Mezcla de reboot y secuela “Vacation” toma directamente de “National Lampoon’s Vacation” (1983) el estilo y temática, pero el humor de hoy no es el de los 80’s por lo cual la fórmula se encrudece y exagera. El mejor chiste del film es el que casi rompe la cuarta pared, antes de partir en viaje familiar, la madre le dice “¿querés rehacer una vacación de hace 30 años?” el padre plantea que esta será completamente diferente, y el hijo agrega “ni siquiera oí acerca de la primera vacación”. Guiños que funcionan. Ed Helms (tal vez por primera vez) demuestra que puede sostener un protagónico y el cast acompaña correctamente la serie de aventuras de la desafortunada familia Griswold. La actualización de la franquicia resulta graciosa y entretenida. Con Ghostbusters en post-producción y Pixeles en los cines, los 80’s definitivamente han vuelto, lo queramos o no.
Sin destino de clásico Más de tres décadas después de la película homónima escrita por John Hughes y dirigida por Harold Ramis con Chevy Chase y Beverly D'Angelo que marcó a varias generaciones, llega esta comedia que recicla la historia de una familia tipo como el clan Griswold (matrimonio previsible con hijos patéticos) que intenta salir de su rutina con un largo viaje que recorre distintas regiones del territorio estadounidense. Más allá de algunos gags extremos que funcionan en plan guarro y escatológico, es una comedia negra con demasiados enredos que no escapan de la fórmula. En 1983 Harold Ramis dirigió un guión de John Hughes (basado en un cuento propio publicado originalmente en la revista humorística National Lampoon) con Chevy Chase y Beverly D'Angelo como protagonistas. Vacaciones se convirtió en un sorprendente éxito comercial, sirvió de base para una saga de siete largometrajes y marcó a varias generaciones. Como suele ocurrir en los últimos tiempos, Warner desempolvó aquel concepto para construir un reboot escrito y dirigido por Jonathan Goldstein y John Francis Daley, debutantes en la realización pero con el aval previo de haber concebido el guión de otra comedia negra/guarra/escatológica como Quiero matar a mi jefe. La idea de una familia tipo (patético exponente del medio pelo estadounidense) sufriendo todo tipo de desventuras y enredos en medio de un viaje turístico por el país no es precisamente revolucionaria, pero había un poco de curiosidad por apreciar cómo reciclaron aquel esquema de Ramis-Hughes con Ed Helms y Christina Applegate como nuevos protagonistas (un matrimonio de muchos años que intenta sin suerte romper con la rutina) y dos hijos decididamente patéticos (Skyler Gisondo y Steele Stebbins). Las comparaciones, se sabe, son odiosas y muchas veces frustrantes porque el resultado es bastante menos convincente que el de aquel clásico. Lo que no quiere decir que esta Vacaciones modelo 2015 sea enteramente frustrante o despreciable. Hay, sí, un puñado de gags que funcionan y hacen reir (y no sólo en plan de placer culposo), pero en la catarata de bromas, en esa montaña rusa de bromas hay demasiado material previsible y torpe. En la línea de, por ejemplo, la reciente ¿Quién *&$%! son los Miller? este film de Goldstein y Daley nos regala algunas situaciones extremas con algo de audacia, pero en el viaje de 4.100 kilómetros entre el hogar de Chicago y el objetivo final en un parque de diversiones (con paradas intermedias en zonas de aguas termales o de rafting) hay muchas escenas a pura fórmula concretadas con el manual más básico. Hay, sí, un par de apariciones: las de Chris Hemsworth jugando con los clichés del galán con cuerpo de Adonis junto a una desaprovechada Leslie Mann y, sobre el final, las de los mencionados Chase y D’Angelo en plan homenaje. Demasiado poco para convertir a la familia Griswold en dignos herederos de Los Picapiedra o los Simpson. Esta vez, sin destino de clásico.
Regresan los Griswold, la “desequilibrada” familia que tratará de unir sus lazos durante un viaje que durará una semana. Y la idea, otra vez será ir en auto a Walley World. La saga comenzó en 1983 y luego las secuelas en 1985 y en 1989 como “¡Socorro! Ya es Navidad”; y en 1997 “Vacaciones en Las Vegas”. En este caso, Ed Helms (el padre de familia) se destaca por sobre todos los actores. Los chistes funcionan. Regresar a los 80? siempre es divertido (tal vez más para quiénes tuvieron su adolescencia en esa época). Un guión que entretiene de manera equilibrada durante todo el film… Y volver a ver a Chevy Chase puede emocionar.
Ya casi promediando la década del noventa, aparecieron algunos directores -digamos que con los hermanos Farrelly a la cabeza- que demolieron ese humor anquilosado y previsible que tenía el cine americano durante toda la década del ochenta. Esta nueva comedia americana traía consigo un humor explosivo, fuera del molde y poco predecible en contraposición a la previsibilidad absoluta que tenían las comedias ochentosas, donde los chistes se veían venir a diez kilómetros de distancia. Chevy Chase es una especie de abanderado de ese humor adocenado. Se dedicó toda la década a martirizar al género y a construir un humor chabacano al borde de lo intolerable. Quizás la película Vacaciones, del año 1983, es la más visible de aquel insoportable tedio; digamos que gracias al guionista John Hughes, un virtuoso que no trastabilló ni siquiera bajo la influencia de Chase (aunque el susodicho ha hecho volcar a cineastas como Landis o Harold Ramis en comedias imposibles y absurdas). En esta especie de reboot de Vacaciones, Ed Helms toma el papel de Rusty Griswold (que interpretó Anthony Michael Hall hace tres décadas), pero ya con su familia propia, disfuncional y con su matrimonio en crisis (la siempre cumplidora Christina Applegate, en el papel de la esposa, es de lo mejor de la película). Decide repetir el viaje que había realizado con sus padres hace 30 años a un parque temático, cruzando casi todo el país en auto. La película, antes de arrancar como road movie, mete un chiste autoconsciente sobre la repetición de la fórmula de su versión original: un pequeño aviso que nos preparó para una hora de chistes pétreos, gélidos, que pretenden anular los últimos veinte años de Nueva Comedia Americana para repetir los viejos gags ochentosos de peleas infantiles entre hermanos, el padre que le sale todo lo que planifica mal y la aparición tipo homenaje de Chevy Chase, quien por un momento más nos hizo acordar por qué fue uno de los responsables de la peor década de comedia en la historia del cine americano. La película nunca juega con la repentización, con el humor que no se ve venir y con la imprevisibilidad; es un cine calculado, hermético. La comedia matemática carece de valor a esta altura. John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein recurren al viejo manual y no pueden aprovechar a dos comediantes que muy bien interpretaron la Nueva Comedia como Helms y Applegate. Vacaciones es una oportunidad pérdida para construir un puente entre dos generaciones de comedia, una chance de reescribir, de demoler y volver a construir. La vieja fórmula ya no funciona.
A pesar de tener dignos sucesores y una narrativa decente, este título araña apenas la risa. Holiday Road, wooo-ooohh Con un guión de John Hughes (adaptando una historia que escribió para la National Lampoon, una equivalente yanqui de la revista Humor) y bajo la dirección de Harold Ramis, Vacaciones fue una película que causa, y sigue causando, muchas risas, ya que todos en algún momento nos sentimos identificados con alguna de las desgracias que acontecen a la familia protagonista. Las abundantes secuelas (no solo en cine; también hubo secuelas directo a video) que subsiguieron hacían inevitable la existencia de una historia de los Griswold en la época de las redes sociales. Si bien hace esfuerzos notorios por diferenciarse, el producto final no termina de convencer. A continuación les digo porqué. La trama de esta nueva película de Vacaciones parte de una premisa similar a la de las anteriores, el patriarca de una familia desea llevarla en un viaje, pero desea hacerlo en auto cruzando los Estados Unidos con la esperanza de que la experiencia fortalezca los lazos entre ellos. En el camino se producirán imprevistos que harán el viaje, y la meta de estar más unidos, parece más difícil de lo que se esperaba. Primero, partamos de la base que Vacaciones es una secuela directa, ya que reconoce a las anteriores y se produce formalmente un pase de antorcha. Los guiños a la original están repartidos a mansalva, y hasta incluso intentan hacer la gran Comando Especial 2 con el chiste de la secuela auto-consciente, aunque no resulta tan eficaz. ¿Pero qué hay de las humoradas por su propio merito? Si bien es un guión que desde lo estructural no tiene nada que pueda reprochársele, saca muy pocas risas, y la razón es que se valen de humoradas que o son muy exageradas, o no supieron darle un giro más cinematográfico a escenas que tienen más sentido en el día a día que en una pantalla de cine. Por el costado actoral, Ed Helms prueba ser un digno sucesor de Chevy Chase. A pesar del flojo guión, Helms consigue comunicar lo que hacía querible al patriarca de los Griswold y era su deseo, sobredimensionadamente optimista, de fortalecer los lazos de la familia sin importar los obstáculos. Christina Applegate entrega un rol decente, y Chris Hemsworth prueba ser bastante funcional en su primer rol cómico. Todos se hubieran lucido muchísimo más si el guión hubiera sido mejor trabajado. Ahora si, por el apartado musical solo dos menciones: Primero, sí, tus presentimientos no te han traicionado; está Holiday Road de Lindsay Buckingam. Vas a oir tres versiones: La que recordás, dos veces (una de ellas en los títulos introductorios); una en tono un poquito más suave tipo emo, y una versión un poquito más rapera para los títulos finales. Segundo, una de las pocas secuencias que causa gracia o emoción es cuando Ed Helms trata de que la familia se sume con él para cantar Kiss from a Rose de Seal. Es uno de los pocos mecanismos humorísticos y de síntesis narrativa que, debo admitir, funcionan a favor de la peli. Es más, me encontré a mi mismo buscando la canción para escucharla de nuevo (después de escuchar por milésima vez Holiday Road). Conclusión A pesar de poseer aciertos incuestionables en materia actoral, Vacaciones no termina de convencer más allá de su asociación con la película original. Se vale de un humor que tiene más sentido en una película para adolescentes, que el registro humorístico más amplio que poseían sus antecesoras. En resumen,y cito a Jay Sherman, “Si es la remake de un clásico, vean el clásico”. Yo ya les dije lo que pienso, de aquí en más, es decisión de ustedes.
