Si a Aviones se la analiza fríamente como un nuevo producto de Disney y pariente directo de Cars deja bastante que desear, pero en el momento de considerar la posibilidad de pasar un buen rato en familia y entretener a los chicos, Aviones cumple con creces su cometido. Aquellos que se fascinaron con Cars se van a sentir bastante desilusionados porque....
Cars del aire Uno de los grandes inconvenientes del cine contemporáneo (más que nada el de Hollywood) es la falta de ideas o el constante reciclaje de éstas con el fin de crear un producto que atraiga a las masas en base a un éxito anterior. Esta idea se ve reflejada en Aviones, nuevo film de Disney dirigido por Klay Hall, el cual es una especie de Cars de John Lasseter, pero con vehículos del aire. Todo el universo de esta película es similar al de la de Pixar, ya sea narrativa, ideológica y – sobre todas las cosas – visualmente...
Volando bajo El nuevo film de Disney Aviones (Planes, 2013), se desarrolla en el mismo universo que Cars (2006), pero esta vez sus protagonistas son los aviones, en el mismo marco de la competencia por el título internacional de campeón de velocidad. Dusty es un avión construido para fumigar los campos en un pueblo pequeño, pero que sueña a diario con cumplir su sueño de participar de la competición aérea de altos vuelos más importante del mundo. Para lograrlo, decide recurrir al aviador de combate retirado, Skipper, que lo entrenará para clasificar en la carrera y así, Dusty estará listo para conocer el mundo y demostrar que puede ser mucho más que un avión fumigador. Si hay algo que podemos afirmar, es que Aviones no va a conseguir un premio por guión original, con una historia que gira una vez más en torno al personaje que sueña en grande pero que posee limitaciones (en este caso el miedo de Dusty a las alturas), y el hecho no menor de que no está construido para volar en carreras. Estos son solo pequeños detalles para nuestro valiente héroe, que va a lograr superar todos los obstáculos y vencer a sus oponentes, entre los cuales se encuentra el malísimo Ripslinger, avión estrella de las carreras que incluso hará trampa, (¡Sí, trampa!) para verlo perder. Con excepción de este único personaje y de sus dos secuaces, que serán quienes ponen las trabas en el camino del protagonista, todos los demás son uno más bueno que el otro, y lo ayudarán en la competencia, porque al final, el mensaje es siempre el mismo y se repite en estas películas como si se buscara lavar el cerebro de los más pequeños: “Si nos ayudamos entre todos, todo es mejor”. Como destacable, son divertidas algunas secuencias que muestran la relación de los aviones con la última tecnología, a través del uso de IPhonesy IPads. Y de más está decir, que al tratarse de un film de Disney, la calidad en la animación está asegurada, y el contraste entre los distintos países que los aviones recorren en la competencia -desde Nueva York, India, Alemania y México, entre otros- enriquecen la estética del film y refuerzan su salida en 3D. Como nota al pié, los niños de diez años en adelante la van a encontrar aburrida… y ni hablar de los adultos.
Bajo vuelo La película de animación, que en un primer momento estuvo pensada para su lanzamiento en el mercado hogareño, llega a la pantalla grande como un desprendimiento del universo de la exitosa franquicia Cars. Apuntada a un público de corta edad, esta comedia de aventuras en 3D coloca en primer plano a Dusty, un avión fumigador que sueña con competir como corredor de alto vuelo, pero le teme a las alturas (Zambezia, también de animación y estrenada la semana pasada tocaba el mismo tema). De este modo, el protagonista es entrenado por un aviador naval que lo ayudará a enfrentar al campeón defensor del circuito de carreras. Lo que más llama la atención de esta película es el rubro de animación que dista de la calidad técnica apreciada en otras realizaciones de la factoría Disney Pixar y, sobre todo, la historia que resulta tediosa en varios de sus tramos. Un detalle alarmante si el film está dirigido a los chicos. Una trama sin demasiado vuelo, poco graciosa e impulsada por aviones parlantes a los que los personajes de Cars le ganan por varios cuerpos. Y, como si fuera poco, las referencias y comparaciones a Cars aparecen todo el tiempo: el paso por las diferentes ciudades y países en los que descansan los protagonistas (México se convierte una vez más en estereotipo) y la aparición de los tractores “vacas”. También están los infaltables y sabios consejos que un avión retirado le da a Dusty. Muy poco vuelo para ser de Disney y sin guiños para el público adulto.
No sabemos si Disney copió la idea o quién fue el ganador aquí. Cars es una producción Pixar en donde se notó que Disney metió la mano por la poca calidad del filme. Ahora, con Aviones, una especie de Spin Off, aunque no haya algún personaje que repita papel, Disney apuesta al cine comercial con todo lo que da. Y lo logra. Más aún si revisamos la historia de la película, que había sido pensada, planeada y ejecutada para su estreno directo a video. Pero sólo un genio como John Lassetter podría darse cuenta del éxito comercial de esta película, y comenzó su distribución a los cines. Dusty es un avión fumigador. Vuela bajo y lento sobre los campos de cultivo. Pero su sueño es participar en el Rally Alas alrededor del mundo, así que entra a la competencia, logrando clasificar. Es entonces cuando pone a prueba su capacidad, sus habilidades, su destreza y su perseverancia para alcanzar sus sueños. Apoyado por Skipper, un retirado avión de combate y un camión de combustible, Chug, evocando al soñador Mate, y Dottie, una pequeña reparadora, Dusty conocerá y hará amistad con aviones de otras latitudes para aprender grandes lecciones de vuelo. Entretenida y con gags muy disfrutables (el skypad), personajes con ciertos estereotipos muy graciosos y un Chupacabras, el avión Mexicano, muy memorable y disfrutable, que sin duda se roba la película. Entretenida y que gustará a los niños, Aviones es de esos extraños casos en que, tener un poco de visión comercial, no hace daño a nadie, y por el contrario, tener bajas expectativas, aumentará el disfrute. Como comentario extra, el doblaje en México sigue con la tendencia de contratar a gente famosa. En este caso, "Albertano" hace la voz del avión Mexicano. Yo vi una versión en Español de españa y el "acento" mexicano que le otorgan es mucho mejor. Al menos, en cuanto a estereotipos, no es tan denigrante, como Mi Villano Favorito 2
Vuelo rasante. From the producer swho brought you… Mentira, no vamos a entrar en esa pavada. Ni lerdos ni perezosos, los amigos en común que hay dentro de Disney y de Pixar, intercambiaron ideas creativas. Me refiero a que los ejecutivos de Mickey Mouse, tomaron prestada la historia de Cars (2006) de Pixar, y la aplicaron directamente a aeroplanos. Hay que ser realistas, mucho empeño que digamos no le pusieron. La premisa es la misma, pero contada a la inversa. Esta vez el protagonista es un don nadie que quiere alcanzar su sueño, pero para ello deberá sortear complicados obstáculos y contar con la ayuda de amigos más bajados a tierra que él. Dusty es un avión fumigador cuya mayor aspiración es abandonar su aburrido trabajo en los campos de sembrado, y alcanzar su más preciado objetivo: volar alrededor del mundo en una prestigiosa carrera aérea. Y para qué mentir, no es ningún spoiler decir que lo va a conseguir, y le va a terminar saliendo todo de diez, y blah, blah, blah. Ahora, en el asunto de los obstáculos, eso sí puedo negociar que se la complicaron bastante. La pobre avioneta rural se tiene que bancar todas las cargadas de sus ‘enemigos’ competidores, por ser un apestoso obrero de campo, una vez que la varita del Hada Madrina interceda por su suerte y lo meta como sexto clasificado en la carrera. Allí se va a enamorar y lo van a traicionar, va a sufrir accidentes y heridas, va a ser humillado, chocado, y lo peor, van a sacar provecho de él por ser un tipo humilde. Sin embargo, nada será suficiente para cortarle las alas, ni siquiera su incoherente miedo a las alturas, y Dusty hará un montón de cosas geniales y le enseñará a los niños valiosas lecciones. Está bien, los adultos que los acompañamos ya las escuchamos un millón de veces, pero para los peques que están en pleno crecimiento y desarrollo cognitivo, nunca está de más recordarles que en la vida, ante todo hay que preservar y valorar la sencillez. Dejando eso de lado, el resto de los componentes del film son un calco de su musa inspiradora. En lugar de estar Mate, la pequeña grúa amiga de El Rayo McQueen, acá está Skipper, un camioncito naftero. En lugar de ser una Porsche último modelo, la chica que le quita el sueño a Dusty es el avión más moderno proveniente de un país muy lejano a los Estados Unidos de América. En lugar de haber un viejo oxidado y gruñón como Clint Eastwood en versión auto, acá hay un veterano de guerra a quien una herida lo dejó fuera de combate. Y aunque al principio será reacio a los ruegos de un protagonista hambriento de aprender técnicas de vuelo que le ayuden a clasificar, rápidamente se ablandará y pasará a ser el personaje más querido por todos. ¡Bingo! Con eso tenemos los componentes necesarios para confirmar que Aviones (Planes, 2013) es un robo a mano armada para nuestros bolsillos. Lo lamento Disney, pero esta vez no me conquistaste.
