“Playmobil: La película” es una película francesa dirigida por Lino DiSalvo y escrita por Blaise Hemingway, Greg Erb y Jason Oremland. La película llega este 10 de octubre a los cines argentinos. Cuando se anunció que habría una película sobre LEGO, la mayoría de los cinéfilos y espectadores pensaron que esto solo era otra mala idea. Curiosamente, “La Gran Aventura LEGO” terminó siendo un gran éxito crítico, taquillero y un buen producto para las audiencias. Con la cinta de PlayMobil sucedió lo mismo, salvo que ahora no hay necesidad de argumentar tanto porque el film fracasa. La cuestión de la mala nota sobre “Playmobil: La Película” no es necesariamente por el famoso juguete Playmobil en sí, sino porque su largometraje no innova, no muestra nada que no hayamos visto ya en las películas de LEGO. Esta película solo trató de copiar el modelo de éxito de la primera de LEGO y, sinceramente, no funciona. Las actuaciones son muy planas, no transmiten lo que deberían cuando pasan por distintas sensaciones como felicidad, angustia, curiosidad, etc. Los chistes, situaciones y referencias de la película, aunque no lo crean, están más enfocados en el público adulto, son muy clichés y muy pocos terminan ser divertidos. Para los nenes chiquitos sí puede funcionar, pero lamentablemente no hay nada nuevo que ofrecer. La trama de la película es una constante montaña rusa en cuanto a la narración de todo lo que está pasando durante 90 minutos. Un primer acto demasiado exagerado y hecho a las apuradas para introducirnos de lleno en el segundo acto, que logra ser el más decente de todos, tomándose los tiempos necesarios para explicar todo el contexto; para luego terminar con una resolución demasiada rápida y dejando los mensajes de “amor, amistad y unión en la familia” que no conectan con el espectador. Párrafo aparte para hablar sobre los números musicales que presenta el film. No funcionan y no son pegadizos, tal como sucede en las películas de LEGO, salvo una sola canción: “Todo es Increíble”. En resumen, “Playmobil: La Película” funciona a medias como un producto de entretenimiento para los más pequeños y directamente no arranca para el disfrute de los adultos.
Cuarenta y cinco años cumplen “los Playmobil”, como le decíamos a la popular marca alemana de juguetes. El festejo es con una película a gran escala que llega a los cines del mundo. Con excusas más absurdas que esa se han hecho grandes películas. Cualquier punto de partida sirve, el tema es que alguien quiera ver esas historias en cine. Y Playmobil tiene muchos seguidores, suficientes para hacer esa apuesta. Antes de adentrarnos en el análisis resumamos el argumento. Marla, que toda su vida ha soñado viajar y tener aventuras, vive con su pequeño hermano. Cuándo él desaparece en una exhibición de Playmobil, ella descubrirá que se ha metido junto con él dentro de ese universo. Ahí terminan los actores de carne y hueso y empieza la animación con los famosos muñecos. Lo que la película intenta mostrar, con humildad pero también con inteligencia, es que significa el juguete Playmobil en la vida de los niños. Los universos que se mezclan sin problema, el verosímil donde conviven cowboys, con soldados romanos, con hadas y vikingos, sin que falten piratas, autos contemporáneos y hasta un agente secreto. Todo tiene lógica en esta historia donde se logra captar el mundo Playmobil y, en definitiva, el mundo de los juguetes. En esa lealtad y ese homenaje está toda la emoción de una película que triunfa porque reivindica la fantasía y la aventura en lugar de condenarla o subestimarla.
Divierte y entretiene. A esta altura ya no es novedoso este tipo de películas con juguetes animados, pero la transformación de personas en carne y hueso a Playmobil está muy bien logradas, es una película que a los mas peques les va a gustar.
Mezcla de historia de humanos, dos hermanos que quedan huérfanos, Marla una adolescente y Charli de diez años, deben aprender a vivir solos. Ya han pasado años de su pérdida, mientras ella olvidó su espíritu de descubrimiento, su hermano aún mantiene sus sueños. Mágicamente son transportados al mundo de playmobil, miden 7,5 centímetros y deben convivir con vaqueros, monstruos gigantescos, robots, hadas, piratas y dinosaurios entre otras sorpresas. En ese sitio de juego y aventura están convertidos en muñecos. En ese mundo Charli se convierte en vikingo, pero prisionero y su hermana deberá armar un equipo para salvarlo, con ella estarán un conductor de camión de comida y un agente secreto. Sin tener la mordacidad de las películas de Lego, aquí la película está dirigida especialmente para chicos de 4 a 12 años, tal como reza la recomendación de los famosos juguetes alemanes. Para ellos, lo colorido y atractivo funciona, con mucha acción, momentos de humor y un entretenimiento seguro. Los padres no la pasan mal.
