Fabián Forte y Demián Rugna, dos luchadores del cine fantástico argentino, juntaron su pasión y su talento para hacer un largometraje juntos. Un film de horror puro y duro. Y el resultado no tiene desperdicio. Malditos Sean! está compuesto por tres historias ambientadas en tres marcos temporales distintos, pero conectadas entre sí por un misterioso personaje que tiene contactos con fuerzas oscuras...
Demasiados elementos en juego Los directores Demián Rugna y Fabián Forte, verdaderos especialistas del género de terror, se unen en esta película que está integrada por relatos ambientados en tres épocas distintas y conectados entre sí por un personaje que tiene contactos con fuerzas del más allá. Rugna escribió Lo siniestro y dirigió The last Gateway, mientras que Forte filmó La corporación, de próximo estreno. Malditos Sean! se traslada a una redada en 1979, cuando la policía encuentra a una pareja en una casa, sigue en 2003 con una extraña caja que podría salvar a un asesino y culmina en 1989, donde un grupo de adivinas leen la borra de café a sus clientes y se ven sorprendidas por una presencia demoníaca. El film es ambicioso en su planteo argumental y en las atmósferas que va creando con el correr de los minutos,pero el problema se percibe en la unión del material a través de un elemento en común y varios minutos de más que acredita el largometraje. Por momentos, Malditos sean! resulta confusa aunque hace gala de sus efectos (que los tiene y buenos) y de la presencia fantasmal de un niño que atormenta a su ejecutor. Esos son los mejores momentos del film que juega con elementos infantiles (la pelota) para crear miedo e indomodidad en el espectador. Locura, encierro, violencia, tiroteos, enanos de jardín y seres demoníacos forman parte de esta propuesta nacional que queda a mitad de camino porque demasiados elementos entran en juego. De todos modos, son realizadores para tener muy en cuenta por los trabajos que se vienen y por abordar un género que parece encontrar ahora su lugar en medio de tantas producciones norteamericanas.
Talento argentino Malditos sean! (2011) es el resultado de la colaboración entre dos exponentes del cine fantástico argentino: Demian Rugna (The Last Gateway, 2007) y Fabián Forte (Mala carne, 2003) demuestran que manejan muy bien el terror sobrenatural y el gore en una película que coloca al cine de género en lo más alto. La acción comienza en 1979, durante la última dictadura militar, cuando la policía entra a una tenebrosa mansión maltratada por los años y descubre en su interior a una misteriosa anciana y a un hombre que pareciera guardar más de un secreto. En 1999 un asesino y torturador buscará la redención a través de una caja. En 1989, cuatro adivinas recibirán a un hombre que es perseguido por la mala suerte y por un demonio al que deberán enfrentarse. El punto de contacto entre las tres historias será un extraño personaje. Malditos sean! cuenta con una dirección prolija y minuciosa que se posa en primerísimos primeros planos y planos objetos para acentuar una puesta en escena insuperable. La fotografía subraya estos elementos y hacen que las escenas en las que el fantasma de un niño acecha a sus asesinos sean dignas del mejor cine de horror psicológico. Los efectos especiales a cargo de Rabbid Fx no tienen nada que envidiarle a súper producciones del primer mundo. Disparos, destripamientos, siniestros enanos de jardín que acechan a cualquiera que perturbe su lugar de descanso, y dos muy bien logrados monstruos que acaban con cualquier persona que tengan a su paso. El elenco se encuentra a la altura de las circunstancias y en cada una de las tres historias brilla por su capacidad de reflejar el horror que se desencadena frente a sus ojos. Asimismo, la música compuesta por Jose Komesu y Pablo Isola tiene momentos de extrema tensión para las escenas de horror y muerte, y acordes suaves y sublimes para las secuencias en donde prevalece el humor. Forte y Rugna llevaron adelante un ambicioso proyecto del que salen airosos. Narración compleja que, con sus idas y venidas temporales, hacen que sus casi dos horas de duración pasen rápido y dejen una sensación de satisfacción a los amantes del cine de género.
Malditos Sean! es una producción argentina independiente relacionada con el género de terror. Se trata de una antología de tres historias que giran en torno a un misterioso curandero llamado Ulises y que en materia de realización es uno de los trabajos más decentes que se hicieron en nuestro país. Detrás de este film hubo un gran trabajo de fotografía, maquillaje y efectos visuales de un nivel que sinceramente no encontré en otras propuestas nacionales de este estilo. Para ser una película de bajo presupuesto la verdad que hicieron una buena labor e inclusive brindaron en estos campos un producto superior a varios bodrios norteamericanos que nos fumamos el año pasado con secuencias sangrientas que tenía un patético uso de la animación computada. Malditos Sean! (título incomprensible que sólo pueden explicar sus directores) presenta cierta influencia de la literatura de Clive Barker y los primeros filmes de Sam Raimi, donde también hicieron milagros con poco dinero. Lo que más me gustó de esta producción es el trabajo narrativo de Demián Rugna y Fabián Forte a la hora de construir situaciones de suspenso que logran engancharte con el misterio de los conflictos. El punto débil de esta propuesta se encuentra en los guiones de los tres relatos que tienen algunas inconsistencias. “Alimenta la caja” creo que dentro de todo es la historia más lograda de todas y ofrece un buen cuento de horror. “Cafeomancia” presenta una buena idea pero se vio muy afectada por un par de actuaciones pobres y un cierre argumental completamente estúpido que arruinó la trama. El mismo problema tiene “El Curandero”. El inconveniente es que los directores construyen todo un misterio con momentos de tensión y escenas violentas para luego cerrar la historia con una resolución humorística bastante tonta, que lejos de hacer reír lo que logra es arruinar el cuento que venían narrando. El otro inconveniente del film es la duración donde los 120 minutos se hacen sentir en el cine. No es un film que me volvió loco, pero en términos generales me parece una propuesta bien realizada a nivel visual dentro de este género.