National Lampoon fue una de las revistas de humor más importantes que se publicaron en los Estados Unidos entre los años ´70 y fines de los ´90. Con un alto contenido de humor ácido e ironía, esta publicación presentaba una sátira sobre distintos aspectos de la sociedad norteamericana. En su momento fue muy popular y en Argentina tuvo una gran influencia en la creación de la revista Humor en los años ´80. En 1978 el director de cine John Hughes (El club de los cinco) publicó un cuento titulado "Vacation 58" donde narró un fallido viaje que intentó hacer con su familia a Disneylandia. Hughes vivió todo tipo de contratiempos y sus vacaciones resultaron un desastre. El cuento fue muy bien recibido por los lectores y a comienzos de los ´80 el cineasta decidió adaptarlo en una película junto con Harold Ramis (el recordado Egon Spengler de Los Cazafantasmas) y Chevy Chase, un actor que era muy popular en ese momento y se había hecho famoso en el programa Saturday Night Live. Chase venía de protagonizar en la pantalla grande dos éxitos importantes como Juego sucio (1978), con Godie Hawn, y Caddyshack (1980), junto a Bill Murray. Vacaciones, que contó con la dirección de Ramis, fue un proyecto que hizo en el pináculo de su carrera y en 1983 resultó una de las grandes revelaciones taquilleras del cine norteamericano. La película fue aclamada por la prensa y enseguida se convirtió en un éxito internacional. Con el paso del tiempo sobresalió entre las grandes comedias clásicas de los años ´80. Chavy Chase y las historias de la familia Griswold volvieron en tres continuaciones para el cine en 1985, 1989 y 1997. La nueva entrega que llega esta semana a los cines aporta un nuevo capítulo a la saga y al mismo tiempo funciona como una remake de la producción original de 1983. Esta vez el protagonista es Rusty Griswold, interpretado en esta ocasión por Ed Helms (¿Qué paso ayer?), quien decide revivir junto a su propia familia el legendario viaje que hizo con su padre 30 años atrás. No es un dato menor que el film fue dirigido por los responsables de Quiero matar a mi jefe 1 y 2, John Francis Daley y Jonathan GoLdstein. La historia sigue la misma línea de lo que fueron las últimas comedias realizadas por el estudio Warner, donde hay un importante foco en el humor negro y la escatología. Esta es una característica que le jugó en contra a Vacaciones, ya que resultó muy parecida a otras películas similares que llegaron al cine recientemente. El humor en general dentro de esta propuesta es bastante irregular. Hay situaciones graciosas que son divertidas y te hacen reír y otras que resultaron forzadas y no tiene el mismo efecto. Pese a todo, el reparto reunido fue acertado y los dos protagonistas especialmente, Ed Helms y Christina Applegate, formaron una buena dupla. Sin embargo, al repetir la misma fórmula de hacer humor que otras comedias recientes (como ¿Quiénes son los Miller?), Vacaciones nunca llega a evocar la misma experiencia divertida que brindó la película original. Algo que por otra parte era imposible de superar debido a los artistas que estuvieron involucrados. Si bien la nueva entrega cuenta con una participación especial de Chavy Chase y Beverly D´Angelo, la historia no tiene la fuerza necesaria para relanzar con éxito esta saga.
A veces es mejor no empezarlas Esta secuela llega treinta y dos años después del film original, con un viaje que emprende una familia para llegar a un parque de diversiones. Con chistes ligados al sexo en un producto apuntado a la familia, el relato acumula pocos momentos graciosos. Siguiendo la tradición que empezó su padre en la película de 1983, su hijo Rusty -Ed Helms-, piloto de una aerolínea de no mucho prestigio, decide darle una sorpresa a su mujer Debbie -Christina Applegate- y a sus hijos varones -Skyler Gisondo y Steele Stebbins- anunciando una travesía en auto que los llevará hasta el parque de atracciones favorito de las familias estadounidenses, Walley World. Sin la gracia de la original, la película de los guionistas y realizadores John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein parte de una idea atractiva que no deja de lado la persecución de un camión al mejor estilo Reto a muerte, el auto albano con muchas novedades tecnológicas que transporta al clan, choques, hoteles de mala muerte y constantes peleas entre los hermanos de diferentes edades. Lo que sigue tiene que ver con una sucesión de situaciones de dudoso gusto -el baño en la laguna- y chistes ligados siempre a lo sexual, detalle que llama la atención tratándose de una película apuntada al público familiar. Ed Helms, uno de los protagonistas de ¿Qué pasó ayer?, se mueve cómodo en un género que conoce, recurriendo a las morisquetas y caras de sorpresa, en medio de una trama que encuentra también algún que otro momento simpático. Esta secuela llega treinta y dos años después del film original, continuando la historia de aquella familia encabezada por Chevy Chase y Beverly D'Angelo. quienes repiten aquí sus papeles y reciben ahora en su casa a la familia de su hijo. También desfila Chris Hemsworth -Thor- como el seductor cuñado de Debbie, una suerte de adonis que se pasea mostrando sus atributos. La misma esposa lo dice casi al inicio: ¿Para que repetir un viaje treinta años después?.
Una recreación de una vieja película protagonizada por Chevy Chase de l983 que aquí tiene una participación especial. Básicamente, una familia de vacaciones, con anécdotas delirantes y accidentes por doquier. Con Ed Helms y Chrispplegate. Una comedia con situaciones al límite, con desniveles y algunos hallazgos. Entretiene.
Humor sin fecha de vencimiento Siguiendo la línea del clásico de los años 80 protagonizado por Chevy Chase, esta nueva entrega o más bien remake de Vacaciones (Vacation), nos guía una vez más a una comedia de aventuras que, aunque a primera vista aparenta ser una comedia familiar, termina distando bastante de ese perfil por el uso continuo de ciertas palabras y situaciones que la convierten en una película más apropiada para un público adolescente y de mayores de edad. Si bien queda claro que estamos ante una remake de una comedia clásica, es bueno diferenciar de raíz ambas producciones al tomar en cuenta los 32 años que ya han pasado del estreno de la película original. Los tiempos han cambiado, el humor en cierta manera también y el público ha mutado drásticamente dándole espacio a una generación que muchas veces desconoce de la existencia de las versiones anteriores a estas nuevas producciones. Con una clara impronta cómica moderna y algunos homenajes al film original, Vacaciones nos otorga una muy buena dosis de humor sin descanso durante casi toda su duración. Sacando de lado ciertos chistes repetitivos y algún que otro cliché que se puede perdonar, el guion de la película cumple y con creces al momento de entretener, y aunque ningún personaje del elenco consiga destacarse marcadamente, los protagonistas Ed Helms (The Hangover, We're the Millers) y Christina Applegate (Up All Night, Anchorman) consiguen desempeñar sus papeles de manera más que correcta guiando el rumbo de la comedia continuamente y dándole un incentivo propio a la historia. Quienes hayan visto y recuerden con gusto la película original y sus posteriores continuaciones de los años 80 y los 90, tienen que comprender que fuera de rendir cierto honor a las originales, esta nueva versión de la película está adaptada a nuevos tiempos y a un público distinto, por lo que ir con esperanzas de encontrar un producto humorístico similar, distará un poco de lo recordado de antaño y deberá ser comprendido con una visión más moderna y sobre todo comprensiva. Claro, que al fin y al cabo mientras las risas abunden, el humor es y seguirá siendo humor.
