Dakota Johnson se pone en la piel de Alice, una joven que luego de separarse de su novio, intentará descubrir cómo estar bien con ella misma sin la necesidad de estar en pareja. El amor es un estado emocional muy importante para las personas, una sensación en el cuerpo y en la mente de la que se ocupan muchos estudiosos desde hace miles de años. El amor y las relaciones personales son protagonistas en un sin número de películas, libros y programas de TV. Esa es la propuesta de Cómo ser soltera, el film del alemán Christian Ditter, basado en la novela homónima de Liz Tuccillo. Alice (Dakota Johnson) deja a su novio Josh (Nicholas Brown) después de cuatro años de relación, porque necesita un tiempo para estar sola. Su mejor amiga Robin (Rebel Wilson) la convence de que salir todas las noches y tener sexo ocasional con distintos hombres es lo que debe hacer en ese momento, para así conocerse a ella misma. El candidato a ser la persona para que Alice pueda superar los temores que tiene sobre acostarse con alguien después de estar varios años con la misma persona es Tom (Anders Holm), un barman que está negado a tener una relación amorosa que implique compromisos y que piensa que estar cada noche con una mujer distinta es su estilo de vida. Por otro lado está Meg (Leslie Mann), la hermana mayor de Alice, quien hace un tratamiento de inseminación artificial con un donante anónimo, y a los pocos días de quedar embarazada conoce a Ken (Jake Lacey), un hombre que podría cambiarle la vida. No hay que dejarse engañar por el póster promocional de la película, el papel de Alison Brie, Lucy, no tiene relación con las otras tres mujeres protagonistas. Solo es una habitué del bar donde trabaja Tom, y que tiene también sus propios problemas amorosos. Su historia está relacionada con él y con otras personas que irá conociendo en busca de su final feliz. El reparto lo completa Damon Wayans Jr. como otro de los hombres que aparecerá en la vida de Alice y quien tiene una historia que busca tocar un lado más sensible del espectador, pero que resulta forzada y sin sentido. Por una buena parte de la película surge la duda de si el título es correcto, ya que “Cómo no ser soltera” sería uno más adecuado. Alice se la pasa haciendo cosas para conocer gente nueva y estar de nuevo en una relación. Así, se la verá debatirse entre su ex novio y nuevos amores hasta el punto del hartazgo. El guión es una de las cosas más flojas: desde diálogos que parecen salidos de otras películas (hay una escena que es casi calcada a otra de Simpemente no te quiere), hasta frases que molestan de lo prejuiciosas que son, como “ahora que estás soltera podés dedicarte a tu carrera”. Cómo ser soltera propone en varias ocasiones que las alternativas para transitar la soltería deben ser hacer un curso de cocina, leer un libro o irse de fiesta para tener sexo con desconocidos. Para el final, intenta dejar algún mensaje esperanzador sobre que conocerse a uno mismo y estar solo es algo positivo, pero ya no hay vuelta atrás con todo lo que ya expuso anteriormente. Desde el lado actoral, Dakota Johnson ha demostrado que no es una buena actriz en 50 sombras de Grey, y aquí no ha evolucionado. Rebel Wilson hace prácticamente el mismo rol que en Pitch Perfect y las risas que logra sacar en ese film no tienen el mismo efecto en esta ocasión. El resto del reparto es correcto, sin ningún papel para destacar. Christian Ditter había salido bien parado luego de dirigir Los imprevistos del amor, pero en Cómo ser soltera el espectador encontrará una película llena de clichés, con personajes poco carismáticos y cuyo único punto positivo son los paisajes de la hermosa ciudad de Nueva York.
New York, dating life, desencuentros amorosos, algo que ya hemos visto muchas veces ¿no?, pues no importa amigos porque Hollywood se recicla por minuto y así es como estos proyectos se producen.Cómo ser soltera no aporta nada nuevo al género y sin embargo no es una mala película e incluso cuenta con algunas escenas muy divertidas.Analizar la historia sería medio tonto de mi parte por lo que solo voy a destacar que algunos diálogos y gags son buenos.La gran mayoría por parte de Leslie Mann, quien hace un buen trabajo como siempre. También nos encontramos con una Dakota Johnson a la que le sienta muy bien la comedia.Y hablando de comedia, la exageración de la misma en el personaje de Rebel Wilson es casi insoportable. En un momento es imposible que el espectador no piense “esto ya es demasiado”.El director Christian Ditter, quien viene de ese gran cliché llamado (Love, Rosie, 2014), hace un buen laburo no queriendo demostrar algo más de lo que la película pretende ser.Por otro lago, y esto es lo que le resta mucho al film pero no sabemos si es culpa de él o del estudio, no manejó muy bien el montaje de la película y se nota demasiado.Hay una escena con un salto en el tiempo inexplicable y donde la tijera se nota demasiado. Es imposible no pensar que falta algo ahí, más que nada porque tiene que ver con el arco argumental de Dakota Johnson y su interés amoroso (Damon Wayans Jr.).Amén de esto la cinta se deja ver sin mayores problemas pero siempre y cuando sepamos que nos vamos a encontrar con una simple comedia sin novedades y para pasar el rato.Cómo ser soltera es ideal para que la vean un grupo de amigas antes de ir a bailar, una opción ideal para crear ese tipo de combo poco usual: cine y boliche.