Es un filme de horror nacional que impacta por su contundencia. Tres historias ambientadas en tres tiempos distintos desde la dictadura argentina hasta una oscura revelación en plena época democrática, todo conectado por un misterioso personaje Climática, tétrica, con mucho sudor y sobre todo sangre, es una muestra de la floreciente época del terror nacional. Una grata sorpresa.
La venganza de los enanos Popularizados en el siglo XIX en Alemania, los enanos (o gnomos) de jardín decían traer buena suerte a la casa, aparte de decorar el espacio al aire libre. Pero con el paso del tiempo ese mito se cruzó hacia el costado del infortunio. Supersticiones al fin y al cabo, como alimento de Malditos sean! , que parte en 1979 con una redada policial que da con una vivienda derruida. Allí una enigmática anciana se ensambla con Ulises, un peligroso curandero al que todos persiguen. Nadie sabe por qué, pero este personaje es el hilo conductor de un tríptico de situaciones que se articula en capítulos. Tanto el brujo como los gnomos encierran un aura de misterio muy bien llevado por Demián Rugna & Fabián Forte gracias a algunos pasajes gore, suspenso, surrealismo y una pizca de humor negro que remiten al truculento cine de Clive Barker, pero con la salvedad que los realizadores se las arreglaron con 10.000 dólares. El capítulo de 1999 parte de una caja (recuerden la dibbuk de The Possession , 2012) que emana unas perturbadoras voces -al igual que los enanos de jardín- y busca redimir el alma de un niño asesinado. Diez años antes, en 1989 un grupo de adivinas se somete a un destino sangriento, este apartado es lo más disonante del filme. El cierre viaja a lo hilarante, absurdo, lo más discutible de un filme que merecía mantener el serio registro de suspenso hasta el final.
El terror por partida triple Tres historias de terror (un género bastante olvidado en la cinematografía local) componen este film por el que transitan una serie de siniestros personajes interrelacionados por un individuo dispuesto a recorrer un perverso camino de maldad y de seducción. El primero de estos episodios transcurre en 1979, cuando la policía se topa con una misteriosa pareja en una casa derruida en la que se intuye el mal, al que le sigue la historia ambientada en 1999 en la que una extraña caja servirá para curar a un asesino. En el tercer capítulo, situado en 1989, un grupo de adivinas conocerá su inminente futuro de la manera más sangrienta. Sobre la base de estas situaciones truculentas, los directores Demian Rugna y Fabián Forte intentaron construir un film distinto, una especie de tríptico en el que el humor negro y el horror se diesen la mano con lo absurdo. No era tarea fácil salir indemne de esta extraña experiencia para la que ambos realizadores se apoyaron en la truculencia, en la maldad a flor de piel y en situaciones que se extralimitan en cuanto a sangre y torturas. La intención de los realizadores, sin embargo, se vio bastante frustrada frente a un guión por momentos confuso que procura acercarse a ese tipo de películas que tan bien digieren los espectadores acostumbrados a esta temática, en la que no faltan ni esos personajes extraños con intenciones de matar a todo lo que se pone a su paso ni esas secuencias tan repetidas en films gore que durante años inundaron la cinematografía norteamericana. El elenco trató de poner su pericia a esa cantidad de personajes que aportan sus rostros desencajados y sus manos siempre dispuestas a esgrimir las armas más insólitas, pero apenas consigue exagerar cada una de sus acciones. El equipo técnico luchó con cierta calidad por brindar una fotografía tan tenebrosa como las historias mismas, mientras que la música apoyó todas las secuencias con un ritmo oscuro y redundante. Malditos sean! queda, pues, como una película que lucha por lograr su objetivo, es decir aterrorizar sin miramientos y posiblemente se convierta, con el paso de los años, en una producción de culto.
Que viva el terror al modo argento De a poco, el cine de género escapa a los nichos habituales y construye una reputación que va más allá de la anécdota. A través de tres relatos, la película juega con los registros y se permite transitar terrenos difíciles, con resultados apreciables. ¡Malditos sean! llega a las pantallas comerciales tras un largo recorrido. Se trata (aunque no es un dato confirmado) del film nacional de género de más importante trayectoria internacional, habiendo obtenido premios en Brasil, Sudáfrica, España y en el tradicional Buenos Aires Rojo Sangre; participando de una docena de festivales de género, entre ellos Sitges, el más importante del mundo, pero también en Holanda, Inglaterra, México, Estados Unidos, además de formar parte de la programación de otros de primer nivel como los de La Habana y Mar del Plata. Aunque este tipo de recuento no necesariamente significa nada, ni positivo ni negativo, no debe dejar de mencionárselo, del mismo modo en que se lo suele destacar cuando la película encuadra en la más prestigiosa (y gastada) etiqueta del Nuevo Cine Argentino. ¡Malditos sean! responde a un rótulo más joven, el de Cine Independiente Fantástico Argentino (CIFA), del cual la recién estrenada Diablo, de Nicanor Loreti (ganadora de la Competencia Argentina de Mar del Plata 2011 y aún en cartel), resulta hasta ahora el más exitoso exponente. Firmada por el tándem integrado por Demián Rugna y Fabián Forte, nombres esenciales dentro del cine fantástico en el país, ¡Malditos sean! responde a las reglas básicas del CIFA y, a partir de una estructura de relato clásica, cruza con éxito varios géneros, yendo del terror a la comedia y de ahí al policial, para llegar al gore (que no debe confundirse con Al Gore). La historia se desarrolla a través del tiempo en tres relatos que abarcan tres épocas distintas. Lo curioso es que todo comienza