Una road movie donde todo está al revés Enésima vuelta de tuerca de un éxito que en los ’80 parió varias secuelas, el esquema corría el riesgo de resultar demasiado preanunciado, pero sucede que cada parada del viaje está salpimentada con los mejores condimentos. En tren de rascar el fondo del tarro, a los ejecutivos de Warner se les ocurrió volver sobre ciertas Vacaciones de Chevy Chase, con guión de John Hughes y dirección de Harold Ramis (National Lampoon’s Vacation, 1983). De ese mismo tarro habían rascado ya durante más de diez años y varias secuelas. Ahora, tres décadas más tarde, recurren a uno de los trucos más viejos del negocio: el del hijo (hubo hijos de Robin Hood, de Drácula, de Frankenstein, de Godzilla ¡y hasta de The Blob!). El hijo de Chevy Chase se vino grande, tiene su propia familia y, como su padre, quiere unas vacaciones que sirvan para rescatar a los suyos de la repetición, el tedio, esa disfuncionalidad llamada normalidad. La cosa sonaba a repetición de lo de por sí no demasiado virtuoso. Pero hete aquí que –por aquello de que el cine es, a veces, una dinámica de lo impensado– estas nuevas Vacaciones salieron buenas. Muy buenas, de a ratos.Los codirectores y coguionistas, John Francis Daley y Jonathan Goldstein, saben dos cosas básicas. Una es, obvio, hacer reír. La otra es hacer del origen de la risa el desfase. Lo que está fuera de lugar, el desajuste. Película de personajes y situaciones, pero sobre todo de gags, Vacaciones empieza con tres al hilo, todos ellos buenos. En el primero, Rusty Griswold, aquel hijo en cuestión (Ed Helms, el dentista de ¿Qué pasó ayer?) deja por un momento la cabina de avión en manos de su veterano copiloto. “Quería agradecerte lo que hiciste por mí”, le dice éste, “cuando testimoniaste que no estoy viejo para mi puesto”. “Ah, de nada”. “¡Ah!”, vuelve a la carga el otro. “Quería agradecerte lo que hiciste por mí, cuando testimoniaste que no estoy viejo para mi puesto”. Rusty sale de la cabina, se encuentra con la mirada admirada de un chico que viaja con sus padres, se acerca al grupo para cumplir con su papel de héroe popular y tres turbulencias sucesivas le provocan caídas que incluyen apretón de tetas de la señora y cabeza hundida en regazo del nene. Cuando llega al aeropuerto y pretende tomar un transfer, el piloto de una línea aérea internacional (Rusty es de una de cabotaje) hace valer su jerarquía, subiendo con dos azafatas, fascinadas con sus relatos picantes, y dejándolo de a pie.Ese trío de gags no sólo opera sobre situaciones de incomodidad y desubicación, sino que sirve para introducir al loser protagónico. Con el que la película tiene la delicadeza de no encarnizarse, otro mérito considerable. “Este loser es como vos o como yo”, es la idea básica. En una serie de fotos familiares (diez años seguidos yendo al mismo lugar), Rusty repara una noche en la expresión en ellas de su esposa Debbie (Christina Applegate, la que hacía “el papel de Luisana Lopilato” en Casados con hijos yanqui). De la indiferencia a la depresión, con varias paradas en el embole. Rusty decide dos cosas. La primera es cambiar de destino vacacional para dirigirse a Walley World, un parque temático como cualquier otro. El mismo a donde treinta y pico de años atrás habían rumbeado con papá Chevy, ubicado a... 4 mil kilómetros de casa.La segunda decisión es alquilar una combi albanesa, entre cuyos adelantos técnicos de última generación se cuentan espejos retrovisores para los asientos de atrás, un par de enchufes para darle alimentación eléctrica y un control remoto que incluye una esvástica entre sus iconos. Los hijos obedecen con resignación, el más chico esperanzado en seguir buleando salvajemente al más grande (una de sus bromas consiste en dejarlo sin respiración gracias a una bolsita de nylon). Mamá, ilusionada con alguna variante de sexo que le devuelva algo de electricidad. Episódica como toda road movie, Vacaciones se sustenta en el mismo principio de la original: todo lo que puede salir mal, saldrá peor. Con la ventaja de que Ed Helms es un comediante menos gesticulante, más interno que Chevy Chase.El esquema correría riesgo de resultar demasiado preanunciado, si no fuera que cada parada del viaje está salpimentada con los mejores condimentos. Desde el camión que los persigue a la manera de Reto a muerte, de Spielberg, hasta el genial cuñado falocéntrico de Chris Hemsworth. Pasando por un florilegio de desubicaciones paternas, dignas del Bakshi de Peter Sellers en La fiesta inolvidable, y el extraordinario guía suicida del Cañón del Colorado. Todo a bordo de la combi albanesa, suerte de auto-Bond al revés. Al revés: si hubiera que definir en una sola fórmula el espíritu de una buena comedia, esa debería ser la fórmula.
Un recreo familiar sin ninguna diversión La película dirigida por Jonathan Goldstein y John Francis Daley ignora los nuevos recursos de la comedia. Con pocos chistes buenos y lugares comunes, se trata de otra remake para el olvido. Lo bueno de las remakes es que si son excelentes, son siempre bienvenidas, y si son irrelevantes, pasan al olvido sin pena ni gloria. Hay excepciones a esto último, es verdad, pero lo cierto es que un film destinado al olvido es –salvo para quien tenga la obligación de verlo por motivos laborales- en todo caso inocuo. Vacaciones es al mismo tiempo una remake y una secuela, cosa rara si las hay. Y es, antes que cualquier otra cosa, un film destinado al olvido. Es casi un milagro que habiendo tantas comedias excelentes en el cine norteamericano de las últimas dos décadas, sean casi siempre las películas mediocres las que escapen de las arbitrariedades de la distribución y lleguen a las salas. Tal vez sea justamente su mediocridad lo que les abre las puertas, vaya uno a saber. Mediocre no significa mala, significa una medianía sin interés, pero que aun así logra algunos buenos momentos. El esquema se repite: una familia atraviesa más de 4000 kilómetros, desde su hogar en Chicago hasta un anhelado parque de diversiones. Hablamos de secuela porque es el hijo de la familia original, y remake porque se repite toda la estructura e incluso los gags. Está claro que en el camino, habrá toda clase de complicaciones que dan pie a un humor que pocas veces es efectivo y muchas veces es rutinario. Si el film original de 1983, protagonizado por Chevy Chase, era por lejos el mejor del actor y visto hoy, sorprendentemente, sobrevive como una gran comedia, muy divertida, que funciona plenamente. Las secuelas que provocó mejor olvidarlas, algo parecido a lo que ocurre con esta remake. La burla a los lugares comunes más obvios del ciudadano norteamericano medio no tiene el más mínimo trabajo o sofisticación. En una época donde el género ha evolucionado como pocos, resultado es un poco frustrante al ver que un film niega los buenos progresos realizados por la comedia. Ir a un cine a ver algunos de los gags que aparecen acá es casi una contradicción con el acto de ir a ver una película. Ni las apariciones especiales ni los esperables cameos que uno busca, pueden elevar a la película que de los muchísimos chistes que tiene, sólo unos pocos son realmente buenos y llegan a funcionar. "Nunca oí hablar de las vacaciones originales", dice un personaje. Tal vez para él se haya hecho esta película. Para el resto, un viaje es más que suficiente, no necesitamos repetirlo.
