Creer o reventar (de aburrimiento) La versión nipona de Actividad Paranormal, aquí titulada Actividad Paranormal 0: El Origen (Paranormal Activity 2: Tokyo Night, 2010), no agrega nada nuevo a la franquicia. De hecho desconcierta con un título argentino de precuela y un original de secuela. La historia es otra excusa para encerrar en una casa a dos personas y filmarlas con una camarita por la cual “pasan” cosas. Haruka llega a su casa desde San Diego, luego de sufrir un accidente automovilístico que la dejó con ambas piernas enyesadas. Sin poder moverse, queda al cuidado de su hermano hasta que su padre regrese de un viaje de negocios. En esas noches con la casa solitaria, recibirán la presencia de extraños acontecimientos. Los norteamericanos han tomado ideas de películas de terror de los japoneses en varias ocasiones. Tal es el caso de La llamada (The Ring, 2002) o El grito (The Grudge, 2004). Esta vez se invirtió la situación y son los orientales quienes toman una idea yankie para hacer su película al respecto. Sin embargo, no es una remake, sino otra historia con apariciones paranormales en una casa. El resultado es una película tan mediocre como las norteamericanas, donde todo el “miedo” reposa en la creencia del espectador. Es decir, quien crea en estos fenómenos se asusta, el resto no. Alguna gente siente mayor temor a lo desconocido cuando se trata de una japonesa de pelo largo y negro que semi cubre su rostro de chica buena desquiciada. Quizás sea el único condimento que aporte Actividad Paranormal 0: El Origen a la saga.
Y aquí no ha pasado nada En Versión japonesa. Lo común es que en los Estados Unidos adapten historias de terror surgidas por mentes japonesas, y no al revés. Hecha la salvación de que Actividad paranormal 0: el origen no es el origen de nada, o si lo es, es de un saga nipona que habrá de continuar o no (la estadounidense ya va por la tercera parte, que se estrena en breve), queda claro que si la película de Oren Peli no era pecisamente un dechado de originalidad, su versión oriental, tampoco. Por si usted se la perdió, Actividad paranorma l trataba sobre una pareja que sentía que algo extraño sucedía en su casa por la noche, y decidía poner una cámara para registrar fenómenos paranormales. Objetos que se mueven, y esas cosas. Aquí no es una pareja sino dos hermanos. Haruka regresa de un viaje a los Estados Unidos con dos piernas fracturadas de souvenir. Postrada, queda al cuidado de su hermano Koichi, ya que papá salió en viaje de negocios. La primera noche, la silla de ruedas se mueve. La segunda, ponen un montoncito de sal gruesa, y se desparrama. Todo es registrado por la cámara. Cuando Haruka se despierta porque siente que “algo/alguien/loquesea” la toca, su hermanito corre hacia su cuarto por las escaleras. Pero Haruka se la pasa gritando, y Koichi –por algún extraño motivo que, como tanto en esta película, no se explica- nunca enciende la luz. Por suerte no se choca con un mueble, un fantasma ni con nada. La película no sólo no asusta sino que no provoca. Bueno, algo de risa, sí, y debido a que cuando Koichi esté más o menos desesperado, y busque a Haruka y no la encuentrae en la casa, la llame “hermana, hermana”, que dicho en japonés se entiende algo parecido a “Mecha, Mecha”. Pero que la hermanita se llame Mecha o Haruka, da igual: es mejor perderla que encontrarla.
