Intenso y efectivo whodunit en el que la reina del misterio por excelencia, Agatha Christie, es parte de una trama en la que las reglas del géner se revisitan, se ponen al día, y hacen del deleite de los espectadores. Saoirse Ronan brilla como una investigadora con aspiraciones que intentará develar el misterio tras la muerte inicial.
Mira como corren se suma al reciente resurgimiento que tuvo en Hollywood el género clásico de misterio con el regreso de Hércules Poirot a cargo de Kenneth Branagh, Knives Out de Rian Johnson y la serie Only Murders in the Building, con Martin Short y Steve Martin. Entre todas estas producciones la película del director Tom George es la más floja pese a contar con un buen elenco. La trama gira en torno a la investigación de un asesinato, que tiene lugar durante la celebración de las 100 funciones de la obra de teatro La tapadera, escrita por Agatha Christie. Un clásico de los espectáculos ingleses que se estrenó en 1952 y se exhibió sin interrupciones hasta el 15 de marzo de 2020, a raíz de la pandemia de Covid. A partir de esa premisa, George intenta elaborar una especie de sátira del género en un estilo similar a lo que fue el clásico de culto Clue (1984), basado en el popular juego de mesa. El problema es que pese al esfuerzo sobrehumano que hace el realizador por intentar ser gracioso la gran mayoría de los chistes no generan risas. Ya sea por el modo en la comedia está escrita o la manera en que la ejecutan el reparto, en general el contenido humorístico hace agua. A esta cuestión se suma el hecho que el misterio policial que ofrece no es atrapante y carece de intensidad, por consiguiente la película se debilita enseguida tras los primeros 20 minutos. La combinación de humor y suspenso la trabajó mejor Johnson en su propuesta con Daniel Craig que pronto tendrá una continuación en Netflix. Este film logra ser llevadero gracias al trabajo de Saoirse Ronan, quien encarna al personaje más atractivo y es la figura que sale mejor parada en la interpretación de la comedia. Sam Rockwell por su parte ofrece una labor desganada en un rol que termina estancado en el cliché del detective alcohólico desilusionado con la vida. El resto del elenco, salvo por algún momento de Adrien Brody, no aporta nada memorable. La película pretende ser una parodia del género que no resulta graciosa, a través de un misterio insípido donde el suspenso brilla por su ausencia. Un enorme problema para una propuesta de este tipo que no termina de convencer en dos aspectos fundamentales dentro del espectáculo que propone.
Con las recientes adaptaciones cinematográficas de las novelas de Agatha Christie de la mano de Kenneth Branagh con «Murder on the Orient Express» (2017) y su secuela «Death on the Nile» (2022), y la exitosa película de Rian Johnson «Knives Out» (2019), el famoso y clásico estilo de relato detectivesco conocido como «whodunnit», en el que hay que descubrir quién es el asesino, parece haber recobrado su popularidad. «See How They Run» quiere sumarse a esta estela de películas que celebran el espíritu del clásico policial inglés, pero tirándose más hacia el costado cómico del film de Johnson y alejándose más de la aproximación solemne y seria de las historias pergeñadas por Branagh. El punto de partida de la película dirigida por el debutante Tom George (viene de una carrera en la televisión con varias producciones para la BBC) y escrita por Mark Chappell («Flaked»), es por medio de la autoconsciencia, explicando básicamente las reglas y los detalles que caracterizan a estos relatos e incluso emulando el estilo de las novelas de Agatha Christie. Al mismo tiempo, el relato se enmarca dentro de otro relato debido a que los acontecimientos del film se desarrollan alrededor de la producción de The Mousetrap, una obra de teatro escrita por Christie. El elenco que personifica a los personajes del relato, al mismo tiempo que se está trabajando en una adaptación cinematográfica de la obra, serán los principales sospechosos del asunto. Es así que el largometraje se sitúa en, ni más ni menos, la función número 100 de la obra teatral, donde tras la interpretación, el elenco junto a los miembros de la producción se junta a celebrar el éxito que transitando. El problema radica en que uno de ellos es asesinado en plena celebración y el cansado inspector Stoppard (Sam Rockwell) junto a la novata agente Stalker (Saoirse Ronan) serán los encargados de llevar adelante la investigación que busque esclarecer el hecho y/o encontrar al responsable del crimen. El punto fuerte de la película está en la dinámica que hay entre Rockwell y Ronan, y su estupendo timing para la comedia aun cuando la dirección no esté del todo pulida, pero incluso en esos momentos el carisma de los intérpretes y el estupendo trabajo de montaje del film compensan dichas pequeñas falencias. El guion sin ser demasiado novedoso, cumple su función y los pequeños detalles de autoconsciencia enriquecen su desarrollo, especialmente llegando al final del relato, que es donde más tambalea el asunto, promediando el tercer acto. En ese sentido, «Knives Out» se sentía más minucioso y pulido, tal como debería ser un buen whodunnit, como un meticuloso mecanismo de relojería. No obstante, la película logra sobreponerse a sus fallas con un igual número de aciertos. Así como destacamos previamente el montaje y las interpretaciones (además del dúo protagónico, cabe destacar al genial Adrien Brody), también es digno de ser resaltado el estupendo diseño de producción y una más que acertada banda sonora que viene a acompañar un pulcro y cuidado despliegue visual. En síntesis, «Mira Cómo Corren» es un relato sumamente entretenido, que se beneficia de un gran trabajo de casting, de un timing para la comedia estupendo, un ritmo frenético y elaborado para los intercambios que se dan entre sus protagonistas, así como también una aproximación fresca con cierta dosis de autoconsciencia producto de presentar el whodunnit dentro de otro whodunnit. Un largometraje disfrutable, repleto de homenajes y sin demasiadas pretensiones más que hacerte pasar un buen rato, algo que dado el contexto del mainstream actual, no es poco.