La noche como ideal para superar cualquier ruptura o separación. El bar como el lugar para ahogar en alcohol las penas. El trabajo para poder reflexionar sobre el “qué pasó ayer” y planificar nuevos planes para seguir en el camino de encontrarse. Pese a tener lugares comunes, “Como ser Soltera” (USA, 2016) de Christian Ditter con Dakota Johnson, Alisob Brie, Leslie Mann y Rebel Wilson, se plantea como una guía moderna de la vida en Nueva York para aquellas que no tienen pareja. Y con “no tienen pareja” no quiere decir que no la deseen tener, todo lo contrario, porque excepto uno de los personajes (el más estereotipado, y a la vez el más efectivo, el de Wilson) el resto de las protagonistas anda tratando de superar la ausencia de una compañía en la ciudad que más posibilidades brinda para el disfrute. “Como ser Soltera” comienza cuando Alice (Johnson) le pide a su pareja un tiempo para saber eso de “como estar sola” antes de iniciar “juntos” una vida llena de proyectos y anhelos personales, y pese a la reticencia de éste de aceptar el plan , porque sabe en el fondo que no será una buena idea, viaja a Nueva York. Allí se hospedará unos días con su hermana Meg (Mann), una obstetra renombrada a punto de “perder” sus posibilidades de ser madre y que vive negándose la posibilidad de querer concretar sus verdaderas expectativas ante sus deseos de tener descendencia, y conocerá en su nuevo trabajo a Robin (Wilson), una excéntrica “recepcionista” que sólo piensa en cómo pasarla bien a partir del after office. Impulsada por esta, en una de sus primeras noches en la ciudad irán a un bar en el que Tom (Anders Holm), el dueño, tiene a todas las mujeres de la ciudad muertas por él, incluso a Lucy (Brie) la vecina, que se le instala todas las noches para usarle el wifi y con la que se relacionará en un plan de amor odio inexplicable, y terminará envolviéndose, muy a su pesar, con este, sin otro plan que pasarla bien. Pero a medida que los días pasan, y pese a que Tom fue siempre claro sobre sus intenciones, Aliceno podrá dejar de confundir sus sentimientos, y más cuando su novio le comunique que ha comenzado una relación con otra mujer. Así, lentamente, “Como ser soltera” va conformando su universo y escenario, en el que los hombres sólo funcionan como vehículo para conseguir algo, y cuando no, como con el personaje de Meg, terminan por ser suplantados por alcohol, fiestas y reclamos. Adaptación exacta del best seller del mismo nombre de Liz Tuccillo, la película deambula entre el catálogo de situaciones y la afirmación feminista que luego termina por caerse ante el irreversible contraste con la realidad de los anhelos de las protagonistas. Hay también un homenaje solapado a escenas de “Secretaria Ejecutiva”, o mejor dicho el lado B de esa película, con largos paneos de la ciudad, y de Alice caminando tranquila cual Melanie Griffith en la clásica comedia de Mike Nichols. El gag, el punchline, el ritmo dinámico, todo aporta a que “Como ser soltera” sea disfrutada, nada está fuera de lugar, y excepto quizás el personaje de Alison Brie (predecible) el resto juega la propuesta como si fuese la última vez que intentaran actuar, y eso hace factible el disfrute y la risa hasta el último minuto del filme.
Según el manual básico de la escuela de Hollywood, Nueva York parece ser la ciudad en donde el amor flota en el aire. Superpoblada, a las apuradas, atiborrada de rascacielos, y sin demasiado contacto personal. La meca del cine se empeña en querer convencernos que un gran porcentaje de sus ciudadanos son solteros, exitosos, y con el solo deseo de encontrar a alguien para sentirse completos. No vamos a enumerar la cantidad de ejemplos que se nos han dado al respecto tanto en el cine como en la televisión; ¿Cómo ser soltera? Es otro ladrillo más en esa construcción. Basada en una novela de pseudo autoayuda para mujeres en crisis amorosa escrita por Lizz Tuccillo, sigue las historias de un grupo de solteros jóvenes (algunos más que otros) y exitosos, muy frescos y espontáneos. Pero principalmente, dentro del grupo focaliza en dos, Alice y Robin. Alice (Dakota Johnson), es una soltera reciente que necesita de ayuda para reinsertarse, y para eso está Robin (Rebel Wilson), su amiga con bastante más experiencia en reventar la noche. Juntas emprenden un camino de enseñanza en medio de la ciudad, en donde los personajes son solitarios que quieren aprovechar la noche para encontrar compañía, o por lo menos, quitarse el polvo de encima. Hay otra serie de personajes periféricos, como dijimos, Meg (Leslie Mann), Tom (Anders Holm), Lucy (Alison Brie), y David (Damon Wayans Jr.), cada uno con sus historias que no aportan gran sustancia. El director encargado es el alemán Christian Ditter, con el antecedente de la bastante más carismática Love, Rosie. Quizás se entienda que al ver aquella comedia con Lilly Collins y Sam Coffin se haya pensado en este director, porque comparten, en cierta medida un tono algo zafado. Pero allí donde los personajes de Coffin y Collins rebosaban de carisma y química entre sí, en esta oportunidad sobreabundan los parches con gags sexuales para disimular la falta de conexión, entre el grupo y para con la pantalla. Dakota Johnson no es una buena opción para este tipo de films, su personaje pasa a ser la que da pie para que otros hagan el remate. Si de por sí no ha demostrado hasta el momento ser una actriz con una alta gama de ductilidad, la comedia pareciera quedarle incómoda. El lucimiento es para Rebel Wilson, con un personaje algo más pulcro o estilizado que en otras oportunidades, pero igualmente zafado. Wilson se repite a sí misma, pero es la que sacará alguna sonrisa; más allá de alguna participación del resto de los periféricos. Hay consejos, hay una mezcla entre Sex & The City y la comedia femenina post Paul Feig; pero falta el encanto que directores como Nora Ephron supieron darle a la ciudad. Nueva York se ve lujosa, sudorosa, precoz o pecaminosa. Tampoco es esa ciudad apretada de cabezas bajas y andar ligero. Es un marco para que los personajes suelten sus máximas sobre el romance (duradero pero más aún casual) de modo adecuado, aunque no sabemos cuántas de ellas puedan aplicarse realmente fuera de la isla. Ditter, lejos de aplicar algún sello particular – que no lo necesitaba -, deja que las situaciones fluyan sin demasiado interés, cayendo en algo episódico, y con cierta pereza en el ritmo, más allá de lo ampuloso de la banda sonora machacadora. ¿Cómo ser soltera? Se deja ver como lo que es, una comedia romántica, feminista (esto estaría en seria discusión), llena de preconceptos, y con personajes concebidos con la sola idea de ser funcionales a lo que se quiere decir. Es simpática, liviana, y tiene algunos momentos de gracia. Pero es tan olvidable como aquel encuentro casual de unos minutos, en medio de un raid sexual fructífero.
