Siete años no es nada… Si existe un componente de la cartelera porteña que definitivamente se extraña, en especial si consideramos lo que ocurría en la etapa previa a la “sociedad de la información”/ popularización de Internet, es esa clase particular de film que sorprende en términos del género en cuestión y/ o en función del contexto específico en el que le ha tocado llegar al público. Actualmente el terror que alcanza el circuito comercial argentino se divide entre productos mainstream mediocres y alguna que otra joyita que -como suele ocurrir- puede arribar desde las geografías más inhóspitas y bajo los andamiajes etéreos menos pensados...
El túnel de la muerte La película independiente de Mike Flanagan ha tenido repercusión en circuitos no convencionales y se trata de una producción que va a contrapelo de Hollywood, en una propuesta de terror inusual que fusiona lo fantasmagórico y la paranoia. En Ausencia (Absentia) la incertidumbre es la que moviliza a los personajes: dos hermanas, Tricia (Courtney Bell) y Callie (Katie Parker) se reencuentran luego de la misteriosa desaparación del marido de la primera. Después de siete años, llega el momento de declararlo "muerto en ausencia". Ese es el planteo de este relato ambientado en un vecindario peligroso, donde hay un túnel que pasa por debajo de la autopista y en el que se producen misteriosas desapariciones de mascotas y personas. El realizador juega con el tema de la locura en una historia cíclica que cambia las perspectivas cuando Daniel, el esposo, reaparece en extrañas circunstancias. Pero ya no es el mismo. Un film de aristas fantásticas que no cae en el despliegue de efectos. Por el contrario, utiliza al túnel como pasaje a un inframundo, entre pesadillas y un detective que se acerca a la "viuda" para proseguir su investigación. El resultado es una película despojada de artificios donde se coloca el acento en la creación de los climas (las apariciones en el hogar) y en los dudosos comportamientos de las hermanas en cuestión, sobre todo una que tuvo un pasado con las drogas. El resto es misterioso tanto para las protagonistas como para el público que irá descubriendo un largo túnel con luz blanca en el fondo pero que también guarda sus sorpresas.
Los seres del túnel Para contrarrestar a las millonarias producciones de terror no hay nada mejor que las buenas ideas. Tal es el caso de Ausencia (Absentia, 2011), una producción independiente del género que construye el miedo desde una propuesta tan sólida como creativa. La historia nos trae a Tricia (Courtney Bell) quien busca sin resignarse a su marido (Morgan Peter Brown) tras siete años desaparecido en circunstancias desconocidas. Cuando su hermana Callie (Katie Parker) la visita, Tricia está convencida de rehacer su vida y olvidar a su esposo. Sin embargo extrañas e inexplicables apariciones se hacen frecuentes en la casa, provenientes de un túnel cercano al vecindario. Si no hay dinero para efectos especiales, ni para actores de renombre, sólo queda la imaginación para construir una buena y atractiva historia. Algo que entendieron bien los responsables de Ausencia, una pequeña y novedosa película que logra asustar mediante la magnifica utilización de sus recursos. El relato mezcla un drama familiar con historias de fantasmas y seres de otro mundo (para no adelantar más). Y lo hace con tácticas expresivas explotadas en todas sus posibilidades. El sonido y las sombras sugieren el miedo que no puede mostrarse (un legado de Val Lewton, productor de los años cuarenta creador del terror sugerido), pero también el trabajo sobre el espacio es fundamental. Tanto la casa como el barrio se tornan lugares de encierro. Basta sumar un montaje preciso para acertar en cuanta sugestión se quiera generar. La sensación de acecho inminente es tal, que se manifiesta la existencia del peor de los destinos. Desde la preocupación de Tricia sobre el paradero de su marido, se insinúa un desenlace nefasto. Un componente de sugestión muy bien manejado por el director, editor y escritor Mike Flanagan, que aplica las vueltas de tuerca suficientes para dejar atrapado al espectador en el destino de sus personajes. Ausencia comenzó como un proyecto muy pequeño (en cuanto a producción y expectativas) y fue adquiriendo reconocimiento gracias a la crítica y el público que lo aclamó en los diversos festivales en los que circuló. Hoy en día es considerada una gran obra de culto dentro del género. Y vaya si lo es.