Comedia eficaz y crítica Como pasa en general con las comedias más escatológicas y vulgares Quiero matar a mi jefe 2, por poner un solo ejemplo-, la crítica estadounidense ha destrozado, en promedio, a Vacaciones modelo 2015. Es cierto que hay chistes que podrían funcionar mejor sin tanta obviedad y sin tanto doble o triple remate. Y también es evidente que hay explicaciones injertadas por la indecisión frente a los personajes: ¿hacerlos monigotes imposibles o permitirles la chance de la empatía?, dúo de opciones que en este caso van para lugares distintos y debilitan la narrativa. Pero la cantidad de chistes que despliega la película, el timing perfecto de más de la mitad de ellos un golpe, un accidente y un silencio pueden ser prácticas cómicas perfectamente ejecutadas y una actriz extraordinaria en un personaje superior (Christina Applegate como Debbie Griswold) hacen de esta Vacaciones un ejemplar en muchos momentos singularmente eficaz e inspirado de comedia estadounidense contemporánea. Vacaciones 2015 es la tardía secuela de la trilogía de Vacaciones (1983-1989) con Chevy Chase. Los adolescentes de esa película son ahora los adultos (Ed Helms, protagonista y padre de familia, y Leslie Mann). El viaje es el mismo que en la película de 1983: de Chicago a California, para ir al parque Walley World en auto, un disparate de miles de kilómetros ejecutado por una familia comandada por un descerebrado. La película, vista a contrapelo, es una crítica salvaje y ácida de muchas zonas de la cultura estadounidense: por ejemplo, los Griswold pasan por delante de bellezas naturales deslumbrantes y las soslayan en el afán de llegar a la montaña rusa más bestial y hacer 4 horas de fila (y hay mucha más corrosión sobre usos y costumbres, ya desde las fotos iniciales). No es tan sencillo encontrar esa capacidad de demolición y crítica cultural en comedias contemporáneas de otros países, esa representación esperpéntica, ni siquiera en la ascendente pero todavía escasa comedia argentina actual. Y es aún más difícil mantener un ritmo parejo de chistes, aunque sean resueltos de forma despareja. El rescate por triplicado de la canción "Holiday Road" de Lindsay Buckingham nos lleva, una vez más, a la película de 1983: al volver a ella notamos que su humor ha envejecido notoriamente, y también su forma deudora de la televisión, con música demasiado comentativa. Por su parte, los encuentros familiares con diferencia de clase hacia abajo antes, hacia arriba ahora se mantienen y son un núcleo narrativo importante. Por último, la línea narrativa de la rubia en el descapotable es mucho mejor y más breve en 2015, en esta comedia envenenada detrás de su escatología, vulgaridad y brutalidad, o tal vez gracias a su escatología, vulgaridad y brutalidad.
En el auto feo de papá Es un mal remedo de la primera entrega de la saga, de 1983, que tampoco era muy brillante. En 1983, con la road movie Vacaciones, de Harold Ramis, se inició una saga cómica que abarcó cuatro películas, un telefilme y un cortometraje, siempre con la misma temática: los "disparatados" viajes de una familia tipo estadounidense, los Griswold, cuyo patriarca, Clark, era Chevy Chase. Ahora se estrena la séptima aventura, que emula a la primera: Rusty Griswold (que en la de 1983 era un preadolescente) decide acarrear a su mujer e hijos a Walley World, el mismo parque de diversiones al que su padre había intentado llevarlos en la película original (y que, al final, estaba cerrado). Esto implica repetir, también, el mismo trayecto en auto desde Chicago a San Francisco (unos tres mil kilómetros). La primera no se cuenta entre lo mejor de la filmografía de Ramis (director de Hechizo del tiempo, guionista y actor de Los cazafantasmas), pero funcionó en taquilla y eso explica todo lo que vino después. Incluida esta nueva Vacaciones, dirigida y escrita por Jonathan Goldstein y John Francis Daley, que debutan como directores pero ya habían trabajado juntos como guionistas en, por ejemplo, Cómo acabar con tu jefe 1 y 2 (antecedentes poco alentadores). Uno de los escasos motivos para ir a verla es ser fanático de la saga (si es que semejante ser humano existe), porque hay varios guiños a los primeros Griswold (incluso aparecen, en sus viejos papeles, Chevy Chase y Beverly D'Angelo, que hacía de su mujer). El resto es prescindible y es mejor abstenerse, salvo que a uno lo seduzcan los chistes escatológicos, bobos o de consumo interno yanqui, y la moralina profamilia.
Publicada en edición impresa.
"Recuperando la familia" Siguiendo con la moda de revivir las películas exitosas de tiempo atrás, en esta oportunidad le tocó el turno a “Vacaciones”, film que se estrenó por primera vez en 1983 y que tuvo varias secuelas. En este caso no tendremos como protagonista a Chevy Chase, sino que tomará su lugar Ed Helms, quien hará de Rusty, el personaje que hacía de hijo en las películas de los ’80. Cansado de la rutina y con el objetivo de unir a su familia, Rusty querrá revivir uno de los viajes que marcaron su infancia: la visita al parque Walley World. Sin embargo, el viaje no saldrá tal como lo planearon, sino que todo se le complicará a la familia Griswold. La trama es divertida y si bien carece de la fuerza y del poder de las originales que convirtieron a esta historia en un clásico, funciona muy bien. Tiene buenos chistes, aunque no hay que dejar de lado que cumple con la fórmula de la comedia ya establecida, es decir, que no se encuentran muchos elementos que salgan de lo común. Pero continuando en este sentido, la fórmula se sigue al pie del cañón y es por eso que la historia funciona mucho, entreteniendo y divirtiendo al espectador. Algunos chistes más inocentes, otros más burdos; nos proponen situaciones ridículas y extremas que logran generar risa en el público. Incluso existen ciertos guiños con sus antecesoras, sobre todo con la gran presencia de Chevy Chase. El trabajo de Helms es destacable, a quien pudimos conocer en comedias como “¿Qué pasó ayer?” o “The Office”, pero acá podemos observar que no solo sabe hacer buenos personajes secundarios, sino que también sabe llevar un protagónico; tiene una mezcla de inocencia y bondad con astucia para encarnar dicho papel. Además, está bien acompañado por el resto de los actores, tanto por Christina Applegate, quien hace de Debby, la mujer de Rusty, alguien que se encuentra infeliz entre tanta rutina; como por quienes hacen de sus hijos: Skyler Gisondo y Steele Stebbins. En síntesis, para estas vacaciones de invierno que ya se terminan, “Vacaciones” es una buena comedia para ir a ver. Tal vez no sobresalga de las comedias promedio, pero ofrece un momento de entretenimiento y diversión para toda la familia. Samantha Schuster
En VACACIONES con el fin de fortalecer los lazos familiares, Rusty intenta repetir el viaje familiar que hizo cuando era pequeño. Para eso decide cruzar todo el país junto a su esposa y sus dos hijos. Sin embargo, no todo va a salir como lo había planeado. Retomando la idea de la saga ochentosa protagonizada por CHEVY CHASE (que aquí se reserva una pequeña participación) esta versión remozada de VACACIONES, resulta acorde a los nuevos tópicos de la comedia americana políticamente incorrecta. Por eso abundan en la trama los momentos escatologicos, de chistes sexuales, y humor irreverente. ED HELMS aprovecha su histrionismo para darle vida a este nuevo padre de familia tan amoroso como torpe. La trama, sencilla, apunta directo a la risa fácil, logrando un resultado efectivo, destinado a los espectadores en busca de humor rudo, explícito y sin segundas lecturas. En ese sentido, VACACIONES no defrauda, entrega lo que promete, un metraje destinado a pasar un rato de risas salvajes y con cierto tono retro.
Treinta años después del icónico primer viaje de la familia Griswold hasta el parque de diversiones Walley World, las ruedas vuelven a girar en Vacation, una secuela que actúa como potencial reinicio de la franquicia y que no tiene miedo de irse de boca más de una vez con desopilantes situaciones que la familia debe atravesar. Hablo desde mi propia experiencia, pero a más de uno le habrá pasado el haber enganchado en la televisión vespertina de un fin de semana alguna de las entregas de las National Lampoon's Vacations. Originada allá lejos y hace tiempo por el gigante John Hughes y dirigida por un tanque de la comedia como Harold Ramis, el vehículo de lucimiento para Chevy Chase es parte fundamental de la infancia de uno, y hay escenas icónicas que han quedado en el inconsciente colectivo. Lo mismo debe haberles ocurrido a los directores y guionistas John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein. Los jóvenes tomaron las riendas en esta oportunidad y construyeron un monumento nostálgico al pasado de la serie, mientras le agregan el estilo de la comedia americana de hoy en día: zafada, escatológica, burda y cruda cuando la situación lo requiere, pero con un toque de humanidad en sus personajes y una enseñanza bien, pero bien al fondo de todo. Desde los idénticos títulos iniciales con la inoxidable "Holiday Road" de Lindsey Buckingham -el himno de la saga- hasta los guiños con el aparatoso vehículo de viaje, la chica del Ferrari y la aparición de los viajeros originales, Clark y Ellen Griswold, Vacation puede parecer más una excusa para reiniciar y rememorar que para crear una historia nueva. Pero cuando decide escarbar en las emociones de los personajes y exponer qué los motiva, es cuando el panorama se ve diferente. Ahí cuando el patriarca original quería tener un lindo gesto para pasar más tiempo con su familia al viajar al parque de diversiones, el ahora crecido Rusty Griswold -un Ed Helms fantástico como siempre- necesita de este viaje en ruta para salvar a su familia, recomponer el matrimonio con su alicaída esposa y ganarse a sus dos hijos, desconectados totalmente por la tecnología y problemas de edad. Los conflictos no se hacen esperar, y si bien la nostalgia ayuda mucho a levantar el espíritu de esta entrega, el trabajo de Helms junto a la genial Christina Applegate crea un ambiente ameno, que no rivaliza el de Chevy Chase y Beverly D'Angelo sino que trabaja en vetas diferentes. El dúo de hijos, interpretados por Skyler Gisondo y Steele Stebbins, se roban varias escenas, sobre todo el menor de ellos, un psicópata indescriptible que no pierde tiempo en molestar a su hermano mayor, el sensible de la familia. Se puede objetar que en la original no se enfocaban los conflictos de cada Griswold sino en el conjunto en general y acá todo cambia, ya que los cuatro integrantes del clan tienen sus momentos. Es quizás una lástima que una gran actriz como Leslie Mann quede relegada a unas pequeñas escenas como Audrey Griswold y se enfoque todo en el lucimiento de Chris Hemsworth y su situación debajo de los pantalones. Hemsworth tiene pasta, pero su parte es totalmente repetitiva y no aporta casi nada a la trama, dejando a una gran comediante como Mann a la deriva y sin peso. Hay algún que otro cameo en el camino, pero es preferible no adelantarlo -tampoco es tan grande, pero tiene un desenlace más que divertido-. Vacation ocupa bastante de su tiempo rememorando en el pasado, y a veces tiene problemas encontrando una personalidad propia, pero cuando lo hace, toca las teclas apropiadas y lo que sigue a continuación son situaciones incómodas, pasadas de rosca y totalmente entretenidas. Teniendo en mente la original, el resultado es mucho más disfrutable.