Perderse para encontrarse Pasó con LEGO, y seguirá pasando con cualquier objeto/producto/juguete que Hollywood considere plausible de una adaptación cinematográfica, porque más allá de los resultados posteriores en la taquilla, habilitar una franquicia a partir de recuerdos de entretenimientos infantiles de antaño es potencial motor de dinero y películas, y más dinero y más películas. Pero el caso de Playmobil: la película (Playmobil: the movie, 2019) escapa a aquello que uno esperaría de un film protagonizado por esos pequeños muñecos que animaron a generaciones a aspirar a oficios y jugar a vivir aventuras trepidantes, porque en el inicio la inesperada orfandad de los protagonistas, Marla y Charlie, y el ingreso al mágico universo de Playmobil, por obra y gracia de vaya a saber qué extraño poder, ya depositan en los personajes una carga actante bastante particular. A Marla se le otorga el poder de la organización y responsabilidad, pero también el de la culpa y el excesivo control, mientras que a Charly se le brinda un carácter rebelde, resultado de su total enojo y desprecio por su actual vida. Dos hermanos sueltos en el universo real e imaginario, que hacen lo que pueden para sobrevivir. Sobre la base de esos fundamentos, el relato, que sí, cae en estereotipos, y sí, tiene algunos números musicales insufribles, permite que aquello que en otras oportunidades, como en el caso de La Gran Aventura Lego (The Lego Movie, 2014), funcionaba como una catarata de bromas, incorreción política y humor, aquí se tamiza colocando, además, una pátina de sensible aura de inocencia. Y esto no quiere decir que la película magnifique la inocencia, al contrario, sus protagonistas tienen sus contradicciones y pros y contras, envalentonados por el espíritu lúdico de los personajes subyacentes, los que, en muchos casos, activan partes dormidas en los hermanos y que requieren un control distinto para, por ejemplo, en el caso de Charlie, dominar su fuerza. La incorporación de un agente encubierto al estilo 007, que ayudará a los hermanos en los momentos claves, el villano de turno que de tan malo da risa, un acompañante un tanto particular, y algunos guiños a situaciones que quitan el naturalismo con el que se quiere enfundar al relato, son sólo algunos de los puntos a destacar a la hora de evaluar la propuesta animada. Lino DiSalvo debuta en la dirección con la difícil tarea de dar vida a los emblemáticos juguetes alemanes, dotando de actualidad al relato a partir de la incorporación de guiños sobre la cultura popular y un dinamismo que aggiorna la narración y el tempo de la historia. Al arranque live action, con un prólogo que suma esas funciones de cada uno de los personajes, le sigue una divertida aventura en la que Marla y Charlie deberán reencontrarse a pesar de las últimas diferencias que tuvieron, pero que al no ser irreconciliables, les permitirán un happy ending como se merecen.
La película de Playmobil es una producción fallida que intentó robar de un modo descarado y con pocas ideas el concepto de los que fue la primera producción de Lego. Originalmente este estreno fue concebido de un modo independiente por Bob Persichetti, el director de Spiderman: Un nuevo universo. Sin embargo, el estudio Sony rechazó la propuesta y en su lugar le ofrecieron realizar el excelente film del hombre araña. Finalmente el proyecto quedó en manos de la compañía francesa Method, algo que no es de sorprender, ya que esta línea de juguetes siempre tuvo más popularidad en Europa que en los Estados Unidos. La dirección quedó a cargo de Lino DiSalvo, un ex empleado de Disney. a quien le toma apenas seis minutos incorporar en su relato los clichés más nefastos de la compañía del ratón Mickey. La película abre con una secuencia live action, protagonizada por la actriz Anya Taylor Joy (Split), quien le pone mucha onda a un alegre número musical. Sin embargo, la felicidad le dura poco a su personaje porque enseguida se entera que sus padres murieron en un accidente automovilístico. El primer lugar común de Disney con los niños huérfanos que ya anticipa de entrada lo que viene después. Una película sin ideas creativas e hiperquinética que no hace el menor esfuerzo por darle una identidad original al mundo de los Playmobil. El trabajo con la animación es más que decente y al menos desde los aspectos visuales por lo menos consigue ser un poco atractiva para los más chicos. Inclusive aparecen los juguetes de las colecciones clásicas, como las de los cowboys y piratas. Lamentablemente faltó una visión creativa que pudiera hacer algo más interesante con los personajes y la trama que cuenta. El hecho que el film esté dirigido al público infantil no significa que tenga que ser vacío de contenido. Dentro de las propuestas para niños disponible en los cines, Abominable (de Dreamworks) al menos ofrece un cuento de fantasía con más corazón.