Como ser soltera con Rebel Wilson y Dakota Johnson uno de los estrenos de la semana. Alice, Robin, Lucy, Meg, Tom y David, viven en la ciudad que nunca duerme, New York y hacen todo lo posible para conservarse solteros. Pero Como ser soltera no sólo habla de las mujeres, sino que el género masculino también tiene sus trucos para no involucrarse sentimentalmente. Por que en definitiva de lo que está hablando esta película, no importa el género, es el miedo al compromiso, el sexo casual, postergar intereses en pos de estar con alguien, no saber mantener la independencia estando en pareja, la prolongación de conductas cuasi adolescentes mas allá de los 30 y otros comportamientos universales, sin importar la ciudad del mundo en que uno viva. Los guionistas Abby Kohn y Marc Silverstein sobre una idea de Kohn Silverstein basada en el libro de Liz Tucillo, supieron acumular toneladas de situaciones graciosas que funcionarían perfectamente en una sitcom, pero que parecen no cuajar del todo en un guión cinematográfico, con un desarrollo mas acotado. En lugar de decidirse por hacer una comedia pura, le adicionan elementos dramáticos. Es como si quisieran conmover para ganar prestigio y es este quiebre en la comicidad lo que por momentos desconcierta. Además de que en algún momento sea notorio un salto de tiempo en relación con el personaje de Dakota Johnson y su relación con Damon Wayans Jr., allí algo fue quitado o agregado para encaminar la comedia hacía algo lacrimógeno. Y eso se nota, ya sea por presiones del estudio o falla en el montaje. Un elenco correcto, encabezado por Dakota Jonhson, Leslie Mann, Alison Brie, Andres Holm y el muy activo últimamente Jake Lacy (Navidad con los Cooper) es eficaz en sus retratos, con excepción del exagerado personaje de Rebel Wilson, que es el trazo grueso en medio de pinceladas. El director Christian Ditter tendría que haberse quedado en la comedia pura, esto hubiese sido una decisión más sabia, en lugar de sumarle seriedad para transformar a Como ser soltera en algo pretencioso, en lo que nunca se convierte.
Solteras sin rumbo Las comparaciones son odiosas, pero cuando el propio guión las hace resulta casi imposible resistirse. En algún momento de Cómo ser soltera, tres de sus protagonistas mencionan a los personajes de Sex and the City como pésimos ejemplos de mujeres independientes. El comentario pierde toda gracia o valor porque aun con sus errores y su tendencia a obsesionarse con los hombres con los que salían, Carrie, Miranda, Samantha y Charlotte tenían más personalidad y rasgos feministas en sus uñas que Alice (Dakota Johnson), Robin (Rebel Wilson), Meg (Leslie Mann) y Lucy (Alison Brie) en todo su cuerpo. Es cierto que los personajes centrales en una comedia sobre la vida de solteras en la Nueva York actual no tiene por qué ser un manifiesto sobre la igualdad y el derecho de las mujeres, pero sí debería al menos cuidarse de no presentarlas como un grupo de infelices, inmaduras, insensibles y algo tontas señoritas con tremendas dificultades para establecer vínculos más o menos sanos. Ya sea con potenciales parejas o entre ellas. Todo gira en torno de Alice, que insatisfecha con su larga relación con Josh (Nicholas Braun), su novio desde la universidad, decide separarse con el apoyo de su amiga Robin, siempre algo borracha y dispuesta a divertirse, y su hermana mayor, Meg, a la que el relato presenta como una antipática solterona obsesionada con su trabajo. Si por un momento la historia intenta explorar la relación entre las dos hermanas y alejarse de los clichés románticos, la búsqueda termina siendo vacía porque ni las carismáticas Johnson y Mann consiguen elevar sus débiles criaturas a seres humanos más o menos creíbles. Una vez más resulta inevitable la comparación: en la aún inédita Trainwreck, Amy Schumer y Brie Larson dan una clase magistral sobre los estrechos y complejos lazos entre hermanas a partir de un brillante guión escrito por la propia Schumer. Que también se ocupa de dar lecciones sobre cómo ser soltera. Una incógnita que esta película está lejos de despejar.
Cómo ser mujer estereotipada Una comedia sobre problemas con los hombres con personajes femeninos que no escapan del lugar común. “Las chicas sólo quieren divertirse”, cantaba hace años Cyndi Lauper, y vaya si las cuatro de Cómo ser soltera lo hacen. Alice (Dakota Johnson, la estrella de Cincuenta sombras de Grey) cortó con su chico de toda la vida porque quiere enfrentarse al mundo en soledad. Para eso se muda con su hermana Meg (Leslie Mann), una obstetra a quien las cosas no le salen del todo bien y vive asegurando, contrariamente a lo que podría suponerse, que no tiene ganas de ser mamá. Alice conseguirá un nuevo trabajo en un estudio jurídico, donde se hace amiga de Robin (Rebel Wilson). Por su parte, Lucy (Alison Brie) está empecinada en pegarse una y otra vez contra la pared saliendo con chicos sacados de Internet. Durante casi dos horas, este remedo de Sex and the City y Girls mostrará a las chicas enfrentándose a distintas situaciones (casi todas fallidas) relacionadas con los hombres. El problema de este film dirigido por el alemán Christian Ditter (Los cocodrilos, Los imprevistos del amor) es que lo hace con un grado de simplificación y superficialidad absolutas, esmerilando las aristas de las chicas hasta convertirlas en caricaturas de ideario publicitario antes que en algo parecido a seres humanos. De la idea rectora de ser retrato generacional, entonces, poco y nada.
La culpa no es de Cupido Comedia entre edulcorada, zafada y zonza, tiene tantas vueltas como alguno de los personajes histéricos Si para Navidad llegan las películas con familias reunidas alrededor del arbolito, se aproxima San Valentín y Hollywood nos tiene preparados no una sino dos (sumar En nombre del amor) producciones edulcoradas que en tono de comedia zafada, como es el caso de Cómo ser soltera, o más romántica (En nombre…) nos recuerdan, por si hay algún desmemoriado, los complicadas que suelen ser al principio las relaciones en pareja. Y para hacerlo más complicado -o porque entre los tres guionistas se dieron cuenta de que ninguna de las cuatro historias que tenían entre manos de la novela original daba para entusiasmarse mucho con una sola- son varias las neoyorquinas y neoyorquinos que se cruzan en un bar, algunos, y por la vida, todos. Allí está Dakota Johnson, la flaquita de Cincuenta sombras de Grey, como Alice, que deja a su novio y decide tomar distancia para ver qué pasa, qué tiene y qué le falta, y se muda a Nueva York, a lo de su hermana Meg (Leslie Mann). Conoce en su trabajo a Robin (Rebel Wilson, el personaje desaforado que era de esperar) y tras algún encuentro fogoso, decide que quiere volver con su prometido stand by. Pero éste conoció a otra chica, así que Alice, Robin, Meg -que es obstetra pero no quería saber nada con tener hijos-, más Lucy (Alison Brie), que busca relaciones por chat de Internet, serán las cuatro cabezas de historias que tienen amor, claro, pero también mucha histeria. El amor, a veces o casi siempre, suele ser irracional, pero esto que se ve aquí tal vez sea demasiado. O tal vez no, pero San Valentín no tiene la culpa de todo. Démosle por una vez algo de crédito a los guionistas y a quien es responsable en la dirección, Christian Ditter.