Con el espíritu de Agatha Christie Con elementos metadiscursivos, el policial no descuida, más allá la cuota de suspenso inherente a la resolución de un enigma, ni el humor ni la consciencia de su largo linaje previo. El viejo y querido whodunit está más vivo que nunca. Proveniente de la novela policial, el término hace referencia a aquellos relatos centrados en crímenes, ocurridos generalmente en ámbitos cerrados como trenes, barcos o mansiones, que presentan un número finito de sospechosos y que el detective o investigador de turno, casi siempre excéntrico, deberá resolver a fuerza de lógica, paciencia e inteligencia. El cine ha recurrido a él en innumerables ocasiones, desde Alfred Hitchcock hasta las decenas de adaptaciones de clásicos –la última de ellas, Muerte en el Nilo, estrenada en la Argentina en febrero de este año– de la ama y señora del género, Agatha Christie. La escritora y dramaturga británica sobrevuela no solo en espíritu los poco más de noventa minutos de metraje de Mira cómo corren. También aparece como personaje y sospechosa del asesinato de un afamado director norteamericano, el mismo que ultimaba detalles para filmar la versión cinematográfica de una obra basada en un libro de…. Agatha Christie. Esa obra se llama La ratonera y ostenta el récord de mayor permanencia mundial en cartel, con presentaciones continuas en las tablas de la capital inglesa desde su debut, en 1952, hasta la llegada de la pandemia de Covid-19. “Una vez que viste un whodunit, viste todos”, dice la voz en off un tanto sobradora –igual que la película– de Leo Kopernick (Adrien Brody) poco antes de que la cámara ingrese al teatro londinense donde se llevan adelante las funciones. Esa frase puntea las intenciones metadiscursivas de un policial que, más allá la cuota de suspenso inherente a la resolución de un enigma, no descuida el humor ni la consciencia de su largo linaje previo, como si el realizador Tom George y el guionista Mark Chappell hubieran querido homenajear al género poniendo en marcha sus engranajes para observar muy de cerca cómo funcionan. Y decírselo en la cara al público a través del recurso de romper la cuarta pared. Así como Asesinato en el Expreso de Oriente (2017) y Muerte en el Nilo (2022), dirigidas y protagonizadas por Kenneth Branagh en la piel del detective Hércules Poirot, eran adaptaciones respetuosas de la obra de Christie y abrazaban un espíritu old-fashioned, casi demodé, Mira cómo corren emana un aire moderno, fresco y canchero tanto en su forma (la mencionada rotura de la cuarta pared, la puesta en escena recargada al borde de lo kitsch) como en la impronta desajustada, más propia de la comedia que del policial, de esos personajes que, como mandatan las normas, tienen un motivo más o menos directo para convertirse en sospechosos. A fin de cuentas, todo el elenco y el equipo técnico y ejecutivo estuvieron en el festejo por las cien primeras presentaciones de la obra. Mientras todos brindaban y celebraban, Kopernick se paseaba, botella de whisky en mano, seduciendo mujeres con la promesa de sumarlas a la futura plantilla actoral, hasta que entró a un cuarto de donde nunca más salió. O sí, pero arrastrado por un asesino de rostro cubierto que depositó su cuerpo en un sillón en medio del escenario, no sin antes cortarle la lengua. ¿Quién cometió semejante acto? ¿Acaso el director tenía enemigos del otro lado del Atlántico? ¿O hay algo más detrás del crimen? Esas y otras preguntas intentarán responder la joven y entusiasta policía Constable Stalker (Saoirse Ronan) y el detective Stoppard, a cargo de un Sam Rockwell de bigote grueso que, como suele ocurrir con sus criaturas, siempre parece esconder algo bajo la manga. Claro que nada será tan simple como aparenta. Que efectivamente Stoppard –solitario y misterioso como casi todos los detectives cinematográficos– esconda algo o no es una de las tantas incógnitas que George y Chappell irán despejando con sabiduría y esmero. Mira cómo corren es, entonces, la enésima validación de que pocas cosas resultan más atrapantes y envolventes que un policial hecho con inteligencia y la voluntad de que el espectador sea partícipe. O, mejor dicho, cómplice.
Con un delicado trabajo en la recreación de época, Mira como corren funciona como comedia de detectives y sumerge al espectador en el entretenido juego de averiguar quien es el asesino y cual es el móvil que lleva a cometerlo.
La ratonera (1952) es una obra de teatro escrita por Agatha Christie. Viniendo de quién viene, no hay que ser un genio para imaginar que se trata de un policial del subgénero whodunit, es decir, de un relato centrado en descubrir quién de los presentes cometió un crimen ocurrido generalmente en ámbitos cerrados como vehículos o, tal como ocurre en Mira cómo corren, un teatro. En ese sentido, la película del realizador británico Tom George funciona como una “mamushka de whodunit”. Ocurre que, durante la celebración de las 100 primeras funciones de la obra en un teatro de West End londinense con todo el elenco y los ejecutivos presentes, entre ella la mismísima Christie, es asesinado el director estadounidense a cargo de la futura adaptación cinematográfica Leo Kopernick (Adrien Brody), cuyo cuerpo aparece sin lengua sobre un sillón en el escenario. La idea de un whodunit dentro de otro es acorde a un film metadiscursivo y plenamente consciente de su linaje, que completa la inevitable dosis de suspenso ante la incógnita de quién es el asesino con un humor provisto por personajes más propios de la comedia que del policial. Ver sino la joven y entusiasta policía Constable Stalker (Saoirse Ronan), siempre excitada ante la que parece ser la oportunidad para acceder al cargo de detective. Ella hará las veces de asistente del detective Stoppard, a cargo de un Sam Rockwell de bigote tupido y especialista en interpretar hombres torturados por su propia historia. Pero la historia de Stoppard importa menos que la inteligencia de un guion que, como suele ocurrir en este tipo de películas, siembra pistas falsas, señala sospechosos que al final no lo son y establece un pilar fundacional en el poder de la retórica, todo con un tono lúdico y ligero.