A raíz de un accidente familiar, Marla, interpretada por Ana Taylor-Joy, se ve obligada crecer de golpe y dejar atrás las tardes de juegos con su hermano, para hacerse cargo de las responsabilidades de un adulto. Pero, debido a una travesura de Charlie (Gabriel Bateman), ambos se embarcan en una loca aventura que los hará recordar los viejos tiempos de risa y diversión. Cruzándose en su camino con la ayuda de distintos personajes como un amable conductor, un superagente secreto, un robot y hasta un hada madrina, la protagonista intentará llegar a tiempo para salvar la vida de su hermanito que se ve amenazada por uno de los monstruos más temibles. Con las voces de famosas figuras del espectáculo como Daniel Radcliffe, Jim Gaffigan, Meghan Trainor y Adam Lambert, “Playmobil: La película” hace reír a un público tanto de chicos como de grandes gracias a los divertidos diálogos de los personajes. A destacar las actuaciones de Taylor-Joy y Bateman, que logran enternecer a todos con su estrecho vínculo de hermandad. Dirigida por Lino DiSalvo, el film aventurero que centra su historia en el mundo de los muñequitos más famosos, logra cautivar la atención de los más chicos durante casi dos horas y se lleva los aplausos de toda la sala cuando las luces vuelven a encenderse. ---> https://www.youtube.com/watch?v=xgyP9GG9Ecw TITULO ORIGINAL: Playmobil: The Movie DIRECCIÓN: Lino DiSalvo. VOCES ORIGINALES: Wendi McLendon-Covey, Daniel Radcliffe, Anya Taylor-Joy. GUION: Lino DiSalvo. FOTOGRAFIA: Charlie Ramos. MÚSICA: Heitor Pereira. GENERO: Aventuras , Animación . ORIGEN: Estados Unidos, Alemania. DURACION: 99 Minutos CALIFICACION: Apta todo público DISTRIBUIDORA: Energía entusiasta FORMATOS: 3D, 2D. ESTRENO: 10 de Octubre de 2019 ESTRENO EN USA: 19 de Abril de 2019
Este film dirigido al público infantil probablemente funcione también como una suerte de máquina del tiempo para los adultos. Es que al contar la historia de los hermanos Marla (Anya Taylor-Joy) y Charlie (Gabriel Bateman) y sus aventuras en la tierra de Playmobil, la película funciona como un catálogo de algunos de los juguetes de la infancia de muchos. Por allí aparecen el barco pirata, el Coliseo romano y las naves vikingas de las vidrieras de las jugueterías que sirven como elementos esenciales en ese mundo mágico al que llegan Marla y Charlie, transformados en los muñequitos de plástico tan poco articulados. Aunque toma bastante de las películas de Lego y los recursos narrativos de Disney-incluida la orfandad de los protagonistas-, Playmobil: la película divierte casi tanto como el juego que le dio origen.