Cómo filmar un compendio de moralinas Alice (Dakota Johnson, de 50 sombras de Grey) cortó con su novio facultativo para ver cómo se sentía enfrentando el mundo adulto en soledad. Se muda con su hermana Meg (Leslie Mann), obstetra que asegura a quien quiera oírla que ayudar a mujeres durante el parto no le despierta el instinto maternal, y entra a trabajar a un estudio de abogados, donde pega mucha onda con su compañera Robin (la australiana Rebel Wilson, en su enésimo rol de gordita reventada y amante de la joda y el sexo casual). El punto habitual de encuentro es un bar regenteado por el futuro chongo de Alice y en el que también suele caer Lucy (Alison Brie) para tener mil citas a ciegas con chicos sacados de Internet. Casi todas las chicas, con excepción de la última, la soñadora, la que espera su príncipe azul, se emborrachan y se encaman con el primer tipo que les tire un poco de onda, hasta que casi todas ellas se dan cuenta de que no, que nada mejor que la estabilidad emocional, ya sea sola o acompañada. Así se plantean las cosas en este remedo autoindulgente de Sex and the City y Girls llamado Cómo ser soltera. Que el arco dramático ensaye distintas respuestas a esa pregunta marca el tono de una propuesta preocupada por su carácter moralista, de aprendizaje a la fuerza. Nada malo de por sí, salvo porque los personajes se mueven traccionados por los hilos de esa meta dramática y no por la propia dinámica de los hechos que atraviesan.Situada en Nueva York y narrada con un tono melanco hipster, Cómo ser soltera se estrenará en España este viernes con el título de Mejor... solteras. El bautismo ibérico será funcional y coherente sólo para aquellos espectadores que se levanten de su butaca cuando promedie el metraje. De ahí en adelante, el film de Christian Ditter pasará de la glorificación de las fiestas y el descontrol a su negación y posterior condena, interpretándolas únicamente como síntomas de un vacío generado por la ausencia de una media naranja. Pecado mortal para una propuesta con ínfulas de retrato y relato –habrá mensajitos, emoticones y clavado de vistos por doquier– de la generación sub 30. Así de unidimensional es todo. De mujeres que viven el sexo con libertad y sin culpas, ni hablar. De mujeres que hacen de la soledad una elección, tampoco. De mujeres capaces de divertirse simplemente pasando el rato con amigas, menos. De mujeres preocupadas por pagar las cuentas y llegar a fin de mes mientras intentan construir una carrera profesional, menos que menos.
La vida social de Nueva York se ha visto retratada en un sinfín de películas y series. Sin ir más lejos, es imposible no pensar en la ciudad y acordarse de la icónica Carrie Bradshaw de Sex & The City. How to Be Single intenta un poco recuperar ese fulgor femenino y a veces lo logra. Otras, resulta que el dicho "la imitación es la mejor forma de halago" no encaja demasiado. El ángulo principal de la historia es la vida de Lucy -Dakota Johnson, luminosa como siempre- quien luego de tener una relación larga con su novio decide darse un respiro y probar nuevas experiencias en Nueva York. En el camino se cruza con la aventurosa Robin, de una siempre intempestiva Rebel Wilson, que la introduce a su peculiar estilo de vida, mientras que su hermana mayor, Meg -Leslie Mann-, lucha con su soltería y pronto decide dar un paso adelante en su vida. El otro lado del cuarteto, si es que lo hay porque el material promocional del film puede mentir un poco, es la recta Lucy de Alison Brie, una mujer empecinada en encontrar al hombre ideal, tanto que tiene une ecuación matemática para lograrlo. Las idas y vueltas amorosas de estas mujeres son el hilo conductor de la película de Christian Ditter, y en ciertas situaciones, la mezcla funciona. En un principio, el proyecto tenía previsto abarcar diferentes puntos de vista, tanto femeninos como masculinos. Pero en cierto momento de la producción se decidió enfocarse en las féminas de turno, las Carrie y compañía, dejando a los hombres como sólidos pero algo perdidos secundarios. Es un movimiento que le viene muy bien al girl power que está recorriendo al medio en los últimos años, pero gracias a ese rotundo cambio, las costuras del producto son muy visibles y eso afecta muchísimo al tono en general de la película. Hay conflictos que surgen de la nada y situaciones forzadas que le quitan la naturalidad que se consigue en ciertos tramos, y por eso no se la puede tomar demasiado en serio. Johnson es un increíble ser de luz que no necesita tener mucho glamour encima para destacar, aunque a veces se la fuerce a voiceovers que parecen prestados de Carrie Bradshaw. Wilson sigue cómoda en su papel de amiga disparatada y parece no cambiar nunca, mientras que Mann y Brie se llevan los papeles más secundarios con viajes bastante trillados y comunes, pero que las brillantes actrices hacen funcionar a como de lugar. Los caballeros -Jake Lacy, Anders Holm, Damon Wayans Jr., Jason Mantzoukas- acompañan muy bien en la trama, y el elenco en general parece haber disfrutado trabajar juntos en esta comedia que tiene lo justo de edulcorante y de carga irónica y drama para no abrumar al espectador. How to Be Single no pasará a la posteridad como una comedia sobre la importancia de la soltería, pero tiene un elenco al servicio de la historia, y es más que entretenida.
