Sammy 2, el gran escape es un festival para la vista que ningún niño puede dejar de ver. Ideal para disfrutar en pantalla grande. Tiene una estética fabulosa y el diseño del acuario está cuidado hasta en el más mínimo detalle. La paleta de colores es impactante y resulta un gran atractivo para los chicos. Si bien la historia está pensada especialmente para los...
Más peligros en el mar Segunda parte de la producción belga que tiene a la tortuga marina Sammy como protagonista en una película de animación con buena factura técnica y en el obligado formato 3D como corresponde a estas épocas. Si bien Sammy 2: El gran escape es inferior a la primera, logra entretener a los más chicos con una historia en la que Sammy y Ray son atrapadas por un barco de pescadores que los lleva a un espectacular acuario en Dubai mientra cuidan a dos pequeñas tortugas y los protegen de los peligros del mar. Con el objetivo didáctico de mostrar la despiadada naturaleza del hombre y de tono ecológico, esta aventura se resiente en algunos tramos a pesar del ritmo vertiginoso que le imprimen sus realizadores. Las secuencias de persecuciones están resueltas con buenos recursos visuales. En tanto, también desfilan por la pantalla Big D, el caballito de mar que maneja el lugar y planea junto a dos anguilas como secuaces, el gran escape del acuario, una vidriera siniestra de gente que contempla a las diferentes especies atrapadas. El film ofrece una pincelada multicolor y personajes como Jimbo, un pez gota de ojos saltones que siempre finge su muerte; Anabel, un pulpo; un tiburón martillo que golpea incesantemente el vidrio para liberarse, y una langosta, además de los protagonistas que harán lo imposible para sortear obstáculos, recuperar a su abuelo y salir vivos de su encierro.
Aventuras en caparazón La producción belga Sammy 2: El gran escape (Sammy`s avonturen 2, 2012) muestra en un entorno acuático en total tecnología 3D, una fábula para que el público infantil conozca algunos de los peligros que amenazan a las tortugas como especie. En esta segunda parte, el director Ben Stassen insiste -tal como en la primera parte- en mostrar un perfil luchador de Sammy, ya abuelo, quien otra vez es separado de su familia y de su gran amor la tortuga Shelly. Pero Sammy nunca se resigna y vuelve a pelear por su supervivencia. También la historia busca evidenciar la intromisión humana que se convierte en el enemigo difuso a lo largo de la trama cuando el protagonista y su amigo Ray, dedicados a proteger a sus nietos Ricky y Ella, son sorprendidos por un pescador para ser vendidos a un gigantesco acuario en Dubai. En la búsqueda de fuga surgirán nuevos personajes como Jimbo, un pez gota de ojos saltones, una pulpa llamada Annabel, Lulú la langosta, Big D, un caballito de mar que gobierna el territorio acuático, y también una familia de pingüinos. Animación con todos los tintes de las películas infantiles tradicionales: animales simpáticos con características humanas, colores, movimiento y por supuesto, aventuras y desventuras. No obstante va más allá, porque también trasmite un mensaje ecológico que cuestiona la mano destructora del hombre, que irrumpe en la vida de los indefensos seres marinos. Quizás una de las escenas más representativas acerca del desinterés por parte de los humanos en proteger a los animales, transcurre en la suspensión de la disputa que liberaría a estas especies del acuario a cambio de unos tragos gratuitos. Excelente combinación de música y narración fílmica que denota la desidia humana. Sammy 2: El gran escape cuenta con efectos 3D muy bien logrados que permiten tanto visualizar en profundidad el mundo acuático simulando la real fauna marina como también provocar una sensación de “estar ahí” que a los más pequeños les hace creer que están nadando en un ambiente mágico. La fuerza de la amistad, el amor y el poder son algunos de los valores que se vislumbran esta trama animada, que tiene una segunda lectura más dura con un mensaje claro: los animales quieren y deben ser libres.