Desapariciones A la película norteamericana independiente de terror, Ausencia, que finalmente se estrena de manera comercial en nuestro país, le alcanzan dos elementos efectivos para construirse y lograr con muy poco concluir un film interesante desde el punto de vista del planteo y diferente a lo que se viene estrenando en materia de cine de terror en los últimos años. Gran parte de ese mérito debe atribuirse a su director Mike Flanagan, quien desarrolla con meticulosidad un relato minimalista que explota al extremo la idea de las presencias fantasmales, mezclada con la culpa cristiana que alimenta los monstruos internos que toda explicación psicologista reviste de entidad y como parte del juego perverso de la mente. A esas fuerzas que se contraponen, el agregado de una atmósfera tensa y atravesada por ambigüedades sumado a una serie de hechos misteriosos más cercanos al policial sobrenatural que a una película de terror en sí misma se le debe agregar una ecléctica galería de personajes secundarios bastante convincentes gracias a buenas elecciones de casting, donde se destaca el actor Morgan Peter Brown, personaje clave sobre el que gira el derrotero de la trama. Callie (Katie Parker) visita a su hermana Tricia (Courtney Bell) para ayudarla a cerrar una etapa dolorosa en su vida al haber desaparecido Daniel (Morgan Peter Brown), su pareja, hace 7 años. Sin rastros sobre su paradero y con una investigación policial infructuosa detrás decide declararlo muerto en ausencia para poder continuar con su proyecto de vida y con asuntos legales en vistas a que pronto dará a luz. Todavía el duelo de la pérdida hace mella en su frágil mente y la atormenta la presencia fantasmal del desaparecido Daniel cada vez que intenta olvidarlo. En paralelo, su hermana también católica y devota, descubre a metros de la casa un túnel en el que encuentra personas extrañas y que en cierta medida se vincula con la desaparición de Daniel. Un hecho inesperado que es conveniente no anticipar aquí modificará drásticamente el rumbo y tono de los acontecimientos para que el realizador saque a relucir algunos trucos y vueltas de tuerca lícitas que hacen de este producto de bajo presupuesto y buenas ideas una propuesta más que satisfactoria tanto para amantes del género como para aquellos que buscan todavía encontrar películas bien narradas y que logran mantener atado al espectador a la butaca a fuerza de pulso y nervio más que de efectos visuales o golpes de efecto.
Aunque dista de ser perfecta, Absentia captura con precisión el tenebroso enigma de una persona desaparecida y los devastadores efectos que se producen en aquellos parientes cercanos al ausente en cuestión. Su presupuesto ínfimo actúa como un arma de doble filo, pero la balanza empuja hacia por el lado positivo. Allá donde se requiere de efectos costosos que no pudo permitirse, el film elige sugerir, jugar con la mente del espectador y volver la pobreza monetaria en riqueza argumental, dejando que los destinos de varios personajes queden plasmados de diferentes maneras, tanto realistas como sobrenaturales. El flamante film que dio a conocer a Mike Flanagan al mundo está lejos de ser uno de horror per se, es más un thriller con toques sobrehumanos que en su recta final elige usar todas sus cartas bajo la manga para entrar en terreno cenagoso y asustar a la platea con recursos tan básicos como efectivos. Amén del quid de la cuestión -la declaración in absentia del marido de una de las protagonistas-, hay una historia de fraternidad frágil, de adiciones a las drogas, de religiosidad y hasta también de flirteo con un futuro promisorio para una de ellas. Estas tramas y subtramas están manejadas con frescura y animosidad por el realizador, quien se despacha el guión -y, como verdadero hombre orquesta, también su edición- que resulta correcto, potable, sin aires de grandeza ni superioridad en él, sino uno que le sirve para contar un argumento con integridad. El mismo escrito que solidifica la relación de las hermanas Tricia y Callie tiene varias sorpresas en su haber, aunque la mejor de todas se la guarda para ese cierre tan aplastante como sorpresivo. La vuelta de tuerca causa estupor, con un sentimiento muy fuerte y denso de pesar, todo sin grandes necesidades de mostrar sino bajo el claro perfil de sugerir hasta el momento de los créditos. Gran parte de que Absentia funcione recae también en la fuerza gravitatoria de sus actrices principales, en la apatía simpática de la Tricia de Courtney Bell o la dualidad entre frágil y feroz de la hermana menor Callie de Katie Parker. La relación orgánica entre ellas dos es la columna vertebral del film, ya que la acción se enfoca mayormente en ellas y en el sufrimiento de ambas atravesando una situación con una decisión definitiva que es demasiado difícil de tomar para una de las dos. Si agregamos el cameo del camaleón Doug Jones -un señor que provoca escalofríos de solo verlo y es raro encontrarlo fuera de un disfraz de látex para grandes producciones- el combo está servido. Dentro de las cantidades de propuestas de horror que llegan todos los años, Absentia es la más radical y minimalista de todas. Un film que demuestra que con muy poco se puede lograr mucho y que un par de elementos bien posicionados lo son todo frente a alternativas que eligen la sangre y el shock value como premisas generales.
Estreno sorpresa Caso curioso el de Ausencia. Filmada hace más de tres años con un presupuesto ínfimo, vista en decenas de festivales norteamericanos durante 2011 y no estrenada comercialmente en casi ningún país -en los Estados Unidos salió en DVD hace algunos meses-, el film de Mike Flanagan (de amplia experiencia en la edición televisiva) no sólo no está nada mal, sino que es, aún con sus imperfecciones, el mejor estreno de la semana. Los primeros minutos remiten al indie norteamericano más “indie”, si se permite la redundancia, con un regreso a la ciudad natal y la posterior problematización de los vínculos familiares como ejes. Quien llega en este caso es Callie (Katie Parker), y lo hace a la casa de su hermana. Hermana que está embarazada y recientemente viuda. O al menos desde los papeles, ya que su marido desapareció hace siete años y recién ahora es declarado oficialmente muerto. En ese contexto, mientras la segunda se empeñe en completar su duelo (aceptó la cita eternamente postergada con el policía del lugar), la primera se ve atraída por un túnel que pasa por debajo de la autopista, lugar donde empieza a ver a otras personas que también están...desaparecidas. El asunto se complicará aún más cuando el marido “fallecido” vuelva vestido igual a como se fue. A partir de ese momento, Flanagan apuesta a una hibridación genérica que incluye la latencia de lo sobrenatural de la vertiente fantástica del cine de terror, algo de thriller policial e incluso un drama romántico. Ominosa en tono e imagen (notable trabajo del DF construyendo una película literalmente gris), Ausencia no es la gran película que pudo ser porque se engolosina con la mezcla y por momentos queda a mitad de camino, abriendo demasiadas líneas argumentales que parecen desvanecerse antes que cerrarse. Así y todo, estamos frente a una pequeña sorpresa a la que vale la pena prestarle atención. Sobre todo entre tanto estreno de mediocre para abajo.
