pider-Man: a través del Spider-Verso llegará el 1 junio a los cines argentinos, con Miles Morales de vuelta, ya siendo un héroe con un poco más experiencia, se enfrenta a un nuevo problema con peligros muchísimos más grandes. Dirigida por Joaquim Dos Santos y Kemp Powers y producida por Phil Lord y Christopher Miller. El elenco está compuesto por Shameik Moore, Hailee Steinfeld, Oscar Isaac, Jake Johnson, Issa Rae, Brian Tyree Henry, Luna Lauren Velez, Daniel Kaluuya, Jason Schwartzman y Shea Whigham. Más de un año después de los eventos de Spider-Man: un nuevo universo (2018), Miles Morales se asentó como el nuevo y único Spider-Man. Luchando entre su vida personal y de superhéroe, la cual le trae varios problemas con sus padres, Gwen Stacy regresa para evitar que Jonathan Ohnn / The Spot, continúe alterando todos los multiversos. Esto provoca que Miles conozca a la Spider-Society, los cuales protegen el multiverso, pero resulta que todo lo que hacen y sucede, no es lo que parece cuando Miles interviene y él se vuelve la amenaza. Vamos otra vez En esta nueva entrega se muestra a un Miles más seguro de sí mismo como Spider-Man y cada vez más poderoso, su gran problema es cómo trata de llevar su vida personal y de superhéroe sin que sus padres lo sepan, algo que teme decirles. Fuera de este percance, el “villano de la semana”, como así lo bautiza Miles a The Spot, está alterando la realidad y la Spider-Society lo está buscando, algo que lleva a que Gwen regrese con Miles para pedirle ayuda. The Spot se va transformando en un villano cada vez más poderoso, al punto que planea destruir toda la realidad de Miles y de los demás Spider-Man que se interpongan. Esto lleva a que Miles deba tomar decisiones muy difíciles y el problema sea mucho más grande para el héroe de Brooklyn. Spider-Woman La segunda parte le da mucho más protagonismo a Gwen Stacy y muestra su vida personal, previo y luego de lo que le sucedió a su Peter Parker. Un gran percance con un villano de otro universo la lleva a conocer a Miguel O’Hara / Spider-Man 2099, el líder de la Spider-Society, quien la reclutó a regañadientes para detener a más amenazas. La relación entre Gwen y Miles se va estrechando cada vez más y la química entre ambos también aumenta, no solo por la dinámica que tienen al compartir los mismos poderes, sino que también lo es por cómo se apoyan el uno al otro a pesar de lo que les sucedió para ser quienes son. Somos los buenos Miguel O’Hara trata de hacerle entender a Miles que todos los que ahora son Spider-Man sufrieron y eso los transformó en quienes son ahora. Por lo que Miguel pretende que Miles no altere nada más en el Multiverso, o eso va a provocar un caos incontrolable, en donde él, no tiene voto y tampoco puede participar. Esto Miles lo ignora y lleva a que todos los miembros de la Spider-Society se pongan en su contra, dejándolo sólo contra todo un universo. Las acciones cometidas en esta segunda entrega tienen muchas consecuencias, algo que Miguel plasma, pero que lo aplica de una forma muy poco convencional, provocando que él sea visto más como un anti-héroe o casi un villano. En resumen Una nueva película, una nueva aventura y problemas mucho más grandes pulen las habilidades de Miles y su desarrollo personal como un superhéroe, teniendo que transformarse en un adulto a pesar de ser solo un adolescente. Visualmente continúa con su increíble animación, ya que ahora mezcla también el realismo dentro de la película. La banda sonora compuesta por Daniel Pemberton acompaña muy bien al filme y el desarrollo y decisiones de cada personaje los llevan a enfrentarse incluso, a sí mismos. Una secuela que aumenta el nivel y que deja con muchísimas más ganas y saber qué es lo que sucederá en su tercera película.
Son tres los realizadores que llevaron adelante está nueva entrega del SpiderMan Miles Moreno que, en esta oportunidad, deberá lograr comprender su lugar en el universo y los multiversos que lo contienen. Original y divertida, si la primera entrega ganó el Oscar, está debería también hacerlo.
La primera entrega en la saga de «Spider-Verse» pisó fuerte tanto en taquilla como crítica para marcar un antes y un después en la animación estadounidense. Mezclando el sentimentalismo bombástico tan hollywoodense con un aventuramiento visual más cercano a los esfuerzos de animación independiente o europea, asimismo que generó un contraste bastante marcado con el promedio de la animación asiática. Ese tipo de legado puede llenar de peso y expectativas a una segunda parte, pero más aún cuando esta tiene el objetivo claro de hacer una trilogía. Lo que comenzó como una secuela rápidamente decidió dividirse en dos nuevos filmes para luego abandonar incluso esa aclaración en sus títulos, algo que afortunadamente rescató el doblaje latinoamericano. Es importante arrancar la película teniendo bien claro que se trata meramente de la primera parte de un todo, aunque luego quede en las manos de sus creativos encargarse que la experiencia sea algo con una entidad propia completa. Problemática usual en estos tiempos de «Dunes» y «Fast Xs». Lamentablemente, el legado de grandes segundas partes con un final tan satisfactorio como emocionante con vistas a una conclusión de trilogía no ha encontrado un heredero especialmente digno en esta segunda «Spiderverse». Sin entrar en spoilers la película, relega demasiado eso que ha hecho tan grandes a pelis «del medio» como «Empire» de Star Wars, «Dark Knight» de Nolan o incluso «Spider-Man 2» de Sam Raimi. Algo esencial que las hace perdurar en la memoria es que siembran las ganas de reservar tu entrada para la conclusión de su trilogía sin perder de vista que se tratan de narrativas completas con temáticas y arcos propios en sí mismas. Muy poca de esa satisfacción totalmente propia se encuentra en «A Través del Spider-Verso», pero a cuenta gotas. El regreso de los directores, guionistas y productores de la primera entrega significa que la evolución en escala del proyecto también trae consigo cierto refinamiento. La primera película por momentos se tropezaba con demasiadas cosas que mostrar e intentar, que no terminaban de todos modos por empañar la experiencia. Sin embargo, gracias a una duración insospechada en el terreno de la animación, las secuencias, planos y diálogos en esta nueva entrega tienen la chance de estirarse según la dirección y el guion crean apropiado. Como resultado de esas positivas anomalías de producción, sumado a la intención clara de enfocarse en temáticas mucho más puntuales que lo que permite usualmente el promedio de producciones animadas (con obligaciones a apuntar a todo tipo de audiencia en todo momento), «Spider-Verse 2» le suma a su predecesora no solo verse como casi nada hasta ahora sino incluso sentirse como muy pocas superproducciones animadas han logrado. Al menos las que distan de la cansada fórmula melodramática de «a ver cuánto puedo hacerte llorar». Desde el vamos está claro el rol más prominente de Spider-Gwen, dueña de alguna de las mejores secuencias del filme. El tema es que para cuando los créditos comiencen será más que transparente que uno de los personajes más interesantes de la primera película terminó, incluso a la hora de entregarle algo más de protagonismo, relegada a una mera mecánica para simular lo más cercano a un arco narrativo. Incluso la conclusión del mismo es inmediatamente disminuida dentro de un bastante flojo cliffhanger que se siente más como un afterthought de último momento en lugar de una planeación a la altura de una de las producciones de animación más grandes de los últimos años. Si suena a que estamos siendo innecesariamente duros con lo que termina siendo seguramente uno de los mejores ratos que uno va a poder tener en una sala de cine este año, quizás sea justamente eso. En la era post-streaming no suena tan necesario para la apreciación futura de una obra audiovisual que la misma se sostenga totalmente ajena al contexto de su franquicia, aunque también es cierto que probablemente esta sea una de las sagas de animación que más se ha ganado merecer un análisis algo más quisquilloso que el promedio. Como obra individual, comete pecados debido a sus casi imposibles ambiciones. Pero como producción audiovisual de entretenimiento, no hay dudas de que es una garantía que encontró la forma de superar expectativas.