En general, los belgas no son considerados avanzada en animación. Es por eso que cuando salimos de sala luego de ver “Sammy´savonturen 2”, nos miramos con mi hija asombrados. No sólo de Pixar y Disney viven los niños no? Es así, el género comienza a expandirse a otras latitudes y si bien los que mueven el mercado son los mismos, comienzan a aparecer desarrollos interesantes, desde lo técnico, que merecen ser reconocidos. Esto sucede con “Sammy 2”, sin dudas. Si, ya se. Lo primero que les sucederá en cuanto arranque la película es sentir que están viendo un clon de “Buscando a Nemo”. Quedarse tranquilos, cuando la historia avance, descubrirán que comparten un universo similar, pero el viejo Sammy (una tortuga acuática) tiene otras aventuras por vivir y si bien hay que reconocer que la historia comparte algunos elementos, lo cierto es que ofrece una fauna más compleja y hace un camino distinto para llegar a destino. Arrancamos con Sammy, en una playa, descansando con su esposa y sus nietos, Ricky y Ella. Pero tanta tranquilidad se ve alterada cuando un grupo de pescadores, los capturan para ser vendidos a un magnate en Dubai. Dentro del pesquero en el que están prisioneros, los pequeños lograrán escapar y tendrán que ver cómo dan con Sammy una vez que descubran a donde fue llevado. Nada menos que a un acuario vip donde los humanos comen lujosamente en ambientes vidriados y acondicionados para deleitarse con la vista de los peces más exóticos que puedan imaginar. Dentro de ese lugar, hay una estructura de poder dirigida por Big D, un caballito de mar que es quien dirige (?) y alecciona a todas las criaturas del estanque: su idea es, escapar, pero lo cierto es que no viene saliendo muy bien... hasta que nuestro protagonista comience a pensar en un plan para materializar la salida… "Sammy 2” tiene una gran factura técnica, una paleta fantástica, mucho vértigo en un 3D logrado y detalle en la fisonomía de cada especie que describe. Es didáctica (ofrece información sobre algunos peces en relación a la trama) y muy cálida para los chicos. Sus personajes son divertidos y queribles. Quizás la historia no tenga mucho vuelo (aunque la veta ecológica está presente) pero la platea menuda no siente esa falta (si, el público adulto). Mención especial para la banda de sonido: excelente! Canciones pegadizas, clásicas que los más grandes agradecerán mucho! Una cinta familiar que suma, probablemente no sorprenda, pero tiene valores para convocar público. Ben Stassen (el director), lo hizo de nuevo. Habrá que empezar a prestarle atención. La animación comienza a volverse global y a ganar calidad…
Tortugas en fuga Sammy y Rey son dos tortugas veteranas y amigas de toda la vida. El día que nacen las nuevas camadas, Sammy y Rey ayudan a las pequeñas tortugas a llegar hasta el mar pero en ese momento son atrapadas por un grupo de cazadores inescrupulosos que las venden a un enorme acuario subacuático. En ese acuario Samy y Rey conocen a Big D, un ser extraño y temible que gobierna con mano de hierro. Junto a todos los pobladores del acuario Sammy y Rey intentarán realizar la gran fuga. El relato, sin ser un dechado de originalidad en la propuesta, está bien organizado y expuesto con razonable efectividad. A diferencia de la primera parte, en esta ocasión los realizadores han distribuido mejor la atención narrativa hacia los personajes secundarios, sin centrarse exclusivamente en algún personaje principal. El único defecto que arrastra a mi juicio esta segunda parte es la indiferenciación con que se presentan Sammy y Rey; los caracteres individuales adolecen de un diseño singular pregnante y distintivo. Esto hace que en la trama, los amigos formen más bien un bloque único de acciones, como si fueran un único personaje colectivo. Como ocurría con la primera película, la versión en 3D refuerza notablemente el impacto visual de un relato más bien modesto, sólido en su estructura, pero sin brillo en el acabado de los detalles.
