Llevar adelante una buena comedia romántica no es tarea tan fácil como cualquiera pensaría. Hacer reír, emocionarse y a la vez identificarse con los personajes resulta muchas veces un desafío mayor a cualquier otro género cinematográfico. Fernando (Fernando Larraín) está casado con Alma (Javiera Contador), una mujer sumamente divertida pero que sufre de trastorno bipolar. Ella lo echa de la casa donde viven ya hace años porque se entera que él ya no la soporta y le da vergüenza. Alma conoce a un pretendiente argentino y hace que Fernando descubra que ama a su mujer. Pero ella ya no está tan cerca como él espera. El elenco de Alma es el mismo que llevó adelante la versión chilena de Casado con hijos, también dirigida por Diego Rugier. Y en Alma se nota que mucho de lo que funciona es gracias a la química entre los actores. Además de que Javiera Contador es encantadora y dota a su personaje de mucha gracia. Por su parte Fernado Larraín, logra convencer como un hombre arrepentido y enamorado, pero en muchas oportunidades resulta hasta molesto. Nicolás Cabré actúa más como una participación especial dentro de todo el embrollo, y lleva bien adelante el personaje del típico argentino langa. La historia es un conflicto básico que podemos encontrar en la comedia romántica y que si bien no nos entrega muchas escenas de buena comedia (a veces se asemeja más a una sucesión de sketchs para televisión), sí mantiene el ritmo. Su director Diego Rugier fue director de varios video clips, lo cual lo hace notar en el film al momento de acercarlo visualmente al video musical con una estética muy pop, con colores chillones y una banda sonora que transita lo romántico con ritmos contemporáneos, a cargo de dos reconocidos músicos del país vecino: Pablo Ilabaca y Camilo Salinas. Probablemente lo más débil de Alma sea que no se acerca al tema de lo maníaco depresiva que resulta ser la protagonista y queda en una anécdota a lo largo del film. Pero tampoco fue la intención de esta película al momento de escribirse. Alma es una comedia liviana (muy al estilo Me casé con un boludo) donde la efectividad radica en la buena calidad técnica, el ritmo que no logra aburrir y las actuaciones que no contrastan unas de otras. El film de Diego Rougier se convirtió en el segundo más visto del 2015 en Chile con 198000 espectadores, y si bien se aleja mucho de la Nueva Comedia Americana, en épocas de tantas malas noticias, no está de más darse una vuelta por el cine para verlo y muy seguro nos sacará varias risas.
Lo cotidiano se vuelve extraño Una familia de clase media, sin conflictos, que vive tranquila y alegre, hasta que un día cualquiera sus vidas comienzan a descontrolarse. ¿Qué sucedió? En el umbral de ese mundo fascinante que es la adolescencia, Stella descubre que su hermana mayor Katja, a la que admira, oculta un trastorno alimentario severo. Katja es una bella y exitosa patinadora artística. Stella vivirá el dilema de contar o no lo que sabe, entre la lealtad a su hermana y la preocupación por la salud de ella. Review: Stella (Rebecka Josephson) es una chica a punto de entrar en el emocionante y temible mundo de la adolescencia. Vive a la sombra de su hermana mayor Katja (Amy Deasismont), una talentosa y hermosa patinadora a la que sus padres (Annika Hallin y Henrik Norlen) idolatran. La menor trata de imitar el comportamiento de Katja para conseguir su atención y, mientras la observa de cerca, detecta que algo no está bien con Katja. Ella esconde un trastorno alimentario que ha tomado el control de su vida. Stella se ve obligada a mantener el secreto, de lo contrario su hermana mayor contará el amor secreto de la niña hacia el entrenador de Katja (Maxim Mehmet), es así que se ve arrastrada a un círculo vicioso entre la mentira y la manipulación. Poco a poco los padres de las hermanas detectan que existe