La secuela de "Spider-Man: Un nuevo universo" (2018) es una excelente continuación de la historia de Miles Morales y su odisea a lo largo del Spider-Verso, destacándose por su animación bellamente estilizada y un atractivo crisol de técnica y estética. Pocos superhéroes han sido tan reciclados este siglo pero en un film repleto de Spider-M(e)n, el personaje logra sentirse original. Dirigida por Joaquim Dos Santos, Justin K. Thompson y Kemp Powers, es una obra de animación tan ambiciosa como meticulosa. La historia avanza a pulmón de imágenes memorables, personajes divertidos y giros inesperados e interesantes. Logra ser espectacular sin perder la intimidad y emotiva sin ponerse melosa. No obstante la trama se siente simultáneamente alargada - demorando en establecer una dirección específica - y demasiado corta, concluyendo con un abrupto “Continuará” digno de un cómic pero algo vil para una película. En primera instancia nos encontramos con un melodrama típico de Pixar: adolescentes abrumados por las exigencias de sus padres y madres, todos hambrientos de comprensión y confianza. Aquí no hay nada nuevo, pero si estas escenas se repiten bastante hacia el principio es porque la trama necesita estirar y contraer estos lazos emocionales para que el final funcione. En un mundo obsesionado con “multiversos” - ya sea como excusa para tomarse un recreo del status quo (Doctor Strange en el multiverso de la locura, 2022), enfrentar a una generación a su propio nihilismo (Todo en todas partes al mismo tiempo, 2022) o mero fanservice (Spider-Man: Sin camino a casa, 2021) - el de Spider-Man: A través del Spider Verso (Spider-Man: Across the Spider-Verse, 2023) es un comentario sobre el determinismo de la mitología, contrastando una infinidad de versiones del mismo héroe con la anomalía (Miles, voz de Shameik Moore) que cuestiona sus orígenes y su propósito. El multiverso reúne todos los cánones del superhéroe - cómics, películas, series, juegos - y los pone en peligro con la aparición de un villano llamado La Mancha (voz de Jason Schwartzman), cuya habilidad de abrir agujeros interdimensionales pone en peligro la integridad del multiverso. Lo que empieza como un personaje cómico - “villano de la semana”, lo llaman - se convierte rápidamente en una figura siniestra que no puede ser doblegada definitivamente con una pelea. La trama se refresca constantemente, adquiriendo nuevas dimensiones y revelando nuevas perspectivas que complican su desarrollo y cambian la dinámica entre los personajes. Las partes más endebles del guión abusan de las escenas donde se introduce a alguien (y hay una infinidad teórica de Spider-Man por presentar) o se explica algo (antes, mediante y después de que ocurra) hasta el hartazgo, pero la inventiva visual de la película compensa estos excesos. Los directores no dan ninguna imagen por sentado y siempre encuentran la forma de aprovechar cada encuadre y corte para contar un chiste, evocar un tono y/o plasmar la emoción del momento sin sacrificar la coherencia artística de su obra. A nivel visual no los ancla ninguna convención. Spider-Man: A través del Spider Verso se encuentra a la altura de su antecesora, la supera en varias instancias y anticipa una gran trilogía animada con un segundo capítulo intenso y excitante.