en 1979, el mismo año que eligió Benjamín Avila para contar su Infancia clandestina. La referencia no es gratuita. Un grupo de tareas ingresa a una casa derruida en busca de un hombre, pero sólo encuentran a una vieja que parece bastante perdida en un mundo que poco tiene que ver con la realidad. Sorprende que una película de terror nacional se atreva a tomar como punto de partida el más abominable de los horrores reales de la historia del país, y sin embargo la cosa tiene sentido. Forte y Rugna son capaces de jugar con el horror y el absurdo ahí mismo, en el año más violento de la última dictadura militar, el non plus ultra de los horrores absurdos. También sorprende que el tipo que buscan y secuestran sea un brujo, que terminará siendo el origen de todos los males de la película y que trae a la memoria a otro brujo (real), tanto o más maligno que éste. Que dos directores consigan remitir a la Historia de un modo tan inesperado, pero sin resignar nunca la convicción de hacer cine fantástico, es uno de los méritos de ¡Malditos sean! El relato del brujo es el soporte de los otros dos, que ocurren años después pero que, como la Historia misma, se encuentran fatalmente ligadas a aquel origen. En “La caja”, un atormentado asesino a sueldo se ve envuelto en un ritual macabro para pagar su culpa por la muerte de un niño, mientras que en “Cafeomancia” el amor acaba siendo, como de costumbre, la mejor de las armas contra el mal. En el medio los directores se permitirán poner en pantalla un par de monstruos dignos; escenas de violencia explícita, humor negro, algo de incorrección política y detalles escatológicos; un cameo de Daniel de la Vega (director de Hermanos de sangre, film que este año revalidó en Mar del Plata el triunfo de Diablo) y una desconcertante hermandad de enanos de jardín. Más allá de los puntos flojos, que los tiene (aunque no afecten el gusto de verla), ¡Malditos sean! resulta exitosa no sólo en el relato, sino en su impecable factura artística y técnica. Desde el trabajo de un elenco notable casi en un ciento por ciento a la destacada tarea de cámara, fotografía, arte y música, nada hace suponer que una película de este nivel se haya realizado con un presupuesto menor al de una publicidad de televisión. Sin ser el Santo Grial de las películas de su tipo, el trabajo de Forte y Rugna resulta un nuevo gran y alentador paso hacia un cine nacional de género con personalidad propia. Otra muestra de que acá también se pueden hacer buenas películas de género y, quién sabe, soñar con que el público comience a amigarse con la idea de ir al cine a ver una de monstruos, de tiros o de risa, pero con acento argentino.
Los fantasmas que más inquietan Filmada en tres episodios, rescata lo mejor del género para concretar una serie de escenas que por momentos provocan escalofríos. Filmada en tres episodios -"La caja", "Cafeomancia" y "El curandero"- "Malditos sean", de Demian Rugna y Fabián Forte, con amplia experiencia en el cine de terror independiente argentino, rescata lo mejor del género para concretar una serie de escenas que por momentos provocan escalofríos. Lo bueno de Rugna y Forte, es que reciclan a través de una estética propia, lo mejor de la cinematografía mundial sobre el género, sin olvidar el humor. De este modo el humor negro, el gore (las vísceras esparcidas y extraídas de cuerpos mutilados), el expresionismo, o la ominosa presencia de figuras monstruosas, son una constante de estas historias, que se van fusionando unas con otras a través de la presencia de un curandero. ENTRE CAJAS En "Malditos sean" se trabajó a través de una serie de elementos clásicos dentro del cine de terror, como son las cajas misteriosas, que contienen extraños objetos: el fantasma de un niño que murió asesinado, la mansión embrujada, la lectura de la borra del café, un grupo de extraños "enanos de jardín", que cobrarán vida y se muestran como una disparatada brigada de agentes especiales, o lo que se debe ofrecer a cambio de salvar la propia vida cuando se ha cometido un crimen. La película incorpora también la figura de un agente de los servicios secretos, con reminiscencias de los años 70 y lo sumerge en una serie de escenas, que convierten el absurdo de algunas circunstancias, en un acertado clima de suspenso. EL CURANDERO Los directores Demián Rugna y Fabián Forte por momentos muestran secuencias que parecen deshilvanadas, sin embargo a medida que avanza el metraje, hay que estar atentos, para ir relacionando un hecho o un personaje con algo de lo visto. De este modo, el que une las tres historias es un extraño curandero, que llega a la síntesis de convertir una caja de madera, en un "objeto que devora corazones humanos". En el episodio "Cafeomancia", la "borra del café", se convierte en una sustancia algo maquiavélica, que va impregnando de un desequilibrado clima de horror, sangre y violencia a un grupo de chicas -entre ellas Ana, papel a cargo de la siempre eficaz Victoria Almeida- que trabajan en un extraño local del interior del país. Con climas y atmósferas muy bien elaboradas y un diseño de producción que resulta admirable, igual que el sangriento tratamiento a algunas escenas, que son capaces de provocar en el espectador una mezcla de repugnancia y desasosiego, el filme está estupendamente logrado en la mayoría de sus rubros. Lo mismo sucede con su marcado tono expresionista, o las tomas de cámaras que acentúan y subrayan las sólidas actuaciones de Pablo Palavecino, Victoria Almeida o Hugo Halbrich.
El terror realizado por dos fanáticos del género, con un presupuesto mínimo y muchas ideas que relacionan tres historias, con un personaje siniestro que siempre exige un precio muy alto. Quizás demasiadas ideas juntas, algunas de las historias, como la de las adivinadoras del futuro en las borras del café, están muy bien logradas. Vale.