Japón hace ahora remakes? Cuando me dijeron que iba a tener estreno comercial en Argentina, me sorprendí. No creo que conozcan la historia, pero en realidad, esta "Paranômaru akutibiti: Dai-2-shô - Tokyo Night" es algo así como la segunda parte (transcurriría después de la primera, en forma paralela a la homónima del mismo número americana) de la archiconocida "Actividad paranormal". No se porqué (bah, en realidad, si, parece obvio), pero parece que los productores del J-Horror japonés vieron la veta tomando la idea de la original y compraron los derechos para hacer su versión aunque no entiendo muy bien porque no hicieron una remake directa de la 1. El público nipón ama el género, por lo cual era lógico que tuvieran una audiencia potencial deseosa de recibirla, máxime contada en su idioma y ambientada en su tierra (aunque dice Tokio podría ser San Telmo porque no hay ningún rasgo visible de la ciudad, todo es encierro claustrofóbico). Decíamos entonces que los sucesos que aquí se narran, vienen a desprenderse, de alguna manera, de los primeros y tienen una pequeña conexión que se ve promediando la trama, detalle forzado que busca unir las narraciones aunque no tengan mucho que ver (y a nadie le importe demasiado). Perdón, si tienen que ver. Está el sello de la franquicia y muchos de los elementos que la hicieron popular. Hagamos memoria: economía mínima de recursos técnicos y humanos (dos protagonistas), largas secuencias donde nada sucede (esos relojitos que avanzan con la hora no andan bien!), guiones endebles y muy buen sonido. Eh! Algo tienen! Creo que en un buen cine (con un Dolby que se precie), es el lugar ideal para verlas. Gran parte de lo que transmite pasa por lo auditivo. No voy a describir el porqué del éxito de la saga, sólo puedo afirmar que aportó originalidad a un género que necesita como el aire, renovación e ideas nuevas. Si bien la premisa de filmar en mano, con estructura casera y ambientación oscura no era nueva ("The Blair Witch Project", no?), lo cierto es que toda esta cosa de la casa, los espíritus, las puertas que se abren y cierran abruptamente y alguna aparición misteriosa, sorprendieron en su momento (2007). Cuando la ví en ese tiempo, me llamó la atención esa cosa de sugestión colectiva que genera, donde todos sabemos que algo malo va a pasar, pero no sabemos cuando ni porqué. Eso, sumado a una edición cuidada en cuanto al audio y el montaje, hicieron la magia de volverla un éxito inesperado. Digo esto, porque "Paranormal Activity 0" (ejem ejem!) es idéntica a su predecedora y no aporta casi nada novedoso. Así que si les interesa este tipo de cine, limitado y cuya premisa central es sólo asustar a través de la ambientación, puede que merezca su atención. Si ya no les gustaron las anteriores (están las dos primeras y en unas semanas se estrena la tercera, versiones americanas todas), ni hablar de acercarse a esta. No hay mucho que decir del argumento. Hay dos hermanos en una casa. Koichi (Aoi Nakamura) y Haruka (Noriko Aoyama). Esta última (miren que es delgada y con una larga cabellera negra, les suena alguna referencia a "The grudge" y similares?) ha regresado de San Diego de un viaje estudiantil de intercambio y está lisiada, producto de un accidente automovilístico en el extranjero. Los dos jóvenes, viven con su padre, pero él viaja frecuentemente y no está en casa seguido. Al principio los hombres se turnan para cuidar a Haruka, pero luego Koichi queda solo con ella y deberá asistirla ya que ella está en recuperación con sus piernas quebradas. Ya imaginarán como sigue. De noche, algo extraño comienza a pasar y ámbos acordarán grabar en video lo que sucede, para tratar de develar qué sucede. Eso es todo. Tiene, sin embargo, un par de elementos que podrían interesar a los fans de la saga. Por momentos, la grabación nocturna se da en dos cuartos (de ámbos hermanos) compartiendo pantalla. Y como elemento a favor de esta "PA: Tokyo Night", llama la atención el cierre, que abandona el tono monocorde del desarrollo y le pone algo de vuelo (dentro de lo rudimentario de su narración) e interés a la conclusión de la historia, de manera que difiere, (de alguna manera) de los finales habituales de la trilogía y da la nota, pero dentro de un panorama esperable. Exclusiva para amantes de las anteriores, mientras esperan la tercera en unos días. El resto, deberían dejarla pasar.
Después de tantas remakes fallidas que hizo Hollywood sobre filmes de terror japoneses en los últimos años era cuestión de tiempo que los orientales se cobraran su venganza. Actividad paranormal 0 es la versión japonesa de la película que presentó en el 2007 el director Oren Perli, que fue inflada con una gran campaña de marketing. La segunda parte dentro de todo resultó un film mucho más sólido en términos narrativos, donde el misterio se presentaba desde las primeras escenas con una dirección mucho más fluida. Lamentablemente no ocurre lo mismo con la versión japonesa que es un bodrio absoluto. Un panorama similar a lo que pasó hace poco con Apollo 18. Se trata de una propuesta que si querés podés entrar al cine a verla cuarenta minutos tarde que no te vas a perder de nada importante. Los momentos más interesantes que nos recuerdan que este estreno en teoría se suponía que era un film de terror vienen al final y tampoco son gran cosa. La verdad que es una falta de respeto al género ubicar este film dentro de la categoría de horror. El único espanto que causa esta producción es el tedio que genera la historia durante casi 90 interminables y tortuosos minutos. Creo que ya se le está tomando el pelo a la gente con estas muestras de vagancia descomunal a la hora de producir un largometraje. Tomar una cámara para filmar boludeces que no tienen un mínimo sostén argumental no significa necesariamente hacer una película. Los planos y los montajes son herramientas que existen por una razón dentro de este arte. La única diferencia notable de esta versión con el film original es que los japoneses usaron cámaras de alta definición y la imagen es mejor. Después en esta producción no hay ningún tipo de tensión, misterio y no ayuda tampoco que los momentos de sustos encima recurren a los mismos recursos que se vieron en la primera película. Otra propuesta mediocre e intrascendente que aburre y la larga refleja claramente que esta fórmula de contar historias de terror está totalmente agotada. Una vez más, gracias James Wan por La noche del demonio.