Todos son sospechosos Desde el estreno de la película Entre navajas y secretos (Knives Out, 2019) y las recientes dos temporadas de Only Murders In The Building (2021), ha resurgido la comedia detectivesca. El género que parecía ya muerto conlleva un homenaje a los clásicos literarios de Agatha Christie y Sherlock Holmes. El misterio es lo principal y todos son sospechosos, aunque uno más que otro, se pueden dar giros de trama interesantes o predecibles. Hace poco pude ver la adaptación argentina de Tijeras Salvajes (Schrenschnitt, 1963) de Paul Portner y dirigida por Manuel González Gil. Al ver esta obra no pude no pensar en Mira cómo corren, porque había visto la película un día antes y las ideas y asociaciones seguían frescas. ¿De qué va Mira cómo corren? La historia nos lleva a Londres de la década de 1950. Un engreído director de cine estadounidense (Adrien Brody) quiere adaptar al cine una famosa obra de teatro que, a su vez esta se basa en un libro de Agatha Christie. Varios miembros de la producción son asesinados de forma misteriosa. El desmotivado inspector Stoppard (Sam Rockwell) y la inocente pero determinada oficial Stalker (Saoirse Ronan) deben resolver el crimen. El film supone el debut del joven director británico Tom George (quien ya dirigió episodios de series para la BBC) junto al guionista Mark Chappell. Los primeros diez minutos son eléctricos, esto es gracias al montaje y recursos como la pantalla dividida, la cual permite ver las reacciones y acciones de los demás personajes. Luego es una montaña rusa de ritmo en lo que, si bien conocemos las historias y dinámicas de los personajes, se pierde el foco del crimen a resolver. Al ser una comedia es claro que tendrá chistes y momentos hilarantes, no todos funcionan, pero la hacen simpática y es Ronan quien aporta el alma de la película. Su personaje de oficial novata, pero llena de entusiasmo, logra transmitir al público carisma y empatía. El misterio de saber quién es el asesino es lo que deja al espectador con intriga, al principio todos los personajes parecen serlo, pero es acá donde entran los juegos y trampas del guion. El saltar de culpable en culpable nos hace estresar y querer saber qué está pasando, para ellos habrá pistas que conduzcan hacia esto por lo que el espectador se vuelve un detective más. Mira cómo corren rompe la cuarta pared, pero no de una forma descarada, sino inocente; esto permite más dinamismo dentro de sus muchas conveniencias y obviedades. Si somos conscientes de que el producto que se nos ofrece es el mero entretenimiento y que no será el más destacado dentro de la larga lista de comedias detectivescas, se disfruta.
See How They Run (Mira Cómo Corren) es una película y su comentario, un intento de deconstruir la narración a través de la parodia, que asume las limitaciones del género al mismo tiempo que lo critica. Es en la tensión entre el discurso y la puesta en escena de ese discurso que busca el efecto cómico, un juego de espejos en el que los personajes son actores de una obra policial y sospechosos de un crimen.
"Mira cómo corren" ("See How They Run") tiene el estilo propio que los films basados en los libros de Agatha Christie supo imponer como género, el "whodunnit". Varios personajes en un lugar, una muerte o varias y la búsqueda del culpable. Dirigida por Tom George y escrita por Mark Chappell, la acción nos ubica en Londres en la década del 50' cuando la obra de teatro "La Ratonera" (de Agatha Christie) continúa con éxito, siendo protagonizada por Richard Attenborough (Harris Dickinson) y Sheila Sim (Pearl Chanda). Todo comienza con el festejo de la función número 100. (Recordemos que la obra se mantuvo desde 1952 hasta 2020). Aquí el alicaído director de cine estadounidense Leo Köpernick (Adrien Brody) es contratado para llevarla al cine, pero...es asesinado y el amante del alcohol (para variar), el Detective Stoppard (Sam Rockwell) y la tímida e ingenua Agente Constable Stalker (Saoirse Ronan), serán los encargados de llevar a cabo la investigación, buscando pistas para dar con el asesino. Las pantallas divididas son un acierto, el problema es que, a pesar del talentoso elenco, no logran dar lo mejor de sí, entonces la película se torna aburrida y los toques de humor no terminan de ser efectivos.
Todo vuelve se suele decir y es cine, sobre todas las artes, lo sabe muy bien. Desde hace algunos años, el género Whodunit (quién lo hizo) resurgió de entre los muertos. Se encuentra pasando por una suave, pero constante, segunda ola revitalizadora. Año a año una de estas películas llega a las salas, teniendo su puntapié inicial en el 2017 con remake de “Asesinato en el Orient Express” de Kenneth Branagh y su posterior secuela. O a posteriori, “Knives Out” de Rian Johnson quien venía de trabajar en la última trilogía de Star Wars y cuya secuela se encuentra en camino. En este marco, con la cancha delimitada por grandes blockbuster de directores de amplia carrera y acompañados por la crítica, se estrena “Mira como corren”. Se trata del primer largometraje de Tom George, que viene de trabajar algunos años en series televisivas. Lo acompaña en esta difícil tarea un elenco de nombres importantes, Saoirse Ronan, Sam Rockwell, Adrien Brody y Ruth Wilson. Ya se encuentra disponible en varias salas del país, desde hoy jueves 22 de septiembre. Un productor inglés busca adaptar al cine una importante adaptación teatral, basada en un texto de Agatha Christie. Para esto contrata a un camorrero director estadounidense que nunca termina de adaptarse al trabajo. Durante la celebración de las 100 funciones de la obra, el director de cine es asesinado. El, tan experimentado como harto, inspector Stoppard buscará resolver el misterio, contando con la ayuda de la agente novata Stalker.
Saoirse Ronan y Sam Rockwell deben resolver un asesinato en una adaptación al teatro de una novela de Agatha Christie durante la Londres de los 50s.