Tres historias unidas por un mismo eje conductor: Un curandero oscuro. En esta oportunidad, un nuevo largometraje argentino independiente se suma al ya conocido circuito alternativo de distribución y proyección de cine, en donde los espectadores no solo podemos disfrutar de los estrenos en las salas comerciales, sino también en otros espacios como centros culturales. Se trata del film Malditos Sean! Una película de terror sobrenatural y psicológico, escrita y dirigida por Demián Rugna y Fabián Forte que se divide en tres capítulos. En cada uno de ellos se narra una historia diferente distante en el tiempo entre sí, pero con un hilo conductor: Ulises, un curandero oscuro y siniestro. Este viaje de terror y mucha imaginación hace su presentación con la detención de Ulises, en 1979. Tres policías entran a la fuerza en una tenebrosa casa donde encuentran a una anciana muy misteriosa y a unos escalofriantes enanitos de jardín con malas intenciones. Es ahí donde logran apresar a este curandero maligno. Luego de este prólogo (que se va a unir con el último de los capítulos) suceden los tres actos. En la primer parte, Alimenta la caja (1999), un asesino a sueldo siente culpa por un hecho que lo marcó en el pasado: acabar con la vida de un niño que presenció algo que no debía. Para poder terminar con su tormento, debe alimentar una caja de madera hambrienta de sangre y sedienta de almas. Destripamientos y sangre…mucho gore. Particularmente fue una de mis historias preferidas en cuanto a actuaciones, suspenso y desenlace; aunque comparado a lo que viene después, en cuando a efectos e imaginación, se queda un poco atrás. La segunda historia es Cafeomancia y ocurre en 1989. Aquí un grupo de cuatro adivinas que leen borras de café conocerá su futuro de la peor manera. Uno de los clientes trae consigo la mala suerte y, por esto, sucederán cosas terribles. Un demonio muy bien logrado es el protagonista de los más crueles asesinatos. En esta oportunidad, quedé fascinada por el ambiente de terror que se respira en cada una de las escenas, eso increíblemente bien mezclado con un humor negro que hace alivianar un poco tanta tensión. Realmente increíble en cuanto efectos especiales, nada que envidiarle a las súper producciones. Alguna que otra actuación no estuvo a la altura de las circunstancias, pero por un momento pensé que esto podría llegar a ser adrede. Un desenlace raro pero divertido. La tercera y última historia (El Curandero) se remite a 1979. Con Ulises en la cárcel, empiezan a ocurrir cosas muy extrañas allí. Mientras tanto, uno de los oficiales ha desaparecido durante la redada a la casa del curandero, por lo que nuevamente los policías acuden a ese lugar para buscarlo. Es en este segmento donde cobran vida los enanitos de jardín, personajes diabólicos sedientos de oro y muerte. Personalmente creo que fue muy bien reflejado un miedo oculto de muchos; me atrevo a aseverar que todos en algún momento de nuestras vidas sentimos “algo extraño” ante la presencia de estas pequeñas estatuas de jardín. Además hace su aparición un monstruo espantoso y aterrador, pero no tan bien logrado como el demonio de “Cafeomancia”. En particular, no me gustó mucho una de las escenas finales referidas a los enanos (que no voy a revelar) y le hubiera quitado un par de minutos al desenlace. Pero es en esta última parte donde el espectador puede atar todos los cabos sueltos, donde se recurre a imágenes del pasado para darle un cierre a la historia en general, y donde así todo tiene sentido. Como mencioné antes, Malditos Sean! se trata de una producción argentina independiente. Repito esto porque realmente es todo un mérito llegar a los cines comerciales con un género con el que el público no está muy familiarizado. Pero esto es posible gracias a las manos de Rugna y Forte que demuestran que con ganas, esfuerzo e imaginación se puede lograr un excelente resultado final, a pesar de contar con un bajo presupuesto. No hay mucho más que decirles a los amantes del gore (léase: sangre, violencia, vísceras, disparos y cuchillos), del humor negro y del cine fantástico, como yo. En la película encontramos todos los personajes e ingredientes típicos del cine de terror, dispuestos de una manera estratégica que logra una narración coherente y bien pura (aunque es cierto que hay que estar bien atentos a cada detalle para no confundirse). Para los que no, para aquellos que tal vez son un poco prejuiciosos tratándose de un producto independiente y más, de terror, sólo voy a decirles que vale la pena adentrarse en este raro pero mágico mundo de la mano de esta película. Sin dudas, es empezar con el pie derecho. @mf12887
Vengo a ofrecer tu corazón Fabián Forte y Demián Rugna son dos realizadores independientes vinculados al género fantástico y de horror, batalladores por un cine de bajo presupuesto y de calidad que recién ahora comienza a verse con otros ojos desde las huestes del INCAA. Sabido es el rechazo a todo proyecto considerado de carácter menor y el prejuicio del público local cuando de cine argentino se trata y mucho más si detrás de esa palabra se liga otra como terror o ciencia ficción. Por eso Malditos sean! (título anómalo y caprichoso si los hay) es el claro ejemplo de las potencialidades del cine de género bien realizado pero autoconsciente de sus propias limitaciones de presupuesto, con un resultado satisfactorio en lo que a propuesta global implica dado que la unión de dos directores talentosos desemboca en buen puerto siempre que las ideas y el horizonte estén bien definidos. El proyecto de Forte y Rugna mama influencias de íconos como Cuentos de la Cripta, Creepshow o Cuentos asombrosos desde el punto de vista de estructura narrativa al entrelazar tres cuentos o historias, cuyo nexo está representado por un personaje intrigante y oscuro que tiene contacto con demonios