algún problema y Stella se aterroriza ante la posibilidad de que este suceso destroce a su familia. Min lilla syster, que en español se conoce malísimamente como El hijo perfecto (misterios de la distribución si los hay), es una historia que narra acerca de los celos, el amor y la traición a partir de los ojos de una niña de 11 años. Su directora Sanna Lenken elaboró una película muy convincente y a la vez madura, planteando una problemática que en escasas ocasiones se presenta en la pantalla grande. Y no resulta ser casual que la misma cineasta padeció anorexia en su adolescencia, lo cual no es menor al momento de asemejar el desorden alimenticio con las adicciones. Aun así no se detiene en acentuar el foco en los cambios físicos de Katja, sino en sus cambios de sociabilización y efectos en el núcleo familiar. La forma en que la familia enfrenta al problema intentando en un principio desestimar el problema o hacerlo inexistente, se da de forma consciente y resulta devastador desde el punto de vista del espectador, quien en todo momento está al tanto de la realidad. Y el resultado final no existiría si no sumáramos el talento de las dos jóvenes actrices, quienes no por nada merecen el mayor reconocimiento a la naturalidad con la que llevan adelante la película. Josephson es nieta de Erland Josephson, conocido por las películas de Ingmar Bergman (clara heredera de su talento). Deasismont, por su parte, es una estrella del pop en Escandinavia. Cada escena entra ambas es una secuencia ejemplar de buenas interpretaciones, quienes grafican la felicidad de la niñez y cómo se va tiñendo de tristeza y drama.
Entre 1865 y 1870 aconteció un hecho poco conocido para la importancia que tuvo: Brasil, Uruguay y Argentina sostuvieron un conflicto bélico con Paraguay que pocos datos se conocen sobre el mismo. La derrota paraguaya significó la muerte de casi toda la población masculina de ese país, en cuya matanza se calcula que murieron entre 500 mil y 1300000 hombres. ¿Cómo entender esta guerra de la que se sabe poco y nada? ¿Fue una guerra entre países? ¿Se aliaron Argentina, Brasil y Uruguay en contra del Paraguay? ¿Por qué se la llama de tantas formas distintas? En Contra Paraguay Federico Sosa se propone difundir y revisar la historia oficial de esa guerra, empezando por su nombre: Guerra de la Triple Alianza, Guerra de Paraguay o Guerra Grande, según quien la cuente. Contra Paraguay es la segunda película del director, donde revisa la historia y presenta testimonios de especialistas y habitantes y un recorrido por el pasado, para crear un documental donde no falle la estructura que sostiene la idea central y escapando de aquellos sitios en los cuales suelen caer las películas de no ficción en nuestro país. Pero a la vez es una ficción: el historiador narrador no es tal, sino que es interpretado por Gustavo Pardi. Y posiblemente esto sea lo único a destacar como negativo de Contra Paraguay. El hecho de fusionarlo con la ficción que le otorga un actor, puede llegar a generar confusión en el espectador acerca de qué de todo lo narrado es real y qué no (en caso que existiera algo irreal) El resto es todo un conjunto de buenas decisiones. Existe un sólido trabajo de investigación y de campo con información necesaria para ilustrar esa época trágica: 500 mil muertos del lado paraguayo (el 75 % de la población total), 15000 muertos en 4 horas en la batalla de Tuyutí, los sitios donde se desarrolló la guerra, museos y colecciones de armas y otros objetos, y muchos datos más iguales de interesantes. Contra Paraguay toma posición, pero no se cierra y se dispone a escuchar múltiples voces. Los cuestionamientos, lecturas múltiples y reinterpretaciones sobre un mismo hecho, es el lugar en el cual este documental adquiere un valor único, donde deja que el espectador saque sus propias conclusiones.