Antes que nada conviene señalar que estamos frente a un producto un tanto extraño, no precisamente por la singularidad de sus características específicas sino más bien por su esencia comercial indefinida: a pesar del título con el que llega a la Argentina que parece subrayar un estatuto de precuela, en realidad hablamos de una continuación directa de la película original del 2007 aunque ejecutada por japoneses. Como si la propuesta no fuera de por sí ya lo bastante bizarra, aclaremos también que no guarda ninguna relación con Actividad Paranormal 2 (Paranormal Activity 2, 2010), su homóloga norteamericana. Para comprender situaciones como la presente debemos recordar aquellas “semi- secuelas” europeas de las décadas del `70 y `80 que vampirizaban a los éxitos hollywoodenses de terror de turno: aquí aparentemente el sustrato exploitation, por lo menos a nivel legal, está domesticado porque al inicio nos topamos con un “inspirada en” que indicaría que los responsables contaron con el visto bueno de la Paramount (es decir, depositaron el cheque o vaya uno a saber). El asunto es que Actividad Paranormal 0: El Origen (Paranormal Activity 2: Tokyo Night, 2010) se siente más cercana a una remake que a un corolario. Esto ocurre principalmente por la generosa carga de obviedad y recursos estandarizados que ofrece tanto para el despegue como para el desarrollo. Todo comienza cuando Haruka Yamano (Noriko Aoyama) se ve obligada a regresar a su casa en la capital nipona luego de que un accidente automovilístico en Estados Unidos la dejara con las dos piernas fracturadas. En esta ocasión no hay excusa circunstancial para las videocámaras, que conste que su hermano Koichi (Aoi Nakamura) es fanático de ellas y listo: así de a poco el joven registra cómo la silla de ruedas se mueve sola, se escuchan pisadas y hasta estallan vasos. Si bien el enlace narrativo con la anterior está justificado con discreción, la obra escrita y dirigida por Toshikazu Nagae apenas si funciona como una antología de clichés de los falsos documentales que para colmo avanza en piloto automático y sin entregar más que un par de “novedades” (la inmovilidad de la protagonista y la estructura laberíntica de los hogares asiáticos). El hoy desaparecido “efecto sorpresa” es vital en una saga basada en el minimalismo formal y una puesta en escena claustrofóbica: el film de Oren Peli permanece invicto mientras continúan encendiéndose en la oscuridad esas pequeñas luces rojas…
Anexo de crítica: ¿Era necesaria una precuela asiática de una franquicia que ya perdió toda novedad? Más que remake, este film parece un ejercicio sofisticado de un estudiante avanzado que un fin de semana junta a un par de amigos y hacen una peli de terror bajo la premisa de falso documental y un estilo minimalista que necesita a gritos un recambio porque ya no asusta ni a los más chicos. El resultado de ese disparate está a la vista con esta versión nipona de la casa invadida por espiritus malignos que no dejan vivir tranquilo a nadie...