Los productores Phil Lord y Chris Miller traen de regreso a Miles Morales en los cines con una continuación ambiciosa que rescata el ADN de los cómics de superhéroes que desapareció en los últimos años dentro de las producciones live action. En un momento donde el género arrastra un desgaste considerable y las películas resultan redundantes sin grandes apuestas creativas, Spider-Man: Através del Spider-Verso sorprende con un espectáculo magnífico que evade los argumentos predecibles y sostiene la intriga del conflicto hasta el final. El film elabora otra celebración de la mitología del Hombre Araña en los cómics y la animación con la particularidad que en esta oportunidad se ahonda con más profundidad en los vínculos familiares de Miles y Spider-Gwen. Lo interesante es que este aspecto de la trama se elabora a través de una narrativa frenética que no da respiro y abruma al público con infinidades de referencias que son imposibles de apreciar en su integridad en un único visionado, En este estreno encontramos la clase de película que la podés repasar en el futuro tres o cuatro veces y vas a seguir encontrando detalles que se te escaparon la primera vez en la sala de cine. Desde los aspectos visuales es una obra sobresaliente por la enorme complejidad técnica que presenta donde se fusionan diversos géneros del arte de la animación en una misma escena. En esta oportunidad desarrollaron secuencias de acción más estilizadas que son una belleza por el modo en que le dan vida al tipo de situaciones que solemos encontrar en una viñeta de cómic. Los realizadores crean una experiencia audiovisual muy inmersiva que resulta emocionante y le hace justicia al arte original que le dio vida a todos estos personajes. Cabe destacar que la película toma el riesgo de presentar un relato de 140 minutos que no suele ser una duración habitual en el género de animación occidental. La trama se estira más de lo habitual por esta intención de los realizadores en expandir los vínculos familiares de los personajes más allá de la acción. Sobre todo en el primer acto donde cobra más peso este tipo de contenido. Sin embargo, una vez que se mete de lleno en la aventura no para y explora con solidez aquellas temáticas que definen el concepto de Spider-Man. Si tuviera que buscarle la quinta pata al gato podría mencionar dos objeciones personales. En esta entrega quedaron afuera las versiones alternativas del superhéroe que habían brindado muy buenos momentos en los episodios previos. El Spider-Man Noir terminó reemplazado por una versión punk que no tiene el mismo atractivo . Por otra parte, me hubiera gustado que la trama no concluyera con un final tan abrupto donde queda la sensación que vimos una película incompleta. Después de 135 minutos cuando llega el momento del clímax se corta todo sin anestesia y resulta un poco frustrante, sobre todo porque el cliffhanger no está bien manejado desde el suspenso. Simplemente cortan el film cuando la trama empieza a gestar la resolución, La buena noticia es que en marzo del año que viene se estrenará la tercera entrega y eso atenúa las quejas en esta cuestión. Ahora si hubiera tenido que esperar otros cinco años para ver la conclusión la calificación de esta reseña hubiera sido muy diferente. Dentro del género de animación, la nueva producción de Spiderman va a arrasar con todos los premios que se entreguen en la industria mientras que en materia de propuestas de superhéroes se corta sola como lo mejor del 2023.
Cuando se estrenó Spider-man Into the Spiderverse (2018) nos tomó a todos por sorpresa. Tanto al público en general como a los fans. Y también fue una revolución en materia animación. Muchos decían que era la película perfecta y/o el mejor film de Spider-man. Por mi parte no coincidí en eso. Porque si bien me pareció excelente me parece injusto para con Spider-man 2 (2004). Asimismo, dije era muy deudora de todos los films del arácnido y también una consecuencia de aquellos. Ahora bien, muchos están diciendo que este estreno es superior a la original. Yo creo que está a la misma altura, pero sin la sorpresa visual. Es más grande, obvio. La amenaza es mayor, los personajes son más, muchos más, Y por lo tanto la adrenalina sube. Algo que me llamó la atención (y que me pareció un gran acierto) es que una buena porción del film está narrado por Gwen. Ella es protagonista. Y si bien esta saga pertenece a Miles Morales, Gwen se roba el show cuando aparece, de la misma manera que ocurrió hace unos años. Los nuevos personajes están muy bien, pero me quedo con el equipo ensamblado previamente. El gran fuerte (además de la animación) sige siendo la historia y tremendo corazón que le ponen Phil Lor y Chris Miller, que si bien aquí no se sentaron en las sillas de director, su impronta está en todos lados. Las relaciones familiares son su especialidad con estos personajes. Y por supuesto también lo es volver locos a los fans con todos los cameos y referencias (ojo con los spoilers). Me encantaría poder analizar más, pero eso sería ponerme a escrutinar escenas y obvio que no va a suceder. Spider-man: A través del Spider-verso es una excelente película de superhéroes. Así de simple.
La sinopsis argumental dice que tras reencontrarse con Gwen Stacy, el amigable vecindario de Spider-Man de Brooklyn al completo es catapultado a través del Multiverso, donde se encuentra con un equipo de Spidermans encargados de proteger su propia existencia. Pero cuando los héroes se enfrentan sobre cómo manejar una nueva amenaza, Miles se encuentra enfrentado a las otras Arañas y debe redefinir lo que significa ser un héroe para poder salvar a la gente que más quiere. Secuela del film de 2018 "Spider-Man: Un nuevo universo". El filme abre con Gwen (Hailee Steinfeld), (la spider-woman), entregándonos la semblanza de principios necesaria para su personaje. Al igual que en Into the Spider-Verse, estos monólogos iniciales intentan satirizar la calaña autosuficiente y repetitiva de las ostentaciones de los superhéroes. “Hagamos las cosas de otra manera”, nos dice Gwen
"Spider-Man: a través del Spider-Verso": un regreso al cómic. Hay guiños y referencias que el espectador no especializado pasará por alto y el fan celebrará con deleite, pero la película nunca se siente como un proyecto diseñado exclusivamente para su base de seguidores. Cuatro años atrás, el estreno del largometraje animado Spiderman: un nuevo universo demostraba que en el usualmente homogéneo reino de las franquicias superheroicas se podían transitar caminos más estimulantes, tanto en términos narrativos como formales. La idea de una red de universos paralelos –cada uno de ellos con su propio y particular Hombre Araña protegiendo al inocente– interactuando con resultados imprevistos y peligrosos, ya formaba parte de las publicaciones originales en papel y tinta, pero el film escrito y producido por Phil Lord y Christopher Miller (la dupla detrás de esa maravilla llamada La gran aventura Lego) ponía en pantalla y en movimiento el mismo concepto con resultados notables. El Globo de Oro y el Oscar al Mejor Largometraje de Animación premiaron el carácter creativo e innovador de esa película, que inevitablemente fue el punto de partida de una nueva saga, cuya primera