Si Barbie y los Lego tenían sus películas, ¿por qué los Playmobil no iban a tener la suya? Playmobil: la película comienza en el mundo de los humanos. Marla (Anya Taylor-Joy, de Fragmentado, quien vivió en su infancia en la Argentina) sueña con viajar y recorrer el mundo. Tiene el pasaporte listo, y con su hermano menor Charlie (Gabriel Bateman) fantasean de lo lindo. Hasta que la vida les da un porrazo en la cara: sus padres fallecen en un accidente, y Marla pasa de ser la hermana compinche a la hermana protectora. Un día Charlie se escapa, entra adonde están preparando una convención de Playmobil, Marla lo encuentra y, como por arte de magia, son transportados a un universo en el que ellos mismos pasan a ser muñequitos. Lo que sucede en Playmobilandia queda en Playmobilandia. La película nunca deja de ser amena, y si bien tiene como principal destinatarios a los más pequeños, todos aquellos que hayan jugado con los muñequitos podrán encontrar en esta aventura que va cambiando de escenarios agrestes a urbanos, y en la que Marla debe encontrar a Charlie, motivo de nostalgia y/o regocijo. Hay distintas peripecias que hacen entretenido lo que podría pasar por banal en la mera enumeración de hechos y circunstancias por las que atraviesan los protagonistas. En ese fin de semana largo que se aproxima, Playmobil: la película es una buena excusa para pasar algo más de hora y media compartiendo con los chicos una comedia de aventuras, con pocos gags o guiños para adultos, pero bien vale el momento sano compartido.
Un largo anuncio publicitario Mara es una adolescente que abandonó sus sueños de viajar por el mundo para criar y mantener a su hermano menor luego de que sus padres mueran en un accidente. Sin embargo, recuperará ese espíritu explorador cuando descubra con su hermano una mágica exposición de juguetes que los llevará a vivir aventuras rodeados de vikingos, vaqueros, piratas y robots. Lino DiSalvo, animador made in Disney, responsable de Frozen y supervisor en Enredados (Tangled) y Bolt, presenta Playmobil: la película, su primer film como director. La propuesta es simple: Mara, una adolescente que cuando era chica tenía un pasaporte como objeto más preciado y soñaba con viajar y conocer el mundo, de un día para el otro tiene que hacerse cargo de su hermanito, Charlie. Unos años después, harto de nueva vida, triste, con obligaciones y sin tiempo para jugar con sus playmobils, el menor se escapa de su hermana y de su casa para ir a una fiesta, encuentra una exposición de juguetes y se mete. Mara descubre que su hermano se escapó y decide ir a buscarlo. Así, se encuentran en la expo y en medio de una sala llena de los famosos muñequitos que le dan nombre a la peli, pelean hasta que por arte de magia (sí, por magia y de manera inexplicable) ambos son transportados a una dimensión en donde todos son Playmobils, incluso ellos mismo. Charlie, transformado en vikingo, es secuestrado por unos piratas y llevado a un circo romano para entretenimiento de un emperador malvado; y Mara, transformada en un simple Playmobil de mujer, emprende el rescate por una gran variedad de escenarios, sets y personajes. El problema con la película es que casi nada tiene sentido. Por empezar, lo que ya mencionamos: no hay razón, ni explicación de porqué los jóvenes se transportan al mundo de los Playmobils. Superado ese detalle, el sinsentido sigue a lo largo de las casi dos horas que dura la película. Los personajes, Mara y un Playmobil medio hippie que se encuentra por ahí, recorren diferentes sets medio al azar y teniendo pequeñas aventuras en cada uno de ellos con escenas completamente descartables y que no hacen avanzar la trama ni son graciosas. En el medio de todo aparecen un Playmobil espía muy James Bond, el clásico robotito del set del espacio (hay un cameo de la famosa nave espacial Playmobil), un hada y un unicornio y en una escena se suben al juguete más preciado de la colección: el barco pirata. Y así, luego de un par de idas y vueltas, dos o tres momentos musicales, caídas y persecuciones, llegan al set romano para enfrentarse con el emperador y liberar a su hermano. En resumen, es una película sin humor ni ironía, por no decir un guion. Y sin ánimo de subestimar a los más chicos, no es una película que los adultos vayan a disfrutar. Ni siquiera por el lado de la nostalgia (casi todos hemos tenido y jugado con estos juguetes). Es un producto orientado completamente a los niños y niñas de entre 5 y 8 años, quienes se van a copar con el espía, los piratas, el hada y el unicornio. Los de menos se van a aburrir por la longitud y los más grandes por la falta de trama, chistes e inteligencia de una película cuyo único objetivo es intentar poner de nuevo en el mercado los juguetes que enamoraron a toda una generación.