Fue muy interesante enfrentarse al texto fílmico sin tener la menor idea sobre que trata. El titulo mueve a pensar en comedia, sin embargo en su estructura es un policial. En ninguno de los dos aspectos decepciona, lo contrario. Un filme construido dentro de una obra de teatro, algo así como el cine dentro del cine. Rápidamente nos ubica en tiempo y espacio. West London 1953, el teatro Ambassadors, donde se esta representando la obra “La Ratonera” de Agatha Christie.l Leo Köpernick (Adrien Brody), además de ser nuestro narrador fuera de cuadro, es un director de cine, bastante engreído y
“Una vez que viste un whodunit, los viste todos” dice la voz en off de unos personajes al inicio de la película Mira como corren. Lo dice poniendo a la película en una situación de autoconciencia que es el corazón de la historia. El personaje que dice esa frase Leo Kopernick (Adrien Brody) un director de cine que ha sido contratado para dirigir la adaptación cinematográfica de The Mouse Trap, la obra de teatro escrita por Agatha Christie. Dicha obra está situada en el West End de Londres y la película transcurre en la década del cincuenta, cuando la obra recién comenzaba su legendario éxito. Esa voz en off explica como funciona este género, cuya mejor explicación hoy en día es decir: la típica trama policial de Agatha Christie. Se entiende, desde el vamos, que la película se convertirá en un whodunit, pero la mencionada frase inicial quiere hacernos creer que será lo mismo pero diferente. La apuesta es grande y a la vez un callejón sin salida. Si sabemos todos y nos quieren sorprender en realidad están haciendo lo que se supone hace el género, sorprender aún en su rutina. Los dos protagonistas, el inspector Stoppard (Sam Rockwell) y la condestable Stalker (Saoirse Ronan) quienes quedan a cargo de la investigación. Él es un desganado policía veterano y ella una impulsiva novata llega de ganas de investigar. Toda la película basa su encanto en ellos. Son dos personajes hermosos muy bien interpretados. Se merecían más, pero tal vez la apuesta del guión sea esa, priorizar a esos personajes por encima de todo. Pero la idea de una comedia policial ambientada en la década del cincuenta es más divertida en la teoría que en la práctica. Todo el tiempo se siente el esfuerzo de la película por ser graciosa. Cuando eso se nota, la comedia está arruinada. Tanta fuerza agota al espectador y a la historia. Muchas simpatía, sí, pero nada más que sostenga una película que se vuelve cada vez más aburrida.
En los años 50 un cineasta estadounidense visita Londres para adaptar la famosa obra de teatro, “La Ratonera”, escrita por Agatha Cristie. Todos los planes cinematográficos se ven frustrados cuando quién iba a ser el director de la cinta es asesinado. El inspector Stoppard junto a Stalker, una agente de policía que se unió recientemente a la fuerza, deben encontrar al asesino en una trama digna de la dama del misterio. “Mira cómo corren” es un largometraje británico-estadounidense estrenado originalmente el pasado 9 de septiembre en el Reino Unido. Pertenece al género de comedia y de misterio y fue dirigida por Tom George. ¿A quién no le gusta un buen misterio? Debo decir que esta película captó mi atención desde el primer momento en gran parte por la narración de Adrien Brody. La ambientación está muy bien hecha y los diálogos son cómicos. Me gusta mucho que se siga la estructura básica de las novelas de Christie y que hayan mezclado el mundo del teatro con el del cine. También me gustó el hecho de que era fácil sospechar de personajes distintos a lo largo del film. La duración es ideal, con 1 hora 38 minutos no queda corta ni larga. Tampoco hay escenas que falten y no se hace pesada para nada. De hecho, cuándo se den cuenta ya va a estar por terminar. Mi personaje favorito es sin dudas el interpretado por Saoirse Ronan. La Alguacila Stalker es sumamente divertida y se ve el desarrollo del personaje a medida que va avanzando la trama. Se destacan las actuaciones de Sam Rockwell (Inspector Stoppard), Saoirse Ronan (Alguacila Stalker) y Adrien Brody (Leo Köpernick). Si les gustan los misterios entonces no pueden perderse “Mira cómo corren”.
Está concebida para la diversión y quizás también para el homenaje al género del suspenso, al conocido “whodunit” (derivado en inglés de la pregunta “¿quien lo ha hecho – who has done it-) que tiene reglas propias, tan explotadas por Agatha Christie, de muchos sospechosos en un ambiente cerrado, con la presencia del culpable que será revelado en el climax, pero con el tiempo necesario para analizar a cada involucrado, que es observado en sus zonas oscuras y sus motivos posibles para el crimen. La acción del film dirigido por Tom George, con un intrincado guión de Mark Champell, está ambientada en l953, cuando la obra que aun sigue en cartel (solo interrumpida por el covid) “La ratonera” festeja sus 100 representaciones y la clausula para ser llevada al cine que exige un tiempo de seis meses desde su temporada final. En ese festejo el supuesto futuro director, un alcohólico y desagradable personaje personificado por Adrien Brody provoca y una pelea, se ensucia y cuando va al vestuario a encontrar ropa limpia se cruza con su asesino, detalle que no le impide ser el relator. Eso ocurre en los primeros minutos mientras desfilan excelentes actores en roles que no les permiten el lucimiento, como personas de temer. La primera en llegar es una principiante maravillosamente actuada por Saoirse Ronan , que resulta uno de los grandes atractivos del film. El otro es la llegada del inspector que lidiara con esa novata, encarnado por Sam Rockwell, un sabueso experimentado que no deja que el alcohol le apague el instinto. En el argumento abundan las vueltas de tuerca que relacionan la obra en cuestión, la de la compañía, la mismísima autora, otra muerte y el divertimento donde el suspenso se diluye y casi no hace falta saber quién es el asesino. Él durante es el entretenimiento liviano, espumoso y agradable. No mucho mas, pero vale la pena.