La paradoja de este estreno es que expande el mundo de Cars pero la película no fue desarrollada por Pixar. Aviones fue realizada por el estudio DisneyToon, que es la división de Disney que hace películas exclusivamente para DVD, que en algunos casos llegaron también al cine. La productora debutó a lo grande en 1990 con el muy buen largometraje de Patoaventuras (gran serie animada de los ´80!) y luego el nivel de las producciones fue variando. Hicieron muchas secuelas mediocres de clásicos como Pocahontas, Cenicienta y Tarzán y filmes más decentes y mejor elaborados como Llegó el recreo y La película de Tigger. Aviones lamentablemente entra en la categoría de producciones mediocres que ni siquiera está a la altura de los que este sello hizo con la saga de Tinker Bell, que brindó películas superiores en cualquier aspecto que se las desee comparar. Esta producción la hicieron para dvd y a último momento decidieron estrenarla en los cines. Se trata de una película clase B desapasionada que concibieron para vender el merchandising más que para brindar un buen producto infantil. De hecho, el film independiente de Sudáfrica, Zambezia, que actualmente está en cartel, y tuvo un presupuesto inferior al de Aviones es una propuesta mucho más atractiva y entretenida. Como producto infantil Aviones es bastante pobre porque en lugar de crear un mundo especial para estos personajes se limitaron a copiar lo que hizo Pixar en Cars. Quienes tengan niños de cuatro años tal vez puedan aprovecharla mejor, ya que podría funcionar como una primera salida al cine. Si esto hubiera sido realizado por una compañía independiente que recién debuta en este arte uno podría ser más indulgente con Aviones, pero acá nos referimos a un estreno de Disney en la pantalla grande. Tienen la obligación de ofrecer algo de calidad porque son el estudio más grande que existe en la historia de la animación occidental. Se les puede pedir algo mejor aunque hagan cosas para dvd. Al viejo Walt le hubiera dado vergüenza presentar esto en los cines. Por cierto, el 3D brilla por su ausencia y no aporta nada salvo incrementar sin sentido el valor de la entrada. Lo único destacable es la voz oficial de He-Man en el doblaje donde el Maestro Rubén Moya, le puso onda al camión compinche del protagonista que interpreta y lo hizo un poco más divertido. Esperamos por Frozen, la próxima gran apuesta del estudio.
Tras el inmenso éxito comercial de las dos entregas de Cars, Disney optó por evitar (al menos por el momento) una tercera película de las aventuras del Rayo McQueen y Mate para apostar, en cambio, a un desprendimiento (spinoff en la jerga comercial) de la franquicia. En efecto, este film -que ya no cuenta con el sello de Pixar- fue concebido a partir de un concepto claro y contundente: "Cars con alas". En principio, incluso, se lo pensó como un lanzamiento exclusivo para el mercado hogareño, pero los testeos fueron positivos y se optó entonces por un estreno en salas. Esta película de Klay Hall es -en todos sentidos- una hermana menor de sus predecesoras. Las referencias a los films previos son constantes y, si bien tiene un impecable trabajo de animación que aprovecha todas las posibilidades del 3D (la sensación de inmersión en las vertiginosas carreras por el aire), la idea de reciclar diseños, personajes y conflictos ya vistos empieza a ser un poco forzada y agotadora. El anithéroe de turno es Dusty, un pequeño avión que está cansado de fumigar zonas rurales y sueña con correr carreras profesionales. Las cosas no serán fáciles porque primero deberá superar sus propias fobias (está acostumbrado a volar a bajas alturas) y luego, los prejuicios ajenos (nadie lo cree capaz de competir en una extenuante y riesgosa vuelta al mundo). Como el lector podrá imaginar, aparecerán para ayudarlo sus patéticos y queribles amigos, un traumado veterano de guerra que se convertirá finalmente en su mentor (Skipper), un competidor solidario y divertido llamado El Chupacabra (mexicano, para más datos), unas atractivas y seductoras "avionetas" (Dottie y Rochelle), y -claro- un campeón poco menos que imbatible y fanfarrón (Ripslinger). Nada demasiado sorprendente en un guión a pura fórmula. La película funciona bien para niños pequeños (no es recomendable para chicos que ya hayan alcanzado los dos dígitos), mientras que los adultos extrañarán bastante las inteligentes e irónicas referencias y dobles lecturas que tantas producciones de Pixar-Disney supieron regalar. Aquí, todo es básico, aunque el festival de colores, movimientos, detalles, bromas y aventuras alcanza para satisfacer las necesidades del consumo infantil.