En búsqueda de su hermano pequeño “Playmobil: La Película” (Playmobil: The Movie, 2019) es un filme animado de comedia y aventuras que constituye el debut en la dirección de Lino DiSalvo. Coproducido entre Francia, Alemania y Estados Unidos, el guión estuvo a cargo de Blaise Hemingway, Greg Erb y Jason Oremland. La cinta cuenta con las actuaciones de Anya Taylor-Joy (La bruja, Fragmentado) y Gabriel Bateman (Cuando las luces se apagan). Además, las voces de los juguetes de plástico son puestas por Jim Gaffigan, Daniel Radcliffe, Adam Lambert, Meghan Trainor, Maddie Taylor, Dan Navarro, entre otros. La historia gira en torno a Marla (Anya Taylor-Joy), una adolescente de 18 años que sueña con viajar y conocer nuevos países. Sin embargo, esa misma noche la joven recibe una triste noticia: sus padres murieron en un accidente automovilístico. Cuatro años después, Marla ya no es la chica que solía ser. A cargo del hogar y responsable de su hermanito Charlie (Gabriel Bateman), lejos quedaron sus fantasías de explorar el mundo. Cuando Charlie se escapa de su habitación para conocer la exhibición playmobil de un museo, Marla deberá apurarse para hallarlo. Sin embargo, una vez que lo encuentra y se genera una discusión, los dos serán absorbidos por una luz de un faro hacia el universo de los muñequitos. Ahora transformado en un vikingo rubio con barba y tatuajes, Charlie será capturado por unos piratas que trabajan para Maximus (Adam Lambert), regente supremo de Constantinopolis. Uniéndose a Del (Jim Gaffigan), un vendedor de fardos de heno mágico que vive en un food truck, Marla deberá ponerse otra vez manos a la obra para dar con el paradero de Charlie cuanto antes. Con momentos musicales esporádicos y un 3D casi inexistente, esta nueva propuesta infantil inevitablemente nos hará recordar a las películas de Lego. A excepción de éstas, Playmobil no cuenta con un guión que contenga chistes ingeniosos o una trama original, por lo que para los más grandes la cinta puede tornarse híper previsible y demasiado cargada de personajes secundarios. Un hada madrina, una especie de pulpo malvada llamada Glicerina, un agente secreto apuesto, cowboys, dragones, dinosaurios, piratas… la lista puede seguir y seguir, quedando claro que esta producción tiene la intención clara de mostrar los diferentes modelos de juguetes que hay dentro de esta marca para que después los chicos quieran tenerlos a todos. No obstante, la película entretiene lo suficiente gracias a la simpatía de la protagonista y de su compañero de aventuras, el cual descubre que su verdadera pasión es cocinar. A pesar de que las voces en español dejan bastante que desear por ser extremadamente chillonas, “Playmobil: La Película” logra dejar buenos mensajes sobre el creer en uno mismo y reconectar con los seres que amamos. Si tienen niños en la familia, el filme resulta una buena opción para pasar el rato y embarcarse dentro del vasto mundo de estos juguetes.
¿Quién no ha jugado con algún Playmobil de niño? Bueno, ahora y en estos años, quizás no. Pero si tenés de veinte para arriba, probablemente recuerdes con cariño a estos juguetes (que eran un hit en la segunda mitad de los 70'). Han sido, sin dudas, parte de nuestra infancia, como otros elementos que perduran en nuestra memoria hoy. La propuesta de STX Nabs Animatic Pic creemos que se centró en atraer a priori a los fans de la franquicia "Lego", y ofrecerles el mismo ritmo de acción y humor, pero con otros personajes. Tal vez creyendo que esto les abriría la puerta a más facturación y más películas. ¿Es "Playmóbil, la película" un producto capaz de abrir esa veta del mercado? Probablemente no. Si bien hay que reconocerle que el aspecto visual de la cinta es prometedor y luce muy bien (por algo el film costó arriba de 70 millones de dólares), lo cierto es que el guión es plano y repetitivo. Y lo que es peor, parece calcado de clichés de todas las cintas similares de juguetes en los últimos 5 años, lo cual no le aporta para nada al público adulto que acompaña necesariamente, en sala. Con "Lego", (si bien no en todas las entregas) los