Martirio satánico (Martyrs) es la remake de un excelente film de terror francés dirigido por Pascal Laugier que estrenó en 2008. La película original fue presentada en el Festival de Cannes con gran éxito y formó parte de una nueva oleada de películas sangrientas de calidad. Y en este momento pensamos si era necesario realizar una nueva versión tan pronto. La respuesta no los sorprenderá para nada. Un mes después que Lucie (Troian Bellisario) logra escapar de su cautiverio, es llevada a un orfanato donde conoce a Anna (Bailey Noble), quien se convertirá en su mejor amiga y confidente al verse atormentada con terribles pesadillas. Pasados diez años, Lucie logra encontrar a las personas que arruinaron su infancia y decide tomar justicia por mano propia. Junto a Anna se verán atrapadas y confusas en un lugar que esconde un terrible secreto que están a punto de descubrir. Hasta aquí resulta una historia bastante original, distinta a lo visto hasta el momento. Los hermanos Kevin y Michael Goetz, junto a Blumhouse Tilt, The Safran Company y Wild Bunch, llevaron a cabo esta versión norteamericana donde pocos recursos nos envuelven en un terror claustrofóbico y muy buenas escenas no aptas para personas sensibles. Todo esto durante la primera mitad del film. Pero en la segunda parte, caemos en un pozo profundo donde es bastante complicado escapar. El giro que da el triste guion comienza a fallar, y si le sumamos la combinación de un pésimo maquillaje, mal uso de efectos especiales, actuaciones poco destacables y la desacertada banda de sonido, tenemos todo lo que una película de género no debería permitirse. Aun así, la mayor problemática radica en la poca y nada presencia del gore: no vemos chorros de sangre, mutilaciones o escenas de tortura explícita. Todo lo que su film original nos regaló. Martirio satánico continúa con el ejemplo de las remakes que estamos teniendo los últimos años, las cuales llegan para un nuevo público ávido de encontrar buenas historias, pero que resultan siendo muy inferiores a las películas en las que se basan.
Espejito, espejito ¿qué te han hecho? Por muchos aspectos, El cazador y la reina del hielo es esa clase de películas que nadie esperaba. La ausencia de Rupert Sanders como su director y cedido el trono a Cedric Nicolas-Troyan (fue el supervisor de efectos visuales en Blancanieves y el cazador) resonaría aún más si no fuera por la ausencia de Blancanieves. Kristen Stewart no es parte del film (muy posiblemente no a causa de su relación extramatrimonial con Sanders, sino como se ha rumoreado porque resultaba demasiada cara para este proyecto) y es una pérdida por demás significativa: en épocas en las cuales se habla acerca de la escasez de mujeres cineastas y personajes principales fuertes femeninos en el cine, resulta por demás curioso se haya tomado esa decisión. Nadie imaginaría una secuela de Maléfica sin ella y como protagonista el Príncipe de Aurora. Pero fue así en este caso, y a modo de reemplazo se le asignó un papel a la Reina de hielo, personaje ajeno a la historia, y a las presencias estelares de Jessica Chastain y Emily Blunt, lo cual no resulta suficiente para sacar adelante la película. Si valoramos a El cazador y la reina de hielo por sus efectos visuales, el maravilloso vestuario de Collen Atwood y la excelente química entre Charlize Theron y Emily Blunt, podemos decir que estamos frente a una película mirable. Pero al momento de ahondar en la historia, no tiene demasiada razón de ser. Una trama rebuscada con la intención de incluir nuevos personajes (como si fuera un mashup entre Frozen, Narnia y El Hobbit) y la suma de un excesivo CGI, es todo lo malo que ninguna película digna debería experimentar. La historia desde el comienzo no se dirige hacia ningún lugar y la voz en off que nos sitúa en la trama resulta constantemente odiosa y abusiva. Si hay algo para destacar, es la fotografía y la canción elegida para los créditos finales de la mano de Halsey, además de sin dudas la interpretación de Theron, que tan solo por su sola presencia levanta todo un tercer acto. Chris Hemsworth sigue siendo Thor, aunque cambie el martillo por un hacha. Su inclusión es meramente por ser uno de los chicos lindos del momento. El cazador y la reina de hielo resultará otro éxito de taquilla como su antecesora y es probable encuentren la oportunidad de filmar una tercera parte, pero la falta de atractivo en su trama hace que el film resulte sumamente innecesario.