Una historia que no llega a levantar vuelo Se sabe que las Cars han sido dos de las películas más exitosas de la filmografía de Pixar en términos comerciales, ya que desde lo estrictamente cinematográfico puede decirse que se encuentran entre lo más flojo de lo surgido de ese estudio. Sobre todo la segunda de ellas, que es decididamente prescindible. No es extraño entonces que a partir de la producción de Aviones –relato que traspola (o amplía) ese universo a la aeronáutica– la saga haya pasado directamente a la órbita de la matriz Disney. Con buen tino, la decisión libera a Pixar de lidiar con la incomodidad de producir películas cuyo centro está corrido de lo meramente artístico hacia el lado del marketing. Porque si algo quedó claro es que el mundo de Cars, que ahora incluirá a los personajes de Aviones, pasó de ser una saga cinematográfica para convertirse en una de las franquicias más redituables dentro del gran negocio de la animación digital. Tal vez no en la taquilla, pero sí en la venta de productos adicionales. Por eso no se recomienda a quienes elijan ver esta película que lo hagan esperando encontrar en ella el noble espíritu de Pixar, sino que deberán conformarse con un relato clásico y hasta eficiente pero, valga la paradoja, carente de vuelo. Si bien es cierto que reproduce muchos de los esquemas y estructuras de Cars, curiosamente Aviones repite de manera casi textual el relato de Turbo, última película de Dreamworks (principal competencia de Disney/ Pixar). No caben dudas de que la historia de Dusty, una avioneta fumigadora que sueña con competir en carreras de aviones, tiene más en común con el caracol Theo que con el exitoso Rayo McQueen. A diferencia de este último, Dusty y Theo son dos lúmpenes que deben superar las limitaciones de su propia clase para alcanzar un éxito que hasta entonces sólo era posible en el marco de la fantasía. De hecho, no parece casual que ambas películas comiencen jugando con los sueños de sus protagonistas, porque, como en el caso del caracol de carreras, la historia de Dusty recupera lo primordial del sueño americano, esa idea de que todo es posible para cualquiera. Mientras el Rayo era un aristócrata, una estrella desplazada que buscaba recuperar su lugar de privilegio, Dusty y Theo son dos obreros en busca del ascenso social. No por nada el caracol forma parte de una comunidad pseudo rural que desea abandonar; no por nada el relator de la carrera de aviones (a quien el gran Gonzalo Bonadeo presta su voz con naturalidad) menciona que el ingreso de Dusty al mundo selecto de la competencia lo convierte en “el héroe de la clase trabajadora”. Si alguna sorpresa depara Aviones es la de presentar este breve e inesperado insert de peronismo pop. Sacando eso, y algunos gags y chistes bien presentados, Aviones no aporta mucho más que una galería de nuevos personajes para renovar el catálogo de merchandising del mundo Disney. Bastante menos de lo que el mismo estudio logró con algunos de sus últimos títulos, como la exquisita Enredados, o la discutible pero efectiva Ralph, el demoledor.
Lugares comunes del género Cars y Cars 2 fueron dos de los más grandes éxitos de los estudios de animación Pixar. Sus personajes, sin duda de los más queridos y populares. Como una ramificación de ese universo, llega esta película sobre aviones. Dusty Crophopper es un avión fumigador que le teme a las alturas. Su sueño es competir en carreras de aviones. No hay dudas de que Aviones se enfrenta sin ningún pudor a los más básicos lugares comunes del género de animación. Lo que se conoce como una "underdog story", es decir la historia de un "tapado". No hay una, ni dos, sino docenas de películas de animación que van por esa línea, y aunque algunas consiguen su objetivo, muchas otras no pasan de la rutina y cierto tedio. Los admiradores de Cars serán sin duda quienes disfruten más de esta película, porque aun sin ser un proyecto tan ambicioso, la animación es muy parecida y la personalización de los personajes está estructurada de la misma forma. Por lo demás, la película ofrece algunos chistes ingeniosos, muchos bastante rutinarios y los colores y las imágenes propias del estudio y en particular de los films de Cars. Los entrenamientos en solitario, las fantasías del protagonista, el héroe proletario que busca acceder a las grandes ligas, el mismo esquema que ha funcionado muchas veces, desde Rocky hasta Turbo. Sí, hace unas semanas se estrenó Turbo, donde un caracol soñaba con competir en carreras de autos. Historias llenas de esperanza, llenas de emoción cuando funcionan, pero que lamentablemente no resultan tan simpáticas cuando se las ve como un armado más cerca del lugar común que de cualquier otra cosa. El sueño de Dusty es simple: demostrar que puede ser algo más que la función de fumigador para la que fue construido. Quienes quieran hacer descansar en sus hogares las gastadas copias de Cars y Cars 2, tal vez encuentren en el futuro acá una buena opción, parecida, pero inferior a los films que lo inspiraron.
Un avioncito perseverante Ya es sabido que a Disney se le ha dado por reciclar ideas. Es así como "Aviones" se ha tornado en la nueva versión de "Cars", esta vez con alitas. Dusty es un pequeño avión fumigador, cuyo sueño es entrar a una competencia internacional de alta velocidad. Pero siempre le han dicho que no servía para eso, que debía resignarse y quedarse en su lugar, un pueblo tranquilo al que sobrevuela todos los días fumigando las cosechas junto con su compañero Leadbottom. Pese a no haber sido diseñado para volar a grandes velocidades -y además temerle a las alturas-, Dusty lograr entrar a la ansiada competencia con la ayuda de sus amigos: Skipper, un viejo avión naval, y Dottie, una camioneta mecánica que se da maña para todo. Ya en la carrera, Dusty descubre que no todos juegan limpio, y que las cosas no son tranquilas y confiables como en su pueblo, pero gracias a su valor y perseverancia sigue compitiendo, convirtiéndose en fuente de inspiración para todos aquellos que son más pequeños o diferentes a la mayoría. Lo entretenido de la historia lo aporta el dinamismo de la competencia, donde los aviones deben atravesar el mundo, volando sobre todo tipo de paisajes. Es allí donde se luce el 3D y lo colorido de la estética. Si bien la película es muy entretenida, dinámica y puede ser disfrutada por los más chicos, no aporta nada nuevo al cine de animación, y tampoco innova demasiado en lo narrativo. La estética es muy similar a la de "Cars", por no decir igual, y la historia es una más de aquellas donde el protagonista debe enfrentarse a varias adversidades, para luego vencerlas, y dejarles a los pequeños espectadores una enseñanza y un mensaje positivo; el que puede resumirse en una frase de Dusty : "Somos aquellos que queremos hacer más de lo que se espera de nosotros".
Del mismo equipo de “Cars”, ahora llegan estos humanizados avioncitos. El esquema argumental no es nuevo: el más débil y supuestamente novato, que quiere ganar en una carrera con rivales terribles. Bien realizada, con un momento angustioso cuando el protagonista se precipita al mar. Entretiene con ternura y buena realización.
Este spin-off de CARS resulta una fallida cinta cargada de diálogos sin contenido y muy elemental en su animación. Es un filme tan pequeño que parece manufacturado para el mercado del home-video. Lo mejor del filme se da en los breves pasajes de acción. Si CARS no es lo mejor de PIXAR/DISNEY, esta cinta la supera en sencillez y pobreza. Los niños muy chicos podrán disfrutarla, pero los adultos, en esta oportunidad, se sentirán fuera de la trama.
Una remake de Cars pero con aviones Dusty es un avión fumigador que no se conforma con ser solamente eso. El adora, sueña y vive por la velocidad, más allá que sea casi un sueño imposible. Su mayor anhelo es ganar la carrera de aviones alrededor del mundo. Por todo esto es que hará su máximo esfuerzo y acompañado por un camino de gasolina y una estibadota ira a las clasificatorias. Aunque no llega a entrar entre los participantes, cuando uno de los aviones es descalificado, tendrá su gran oportunidad de participar en la carrera más famosa del Mundo donde a su vez deberá competir con el temible ganador de las 3 últimas ediciones. “Aviones” es, y queda aclarado desde el inicio y desde una especie de subtitulo, el mundo de Cars desde el cielo. Y es así. Lo que Cars tuvo de novedoso, de sorpresa, “Aviones”, valga la redundancia, no llega a remontarlo. Obviamente que uno no podrá discutir la factura técnica y visual del film, pero al ser tan parecido en algunos aspecto a Cars lo convierten en un film para chicos muy chicos y a los padres se le puede volver por momento un poco tediosa. En un momento del cine de animación donde todos los Films dirigidos a los chicos también realizan guión a los adultos que son quienes los van a acompañar, “Aviones” falla en eso, incluso para los que ya no son tan chicos y que vieron Cars. “Aviones” una película sin sorpresas para los chicos más chiquititos de la familia.