El largo y sinuoso camino a una montaña rusa ¿Sobre qué cosas no se deberían hacer chistes? Quienes piensen en el SIDA o la pedofilia quedan cordialmente invitados a no ver esta nueva entrega de Vacaciones, que está repleta de guiños a las películas que inmortalizó en la pantalla grande Chevy Chase. La familia Griswold vuelve a las rutas por decisión de Rusty (Ed Helms) -piloto desprestigiado, antes adolescente y ahora padre de familia- no sin antes convencer a su antipática familia: Debbie (Christina Applegate), la esposa infeliz; y sus insufribles hijos James (Skyler Gisondo) y Kevin (Steele Stebbins). El destino es una montaña rusa que el protagonista recuerda con cariño, en el parque -Walley World- donde obviamente la mayoría de las cosas no salen como se esperan. Los comediantes son buenos y los chistes van creciendo en la medida que se suman al reparto viejos conocidos. El humor incómodo abre caminos con terminologías del porno yanqui que devienen en un patriotismo exacerbado. Deja algunas críticas solapadas sobre las jurisdicciones en los diferentes estados y lleva al absurdo el valor contemplativo por la Constitución. John Francis Daley y Jonathan Goldstein (serán guionistas de Spiderman) dirigen esta road movie que se torna por momentos previsible aunque no aburrida. A pesar de ser jóvenes, dejan algunos homenajes al cine clásico y algunas sutilezas para quienes hayan visto otras “vacaciones”. De todas maneras, no es una remake. Las actuaciones son buenas y el presupuesto muy alto, la trama se termina desinflando en el afán del chascarrillo. Ed Helms hizo reír y pensar en The office y aquí sólo logra el primer cometido, aunque Christina Applegate es buena partenaire. Es confuso el mensaje que concluye respecto al concepto de familia, donde, por ejemplo, el hermano menor es el que hace bullying. Dentro de la banda sonora, podemos ubicar Kiss from a rose, de Seal, una de las canciones más recordadas de las películas del hombre-murciélago y que aparecía en la mediocre Batman eternamente, de Joel Schumacher. Es una canción del Cristian Castro de Gran Bretaña, de esas que son un lastre pero generan cierta empatía en el público. En esta ocasión comienza como un susurro y termina cantándose a viva voz, a la vez que se transforma en leitmotiv. El film recupera también otra gran canción del comienzo de la serie fílmica, como es el caso de Holiday road, de Lindsay Buckingham. El ensamble con la música alcanza su clímax en un paseo por el río. Los bienaventurados que se queden hasta los créditos sabrán un secreto de Thor.
Treinta y dos años después de aquella versión con Chevy Chase, llega Vacaciones mezcla entre remake y secuela con Ed Helms. La idea de hacer secuelas o remakes de clásicos, casi nunca termina cerrando demasiado bien. Mucho más complicado el asunto si alguien se propone hacer una secuela que parezca una remake! Aunque la original Vacaciones de 1983 (National Lampoon’s Vacation, Harold Ramis) dista mucho de ser un clásico en el amplio sentido de la palabra, si fue una comedia que dejo su marca a una generación a principios de la década del ochenta. Con un genial guion de John Hughes, un gigante guionista de comedias que es responsable de todos los films clásicos que recordamos de esa época, la película nos contaba las desventuras de los Griswold, una familia de clase media cuyo padre (el genial Chey Chase) emprende un viaje en auto de varios días para llevar a la familia a Wally World, el parque de diversiones soñado, solo para ver el viaje convertido una y otra vez en una serie de hechos más que desafortunados. Treinta y tantos años después, el hijo mayor de Clark, Rusty, ahora interpretado por el mucho menos interesante Ed Helms, decide revivir ese viaje en un intento de brindarle a su familia las vacaciones que con tanto cariño el recuerda. Con su esposa Debbie (La genial y deliciosa Christina Applegate) y sus dos hijos James y Kevin, emprenden el larguísimo camino que, nuevamente, los llevaran por las más alocadas situaciones que un guionista pueda escribir, aunque los nuevos escritores no parecen estar tan inspirados como su predecesor. Las historias que ocurren están tratadas con poco tacto, mucho humor chabacano que uno espera de una comedia con Emilio Disi pero que en Vacaciones parece casi innecesario, teniendo dos actores que pueden llevar adelante diálogos mas que complejos, la película termina redundando en situaciones que generan más vergüenza ajena que risa. Un punto arriba es el personaje del hijo mayor James, compuesto por Skyler Gisondo que sabe hacer de nerd con mucha clase. Las vacaciones de invierno suelen dar para mucho en la Argentina, y existe la posibilidad de que Vacaciones arrastre al cine algunos espectadores impensados, y algunos que quieran llevar a sus hijos a rememorar las aventuras que ellos vieron en VHS cuando eran chicos. De cualquier forma, no será el boca a boca el que venda entradas, no es una de esas películas.