Y no morir en el intento... Como se puede esperar para estas épocas de “fiestas” (no, no hablo de la Navidad o el Año Nuevo, ya nos fumamos las pelis navideñas hace un mes, hablo del Día de los Enamorados o San Valentín, como prefieran llamarlo) se estrenan las películas que las parejas esperan ver con ansias y así disfrutar un día romántico. Cómo ser soltera (How to Be Single, 2016) desafía a Cupido y propone algo distinto, pero no de calidad. Cómo ser soltera, a pesar de ser algo distinto respecto a los films que se suelen estrenar por estas fechas, termina siendo una película entretenida, cómica pero muy cliché, con la típica historia de cuatro personas muy distintas entre sí, perdidas en Nueva York en busca de un amor distinto para cada una. En fin, se le puede dar crédito por ser graciosa y llevadera o por tener cuatro actrices que saben hacer comedia (aunque Rebel Wilson no me termina de caer bien) y por filmarla en la grandiosa ciudad de Nueva York. Actrices: Dakota Johnson: esta hermosísima mujer, hija de otra hermosa mujer como es Melanie Griffith, parece haber encontrado su género en la comedia. Durante la película se la ve divertida y casual y no forzada como su compañera de reparto. Dakota habló con el diario español La Razón sobre cómo se trata hoy a las mujeres en Hollywood y esto fue lo que dijo: “Mi abuela trabajó con Hitchcock, y conocidas son la tumultuosas historias que pasaron. Más tarde siguió haciendo alguna que otra película, pero decidió dedicarse a defender los derechos de los animales. Ahora lleva Shambala, un santuario de felinos que vienen maltratados de circos o que fueron comprados y luego atados a una cuerda o abandonados porque se hacen grandes. Y está dedicada a eso en cuerpo y alma. Y mi madre tiene una carrera estupenda como actriz. Ahora las películas con mujeres protagonistas están aumentando, y ya no se interpreta a la mujer de... Prueba de ello es Cómo ser solteras, no creo que se hubiera hecho hace unos años”. Rebel Wilson: la verdad es que esta actriz no me parece que sea graciosa en absoluta, su acento inglés puede dar alguna risa, pero la siento forzada a hacer chistes de mal gusto en todas sus películas, como si no tuviese otro recurso que hacer chistes sobre vaginas. En esta película repite la táctica y para mí, no funciona. Leslie Mann: otra bella actriz que sabe hacer este tipo de comedias, su bello rostro, su gestualidad y su gran sentido del humor hacen la película más entretenida. Alison Brie: conocida por su papel en Community, Brie tiene un papel digno, es una arista de la historia y se le da un buen cierre, nada más.
Posee un buen elenco y comediantes de primer nivel como ya nos tiene acostumbrados Rebel Wilson. El problema radica en que a esta actriz la encasillan con personajes ya vistos hasta el hartazgo, llega un momento que aburre y uno piensa si falta mucho para su desarrollo final. Hay varios personajes femeninos que muestran todo tipo de conflictos frente al amor.
Pensé que algo estaba mal con esta película. Comienza presentando personajes variados, entre ellos la protagonista, para quien parece anunciar un recorrido de transformación. Ella es Alice (Dakota Johnson, nacida para la cámara cinematográfica), y le pide a su novio un tiempo para descubrir qué se siente estar sola. Taxi amarillo cruza el puente de Brooklyn mientras suena Taylor Swift. “Como ser soltera” se nos aparece como ligera e inocente desde su forma, un disfraz que viste hasta el último plano. Se disfraza de género también, con la fórmula certificada de la comedia romántica. Sin embargo, si prestamos atención, veremos que se trata de un catálogo humano, genuino y sorprendentemente estático. “No avanza el relato”, pensaba mientras veía un desfile de estereotipos que van y vienen sin cuidado alguno: la ingenua indecisa (Alice), la fiestera incorregible (una desatada Rebel Wilson), la mujer exitosa e independiente (Leslie Mann, bella y filosa; siempre la dosis justa de ternura y comicidad), la “Susanita” (Alison Brie), el Don Juan (Anders Holm), el viudo reticente (Damon Wayans Jr), el “buen partido” (Nicholas Braun) y hasta el “noviero” (Jake Lacy). Entre todos estos encontraremos co-protagonistas sin mucho desarrollo, personajes que aparecen en la historia sin que sepamos de dónde salen, otros que conocemos por una escena y luego no vemos durante un largo rato; las subtramas se abren y cierran más de una vez y la historia no tiene una dirección clara. Pero es intencional. El punto no es que las cosas cambien sino mostrar su naturaleza estable y las justificaciones y contradicciones que la psiquis va tejiendo y verbalizando para atentar contra tal verdad. En este sentido, cada escena funciona como un dispositivo para exponer un punto. A veces de modo más juguetón y contemporáneo (como el paralelismo entre personas y maníes cuando Brie habla de las citas online, o todo lo que tiene que ver con el gastado recurso de poner en pantalla los mensajes de texto), a veces por medio de un intenso monólogo (atención a la escena del chocolate caliente y el árbol de navidad, cortesía de Mann) o una frase desalentadora y desubicada (“no me necesitan más ahora”, remata Wilson, desacreditando lo que en cualquier otra película sería un punto dramático y emocional alto). No tenemos tiempo para conectarnos con los personajes porque el guión está constantemente arrojándonos información y cada vez que surge la posibilidad de un mínimo vínculo, el film lo corta de cuajo o lo suaviza. Y de repente nos reímos, porque hubo un remate cómico o porque nos desconcertó la resolución que la historia eligió en un momento determinado. De todos modos, esta falta de apego emocional no le quita sensibilidad al film. Es decir, que los personajes carezcan de profundidad no implica que no la tengan las ideas que representan. Allí, en la exploración honesta de estas ideas, se encuentra el núcleo sincero de una pieza que no se casa con nada ni con nadie, parándose ambigua y orgullosa en la cima de una montaña. Es refrescante que una película que se vende como una más del montón tenga este nivel de audacia y lucidez. “Como ser soltera” nos zarandea, nos defrauda y se nos ríe en la cara. Quizá haya que verla dos veces, pero una vez que captamos su mecanismo, el viaje es plenamente disfrutable.
Girl Power Como si no tuvieran originalidad, la película transcurre en New York, locación que se usa frecuentemente en el género. Sin embargo, el hecho que actrices como Leslie Mann (una de las mejores de la actualidad), Dakota Johnson (mejor que en soltera 250 sombras de Grey -2015-), Rebel Bilson (la más osada) y Alyson Brie (protagonista de la serie Community). Componen un cuarteto donde sus momentos de gracia no aportan nada nuevo y simplemente el espectador no debería analizarlo demasiado. Christian Ditter, su director, quien había trabajado con Los Imprevistos del amor (Love Rosie), logró una buena comedia para chicas. Con una paleta de personajes donde cualquier chica puede encontrar empatía e identificarse con situaciones: está la que recientemente corta una relación y busca nuevos horizontes; el personaje desaforado; aquella que se niega a ser madre y, por supuesto, la que siempre busca relaciones por cualquier vía. soletra 3Un buen guión, bastante simple, que se vio opacado por el montaje. Aunque con ciertas inconsistencias, como por ejemplo ¿Qué es lo que pasa con los personajes de Dakota Johnson y Damon Wayans Jr? Es una incógnita se resuelve con un inexplicable salto en el tiempo. Mujeres: si buscan entretenimiento van a encontrarlo seguro acá y si van con sus chicos, tal vez estos se aburran un poco y prefieran ver Deadpool.