secuela acaba de lanzarse masivamente en los cines de todo el mundo. Con tres nuevos directores más Lord y Miller en la silla del guionista, Spider-Man: A través del Spider-Verso mantiene todos y cada uno de los elementos que hicieron del proyecto seminal un éxito en términos artísticos. En principio, lo que entra por los ojos: un diseño visual deudor en gran medida del mundo del cómic, alejado del hiperrealismo digital imperante en la animación mainstream, con diversos estilos gráficos dependiendo del universo descripto. Por caso, la Nueva York que habita Miles Morales, el adolescente arácnido que también protagonizaba Un nuevo universo, se presenta con volúmenes tridimensionales y un gran cuidado en los detalles, aunque los creadores optaron por agregarles a los dibujos una capa extra que simula el “defecto” de impresión de los distintos tonos de tinta sobre el papel. En otras ocasiones, el blanco y negro domina la pantalla, y uno de los hombres-araña de pura cepa británica, conocido familiarmente como Spider-Punk, se presenta como un collage de recortes de periódicos y revistas. Hay un villano salido de un mundo creado a imagen y semejanza de los bocetos de Leonardo da Vinci y ahí está, claro, el Hombre Araña Lego, paso cómico en una película que, más allá de la gravedad del conflicto central, nunca abandona el sentido del humor. La historia es compleja y los 140 minutos de proyección son apenas la primera parte de una historia que se completará el año próximo (A través del Spider-Verso baja la cortina con un clásico clliff-hanger). A grandes rasgos, hay un villano cada vez más poderoso, La Mancha, enemistado con el Spidey protagonista, y el riesgo creciente de que una anomalía en el tejido espaciotemporal termine destruyendo uno o varios universos. En paralelo, la necesidad del joven Morales, hijo de padre afroamericano y madre portorriqueña, de esconder su identidad secreta bajo el disfraz de la torpeza y la ansiedad adolescentes. Que el clímax comience en una sorprendente Sociedad Arácnida llena de… bueno, de hombres y mujeres y animales y otras yerbas arácnidas, habilita las escenas con mayor grado de disparate visual, incluido un homenaje al célebre meme de los Spider-Man señalándose mutuamente. “Es una metáfora del capitalismo”, dirá alguien ante una situación que no se “espoileará” en estas líneas, ejemplo del humor para adultos que la película, pensada para un público de todas las edades pero nunca pueril, ofrece en varias ocasiones. Hay guiños y referencias que el espectador no especializado pasará por alto y el fan celebrará con deleite, pero A través del Spider-Verso nunca se siente como un proyecto diseñado exclusivamente para su base de seguidores. Una cosa es cierta: a diferencia de Spiderman: un nuevo universo, aquí la acumulación de información de todo tipo (visual, narrativa, meta-narrativa) resiente un poco el ritmo y la emoción, generando la sensación de que el miedo al vacío es ocultado con una receta de guionista un tanto bulímica. A pesar de ello, el paseo nunca deja de resultar atractivo, y es más que destacable el empeño puesto en crear una obra-producto que no se parece a casi nada de lo que el cine animado de gran presupuesto suele ofrecer en estos tiempos.
Si hay una película animada de los últimos años, que nos agarró a todos desprevenidos, fue la de Spider-Man: into the Spider-Verse. Y no era para menos, ya que no solo era la primera cinta superheroica que jugaba con el multiverso, sino que nos presentaba a otras versiones del arácnido, estableciendo en el medio a un nuevo protagonista, como lo es Miles Morales. Es por eso que Spider-Man: a través del Spider-Verso era tan esperada; así que aflojemos con la cháchara y veamos que nos pareció. Esta vez no solo retomamos la vida de Miles Morales tras los incidentes de la primera entrega, sino que también vemos que fue de Gwen. Pero alguien que apenas vimos anteriormente, va a volver para complicarles las vidas (o los universos) a todos los Spider-Man habidos y por haber. Voy a serles honestos, de la trama no se puede contar mucho, porque es de los puntos más fuertes que tiene la película. Olvídense de “villano de turno es malo porque sí y hay que detenerlo”, no. Spider-Man: a través del Spider-Verso va un paso más allá y nos muestra el verdadero sacrificio que implica volverse en un Spider-Man. Eso sí, vale decir que las dos horas y doce se sienten, haciendo que por momentos la historia se sienta estirada, en especial por la repetición de una subtrama, que afecta a dos personajes. Pero eso no es lo mejor de Spider-Man: a través del Spider-Verso. Si la primera parte de esta futura trilogía (no es spoiler, ya se sabía que esta entrega era la primera de dos partes) sorprendió a todos con su estilo de animación, esta continuación les va a volar el peluquín a más de uno. Con solo decir que cada universo tiene su propia animación, ya es un anticipo de lo que van a recibir en los cines. Vale decir, que pese a la enorme polémica que se armó debido a algunos no actores de doblaje que están presentes en la versión doblada, yo la pude ver en inglés. Se que no hay muchas opciones y que los horarios de las funciones con subtítulos son medio complicados, pero les pido que hagan el esfuerzo y la vean en idioma original. Actores como Oscar Isaac o Jason Schwartzman dan un salto de calidad a la cinta, que hace que dicho esfuerzo sea compensado. Poco me queda agregar de Spider-Man: a través del Spider-Verso. Hasta ahora, no tenía ninguna película favorita de este 2023 aparte de Un hombre llamado Otto o La Ballena, y eso que ambas son del año pasado estrenadas recién ahora. Bueno, con la nueva cinta animada del trepamuros, puedo decir que posiblemente estemos ante una que si va a terminar en el top de lo mejor de este año.
Cuando llego la primera versión animada de Spider-man, fue una revolución para los fanáticos y la alegría del Oscar merecido. Ahora, en esta secuela que se dividirá en dos partes y que tiene un trío de talentosos y elegantes directores (Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson) la historia redobla la apuesta y la calidad de la animación compone una verdadera delicia visual. Es un enorme homenaje al placer de la lectura del cómic, donde cada mundo de este multiverso tiene su estilo, sus colores, sus propios escenarios que nunca se superponen y deslumbran con su personalidad propia. Miles Morales el portorriqueño y afroamericano ya es un adolescente, un aplicado superhéroe que también trata de armonizar su vida oculta con la relación de sus padres y la falta de amigos. Aquí adquiere importancia. Gwen otra adolescente arácnida acusada de matar a Peter Parker que es reclutada por un escuadrón de hombres y mujeres araña. Entre los adolescentes se ayudan mutuamente para enfrentar a villanos y manejarse en el laberinto de los distintos universos con reglas lógicas y riesgos de la tentación de viajar en el tiempo para salvar a los seres queridos. Una cantidad de información que puede parecer abrumadora pero que cierra perfecto y con la cuota de belleza e inspiración en la animación, más el humor, los cameos y los momentos emotivos. Un verdadero festín para los fanáticos y una muy buena iniciación para los novatos.