Del terror y la melancolía "La muerte es misericordiosa, ya que de ella no hay retorno; pero para aquel que regresa de las cámaras más profundas de la noche, extraviado y consciente, no vuelve a haber paz." Howard Phillips Lovecraft Ausencia está en realidad más emparentada con su título original, Absentia. Más allá que se refiera al término "In Absentia" con el que se define a la salvedad burocrática de dar por muerta a una persona que lleva desaparecida algunos años, este emparentamiento se da por el clima tanto literario como nostálgico que presenta el film y que en ese carácter lo acerca a la lengua latina. El film en cuestión a diferencia de muchos otros de similar procedencia no oculta en ningún momento su carácter de película independiente. El presupuesto es bajo y el director Mike Flanagan siendo consciente de esto no deja que se convierta en limitación. Algo tan obvio como tener consciencia de las limitaciones presupuestarias no lo resulta tanto en la mayoría de los films de terror en similar situación y (parecería a propósito) ahí es donde empiezan a aparecer malos efectos digitales que no sólo incluyen fantasmas, monstruos, demonios o lo que plantee el argumento de turno sino además explosiones y disparos hechos en Adobe After Effects y cualquier espectacularidad que puedan imaginarse. Flanagan (por suerte) va por otro lado. Por debajo de una premisa típica se transita la idea de la no aceptación de la realidad. Dos mujeres que a su manera no pueden dejar atrás su pasado, una lo hace de manera consciente atormentada por la culpa y la otra prefiere mentirse a sí misma. El hombre (un detective) cuyo esquema positivista no le permite aceptar la realidad. Ausencia es una película pretenciosa, es verdad, sin embargo la pretensión no siempre es mala, de hecho, si este film no lo fuera seguiría los errores antes señalados en busca de un entretenimiento tan válido como fugaz. El terror no funciona aquí de forma convencional, el fuera de campo es enorme, quizás tan grande como el universo de H.P Lovecraft, incluso planteada la forma material de la entidad encargada de las desapariciones el film deja abierta la puerta para toda una cosmogonía de seres intraterrestres que desvelaron a la humanidad desde su origen. Aun así es importante recalcar que este terror es más bien una excusa para retratar un drama, es por eso que la cinta durante su metraje transita varios géneros con una organicidad que hace reflexionar sobre si existe o no una línea que los separe. Gran parte de este aspecto tienen que ver con la dirección y edición de Flanagan que podría catalogarse como correcta aunque a veces es demasiado formal (se evita meterse en problemas en estos aspectos) y en la fotografía que mantiene una melancolía abrasadora. Las actuaciones son otro punto positivo del film (algo extraño en su clase ya que lo primero en donde se sienten los recortes presupuestarios suele ser en las actuaciones), no tanto así los diálogos que con su estética de no-ir-a-ningún-lado a veces resienten una trama que posiciona el terror en las tópicas aristas del olvido, la muerte y la vuelta del pasado no siempre con la efectividad que pretende. En conclusión Ausencia es un film que funciona mejor dentro del suspenso, el terror psicológico y el drama. El espectador que busque sentir miedo, sobresaltarse o buscar un divertimento con amigos o pareja probablemente salga desilusionado. El que apunte a este film buscando ese plus que a veces otorga el cine independiente se va a encontrar con un film de tintes literarios que propone una nueva manera de concebir el terror.