o puede invocar fuerzas oscuras. El curandero Ulises entronca los relatos aledaños, que se contextualizan en diferentes espacios y tiempos. Así, la novedad y el riesgo del meta discurso al apelar a la atroz dictadura militar en el 79 con un grupo de tareas que irrumpe en una vivienda habitada por una anciana enigmática y en busca del tal Ulises, señalado como foco subversivo. Nada más terrorífico que ese momento histórico para hablar precisamente de horror o terror. En continuidad, la segunda historia se concentra en los avatares y la pesadilla psicológica de un asesino a sueldo perseguido por el fantasma de un niño –muy bien logrados los climas y las apariciones- que lo utilizará como vehículo ejecutor de su propia venganza, en la que se destaca una caja que demanda corazones, clara referencia a Clive Barker y su Hellraiser. Y el broche de oro es quizá la historia más delirante y donde realmente se destaca el ingenio y la libertad creativa de ambos directores en una mezcla de gore, giallo, humor y cine bizarro en el que un grupo de pitonisas que leen la borra de café reciben la visita de una persona que atrae la mala suerte y en este caso no sólo eso sino que atrae a un demonio sangriento y con la particularidad de seguir a aquellos que poseen algún elemento de oro. La amplitud de elementos y detalles de este opus que alcanza grandes picos en lo que a factura técnica respecta, donde debe destacarse por un lado la buena fotografía y los efectos especiales físicos de Rabid FX, son sin lugar a dudas un aliciente para propuestas de este nivel de riesgo que merecen el apoyo del público teniendo en cuenta la enorme cantidad de productos norteamericanos vergonzosos que se estrenan comercialmente con el quíntuple de presupuesto y producción pero vacíos de contenido. Los premios que ya obtuvo en festivales especializados avalan su calidad y esperemos que este 2013 sea por fin el comienzo de una nueva era para el cine independiente argentino con apoyo tanto institucional como de audiencia.
Terror nacional algo desparejo, pero eficaz Esta película de terror dividida en tres episodios es despareja pero tiene lo suyo. En especial el prólogo, que después también hace de nexo entre los relatos, está nuy logrado y de algún modo une el terror sobrenatural con el típico cine testimonial argentino, ya que la acción empieza con un procedimiento de parapoliciales en el lugar equivocado. Es una casa donde se practica ritos ocultos y otras actividades non sanctas. Más allá del humor negro propio de estos casos, todo este prólogo mantiene un nivel de tensión llamativo, igual que el primer relato, «La caja», con el mismo tipo de personajes violentos e irremidibles pero ya en otra época. Luego, a medida que avanza la película, el humor va intercalándose con el terror mientras la tensión decae, anque por momentos hay ideas realmente originales y escenas muy eficaces, con la dosis de gore que el fan del género siempre agradece. Las historias están bien hilvanadas entre sí, volviendo siempre al nexo -que sin duda es lo mejor del film- y si no todo funciona es en parte debido a que no todas las actuaciones tienen buen nivel. En todo caso, hay que reconocerle a este atípico film ser el pionero de un subgénero del fantástico: el cine de terror con enanos de jardín, que aquí aparecen sutil pero ominosamente al principio hasta desencadenar una verdadera masacre en un final tan horripilante como hilarante, sin desperdicio.
Demian Rugna y Fabián Forte, dos realizadores independientes que tienen cierto curriculum, sobre todo en el cine de terror y fantástico, se han reunido para realizar una película de género en una industria que parece cada vez animársele más al cine de terror o fantástico, del cual me confieso seguidora. Malditos sean! está compuesta por tres historias que suceden en diferentes tiempos pero están conectadas entre sí por un personaje, un hombre que tiene poderes sobrenaturales. De muy bajo presupuesto, la película consigue transitar varios tonos, aunque termina inclinándose más por el absurdo. Es cierto que este tipo de películas no es para todo público, pero también es verdad que parece estar sumando adeptos, gente que comienza a confiar en que nosotros también podemos tener un producto interesante. La película está muy bien hecha, sorprende por su calidad, es decir, por lo bien utilizado que está el bajo presupuesto de ésta, y funciona muy bien el cómo está estructurada, cómo va y viene en el tiempo para ir desvelando de a poco las aristas de una historia que en realidad son varias. La fotografía y la música son dos de los pilares por los cuales se sostiene un guión atractivo pero que por momentos intenta abarcar demasiado. De los tres segmentos (la historia está planteada por sectores interrelacionados, temporal y argumentalmente), quizás el que me pareció un poco más flojo que el resto, es el de "Cafeomancia", incluso a nivel actoral. Y debo confesar que la película me gusta más cuando no es tan graciosa, mejor dicho, absurda, como sucede más cerca del final, y se apoya en lo sobrenatural junto al clima denso y terrorífico. No es que no se le pueda permitir, todo lo contrario, pero por momentos se sienten esos gags un poco torpes, más ridículos, casi innecesarios. Resumiendo, Malditos Sean! termina siendo una experiencia muy grata y un placer para los ojos de quienes disfrutan un cine de terror y las escenas de gore, pero el placer se multiplica cuando comprobamos que acá hay herramientas suficientes para lograr un buen producto dentro del género. Sin duda, una película que no dejará indiferente y que seguramente nos haga ver con otros ojos a los enanos de nuestro jardín. Algunos incluso se atreven a decir que podría terminar convirtiéndose en una película de culto. Pero eso lo sabremos con el tiempo. Mientras tanto, hay que aprovechar e ir a verla.