Aventura, ecología y 3D La animación atrae desde siempre a los chicos, porque les permite soltar su imaginación y creer que los personajes que están en la pantalla son reales y hacen cosas que, tal vez, ellos no puedan realizar. Un mérito de esta secuela de Las aventuras de Sammy , estrenada en 2011, es mantener el mismo tono ecologista. A la par que les brinda entretenimiento a los chicos, les ofrece un mensaje a favor de la conservación del ecosistema, pero nunca con el índice levantado. Han pasado muchos años desde la primera historia, tantos para que la tortuga marina Sammy y su amigo Ray ahora sean abuelos. Unos cazadores furtivos los capturan apenas sus nietos han roto los cascarones, para llevarlos de exhibición a un inmenso acuario en... Dubai. En el barco pesquero, ocultos, viajan Ella y Ricky, sus nietos. Cuando los mayores queden atrapados, tratarán de elucubrar un plan para escapar junto a otras especies marinas, mientras Ella y Ricky, desde afuera del acuario, también se las ingeniarán para salvarlos. Si la primera Sammy ofrecía un viaje por distintas partes del planeta, aquí los directores Ben Stassen y Vincent Kesteloot decidieron concentrarse en un solo lugar. Y en el acuario conviven un caballito de mar que es una suerte de gángster, gobernando e imponiendo el terror, secundado por dos anguilas con acento francés. El comic relief lo da una langosta que tiene doble personalidad, una especie de Gollum, pero que se ve, digámoslo, mucho más apetitosa. La grata sorpresa de Sammy , la original, era, al margen del mensaje ecologista, la utilización del 3D, que era verdaderamente espectacular. Esta producción belga lo renueva -las secuencias que transcurren en el agua, estéticamente, son más impresionantes que con los humanos en la superficie-, y si le falta un poco más de clima de aventura continua, cual montaña rusa, no llega al extremo de hacer a lo adultos mirar la hora. Es un programa para que los más pequeños lo disfruten, sumergidos en una trama a favor de la vida, la naturaleza y la diversidad.
Una tortuga en divertidos apuros Sammy, aquella simpática tortuga acuática que en 2010 apareció por primera vez en la pantalla grande, vuelve aquí a enredarse en una serie de aventuras en las que demostrará su astucia y su valentía. En esta nueva historia, tanto ella como su amigo Ray se divierten en un mar de coral junto a los pequeños Ricky y Ella, a quienes guían y protegen de los peligros del mar. Pero la existencia del grupo se verá alterada cuando varios pescadores furtivos atrapen a Sammy y a Ray y los trasladen a un gran acuario. Un caballito de mar, cabecilla del lugar, los incluye en su plan para escapar, aunque siempre fracasa. Las dos tortugas acuáticas conocerán a una serie de personajes, entre ellos un pez de ojos saltones, una langosta poco amigable y toda una familia de pingüinos que, juntos, intentarán salir de ese enorme acuario. Sammy se convertirá de pronto en el cabecilla de esa heterogénea fauna marina y, con gran valentía, apostará a conquistar la ansiada libertad. Pero para llegar a ella deberá hacer frente a una variada sucesión de inconvenientes y de peligros, ya que no todos los animales del acuario son dóciles. Simpático y entretenido, el film habla no sólo de la amistad y de los riesgos de esos seres acuáticos, sino que contiene además un profundo mensaje ecológico que, sin duda, será comprendido por los niños, destinatarios finales de la aventura.