Una película de misterio y terror de producción ultraindependiente y de bajísimo presupuesto, en parte financiada mediante Kickstarter. Y que se estrena comercialmente. Y que tiene unas cuantas virtudes. El comienzo es un buen ejemplo de su habilidad narrativa, de su pericia: por las calles de esos suburbios americanos que ya son un paisaje, un mundo de reconocimiento inmediato, una mujer despega carteles ya ajados, carteles de búsqueda de una persona desaparecida. Y pega nuevos, iguales a los otros, pero flamantes. Lo hace con la habilidad de quien está haciendo algo que ya hizo varias veces. Entendemos, entonces, que esa persona buscada está desaparecida desde hace mucho tiempo. El plano se abre y vemos que la mujer está embarazada. Información concentrada y bien dispuesta, económica, contundente. Luego nos enteraremos de que ese hombre es (o era) su marido, que desapareció hace siete años. Ese hijo que carga la mujer, entonces, es de otro hombre. Y llega la hermana de la mujer, más joven, hermosa (Katie Parker, una belleza que en un cine menos obsesionado por las Megan Fox podría tener un lugar importante), también con un pasado complicado. En las cercanías de la casa hay un túnel que la hermana recién llegada cruza al correr a la mañana. Allí tiene un encuentro ominoso, real, concreto, desconcertante (hay aquí y allá algunos parentescos leves con Mimic, de Guillermo del Toro). La embarazada está en los trámites finales para declarar a su marido muerto en ausencia y tiene alucinaciones que se materializan en la película, con algo de inicial facilismo para asustar, pero que luego se integran hasta llegar a una muy buena idea que es mejor no revelar. En su primer segmento, Ausencia amplía los alcances del misterio y de las desapariciones hasta llegar a la posibilidad de horizontes narrativos con alcances míticos a partir de miedos atávicos. Y ahí es donde pierde parcialmente el foco, en donde por más pericia y habilidad que muestre no está del todo a la altura requerida por el planteo, y no porque caiga en chapucerías, sino porque ese posible alcance no es acompañado o alentado con una aceleración del ritmo o con una mayor grandeza y claridad de las peripecias: los personajes se empantanan (no los actores, eficaces y sobrios), la película no tiene mucho más para ofrecer que lo ya planteado y así comienza a repetir las situaciones. Al no profundizar ni hacer explícito lo monstruoso, tal vez por el apuntado bajo presupuesto, logra algunas soluciones ingeniosas mediante montaje y/o fuera de campo. El ingenio y la terminación prolija y cuidada, sin embargo, le ponen como techo ser una película digna, una módica sorpresa, un encomiable esfuerzo que por planteo y nobleza narrativa pedía desatar todas sus posibilidades de impacto, todos sus alcances profundos para convertirse en algo grande, o al menos en un relato que explotara todas sus promesas iniciales de diversión y distracción.
Olvídate de mí Irse y jamás volver, el hueco, el vacío, la impotencia. Eso es lo que vive Tricia Riley (Courtney Bell) cuando su marido Daniel (Morgan Peter Brown) desaparece sin dejar rastro alguno. Siete años después la mujer parece bajar los brazos para asumir la realidad: no volverá. Su hermanita Callie (Katie Parker, de una pasable actuación) la visita luego de un largo tiempo. Una vez en el vecindario -que sufre desapariciones de animales y personas- observa a la embarazada Tricia vivir en un limbo: entre aceptar la definitiva falta de su marido y el desafío de empezar una nueva vida. Pero los (muy bien logrados) sueños lúcidos de Tricia con la aparición de Daniel le recuerdan que él está al acecho y no le pierde pisada. Apenas recibe en su domicilio el certificado de defunción de su esposo por “ausencia”, y cuando el corazoncito y mente de ella parecen enderezarse... ¡zas!, un zombie digno de The Walking Dead deambula por la calle: es Daniel. Y allí comienza la otra película, la de integrar a su pálido marido (un ente casi) a su nueva vida. Su atemorizado rostro y pésimo estado físico-mental denotan que no la pasó nada bien. Y las explicaciones de su extraña desaparición nunca están claras. No esperen impactantes efectos especiales en Ausencia, sino la sugestión de desconexión en la que están las víctimas del túnel con una figura (¿araña, langosta?) que rapta a las víctimas y las somete. Lo interesante de este filme de Mike Flanagan es el suspenso generado dentro del túnel donde el efecto de vacío, junto a sórdidas voces del más allá, transportan al espectador hacia el inframundo. Lo negativo es el factor repetición: un argumento espiralado en torno al difuso destino de las víctimas. En esta producción independiente asoma Doug Jones (El laberinto del fauno), el malogrado Walter Lambert, uno de los “aparecidos”, quien con su mirada perdida le dice a Callie “¿Puedes verme?”, la síntesis de este filme que abrió el festival Buenos Aires Rojo Sangre 2012.