Reseña emitida al aire en la radio.
El director Tom George y el guionista Mark Chappell debutan con una notable producción multiestelar. Un whodunit (como se le conoce a este subgénero que gira en torno a quién es el asesino) que reflexiona con humor sobre sí mismo, el cine y el teatro. Quien vio muchas películas de crímenes, o leyó los libros de Agatha Christie, conoce una fórmula: una serie de elementos en cierto orden que de todos modos nunca pierden el interés porque a la larga el shock es el mismo y las motivaciones pueden ir variando. Aquí el director (Adrien Brody) a cargo de adaptar para el cine una historia basada en un caso real que se convirtió en un éxito teatral, viaja de Hollywood a Londres. Se trata de «La ratonera», obra escrita por la reina del crimen, ni más ni menos que la obra que más tiempo ha permanecido en cartelera del West End de Londres. Pero este cineasta no parece estar muy interesado en el trabajo y más bien se burla de todo eso: de la parafernalia, de las reglas de las que ya se cansó, y en su lugar prefiere emborracharse y armar discusiones. Lo que no logró predecir es que iba a ser asesinado, más allá de conocer que la primera víctima siempre es la persona a la que todos odian. La película comienza con la voz en off de este hombre cuyo culpable del homicidio hay que descubrir. A simple vista, por momentos es difícil no acordarse de The Grand Budapest Hotel. Planos simétricos, escenas en un elegante hotel, un par de rostros de aquella película (además de Brody, Saoirse Ronan), un asesinato en el medio, una serie de desencuentros y descubrimientos… Pero eso que caracteriza al cine de Wes Anderson, de una maestría a veces desbordante en lo visual –donde cada plano es una obra de arte-, aquí se contiene un poco más. Visualmente es elegante pero más pomposa y se toma menos en serio. Entonces sin personajes tan excéntricos y adorables al mismo tiempo como los que crea Anderson, se opta por una galería ecléctica y rica que sin embargo no consigue aprovechar a todos por igual (el de Ruth Wilson, quien lleva adelante el teatro, deja con ganas de más). Es que el centro está en el asesino por develar. También es difícil no pensar en Knives Out, quizás por ser una de las últimas producciones multiestelares de este tipo, aunque aquella era más meticulosa con su trama detectivesca. Se le podría sumar la saga basada justamente en la de Agatha Christie (escritora que en Mira cómo corren no sólo es homenajeada y mencionada varias veces sino que es un personaje interpretado por Shirley Henderson): Asesinato en el Expreso Oriente y su secuela. Como cada una de estas películas lo hizo, la idea es narrar una historia de asesinato de una manera entretenida y con humor, aunque cada una lo aborde conde un estilo distinto. Sin más innecesarias comparaciones, Mira cómo corren tiene el plus de divertirse jugando con el género y por lo tanto con sus clichés. Saoirse Ronan como la aprendiza de detective es el corazón de la película, una mirada inocente pero no ingenua y también perspicaz, observadora y sin miedo a decir y reafirmarse a sí misma lo que pasa. Su entusiasmo se complementa muy bien en su dúo junto a Sam Rockwell, un hombre algo abatido, de pocas palabras, como si estuviese demasiado cansado de todo ya. Como es de suponer, la película brinda información a cuenta gotas y va sembrando semillas que pronto se convertirán en la siempre inesperada resolución. En el medio, la excusa es divertirse con la galería de excéntricos personajes que se convierten todos en sospechosos y al mismo tiempo en víctimas en potencia. El cine y el teatro terminan de complementar el juego con lo meta, siendo un poco más que una celebración del género. También da vueltas por ahí la pica entre la mirada hollywoodense y la más teatral de Londres. El resultado es una película divertida y atrapante que se sucede a un ritmo por momentos frenético que no deja mucho lugar a la asimilación. Una propuesta agradable que a veces se pierde en esa velocidad pero no pierde nunca la gracia. Es cierto que hacia el final ya poco nos interesa si el asesino es el mayordomo y nos quedamos con ese singular dúo de detectives.
Llegó a los cines del país un ejemplo más de una whodunnit, un subgénero dentro del suspenso en el cual ocurre un asesinato y un detective debe descubrir a partir de ciertas pistas quien es el culpable. Este tipo de películas, más allá de las diferencias propias de guion y dirección, son similares en su estructura. Algunas de sus exponentes son La cena de los acusados (1934), Muerte en el expreso Oriente (1974), Muerte en el Nilo (1978) y Entre navajas y secretos (2019). En Mira cómo corren el espectador presencia la muerte de un reconocido director de Hollywood (Adrien Brody), quien se encuentra presente en Londres para negociar la adaptación cinematográfica de la obra «La ratonera» de Agatha Christie, éxito absoluto en el West London. Tras su muerte, el grupo que se encontraba presente en el mismo lugar y momento en el cual ocurrió el asesinato son puestos bajo la lupa del detective Stoppard (Sam Rockwell) y su particular ayudante Stalker (Saoirse Ronan). La historia recorre a través de flashbacks y elementos narrativos característicos de este tipo de películas las diferentes causas y consecuencias de la muerte de este famoso director, los posibles sospechosos y los motivos que podrían haber tenido para matarlo. El hilo narrativo abre muchas puertas durante el desarrollo de la investigación policial, algunas se cierran y otras no y por supuesto el espectador saca sus propias conclusiones sobre quien es el culpable, como en el juego Clue. Rockwell y Ronan, desaprovechados en el filme. El guion (Mark Chappell) y la dirección de la película no escapa de ciertos lugares comunes y eso es claramente una decisión del director: cada personaje es un posible sospechoso, los investigadores son muy peculiares y no logran llevarse bien cuando comienzan a trabajar juntos. Fiel al genero, la película no tiene ningún elemento que se destaque o que la transforme en una historia a ser recordada. Como bien se especifica con ironía en el guion: «una vez que viste una whodunnit, las viste a todas». Resulta claro que el director no quiere arriesgar demasiado y va a lo seguro para intentar entretener y sorprender al espectador. El diseño de producción y los rubros técnicos son impecables. En relación al elenco, George trabaja la composición de los personajes como arquetipos, decisión que no resulta acertada pues desaprovecha a un elenco con figuras muy solidas. Sam Rockwell y Saoirse Ronan, dos actores de excelencia, le dan vida a personajes olvidables e intranscendentes que si bien logran cierta empatía, resultan por momentos intolerables. Mira cómo corren no desilusiona al publico especifico que disfruta de este tipo de historias, pero no logra entretener y está destinada a convertirse en un ejemplar más de un subgénero que necesita una bocanada de aire fresco que aquí no se consigue, a diferencia de la muy lograda Entre navajas y secretos, ampliamente superior.