El hombre versus Dios "The Red Capes are coming! The Red Capes are coming!” anunciaba Lex Luthor en el trailer de Batman V Superman. Y las capas rojas no llegaron solas, sino que vinieron muy bien acompañadas. Dos años y cuatro meses de espera (desde que se anunció la película y el logo en la Comic Con de 2013) para un fanático de estas historias, es verdaderamente mucho. Hasta llegar al día de hoy hubo atrasos en la producción, presupuestos que se doblaron, escenas del rodaje, teasers filtrados, trailers, posters... Pero acá estamos, defendiendo de forma objetiva todo lo que representa Batman V Superman: El origen de la justicia (Batman V Superman: Dawn of Justice) durante sus dos horas y media (que no se sufren para nada). Zack Snyder es esa clase de director que resulta amado y odiado de igual forma, por lo cual no voy a intentar hacerlos cambiar de idea respecto a ello. Particularmente me gustó Watchmen (2009), Sucker Punch (2011) y El hombre de acero (Man of Steel, 2013), película de la cual toma el acto final (momento en el que los edificios van cayendo como si fueran de papel) y así lo transforma en el acontecimiento central por el cual circulará el film. Nuestro superhéroe divino es repudiado por las víctimas de sus buenas intenciones, y será el caballero oscuro quien intentará detenerlo y hacer justicia. Se nota que Zack Snyder y su equipo que son muy fanáticos de los cómics de Frank Miller y Jim Lee, sobre todo de "The Dark Knight Returns", en la cual se inspiró para esta película. Pero aún así, El origen de la justicia no es la adaptación cinematográfica de esa obra, y es evidente al ver que toma otros caminos por donde lleva la historia, y se centra en otros personajes más que tan solo Batman y Superman. El hombre de acero fue la introducción del nuevo Superman, el que vino a reflotar a ese superhéroe que sin surte (e injustamente) poco valorado fue con su anterior película Superman regresa (Superman Returns, 2006), pero a esta nueva versión de Batman y Wonder Woman no se les otorgó el mismo tratamiento, por lo cual sabemos muy poco de ellos. Uno diría que las películas crossover, como ocurrió con Los Vengadores (The Avengers, 2012), deben tratarse de films complementarios de otras películas independientes, donde se haya contado la historia de esos personajes con el debido tiempo. ¿Pero quién dijo que eso debe ser siempre de esa misma forma? Batman V Superman sin dudas tomó el camino contrario, y da lugar a que luego de ella se abran nuevas historias, con las películas en solitario de Batman, Wonder Woman, Aquaman, The Flash y todas las que ya están anunciadas hasta el 2020. ¿Le funcionará a DC como le resultó a Marvel? Lo sabremos en unos años. Por ahora solamente sabemos que Batman lleva 20 años siendo el caballero de la noche, y que a pesar de su madurez, sigue demostrando su espíritu de lucha y buen estado físico y mental como para seguir enfrentando al crimen. Pasemos a hablar de los personajes: el Superman de Henry Cavill mantiene su línea correcta e intenta dotarlo de ese carisma a uno de los personajes más difíciles de los cómics. No porque no sea uno de los superhéroes más increíbles que nos ha dado el género, sino porque muchas veces recibe un odio inexplicado a partir de lo incomprensible que resultan sus motivaciones. En Batman V Superman, paradójicamente, se lo representa más humano, sensible y emocional. La química con Luisa Lane (Amy Adams) no tiene punto de discusión. El Batman de Ben Affleck sin dudas sería lo que estaría en el ojo de la tormenta durante toda la película. Cuando se anunció el casting allá hace tiempo, los detractores de la elección del actor que se haría cargo de llevar adelante al caballero oscuro no se hicieron esperar. Particularmente fui un defensor acérrimo de la designación, convencido de que el Batman que Affleck iría a interpretar