El cine de terror se encuentra en su mejor momento. O al menos en un momento en el que tenemos muchos productos de género. Y ya no hace falta que una película tenga un presupuesto de millones de dólares. Tanto en Estados Unidos, como en nuestro país se viene demostrando que con una buena idea y muchas ganas se puede lograr un producto interesante. Esto no implica que muchas veces las películas no tengan que luchar fervientemente para conseguir un estreno. Y es que "Ausencia" nunca llegó a los cines comerciales de su país pero pasó por varios festivales siendo bastante aclamada. "Ausencia" es una película chiquita. Se percibe su aire independiente desde que comienza. Una cámara en mano que se mueve tranquilamente. El seguimiento a dos personajes distintos, dos actrices desconocidas. Un corte a negro que dura unos segundos. Y comienza la historia con estos dos personajes reencontrándose. Callie y Tricia son hermanas. La primera llega a la casa de la segunda en un momento muy particular. Ella sigue esperando, en vano, que aparezca su marido desaparecido hace ya 7 años y a quien está a punto de declarar muerto por ausencia. Callie estaría rehabilitada y regresa tras escaparse a viajar a la ruta para acompañar a su hermana en este momento. Y es que Tricia además está embarazada. En el barrio, mientras Tricia lidia con la sombra de su marido desaparecido que la acecha constantemente, Callie intenta refugiarse en su religión y sale a correr cruzando un túnel que desde su primer aparición se percibe como un umbral, por algo el fundido a blanco cuando lo cruza. El director, Mike Flanagan, que ha trabajado bastante en tv, entrega un film que parece querer abarcar muchas perspectivas. Y es que si bien durante el film nos hace formularnos mil preguntas, muchas las va contestando, pero siempre se puede seguir indagando más hasta, incluso, lograr diferentes interpretaciones según como se lo vea. También intenta introducirnos (por momentos con más éxito que otros) a un clima digno de Lovecraft. El film genera unos pocos sustos pero sí hay un continuo halo de misterio, de suspenso, algo dando vueltas que no osa revelarse en su totalidad. Intercambios. Seres sobrenaturales. Otra dimensión. Dios. Demonios. ¿Están en nuestra cabeza o realmente hay alguien o algo más ahí afuera acechando? ¿Quedarse con la respuesta más sensata o abrir la cabeza para ver que hay ahí? ¿Creer en lo que dicen, que son visiones a causa de alguna sustancia, o creer en que es real? Y es que los protagonistas también se encuentran ante estos dilemas. Prácticamente no se derrama una gota de sangre durante la película, no lo necesita. La intención es siempre la de generar un clima de suspenso. De lo que no se ve. De la ausencia. La ausencia de quien fue el hombre de la casa. La ausencia de sus padres que probablemente fortaleció el vínculo entre hermanas. La ausencia de una respuesta concreta. La ausencia de un padre para ese bebé (Callie se pregunta quién es el padre del bebé que espera su hermana, claro de su marido desaparecido hace 7 años nunca podría ser). Ausencias. Navegando entre el drama familiar y el terror sobrenatural, el estreno de "Ausencia" es una clara muestra de que no es imprescindible un gran presupuesto para poder filmar. Si hay pasión por lo que se hace, lo otro viene solo. Y por eso hoy celebro su estreno. Porque aunque el film tenga sus fallas (los diálogos del principio del film son bastante obvios aunque van mejorando a medida que se suceden; lo intricado de la trama probablemente nos hace perder otras cosas que el director puso ahí pero entre tanta capa no vimos; y por momentos se torne un poco monótono el relato) funciona, no dándonos aquello que por defecto esperamos en una película de terror, sino de una manera novedosa.
Infra El ritual se repite para Tricia, cambiar los carteles que desde hace siete años pega en los postes de su vecindario y en los que pide información sobre su desaparecido esposo Daniel. Sin novedades sobre él, pronto tendrá que declararlo muerto, y eso le provoca una angustia extra que apenas puede mitigar con la llegada de su hermana Callie. En el barrio hay un túnel que pronto atrae la atención de Callie y adquiere una importancia mayor a la que tendría un pasaje cualquiera; ahí suceden cosas extrañas y la suerte de Daniel podría tener que ver con ello. Filme de bajísimo presupuesto -se nota, y mucho- en el que todo intenta resolverse con planos más o menos inspirados y sugerentes, pero -sabido es- para sugerir hay que tener talento, no basta con ser ocurrente. El director sostiene el tono durante toda la película y apuesta al guión, que sin ser de gran originalidad al menos escapa al efectismo tan en boga por estos tiempos. Punto flojo es el de la dirección de actores, los que se mueven cerca del amateurismo, y algunos ofrecen actuaciones que deberían haber quedado en una cinta de casting. Por otra parte, la banda de sonido ofrece un leitmotiv casi constante, poco inspirado y algo molesto que procura crear un clima que el director no logra del todo con su puesta en escena. "Ausencia" es otra propuesta de terror para una cartelera que ya viene saturada con un género que pide a gritos una renovación, y pocos lo escuchan.
Atención con esta película hecha a puro talento con poco presupuesto que perturba al espectador porque comienza realista, analizando los estragos de la ausencia en una mujer a quien acompaña su hermana, cuando pasado el plazo legal, debe dar por muerto a su marido desaparecido. De a poco lo fantástico y el terror avanzan para la sorpresa y el buen entretenimiento.
