primera parte) y que el trabajo en equipo es mayor, que solo escenas personales. Quizá podemos detectar fallos en la historia global, porque la historia llega a sentirse forzada. El arco argumental de Ultrón daba para toda una fase y sin embargo en todas las anteriores no vimos pista alguna del androide y en realidad todo apunta a Infinity War. Hay que ver si incluso la mítica Civil War no termina decepcionando al reducirse a una simple aventura del Capitán América. Como sea, sabemos lo que vamos a buscar y lo encontramos. Acción, efectos, colores y muchos sueños geeks cumplidos. Más oscura, mejor construida aunque con un villano que no logra aprovechar todo su potencial, Age Of Ultrón será un éxito más en la historia Marvel.
En pleno 2015, es como si hubiéramos regresado a los 80. Terminator, Star Wars, Jurassic Park están de moda en los avances, y por supuesto, Mad Max. Aquella mítica saga de persecuciones sobre autos modificados para la guerra, protagonizada por Mel Gibson, y salida de la mente maestra de George Miller. Y este es un claro ejemplo de lo que debería hacer Hollywood. No es un remake, no es una secuela, precuela o spin-off. Es simplemente una aventura más, con el mismo protagonista con diferente rostro (al estilo 007), sin desmentir ni dejar de hacer valer las historias pasadas. Es una misión más que aún aquellos que no hemos visto completamente la saga original, podremos entender y disfrutar enteramente. Y vaya que la disfrutamos. Max es un fugitivo que busca la venganza contra sus captores, pero en el camino, encontrará la misión de Fury, quien decide rescatar a unas jóvenes del cruel destino que les espera, mientras buscan la tierra prometida. Nos han prometido un thriller de acción, y lo han cumplido con creces. Los efectos son una clara muestra de cómo ha progresado esta industria con el pasar de los años y de cómo alguien ha tenido la suficiente paciencia para aprovechar al máximo los recursos con los que cuentan. Escenas así, ya quisieran tenerlas en otras sagas, con adrenalina, sin llegar a ser grotescamente explícitas, ni por eso detenerse en mostrar lo necesario. Personajes con motivaciones suficientes, moviéndose entre las sombras, sin ser el héroe puro. De cualquier manera en que uno desee verlo, Mad Max se ha convertido en el gran blockbuster del verano sin tener el cartel suficiente de otras películas. Vale mucho la pena verla en pantalla grande.
La saga rápidos y furiosos inició como una historia de carreras clandestinas de autos, con persecuciones y un poco de venganza. Tanto ha sido su éxito, que actualmente vamos por la 7ma entrega, aunque la esencia se haya perdido. Pero no lo malentiendan. Los carros siguen ahí. Sacar por lo menos una edición de un bólido de 4 ruedas que sea lujoso, edición limitada o con alguna característica que sea casi imposible de ver en la vida real por simples mortales como nosotros se ha convertido en costumbre. Pero ahora, también tenemos un añadido: incluir algún personaje del cine de acción actual. La roca en la quinta entrega, Luke Evans y Gina Carano en la 6 y ahora Jason Statham y Ronda Rousey en esta última. La historia gira en torno a la venganza que busca Deckard Shaw (Statham) contra Toretto (Vin Diesel) por matar a su hermano en la 5ta entrega. Por ello, viaja a Tokyo a asesinar a Han, conectando así la tercera entrega que en principio parecía no tener mayor implicación con el resto de la saga, y siguiendo la historia (dudamos que esto haya sido planeado desde un principio, pero sirvió como buen pretexto para unir y expandir la saga). Como entretenimiento funciona. Aquellos que gusten del cine de acción con situaciones en las que la Física sale sobrando, y con buenas peleas cuerpo a cuerpo, la adrenalina sigue funcionando muy bien. El final, del que ya tanto se ha comentado y del que siguen circulando videos, tiene su dosis de lágrima fácil, por ser un homenaje al desaparecido Walker, pero más allá de eso, no trasciende (y que por cierto, hay escenas en las que el montaje digital es muy notorio) Obviamente quienes busquen un cine más inteligente y elaborado, no lo encontrarán aquí. Pero FF 7 sigue siendo un buen ejemplo de porqué la mayoría de distribuidoras y cines siguen apostando por este tipo de filmes. Más de 1000 millones de dolares en todo el mundo justifican el número de salas y de pantallas que la exhiben, pues al fin y al cabo, el dinero es el que manda y la gente seguirá pagando por un rato de acción.
De Hayao Miyazaki, maestro en la animación japonesa, El Viento Se Levanta nos cuenta la historia de Jiro, un pequeño niño que sueña con pilotar un avión y surcar los cielos, pero debido a la condición de sus ojos, debe conformarse con volar sólo en sueños y tener la oportunidad de participar en la construcción de Zero, el avión que terminaría siendo pieza fundamental de Japón en la segunda guerra mundial. Basado en el manga que el mismo director escribió, a su vez basada en un cuento corto, el ganador del oscar cuenta una historia más onírica que verdadera. Mientras conoce a un italiano diseñador de aviones en su sueño, y mientras espía la tecnología alemana para entrar en la guerra y competir en el campo de la tecnología a nivel mundial, Jiro se enamora de una pequeña niña a la que años atrás salvó la vida. Así, cual si fuera n espejo de su vida, Miyazaki se prepara durante los 126 minutos, en medio de un espectáculo de colores y paisajes, para decir adiós al mundo del cine. O al menos eso es lo que planea. Sin embargo, no podemos decir que haya sido el adiós más afortunado. después de obras maestras como El Viaje de Chihiro (ganadora del oscar a mejor película animada en 2002), Mi amigo Totoro o El Castillo Ambulante, pareciera que con El Viento Se Levanta llega a un punto muerto. No puede presentar más belleza de la que ya ha presentado. No alcanza su listón más alto y deja un pequeño sabor a derrota a pesar de lo hermoso y lo poético de la obra. Aún cuando es quizá la más real de sus obras (la primera y segunda guerra mundial, el terremoto de 1923, la gran depresión, la epidemia de tuberculosis, etc), y la más onírica al mismo tiempo, El Viento se levanta es una cruel y triste despedida a un gran maestro de la animación, que demostró que si puedes soñar lo que sea, lo puedes cumplir.