Desde el principio les diré que no es el tipo de comedia con el que congenio pero reconozco que funciona muy bien, sobre todo en público masculino adolescente y joven adulto. En "Vacaciones" encontraremos parte de los personajes creados por John Hughs en "National Lampoon's Vacation" y sus secuelas. Entre ellos, Chevy Chase y Berverly D'Angelo, como el matrimonio Griswold original, que ahora son abuelos y cuyo hijo mayor, Rusty, se convierte en el padre de familia que llevará a su esposa y a sus críos en una aventura de 4100 km para cambiar la rutina del descanso, tal cual pasaba en los anteriores filmes. Para el papel de Rusty lo convocaron a Ed Helms ("The Hangover", "The Office") que encaja a la perfección para ser el optimista frente al desastre que se le va presentando a cada paso, no porque tiene que ser así, sino porque él le agrega su cuota de ingenuidad y torpeza. Este piloto de una aerolínea de bajo presupuesto, tiene poco tiempo para disfrutar con su familia y es herido en sus sentimientos cuando escucha a su esposa decirle a una amiga que está aburrida de pasar sus vacaciones en una cabaña de Michigan, cosa que para Rusty es un hecho fundamental y ritual que fortalece los vínculos una vez por año. No se imagina que lo que realmente quiere Debbie (Christina Appelgate) es irse a París de segunda luna de miel. A cambio de la Ciudad Luz, Rusty renta un auto ridículamente adecuado para la road movie que vamos a ver. Fue diseñado especialmente para desbancar el ícono de cuatro ruedas de la saga de Hughs, hasta su nombre, Tartan Prancer y su origen, Albania, fueron inventados, como si fuera un actor más y de verdad, que se reirán bastante en las interacciones con los accesorios y la voz del GPS, que todavía me hace sonreír. El hecho es que Rusty quiere llevar a su familia en una travesía de costa a costa de los EE.UU. en el engendro de la industria automovilística hasta Wally's World, un parque de diversiones que tiene la montaña rusa más nueva del país. En el camino, los miembros más jóvenes de la familia, James y Kevin, tendrán que congeniar o devorarse el uno al otro. James, en plena pubertad, con sus braquets, es tranquilo, romántico y un poco aparatoso, cantando canciones con su guitarra mientras que el pequeño Kevin (¿homenaje a "Mi pobre angelito"?), es grosero y rudo con su hermano mayor y con todo lo que se le cruza. Difícil tarea la de encerrar a la familia por 4100 km y allí no quedará episodio asqueroso, sensual, de descubrimiento de ciertos secretos por sortear si los Griswold no quieren darse por vencidos antes de llegar a la meta. Otro conocido en el elenco es Chris Hemsworth, el rubio carilindo y que esta vez dejará la nobleza del héroe Thor para convertirse en el exhibicionista y egocéntrico ranchero meteorólogo cuñado de Rusty. Tanto los directores de esta película, como los escritores, productores y actores parecen ser fanáticos de la familia Griswold y sus desventuras vacacionales. John Francis Daley y Johnatan M. Goldstein debutan en la dirección cinematográfica. El primero tiene 25 créditos como actor y 2 cortos como realizador cinematográfico. Completa el dúo Goldstein con el mismo currículum. Eso, sí, son los escritores de varios capítulos de reconocidas series como "Bones", "@#!&! Dice my Papá" y "The New Old Christine" y filmes como "Quiero Matar a Mi Jefe", "Lluvia de Hamburguesas 2", y embarcándose al comprar la franquicia de John Hughs ("Mi Pobre Angelito") para escribir y dirigir "Vacaciones". Entre los productores se encuentran Chris Bender y David Dobkin que son especialistas en este tipo de comedias con un humor que roza lo grotesco, lo escatológico aunque siempre cuenta con algún mensaje como el valor de la familia, la amistad, y la no discriminación. Tal es el caso de los hermanos Farrelly y ellos se encargaron de la producción de algunas de sus películas, también de "American Pie", "The Hangover" (1,2 y 3) y "Los Rompebodas". Me pareció creativa la idea utilizada tanto para los títulos como para los créditos finales ya que se proyectan fotografías, en el principio, como si fueran de la época de las primeras vacaciones, con efecto Instagram, y descubriendo partes que quizá no sean tan santas. Al final pasa lo mismo, pero con fotografías actuales, donde siguen con ese humor negro y un poco escandaloso. De lo que sí me voy a quejar es de la inclusión de varias escenas en las que Kevin trata de ver cuánto tarda en ahogarse James con una bolsa de plástico en la cabeza. No olviden que estas pelis después las pasan por la tele... Con gags que tienen lo suyo para divertir a un público que responde a lo que el filme propone, no es para una cita romántica.
Podría haber resultado mal. Podría haber sido otra inesperada remake que intenta emular a una película original y se queda a medio camino entre justamente la loa y el no poder encontrar su propio rumbo. Por suerte “Vacaciones” (USA; 2015) de John Francis Daley, Jonathan M. Goldstein pasa la prueba con una nota elevada. De hecho han convocado los directores para que sean los encargados del nuevo reboot de Spiderman, así de confiada la industria está con ellos. “Vacaciones” es una remake/secuela que puede aggiornarse al nuevo siglo sin temerle al ridículo y justamente en el ridículo encuentra su materia prima. Un matrimonio complicado por la rutina, con dos hijos que no se llevan para nada bien, deciden, por indicación del “hombre de la casa” emprender un viaje diferente al que todos los años hacen por sus vacaciones. Este “hombre de la casa”, piloto de una de las líneas aéreas económicas de peor reputación, al escuchar en una cena de amigos algunos comentarios poco afortunados de su mujer sobre las vacaciones, el sexo y otras cuestiones, decide virar el viaje hacia uno de los parques temáticos más bizarros del país. Mientras su mujer sueña con París, con el amor y el romanticismo, el sueña con poder regresar a un lugar mágico y nostálgico para él, el parque Walley World, meta final de sus vacaciones de niño junto a su padre. Para recuperar esas travesías decide alquilar un automóvil y llenarlo de todo lo imprescindible para pasar varios días en la ruta. Este hombre de familia no es otro que Russel (Ed Helms) el hijo de Clark Griswold (Chevy Chase) y un experto en todos los desastres que pueden llegar a pasar, los pensados y los impensados, y principalmente los que en el siglo XXI pueden llegar a pasar. Así, la película virará su timón hacia una serie de eventos desafortunados que minuto a minuto perseguirán a los protagonistas del viaje, desde baños en aguas termales con materia fecal, persecución de camiones con violadores, robo de absolutamente todas las pertenencias, bullyng entre hermanos y visitantes ocasionales de la ruta. El viaje terminará transformándose en una inmensa moraleja en la que el aprendizaje y la cohesión familiar sólo será la única responsable de la continuidad en la ruta a pesar de todos los inconvenientes que se presentan. Helms ofrece un sinfín de facetas a su personaje, pero también Christina Applegate como su mujer y cada una de las participaciones especiales (Chase, D’angelo, Chris Hemsworth, Leslie Mann, etc.) que brindan el contexto ideal para que el slapstick, el gag y el punchline exploten. “Vacaciones” es una comedia corrosiva, no apta para todo el mundo, pero que recupera el espíritu familiar de sus predecesoras y las adapta al nuevo siglo, con una estructura dinámica, simil sitcom, que potencia el chiste y la ironía para erigir un gran entretenimiento.
“Vacaciones”: cómica e incorrecta sátira al american way of life La nueva “Vacaciones” es la secuela más cruda del inolvidable original con Chevy Chase, y lo cierto es que consigue explosiones de carcajadas y también muchas risas incómodas al llevar la sátira a niveles demasiado oscuros. Las desventuras de los Griswold en la primera "Vacaciones" ("National Lampoon's Vacation") con Chevy Chase obligando a su esposa Beverly D'Angelo y sus dos hijos a recorrer medio país en auto para ir a un soñado parque de diversiones estilo Disney sin duda es una de las grandes sátiras al american way of life, la quintaesencia del humor ochentista surgido del programa "Saturday Night Live", y una de de esas películas que uno no puede dejar de ver cada vez que la repiten en el cable. Sin embargo, es la típica película de culto que aun habiendo pasado más alla de toda duda la prueba del tiempo, sigue disfrutándose como un raro placer culposo, tal vez por combinar el delirio y la ironía del director Harold Ramis con los toques ñoños del guión de John Hughes y la comicidad boba hasta lo patético de Chevy Chase. El detallle de que todas sus secuelas hayan sido menos audaces también sirvió para apreciar cada vez más el original de 1983, ahora continuada casi directamente por esta nueva "Vacaciones", que apuesta tanto a las tonterías como, sobre todo, al humor más salvajemente guarro que pueda ser vinculado con una comedia familiar. Lo que la convierte en un placer muy, muy culposo, que se pasa totalmente de la raya entre la estupidez y la más implacable sátira social a niveles insensatos. Sin poder decir si es una gran película, lo cierto es que consigue explosiones de carcajadas y muchas risas incómodas- además de llevar el concepto a niveles demasiado oscuros. Ed Helms es creíble como el mediocre piloto de una línea aérea de bajísimo costo que, para sacar del pozo a su familia, tiene la gran idea de repetir el viaje en auto a "WalleyWorld" con el que su padre lo torturó de niño. Su esposa (Christina Applegate) no cree que eso sirva para despertar la anodina rutina conyugal, y sus dos chicos (el grande, con inquietudes artísticas, abusado y humillado de todas las maneras posibles por su despiadado hermanito menor) casi se quieren matar ante la idea, Las actuaciones de los dos chicos, Skyler Gisondo y Steele Stebbins, son de lo mejor de la pelicula El mal viaje lleva a la nueva generación de Griswolds por aberrantes viñetas de la vida americana, lo que potencia lo patético del clan familiar. La pesadilla está salpicada de chistes memorables, terriblemente fuertes, con escenas destinadas a la inmortalidad, tanto del humor tonto (todo lo vinculado con el auto alquilado y presentado como la más moderna camioneta familiar fabricada en Albania simplemente no tiene desperdicio; el reencuentro de la madre de familia con su pasado universitario y su leyenda de "party animal" no se puede creer) y, especialmente, el momento digno de asco y lágrimas de risa en el que la familia cree haber encontrado una especie de spa natural sólo para ellos. Lo del auto y esta escena inenarrable justifican el precio de la entrada. También reaparecen los abuelos Griswold: Chase está tal cual como debería lucir su antiguo personaje, o peor, mientras Beverly D'Angelo sigue siendo una beldad. Ninguno de los dos hace mucho, de todos modos. Como bonus, aparece Thor, es decir Chris Hemsworth, burlándose de su sex appeal de un modo no precisamente sutil. Aunque hay que convenir en que la sutileza no es el fuerte de estas nuevas "Vacaciones". Verla en un cine lleno un sábado por la noche debe ser toda una experiencia, por los ataques de risa e indignacion cruzadas de la audiencia ante diálogos como "Papá, ¿que es un beso negro?", por ejemplo.