El verdadero terror es aburrirse Leo algunas críticas de los medios argentinos hablando de Ausencia, muchos elogios y optimismo. En alguna parte hasta llego a leer: “el cine de terror está pasando por su mejor momento”. Todo esto me hace reflexionar algunas cosas que, a usted como lector de FANCINEMA que quiere saber qué ir a ver, no le van a importar. La semana pasada se estrenó Posesión infernal, remake de la mítica Evil dead, que creo tan sólo va a funcionar como oasis en medio de un panorama amargo en cuanto a la producción de cine de terror que, como siempre, intenta reinventarse y encontrar su próximo filo. Ausencia demuestra que el género sigue en una crisis de ideas bastante profunda, ya que falla de principio a fin en casi todos los rubros, y la podemos calificar de, al menos, olvidable. Está claro, estamos ante una película de muy bajo presupuesto, digamos independiente. Subrayo esto porque al parecer es muy importante para despertar la indulgencia del espectador. A mí mucho no me importa, la falta de presupuesto sólo justifica un porcentaje de las fallas. Grandes películas se han hecho con presupuestos irrisorios, pero ejemplificaré sin pretensiones: la reina de las películas de bajo presupuesto El proyecto Blair Witch (aclaro que en mi criterio está muy sobrevalorada), contenía muchas más ideas y construía mucho mejor los climas que este artefacto poco simpático de Mike Flanagan. Desde el prólogo esta película huele a bodrio, y despliega de inmediato una subtrama al mejor estilo indie, o sea, además del misterio que promete ser aterrador está allí el glorioso drama familiar. Después de mostrarnos un túnel peatonal súper-misterioso conocemos a Tricia, interpretada por Courtney Bell (una versión rellenita de Alyson Hannigan), una chica cuyo marido ha desaparecido hace siete años y está a punto de declararlo legalmente muerto. También conocemos a Callie (Katie Parker), hermana de Tricia que al parecer tiene un problema de adicción y se ha refugiado en la religión. Las actuaciones de ambas son malas, poco creíbles y es imposible tener empatía con ninguno de los dos personajes. Pero el que está peor de todos es Dave Levine, que interpreta al detective Ryan Mallory, personaje que tiene un romance con Tricia y la intenta convencer de que declare muerto al marido. Entre esos conflictos medio pelo y los personajes estereotipados deambula un buen rato la película de Flanagan, y cuando ya es demasiado tarde como para que nos importe reaparece andrajoso y medio perdido Daniel, el marido de Tricia, justo cuando Mallory la había convencido de declararlo muerto. Qué pena por él y también por nosotros, que nos damos cuenta que falta un montón para que termine esta cosa. Entonces tenemos a partir de allí las indecisiones del director, guionista y montajista, que dan como resultado una falta de solidez notable. Hay climas de suspenso mal construido, un bicho invisible que persigue a los personajes y el bendito marido que es incapaz de decirnos dónde estuvo y qué le pasó. Como esos personajes de Lovecraft que se encuentran con la peor de sus pesadillas y dicen que lo que vieron es inenarrable, indecible y nos dejan con las ganas. Todavía no me explico las buenas críticas que recibe esta película que sin dudas es una de las peores del género este año, y ahora que la evoco para juzgarla me doy cuenta que incluso recordarla es pura amargura.
El monstruo de la melancolía “Ausencia” utiliza dosis mínimas del género de terror y prácticamente renuncia a los efectos especiales. El resultado es un intenso filme sobre el duelo. Nuestro comentario. Si los monstruos fueran reales, el mundo sería más triste. Esa parece ser la premisa de la que parte o la conclusión a la que llega Ausencia, una película que sólo puede ser calificada de "terror" porque no existe una etiqueta más apropiada para catalogarla. Se trata de una producción de bajísimo presupuesto, con una calidad de imagen apenas superior a la de un video casero, pero que gracias a esa luz medio borrosa y a una música que genera las atmósferas adecuadas, se vuelve una sostenida meditación (¿voluntaria? ¿involuntaria? ¿importa la diferencia?) sobre el hueco que deja en la trama de la vida una persona que desaparece. Eso es lo que le ha pasado a Tricia. Hace siete años que su marido desapareció, y está a punto de cumplirse el plazo para declararlo oficialmente muerto, cuando su hermana menor Callie, una adicta en recuperación, viene a visitarla después de mucho tiempo y se instala en la casa. Cada una a su manera, las hermanas intentan rehacer sus vidas, aunque no les resulta nada fácil. Tricia está embarazada, tiene una sólida relación sentimental con el padre del bebé, hace yoga, pero sigue viendo a su marido como un fantasma. Callie se ha vuelto cristiana y corre todos los días, pero todavía no ha superado su adicción. Un acierto narrativo es que la protagonista no sea Tricia sino Callie. Si bien quería al marido de su hermana, no está afectada del mismo modo por la pérdida, y eso evita que la película caiga en un psicologismo de manual. Es ella la que empieza a notar que hay algo extraño y que eso extraño es una entidad relacionada con el túnel que pasa bajo la autopista. Ausencia utiliza los recursos del género de terror en dosis mínimas, prácticamente sin efectos especiales y como si quisiera provocar más angustia que suspenso. En vez de mostrar el monstruo (apenas si se ve algo oscuro que se mueve) exhibe a sus víctimas, y es muy sugestivo que una de ellas le diga a Callie: "¿puedes verme?". Entre ver y no ver y creer y no creer, se sostiene esta melancólica producción independiente de Mike Flanagan (director y guionista), quien tal vez sin proponérselo hizo una de las mejores películas sobre el duelo que se han visto en los últimos tiempos.