sería (si no el mejor) uno de los mejores de la cinematografía. Y no me equivoqué: es al momento el mejor. Si, si, Christian Bale fue muy bueno y difícil de superar. Pero no imposible. Affleck le otorgó las características propias del Batman maduro del cómic, sin exagerar. Y en esta oportunidad es el mejor personaje de la película. Y por fin hace su aparición Gal Gadot con su Wonder Woman. Otro gran personaje de este film. Vapuleada también desde el primer momento desde su elección, debemos decir que es la apropiada. No solo físicamente consiguió "moldear" a esa mujer maravilla que uno está acostumbrado a ver, sino que además logró el espíritu del personaje. Al momento sabemos poco de ella (solo que no es de nuestros tiempos, sino que hace años que está entre nosotros) y se le otorgó poca participación en Batman V Superman, pero alcanzó para hacernos desear ver su película en solitario. En El origen de la justicia también tenemos a uno de los villanos mejor ejecutados en la historia del género. Cuando se anunció que Jesse Eisenberg sería quien llevaría adelante el personaje de Lex Luthor Jr., adivinen qué. Sí, acertaron: varios se mostraron desconfiados. Pero la realidad es que formidable actor hizo un destacado trabajo. Muy posiblemente le haya impuesto a su Luthor una personalidad cercana al Joker de Jack Nicholson (en 1989) o de Heath Ledger (en 2005), pero no hay forma de no creernos que estamos frente a un empresario desquiciado, quien busca hacerse del poder de la forma que sea, incluso manipulando a nuestros superhéroes. Y por último, el Alfred de Jeremy Irons es sensacional: su versión del fiel mayordomo de Bruce Wayne es más activa que las anteriores películas y distinto al personaje que estamos acostumbrados. Es el encargado de otorgarle al film la mayoría de los momentos cómicos. Volviendo al desarrollo de las escenas, en prácticamente todas vamos a encontrar easter eggs y secretos relacionados al mundo de DC, pero no puestos al azar, sino especialmente colocados para que funcionen. Recomiendo pongan atención a los diálogos de Bruce Wayne, quien hace referencia muchas veces a su pasado. La acción sin dudas es la protagonista de la segunda mitad de la película. Cada golpe, cada caída, cada lamento de Superman o acelere del Batimóvil está muy bien logrado. No solo por el CGI o efectos especiales, sino además por la mezcla y edición de sonido. En pantalla grande es una de las mejores películas del género que tan bien se ven y escuchan. Y la Santa Trinidad en acción es una de las mejores escenas que el cine nos ha dado en los últimos años. Sí son criticables algunos pasajes en los cuales la edición salta de la acción a la tranquilidad de contarnos algo de la historia de los personajes. Pero particularmente estoy convencido que se debió a la necesidad de tener que contar algo más sobre ellos para situarnos en sus historias. De igual forma el cambio radical en la enemistad entre nuestros superhéroes. Posiblemente sea lo menos logrado del guion escrito por David S. Goyer y Chris Terrio. Último punto importante y no menor es el sensacional soundtrack de Batman V Superman. Compuesta en su gran mayoría por Hans Zimmer y en compañía de Junkie XL, cada acorde que se escucha es adecuado. No es de esas bandas sonoras que solo funcionan para el film, sino que por el contrario valen la pena escuchar en cualquier momento. Es destacable la música de la batalla final que se da en la película. Batman V Superman es oscura, titánica, espectacular, y por qué no, sarcástica. Llegó para satisfacer a los fieles seguidores del cómic, a los fanáticos tan solo del género para la pantalla grande, y para hacer ruido. Mucho. Warner plantea un nuevo universo, un evento cinematográfico como pocos y a su manera, sin copiarse de nadie y convencido de que va por el camino correcto. ¿Vamos a juzgar tan temprano?