Vuele bajo, porque abajo está la verdad Prima de “Cars” y hermana de “Turbo”, el protagonista es un avión fumigador que quiere correr una carrera internacional y le teme a las alturas. Ya es una tendencia: son muchas las películas animadas en las que todo el clímax se resume en una disputa deportiva. Por ejemplo, si gana o no una carrera, como si no fuese más importante que, al final, gane o pierda deportivamente, no consiga un triunfo mayor. Véase Metegol, Monsters University o Cars. Ya se ha dicho y promocionado que A viones se parece precisamente a Cars, que es de la misma familia de vehículos parlanchines, pero mucho más a la reciente Turbo, donde un caracol quiere correr las 500 millas de Indianápolis. Aquí es un avión monoplaza fumigador el que quiere imponerse a otros aviones más veloces en una suerte de rally alrededor del mundo. Nada es imposible, diríamos, pero haríamos mención a otra campaña deportiva... Todo esto está bien para el adulto que vio y puede relacionar estas películas, pero para los más pequeños lo importante es que la trama sea entretenida, que haya buenos gags y los dibujos lo atrapen, la vea con o sin anteojitos tridimensionales. Y algo que todo eso se da en Aviones. También es una road movie , la película del camino en la que precisamente en la travesía el personaje central irá atravesando circunstancias que lo enriquecerán y, cuando llegue a la meta, no será el mismo. La avioneta fumigadora -que, no es un dato menor, le teme a las alturas-, tiene sus amigos (una elevadora que lo arregla todo, y como en Cars, hay una camioncito algo bobalicón y un antiguo caza de combate, el héroe -el clásico personaje que, con su experiencia, da consejos y ayuda al más joven protagonista-) e irá sumando otros en pleno vuelo. Pero aquí el 3D sí da la sensación de adrenalina, no indispensable, pero sí bienvenida. Desde los primeros vuelos a través de los campos sembrados que fumiga XX, pasando por los desiertos y los cañones, ofrece un plus que suma cuando la trama empieza a aflojar y a descender, a perder altura. Tal vez le falte un poco más de humor, de ingenio, pero Aviones responde más al tipo de película de Disney para toda la familia que las originadas en Pixar. Y eso que Cars era de Pixar. La tipificación de los buenos y los malos es muy fuerte -igual, siempre hay uno que parece malo, pero en el fondo del fuselaje es bueno-. No deja de ser curioso que entre los aviones que compiten, de Latinoamérica haya uno brasileño y otro mexicano -son los dos mercados más importantes en materia de recaudación- y ninguno argentino. Todo llega.
Fui a ver Aviones con mis hijas, y por eso apunto con este comentario a los padres, por sobre los cinéfilos en si. La película cumple. Su historia es mucho más digna que la de Cars 2, si comparamos a las clase B de Disney. Cars 2 era la clase C de Pixar en realidad, y Aviones que nace de esa saga, con las mismas caras y casi los mismos personajes, pasó a ser de Disney en si... raro, pero es así. La película tiene la duración justa y el desarrollo lógico. El 3D entretiene en la parte de los vuelos, donde era ideal para explotarlo. Quizás le hubiese puesto algo más. Hay un lindo trabajo con los aviones, mostrando modelos clásicos de guerra y de los civiles actuales. Simplemente entretiene y acompaña al pochoclo del balde. No se le puede pedir nada más, porque los chicos pasan un buen rato y esa simplemente es la intención de la película.
Cars con alas y módica originalidad Un avioncito fumigador sueña con participar en la gran carrera intercontinental de aviones ultra rápidos. Poco más que si un bote de los que cruzaban el Riachuelo se hubiera inscripto en una competencia de yates Buenos Aires-Punta del Este. Pero como el cine americano practica abundantemente ciertos estímulos tipo "queremos hacer más de lo que esperan de nosotros", "¡tú puedes!", etc, pues allá va nuestro avioncito a la carrera. Comentario corto. Es como "Cars" pero con alas. Comentario largo. Es como "Cars" pero con alas, relativa originalidad, algunos chistes memorables, una escena ideal para que luego los profesores de física desarrollen en clase la relación entre potencia y resistencia, otra escena copiada de una vieja película de guerra donde el piloto queda ciego en pleno vuelo, varios personajes simpáticos, aptos para llenar media estantería de merchandising hasta tanto venga algo mejor, un elogio a la solidaridad deportiva, un par de situaciones medianamente emocionantes y dos propagandas a favor de la U.S. Navy. Ah, también hay un fugaz diálogo de doble sentido para adultos ("sabes de qué hablo"), una historia oculta referida al pasado del instructor de vuelo, empleo adecuado del 3D, y, de vez en cuando, unos conceptos bastante risueños. Por ejemplo, en la India los aviones llaman reciclaje a la reencarnación, y en China comunista el avioncito fumigador es definido como "héroe de la clase trabajadora". Relator de la competencia en la versión doblada al castellano, Gonzalo Bonadeo (en neutro). Director, Klay Hall, conocido por varios capítulos de "El rey de la colina" y otras series. Guionista, Jeffrey Howard, director de arte y diseño de producción Ryan L. Carlson, animador principal Rajendra Praveen, todos ellos provenientes de la factoría "Tinker Bell". Argumento y producción ejecutiva, John Lasseter, garante. Socios, DisneyToon Studios y la hindú Prana Animation Studios. Se pasa el rato.
Disney se apodera del universo construido por Pixar en Cars e intenta llevarlo a las nubes con Planes, primer desprendimiento del universo de los taquilleros autitos en cine. Klay Hall, responsable de la última película de Campanita pero también de años en Los reyes de la colina y Los Simpsons, cuenta la historia de un avioncito fumigador de pueblo con miedo a las alturas que quiere correr carreras y ser campeón del mundo. La película baja línea para no conformarse con el lugar que le tocó a uno e intentar superarse siempre, pero a la hora de la verdad el avioncito necesita una especie de cirugía estética que lo tunea. Como Dusty, Planes tiene una velocidad envidiable pero tiende a volar bajito.