El terror llama tres veces Dirigida en dupla por Demián Rugna y Fabián Forte, Malditos sean! es una nueva propuesta del cine nacional acercándose al fantástico y al terror. En este caso, ofrecen un film integrado por tres historias que tienen al personaje de un curandero como hilo conductor, en este tríptico por demás interesante que demuestra que la Argentina tiene buenos realizadores para estos géneros. La primera de las historias está protagonizada por tres asesinos a sueldo que deberán hacer “algo” para poder sacar al fantasma de un niño de sus vidas. En la segunda, unas videntes serán perseguidas por un demonio, mientras que en la última (que es la que inicia en el prólogo de la película y está ambientada en 1979), el protagonista es el curandero antes mencionado. Como toda película en episodios, Malditos sean! tiene sus desniveles: la historia más atractiva es la de las videntes leyendo la borra del café, que tiene momentos de humor que la relacionan con esas películas de los 70’s del estudio británico Amicus (Beyond the grave, por ejemplo). Sin embargo los realizadores logran salir muy bien parados y cuentan aquí con actuaciones muy sólidas, como las de Demian Salomón y Victoria Almeida. Otro aporte para destacar es el de los efectos especiales, los cuales están bien: la muerte de una de las videntes que es arrastrada con un gancho en la garganta, está muy lograda. En definitiva el mayor mérito de los directores es que aunque la película se haga un poco larga (uno de los problemas), llegue a buen puerto y sea disfrutable. NdR: Esta crítica es una extensión de la ya publicada durante el Festival de Mar del Plata.
Terror made in Haedo La película de Demian Rugna y Fabian Forte tiene de todo, tiene tanto que parecen varias películas en una, varias historias, varios tonos, varias épocas, varios géneros (?), de todo. El eje conductor de la trama parece ser una especie de brujo, pai umbanda o algún tipo de ser con poderes sobrenaturales que por diferentes razones entra en la vida de diferentes personas, en diferentes épocas, dando lugar a diferentes historias viscerales (en el sentido más estricto y literal de la palabra) donde abunda la muerte, que es casi su razón de ser, y el miedo. En algunos aspectos formales las cosas parecen funcionar. Por momentos parece una película exclusivamente realizada para lucir esos aspectos formales, como una práctica de como posicionar la cámara, como montar una escena de terror, como musicalizarla. Y debo decir que muchos de esos aspectos están muy bien realizados, si bien las actuaciones no acompañan del todo. La escena inicial es en una casa aterradora que es allanada por un grupo de policías en la década del ´70, por ser una supuesta base comunista o algo así. La escena nos prepara muy bien, el ambiente y la música nos inquietan y nos envuelven en un entorno perturbador, con la radio de la policía que insiste con incomunicar a los interlocutores, con el silbido constante y penetrante de la pava hirviendo en la hornalla, con una anciana divagando mientras parece leer la borra de una taza de café, con decenas de enanos de jardín (que de por sí son tétricos) y la voz de un niño pidiendo ayuda. El ABC del terror puesto en marcha y con buenos resultados. Pero el mucho abarcar del que hablaba hace que la película pierda el rumbo por completo. Lo que al principio es terror, da paso al grotesco y a la violencia desenfrenada, a lo fantástico que por momentos se convierte en fábula de los hermanos Grimm (sino de qué otra forma definir a esa suerte de Rapunzel de bellos nazales), a la clase B más autoconsciente, alcanzando por momentos un humor que no termina de encajar del todo con el resto de la película. Esta indefinición se nota también en lo que nos muestra y lo que nos oculta. Al comienzo de la película hay un fuera de campo del asesinato de un niño, vemos solo al que dispara y la mano llena de sangre del niño que yace en el piso; pero al final nos muestra en primer plano como le vuelan la cabeza de un escopetazo a una niña. En toda la película la sangre, las visceras y la escatología se multiplican, a veces forzadamente, pero a la hora de mostrar una escena de sexo no se asoma ni una teta, solo un par de rostros de goce y dolor. De nuevo, lo que muestra parece obedecer exclusivamente a la necesidad de exhibir ciertos aspectos formales, y no a darle algún sentido o coherencia con el resto del relato. En definitiva, la película en su totalidad no funciona, pero todo eso que tanto hincapié hicieron en mostrarnos, demuestra que las herramientas sobran para hacer buen cine de género en Argentina. Aplaudo entonces el estreno de esta y muchas otras películas independientes de nuestros pagos que se estrenan cada vez más en nuestros país.
Corazones del terror El terror es históricamente un género comercial. Los miedos más profundos emergen al quedar expuestos a imágenes tenebrosas. En el caso de “Malditos sean!” son varios los condimentos que construyen un relato dividido en episodios: sangre, asesinatos, secuestros, magia y monstruos. La historia comienza en 1979 cuando un grupo de tareas secuestra a un curandero, quien fusionará las tres historias al aparecer en todas ellas. El conflicto del filme, que inaugura un año de numerosos estrenos del género hecho en argentina, es que quizás fue muy pretencioso al querer abarcar un amplio espectro de miedos y no focalizó en uno para potenciarlo. El espíritu de un niño asesinado que busca venganza, suicidios en un bosque, corazones ensangrentados latiendo fuera del cuerpo, pelotas que pican solas, videntes que leen la borra del café, presos torturados en una cárcel y hasta un monstruo al acecho conforman un magno universo del terror que a veces resulta difícil de comprender y hace que “Malditos sean!” se quede a mitad de camino entre el cine de terror sangriento y el suspenso espiritista.