Conflictos en red Internet Junkie es una sátira acerca de las relaciones humanas e internet. Se basa en la continua convivencia que tenemos con los celulares, las computadoras, las tablets… y lo hermoso y pernicioso que puede resultar, según la ocasión. Por ejemplo puede llevarnos a relacionarnos más con otra persona, encontrar a quien pensamos es el amor de nuestras vidas; o por el contrario, a aislarnos, no sentir otra forma de relacionarnos con las personas o pensar que sin internet no nos queda nada por hacer. Hace más de 10 años, con el auge de las redes sociales, existía un unitario de televisión llamado Conflictos en red, donde se hacía foco en el inmenso mundo de internet y mucha gente entrelazada con chats, mails, msn, nick names, personas inventadas, fotos trucadas, personalidades inventadas. Y hacia ese lugar apunta Internet Junkie, película que abrió el último Festival de Cine Inusual. Es por eso que a pesar que el film aborda la problemática de la obsesión de los usuarios como sucede en la actualidad, por momentos no se lo siente lo suficientemente acorde a nuestros días, con un exceso de smartphones, apps y redes sociales como protagonistas indiscutidos. Incluso en una de las situaciones una de las protagonistas entabla una breve conversación con su hermano acerca de su estado de Messenger, algo que hace un tiempo vimos desaparecer. Sí debemos resaltar de esta película dirigida y escrita por Alexander Katzowicz, que el hecho de seguir a personajes interconectados y situados en diferentes partes del mundo (Argentina, México e Israel), permite que entendamos la problemática como algo mundial más que propio de nuestro país. Los personajes están bien delimitados, y a pesar de sus distitnas culturas, llegamos a entender el "encierro" por el que pasa cada uno. No por nada la gran mayoría de las escenas están filmadas en interiores. Internet Junkie lleva adelante un guion entretenido y divertido (que por momentos se torna dramático, sobre todo hacia el final) de algo que ya naturalizamos y es probable que sorprenda poco, pero aun así nos acerca una vez más a reflexionar de la forma en la que internet está instalada en la sociedad. Y es probable que aún nos quede mucho más por conocer.
Camino a la madurez El segundo largometraje de los ecuatorianos Daniel Andrade y Anahí Hoeneisen narra en dos tiempos el cambio de ida y vuelta entre presente y pasado, y entre otras qué sucede cuando en tan solo unos segundos algo puede llegar a alterar la vida de las personas atrapadas en ella. La trama de 87 nos cuenta acerca de tres amigos que durante su adolescencia deberán enfrentarse a diferentes situaciones. En paralelo vemos un reencuentro que casi 25 años después tienen los los personajes, quienes dejaron de verse por un hecho particular durante la historia que nos presentan. Pero lo que en un principio pareciera ser una película sobre adolescentes con sus propios problemas, se transforma en un film sobre el paso del tiempo y los cambios que produce, como el valor de la amistad y el crecer. No significa que esto sea un error, pero sí que no es lo que se nos presenta desde un inicio y pierde un poco de su frescura, como queriendo que el espectador caiga en una profunda emoción. Desde lo técnico nos encontramos con una gran construcción de época, a la que se suma una banda sonora impecable y personajes para nada estereotipados, como con el que se luce el argentino Michel Noher, quien lleva adelante su personaje de forma natural y lejos del estereotipo. No vamos a encontrarnos en 87 con una idea original (historias sobre la amistad y cómo pasamos de una etapa de adolescencia a la madurez hay muchas), pero sí podemos decir que se trata de una película hecha de muy buenos pequeños momentos, llevada a cabo con honestidad y sutileza. Vale la pena recorrerla.