Actividad Para Anormal Las primeras frases que se leen en este film son las clásicas: “ Las siguientes secuencias fueron encontradas en la casa de la familia Yamano, en Tokyo, Japon” y de ahí en más queda a criterio del espectador quedarse o no en la butaca. La película comienza con la llegada de Haruka Yamano a su casa en Tokyo, Japón, después de realizar un viaje a San Diego en el que tiene un accidente automovilístico que le rompe ambas piernas y provoca la muerte de una joven mujer. Cosa que el espectador se entera por la sinopsis o...si lo logra deducir. Mientras la joven Haruka debe andar en silla de ruedas (aunque sin yeso y sólo con un ligero vendaje) es cuidada por su hermano Koichi ya que su padre realiza viajes de negocios a Singapur y los deja solos en la casa. Como en las versiones occidentales, Actividad Paranormal 0, va contando lo que ocurre día a día en la casa de los jóvenes orientales. Desde el 5 de septiembre van documentando noche tras noche cada “fenómeno” paranormal que se registra en su hogar. Está claro que cinematográficamente la cinta no ofrece nada nuevo: la luz se corta, pero a la vez los monitores siguen funcionando y, es obvio, que una radio mal sintonizada tendrá que encenderse. Mientras todo es un desastre en la casa, el joven Koichi prefiere documentar todo antes que ver cómo está su hermana o contarle a su papá. Entre los detalles lógicos y coherentes están los de la multiplicación de cámaras, ya que comenzaron con una y sin salir a comprar, en el séptimo día terminaron con más de tres, dos monitores y trípodes. Lo más destacable de Actividad Paranormal 0, es el sonido y algunos estallidos de vidrios inesperados. Después el film pasa por más de lo mismo: problemas de iluminación, poca creatividad y escenas vistas en las anteriores. Cabe destaca que este film no tiene nada que ver con Actividad paranormal 3 que se verá en las próximas semanas en Argentina, pero que seguramente aproveche a un público distraído
Imagino esta conversación (en japonés, y seguramente mucho más formal) entre el director y el productor: -Conseguí los derechos para hacer una secuela de Actividad paranormal, sale barato, dos actores en una casa. -Dale para adelante. Vamos a seguir sacando jugo de una franquicia barata. Ese puede ser el único objetivo de esta película. Razonaran que, como no se les cae una idea, mejor reciclar otra que dio réditos. Porque lo único claro de esta película es: esto ya lo vi. Una joven japonesa vuelve a Tokio de Estados Unidos con las piernas fracturadas luego de un accidente automovilístico. Padre y hermano la reciben y se organizan para cuidarla. Entonces el padre debe viajar y queda a cargo del hermano que, por alguna razón, filma todo. Como recibimiento, el hermano coloca un poco de sal para alejar a los malos espíritus, según él, porque lo vio en un programa de televisión. Pero anda a saber porque lo hace, ah, si, porque es una película de fantasmas. Y porque hay que empezar de a poco. Lo que asusto de la primera (de aquel film americano tan lucrativo) va a asustar en esta porque prácticamente es lo mismo. Suma el arquetipo de terror japonés como única variable: chica de pelo largo y negro, movimientos musculares resquebrajados. Pero sin gracia, sin terror. Repite lugares comunes y se expande en errores. Una es que no hay sorpresa. Que un vidrio roto, que un vaso que estalla, que alguien visita a los hermanos y dice, "me tengo que ir de esta casa". Otra es su supuesta rusticidad. Busca un ascetismo pero se le notan los hilos. La colocación de la cámara intentando ser causal es conveniente, como cuando la olvida en la pieza de la hermana con un crucifijo de madera en la mano. El comportamiento de los personajes es tan torpe que fastidia. No se sorprenden cuando filman una clara presencia fantasmal en la casa. Siguen durmiendo separados (loco, tu hermana la esta pasando muy mal!). Nunca abandonan la casa. Es tan poco creíble como la repetida situación de pánico (con la hermana gritando desesperada) en la que le hermano se limita a salir corriendo con la cámara a filmarlo. Entonces esa intención de hacernos creer que es un registro de la "realidad" es imposible de alcanzar. Y eso sin siquiera considerar el final que, además de obvio, tiene un primer plano (!). No hace falta extenderse más. De lógica, cero. Aburrimiento, sobra. A marzo.
Una de fantasmas y de cámaras digitales sin ninguna sorpresa La película japonesa insiste en el sobrevaluado esquema de hacer una película de bajo costo, con solamente dos actores dentro de una casa de dos pisos, y aprovechando que todo lo que se ve es registrado con una o dos cámaras digitales, con ínfima luminosidad. Aquí, la joven Haruka llega a Tokio desde los Estados Unidos con ambas piernas enyesadas tras un accidente automovilístico. La reciben su padre y su joven hermano Koichi, que acaba de comprar una cámara. Apenas el padre se va de viaje de negocios comienzan los problemas. Una noche en su dormitorio su silla de ruedas cambia de lugar. Como Koichi sospecha de alguna intervención "fantasmal", pone la cámara en el lugar y registra los movimientos nocturnos. Durante hora y media vemos gritar a Haruka y correr a Koichi, mientras estallan vasos y se dan algunos forcejeos con un demonio invisible. Fin. Esa es toda la trama, un desenlace previsible que no sería correcto develar en este comentario. Es curioso el uso del "0" para el título local de este film, que en realidad lleva el "2", y en verdad no es una cosa ni la otra sino una copia del original de Oren Peli (un cartel inicial reconoce la inspiración), del que en pocos días se estrenará aquí el tercer episodio. Lo que ocurre es que ni aquellos dos productos de manufactura norteamericana ni éste con sello japonés se sostienen porque sus cimientos son muy débiles y a esta altura su estética, muy trillada. Hay mejores cosas para hacer en hora y media.