¡Que buen momento atraviesa el cine de género Argentino! Malditos Sean es otra prueba de ello. Las películas de terror argentinas siempre caen en lo estúpido, cursi o berreta. A tal punto que las únicas películas Argentinas de terror que existieron por un tiempo fueron las de Farsa haciendo un culto de lo bizarro. Malditos Sean viene a decir con cara de piedra, que acá las cosas se pueden hacer de otra manera, sin perder de vista lo bizarro lo cómico y lo berreta. Pero bien hecho. Después de la excelente sorpresa que me dio “Diablo”, otra gran sorpresa me lleve con Malditos Sean. Si señor! BUENA FACTURA Así es, lo que se destaca en Malditos Sean es la factura técnica, la foto y sobre todo maquillaje y la ambientación son geniales. Locaciones bien elegidas, y sets realmente geniales, hacen que esta película se vea BIEN. Y eso en una película de terror gore argentina es ÚNICO. La peli se siente casi “joligudense”, y eso esta genial. Por ejemplo en un momento aparece un demonio, y acá viene la clave de la película: No sentí vergüenza ajena. Así es, esa es la vara para medir películas Argentinas de terror, esa sensación de vergüenza ajena que sentimos cuando algo esta mal hecho o se nota que es berreta. Nada de eso pasa en Malditos Sean, y la clave me la dio el primer plano en el que aparece este demonio, no por bien hecho o por original. Nada que ver, si no porque se ve bien. Simplemente por eso. Al verse bien, sobrevive a la experiencia, y la historia puede seguir siendo vista sin que uno piense “por dios, que bicho berreta acabo de ver”. CORAL DE SANGRE Malditos Sean cuenta tres historias separadas cada una por 10 años, con un personaje en común que las une, que parece no envejecer y es visiblemente siniestro y ominoso. Bien. Cada historia es completamente diferente a la otra, y si bien no son originales a mas no poder, si aportan cosas interesantes, y sobre todo pintorescas. Muy bien. Es mas una de las historias transcurre en un pueblito, de esos olvidados en el campo argentino, con un personaje tan naif y tierno como vivo y oportunista, todo un argentino! Bien! Videntes, brujos, enanos de jardín, maldiciones, gore, cajas misteriosas, fantasmas, etc, Todo bien hecho, todo con buena factura. Las historias son bien contadas y bien llevadas, con un personaje común a todas construido de manera excelente por Carlos Larrañaga, el temible “Ulises”. 1979, 1989, 1999. Cada historia transcurre cada diez años, como si este personaje apareciera cada 10 años, en la víspera del cambio de década. Cada una completamente diferente a otra hacen realmente de Malditos Sean una buena película coral, de terror. Casi como un Creep Show Argento, y realmente, se siente bien. ESCRITA Y DIRIGIDA Fabian Forte y Demian Rugna escriben y dirigen Malditos Sean y se nota la pericia y experiencia sobre todo de Demian Rugna quien ya había escrito y dirigido “The Last Gateway” en el 2007. Bastante similar en alma y cuerpo a “Malditos Sean”. Reiterándome un poco, es muy importante decir que la fotografía de Malditos Sean es clave. Una película de terror necesita de un ambiente adecuado para vivir, y ambos directores dotaron a Malditos Sean del ambiente necesario. Mas allá de actuaciones convincentes y buenas en su mayoría de guiones bien llevados y sobre todo bien resueltos, es la fotografía la que se lleva los laureles, ya que le da a todo una verosimilitud nunca vista en cine de género de terror argentino. Es cierto, una de las historias tiene un final que descoloca durante algunos segundos, pero que a la postre solo termina acrecentando lo brillante del guion. El toque bizarro justo, el toque de terror justo, el toque gore necesario, el toque cursi que no puede faltar. Todos los ingredientes están bien, en su justa medida y bien mezclados. CONCLUSIÓN Gente, no mucho mas para agregar, Malditos Sean es una excelente película de terror, y ademas es Argentina. No hay excusas para no ir a verla. Mas allá de que por ejemplo el apartado sonoro te recuerde que fue hecha acá (que cosa de locos, no la pegamos con la música sigue pareciendo casera.) la película es excelente y sobre todo un paso hacia adelante en el cine de genero Argentino. Un paso a seguir, y sobre todo a imitar en el buen sentido. Terror, sangre, cafe, demonios y enanos de jardín No se puede pedir mas! Imperdible si sos amante del terror, del cine o del gore. Hacete un favor, y no dejes de ver Malditos Sean, si no vas, te puede llegar a ir muy mal, o lo que es peor, podes llegar a cruzarte con Ulises, y creéme, no querés eso.
Quienes leen el blog hace tiempo, habrán notado que el terror es probablemente el género que menor interés me genera, valga la redundancia. Y esto no creo que se deba a algo en particular, simplemente a una cuestión de gustos, que por supuesto en el futuro puede llegar a cambiar. Pero más allá de eso, mi pasión por el cine logra que, de vez en cuando, vaya al cine a ver películas de este género, con el fin de conocer más sobre el tema y porqué no, encontrar un film que me resulte atractivo. Ayer por la tarde fuí a ver "Malditos Sean!" de Demián Rugna y Fabián Forte. La principal razón por la cual decidí ver la película, más allá de que muy amablemente me llegó la invitación para la avant premiere, fue que en el mes de noviembre había visto "La Corporación" dirigida por Fabián Forte y había acaparado mucho mi atención por diversas razones. Así que creí que ver otra de sus películas, iba a generar en mi un efecto similar, e iba a poder disfrutar de un grato momento frente a la pantalla grande. A fines de 2012, tuve la oportunidad de entrevistar a Fabián Forte y conocer un poco más sobre cómo se gestó "Malditos Sean!". Conocer el proceso de creación de una película para mi es fundamental, y casi tan importante como ver el resultado final. Me gustó mucho esa entrevista e hizo que me diera cuenta que Forte tiene una increíble pasión por el cine, que se ve reflejada en sus películas. "Malditos Sean!" tiene un guión interesante y cuenta con el "plus" de estar conformada por tres historias, que con el correr de los minutos se van mezclando, dando lugar a una cuarta historia, que vendría a ser la película en su totalidad. Es un film que tiene una gran dosis de suspenso, genera gran tensión en el espectador, y al mismo tiempo, a través del humor negro, permite que éste se relaje, pero sabiendo que en cualquier momento esa incertidumbre de no saber qué es lo que va a suceder a continuación, vuelva. Cuenta con un elenco que tiene un muy buen nivel, cada uno de los actores y actrices realizan un muy buen trabajo, y con una fotografía que acompaña el nivel actoral y permite que el producto final sea una película de una gran calidad y logre transmitir la pasión que tanto Rugna como Forte tienen por el cine. "Malditos Sean!" es visceral, bizarra, fantástica y tiene una buena dosis de suspenso, horror y humor negro. Es una película (argentina) difícil de clasificar, lo cual hace que sea única, y es justamente esta característica la que la convierte en una película que merece ser vista.