Algo oculta este túnel lúgubre. La historia gira en torno a dos hermanas, Tricia (Courtney Bell), quien está embarazada, y buscó a su marido intensamente durante años, desaparecido de forma muy extraña, ahora llega a su casa su hermana Callie (Katie Parker), quien oculta un dudoso pasado, está desea quedarse para hacerle compañía y ayudarla a pasar este duro momento. Es muy doloroso para Tricia vivir con la angustia por la pérdida de un ser querido, en este caso la de su marido Daniel Riley (Morgan Peter Brown), en circunstancias poco claras, y vivir con esa desazón desde el desconocimiento sin saber si se encuentra vivo o muerto en algún lugar. Como pasó tanto tiempo debe resignarse y declararlo desaparecido. Su hermana Callie la quiere convencer de rehacer su vida y que comience a olvidar a su esposo. Ahora el director incorpora toques siniestros, apariciones extrañas e inexplicables, va creando distintos climas y atmosferas pero todo lo hace desde un ritmo lento, donde el espectador deberá prestar mayor atención a lo que está pasando. Vemos un vecindario y una zona extraña, apariciones que se hacen frecuentes en la casa, todo se va tornado más raro, y algo sucede en ese túnel cercano al vecindario. Hay que prestarle mayor atención a cada uno de los personajes y todos los elementos que van formando parte del relato. Siempre se mantiene la incertidumbre y el misterio, con tonos bien oscuros y diálogos también intrigantes. Se van incorporando distintas formas de ir generando terror, que resultan perturbadoras. Las sombras y las espectros tienen sentido, el film es entretenido, mantiene la tensión, la intriga y el suspenso. Las escenas de pánico se encuentran logradas, sorpresas y una vuelta de tuerca, recién cerca del final se revela un poco la trama, pero en mi opinión se podría haber aprovechado un poco más la utilización del monstruo. Esta es una producción independiente y su costo fue cerca de 100.000 dólares. Las protagonistas, Katie Parker y Bell Courtney ("Step Up 2: The Streets en 2008”), no son muy conocidas pero se destacan a la perfección. Sus interpretaciones generan lo que se proponen y el resto del elenco: Big Dave Levine como el Det. Ryan Mallory, es un hombre de buen corazón y sabe crear la intriga; Morgan Peter Brown como marido desaparecido Daniel Riley utiliza bien su expresión a través del cuerpo; y Doug Jones (El laberinto del fauno), como Walter Lambert establece el miedo.
Criaturas de la noche... y del día Hay una especie de ABC del cine para lograr una buena historia dentro del género de terror: 1) es preferible no mostrar todo al instante (criaturas, monstruos, etc.), 2) poder (y saber) jugar siempre con el suspenso y la tensión, dos aliados de lujo que garantizan un buen producto; y 3) las actuaciones tienen que resultar ser mínimamente creíbles. Ausencia (Absentia, 2011) de Mike Flanagan cumple con todos estos cánones de manera magistral. Tricia (Courtney Bell) y Callie (Katie Parker) son dos hermanas que se reencuentran después de años para enfrentar juntas la dolorosa desaparición de Daniel (Morgan Peter Brown), esposo de Tricia. Luego de siete años de no tener novedades de él, su mujer firma un acta de defunción con motivo "Muerte por ausencia", tal como el registro de esa ciudad está obligado a declarar al pasar determinado tiempo. Últimamente Tricia experimenta visiones y apariciones, y recurre a la meditación para escapar de ellas. Sin embargo, todo da un giro rotundo y lo que parecía ser un caos psicológico producto de su cabeza, pasa a ser sólo un grano de arena al lado de lo que vendrá después. Idas y vueltas espacio-temporales, verdad o mentira, fin o principio, realidad o ficción. Esa es la verdadera sal de la película, que no dejará que el espectador se pierda ni aburra por un segundo. La soberbia de Ausencia radica en su misterio, su tensión y su paranoia. Su guión es sólido y da placer poder disfrutar de una historia tan bien contada, desde los movimientos de cámara hasta los planos y el juego con las luces y la oscuridad, la verdadera protagonista de la cinta. Si bien no posee un gran trabajo de sonido, se puede decir que otro de sus fuertes gira en torno a lo onírico y lo intangible y, tal como se dijo antes, la no-presencia de lo terrorífico y amenazante en la pantalla, lo que le otorga ese plus que la mayoría de las películas del género no saben explotar. De esta manera, de a poco, va cumpliendo con las expectativas del espectador.