Fantasmas que inquietan El filme de Toshikazu Nagae es bastante atractivo para el que nunca vió las anteriores películas del mismo nombre, en cambio para el que vió la número dos no podrá hacer menos que comparar y salir con la idea que la anterior era excelente y muy entretenida. Cuentan los que saben que la película de la que se genera "Actividad Paranormal" data de poco tiempo. Sólo cuatro años atrás un muchacho israelí, Oren Peli, que llega a los diecinueve años a Estados Unidos, hace esta película que relaciona una pareja con un misterioso fantasma, alma en pena o espíritu inquieto, que luego de un viaje se instala en la casa familiar. La particularidad es que fue hecha con cámara digital, sin guión y costó quince mil dólares. Inició una carrera exitosa hasta que Spielberg se interesó, Paramount compró los derechos nacionales e internacionales en trescientos mil dólares, se hizo la segunda versión y ya lleva recaudados más de ciento noventa millones de dólares. Actualmente hasta hay un cómic breve que lo transmite IPhone. La secuela, o para ser más elegantes, "la precuela" se origina en Japón, está protagonizada por actores japoneses y los capitales de la producción son mixtos. FILMARLO TODO Esta vez se trata de dos hermanos adolescentes, Haruka y Koichini. La chica vuelve de Estados Unidos con las piernas fracturadas y debe convalescer en la casa de un padre viajante y su hermano que vive filmando con una cámara digital todo lo que ve, debe ocuparse de cuidarla. Ninguno de los dos sabe que pronto aparecerá un nuevo y molesto personaje que no se deja filmar y les va a hacer la vida imposible. El filme de Toshikazu Nagae es bastante atractivo para el que nunca vió las anteriores películas del mismo nombre, en cambio para el que vió la número dos no podrá hacer menos que comparar y salir con la idea que la anterior era excelente y muy entretenida. La actual de vez en cuando sobresalta, no tiene demasiados sorpresas y su final es desilusionante.
La única asustada es la protagonista El éxito de la saga de «Actividad paranormal» provocó ya una tercera parte legal a punto de estrenarse en Estados Unidos, y también esta especie de copia que repite el formato de «material de archivo encontrado luego de un hecho extraño», etc., sin muchas variaciones al fenómeno de fantasmas que perturban las noches, salvo que en este caso el espectro es nipón, igual que sus víctimas (eso sí, las cámaras de las películas anteriores seguro también fueron japonesas o, por lo menos, chinas). Aquí también hay una variación sobre el estado de los personajes: la protagonista, es una japonesa recién llegada de Estados Unidos con las dos piernas rotas producto de un accidente del que no quiere hablar mucho, ya que fue con una asesina que ya tenía varias víctimas previas y, además, ella provocó una muerte en medio del choque. Como la chica asegura que por la noche su silla de ruedas se mueve sola al lado de su cama, su hermano, últimamente obsesionado con grabar todo con su nueva cámara, toma la decisión de monitorear la habitación en horas nocturnas. Y por las dudas pone una montañita de sal adelante de la puerta, que por supuesto aparece pisada a la mañana siguiente. Pero no se ve quién la pisa, sólo el efecto de la montañita pisada por una especie de pie invisible. Pronto hay más episodios sobrenaturales por las noches, y también llega un monje para realizar una ceremonia purificadora en la casa. Pero todo sigue bastante mal, incluso para el espectador que no encuentra nada demasiado nuevo ni verdaderamente terrorífico en la historia, que además, gracias al formato reality, no tiene casi ningún atractivo formal. Las otras «Actividad paranormal» daban miedo, pero ésta, al final, sólo incluye gritos histéricos de la pobre japonesita enyesada.