papás nos reíamos mucho, pero debo anticiparles que esto no fuirá con la misma energía. "Playmobil, la película" está pensada para un universo de chicos de 4 a 8 años y fuera de ese rango... se ve difícil disfrutarla. Veamos porqué. La historia inicia con el racconto breve de dos hermanos (Gabriel Bateman y Anya Taylor-Joy), quienes han quedado huérfanos y solos en la vida. Marla (Joy) es la mayor y la que cuida a su hermano, lo cual le produce las contradicciones típicas de la edad, es muy chica para tener que ser tan responsable pero... ¿quién más podría hacerlo? Cierto día, Charlie (Bateman) se escapa en una exposición de juguetes y termina en un cuarto lleno de maquetas de Playmóbil. Su hermana, Mara, corre a buscarlo y en una confusa circunstancia, ambos son trasportados (?), mágicamente (?), a un nuevo universo donde serán separados (a Charlie lo secuestran un grupo de bulliciosos piratas) y en el cual, las reglas, difieren bastante de las que ellan conocen. No pidan una explicación porque sencillamente, no la hay. Vaya a saber uno porqué. Mara, vuelve en sí en un mundo donde ella ya es una Playmóbil con todas las de la ley (?) y tiene que rescatar a su hermano, quien por su lado, vive una aventura bastante... particular. La trama entonces propicia el pasaje de la protagonista por los distintos "universos" de juguete, cada uno con su peculiaridad. Hay escenarios con las clásicas maquetas (el barco!!) y un humor que es básico y forzado. Sí, hay cuadros musicales (el del inicio es el único que me gustó) y está detrás toda ese impulso de "tu puedes hacerlo", que distingue a los productos familiares en este tiempo. Nada nuevo bajo el sol. Sí desde ya que el entorno es divertido, el detalle puesto en los diferentes espacios y la velocidad de la animación es excelente. Desde el punto de vista técnico, no hay nada que decir. Lino DiSalvo, el director de la cinta (que viene del departamento de animación de Disney responsable de "Frozen") pone toda la energía allí y el resultado visual es atrayente, sin dudas. Donde el film falla, es en ofrecer un argumento sólido, una historia lineal, con cierta unidad y coherencia, que le den al producto una estatura distinta. El resultado es un conjunto de gags inconexos sin una vinculación significativa con el sentido lógico de la trama. En síntesis, sólo es una alternativa para los chicos que aman estos juguetes. Lo cierto es que ellos tienen una vara de calificación, distinta y está bien. Desde el mundo adulto, este es un producto que no despierta mayor interés. En definitiva, los padres y familiares que acompañan este peregrinar a salas, deberán seguir esperando algún título para disfrutar, en el que encuentren contenido a dos vías (grandes y chicos). "Playmobil, la película", entonces, se ubica por debajo de nuestras expectativas. Seguimos creyendo y valorando, buenas historias, por sobre todo.
Ellas también quieren su aventura. El relato apuesta al mejor capital que tiene la marca Playmóbil: el espíritu de aventura. En esa decisión la narración es consistente y transcurre hasta el desenlace con un ritmo adecuado y efectivo. El film adolece de tres defectos, a mi entender: una secuencia de apertura poco potente, que resta demasiado al impulso inicial del film con el acontecimiento melodramático de la muerte de los padres; la justificación narrativa del pasaje desde el mundo humano al mundo del playmóbil es excesivamente artificial y poco convincente. Finalmente, la apuesta a la dimensión de la aventura como prioridad narrativa, lleva a descuidar demasiado el diseño de los caracteres, que lamentablemente se deslucen bastante, sobre todo el de los personajes secundarios y el antagonista. Se advierte desde el relato la intención de repensar el lugar de lo femenino en un contexto de relato de aventuras tradicionalmente asociado al mundo masculino, pero lamentablemente esto no pasa de una buena intención; ni el personaje principal de Marla, ni los secundarios, donde aparecen algunos roles femeninos como las amazonas, llegan a proponer una orientación significativa en el marco de la estructura.