Mira cómo corren es una divertida parodia de los misterios de Agatha Christie Con logradas actuaciones del dúo detectivesco a cargo de Sam Rockwell y Saoirse Ronan, y una multiplicidad de citas y homenajes que harán las delicias de los fanáticos de los policiales de salón, el muy disfrutable film de Tom George sabe cómo hacer equilibrio entre la ironía y el cariño por sus criaturas El modelo del whodunit parece haberse convertido en una parodia de sí mismo. Sus mecanismos se han tornado tan difundidos, copiados, repetitivos, que pensar en un atisbo de originalidad en esa mecánica de descubrir al culpable entre un desfile de sospechosos sentados en un sillón mullido, frente a un inspector con pipa y monóculo, resulta una cita monótona sin ninguna sorpresa. ¿Es posible darle Otra vuelta de tuerca? Pues eso es lo que intenta Tom George en este discreto homenaje a la invención de Agatha Christie y a la popularidad del enigma británico: meterse dentro de esa lógica como el ratón en la ratonera para exhibir sus mecanismos y reírse con ellos. Mira cómo corren comienza en un teatro londinense en los años 50 cuando un director de Hollywood exiliado en Inglaterra por el macartismo celebra la inminente adaptación de un éxito de las tablas a la pantalla. Ese éxito no es otro que La ratonera de Agatha Christie, espectáculo que cumple cien funciones en el West End y es el triunfo de la sigilosa productora Petula Spencer (Ruth Wilson). Pedante y poco diplomático, el director Leo Köpernik (Adrien Brody) no es el más discreto invitado a la celebración, aunque sí la perfecta víctima de un crimen de salón. Es su misma voz desde la ultratumba la que nos conduce por la historia –cita a Sunset Boulevard de Billy Wilder- y con ella nos presenta al par de investigadores que evocarán a los Poirot de esta tradición. El dúo que forman Sam Rockwell y Saoirse Ronan conduce la investigación con los obligados traspiés, y en ese juego entre el desgastado profesionalismo del veterano inspector y el entusiasmo desmedido de la aspirante a sargento se gesta el perfecto humor del género, al mismo tiempo que se edifica la mirada interna que propone la película, cargada tanto de amor por ese universo como de la ironía necesaria para su deconstrucción. Mira cómo corren esquiva los palimpsestos solemnes dirigidos por Kenneth Branagh en sus últimas adaptaciones de la literatura de Christie, y al mismo tiempo se distancia del anhelo de reinvención que conduce a Rian Johnson en la inesperada saga de Entre navajas y secretos. La mirada de Tom George concentra la autoconciencia en obligados guiños –el apellido del detective viene de Tom Stoppard, director de su propia parodia del whodunit, The Real Inspector Hound; Attenborough de Richard Attenborough, quien fue parte del elenco original de la versión teatral de La ratonera-, pero al mismo tiempo en la lectura de aquellos años 50 del cine inglés, tiempos en los que la British New Wave y sus dramas costumbristas revelaban la contracara social del enigma sobre las tablas (acá también aparece la referencia al famoso estrangulador de Rillington Place y a la diferencia entre las narrativas británica y norteamericana). Desde el humor, George no deja nada librado al azar, y en esa pesquisa por descubrir al asesino también ensaya los límites de su propio artificio, el revés de cada uno de sus personajes, la lógica del género como trampa y goce. Si bien todos los actores se ajustan a sus ‘sospechosos de siempre’, es notable el trabajo conjunto de Rockwell y Ronan, una pareja de investigadores que concita calidez y humor, una clara vocación de asomarse a sus personajes sin sentirse por encima de ellos. Ambos juegan el juego con convicción y disfrute, y piensan la parodia desde la misma tradición de la novela del siglo XX, en ese escurridizo límite entre la tragedia y la farsa.