En 2009, el cine de terror en clave de falso documental dio otro golpe maestro. Actividad Paranormal contaba la historia de un matrimonio que experimentaba fenómenos sobrenaturales en su casa. Por supuesto, lo que vemos aparece registrado por cámaras de seguridad. La película costó 15.000 dólares y recaudó millones. Al año siguiente se estrenó Actividad Paranormal 2, también contada como falso documental, que expandía el universo de la anterior e incluía posesiones demoníacas. Y se está por estrenar la tercera parte, que será una precuela (incluso de la 2, que ya de por sí sucedía antes que la primera). Actividad Paranormal 0: El Origen no tiene nada que ver con esos films, sino que se trata de una versión japonesa de Actividad Paranormal, que es vendida como una secuela... y como una precuela (¿?). Muy confuso. Una chica llega a su Tokio natal luego de que, en San Diego, Estados Unidos, protagonizara un accidente que la dejó inválida y provocó la muerte de otra persona. Al principio todo está bien y hay mucha emoción por el reencuentro sobre todo por parte del hermano. Sin embargo, la tranquilidad se esfuma con una sucesión de episodios misteriosos. objetos que se rompen de la nada, puertas que se abren y se cierran solas, ruidos extraños. Por supuesto, cada situación queda registrado por la cámara del hermano, quien se la pasa filmando todo. La película funciona igual que la de Oren Peli: filmaciones nocturnas, con la cámara en modo infrarrojo, y grabaciones de escenas cotidianas —gente comiendo, durmiendo, hablando, etc.— que, si bien para muchos pueden llegar a generar tensión, resultan aburridas. Tampoco es demasiado interesante el drama familiar con la chica lisiada. El cine fantástico japonés tiene una larga e interesante tradición. Más acá en el tiempo, el J-Horror aterró al mundo entero gracias a obras como Ringu y Dark Water, de Hideo Nakata, y Ju-On, de Takashi Shimizu. Historias de seres fantasmagóricos que acechan a los protagonistas, y que tuvieron sus refritos hollywoodenses, también con mucho éxito. AP0 quiere tener algo de esa impronta (los protagonistas tienen respeto por los espíritus; incluso ponen sal gruesa para protegerse de las almas más perversas), pero sigue siendo una innecesaria adaptación de un film de por sí tremendamente sobrevalorado, pero muy bien vendido por una impresionante campaña marketinera. Hartos de que en Hollywood se la pasen adaptando sus películas para el ojo occidental, los japoneses quisieron tomarse revancha y adaptar un éxito anglosajón. No les salió bien. Actividad Paranormal 0: El Origen es un producto que seguramente fue hecho con la intención de seguir lucrando con la misma idea que tan buenos resultados dio en los cines del mundo. Incluso podía esperarse que la versión oriental le encontrara la vuelta para superar a la primera AP, pero les quedó un trabajo todavía menos cuidado que el de Peli. El cine japonés debería serle fiel a sus propios conceptos e inventivas; ya demostraron que pueden hacer films geniales y originales. O, por lo menos, podrían hacer la remake de una película mejor, o darle la vuelta de tuerca necesaria para mejorar lo ya hecho. Ahora queda esperar la AP3 oficial.
Una no tan buena venganza de parte del cine japonés, siendo por primera vez los encargados de adaptar una popular película norteamericana de terror. Su nombre en Argentina la menciona como una precuela, pero su nombre original, Actividad Paranormal 2: Noche en Tokio, nos dice lo que realmente es. Y es una película que bien podría funcionar como secuela de “Actividad Paranormal”, pero que cómodamente se podría ver sin conocer la saga, que dentro de poco estrena una tercera parte. Esta historia empieza con la llegada de Haruka a su hogar en Japón, después de haber realizado un viaje a Estados Unidos donde lamentablemente se quiebra ambas piernas en un accidente automovilístico en el que muere una mujer que recientemente se había escapado de su casa habiendo asesinado a su novio (¿Les suena familiar?). Su hermano Koichi, un jovencito que no deja de filmar con su videocámara, será el encargado de cuidarla mientras su padre viaja por negocios, pero comienzan a suceder cosas muy extrañas alrededor de ellos, se oyen ruidos inexplicables y algunos objetos se mueven solos. Una fuerza extraña se encuentra en esa casa, sobre todo en las noches en la habitación de Haruka, así que Koichi decide filmar mientras duermen para ver qué es lo que realmente está sucediendo. Y lo que sucede no es mucho ya que el resultado es el mismo que cualquier otra remake; siempre es mejor su versión original. Esta película logra ciertas situaciones con buenos climas y momentos efectistas que pueden llegar a asustar a algunos de sus espectadores, pero no más que eso. Debido a que este film funciona como secuela de la original, todo está supeditado a ella, por ende utilizan el mismo tono de falso documental y los mismos elementos a la hora de asustar (ruidos, objetos moviéndose, etc.) sin correr ningún riesgo ni tratar de ir un poco más allá. Hay que reconocer que a pesar de que esta película es casi exactamente igual a la original, los japoneses siempre fueron bastante buenos a la hora de generar situaciones de miedo y mucho más si la temática es sobre fantasmas o similares. Por lo cual puede que alguna situación te pueda hacer pegar un salto de tu butaca y,de paso, recordar algún otro ya hito del cine de terror japonés. Una trama predecible y no muy original dentro de un estilo de película que ya hemos visto demasiadas veces y que, por ende, no logra asustarnos de la misma manera.