Dos Días, una Noche, es la más reciente película de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Es la pequeña historia de un simple fin de semana de Sandra (una fabulosa Marion Cotillard), quien debido a un chantaje de trabajo, ha perdido su trabajo por una votación de sus compañeros. Es así que, recién salida de un tratamiento por depresión, deberá encontrar fuerzas para visitar a todos sus compañeros en un par de días y convencerlos de que repitan la votación para que ella conserve su trabajo. Aunque la historia es simple y se desarrolla en un par de días, hay dos ingredientes que la hacen particularmente buena: la primera, el trabajo de Marion Cotillard. No por nada ganó el oscar a mejor actriz por su papel de Edith Piaf en La Vida En Rosa. Pero no solo eso, sino que el año pasado fue totalmente ignorada por su maravilloso papel de una entrenadora acuática inválida en Rust And Bone (De Óxido y Hueso). Y este año, teniendo dos papeles maravillosos en El Sueño de Ellis (The Immigrant) y esta que reseñamos, se ha convertido en la olvidada de temporada de premios. Y la segunda cosa, es la misma simpleza del guión: no olvida nada de un mundo tan pequeño como el de Sandra. En algo que parece trivial y convertirlo en la historia perfecta para narrar un filme de apenas una hora y media, pero que al final, es como cualquier otra historia de cualquier otra persona: tan importante como uno quiera verlo. Y como poner la cámara frente a una persona que está por perder su trabajo, es un filme nada pretencioso y al mismo tiempo enteramente disfrutable.
Rydal (Oscar Isaac) es un jóven que vive en Grecia tras la muerte de su padre. Trabaja como guía para ganarse la vida, y un dí se topa con una pareja encantadora, que vacaciona por el mediterráneo. Sin embargo, esconde secretos que terminan por estallar, y se encontrará huyendo con ellos por amor, hasta llegar a las últimas consecuencias. En pocas líneas podemos resumir el argumento de un filme de apenas una hora y media de duración, y al leerlo nos viene un deja-vu: hemos visto el mismo argumento otras veces. Una pareja que esconde secretos, un joven inocente que se enamora de la chica equivocada y una persecución contra el tiempo antes de que los secretos exploten. Acá en esta ópera prima del director Hossein Amini, se basa en una novela de Patricia Highsmith. Para no hacer más larga de lo necesario esta mini-reseña, sólo diremos que lo único que vale la pena son las actuaciones de Viggo Mortensen, Oscar Isaac y Kirsten Dunst, pues la misma historia está llena de clichés y desde el principio resulta previsible lo que pasará con el triángulo amoroso. Como ópera prima queda a deber.
Si queremos hacer el héroe, basta con imaginar una situación de peligro, como un incendio, y nosotros corriendo a salvar a alguien que haya quedado atrapado. Hemos escuchado historias increíbles de la vida real en las que una mujer es capaz de levantar un carro con tal de salvar a sus pequeños; sin embargo, biológicamente hablando, no todo estamos programados para responder heróicamente ante una situación de emergencia, y no se llama egoísmo, simplemente se llama instinto de supervivencia. Fuerza mayor, película de origen sueco, dirigida por Ruben Ostlund y ganadora al premio del jurado en la sección "Una cierta mirada" en el festivalde Cannes, es la historia de una familia común: papá, mamá y dos hijos, que se va de vacaciones a los alpes a esquiar. Aprovechan los bellos paisajes y disfrutan de su compañía. Un día, mientras comen en uno de los tantos restaurantes panorámicos, observan un fenómeno "natural" hermoso y peligroso: una avalancha. Al principio el fenómeno parece provocado y controlado, pero cuando la situación parece salirse de control, mucha gente huye, entre ellos el padre de familia, mientras que la madre, por instinto, prefiere cuidar a sus cachorros de la tragedia. Es aquí cuando se desencadena una serie de problemas que pone en entredicho la naturaleza humana y el amor, al tiempo que el sólido matrimonio se rompe y deja expuestos todos los miedos. Aunque la trama es sencilla, y no ocupa mucho espacio que las discusiones entre amigos y allegados sobre lo que ocurre, Force Majeure es de esas películas que, aunque carentes de acción, están llenas de un pensamiento profundo y reflexivo. ¿Es malo correr por salvar tu propia vida? ¿Es malo actuar según el primer pensamiento antes de pensar en los demàs? ¿Es malo el instinto de supervivencia? Recomendada para ver al menos una vez y reflexionar sobre la condición humana