Un divertido entretenimiento para los chicos. Llegan las vacaciones, y para aquellos que todavía no van de vacaciones o volvieron de las mismas, los chiquitines se ponen inquietos y algún divertimento hay que tener a la mano para calmar su aburrimiento. El título a continuación es una linda propuesta destinada a ese fin. ¿Cómo está en el papel? Esta es la historia de dos tortugas marinas, que junto a sus crías, son atrapadas por un cazador furtivo. Cuando dichas crías logran escapar, las tortugas terminan en un acuario de última generación. Entonces las crías emprenden una búsqueda frenética para dar con sus críos. La narración está claramente separada entre la historia de las pequeñas tortugas buscando a sus abuelos con la ayuda de un pulpo, y por otro lado la experiencia de las tortugas mayores en la cárcel que significa el acuario. Algo así como una Buscando a Nemo a la inversa; un poco en broma un poco en serio (Un pez payaso hace su aparición a mitad del metraje; broma que les salió redonda a los realizadores; en la privada un nene grito: “Mira papá, Nemo”). Si bien los personajes protagonistas son los arquetípicos bonachones y el malo es la arquetípica “mente maestra” con sus secuaces de pocas luces que se encuentran en cualquier película de esta naturaleza, la película aprovecha para meter algunos personajes interesantes, tales como Jimbo, el pez gota que se hace el muerto. La acción está bien dosificada y cumplirá el objetivo de mantener a los niños interesados; aunque yo no haría mucho caso del mensaje ecológico que clama tener la película. Digamos que esta transmitido de un modo poco adecuado. Pero a pesar de todo no afecta al impulso narrativo del film que está bastante bien encaminado. ¿Cómo está en la pantalla? La animación está bastante bien y el 3D está bastante bien aprovechado; los personajes, los escenarios, los fondos. Los realizadores querían meternos ahí mismo con los personajes y lo consiguen; no es una revolución de la tecnología, pero para el objetivo que se proponían está bien. Conclusión: Ideal para los peques que van a pasar un lindo rato en el cine. Para los adultos que deban acompañarlos; es una hora y media, muchachos; no es nada.
Abuelitos en apuros Para los realizadores de las películas de Sammy, los humanos somos lo peor que le ha sucedido al planeta. Y si bien tienen bastante razón, y en la primera película de esta tortuguita marina lo demostraban en una suerte de tour geográfico e histórico en el que se veían todos los daños que le hicimos al mar y sus habitantes naturales, en esta segunda entrega apelan más a la imaginación creando un acuario muy particular. Los ahora veteranos Sammy y Ray, tortugas marinas de diferentes especies, viven en paz en la playa, esperando que todos sus nietitos salgan de sus respectivos huevos para ir hacia el mar. Están tan concentrados en eso que no advierten a los humanos que logran capturarlos para llevarlos como nuevas adquisiciones a un acuario-restaurant submarino al que, por lo que se muestra en la película, asiste gente con mucho poder económico. Todo el filme consiste en variados intentos de escape, mientras tratan de convivir en ese lugar, comandado por una suerte de Padrino, nada menos que un hipocampo que suple con amenazas y falsas promesas el tamaño que la naturaleza no le dio. Si bien la animación y la técnica de 3D están bien logradas, la historia no llega a atrapar y le faltan personajes carismáticos. Sammy, que era joven y simpático en la primera, aquí ya es un abuelo achacoso; valiente, pero no lo suficientemente dinámico como para liderar la película. Los creadores lo tuvieron en cuenta, y agregaron a un par de nietitos, sin embargo a ellos les sucede lo mismo por contraste: si bien se ven encantadores, son demasiado pequeños e inexpertos. El filme transcurre en cautiverio, y algo de eso siente el espectador en esta historia mucho más pobre en varios sentidos que la anterior. Un mensaje ecologista con el que pocos se podrán identificar, escenarios acotados, y personajes con poca profundidad es lo que ofrece esta película que los chicos disfrutarán para pasar el momento, pero que no tiene mucho más que eso. Nuestra calificación: Esta película justifica el 50% del valor de una entrada.