Decir que Spider-Man: A través del Spider-Verso es brillante es poco, ya que la película basada en el personaje de Marvel Comics, Miles Morales, no se conforma con su perfección técnica y entrega un velado y demoledor diagnóstico del estadio actual de la modernidad, a través del dilema que se le plantea al superhéroe protagonista. Dirigida por Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson, y escrita por Phil Lord, Christopher Miller y Dave Callaham, esta secuela de la también magnífica Spider-Man: Un nuevo universo (2018) engancha con su ritmo frenético y con su capacidad para contar una historia de más de dos horas sin permitir que ningún elemento desentone, poniendo en escena a personajes tan magnéticos como bien diseñados, que se mueven en el colorido multiverso del Hombre Araña para que Miles (voz de Shameik Moore en la versión original), el Spider-Man de Brooklyn, impida que su némesis La Mancha (voz de Jason Schwartzman) haga estragos. La historia se ubica un año y medio después de los eventos de la anterior película, y con una formidable introducción a cargo de Gwen Stacy (voz de Hailee Steinfeld), que es como estar pasando las páginas de un cómic en una sala de cine, nos presenta la actualidad de Miles, quien aún no le dijo a sus padres que es Spider-Man. Miles sigue enamorado de Gwen y un buen día la joven se le aparece en su pieza y lo convence de completar una misión para salvar cada universo de las maldades del inexperto enemigo. El costado político de la animación asoma sus narices cuando Miguel O’Hara (voz de Oscar Isaac), líder de la sociedad arácnida, le dice a Miles que no debe romper el canon del Spider-Verso, porque de ese modo se convertiría en una anomalía, y que, por lo tanto, tiene que elegir entre salvar a la gente o a sus seres queridos, recordándole que ser un superhéroe es un sacrificio. Sin embargo, la postura de Miles es firme: quiere salvar a su familia y a la gente, ¿por qué no? ¿Quién lo impide? Y ahí entra el elemento político, porque O’Hara representa las reglas del Spider-Verso, mientras que Miles propone romperlas diciéndole que se puede salvar a todos. En un momento, un personaje responde, irónicamente, “es una metáfora del capitalismo” cuando otro le pregunta qué es eso que hace La Mancha. En ese chiste, que se burla de los que decodifican todo como si se tratara de una referencia al sistema, está la clave de la película. Conscientes o no, los guionistas ponen esa frase porque la intención es que dé a entender lo contrario de lo que insinúa la ironía, es decir, que efectivamente todo se trata del capitalismo. Y lo que confirma esta lectura es cuando Stacy dice “¿o sea que nosotros (los del Spider-Verse) somos los malos?”. Claro que sí, porque son los que respetan las reglas del multiverso, mientras que Miles propone romperlas, ser la anomalía. Visualmente hipnótica, con muchísima información y con un conocimiento de la historia de los cómics y de los personajes como ninguna otra película demostró hasta ahora, Spider-Man: A través del Spider-Verso es una combinación perfecta de rigor teórico y calidad estética, de entretenimiento y subtexto político, una lección de animación moderna y de cómic llevado a la pantalla grande, una clase de filosofía política y de crítica cultural, una obra maestra para pocos que merece ser para muchos.
La primera de esta trilogía la vi en un momento de mi vida que no estaba bien, no le puse una nota muy alta, ni tampoco una buena crítica, pero luego la volví a ver con otros ojos, modifiqué un poco la crítica y le subí de un 7 a un 9. Esta segunda entrega está casi al nivel de la primera, digo casi por lo que voy a desarrollar en esta crítica, quédense tranquilos que me voló la cabeza y quiero ver más. Creo que ya es obvio destacar que la animación es excelente, lo voy a hacer igual. Porque no sólo está muy bien, sino que cuenta con muchos detalles. Para cada mundo, y cada Spidey tiene su propia paleta de colores, hasta su distinta manera en que está dibujada/o. Destaco mucho el mundo de Gwen que parece pintado con acuarelas, y cambian los tonos según su humor. Hubo algunos momentos que sentí que pasaban demasiadas cosas, demasiados detalles. Podemos decir que por momentos le jugaba en contra tener tantas cositas chiquitas. Ponerse a ver quiénes eran cada uno de los Spidey era todo un tema a veces, si bien sé que no es el centro del film, pero por algo están ahí. Cuándo confirmaron que iba a haber una segunda, también dijeron de una tercera. Hasta había nombrado a esta segunda como “primera parte”, entonces no me sorprendió que hayan dejado el final abierto, es cierto que podrían haberlo hecho un poco más sutil, al estilo “Infinity War”, pero yo fui sabiendo que esta era la primera parte, mucha gente en el cine se quejó y leí algunas críticas también de enojo, estamos en la época que hay que actualizarse un poco, tener una idea antes de ver un film…creo. Me gusta cómo le buscan la vuelta a la historia de cómo se convirtieron en Spidey los que son. No te cuentan toda la historia (que ya vimos muchas veces en pantalla) sino que te hacen una versión resumida. Y de ahí entramos en el mundo de cada uno. El personaje principal sigue siendo Miles Morales, pero no siempre tiene el foco de atención en la historia, y eso la hace un poco más llevadero al film. La verdad que si no fuera por las butacas horribles dónde estaba sentado, no me hubiese dado cuenta el paso del tiempo, y fueron 140 minutos. Me parecieron magníficos tanto el montaje como la edición. Seguro es tremendo laburo hacer este tipo de películas, los cambios de escenas, las escenas de acción (que hubo muchas) con todos los detalles necesarios, cuándo las cosas pasan muy rápido o cuando hay que bajar un cambio y enfocarse en una situación, la verdad que me saco el sombrero para la gente que laburó en este film. Lo bueno es que la historia tiene sentido, todo lo que sucede en este film está en algún cómic. No dejan de lado la primera película, es parte de la historia. Me parece que no hubo personajes o historias de más. Hay muchas cosas que quedaron sin resolver, claramente va a ser todo resuelto en la última parte, para la cual hay que esperar un año. Si van mentalmente preparados para esto, no les va a afectar tanto la espera. Tiene muchísima comedia, que nunca falla, digamos que eso es algo obvio a esta altura. Tiene también muchos “fan” service al mejor estilo “No Way Home”, de los cuales no voy a hablar, pero hubo uno que me sorprendió muchísimo y me gustó también. Sólo voy a decir que gracias a este actor fue creado Miles Morales en los cómics. Mi recomendación: Gran película de animación, hay que disfrutarla en el cine y luego verla cuando salga en Netflix. Dicen que en octubre. Mi puntuación: 8.5/10