Planes es el spin-off de Cars que Disney planeaba lanzar directamente en formato hogareño, pero que "sorprendió tanto al estudio" que se le acabó por dar una salida comercial. Luego de que la secuela dirigida por John Lasseter dentro de la mencionada franquicia resultara en la primera película de Pixar en obtener malas críticas, se le da a esta producción un injustificado estreno en cines. Aviones es, a todas luces, un producto derecho a DVD. No solo es el primer trabajo de DisneyToon Studios que tiene estreno en las salas norteamericanas, lo que ya evidenciaría que no se suele hacer material que justifique el precio de una entrada, sino que además incurre en una cantidad tan grande de lugares comunes que llevan a pensar que esto ha sido visto muchas veces, incluso semanas atrás. Planes ha estado dando vueltas desde hace tiempo, esperando que se le habilite el espacio para aterrizar. En vez de quemar combustible para minimizar riesgos, se le hicieron aditivos en el camino para hacer la llegada más espectacular. Una post-conversión en 3D y un importante elenco de figuras conocidas pero sin nombres rutilantes para aportar sus voces a la causa -en la versión original se puede disfrutar, por ejemplo, a Anthony Edwards y a Val Kilmer en una clara referencia a Top Gun, los sudamericanos nos tenemos que conformar con Gonzalo Bonadeo-, son algunos de los parches que se le hicieron para que el vuelo sea lo más placentero posible. La demora en la llegada ha causado, sin embargo, que un vehículo de similares características hiciera su arribo de forma anticipada. Porque si bien esta viene del mundo de Cars, es en el terreno de Turbo y DreamWorks Animation en donde juega. Más allá de que los parecidos entre una producción y la otra son notables, ya desde el vamos ninguna de las dos es una apuesta original, sino más bien productos prefabricados con un molde adaptable. Pixar no tiene que ver en esta película y la ausencia se nota, sobre todo porque esta carece del corazón que las propuestas del estudio suelen llevar. Lo que se hace aquí es básicamente mantener la matriz pero cambiar el modelo, es plastilina de diferentes colores que se somete al mismo dispositivo pero modificando las formas: primero fueron los autos, ahora tocaron los aviones -la secuela Planes: Fire & Rescue está en camino- y no hay que descartar que en el futuro haya barcos. La lógica es similar y funciona. Cada vehículo tiene su personalidad distintiva y ciertos estereotipos que habilitan el juego cómico en distintos niveles. Durante la mitad de Planes es poco y nada lo que pasa, sobre todo porque transita dormida en los rieles de la medianía, cómoda en lo que es una nueva historia del competidor improbable, aquel que corre con desventajas pero con sueños de gloria que sabemos puede alcanzar. La competencia no solo transforma a la película en un producto más ágil y llevadero, sino que habilita otro tipo de humor, dado que al ser una carrera a nivel global con múltiples paradas en el camino se permite encontrar la risa en los distintos personajes y la diferencia con sus culturas -posiblemente el de los tractores sagrados en India sea el mejor chiste-. El vuelo de Planes es tranquilo y sin turbulencias. Su director Klay Hall lo lleva hacia donde quiere, sin sobresaltos pero también sin riesgos o novedades, como si estuviera repitiendo unas vacaciones en familia. Las paradas son las mismas, se come en los mismos lugares, las playas son las de siempre, solamente se cambió el modo de transporte. Y la animación, hoy por hoy, ha progresado muchísimo como para que esto sea suficiente.
Del mismo universo de "Cars" llega a las pantallas locales la nueva comedia animada de acción y aventuras de Disney Toon Studios, Aviones. Esta vez con protagonistas alados y también en formato 3D. La película sigue la historia de Dusty, un modesto avión de fumigación cuyo sueño es convertirse en corredor profesional de un complicado circuito de carreras aéreas. El pequeño avión, con desventajas de fábrica (y un gran miedo a las alturas), pero de gran corazón, consigue la ayuda del “experimentado” avión naval Skipper para realizar los entrenamientos que le permitan llegar “en forma” a la gran carrera, en la que deberá enfrentarse a Ripslinger, el soberbio campeón defensor del título. Acompañado por sus fieles amigos, Dusty deberá demostrar que cuenta con el coraje y la tenacidad para sobrellevar la gran competencia alrededor del mundo (y volar a alturas desafiantes). Con una trama sencilla, Aviones se centra básicamente en los obstáculos que debe sortear el avión fumigador, bueno y menospreciado por los demás, en la carrera Atlas alrededor de mundo, y la colaboración con la que cuenta para sortear los problemas. Sus compañeros lo acompañarán en este recorrido en el que el protagonista irá demostrando que no hay que conformarse con lo que uno es, y que efectivamente puede ser el héroe que los demás esperan que sea. Por momentos también se plantea un interés amoroso de Dusty hacia Ishani, una de las competidoras, aunque no se profundiza demasiado en esa línea argumental. En líneas generales, la película no aporta una cuota de originalidad; no se destaca el recurso del 3D, en cuanto a acompañar al relato, ni tampoco la banda de sonido. La galería de personajes secundarios despliega un abanico de “nacionalidades” y diferentes tipos de aviones –cada uno con su personalidad bien marcada-, entre ellos, un británico veterano; una exótica campeona de la India; un típico bravucón chanta que no juega limpio (el campeón); un personaje latino, El Chupacabra (un avión mexicano que usa máscara y que además de competir en la carrera, intenta conquistar a la bella Rochelle, quien no cede fácilmente a los “encantos” del galán), etc. Tal vez sean estos personajes secundarios los que logran algunos momentos divertidos del film, y con los cuales se identificarán los más chicos, ya que la nueva película de Disney es una opción entretenida solo para los más pequeños de la familia.
El pequeño cumplirá su sueño Esta es una película derivada de otras, como "Cars" y sus sucesoras. Si queremos manejarnos en forma elegante, diríamos es un "spin off", que en este caso transformó el mundo de los autos de "Cars", en un mundo de aviones. En vez de autos, camiones, grúas que intervienen en competencias internacionales, son aviones de distinto tipo, incluso un pequeño avión fumigador que intenta competir en una suerte de Grand Prix. El protagonista es un tal Dusty, avión fumigador pueblerino que sueña con lograr un puesto en competencias internacionales, pero le teme a las alturas. Pero como la consigna en este tipo de películas es "cumple tu sueño", el joven avión le pide ayuda a Skipper, un veterano de guerra (que después no resultará tal) y que tratará con sus consejos de entrenarlo y darle pequeños tips de orientación aérea para que compita. LOS COMPETIDORES El sueño de Dusty se va a hacer realidad y logrará competir, ayudado por sus amigos. Estará bien acompañado por aviones internacionales que van desde una sugestiva avioneta nacida en la India que lo encandila, más de una vez, hasta camiones de combustible y un avión mexicano llamado "Chupacabras", o el Chu, simpático y cantor que se vanagloria de las telenovelas en que intervino. Por supuesto que habrá un malo llamado Rispslinger y es la vedette aérea, que no deja trampa sin utilizar para ganar la carrera; pero el resto de los aviones son buenos y algunos un poquito mentirosos (el mentor Skipper, por ejemplo). Por supuesto que la historia no tiene aristas dramáticas, todo se desarrolla en una atmósfera placentera, donde se destacan las escenas de vuelos aéreos. "Aviones", esta nueva producción de los estudios Disney, tiene buenos parámetros formales, pero escasa creatividad, diálogos sencillos y su público pueden ser los más pequeños que disfrutarán de aviones "divertidos", con muchos colores y permanentemente en movimiento.