Más aventura y menos ecología en “Sammy 2” La cinematografía belga probó, a principios de 2011, que podía competir en el mercado mundial de la animación digital 3D con la primera parte de esta historia, «Las aventuras de Sammy-El pasaje secreto», historia de un tortugo de mar que perseguía durante años a su propia Manuelita, perdida en el Pacífico. La secuela transcurre en un nivel narrativo similar, aunque con un tanto más de picardía y ciertas citas a los títulos más famosos de las productoras monstruo. En este capítulo, el protagonista es víctima, junto a unos amigos y parte de su parentela, de las redes de unos cazadores que los llevan como atracción al acuario de un restaurante submarino en Dubai, que realiza shows con ellos. Al elenco animado se añade ahora una serie de personajes novedosos (en quienes más se advierten las citas a Disney y Pixar), como el hipocampo «Big D», líder de los sublevados; una langosta de mar que no quiere terminar convertida en manjar de los turistas, y un pulpo (o «pulpa», en verdad) con habilidades rescatistas. Al igual que el primer título, el 3D vuelve a estar explotado al nivel de atracción de parque de diversiones, lo cual si bien puede resultar recargado y un tanto artificioso, para el público al que va destinado representa una golosina visual irresistible. Pero el libro, en lo que representa el mejor avance, ha dejado de insistir en los mensajes didácticos y aleccionadores (el calentamiento global, la ecología, el maltrato a los mares a través de la depredación del hombre, el derramamiento de petróleo, etc.), que eran marca primordial en el film precedente. En esta secuela, si bien el protagonista Sammy pasa varias veces a segundo plano (al punto de que a veces da la impresión de que el guionista se olvidó de él), se tiene siempre presente en cambio que de lo que se trata es de entretener a los más chicos con aventura, suspenso y acción, y eso está logrado. Ya habrá tiempo para que vean los documentales de Discovery Channel.
Imitando a Nemo Tres años después del film original Las aventuras de Sammy -que sumó en la Argentina la nada despreciable cifra de 230.000 espectadores- llega esta secuela que resulta demasiado parecida a Buscando a Nemo. En este caso, claro, con tortugas marinas en lugar de peces. Sammy y Ray son atrapados por traficantes de especies marinas que los venden a un excéntrico millonario dueño de un espectacular acuario de Dubai. De allí tratarán de escaparse con la ayuda de peces, langostas, caballitos de mar, pingüinos y -también- con la de los jovencitos Ricky y Ella, que llegan para ayudarlos (aquí no es un adulto que trata de rescatar a un pequeño sino de manera inversa). La animación es correcta (con un uso un poco efectista e invasivo del 3D) y vistosa (llena de colores, claro), pero se trata de una inversión de mucho tiempo, dinero y esfuerzo puesta al servicio de imitar al cine norteamericano (Pixar en este caso). Me encanta la posibilidad de ver cine de animación no hollywoodense, pero justamente cuando esas propuestas salen del molde, de la receta, de la fórmula, cuando intentan narrar una historia propia con alcance universal (¿conseguirá Metegol, de Juan José Campanella, algo así?). Aquí, en cambio, el resultado es exactamente el opuesto. O sea, menos de lo mismo.
Colorida aventura con tortugas La película de Vincent Kesteloot y Ben Stassen tiene un muy buen diseño de personajes, cada una de las criaturas cuenta con una personalidad bien definida y resulta clara cuál es su misión a cumplir dentro de la historia. Esta nueva producción del cine belga, es la continuación del primer filme sobre la tortuga Sammy y su lucha por la supervivencia. La historia resulta muy atractiva no sólo por su mensaje ecológico, referido al cuidado del medio ambiente y a la preservación de las especies, también porque tiene un muy buen entramado de situaciones y una paleta de atractivos colores, ideal para llevar al cine a los más pequeños. Las nuevas aventuras de Sammy comienzan en la playa, cuando la tortuga y su amigo Ray, ayudan a dos pequeños recién nacidos, Ricky y Ella a aprender a moverse en el agua. PRESOS EN DUBAI La primera gran sorpresa de la historia la dará un ave de rapiña se aproxima a la playa y comienza a provocar a las tortugas adultas y a los más pequeños, por lo que se produce un gran revuelo, que concluye cuando Sammy y su amigo Ray, son cazados con una red por un barco pesquero. Este hecho marca una serie de peripecias por las que tendrán que atravesar los adultos -Sammy y Ray-, a la vez que Ricky y Ella, que ya aprendieron a nadar, a medida que descubren las maravilla del océano, se van convirtiendo en más responsables, a tal punto que no escatimarán recursos para salvar a sus amigos que se encuentran en cautiverio. Aunque lo peor aún está por venir y llega cuando la familia de tortugas descubre que forman parte del gigantesco acuario, de un magnate del petróleo en Dubai, que utiliza a distintas especies de peces, pulpos, caballitos de mar y tortugas, como un atractivo paisajístico extra, para atraer a los posibles financistas que se acercan a su monumental mansión. IRONIA Y ALGO MAS Aunque más tarde no le será fácil al millonario árabe seguir manteniendo a las especies en cautiverio, ya que éstas se rebelarán y terminarán formando una comunidad, en la que con la ayuda de unos y otros, lograrán su objetivo, conseguir su libertad y volver al océano. La película de Vincent Kesteloot y Ben Stassen tiene un muy buen diseño de personajes, cada una de las criaturas cuenta con una personalidad bien definida y resulta clara cuál es su misión a cumplir dentro de la historia. "Sammy 2. El gran escape", también contiene una cuota de crítica al mostrar a los invitados del millonario árabe, o ubica en el lugar de los villanos a los pescadores. En tanto que un divertido pulpo y un valiente caballo de mar, resultan otros de los emblemáticos personajes de este refinado filme belga de animación.