Solteras, pero con algo de apuro La comedia romántica de Dakota Johnson y Rebel Wilson abunda en los lugares comunes del género aunque con escenas efectivas y graciosas. "Esta historia no es sobre relaciones” dice para dar inicio el personaje de Dakota Johnson. Ella es Alice, una joven que decide separarse de su novio para aprender a vivir sola y conocerse a sí misma antes de sentar cabeza, casarse y tener hijos, es decir, antes de seguir con el plan impuesto. Sin embargo, la premisa es engañosa porque si bien el título de la película promete una guía de consejos sobre cómo aprovechar los encantos de una ciudad como Nueva York al modo Sex and the city, es decir, sin compromisos sentimentales, por momentos termina pareciendo una breviario sobre cómo sobrevivir soltera hasta encontrar una nueva pareja. Entonces, una vez independizada de su chico, Alice canjea vínculo y estabilidad por fiesta y reviente cuando comienza a trabajar en un bufete de abogados en donde conoce a Robin (Rebel Wilson), lejos el personaje más efectivo, una recepcionista particular que tiene como filosofía ir del trabajo al after office y del after office al trabajo. Mientras tanto, se aloja con su hermana Meg, una obstetra exitosa de más de 40 que alterna entre el rechazo a los mandatos sociales o sucumbir al deseo personal de tener un hijo. De fondo, una serie de personajes secundarios que orbitan en el bar de Tom (Anders Holm) un seductor natural que funciona por momentos como válvula de escape y por otros como radiografía del humor masculino en clave sin obligaciones. Así, en medio de entrecruzamientos amorosos, relaciones de una noche y comienzos prometedores, se desarrolla esta historia que tiene como protagonistas a una serie de jóvenes veinteañeros y treintañeros con la ciudad más glamorosa del mundo como escenario. Basada en la novela escrita por Lizz Tuccillo, Cómo ser soltera no brinda nada nuevo al género de las comedias románticas femeninas nacidas en la era Paul Feig (Damas en guerra, Espías), más bien abunda en preconceptos vistos y oídos en otras oportunidades, pero no por ello deja de ser entretenida. Dirigida por el alemán Christian Ditter (Los imprevistos del amor) tiene escenas divertidas, buen ritmo y propone un termómetro liviano de las expectativas de las mujeres en la edad adulta y de los roles que les caben en la sociedad moderna y citadina. Eso sí: salvo por el personaje de Wilson, para el resto la soltería parece ser un estadio que se asocia automáticamente con la soledad, necesario en algunos momentos de la vida pero finalmente evitable si es posible. Definitivamente, se trata de una cita recomendada para mujeres y en especial para ir con amigas y en grupo.
La maduración incompleta Caso un tanto raro y llamativo el de Cómo ser soltera, una comedia cuyo foco innegable e indudable es la madurez, la toma de consciencia de la propia identidad, del lugar que se ocupa en el mundo, para así poder crecer en el vínculo con los demás pero especialmente con uno mismo, y que tiene unas cuantas cosas para decir sobre ese proceso -algunas de ellas bastante interesantes- pero que sin embargo no termina de definir su propia identidad, su situación dentro del panorama de la comedia estadounidense. El film se basa en el libro de Liz Tuccillo, la misma autora de Simplemente no te quiere -por ende no sorprende que Drew Barrymore aparezca en los créditos como una de las productoras- y en él pueden apreciarse unos cuantos elementos propios de esa otra película. En cierto modo, ambas cintas piensan y reflexionan sobre las formas en que nos vinculamos con el otro y cómo -incluso inconscientemente- estamos siempre buscando a ese otro ser que nos complete. En este caso, centrándose primariamente en Alice (Dakota Johnson), quien deja a su novio de toda la vida para ver qué tal es eso de ser soltera y hacer la suya (aunque pronto se arrepiente de su voluntad experimentadora), pero luego desplegando toda una serie de personajes, cada uno con sus propios dilemas y convicciones: está Robin (Rebel Wilson), la eterna fiestera sin muchas culpas; Meg (Leslie Mann), la hermana de Alice que va descubriendo que quiere ser madre, aunque eso implique de hacerlo sin tener a una pareja a su lado; Lucy (Alison Brie), quien busca obsesivamente a la pareja ideal. Pero cuando todo indicaba que el asunto sólo iba a girar alrededor de lo femenino, aparecen personajes masculinos con sus propios conflictos a cuestas, como David (Damon Wayans Jr.), quien no termina de acomodarse a su viudez y el recuerdo de su esposa; o Tom (Anders Holm), el típico galán que se encama con todas hasta que se le presenta la que podría ser la mujer de su vida, lo que sacude sus estanterías. Muchos conflictos se acumulan en Cómo ser soltera y eso obliga a la película a cambiar permanentemente su foco y punto de vista, variando en los tópicos: la maternidad, la paternidad, las responsabilidades para con uno mismo y los demás, las amistades, las certidumbres e incertidumbres encarnadas en el matrimonio, los pros y contras de la soledad. Hay mucho discurso en la película y en unos cuantos pasajes poca acción, como si no pudiera despegarse de su fuente literaria, sin darle una carnadura verdaderamente cinematográfica a lo que pretende decir. También hay mucho lugar seguro, demasiadas convenciones y lugares comunes cumplidos a rajatabla, como si el film temiera ofender. Por eso lo mejor surge cuando el relato le permite fluir a los personajes hacia lugares un poco más impredecibles, eligiendo algunos caminos un tanto arbitrarios y a la vez interesantes. Por eso no deja de ser llamativo cómo durante casi todo el metraje se utiliza al personaje de Robin para el puro lucimiento de Wilson -quien ya debería empezar a explorar nuevas facetas en su comicidad, porque viene repitiendo demasiado sus gestos habituales-, hasta que una vuelta de tuerca hacia el final la pone en otra posición, un tanto forzada, pero aún así no exenta de muchos más matices. Lo mismo se puede decir del protagonismo que tiene Lucy, quien después queda mucho más relegada; y finalmente Alice, que no termina de cumplir con todos los esquematismos posibles, pero le anda muy cerca. La que recorre la vía más coherente, de principio a fin en su aprendizaje, es Meg, lo cual es reforzado por la actuación de Mann, una intérprete de esas que no abundan, por su capacidad para encajar en distintos moldes y siempre quedar bien parada. Cómo ser soltera es de esas películas que quieren decir muchas cosas a la vez y sólo cuando se dan cuenta de que a veces el camino más apropiado es el de la simplicidad terminan de consolidarse. En el medio coquetea con los códigos románticos más conocidos, usándolos de manera un tanto irónica pero sin terminar de retorcerlos por completo; se apoya en buena parte del andamiaje lingüístico y actoral de la comedia hollywoodense de años recientes; y vuelve a hacer uso y abuso de esa ciudad emblemática que es Nueva York, tierra de las oportunidades tanto laborales como personales, mito urbano con una increíble pregnancia audiovisual que hasta es capaz de construir individuos y tópicos a su propia medida. Entre todo ese pastiche, sólo de a ratos llega a ser un film con todas las letras: la mayor parte es un borrador, un brain storming con muchas ideas dispersas que no componen un todo. Aún con sus momentos entretenidos, con su decente suma de chistes muy buenos y hasta con su voluntad de romper con ciertas superficialidades, Cómo ser soltera es demasiadas películas juntas, cuando apenas necesitaba ser una sola.