Cuatro años y medio después de la notable Spider-Man: Un nuevo universo llega esta no menos lograda segunda entrega de la saga animada escrita y producida por la dupla Phil Lord-Christopher Miller que en marzo de 2024 tendrá su conclusión con Spider-Man: Beyond the Spider-Verse. Con esta flamante película -otro deleite visual y narrativo- la franquicia se consolida como uno de los mejores acercamientos al espíritu de los cómics originales y al universo de los superhéroes en tiempos de metaversos. Con tres nuevos directores (Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson reemplazaron a Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman), esta secuela ambientada apenas un año después de Un nuevo universo no solo mantiene (lo cual ya hubiese sido un logro) sino que redobla, potencia, amplifica y expande todo lo que de fascinante, divertido, audaz y deslumbrante tenía aquel film de 2018 (a la Argentina llegó en enero de 2019). La cantidad y variedad de detalles, de matices, de belleza, de inteligencia, de espectacularidad, de ingenio y de creatividad que hay en cada uno de los planos de las más de dos horas de A través del Spider-Verso la convierten en una experiencia con escasos precedentes. Por supuesto, es posible que en el vértigo, en el desenfreno, en la catarata de ideas, en la andanada de estímulos, en los constantes saltos temporales (estamos en tiempos de multiverso) parte del público se sienta un poco perplejo y abrumado porque realmente no es fácil asimilar tanta información en lapsos tan breves, pero si uno se libera de presiones y exigencias para simplemente entregarse a este festival de formas y colores que adaptan el espíritu del cómic, de imágenes hipnóticas (la cosa va del realismo a lo surreal y alucionatorio), la propuesta es tan satisfactoria como embriagadora. El protagonista otra vez es el adolescente Miles Morales (Shameik Moore), cuyos padres, un policía afroamericano (Brian Tyree Henry) y una enfermera portorriqueña (Luna Lauren Velez), no tienen idea de que es Spider-Man. Y quien gana mucho espacio esta vez es Gwen Stacy (Hailee Steinfeld), baterista de una banda de rock que no tarda en abandonar y a quien su padre (Shea Whigham), también policía, tampoco sabe que ella es Spider-Woman. Pero hablamos de multiverso, así que la acción cambiará de tiempos y lugares (de Brooklyn a Mumbai) con la aparición de múltiples hombres y mujeres arácnidos como el Miguel O’Hara de Oscar Isaak (un vampiro ninja oscuro y cazador), la Jessica Drew de Issa Rae (embarazada pero sin miedo de montar su moto), el Spider-Punk de Daniel Kaluuya (un londinense con cresta punk y una guitarra colgada en su espalda) o el patético Peter B. Parker de Jake Johnson (mentor de Miles). Lo cierto es que en la actualidad o en el universo alternativo de 2099 termina habiendo una Spider-Society con integrantes provenientes de Estados Unidos, de Inglaterra y hasta de la India (el Spider-Man India de Karan Soni). Y, claro, también habrá un malvado como La Mancha (un ex científico muy bien interpretado Jason Schwartzman) y hasta cameos como el de Donald Glover (no animado, sino en persona). Como en todo relato que transcurre en dimensiones paralelas, hay reglas que deben cumplirse como para no alterar ciertos eventos con consecuencias catastróficas, pero siempre está la tentación de regresar a tiempo al universo original para, por ejemplo, salvar la vida de un ser querido. Por momentos, A través del Spider-Verso parece más retorcida de lo que realmente es, ya que cuando uno se sumerge en su propuesta, su impronta y su dinámica la historia tiene su lógica y hasta su coherencia dentro del caos. Otra vez: es probable que un público más adulto o de gusto más clásico sienta algunos aspectos de la trama entre rebuscados y pirotécnicos, pero para los más jóvenes (como ocurría en otro registro con Todo en todas partes al mismo tiempo) dentro del delirio y la acumulación va encontrando su razón de ser y su encanto. En menos de un año (marzo de 2024) llegará Beyond the Spider-Verse para concluir esta historia. La espera claramente vale la pena.
La historia de Spider-Man nació con el extraño sino del mandato y la casualidad, una encrucijada a menudo aprovechada por el cine. La imprevista picadura de una araña, la obtención de un gran poder y la asunción de una gran responsabilidad. La juventud de su héroe y el camino de aprendizaje hicieron que la saga sea divertida y con espíritu adolescente, esquivando la seriedad de otros correligionarios del sello gráfico. Pero el despegue de Marvel como emporio y multiverso expandió la matriz, dio gloria a la primera generación de superhéroes y todavía está lidiando con el desconcierto de su futuro tras la despedida de esa camada. En ese panorama, la tríada animada sobre Spider-Man y el Spider-Verso (la tercera entrega está anunciada para 2024) parece un apropiado rescate y una genuina exploración de aquel corazón juguetón escondido bajo las exigencias corporativas. La primera película, Spider-Man: Un nuevo universo (2018), presentó a Miles Morales como una inesperada anomalía en la lógica del multiverso, un doble improbable de Peter Parker con genes latinos y afrodescendientes, que de pronto se encuentra con las vestiduras y las exigencias de un superhéroe. El ritmo todavía era deudor del interés por la narrativa, la animación era vistosa y espejada en la estética del cómic. Incluso había un concepto unitario en el relato, aún con la conciencia de ser parte de una saga. La nueva Spider-Man: A través del Spider-Verso, ensancha la imaginería de la original a golpe de pura autoconciencia. Están los guiños para los fanáticos, las revistas apiladas que anuncian la fuente literaria, los ecos del impacto en la cultura popular de la primera -el más evidente: el meme de los dos hombres araña señalándose el uno al otro-, un villano tragicómico y una explosión de bifurcaciones que conducen a esos infinitos mundos casi como viñetas con aspiración autónoma. Quizás el pasaje del Spider Man indio sea el más claro de esa deriva fragmentaria. Este concepto de sucesivas instalaciones anudadas en una gran telaraña –la historia de Gwen Stacy y su condición de Spider-Woman, la de Miles y sus padres, la de los sucesivos hombres araña adultos, oscurecidos y exóticos, cada uno amo y señor de su constelación- empuja a la película a un frenesí por momentos agotador. No es tanto por el bombardeo de chistes, juegos de colores y diálogos superpuestos entre los personajes, sino por la insistencia en pensar la lógica del cómic adherida al movimiento cinematográfico. La plasmación directa de ese vértigo, ya sin la pausa narrativa que todavía era posible en la primera, se convierte en una festividad constante, guiada por la felicidad del espectador de agarrar los chistes al vuelo y la ilusión de que sigue a toda velocidad el eco de la novela gráfica que corre ante sus ojos. He aquí la mejor metáfora de la estrategia de Marvel para sostener su reinado: el hallazgo de una ficción rendidora que ya anuncia sus límites. La acelerada compresión de un imaginario que aspira a contenerlo todo, mezclarlo y escupirlo todo, puede ser disfrutable hasta el momento en que se hace indigesto.