Un mundo ideal Hace un buen tiempo que las películas animadas con protagonistas animales tienen poco para decir. Va para el caso las continuaciones de La era de hielo, Madagascar y sus Pingüinos, Un gallo con mucho huevo, por poner algunos ejemplos. Pero Zootopia de Disney logró desprenderse de esa falta de originalidad y demostrarnos que aún queda algo por contar. Con una imagen muy a lo Pixar (John Lasseter, uno de los fundadores de Pixar, se encuentra a cargo de las producciones animadas de Disney), Zootopia cuenta con un guion sólido y con una elaborada trama, donde los momentos de comedia son supremos. Hay variedad de animales (algunos adorables y otros más aterradores), que entretienen a los niños mientras los más adultos intentan descubrir las referencias a la cultura pop entre medio de tanto delirio y un discurso incisivo acerca de la gestión social y política. No solo se trata de excelencia técnica (la precisión con que se imita el movimiento real de cada animalito es excelente y a cada especie se le otorgó una razón para estar y un hábitat propio.) y artística: como toda película animada, no está exenta su moraleja, con un claro mensaje de inclusión, perseverancia y lucha, y el tono elegido es el indicado, sobre todo por su forma de narrar la historia. Tierna como un conejo y astuta como un zorro, esta película logró un resultado muy bueno, donde combina el policial y la comedia sin recurrir a golpes bajos. Disney hizo de nuevo un film para toda la familia, un reto para la llegada de las nuevas películas con animales de la temporada: La vida secreta de tus mascotas y Sing.
V de venganza El renacido Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, a un invierno brutal y a la guerra constante entre las tribus de nativos americanos, en una búsqueda implacable para conseguir vengarse. Creída por momentos, cruel en otros, la nueva película del director de Amores perros (2000), Babel (2006) y Birdman (2014), Alejandro González Iñárritu, fue un camino bastante caótico de transitar, lo que se convirtió en un rodaje épico. Llevar a la gran pantalla la libre inspiración de la novela The Revenant: A Novel of Revenge, de Michael Punke, resultó un tanto accidentado, rodando escenas en las regiones de Dakota, Montana, Wyoming y Nebraska y además locaciones naturales de Canadá y Argentina (toda la secuencia final en Ushuaia, cuando en el hemisferio Norte se quedaron sin nieve), en condiciones extremas que hicieron crecer de manera exponencial su presupuesto final y determinaron renuncias masivas en el equipo técnico. Los pilares de la película Pero bien sabemos que no se llevan al cine las excusas, por lo cual si no fuera por dos esenciales personas, El renacido no está a la altura del cine de Terrence Malick y Werner Herzog, del cual es muy probable Iñárritu quisiera apropiarse, pero dista bastante de su excelencia. Cuando hablamos de dos destacados colaboradores, nos referimos a Leonardo DiCaprio y el sublime director de fotografía Emmanuel Lubezki. Qué decir del monstruoso aporte físico y psicológico que desplegó el actor de El lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street, 2013), El origen (Inception, 2010) y Los infiltrados (The Departed, 2006). Su actuación es excepcional, logrando que nos encontremos con escenas inolvidables, cargadas de dureza durante dos horas y media en medio de una travesía sangrienta que no le da respiro prácticamente en ningún momento. Supo reflejar cómo superaba cada obstáculo en cada situación. Es notorio que DiCaprio no va en busca de obtener por fin su Oscar, sino que más bien se mueve por los proyectos que le causan un reto interpretativo importante (lo que incluye tener que vivir entre cadáveres de animales, comer hígado de bisonte, desnudarse en temperaturas bajo cero y zambullirse en un río helado). Y donde Iñárritu no supo aprovechar la grandeza del escenario natural, aparece la majestuosa sensibilidad de las imágenes que consigue Emmanuel Lubezki, ganador del premio Oscar en dos ocasiones, convirtiéndose en el mexicano con mayor número de reconocimientos de la Academia por su trabajo como Director de Fotografía en Gravity y también en Birdman. Sin este imbatible trabajo visual, El renacido no hubiese sido la alabada película que es por la gran mayoría de la crítica. A World Unseen es un asombroso documental de 44 minutos (pueden verlo acá) sobre