Haruka regresa a Tokyo en sillas de ruedas tras sufrir un accidente automovilístico en San Diego. Enyesada y con la movilidad reducida, la joven cuenta con la asistencia y el cuidado de su hermano Koichi, adicto a su videocámara, mientras su padre realiza un viaje de negocios a Singapur y los deja solos en la casa. Desde el momento en que Haruka asegura ver que su silla de ruedas se mueve por sí sola, los dos hermanos empiezan a notar que suceden cosas extrañas en la casa: las puertas se abren y se cierran mientras se oyen pasos y ruidos inexplicables. Koichi decide registrar qué sucede cuando las luces se apagan. Actividad Paranormal 0 es en los hechos un film de j-horror (poco) inspirado en la película de Oren Peli estrenado hace más de dos años. Respeta los mismos códigos de cámara en mano, narración subjetiva, muchas acciones desarrolladas fuera de campo, encuadres impensados en otro tipo de cine (casi cinco minutos de una ensaladera en primer plano lo dicen todo)… pero incluso intentar ser fiel a los lineamientos no siempre resulta acertado. La edición vertiginosa, los chirridos inaguantables que emanan de la actriz protagónica y los caserísimos efectos visuales no ayudan demasiado a un guión de por si previsible, aburrido y totalmente carente de ingenio. Ni que decir de las poco convincentes actuaciones: ambos actores se encuentran de modo constante al borde de la risa, lo que demuestra su descreimiento en el proyecto y el poco compromiso con la historia que se proponían contar.
Insisto en que el género del terror no atraviesa un buen momento. Transcurrida la primera década del siglo XXI todo parece estar agotadísimo. O hacen sagas interminables repitiendo la misma fórmula todo el tiempo (“El juego del miedo”, saga 2004/2010), o se mandan algún delirio escrito por pasantes que arranca bien y luego tira todo al tacho (“La oscuridad”, 2010). Parecía que la esperanza estaba en oriente, donde hicieron algunas cosas interesantes que luego Hollywood se encargó de versionar para su propio mercado, por ejemplo “La llamada” 1998. Pero allá también empezaron a repetirse. Cuando ví la décima película con una adolescente japonesa a la que le tiraron dos kilos de harina en la cara para hacer de fantasmita disconforme, también me dio por pensar que el cine de terror se nos está yendo a la B. Si por lo menos estuviera Roger Corman en esa categoría bueh… pero no. Resulta que ahora la cosa se dio vuelta y “Actividad paranormal 0: el origen” es una especie de remake de “Actividad paranormal”2007, pero con algunos cambios. El principal y peor de todos es coyuntural. Este tipo de películas tiene un gran desafío a la hora de escribirlas: instalar el verosímil. Una vez hecho esto se puede dirigir tranquilo, pero teniendo mucho cuidado de no quebrarlo porque la platea cambiará sustos por risas en dos segundos. La acción se desarrolla en Tokio. Koichi (Aoi Nakamura) y Haruka (Noriko Aoyama) son hermanos. Ella acaba de volver de Nueva York con las dos piernas enyesadas. Él filma todo. Pero todo ¿eh? Y a falta de una tiene tres cámaras. El padre se va de viaje y ellos dos quedan en la casa. Una mañana ella le cuenta que la silla de ruedas se movió mientras dormía, él inmediatamente le dice que su cuarto está embrujado. La excusa perfecta para instalar una cámara que lo filme todo durante la noche. Digamos, como construir su propio “Gran Hermano”, pero con la parte más aburrida que es cuando todos duermen. El realizador Toshikazu Nagae se apiadará de todos nosotros y adelanta los minutos registrados hasta llegar al momento en que “algo” pase. Por las dudas, Koichi tiene siempre la cámara a mano, lista para filmarlo todo. Sorprende la calidad de las baterías japonesas. Nunca se agotan. Hasta casi el final se repetirá varias veces la secuencia: Pantalla dividida en dos mostrando el cuarto de él y el de ella. Duermen. Después de un rato, ella se despierta gritando y el agarra su cámara y corre al piso de arriba sin jamás prender la luz. La cosa se pone cada vez peor. Ya no es un vientito que mueve las cortinas; sino algún espectro que la agarra de los pelos y cosas por el estilo. Pese a todo, cada mañana en el desayuno ambos comentan el hecho como si hablaran del clima. Eso sí, coinciden en que se tienen que ir de ahí. Pero igual se quedan. A esta altura, la película se hundió en su propia propuesta y cualquier cosa que sucede solamente asusta a los personajes. El resto (los espectadores) comenzamos a mirar el reloj y a desear que ese espectro no nos haga un favor y nos arrastre como hace con Haruka pero hasta fuera de la sala.