Para los más chiquitos, siguen las aventuras de Sammy, esta vez con parte de su familia atrapada por los pescadores que llevan animales a un acuario colosal, una verdadera cárcel de oro, y los más pequeños de la familia, organizados, planean la escapatoria. Simpática y en 3D.
Camino a la libertad Los huevecillos acaban de romperse y las minúsculas tortugas de mar hacen su peligroso y excitante viaje de bautismo desde el nido hasta el mar. Las gaviotas fallan en el intento por engullir a los pichones, pero la red de los cazadores humanos cae sobre la familia y se lleva a una parte de ella. De allí en adelante, se tratará de llevar a cabo un difícil rescate. Sammy 2: El gran escape es ante todo una película amena, entretenida, sana, divertida y sorprendente. La verdad es que, en ciertos aspectos, parece norteamericana. Pero es belga. Entonces, los espectadores padres tienen la posibilidad de mostrarles a sus hijos un tipo de filme original, que les permita disfrutar de la variedad y, de paso, hacerles comprender de a poco que no todo en el mundo del cine animado es Toy Story o Shrek, el estilo Pixar o el estilo Dreamworks. Visualmente, la película es fascinante y no pierde para nada en la comparación con Buscando a Nemo, aun cuando el famoso cuento del pez payaso pareció instalarse en el gusto colectivo como algo insuperable. El parecido más grande entre Sammy 2 y Nemo es que las dos transcurren en el fondo del mar. Además, las dos tienen que ver con un rescate. Pero las historias son completamente diferentes. Nemo transcurría en el ancho océano, mientras que Sammy sucede dentro de un acuario gigante sumergido bajo las aguas. El resto son similitudes nimias. Alta recomendación para los que puedan destinar unos pesos a pagar la entrada para la proyección en 3D. De los últimos meses, en su género, una de las producciones donde mejor se aprovecha el recurso. Una delicia para la vista. Mejor que Valiente o que Ralph el demoledor. Curioso descubrir que el estudio detrás de este tratamiento es también belga. Pero no se trata del único hallazgo. También lo es la música, que acompaña con mucha buena energía la historia, y seguramente será un éxito de ventas como banda sonora. En contra, principalmente, le juega la duración. A pesar de se extiende por solamente 92 minutos, podría tener algunos menos (el promedio en estos productos para niños lo acepta). Pero aun así, es muy positiva, y tiene todas las chances para dar pie a una tercera parte de esta franquicia que empezó en 2010 con Las aventuras de Sammy.