El sopapo que Spider-Man: Un nuevo universo a los espectadores de cómics, cuando se estrenó a fines de 2018, fue una sorpresa. Una novedad que llegó para mostrar y demostrar que se podía adaptar las novelas gráficas de otra manera, con otro estilo. Esa Spider-Man era como un bombardeo a los ojos. Insertaba, sí, el tema del multiverso, y ahora la secuela, Spider-Man: A través del Spider-Verso, dividida en dos partes, viene a redoblar la apuesta. Detrás está el dúo que componen Phil Lord y Christopher Miller, como coguionistas y productores. (En la proyección para los críticos, aparecieron dando la bienvenida y pidiendo que no se spoileara nada; tal vez esas copias sean las que se estrenen en los cines). Son los creadores de la Lego película, y aquí se las ingeniaron para crear una historia que puede seguirse sin haber visto la primera animada de Spider-Man, pero que también tiene numerosos guiños a otros Spider-Man -sí, a todos los que se puedan imaginar, y más-. Porque, claro, estamos en el multiverso. Miles Morales (Shameik Moore), el adolescente hispano de Brooklyn, mordido-por-una-araña-radiactiva ha perfeccionado sus poderes. Y si es protagonista, también lo es Gwen Stacy (voz de Hailee Steinfeld), la baterista y Spider-Woman vestida de blanco. Si hay algo que une a todos los Spider-Man, sean del universo, de la Tierra o de donde fuera que sea, es algo así como un karma, que tiene que ver con la muerte de un personaje cercano a ellos. El padre de Gwen, un capitán de policía, cree que la Spider-Woman (no sabe que es su hija) es responsable de la muerte de Peter Parker. Y ahí se viene el rollo de la frase del primer Spider-Man, el de Tobey Maguire, de que “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”, tomada en verdad de Churchill. Pero ésa es otra historia. Nuevos directores Si la duda que planteaba que el trío responsable de la dirección de la primera fuera completamente suplantado por otro terceto, la verdad sea dicha, ésta segunda película es más comiquera que la original, tiene mucho más humor y resulta menos grave, o seria. La cantidad de nuevos Spider-Man -y de Spider-Woman, alguna embarazada, más algún dinosaurio- ensanchan la historia, y hay un supervillano que sí, estaba en la primera, pero aquí se lo presenta de nuevo. Es La Mancha (Jason Schwartzman), que antes trabajaba en Alchemax y terminó siendo mutilado genéticamente por aquella implosión del colisionador, por culpa de Miles. Adivinaron, quiere venganza. Es un personaje blanco con manchas de tinta negras (Gwen se reirá de él, y se preguntará si es una vaca) y que puede ir de un universo a otro. Hay gadgets, algo más sofisticados que los que utiliza James Bond, y una Sociedad de Arácnida, que comanda otro latino, Miguel O'Hara (voz de Oscar Isaac), un tipo serio y con cicatrices que tal vez se expliquen en la próxima aventura. Como Lord y Miller pidieron, no hay aquí spoilers. Disfruten de las dos horas y veinte de la película, que ya habrá más en Spider-Man: Beyond the Spider-Verse, que está en posproducción y estrena el año que viene.