Queridos lectores, ¿cómo desean que yo encare el análisis de este film? ¿Algún "telépata" por la web? Sin respuestas. Propongo tres tópicos centrales: la cámara de mano supuestamente llevada por los protagonistas, el fenómeno paranormal (el conocido Poltergeist) y el grado de temor o "susto" del espectador. Aduzco con mis escasas propiedades telepáticas que ustedes también creen que "viejo, malo y poco" podrían corresponder a los puntos expuestos como sus características sin faltar a una verdad de cuya evidencia todos dudaríamos menos que de la existencia de un fantasma endemoniado en este cuarto desde donde les escribo. Sin chistes negros, la protagonista de Actividad Paranormal 0: el origen observa cómo su silla de ruedas se mueve de su sitio por la noche. Sin pasar por Freud y los deseos inconscientes, consulta a su hermano quien, harto de psicoanálisis, cree que este hecho puede deberse a un espíritu que ronde el hogar que habitan. Él no se detendrá hasta comprobar fílmicamente su (in)existencia y ella no lo hará hasta develar un terrible secreto. La relación con la verdad de amor/odio que los hermanos sostienen lamentablemente no logra traslucirse al nivel cinematográfico de la película dirigida por Toshikazu Nagae. Si bien el espectador suele ir a la zaga de la verosimilitud, en Paranormal Activity: Tokyo Night cabe esperar no más que la sucesión de hechos paranormales concatenados por el uso de la cámara de mano, sin preocuparse por su verdadero sentido, y tantos otros sentidos, como se pudo ver en la española [REC]. Por último, este estreno se ha efectuado junto con una nueva entrega norteamericana (la presente es japonesa) de Actividad Paranormal, pero esta avalancha de espíritus sólo provocan el odio de fanáticos del terror y la confusión fantasmática de ciertos directores que creen que es necesario continuar con un formato para recuperar posibles virtudes de la original propuesta y que ello es hacer cine. Nadie lo niega, aunque deberían ser atravesados por algún demonio ¡cuanto antes!.
¿Cuándo se mata a un género? Cuando se hacen películas como ésta. El género que la primer “Actividad Paranormal” supo renovar últimamente se ve trillado por títulos que intentan aprovechar dicho éxito y tratar de captarlo haciendo films similares. Pero definitivamente este “precuela”* japonesa no aporta nada y nos deja con la sensación de que se usa él título de la franquicia sólo para seguir robando. Este nuevo film se sitúa cronológicamente después de la “Actividad Paranormal” original e incluso en japón se vendió como la secuela oficial. Cuenta la historia de Haruka, una joven que luego de tener un accidente en los Estados Unidos vuelve a la casa de su padre en Japón para quedarse con él y su hermano, Koichi, mientras recibe el diagnostíco y tratamiento a seguir para su condición. En los días siguientes comienza a percibir cosas que terminan por convencer a su hermano de poner cámaras por todas la casas para descubrir qué está sucediendo. Como toda peli de la saga comenzamos a ver diferentes cosas que van pasando día a día a través del lente de la cámara que va registrando todo. El nivel de actividad se va acrecentando conforme la semana va avanzando y va desde el simple movimiento de la silla de ruedas hasta una completa agresión sobre el cuerpo de Haruka. Aún así, pese a todo lo que sucede, el terror nunca llega a ser lo que se propone y llega a una situación en la cual nos parece un completo aburrimiento. Yo entiendo que el terror japonés en completamente diferente al américano, y si alguno tuvo la oportunidad de ver la versión original de “The Ring” (“La llamada”) podrá estar de acuerdo conmigo. Incluso el terror de esa gran película de Hideo Nakata, que luego se trasladó a la pantalla américana con igual éxito, me pareció mucho mejor que el que se intenta plantear en esta nueva “Actividad Paranormal”. Pese a que la saga tiene muchos fans creo que ninguno podrá encontrar interesante este film. Si bíen se respeta la estructura y tipo de acción, muchas veces nos parecerá que es un remake de la versión américana ya que hay escenas que son muy similares e incluso el final nos dará esa sensación de déjà vu. ¿Asusta? Poco y nada por lo cual recomendaría aprovechar para ver algunas de las otras opciones que hay en cartelera esta semana. *Se vende como precuela en Argentina pero en realidad es una secuela, incluso en el film hay una mención al caso de Katie que es el que se cuenta en la primera “Actividad Paranormal”.