Como con los ladrillos Lego (o su sucedáneo local), quién no ha jugado, con amigos o hijos, con los Playmobil y sus interminables accesorios en miniatura. Un anzuelo casi emocional, entonces, para asomarse a su versión película, sobre todo luego de los buenos resultados de la saga Lego. Lamentablemente, van a encontrarse con otra cosa. Otra más que empieza con un golpe bajo, cuando una adolescente que quiere viajar por el mundo y juega con su hermanito recibe la noticia, de la policía, de que sus padres han muerto. A ese prólogo edificante le sigue un presente amargado, que cambiará gracias a un rayo que los convierte en Playmobils. El hermanito, en un vikingo que termina en el Coliseo romano, excusa para pasearnos por toda la galería de playmobils, desde el lejano oeste a los dinosaurios. Ella conoce a una especie de Han Solo con el que se alía para buscar al hermano. Con un guión plagado de clichés, problemas de actuación, chistes que no hacen reír, argumento previsible, la película decepciona. Menos por el 3D impecable, claro: la textura de los juguetes, el movimiento y el despliegue son impecables.
En tiempos en que la maquinaria de Hollywood produce películas de cuanto superhéroe o juguete haya provocado la fascinación de masas, era esperable que en algún momento llegara el turno de trasladar a los legendarios muñecos de Playmobil al mundo del cine. Con una factura de animación a la altura de las circunstancias, los entrañables y variopintos personajes de 7,5 centímetros que han cautivado ya a tres generaciones, tienen su merecido pasaporte a la pantalla grande con una aventura que es absolutamente fiel a la cándida esencia de sus ojos redondos, su articulación mínima, sus manos en forma de U invertida y su sonrisa permanente. El punto de partida del relato tiene a dos púberes con sed de recorrer el mundo. La adolescente Marla, interpretada por la carismática y ascendente Anya Taylor-John (Fragmentado), incentiva a su hermano menor a lanzarse a la odisea de conocer destinos remotos, pero en un par de minutos esa ilusión se cae a pedazos cuando la policía les anuncia que sus padres fueron víctimas de un accidente fatal. Cuatro años después, y por una pirueta del guión entre arbitraria y juguetona, esta dupla queda inmersa dentro de la dimensión Playmobil, convertidos también en muñecos que se verán envueltos en una huracanada peripecia que incluye personajes y lugares muy diversos. Jugando con astucia con el componente nostálgico, la película incluye piezas icónicas de estos juguetes de origen alemán, como el barco pirata y el set del lejano oeste, combinando vikingos con los que seguramente jugaron niños hoy devenidos en cuarentones, con modelos más acordes a la nueva generación que van desde hadas voladoras hasta un agente símil James Bond. Con un final que incluye un guiño que apunta a que esta franquicia cinematográfica sea generadora de más capítulos, Playmobil: la película ofrece un mix de referencias de diferentes factorías de animación. Su ritmo vertiginoso está sin dudas dentro de los cánones de las propuestas de Illumination, aunque sin el humor entre absurdo e irreverente de la compañía impulsora de Minions y La vida secreta de tus mascotas. Si bien este flamante estreno apunta de lleno al público infantil, para la platea adulta oficia como un divertimento que conecta con la magia de esos juguetes tan disfrutados durante la infancia. Dada la crítica coyuntura de recesión por la que estamos atravesando en nuestro país, difícilmente el film motorice una mayor llegada y venta de estos muñecos importados. A diferencia del costo racional que tiene este juguete tanto en Alemania como en varios países del mundo, en Argentina siempre han sido sinónimo de producto elitista. Desde hace algunos meses, en los kioscos de revistas está disponible la colección La aventura de la historia, con la que Playmobil recorre personajes legendarios de las más diversas latitudes del planeta. Quien firma esta nota confiesa que viene sumando estos ejemplares al nutrido pelotón de Playmobils que habitan en cada rincón de su hogar. Más allá de cualquier fanatismo personal, lo fundamental es que esta propuesta para la pantalla grande no traiciona la matriz ingenua, colorida y pop de los muñecos que han atravesado generaciones. Por lo tanto, es muy pertinente que el pulso narrativo tenga la velocidad de las producciones de Illumination, pero un tono emocional decididamente naif. Por otro costado, el hecho de que los protagonistas queden huérfanos en los primeros minutos del relato, conecta directamente con premisas de algunos de los clásicos de Disney. Es posible seguir acumulando múltiples influencias, pero lo que aquí importa es que Playmobil: la película fusiona todas esas fórmulas y las orienta a homenajear a unos muñecos de nobleza infinita. Playmobil: the movie / Francia-Estados Unidos / 2019 / 99 minutos / Apta para todo público / Dirección: Lino DiSalvo