Alas para volar bien lejos "Aviones", la nueva película de Disney, expone una historia de superación detrás de personajes entrañables. Y con una magnífica realización. La historia del pequeño que se hace grande en un contexto de esfuerzo y superación de obstáculos es probablemente universal. A ese concepto en Hollywood (y no solo allí) lo tienen claro, y lo desenvainan como un as de espadas cada vez que surge la necesidad. Sucede que es una fuente inagotable, ya que la mayoría de las personas siguen una trayectoria de crecimiento, en múltiples aspectos, que dura toda la vida, y en cualquiera de esas fases podría identificarse con relatos como el de Aviones. Dusty, el protagonista, es un planeador fumigador que sueña con participar en un rally aéreo a lo ancho del mundo, compitiendo con máquinas mucho más avanzadas que él. Y en ese afán estará apoyado por varios amigos que lo siguen vía radiofónica desde su pueblo originario. Esos compañeros son: una mulita de carga, un camión abastecedor de combustible y un glorioso avión de guerra retirado, que recapacita y se convierte en su entrenador. Como entretenimiento, el show es de primera calidad. Los patrones de dibujo son los mismos de Cars, otra de las exitosas películas de Disney, y la agilidad de las acciones, el aire fresco en las ideas creativas, la aerodinamia y el humor también mantienen el patrón de excelencia. En el plantel de naves aéreas, además, hay varios modelos copiados de la realidad y de muchas épocas, lo cual será de un sabor especial para los entendidos en aviación. Pero para los que no, esto también es gratificador, pues los diseños son estéticamente fabulosos y los colores también. Una escena para prepararse y gozar: la de la escala sobre India, donde Rusty y una amiga llamada Ishani vuelan hacia el Taj Mahal, al son de la canción Tere bina, interpretada por A. R. Rahman (se consigue en YouTube). Atención: muchas críticas internacionales de esta película no le fueron favorables. Si usted es de prestar atención a estos informes, no se case con el primero. Junto a esas opiniones, asomó también la voz de un abuelo, defendiéndola, argumentando que los niños deberían ser los críticos de las películas de infantiles (Dios no lo permita, empezar tan pequeños...). En cualquier caso, el boca a boca siempre funciona. Con interlocutores confiables.
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Cuando la imaginación se queda sin combustible Sabido es que las películas para niños son una industria en sí misma (con la carga negativa que esa palabra conlleva) y como tal en muchos casos cae en la tentación de repetir fórmulas que funcionaron a la espera de obtener resultados similares. Esta parece ser la premisa inicial de Aviones, un film que retoma la impronta de Cars sólo que situando la acción en el cielo en lugar de las carreteras. El resultado es un film donde se nota claramente la falta de ideas y la necesidad de repetir patrones: un personaje principal con problemas de adaptación, con ganas de superarse y de demostrarle al mundo que es capaz de mucho más que lo que su triste destino le tiene preparado. Así es como estaremos en este caso en presencia de Dusty, un avión fumigador que no se resigna a su derrotero ordinario y común enrolándose en una carrera que lo llevará por los cielos del mundo para lograr vencer su destino vulgar. El film repite todos los clichés del género infantil en cuando a la superación de las adversidades, la confianza en uno mismo, la solidaridad y el juego limpio. Al igual que en Cars, Dusty contará con el padrinazgo de un añejo y discapacitado avión que le enseñará cómo superar sus fobias y las limitaciones que le son impuestas por lo que la sociedad espera de él. La falta de ritmo y la ausencia de guiños para el público adulto hacen de esta propuesta un producto tibio sin grandes momentos y con demasiadas referencias a otros films del género que sí lograron encantar a la audiencia infantil (hay unos camioncitos peligrosamente parecidos a los adorables Mininos de Mí villano favorito). Un film originalmente ideado para el paso directo a DVD que decidió hacer una escala previa en los cines, errores que a veces ocurren en la aeronavegación cinéfila.
Los héroes no son lo que eran “Es la historia del tipo humilde que le gana a todos, es como Rocky”, dice uno de los personajes secundarios de Aviones, y con esa frase la película nos advierte: “no esperen otra cosa, el avioncito fumigador va a competir contra grandes y veloces aviones y terminará venciendo, es una película que cumple el sueño americano a rajatabla”. Lo cumple, no sin antes atravesar algunos tragos amargos, como que el mentor se revele como un tipo bastante conflictivo y con una deuda en su pasado. Pero si la analogía con Rocky -que entenderán los adultos- no era suficiente, Aviones es además un film que se desprende del universo Cars y para reafirmar aquello la reescribe más o menos letra por letra: la competencia, el genio prepotente, el trabajo en equipo, los héroes marginales. Es, como aquella, una película deportiva. Aunque con variantes a Cars: Dusty, el protagonista, no es como el Rayo McQueen, que era un exitoso. Aquí estamos ante un laburante, y su aprendizaje tendrá que ver con el “persevera y triunfarás”. Es curioso lo que pasa con Aviones, que es el nuevo film de Disney pero en este caso Disney/Disney sin la presencia de Pixar, ya que iba a salir directo al dvd, pero funcionó mejor de lo esperado y terminó en las salas. Si bien el guión no se aparta dos centímetros de lo básico y los personajes están construidos con inevitable intención comercial, hay que reconocerle sí el cuidado estético, el bello diseño visual, la milimétrica empatía con el universo Cars, y una lógica interna que funciona sin demasiadas explicaciones (por más que a veces nos preguntemos qué demonios trasladan los aviones de pasajeros en un mundo poblado por autos y aviones, y sin seres humanos a la vista). A diferencia de Cars, que tenía una intención revisionista en su nostalgia de los pueblos (convengamos que fue un éxito raro, ya que la película tenía un ritmo pausado para los niños y era muy larga), lo de Aviones es mucho más simple, por eso que también uno le perdone algunas cosas que no le perdonaba a la pésima Cars 2: con menos ambiciones y pretensiones, Aviones es una película que funciona con ligereza y se ve con agrado (hasta que cierto nacionalismo naif inunda un poco el final). Es verdad que usted podrá decir “esta película ya la vi”. Incluso, podrá decir: “esta película ya la vi… ¡hace dos meses!”. Sí, porque Aviones se parece a Turbo, y si bien ninguna de las dos inventó nada, aquella de Dreamworks tenía a su favor la energía y alegría con la que era contada y que su paradoja era mucho más creativa y desbordada: ¡un caracol contra autos de carrera! Porque si vamos a recurrir al cuento del débil que gana, qué mejor que el pobre sea pobre-pobre y el rico, riquísimo. Aviones no sólo hereda de Cars el diseño visual, sino que de Cars 2 copia su pobre mirada universalista que no puede más que sostenerse con estereotipos sobre el extranjero: el inglés que toma té, la brasileña seductora, el mexicano simpático (y atenti que los mexicanos ya aparecían en Mi villano favorito 2 y Turbo). Aunque el film tiene una secuencia curiosísima, cuando los demás aviones (extranjeros) tienen que ayudar al bueno de Dusty (norteamericano) a completarse con partes prestadas por ellos. ¿Una referencia a la crisis económica del país del norte? Vaya uno a saber, lo cierto es que en algún momento a Dusty lo presentan como “el héroe de la clase trabajadora”. Los héroes ya no son lo que eran. John Lennon debe estar contento. Y Facundo Cabral, también, porque Dusty respeta aquello de: “vuele bajo, porque abajo, está la verdad”.