el complicado rodaje de El renacido y la lucha contra los elementos que sufrió el equipo técnico. Entre otras cuestiones es posible ver a Lubezki creando magia con su cámara. Para aumentar la información técnica, podemos decirles que Lubezki utilizó una amplia gama de lentes angulares, que iban desde los 12 milímetros a los 21 milímetros, para así poder crear una profundidad extrema. Alejandro González Iñárritu El director nos relata un cuento que ya vimos muchas veces antes, posiblemente adornado de otra forma, pero el mensaje no deja de ser el mismo. Incluso el inicio se asemeja mucho al prólogo de Birdman, con planos intentando esquematizar lo que veremos en el largo recorrido de Hugh Glass durante toda la película. Luego vemos una intención de imitar el comienzo de Rescatando al Soldado Ryan (Saving Private Ryan, 1998) de Spielberg, como un falso documental. Y acá sí debemos mencionar que El renacido nos presenta, gracias a los movimientos de cámara de Iñarritu (se mete por donde quiere, manchándose de sangre, barro y agua) y la fotografía de Lubezki, una cátedra de violencia bien filmada, en medio de una batalla entre indios y colonos. Los que son asiduos a la filmografía de Iñárritu saben que siempre coloca a sus protagonistas en un lugar poco cómodo: selecciona historias con personajes a los que les cuesta pasarla bien. Para el caso de El renacido, Hugh Glass es un guía viudo con un hijo indio, y es atacado por un corpulento oso grizzli creado digitalmente, por lo que nuevamente juega muy a favor lo visual del film por sobre la narrativa. Tenemos además flashbacks de la esposa asesinada de Glass, cuerpos suspendidos y visiones y golpes de tambores (¿recuerdan Birdman?) que no pasan desapercibidos por una buena edición de sonido, pero que sí debemos objetar el resto de la de la música, que no se caracteriza por ser incidental como uno supondría, y pasa bastante desapercibida. Retomando a Lubezki, es muy valorable la decisión conjunta a Iñárritu de rodar la película en orden cronológico, de forma tal de conservar el curso natural del viaje del protagonista, y solamente con la luz del sol y el fuego (prescindiendo de luz artificial) para ampliar la creatividad. Es así que el film alcanzó un presupuesto de 135 millones de dólares, superando el inicial de 95 millones de dólares, aumentado en gran parte porque la filmación requirió de mayores esfuerzos humanos y técnicos de los planificados. El multifacético Tom Hardy Tom Hardy es uno de los actores mejor valorados del momento. Luego de su éxito con Mad Max: Furia en el camino (Mad Max: Fury Road, 2015), el último trabajo que vimos en pantalla grande fue Leyenda (Legend), donde también se lo halagó por su doble personaje, interpretando a los hermanos Ronnie Kray y Reggie Kray, dos gemelos que hacen del crimen su oficio (conocidos como los Kray twins) a pesar de que la película queda a mitad de camino. Pero lo que la mayor expectativa fue la que generó su papel alrededor de El renacido, personaje para el cual admitió no siempre fue la primera opción, dado que anteriormente le había sido ofrecido a Sean Penn, quien lo descartó. A Hardy el trabajo le llegó a través de su buen amigo Leonardo DiCaprio, protagonista del film, y podemos decir que en realidad es la gran figura de esta historia, donde se destaca en muchos momentos luciéndose más que DiCaprio con su rol de salvaje y descontrolado villano. Tom Hardy se roba los aplausos, exhibiendo un nivel actoral dominante con su complejo John Fitzgerald, el cual es el causante de que la acción retome en cada momento del largometraje, luchando contra Glass, ese personaje construido a base de venganza. Síntesis El renacido es una película con puntos muy a su favor: la ilustre fotografía, los escenarios naturales que acompañan los momentos de crudeza y las actuaciones de DiCaprio y Tom Hardy. Pero se trata de una película demasiado cerebral y fría como la nieve que muestra el film. No parece ser una obra que logre cautivar la empatía del espectador, excepto por uno o dos momentos donde uno se estremece con lo que sucede, y no logra llevar a cabo el poder de síntesis que una buena película debería al menos intentar: 156 minutos son demasiados para el cuentito que Iñárritu nos intenta contar. Estamos frente a una película centrada en deslumbrar a los ojos, pero no encuentra el medio para llegar a nuestras almas.