Homenaje y sátira en partes iguales Un whodunit que viene con un gran elenco liderado por Saoirse Ronan y Sam Rockwell. Las historias de asesinato y misterio han sido caballitos de batalla del cine desde su concepción, así como lo fueron de la literatura y el teatro. Los whodunit son un género en sí mismo, pero debido a la repetición, muchos ejemplos de los últimos años no son lo suficientemente memorables como para destacarse entre el montón. Pero por suerte “See How They Run” es consciente del terreno en el que se mueve y le rinde homenaje al género, al mismo tiempo que se burla de él y entrega como resultado una entretenida historia con entrañables personajes protagonistas. Londres, década del ‘50; la obra “The Mousetrap” de Agatha Christie es un éxito en West End y ya ha tenido un centenar de funciones. Tal es el fenómeno que Hollywood se involucró y la producción de una cinta basada en el texto ya es un hecho, pero no todo va a salir como es esperado. En un clásico y predecible giro, el director de la película, un estadounidense pedante y odiado por todos, es asesinado en una fiesta y todos los presentes son sospechosos, especialmente porque todos podrían tener un motivo para matarlo. Como es de esperarse, un detective cansado y con un pasado traumático es asignado al caso y lo acompaña una oficial de policía a la que no le falta entusiasmo ni pasión por la ley. Saoirse Ronan y Sam Rockwell le dan vida a la oficial Stalker y al Inspector Stoppard, respectivamente, y esta pareja despareja se adueñará de todos los clichés esperables sin perder la frescura y originalidad. Puede que mucho de esto tenga que ver con el gran carisma de estos intachables actores, pero no sería justo obviar que el guion es lo suficientemente inteligente como para saber qué predice el espectador a medida que la trama avanza y así todo lograr entretener a cada minuto. “Es un whodunit. Viste uno, viste todos”, dice la voz en off de Adrien Brody, el asesinado, que acompaña gran parte de la cinta. La magia de “See How They Run”, dirigida por Tom George y escrita por Mark Chappell, radica justamente en esto, no espera revolucionar el género ni mucho menos, sino que se alimenta de la narrativa que históricamente se utilizó para contar este tipo de historias y crea una trama en que se ríe de ellas, al mismo tiempo que funciona como una carta de amor al género. A lo largo de la investigación se verá el contraste entre el inspector desganado, divorciado y héroe de guerra, que siempre toma todo con tranquilidad y no salta a conclusiones aceleradas; y la oficial entusiasta, que quiere arrestar a todos los que interroga y ve un culpable en cada sospechoso. Y es acá en donde esta historia se destaca, en la construcción de personajes carismáticos y queribles, en opuestos complementarios que, sin importar que ya hayamos visto demasiadas veces en la pantalla, aún conservan frescura y originalidad. Además, siempre suma tener a dos actores brillantes como lo son Rockwell y Ronan, que tienen una química impecable entre ellos y un timing de comedia que ayuda a mantener todo a flote. Es cierto, si viste uno, viste todos, y esta no es la película que cambie eso, pero sí es la que se ríe de ello y nos hace parte a nosotros, los espectadores, de un chiste que se sostiene durante una hora y media.
En la película dirigida por Tom George priman el género policial, la comedia y algunos tintes del film noir. Sin embargo, es el espectador quien decidirá si el misterio le gana a lo cómico o es al revés. Sencilla en la estructura que se plantea, la historia de Mira como corren (See How They Run, 2022) transcurre en Londres, en los años cincuenta. En un teatro se representa la taquillera obra “La Ratonera”, de Agatha Christie, la dama del policial. Un director de cine tiene las intenciones de llevar esa obra a la pantalla grande. Y entre vestuarios, sombras y falsas puertas, lo matan. El hecho implica la llegada de los personajes principales a la escena del crimen, lógico: dos policías de Scotland Yard a cargo de encontrar la verdad; resolver el misterio entre bambalinas, desprolijidades y algo de intriga. Muy distintos uno del otro, el inspector Stoppard (Sam Rockwell) tiene experiencia. Ella, Constable Stalker (Saoirse Ronan) comienza en el mundillo de la función policial. Ambos serán el hilo conductor de la trama, o, en todo caso, ambos son a la vez la totalidad de la película. Casi, por decirlo de alguna manera, todo pasa por ellos. Y si hay un duelo de actuaciones, ella es la que se lleva los aplausos. El humor puede ser sutil para algunos, irónico para otros, o muy inglés para unos pocos. Sobre humor, es como con los gustos, no hay nada escrito. El espectador podrá reírse de situaciones diferentes: las características de los personajes, el contexto de una institución o las internas del medio del espectáculo. Pero parte del humor dependerá del conocimiento cinematográfico y teatral que el espectador disponga en su acervo cultural. En cierto sentido, hay guiños que funcionan como chistes internos en la película. Además de una impecable puesta en escena, el film tiene un elenco secundario de importantes actores y actrices. Los que corren, como reza el título, son Ruth Wilson, Reece Shearsmith, Harris Dickinson, Charlie Cooper, Shirley Henderson, Lucian Msamati, Pippa Bennett-Warner, Pearl Chanda, Paul Chahidi, Sian Clifford, Jacob Fortune-Lloyd, Tim Key, Ania Marson y David Oyelowo. Mira como corren es a la vez muchos homenajes: al cine, al teatro, y a Agatha Christie, desde luego. Es el ir y venir de una trama. Es pensar en los entretejidos de los personajes. Es un momento para entretenerse. Es pensar si uno queda conforme con el final o hubiera preferido otro. Es como una lectura visual de otro libro de la dama del policial.