La familia posmoderna en clave Apatow Allá a principios de los cada vez más lejanos 80s, Chevy Chase era un comediante en ebullición salido de la escuela del exitosísimo programa Saturday Night Live. Uno de sus roles más recordados en films cómicos es uno en el que interpretaba a Clark Griswold, padre de la familia norteamericana tipo, y los enredos y contratiempos de planear unas vacaciones en familia. La película se llamaba Vacaciones (National Lampoon’s Vacation,1983), parte de una saga de films cómicos de la época. Treinta y dos años después llega a nuestras salas Vacaciones (Vacation, 2015), una suerte de híbrido remake/spin-off del film homónimo. Pero las cosas, el mundo y la vida cambiaron un poco desde 1983. Esta vuelta es Rusy Griswold (hijo del viejo Clark en la ficción) quien planea unas vacaciones familiares que incluyen un excesivamente largo viaje en auto para llegar a Wallyworld, un parque de diversiones que cuenta con la montaña rusa más grande, peligrosa o rápida del mundo, cualquiera sea el rasgo característico que la haga digna de semejante periplo desde el guión. De más esta anticiparles que el viaje en cuestón se vera plagado de contratiempos, accidentes y elaboradas complicaciones de la mayor variedad imaginable. Y justamente es el guión el primer lugar desde el cual el film intenta despegarse de su antecesor. Es el mismo Rusty quien dice “estás vacaciones tienen valor por si mismas, nada que ver con las anteriores” como queriéndonos convencer de que no vamos a ver algo integramente copiado, o al menos no tanto. Las secuencias de accidentes, golpes y mal entendidos tienen el mismo aire que en 1983, pero con un giro escatológico, como si Judd Apatow hubiese supervisado escena por escena el trabajo de la dupla de directores John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein (Quiero matar a mi jefe [2011], El Increíble Burt Wonderstone [2013]). La comedia sigue siendo la misma, pero más cruda. Si al Griwold de Chevy Chase le hacia ojitos una rubia desde un convertible rojo en la ruta, al Griswold de Helms le sucede lo mismo pero con la diferencia de que la rubia se distrae y se cambia de carril accidentalmente colisionando de frente con un camión. La comedia llevada a un extremo para ganar en impacto. Mentiríamos si les dijesemos que ninguna secuencia es capaz de sacarles una risa. Ed Helms (¿Qué pasó anoche?, 2009) y Christina Applegate (La Cosa Más Dulce, 2002) haciendo las veces de papá y mamá Griswold se mueven bien dentro del género y demuestran también ductilidad para la comedia física. El elemento que más sufre es el eje temático del film: esa familia clásica norteamericana de hace treinta años difícilmente encuentre paragón en un Siglo XXI plagado de familias disfuncionales, con falta de comunicación y lazos afectivos. La base sobre la que intenta asentarse el universo de la película prácticamente ha dejado de existir en nuestro tiempo. Tal vez sea este el problema más grande con el que tenga que lidiar la película, porque sin importar cuanta escatología por fotograma podramos tolerar o cuan corrosivo se haya vuelto el humor en el nuevo milenio, cuando el nucleo de una historia ya no responde a un modelo de fácil asociación, es difícil que tenga una buena recepción.
Una mezcla de remake, reboot y secuela, la nueva versión de “Vacaciones” toma la premisa de “National Lampoon’s Vacation”, el clásico de 1983 dirigido por el fallecido actor Harold Ramis (el Dr. Egon Spengler de “Los Cazafantasmas”) y protagonizado por Chevy Chase y Beverly D’Angelo como Clark y Ellen Griswold, un matrimonio que realiza un arduo y problemático viaje junto con sus dos hijos, Rusty (Anthony Michael Hall) y Audrey (Dana Barron), hacia el parque temático “Walley World”. Esta vez, la historia se centra en un maduro Rusty, el hijo mayor de los Griswold, cuyo papel está interpretado por Ed Helms (“The Office”, trilogía “Qué Pasó Ayer?”). Aprovechando el fin del semana del día del trabajador y con deseos de reconectarse con su esposa Debbie (Christina Applegate) y sus hijos James y Kevin (papeles a cargo de Skyler Gisondo y Steele Stebbins), decide realizar un viaje desde Chicago hasta el mismísimo “parque de diversiones favorito de la familia”, tal como lo hicieron sus padres cuando él era pequeño. Como es de esperarse, el recorrido hacia este destino no será tan placentero y presentará todo tipo de problemas insólitos para esta desventurada y patética familia que desea romper con la rutina (muchos se sentirán identificados con la escena en la que Rusty mira fotos de distintas vacaciones siempre en el mismo lugar). A lo largo de su viaje los Griswold hacen pequeñas paradas. Entre otras cosas, se bañan en aguas no tan termales, pasan a visitar a Audrey (una desaprovechada Leslie Mann) y su esposo, el galán Stone (Chris Hemsworth), y toman una clase de rafting que se torna inesperadamente poco placentera. Las comparaciones son obvias y ésta sale perdiendo, aunque no del todo. La película entretiene y cuenta con algunos momentos, gags y guiños que funcionan. Otros se sienten forzados y no provocan tanta risa. Se abusa de lo escatológico y guarro. Claro que el humor de hoy no es igual al de los años 80’. La dirección y el guión está a cargo de John Francis Daley (el psicólogo Sweets en “Bones”) y Jonathan Goldstein. Ambos debutan en la dirección pero no en la elaboración de guiones, ya que ellos escribieron “Quiero Matar a mi Jefe 1 y 2? y “El Increíble Burt Wonderstone” (que en la Argentina se editó en DVD). Las secuencias del auto Prancer (es insólito, ridículo e innecesario el equipamiento que trae), las apariciones de Chevy Chase (visto recientemente en la serie “Community”) y Beverly D’ Angelo, y algunas otras cositas que no voy a revelar, de lo mejorcito de este film que, pese a su flojo guión, logra que Ed Helms y Christina Applegate nos entreguen adecuadas performances.
Esa gran industria llamada Hollywood no deja de sorprenderme con sus productos fabricados en serie que apenas si pasan por el chequeo de calidad. Para mal de males, estamos en una etapa en la que uno de los países con más material fílmico per cápita se está dedicando a reciclar todo lo que sea posible. Remakes, secuelas, precuelas, readaptaciones… Todo es válido cuando hay que salvar el negocio. De repente uno se encuentra con films muy interesantes, pero la tendencia indica que no provienen del comercio yankee. Es por esa sencilla razón que los premios que anualmente entrega la Academia son cada vez más criticados. Hollywoodland es todo un show; un reality en sí mismo. Un lugar más parecido a la mampostería de sus estudios que otra cosa. Todo esto lo reflexioné a partir de una de las últimas comedias aventureras que vi. Vacaciones (Vacation, 2015) es la sexta de cinco anteriores versiones de una familia tipo norteamericana que se lanza a la carretera en busca de un inolvidable viaje. Y si bien no me declaro partidaria del género, podrían haber hecho un mejor esfuerzo. La historia de los Griswold no tiene ni un buen casting ni un buen guión, gags totalmente obvios y un esfuerzo de producción manchado por todo lo anterior. vacaciones_loco_x_el_cine_3 Rusty Griswold (Ed Helms) es un piloto de vuelos de cabotaje para una pobre línea aérea, un tipo con ideales tradicionales y muy poca hambre de progreso. Es por esta razón que en su afán de cambiar y tirarse a la pileta con un plan -según él- diferente, arrastrará a su mujer y a sus dos hijos adolescentes a un accidentadísimo paseo por Norteamérica. La negativa de Debbie (una oxidada Christina Applegate), James y Kevin es inmediata, pero aunque de mala gana, aceptarán compartir esas vacaciones con rumbo a “Walley World”, al parecer el lugar que le dejó los mejores recuerdos de la infancia al insistente hombre de la casa. A partir de ese momento, al contrario de como debería de ser, comienza lo peor de la película. Sí, el nudo es lo más aburrido que tiene. Un interminable rodeo que repugna con sus bromas escatológicas y cuyos chistes ni siquiera encajan en el universo ficticio del film. Que las vacaciones son terribles, son terribles, de eso no hay duda alguna. Pero con humor del más barato que hay y que, paradójicamente, hoy abunda en películas de no tan corto presupuesto. vacaciones_loco_x_el_cine_1 Hablemos de lo que pasa en el camino a ese parque de diversiones que se mantiene intacto en el imaginario de su protagonista. Sobran las escenas en el interior del auto y se plagian unas con otras. Infaltables las paradas en diferentes atracciones turísticas que siempre acaban siendo un fiasco; ni hablar para los Griswold. La inevitable visita al tío copado que vive en una granja a mitad de camino… Sólo que en este caso se trata de Chris Hemsworth, un incurable macho alfa totalmente (¡sorpresa!) opuesto a la figura masculina que ofrece Rusty. El descubrimiento del “yo interior” de cada uno de los miembros familiares, en especial el del hermano mayor, con una dudosa orientación sexual que podría haber dejado a un lado lo sutil y haber sido disparadora de algo mucho más interesante. vacaciones_loco_x_el_cine_2 Como género cinematográfico, la comedia tiene muchas variantes. Cada una de ellas funciona según el target al que apuntan, pero otras simplemente no califican dentro del rubro. Lamentablemente, no puedo mantener una mirada optimista en todo lo que veo en pantalla grande. Vacaciones es un producto pobre, dentro de un mercado que se está llenando de propuestas humildes. Y créanme, que de una cosa a la otra, hay un trecho enorme.