Este nuevo film de Disney es prácticamente una suerte de Cars 3, sólo que en este caso los vehículos en cuestión llevan hélices, alas y andan por el aire. Cuenta también con personajes automotrices que no pertenecen a la saga mencionada, pero que tienen exactamente la misma conformación de los films dirigidos por John Lasseter. Es más, podría haber participado alguno de ellos como para otorgarle un punto de atracción extra a los chicos, y darle un poco más de interés a la insípida trama. Hay que decir, en principio, que las dos Cars son las películas animadas menos logradas del genial creador de Toy Story, embarcado en la animación de elementos carentes de vida y expresividad como automóviles, camiones y otros medios de transporte, idea forzada que nunca terminó de cuajar. Y en Aviones, dirigida por Klay Hall, se llega al absurdo que un avión y unos autos toquen la guitarra y canten como mariachis, que otro vehículo viaje con un carrito cargado con valijas llenas de ¿ropa?, según asegura el personaje, o que el avión fumigador protagonista llegue al Tibet y se encuentre con máquinas con ojos rasgados y caracterizadas como budistas, entre otras situaciones propias de la desproporcionada humanización de los aparatos. Gags que para colmo no producen gracia, más allá los varones menores de diez años que gustaron de Cars se puedan enganchar con la propuesta, estéticamente correcta.
Desde el afiche queda todo muy claro. Cualquier niño o adulto que haya visto “Cars” (2006) sabrá de qué se trata “Aviones”, o al menos una idea inmediata de con qué va a encontrarse. Se venía pensando desde hacía tiempo esta suerte de desprendimiento del mundo de los autos. De hecho, en la segunda parte podíamos ver barcos ya con los ojos característicos. El proyecto cobró más consistencia y creció a la par de algunos reparos. Se redujo el presupuesto a menos de la mitad de lo que costaría una producción pensada para cine. “Cars” costó 120 millones, y esta apenas alcanzó los 50. Para no correr riesgos los generadores de la idea y el guionista pusieron un papel de calcar sobre aquél guión de 2006. Solo cambiaron los nombres y les puso alas, de modo que las similitudes entre los personajes de una y otra son asombrosas. Se corrió Pixar de la ecuación. Se nota. Dusty (voz en español de Edson Matus) es un avioncito fumigador, vuela bajo y sueña alto, con pretensiones de participar en una carrera mundial de aviones de poca autonomía. Entre sus amigos está Dottie, una arréglalo-todo; Chug (voz en español de Rubén Moya), un camión de bomberos desvencijado y gracioso; Skipper (voz en español de Armando Rendiz), un avión de la Segunda Guerra Mundial, con alguna herida y una vieja historia que justifica su presencia y, por supuesto, hay un “villano” que no es otra cosa que un competidor sin escrúpulos llamado Ripslinger Dusty por casualidad logra clasificar para la carrera y así se lanzará al desafío de correrla y ganarla, si es que puede. En el trayecto descubrirá distintas posiciones frente a la vida y re-descubrirá su personalidad con tiempo suficiente para hacer lo que está bien, antes que pensar en el mérito y la gloria. Como ve, pueden ser autos o aviones, pero la carcasa está hecha de lo mismo. Sería necio negar que los personajes y la trama resultan simpáticos. Los que vieron la de los autos hace 7 años probablemente pasen de largo, pero el público se renueva con lo cual el éxito está garantizado. En “Aviones” la aventura y los gags funcionan a la par y con buen ritmo en una historia casi sin sub-tramas que la apoyen. Más bien son personajes con situaciones específicas que, tarde o temprano, terminan por resolverse, aunque no siempre aportando a la acción medular. Un trabajo modesto pero efectivo de Klay Hall en su primer largometraje. Donde sí pierde algo esta producción es en la sutil profundidad presente en casi todas las de Pixar: La fórmula perfecta para que grandes y chicos se lleven algo. El sub-texto de “Cars” abordaba el sentido de pertenencia a un lugar y la sensación de desarraigo y olvido que trae aparejado el progreso y la vorágine de este tiempo. Nada de eso hay en “Aviones”. Mejor dicho, no con el nivel de análisis que tienen los guiones de Pixar. En todo caso hay algo del compañerismo y de tener una escala de valores inquebrantable ante cualquier tentación. Sucede que cuando un mensaje como este es simplemente mencionado en lugar de darle tratamiento, parece tan anecdótico como la carrera en cuestión. De todos modos, estamos frente a un producto ideado y pensado para entretener. Si es por eso, “Aviones” cumple con el mandato. Los chicos (de hasta unos 10 años, más o menos) pasarán un muy buen rato.
Llegan las aventuras de Dusty, un avión fumigador que sueña con ganar la gran carrera aérea. Muchos recordaran “Cars” (2006) y “Cars 2” (2011), bien colorida y divertida, ambas fueron muy rentables tanto en el cine, como en video y por televisión (rating), consiguió miles y miles de seguidores, también fue muy bueno el merchandising. Inolvidable los muñecos de Rayo McQueen y su amigo Mater. Ahora la idea es realizar prácticamente lo mismo, es como si fueran autos con alas, así al parecer nace “Aviones” dirigida por Klay Hall ("Tinker Bell y el tesoro perdido" en 2009), este es el gancho. El protagonista es Dusty un avión fumigador que sueña con participar en una competición aérea de altos vuelos; algo similar sucedía en “Turbo” (2013) de David Soren que se estrenó el pasado 18 de julio un caracol con un sueño absurdo ganar la gran carrera. Acá este simpático avioncito quiere competir en una carrera aérea, tiene miedo a las alturas (se toca el mismo tema en “Zambezia”, que se estreno el pasado 22 de agosto), y fue construido solo para fumigar; no está preparado para participar en una competencia tan difícil, riesgosa, peligrosa y sin la práctica necesaria, su sueño es casi un imposible ganar la carrera de aviones alrededor del mundo y con competidores de una gran experiencia. Por eso recurre a un gran aviador naval para que lo prepare y lo ayude para ganar la gran carrera, en un principio habrá cierta reprobación pero finalmente accederá y aparecen distintos personajes divertidos y otros que no lo quieren en un principio. Hay romances, música, momentos en que se pone a prueba el valor de Dusty, una recorrida por algunos países del mundo y conoceremos los secretos de los personajes. El film tiene varios mensajes: cuando se pone a prueba la superación, el apoyo de los amigos, la solidaridad, el compañerismo, la ecología, entre otros conceptos, es una historia noble y sencilla. Pero sin sorpresas, un argumento muy trillado, menos colorida que “Cars”, para los más chiquitos por momentos resulta algo tediosa. Por lo general estas historias también tienen que tener un guión para los adultos que son quienes acompañan a los chiquitos, lamentablemente carece de esto. No se puede pedir mucho, es solo para pasar el rato, con un buen balde de pochoclos u otra cosa, y sola se encuentra doblada al español.