Estamos frente a uno de los estrenos más originales en pantalla grande de los últimos años. Si «Into the SpiderVerse» te había gustado, la segunda entrega de esta franquicia destruye cualquier frontera creativa existente, para ofrecernos una auténtica joyita del mundo de la animación. Además, creo que quienes vivimos en este tiempo podemos darnos este lujo, que décadas atrás no podía siquiera pensarse. «Spider-man: across the spiderverse» es sencillamente una explosión de ideas arriesgadas y geniales combinadas en una supernova cinematográfica. ¿Es para tanto? Sí, es así. Difícilmente salgas del cine de la misma forma en que entraste. Lo primero que debemos decir los tres directores de esta peli (Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson) pensaron esta propuesta como un desafío a cualquier límite establecido. Sin dudas ellos plantearon en esta trilogía algunas preguntas que nos resuenan ahora : ¿Por qué pensar en una sola versión (unidimensional, en términos de destino), de Spiderman? ¿No puede ese rol ser vivido desde diferentes vidas? ¿Qué limita la misión del héroe? Y la respuesta para todas es sí. «Across the Spider Verse» es justamente eso. Parece haber surgido de un torbellino de ideas muy extremas donde la sorpresa gana al público a cada paso del camino. Esta segunda entrega arranca poco después de los hechos de la primera. Gwen está de vuelta en su universo, actualizando las disputas con su padre, con quien sigue teniendo problemas. Pero como el SpiderVerso está activo, a ese espacio llega el Buitre (en una «alternative version») y ella participa de su cacería junto al denso Spiderman 2099 y la Mujer Maravilla Araña. O la Spider-woman, para los amigos. Es ahí cuando Gwen conoce que hay una sociedad secreta de hombres/mujeres/niños-as/mascotas y demás, arañas (!) que se ocupa de regular los temas y villanos en los distintos universos. Tarea delicada si las hay, desde ya. Son la policía arácnida del multiverso, o algo así. ¿Pero de que la juega Miles Morales entonces? Es uno más dentro de este concierto, pero no tanto porque si recuerdan, ya sabemos que algo sucedió en la conformación de su constitución como spiderman que lo pone en el centro de cualquier escena. El no debería haber sido elegido para esta tarea, pero sucedió. Y el tema central de esta entrega gira en relación a esa cuestión: ¿Cuánto hay de heroico en asumir un destino marcado? ¿Qué grado de decisión se toma en torno a las responsabilidades planteadas por el sistema? Morales está en la suya, tratando de disfrutar su nueva tarea y evaluando hablar con sus padres para contarles quien es. Gwen llega de visita y a partir de su corta estadía, las cosas comienzan a complicarse prontamente. Aparece un nuevo villano, intenso y desconcertante, («The hole» o «La mancha»), que comienza a expandirse en forma exponencial y amenaza con destruir cada universo a su paso. Luego de las primeras intervenciones del «spider-team», comienzan los problemas porque hay discrepancia entre Miles y el líder de la cofradía de arácnidos. No vamos a anticipar más, pero si podemos decir que desde ahí en adelante, la peli estalla en personajes, mundos y batallas impensadas para una cinta de este tipo. La animación funciona de maravillas. Combina distintas técnicas, todas ensambladas con mucho acierto y apoyadas por la valiosa acción del equipo de arte y diseño, que se llevan las palmas y deberían estar nominados al Oscar de la especialidad para este año. Hay ingenio en el guión y si bien muchos critican que la peli cierra un poco abruptamente (la tercera parte ya está casi lista y programada para marzo de 2024), es una propuesta revolucionaria para su tiempo. «Across the SpiderVerse» se posiciona entre las mejores películas del año, sin dudas. Tiene una duración considerable, pero es tan buena, que se te pasa volando la hora. Y va tan veloz, que es probable que tengas que verla de vuelta para disfrutar sus exquisitos detalles. Vayan por ella corriendo, ideal para todas las edades (fantaseo que a los más chiquitos les costará entender la trama pero, igual, prueben!). Excelente.
UN UNIVERSO DE POSIBILIDADES Lo de Spider-Man: un nuevo universo había sido un pequeño milagro: un film que tomaba una multiplicidad enorme de discursos -gráficos, mitológicos, culturales, cinematográficos, estéticos, incluso políticos- para reconfigurarlos y crear un relato potente y estimulante. Una película divertida e impredecible, con un diseño audiovisual con múltiples capas y que conseguía delinear una rica galería de personajes, que se retroalimentaban a partir de sus interacciones. Parecía difícil repetir el milagro, pero Spider-Man: a través del Spider-Verso lo consigue y con creces. En esta secuela hay múltiples voces, y no nos referimos solo al nutrido elenco actoral. Tampoco solo a las de los directores Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson, que realizan un trabajo casi titánico. También hay que incluir a los coguionistas y coproductores Phil Lord y Christopher Miller, porque sus miradas creativas siempre tienen algo relevante para decir. Esa sumatoria de expresividades podría dar como resultado algo caótico o un regodeo excesivo sobre lo ya visto en la primera parte. Y quizás algo de eso hay, porque el film está siempre al borde descarrilar en su apuesta, pero lo que prevalece es una vocación expansiva que agrega matices de complejidad a los personajes y los mundos que habitan. La trama es ciertamente difícil de explicar, ya que cuenta con una importante cantidad de idas y vueltas, pero involucra una reunión entre Miles Morales y Gwen Stacy, que lleva a que sea transportado a través del Multiverso y la revelación de que existe una especie de sociedad de otras versiones del Hombre Arácnido dedicados a proteger el funcionamiento armonioso de cada una de las realidades paralelas. Pero ese equilibrio frágil es amenazado no solo por las acciones de un villano llamado La Mancha, sino también por el propio Miles y su decisión de impedir que se den ciertos acontecimientos que, aunque trágicos y dolorosos, mantienen intactas las diversas líneas espacio-temporales. Es entonces que Miles se convertirá en un fugitivo y eso lo colocará en una ambigua posición, en la de un héroe que es al mismo tiempo un antagonista para otros héroes como él. La película explota al máximo esta noción de ambigüedad, explorando a través de diversas vertientes lo que implica el heroísmo y las derivaciones posibles de ciertas decisiones éticas y morales, pero también afectivas. Si el poder, la responsabilidad y el deber fueron siempre conceptos que han marcado a fuego al personaje del Hombre Arácnido, también lo ha sido el de la pérdida, y eso es aprovechado por el relato para zambullirse de lleno en el drama, pero sin perder de vista otras modalidades expresivas. Aún con una estructura narrativa que está siempre asomándose a las probabilidades de una tragedia, Spider-Man: a través del Spider-Verso no deja de ser una gran comedia de aventuras, un film que avanza con toda decisión de la mano de un conflicto que se construye desde el movimiento permanente. Pero, a la vez, la narración exhibe un conocimiento palpable de las distintas velocidades que puede ofrecer una historia cuyo tópico de fondo es la construcción identitaria y el aprendizaje sobre los costos de determinadas decisiones. Por eso hay pasajes donde el film se permite pausas e instancias de contemplación agregan capas de sentido históricas y de carácter a varios personajes. No solo a Miles, sino también a Gwen (con una conmovedora subtrama paterno-filial) y a ese antagonista que es La Mancha, un ser que encuentra en el rencor y el revanchismo las motivaciones perfectas. En Spider-Man: a través del Spider-Verso pasa de todo, quizás demasiado, a tal punto que por momentos abusa un poco de su inteligencia para volcar ideas visuales y narrativas, conexiones con otras expresiones artísticas y una multitud de guiños cómicos. Además, su necesidad de convertirse en un puente para la tercera entrega, que concluirá la historia planteada, la lleva a extender su metraje en demasía, convirtiéndola en un prólogo algo estirado. Pero, a cambio, ofrece una vitalidad y energía inusitadas, un universo abierto a toda clase de interpretaciones, debates y sensaciones. Desde ese lugar, Spider-Man: a través del Spider-Verso es el cine popular y de calidad que es tan indispensable como escaso en la actualidad.