Hace un par de años conocimos un novedoso producto oriundo de Bélgica: “Sammy: en busca del pasaje secreto” (2010). En ella teníamos a una tortuga recién nacida que a través de un largo recorrido por el océano entregaba aventuras y un tremendo mensaje pro ecológico. En esta segunda entrega se redobla la apuesta, empezando con el agregado de otro director al equipo conformado por Ben Stassen (el mismo de la primera), el también guionista Domonic Paris. Sammy y Ray están viendo nacer a sus nietos, en otro de los ciclos de la vida, acosados por unas gaviotas deseosas de almorzar quelonios. En seguida un grupo de humanos los captura con la intención de llevarlos a un inmenso acuario submarino cuyo dueño es, obviamente, un inescrupuloso millonario, y serán los nietos los que irán en su búsqueda. La trama se divide entre los sucesos dentro y fuera de la atracción turística. Por dentro desfilan varios personajes, incluyendo un caballito de mar con aires de capo mafia. Pero aquí nadie es realmente villano pues la idea de la mirada desde los animales es mostrar al ser humano como el habitante más peligroso de la Tierra. La proyección de prensa con chicos atentos a lo que sucede da cuenta de la calidad del entretenimiento, aun cuando no hay grandes conflictos ni climas densos como los que suelen tener algunos productos de Disney. “Sammy 2: el gran escape” logra su cometido, con el agregado de un notable uso del 3D que justifica el valor de la entrada, y a que realmente aprovecha la profundidad del océano para contrastarla con los personajes en relieve. Por su mensaje, la gran calidad de animación, y la solidez de sus realizadores, es una de las buenas opciones del verano.
Pensada para los niños Mi amigo y colega del sitio, Mex Faliero, comentó a propósito de la primea película de la saga del tortugo Sammy: podría decirse “que sigue un concepto de cine animado a lo Disney, pero disminuyendo cierta sobrecarga (que se puede observar en las últimas películas para más pequeños) de esta compañía. No son genialidades ni tampoco películas mediocres, sino una vuelta al relato infantil tal cual era hace más de dos décadas: para los chicos, sin una sobrelectura adulta”. De un modo simple esta descripción coloquial realizada en una conversación privada, es más que apropiada para dar cuenta de esta sencilla, bella y entretenida película de los realizadores belgas Kesteloot y Stassen. Sammy, el abuelo protagonista de la aventura junto con su amigo Ray, son cazados y llevados a un acuario en Dubai, desarrollado para goce exclusivo de una exclusiva elite de millonarios y sus familias. Una vez allí deberán encontrar el modo de escapar, liberando junto con ellos, a miles de peces de diversas especies encerradas solamente para brindar el extraño placer de ver especies exóticas sólo a quienes pueden pagar por ello. La trama tiene a su favor combinar correctamente la dosis de información a propósito de la acción devastadora de los cazadores furtivos, tanto como la caracterización de estos grupos de millonarios cuyos ingresos excesivos hacen que sus consumos lleguen a extremos tales como el daño ambiental en beneficio propio. Los realizadores no pretenden complicar el guion más allá de lo que un niño puede comprender y disfrutar. La película tiene personajes y relaciones rápidamente reconocibles, lo que también ayuda al disfrute infantil. Los dibujos tienen un trabajo muy interesante en el uso de los colores (esencial para dar belleza a la diversa fauna marina) y la animación es clásica, abrevando en buenas tradiciones narrativas del cine infantil. La banda de sonido es sumamente ecléctica y rica en ritmos y colores musicales, destacándose el tema de presentación de la película que es para disfrutar. Muchos otros temas utilizados en la película, lamentablemente arrancan al comienzo de una escena y apenas duran unos segundos, hubiera sido deseable que sonaran algo más. Sammy 2: el gran escape es una película infantil de aventuras hecha para chicos. En mi caso personal llevé a mis sobrinos a verla y ellos salieron contentos y comentaron con sus padres que la película les había gustado mucho. ¿Debería un crítico adulto y cínico ir en contra de la opinión de ellos?