Ausencia es una peli indie. Bien Inide. Muy indie. Y eso en una película de terror suele no ser bueno, las falencias técnicas a la hora de contar horror sobrenatural pueden ser desestabilizantes. ¿Que pasa con esta película? ¿Logra asustar por méritos propios? ¿O por su escueto presupuesto y escasos efecto? EL TERROR DOBLE Ausencia nos cuenta la historia de una mujer embarazada (Tricia) quien perdió a su marido hace varios varios años. Perdio quizás no es la palabra adecuada, el tipo en cuestión directamente se desvaneció. Ella siguió adelante como pudo, sola, y pasados 6 años llega el momento de declararlo muerto “in Absentia”, es decir se presume muerto, acta de defunción, etc, etc, etc. Para tal tarea, la hermana (Callie) de nuestra protagonista viene de visita a la casa, a prestarle apoyo y compañía. No tarda mucho en descubrir que el padre del nonato es el Detective a cargo de la desaparición de su esposo. Pero no hay nada turbio o ilegitimo en esto, todo lo contrario, este buen hombre acompaño y “banco” a la mujer abandonada y en desgracia. Pronto al acercarse la fecha de la firma del acta de defunción varios fantasmas comienzan a acechar a la pobre mujer y aca la cosa se pone interesante, ya que la hermana Callie en sus corridas matutinas al pasar por un puente bajo nivel, empieza a encontrarse cosas extrañas. SE VE VENIR Esta es la típica historia en la cual el espectador ata los cabos del misterio antes que los protagonistas, y obvio entiende todo antes que ellos. Y esto en una película de terror suele se fatal para los protagonistas. Callie sin saberlo, se topara con un mal que esta mas alla de nuestro mundo, y tras dicha interacción es que el marido de Tricia volverá a aparecer. Vivo tras años y años de estar desaparecido. Su mente inconexa y errática nos va a ir contando de a poco que paso con el, y sobre todo que va a pasar de ahí en mas… Interesante vuelco en los fantasmas que acechan a Tricia, los cuales no son lo que parecen ser. INDIE Si bien la historia a nivel guion esta muy bien, se nota que el bajo presupuesto hizo mella en lo que es el apartado de efectos especiales. Ojo no digo que sean malos, pero si que a uno lo alejan un poco de la experiencia. Hacer cine no es fácil, pero mas alla de eso, películas como esta merecen la pena ser vistas mas alla de sus desperfectos o falencias técnicas. Que una película hecha con dos pesos, termine en el circuito comercial internacional no es poco, y sobre todo es mas que loable. Por suerte no será lo ultimo del director que veamos, ya que esta filmando una nueva película de terror. Son bienvenidas historias asi, donde el lugar común no es tan común, y donde si bien no se inventa nada nuevo. Tampoco se cae en cliches o lugares estúpidos hollywoodenses. Las actuaciones están bien y son solidas, si bien nadie merece un oscar, si son coherentes y bien dirigidas, aunque nota a parte para la actriz que encarna a Callie, debería aprender a correr! Sobre todo si su personaje hace jogging. En Fin. Prestar especial atencion a la participacion de Dour Jones, que a cara descubierta quizas no puedan reconocerlo, pero no es otro que Abe Sapien de Hell Boy, el Fauno de El Laberinto del Fauno, Silver Surfer, y demas papeles en los cuales nunca se lo ve a cara lavada. Lindo cameo. CONCLUSION Grata sorpresa la de Ausencia, una película que llego sin hacer demasiado ruido, y que seguramente no lo hara mientras este en cartel, tapada por otros estrenos y por el BAFICI, les aseguro que merece ser vista. No va a cambiar el cine, no esperen eso, pero si vean como se puede hacer cine de terror fuera de circuito, incluso desde USA. El cine indie no es patrimonio de latinoamerica, y películas como esta le hacen bien al cine indie a nivel global. Buena historia de terror, con buenos momentos. Los amantes del genero la van a saber valorar y sabrán ver mas alla de las costuras visibles.
Terror Indie "Ausencia" es un film de terror independiente, de esos que son raros de encontrar con tanta posesión y fake documentary dando vuelta. No es pochoclero, ni toca temas repetidos del terror, cuestión que me parece innovadora y que atraerá al espectador que está asqueado con lo que viene ofreciendo el género. ¡Ojo!, no es una película de terror estandard, no tiene grandes efectos, ni tiene el ritmo más dinámico que se puede ver en la gran pantalla, pero sí tiene mucha vocación. Si se dejan ir atrapando de a poco por los acontecimientos que se van sucediendo, podrán disfrutarla y vivir el terror psicológico que tiene para ofrecer. Si sos de los que esperan mucho despliegue visual más que la sugerencia de las situaciones terroríficas, vas muerto con esta propuesta. Para entender un poco de que se trata, vamos a decir que una joven vive tratando de superar la desaparición de su marido, que misteriosamente se ausentó de su hogar hace más de 7 años y nunca volvió. Ni las investigaciones policiales, ni los esfuerzos de su frustrada mujer pudieron determinar que fue del pobre tipo. Un buen día llega la hermana para ayudarla a mudarse y hacer el cierre final de los trámites administrativos necesarios para dar por muerto definitivamente al marido, pero una serie de eventos inesperados las llevarán a descubrir qué es lo que había pasado con el pobre el tipo, un destino tan angustiante que cualquiera preferiría morir a tener que pasar por semejante situación. Es muy inteligente como el director Mike Flanagan aborda el terror desde la angustia, logrando algunos buenos momentos cinematográficos con poco recursos y metiéndose de lleno en el mundillo de las desapariciones, claro que en este caso, las razones tienen que ver con cuestiones sobrenaturales. El punto más fuerte del film está en la tensión creada con la incertidumbre, no saber bien que es lo que le está pasando a esa pobre gente, o mejor dicho, imaginarse las cosas terribles que les están pasando, ya que el director deja varias sendas abiertas a la creatividad macabra del espectador. Lo más débil tiene que ver con el cast, ya que ninguno logra destacarse o sorprender con su actuación. "Absentia" es una peli chica y hay que verla con esos ojos. Una producción ultra independiente que se las arregló para colocarse por encima de la media en un género que viene manoseado y ultrajado por propuestas mediocres.
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