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Como George Lucas expandió el universo de Star Wars en novelas, comics y video juegos, Disney busca hacer lo mismo con el universo de Cars, y nos muestra que este mundo creado por Pixar también está poblado de aviones a los que les gustan las carreras maratónicas y peligrosas. “Secuela” que iba a ser para video Disney tiene una división especial que se encarga de crear secuelas de sus éxitos más grosos para revitalizar (por no decir seguir choreando) sus franquicias, esta división nos dio “gemas” olvidables como La Sirenita 2 y Aladdin 2, aunque cueste creerlo Toy Story 2 iba a formar parte de este prontuario, pero el genio de Lasseter se dio cuenta que la iban a cagar y se mando a hacer la secuela como debía ser. Con Planes el plan era el mismo, lanzarla en video, aprovechando el éxito de Cars y cambiar las rutas por los cielos, sin embargo acá otra vez Lasseter dio el visto bueno y se termino estrenando en cines. Lo más curioso que tiene este film, es que es el primero en estar producido enteramente por Disney con conceptos de Pixar. maxresdefault La clásica película “Coming of Age” Planes nos presenta a Dusty Crophopper, un avión fumigador que sueña con ser un avión de carreras. Con mucho entrenamiento, huevo y ayuda del viejo veterano de guerra Skipper Riley lograra entrar. En la carrera que es un recorrido por todo el mundo que tiene comienzo en New York, Dusty se encontrara con varios aviones, algunos muy copados y otros bastantes forros que serán sus rivales a vencer. Mención aparte para el avión mexicano El Chupacabra, que viene con su máscara de luchador de lucha libre mexicana, sin dudas el mejor personaje de la película. Si el resumen de la trama les pareció muy básico, es porque justamente la película es muy básica, ya con ver 20 minutos nos damos cuenta que giros va a tener, que caminos va a tomar, y justamente como va a terminar, no hay ninguna sorpresa, y los personajes son un desfile de estereotipos que vinimos viendo hace años. Esto hace que el film se haga un poco largo, más sabiendo que hay un corto dirigido por Tex Avery llamado “Little Johnny Jet” que cuenta la MISMA historia en 7 minutos. Ahora muchos de ustedes seguramente diran: “Este pibe esta drogado, Disney nunca robo nada”, recordemos que esto es una práctica muy común de Disney, y me amparo con el clásico ejemplo del choreo de Lion King con Kimba el león blanco. Como Cars, pero sin alma Todo el encanto y carisma que supo brindarnos Cars, acá canta ausente de una manera considerable, los personajes no tienen chispa, son olvidables. Cuando salí de ver Cars quería el juguete de Lightning McQueen, cuando salí de ver Planes quería volver a ver Cars. Conclusión Planes busca agarrarse de las tetas de Cars y lo hace mal, es una película chata y olvidable, hay que reconocer que visualmente está muy bien, pero no llega a los estándares impuestos por Pixar. Anunciaron que va a haber dos secuelas más, esperemos que le agarren la mano y puedan darle cierta onda a estos personajes, por que el potencial está ahí. Si quieren llevar a sus hijos, sobrinos, primitos o hermanitos a verla, háganlo ellos la van a pasar bien, ahora si tenés más de 10 años lo dudo.
Insistiendo en algo flojo No se sabe bien porqué la gente de Disney aún insiste con la franquicia "Cars", esta vez convertidos en "Aviones". Sí, tuvieron mucho éxito con la 1ra entrega y más allá de las duras críticas que recibieron con la secuela, se pudieron llevar unos cuántos dólares al bolsillo; pero ya seguir insistiendo con un producto que se cae a pedazos es poco inteligente. De hecho leí por ahí que supuestamente "Aviones" sería la primera de 3 entregas... No creo que se concrete finalmente. No me malinterpreten, Disney y Pixar (que esta vez no se animó a poner el nombre en los créditos) tienen productos que por lo general están por encima de la media, pero con el dinero y talento que están invirtiendo en este producto, podrían crear algo mucho más innovador y fresco, a los "Rompe Ralph". La trama es bastante básica con excepción de la historia de Skipper, el ex crack del aire devenido en mentor del deslucido protagonista, Dusty. Toda la historia se centra en los sueños y dificultades de un avión que, más allá de que fue creado para ser fumigador, aspira y desea con todo su corazón ser un corredor del aire y ganar la competencia mundial de vuelo. Por supuesto aparecen los personajes clichés de siempre, el amigo gracioso y fiel, el villano que piensa que nuestro protagonista es inferior y la chica difícil con quien termina teniendo una especie de amorío... un romance a lo Disney, ¿no? También se hace un paseo por distintos destinos turísticos del mundo como India o Hong Kong, siguiendo la línea de la saga "Cars". Si bien los aspectos visuales son fabulosos y se nota la mano encubierta de Pixar sobre los efectos de animación y el uso de colores, la trama no da mucha tela para cortar y termina por aburrir a los espectadores, incluso a los más chicos que deberían representar a un público más accesible. ¿Es una peli entretenida? Más o menos. ¿Ofrece el paquete Pixar de calidad de animación? Sí, lo ofrece. ¿Hay otras opciones mejores en cartelera para los más chicos? En algunas salas todavía están proyectando "Metegol" o "Percy Jackson y el mar de los monstruos" que son propuestas mucho más divertidas. Sólo para fanáticos empedernidos de la saga "Cars" o las animaciones símil Pixar.
Sería injusto tratar esta película como una más de Pixar por dos razones. En principio, y aunque el espectador no note la diferencia a simple vista, es un film de Disney Animation, no de Pixar (aunque se base en la idea de Cars, en realidad una idea muy antigua, la de humanizar cosas). En segundo, porque la intención es la de generar una franquicia casi “clase B” dentro de las posibilidades de la animación digital; en ese sentido, su norte comercial evidente implica también una cierta sinceridad. En esas condiciones, el cuento del avioncito que quiere ser un gran corredor -trama parecida a Turbo, linda película animada sin suerte de este año- posee tres valores interesantes: los personajes son simpáticos, las secuencias de acción están bien planeadas y ejecutadas, y la trama es veloz. No por cierto una obra maestra (ni mucho menos), su gran defecto es que en varias ocasiones cae en la pereza del lugar común. Un juguete casi específicamente diseñado para vender otros juguetes.
Cuando los autos criaron alas ¿Cuál sería el colmo de un avión? Es obvio que temerle a las alturas. Pero la idea no resultaría tan descabellada de tratarse de un avión de fumigación, que hace vuelos veloces a escasos 2 metros del piso, pero en sus trayectos, nunca supera los 300 de altura. Es el caso de Dusty, un avión todo corazón, quien más allá de sus limitaciones, sueña con ser un corredor de aquellos y hasta entrar en competencia, en la trama de la nueva película de animación de Disney Aviones. En la misma línea que Cars , esta cinta está llamada a convocar al público que se enamoró de la historia del Rayo Mc Queen y los autos de un pueblo olvidado en el antiguo trazado de la mítica Ruta 66. Como aquellos preciosos vehículos, Dusty deberá reunir el valor suficiente para superar sus limitaciones y salir a brillar ante el mundo. Para ello recurrirá al experimentado aviador Skipper, quien lo entrenará para enfrentar al campeón mundial de carreras de altura, el fanfarrón Ripslinger. Mientras recorra los cielos del mundo, Dusty conocerá a otros aviones con quienes compartir anhelos y de quienes aprender lecciones de vida. Sin mucha novedad en términos de argumento, Klay Hall, John Lasseter y Jeff Howard --director, productor y guionista-- lograron contruir un relato que explota lo mejor de una franquicia derivada de otra. Ambientaron la historia en escenarios que llaman a la aventura y a descubrir destinos junto con el protagonista; llenaron ese recorrido turístico de planos abiertos y profundos para un mejor disfrute de los paisajes, gracias el mágico artificio de la animación de alto nivel; y se aseguraron de hacer una suerte de clonación para generar nuevos personajes que, no obstante, seguirán atrayendo la atención de miradas abiertas a la seducción del color y corazones sensibles a la ternura y los mensajes que refuerzan los valores esenciales, como son los de un niño. Lo mismo hubiera sido que se tratara de camiones, trenes, aviones... O autos con alas. El objetivo comercial y de entretenimiento queda cumplido.