¿Cómo no disfrutar de un whodunit? Para los que no saben qué es eso, se trata de una denominación nació de juntar varias palabras, pero que básicamente sería: ¿Quién fue que lo hizo? El hecho que se investiga es un asesinato, en el que hay varios sospechosos. La reina del género es aún Agatha Christie cuyos libros han vendido millones de ejemplares y sus películas y series siguen convocando público. El mejor personaje fue Hercules Poirot, a cargo de Peter Ustinov y sí, esto no tiene nada que ver y que encima la película de la que vamos a hablar tampoco se relaciona con Poirot, pero tenía que decirlo. Volvamos a Mira como corren que es lo que nos convoca. Christie escribió allá por el SXX (1952) una obra de teatro que con el tiempo fue un gran éxito, incluso se llegó a representar en la Argentina, la obra convocó público durante décadas pero la película se desarrolla el día en que el elenco original festeja las primeras cien representaciones. Función festiva y de negociaciones, porque está presente Leo Kopernick (Adrian Brody) un director de Hollywood convocado para llevar a la pantalla grande el éxito teatral, también está el guionista (con su novio italiano) y la presencia de ambos tiene a todo el mundo nervioso entre otras cosas porque lo que los actores no están seguros de ser los elegidos por el cine para la adaptación. Todo esto no los cuenta el mismísimo Kopernick, que habla a cámara y nos avisa casi todo lo que va a pasar: que estamos viendo un clásico whodonoit, que lo que suele pasar en estas historias es que el personaje más odioso es asesinado, que todos los presentes son sospechosos y que sobre el final el detective los va a juntar a todos en un lugar y va a revelar quién o quiénes son los asesinos. Unos minutos después es asesinado el mismísimo Leo, algo previsible porque el personaje era detestable. Luego de ese asesinato llega la policía, el inspector Stoppard (Sam Rockwell) con su ayudante la alguacil Stalker (Saoirse Ronan) y empieza la investigación. El inspector es un tipo de oficio que tiene una herida de guerra, es duro y un poco cínico, la alguacil está por dar su examen para sargento, es empeñosa, cinéfila y se toma su trabajo muy en serio. Los sospechosos son por supuesto todos los que están vinculados a la obra, desde la autora y el productor hasta el último del elenco. Todos cuentan su versión de lo que sucedió esa noche, aparecen historias sórdidas y ocurren más muertes, típico del género. Míralos correr cumple con las reglas del whodonoit, suma un elenco sólido, como Ronan que interpreta una alguacil con poca experiencia con mucha gracia y Rockwell que nunca falla, así que si les gustan las comedias de este tipo no duden porque está clase de producciones películas ya no se ven tanto. MIRA CÓMO CORREN Mira cómo corren (See How They Run, Estados Unidos/2022). Dirección: Tom George. Elenco: Saoirse Ronan, Sam Rockwell, Adrien Brody, Ruth Wilson, David Oyelowo, Harris Dickinson, Sian Clifford, Reece Shearsmith, Pippa Bennett-Warner y Angus Wright. Guion: Mark Chappell. Música: Daniel Pemberton. Fotografía: Jamie Ramsay. Distribuidora: Star Distribution (Disney). Duración: 98 minutos. Apta para mayores de 13 años.
Ambientada en la ciudad de Londres de los años ’50, un aspecto noir, de indudable referencia detectivesca, surca el aire de una película rodada bajo el sello estético de Wes Anderson. Debutando en materia de largometrajes, el novel realizador Tom George echa mano del mentado subgénero literario ‘whodunit’, del cual una magna referencia como Agatha Christie hiciera pionera fama. Aquí, es una obra teatral de la reina del misterio británico, la que funciona como disparador principal. Concretamente, “La Ratonera”, estrenada en 1952. El metatexto sabe bien como hacer su parte, y todo acabará complicándose en medio de los preparativos del estreno de la pieza: un muerto aparece en el escenario; y la víctima no es una cualquiera. La historia indaga en dirección de incrementar las dudas alrededor del crimen cometido, amparándose en la ductilidad de un estelar elenco, compuesto por estrellas del calibre de Saorise Ronan, Ruth Wilson, Adrien Brody y Sam Rockwell. Los elementos narrativos afines a esta clase de propuestas sabrán bien cómo dosificarse, a lo largo de una hora y media de metraje. Diálogos, como útiles instrumentos del suspenso, nos proveerán de pistas y detalles claves, en medio de un relato que abusa del uso de flashbacks, y en donde el cliché y las sorpresas se intercalan prevalencia. Promediando el film, la comedia comienza a ganar inevitable terreno, y la investigación se tornará paródica. “Mira Como Corren” no se toma demasiado en serio a sí misma, y no deberíamos nosotros hacerlo. Rota la cuarta pared, cabe preguntarnos si justifica lo suficiente nuestro tiempo de ocio invertido.
UNA COMEDIA POLICIAL TAN CORRECTA COMO INOFENSIVA Hay películas buenas o malas, excelentes u horribles, que ofenden o apasionan de diversas formas a unos u otros. Y hay películas inofensivas, que nos dejan indiferentes, sin que podamos calificarlas positiva o negativamente con certeza, porque no nos generan emoción en particular. En esa fina línea transita Mira cómo corren, por más que se esfuerce en ser un experimento relativamente renovador. Es cierto que el film de Tom George busca ser ligero y chispeante, casi un entretenimiento refinado para pasar un buen rato, destinado a un público adulto que suele llevarse bien con una vertiente del cine británico que combina el policial con la comedia. De ahí que la utilización de la figura de Agatha Christie como enlace conflictivo entre el mundo teatral y el cinematográfico no sea una mera excusa argumental. Hay toda una operación autoconsciente en su relato, centrado en el asesinato de un director de cine estadounidense durante una fiesta posterior a la representación de La ratonera, una de las obras teatrales más famosas de la autora británica. El sujeto asesinado había sido contratado para dirigir la adaptación cinematográfica y los encargados de la investigación, un veterano inspector demasiado afecto a la bebida (Sam Rockwell) y una novata agente de policía (Saoirse Ronan) deberán lidiar con una multitud de sospechosos y encontrar al culpable, que, por supuesto, será el menos pensado. El inconveniente principal de Mira cómo corren es que en la mayoría de su metraje suele confundir ligereza con superficialidad y chispa con canchereada. Si bien la película amaga con reconvertir la estructura de su género y desde ahí subvertir expectativas, a pesar de acumular unas cuantas subtramas y tonalidades, a la larga se termina conformando con repetir los mismos lugares comunes sobre los que ironiza. Por eso su puesta en escena algo juguetona es esencialmente un gesto banal, casi vacío de sentido, porque encima no queda del todo claro el compromiso de la estructura narrativa con lo que tiene para contar. Ante estas limitaciones, Mira cómo corren parece finalmente conformarse con ser un cuentito policial correcto y apenas simpático, con un dúo protagónico que se sostiene principalmente sobre el carisma de sus intérpretes. Y si el mundo que despliega quiere entrelazar la ficción con la realidad e indagar en las conflictividades entre las artes, lo hace con una sumatoria de esquematismos sobre los cuales apenas si innova. De ahí su imaginación limitada -a pesar de un trabajo impecables en distintos rubros técnicos, como el vestuario y la dirección de arte- y su carácter efímero. Mira cómo corren no ofende a nadie, pero tampoco va a ser recordada por nadie.