En “Cómo ser soltera” tenemos a cuatro tipos de mujeres que viven la soltería de distintas maneras. La protagonista de esta historia es Alice (Dakota Johnson), ella es una chica que estuvo toda su vida de novia y quiere cambiar un poco de aire para poder dedicarse a hacer lo que ella quiere. Se muda con su hermana Meg (Leslie Mann). Resulta que ella es más grande y se acostumbró a estar sola.
Tal vez, uno (cualquiera de nosotros) que va analizando el aquí y ahora, respecto de la cantidad y calidad de productos cinematográficos que llegan a estrenarse en Argentina, se pierde sin remedio en esa vorágine, y por ende, la brújula se vuelve errática. Por eso, repasando el género de la comedia norteamericana de los últimos cinco años resulta efectivo a la hora de rubricar la sensación de decepción general que nos habita. Por esta razón es aconsejable (repito, aconsejable) aislar “Como ser soltera” del resto. Tanto de lo bueno como de lo malo (bueno-malo, terminemos con esta postura de si un hecho artístico lo es o no. Son calificativos elegidos a nivel cultural a los efectos de consignar una opinión, y conste que no es un invento de la crítica. Se podría hacer un tratado de esto. También un racconto de las comedias vistas por todos de un tiempo a esta parte. Es más, hasta sería menester clasificar el tipo de humor en la comedia: sátira, cómica, parodia, escatológica, humor negro, ácido, corrosivo, político, social… Todo, forma parte de un gran cúmulo analítico de diversidad socio-político-cultural que el género se encarga de mostrar con herramientas vastas y suficientes como para constituirse en un espejo. Actual (del ya, del aquí y ahora), o anacrónico, en tanto temas universales. En las proyecciones de prensa, cuya mayoría ocurren durante la mañana por cuestiones comerciales, es natural (por compromisos que uno tiene luego) preguntar por la duración de la proyección. Este es un caso (de pocos) en el cual uno no puede creer que media hora parezca un siglo, y que encima falten como ochenta minutos más. “Como ser soltera” comienza con una reflexión en off de Alice (Dakota Johnson) sobre el tiempo necesario que uno necesita estar con uno para conocerse a sí mismo. Acto seguido, la muchacha le plantea esto al chico con el que anda noviando, pese a que las imágenes y la química entre ambos muestran que la decisión está tan forzada como la situación. A partir de allí, una canción cuya letra reza “bienvenidos a New York, todo es muy divertido” o algo así, nos indica el camino de incoherencias por el cual transitará el texto cinematográfico. No sólo eso. También veremos (y escucharemos) un espantoso discurso misógino, desangelado, superfluo, ególatra, despojado de problemática real y embalado en presentarnos personajes que, desde su “política” de vida, intentarán sostenerlo, a saber: Una idiota creyente en las redes sociales y las estadísticas, que explica las posibilidades de encontrar la pareja ideal con maníes; Un barman capaz de cerrar la llave de paso de agua de su departamento, con tal que la mina de turno que se coge se vaya (¿no es más fácil un telo?); Una piba con sobrepeso y vestidos con luces de neón, con líneas de chistes sexuales que harían enrojecer a Jorge Corona; Una médica partera que descree de tener hijos, y se lo dice a las mujeres a las cuales “ayuda” a dar a luz (o sombra, mejor dicho). Entre estos (y otros personajes nefastamente construidos) girará la vida de Alice y su experiencia de mudarse a la gran ciudad. El guión de Abby Kohn, Danna Foxx y Marc Silverstein no solamente calca situaciones de “Sex and the City”, “Friends” y otras series emblemáticas sobre la amistad, sino que se las arregla para quitarle todo rastro de sutileza para convertirlo en un ping pong entre el día y la noche neoyorkina, que ni siquiera se molesta en cambiar de escenario (como parte del transitar del personaje que cuenta la historia), por el contrario, el rebote de situaciones se producen tal cual sucedería en una serie. En desmedro del poder de síntesis, esta decisión de mostrar la vida en la ciudad como una sucesión de resacas de alcohol mal consumido deja el verosímil en un estado putrefacto para todos y cada uno de los actores que pasan por delante de la cámara. No hay un sólo trago de cerveza, tequila u otra bebida (ni hablar de las consecuencias que esto genera) que se vea lógico. El ejemplo más claro de instalación del juego de los excesos sería la auto-conciencia de toda la saga de”¿Qué pasó ayer?”, que justificaba casi todo a partir del recorrido inverso en la forma de contar la historia. Por eso, cuando en éste caso el montaje agotó su recurso narrativo a los 20 minutos de comenzada la función, al espectador sólo le queda sobrevivir por obra y gracia de concederle su tiempo y dinero a todo lo que suceda. Hulega decir que Rebel Wilson, la versión inglesa de Melisa McCarthy, es el único personaje que sostiene la coherencia y el humor, alternando aciertos como el montaje de “en 20 minutos arreglo nuestra resaca”, y espantos como comparar el vello púbico de su amiga con la barba de Gandalf. Pocas veces se vio una buena idea de gag, tan mal puesto como en esta película. ¿En qué lugar se pone a la mujer en “Como ser soltera”? La respuesta del guión es tan nefasta que da miedo pensar que el discurso pueda ser defendido de alguna manera. De todos modos, no estamos para eso. El éxito de éste estreno está casi asegurado por una cuestión estacional. Los elementos de redes sociales están, la música también, el espejo superficial también… Sí. Lamentablemente todo eso está.