Terror fantástico A través de tres historias entrelazadas por un particular curandero, se edifica está película que si bien está hecha con una calidad de primer nivel, carece de un guión efectivo con emociones fuertes. Rápidamente uno observa un gran despliegue narrativo, tanto en imagen como sonido, pero aunque las tres tramas arrancan muy bien, su desarrollo y desenlaces muestran tantas falencias que arruinan la experiencia. "Malditos sean!" tiene como falencias princiapales dos particularidades. Una es ser un relato ambientado en los costados más oscuros de la civilización, donde casi todos los personajes son figuras deplorables moralmente y, por lo tanto, no es de extrañar que el espectador no logre identificarse con ninguno de los protagonistas llevándolo a tener una actitud indiferente hacia sus vivencias. Mientras la otra es crear climas oscuros y tenebrosos para luego terminarlos de manera cómica o graciosa. Al haber utilizado el humor como desenlace, debieron haber incluido elementos de la comida durante todo la tramas. De esta manera, el final solo puede interpretarse como una gran burla al espectador. No obstante, la película tiene muchas y muy buenas aristas a tener en cuenta. La realización es impecable, los efectos visuales son asombrosos (tal vez hay demasiada sangre pero no es relevante) y hubo mucha creatividad e ingenio en la construcción de los relatos. Desde los enanos de cerámica hasta los poderes del curandero, los elementos fantásticos de la historia es lo que resaltan a esta película.
Los directores Demián Rugna y Fabián Forte construyen una verdadera atmósfera viciada por la magia negra, la sangre y la imprevisibilidad. Con Malditos sean! (2011) queda sentado que el terror argentino también puede ser bueno en aspectos más técnicos que argumentales, aunque no esté a la altura de películas como Visitante de invierno (Sergio Esquenazi, 2007) o Sudor Frío (Adrián García Bogliano, 2011), sólo por citar unos pocos ejemplos de producción nacional. Malditos sean! constituye un claro ejemplo de lo bizarro e impredecible. Desde una tétrica casa escondida y derruida con jardines de enanos que parecen mirarnos hasta personajes nuevos que aparecen a cada rato y desvían no sólo el relato hacia otros caminos sino también la atención del espectador. Calificado como "sangriento y visceral", este largometraje tiene su base en un personaje particular: un siniestro curandero que maldecirá a varias personas que no tienen relación entre si, por lo menos a simple vista, pero que luego van tomando forma en el relato y llegan a entrelazarse. Este es un largo proceso de 118 minutos que va y viene y a veces parece desconectado de su objetivo principal. La idea del argumento parece buena y el guión es correcto pero en ocasiones no resulta suficiente para causar el efecto esperado hasta llegar a aburrir por completo. Cabe destacar, igualmente, que la cámara hace con las escenas un trabajo impecable; cada toma parece pensaba cuidadosamente y hasta cuenta con algunos elementos innovadores para lo que viene siendo el cine argentino en el género. Los planos detalle y los primerísimos primeros planos otorgan a la película un rasgo distintivo casi de autor y seguramente ocasione en el que mira esa sensación de incertidumbre que ha dejado de estar presente en el cine norteamericano de este tiempo. Con un buen trabajo de sonido, caracterizaciones formidables y actores no conocidos que desempeñan sus papel más que favorablemente (esto es lo mejor del film), Malditos sean! se convierte quizá en una película argentina de culto, por lo que seguramente cuente con su pequeño (y merecido) público pero no llegará a consagrarse como un gran film de terror (o suspenso, si se quiere). Una lástima. Con semejante idea de argumento, que nos remonta aunque sea mínimamente a aquella escalofriante historia de Stephen King sobre el viejo gitano que maldice a un señor gordo hasta llevarlo casi a la muerte y que tuvo también su película (Maleficio, 1996), ésta de Rugna y Forte no llega a cumplir las expectativas y nos deja con gusto a poco. Con buena fotografía, buen maquillaje y buena banda sonora, Malditos sean! quizá se convierta en una rareza nacional pero se hacen notables algunos vacíos en el guión, con elementos desconectados e historias que parecen terminadas pero que vuelven a arrancar. Sin coherencia ni lógica no se pudo llegar a nada bueno. 2,5/5 NE Ficha técnica: Dirección: Fabián Forte, Demián Rugna Guión: Fabián Forte, Damián Rugna Estreno (Argentina): 3 Enero 2013 Género: Terror Origen: Argentina Duración: 118 minutos Clasificación: AM 16 Distribuidora: 3C Films Reparto: Carlos Larrañaga, Pablo Palavecino, Victoria Almeida, Demian Salomón, Chucho Fernandez, Gabriela Mocca, Natalia Señorales, Silvia Trawier, Paula Bouquet, Hugo Halbrich, Pedro di Salvia, Victor Cura, Lizzy Pane, Julio Luparello, Simón Ratziel, Ariel Chavarria
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