Una aventura profunda Las aventuras que Sammy, la tortuguita de mar, comenzó en 2010, continúan. Junto con su amigo Ray, Sammy sabe de las lides de la supervivencia del más apto y, ya crecido, ve cómo sus hermanos y amigos salen de los pequeños huevos para hacer su temerario tránsito de la playa al mar, asediados por las gaviotas que procuran convertirlos en tiernos bocadillos. Pero un peligro mayor acecha: los hombres. Con grandes redes y ambiciosas intenciones, los cazan por centenares para encerrarlos en peceras, lejos de su hábitat natural. Los recién nacidos Ricky y Ella son apenas dos de los bebés en peligro, pero aquellos a quienes Sammy y Ray intentarán rescatar, luego de una nada sencilla travesía hacia un acuario en Dubái. Intrépidos a pesar de su juventud, Ricky y Ella se encaminan, a su vez, al reencuentro con sus padres, a quienes perdieron de vista en medio de la confusión. Testigos y partícipes de tamaña misión, son un séquito de tortugas de otras especies, peces, pulpos, caballitos de mar y hasta pingüinos. Con algo de Madagascar y un poco de Nemo, Sammy 2 propone la continuidad de una historia para niños, tierna, divertida y sobre todo, bien llevada. De origen belga, nada debe envidiar a las producciones norteamericanas, ni en producción ni en una calidad visual que, obviamente, se ve destacada y profundizada con el aporte de las tres dimensiones. No resulta original, en cambio, en el grueso de la historia, aunque tampoco lo fue el rescate de Nemo respecto del que se realizara en Toy Story 2, cuando Woody fue atrapado por un vendedor de juguetes usados. En todo caso, el objetivo de estas comedias animadas para toda la familia reside en ofrecer un par de horas de un relato agradable, entretenido, que cumpla con los requerisitos de calidad cinematográfica actuales y que deje, a la postre, algún mensaje positivo para capitalizar con los más chicos. Sammy 2 cumple con todo y da un simpático espectáculo, fácil de adoptar.
Aunque se parece demasiado (siempre se pareció demasiado) a Buscando a Nemo, hay en este personaje, en esta segunda película especialmente, algo así como un desarrollo en la manera como el diseño representa estados de ánimo. La película no es demasiado buena, pero al menos es dinámica. Aunque los chicos más chicos también se dan cuenta de que esto no es más que un remedo de otra cosa.
Una cárcel de peces Segunda película sobre las aventuras de la tortuga Sammy, donde ahora será capturado y metido en un lujoso acuario debajo del mar. Al igual de su predecesora, tiene un fuerte mensaje ecológico sobre la naturaleza, sin embargo a diferencia de la anterior aquí el sufrimiento por la intervención del hombre no se siente sino que se expresa en diálogos. "Sammy 2" es claramente una película para los más chicos donde a través de los típicos gags infantiles y una gran paleta de colores, se los divertirá y asombrará. Si en la primera película, las experiencias de la joven tortuga y su amigo se forzaban bastante al no respetar el comportamiento original de los peces representados, acá ya las cosas son todavía más forzadas. La cultura general dice que las tortugas son generalmente solitarias y, por lo tanto, es difícil aceptar la idea de una familia con abuelos y nietos (por cierto, ¿los padres?). Igualmente aunque científicamente no es del todo probado que sean 100% solitarias, hay pasajes de la película donde los peces logran moverse afuera del agua con demasiada facilidad. En conclusión, se demuestra que las personalidades de los personajes no se corresponden demasiado con sus animales, lo cual ya es bastante difícil que un adulto pueda relacionarse con el ambiente propuesto. Por su parte, la historia es bastante simple y demasiado inocente con su público. Los niños seguirán el hilo narrativo con facilidad, pero el adulto se aburrirá rápidamente al darse cuenta desde el inicio cuales serán los giros y sorpresas que la película se guarda para el final. Algo asombroso si se toma en cuenta que hoy en día el mito de que la animación es solo para chicos y no para adultos, está siendo evaporado por la enormes ganancias en la taquilla. Sin embargo, lo realmente llamativo es como se trata al costado ecológico de la trama, ya que durante toda la historia los protagonistas sufrirán amenazas mucho más serias y letales fuera del acuario. Él cual es excesivamente espacioso, seguro y lujoso como para genuinamente dar la impresión de una cárcel para peces. A pesar de todo, "Sammy 2: El gran escape" logra entretener gracias a una trama que avanza a un ritmo muy acelerado y cuya animación llena de colores y tiernos rostros logran dejar una sensación agradable en el espectador.