¿Cómo negarse a ver una película cuyo afiche principal te presenta a Dakota Johnson (50 Shades of Grey) y Allison Brie (Mad Men)? Ése fue sin duda el gancho que hizo interesarme en esta película dirigida por Christian Ditter -quien previamente logró muy buenos resultados con la famosaLove,Rosie-, un filme que nos presenta el lado divertido de la vida de las solteras… y también solteros.En una época en la que toda la vibra de San Valentín está a nuestro alrededor, Cómo ser Soltera se presenta en nuestras carteleras como una intereante opción para todos aquellos que se consideran Forever Alone y la interesante tesis de que ese estado, puede ser no tan horrible después de todo. La trama nos presenta a Alice (Dakota Johnson), una chica que después de enterarse sobre la posibilidad de que sí exista su pareja ideal en algún lugar de Nueva York, se dedicará a buscar su pareja perfecta con la -¿ayuda?- de Robin (Rebel Wilson).La historia se desenvuelve a través de la premisa básica de cómo lidiar con la situación de ser soltera, y lo escribo en femenino porque es bastante claro que es a ése público al que el filme está dirigido. Aunque hay varios diálogos y situaciones que te harán reír, la cinta nunca decide qué arco dramático explotar y eso genera que haya varios cabos sueltos y un desequilibrio en la trama general. Es una pena que el personaje de Rebel no haya sido explotado de la manera correta, pues Wilson siempre ha probado ser un comic relief bastante efectivo, Todo el elenco brinda buenas actuaciones, lo cual nos hace pensar en qué hubiees sido de ésta película si el guión tuviera realmente situaciones y escenarios que hicieran identificarse a la espectadora.Aquí hay que destacar la excelente elección de soundtrack para la cinta y, si fuiste fan en su momento de Sex and the City, ésta es una cinta que no debes perderte, ya que la guionista es la misma y la cinta contiene toda la estética narrativa de la serie. A pesar de sus defectos y la poca trascendencia que esta pelicula pueda tener, es siempre una buena experiencia disfriytar de la hermosa Dakota Johnson en pantalla grande.
Una comedia basada en el libro de Liz Tuccillo con Dakota Johnson, Rebel Wilson, Leslie Man y Alison Brie. Humor chancho, situaciones locas, para treintañeras en crisis que nos hacen reir y pensar con una claridad de intenciones para defender la independencia femenina. Para reír y pensar.
Sólo para chicas Normalmente, por cuestiones de que escribo críticas de películas, suelo elegir la mayoría de la veces lo que vamos a ver al cine con mi esposa. Esta vez, fue una de las que perdí y me tocó "disfrutar" de "Cómo ser soltera", un film pensado y dirigido exclusivamente al público femenino. La historia se centra en Alice (Dakota Johnson, la chica "Cincuenta Sombras de Grey"), una mujer que decide arbitrariamente tomarse un tiempo de su relación amorosa con Josh (Nicholas Braun) para saber lo que siente ser soltera. Ok, vamos con este tema que es el puntapié de la trama. De entrada podemos decir que es un razonamiento inmaduro y superficial. La relación iba Ok, con los roces comunes de una pareja, pero Alice en un arrebato infantil decide que no se conoce demasiado a sí misma y siente que debe probar lo que es ser soltera. La premisa cuando menos, es somera y poco atractiva. Por supuesto acá entra el factor cómico que debe hacer malabares varios para tratar de que la película no se hunda del todo. En esta labor la tenemos cargándose la peli al hombro a Rebel Wilson ("Pitch Perfect") en el rol de Robin, la nueva amiga soltera de Alice. Por más de que no soy de sus más fervientes fans, le debo reconocer que acá está graciosa y es lo mejor de la propuesta. Luego le sigue la veterana Leslie Mann ("Ligeramente embarazada") en rol de Meg, la hermana de la protagonista, que también está soltera. Mann hace un buen trabajo, pero nada espectacular. Finalmente tenemos a Alison Brie ("Get Hard") que junto a Dakota Johnson son de los peorcito del film. El rol de Brie aparece en la promoción como uno de los cuatro personajes principales y la verdad es que está bastante pintada y no aporta demasiado a la trama. No digo que sea una mala actuación, si no que el rol que le dieron es totalmente secundario y hasta irritante. No tiene casi nada que ver con el verdadero trío principal. Y bueno, Dakota... pareciera que se enamoró de la personalidad tontona de Anastasia Steele en "Cincuenta sombras de Grey" y acá replica varios aspectos de aquel personaje. Sobretodo su inseguridad y la incapacidad de tomar decisiones maduras. Básicamente el film es un viaje por el camino de madurez de Alice, en tono de comedia por supuesto, en el cual se cruza distintos tipos de hombres que le hacen ver una verdad irrefutable: el problema de Alice, es Alice. Y luego de acostarse con un bartender mujeriego, entablar una relación con un viudo que no tiene aún resuelta la muerte de su esposa y finalmente volver a cruzarse con su ex novio Josh, se da cuenta de que tiene treinta y pico de años y no sabe bien qué quiere de la vida... así de simple. Eso es "How to be single", un guión pobre que parece haber sido concebido para poder llevar a la pantalla algunos chistes y reflexiones pensadas para la mujer adolescente. En la sala noté que las mujeres se reían bastante de las situaciones, probablemente porque les haya sucedido en algún momento de su vida. Los hombres... bostezos al por mayor. No es que esté mal que las mujeres se sientan identificadas, en absoluto, si no que los hombres tengan también oportunidad de entretenerse. En esta película, las chances eran muy bajas. No la recomiendo.
Una película que dentro del género romántico es mucho más efectiva que como comedia. Si sos adolescente, es posible que te resulte muy divertida, pero dudo que cause el mismo efecto en el público adulto harto de ver ya...