Puesta al día del clásico de John Landis (sí, aparecen Chevy Chase y Beverly D'Angelo, hoy padres del protagonista) con Ed Helms y Christina Applegate, dos grandes comediantes. El film cuenta prácticamente lo mismo que la primera de la serie: una típica familia americana en viaje a las vacaciones perfectas a la que las cosas les salen horriblemente mal, siempre por inadvertencia. Hay buenos momentos cómicos en general, pero existe el problema de que no parece ser una película sino una serie de sketches. Es cierto que la original también funcionaba, en cierto modo, de esa manera, pero tenía una cohesión que aquí es más difícil de encontrar, un crecimiento dramático que no funciona en este film. Incluso sucede que, con algunas situaciones mejores que en el original (e incluso más políticamente incorrectas o groseras, signo de los tiempos) carecen del mismo efecto. Esta “remake” ya fue hecha de algún modo, y se llama ¿Quién diablos son los Miller?
Quedarse en casa De la primera camada del mítico "Saturday Night Live", sin dudas Chevy Chase era el menos talentoso, un larguirucho que supo sacar provecho del personaje de pelotudo llevado hasta el extremo y con el que pudo filmar un puñado de películas olvidables, pero que la moda retro nos trae de vuelta aunque las creíamos enterradas en un buen lugar del pasado. "Vacaciones" es una comedia basada en el desastre, ese que sobreviene a partir de la pelotudez del protagonista o por la mala suerte que le acompaña. Así se presentan situaciones más o menos desopilantes, mientras la familia protagónica viaja de un lado al otro del país para mejorar la relación entre sus miembros, y disfrutar de unas vacaciones familiares que ahuyenten la rutina. De alguna manera estamos ante un remake, aunque se trate de una continuidad en la saga iniciada en 1983, ya que el protagonista es el hijo del personaje de Chase, quien tiene una breve participación en el filme. Si uno de los factores que contribuyen al hecho cómico es la sorpresa, acá esta faltó sin aviso. Gags previsibles, la siempre presente escatología que tanto disfruta el yanki promedio y un mal gusto general que no le hace honor a la historia de la comedia estadounidense. Sin dudas, Hollywood ha decidido ceder ante lo más bajo en materia de audiencia, ha renunciado a toda sofisticación y dirige su energía productiva a un público al que presume con claro retraso madurativo.
Crítica emitida por radio.
Una comedia sobre una familia que quiere salir de la rutina. Con toques escatológicos y humor negro. Narra los momentos que vive una familia muy especial. El padre de familia es un piloto de avión Rusty Griswold (Ed Helms) que nota que su esposa Debbie Griswold (Christina Applegate) no se encuentra bien. Eso lo descubre junto a su deseo de conocer París cuando escucha una charla durante una cena con los Peterson (Keegan-Michael Key y Regina Hall) , entonces considera que necesita revivir la pasión perdida y recomponer la comunicación con sus hijos Kevin Griswold (Steele Stebbins, "Paranormal movie 2”) y James Griswold (Skyler Gisondo, "Noche en el museo: El secreto del faraón "), para ello, deciden ir todos juntos desde Chicago a "Walley world" un parque de diversiones que queda a varios kilómetros de su domicilio. Para esta gran travesía alquilan un vehículo inteligente. Pero en ese recorrido suceden una serie de divertidos obstáculos que se verán a lo largo de la carretera. Vivirán una serie de aventuras y desventuras, chistes burdos, sexuales y algo de humor negro. Contiene momentos alocados y mucho aporta la buena banda sonora que va envolviendo las distintas situaciones. Dirigida y escrita por Jonathan Goldstein y John Francis Daley, que debutan como directores y los protagonistas son los actores Ed Helms y Christina Applegate (buenos comediantes) son graciosos. Además contiene una alusión a la película “Reto a la muerte” de Steven Spielberg, un cuñado especial interpretado por Chris Hemsworth, cameos Colin Hanks como pasajero junto a su familia soporta varios infortunios durante una turbulencia. Resulta entretenida y muy pochoclera.
Razones para ver "Vacaciones", quinta entrega de la comedia que comenzó en la década de 1980 Empaquen las maletas, suban al auto, ajústense los cinturones y déjense llevar por la flamante Vacaciones, quinta entrega de la franquicia que se hizo popular en la década de 1980 gracias a la efectividad de su guion, firmado por John Hughes, y a la actuación memorable de Chevy Chase en el papel del ya mítico padre de familia Clark Griswold. Lo que hizo John Hughes en 1983, año en el que se estrenó la primera, fue diseñar un guion con una estructura efectiva y simple, que consiste en una sucesión de disparatados chistes en forma de sketches (aunque no llegan a serlo) que convierten a las aventuras ruteras de los Griswold en un caos hilarante. En esta oportunidad es Ed Helms (¿Qué pasó ayer?) el encargado de interpretar al hijo crecido de Clark, Rusty Griswold, un piloto de avión que lleva una vida rutinaria y anodina y que, por eso mismo, decide emprender un viaje en auto con los suyos para ver si con el cambio de aire mejora su situación y salva la familia, sobre todo su matrimonio, que está en crisis. El destino es Walley World, un parque temático que está a 4.100 kilómetros. Por supuesto, su esposa (Christina Applegate) e hijos (Skyler Gisondo y Steele Stebbins) no quieren saber nada pero Rusty los convence. La cantidad de chistes que se dispara de entrada nomás, cuando apenas alquilan el auto súper moderno en el que viajarán, alcanza y sobra para toda la película. El resto es asistir a una ristra de gags fulminantes en cada una de las paradas que hace la familia. No faltan los paisajes característicos de los Estados Unidos, la escena obligatoria de la ducha en el motel, el momento creepy, la famosa charla entre padre e hijo y, por supuesto, la infaltable chica despampanante en la Ferrari. Y, como si todo esto fuera poco, también está el blondo Chris Hemsworth como el tío Stone, cuya aparición en bóxer es para los anales de la historia de la comedia americana. Vacaciones satisface y hace reír a carcajadas. Repite la estructura de las anteriores y su humor incorrecto pero no se queda en eso y aporta lo suyo, con situaciones adaptadas a los tiempos que corren. Los personajes son queribles y ninguno está de más, todos hacen su aporte para que el filme dirigido por John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein no decaiga nunca. La utilización de las canciones destacan por su sincronismo y armonía (por ejemplo cuando suena Summer Breeze, de Seals and Croft, en el momento “chico conoce a chica”). A la famosa frase que dice que lo que importa es el viaje y no el destino, acá se la da vuelta: lo que importa es el destino, ya que el viaje siempre es una mala experiencia para los personajes. Lo importante es llegar a destino cueste lo que cueste, porque es ahí donde está la felicidad.
Las Vacaciones de Murphy Vacaciones (National Lampoon’s Vacation) fue un clásico de las comedia de los ochentas. La peregrinación de los Griswold para llegar al parque de diversiones Walley World estaba construida sobre infortunio y sufrimiento. Un poco más de treinta años después, en medio de este frenesí de continuaciones, reinicios y remakes, vuelve la familia Griswold. Esta vez, el protagonista es Rusty Griswold (Ed Helms), hijo Clark (Chevy Chase). Este niño grande ve a su familia dispersa, que su mujer perdió la chispa, ¿qué decide hacer? ¡Road trip! Atado a un mandato familiar, el destino de estas vacaciones será… Walley World. Una película remake/reinicio acorde a estos tiempos de ansiedad narrativa: más sacada, más incorrecta, más directa, ¿más divertida? Ésta es una road movie donde se aplica la Ley de Murphy: todo lo que puede salir mal, pasará. Algo que es fiel a aquel clásico de los ’80. Quizás este sea uno de sus defectos, la ausencia de sorpresa. Porque en esa desesperación por el gag, se pierde la construcción de personajes y relaciones. A pura viñeta (la película es una serie inconexa de eventos desafortunados), uno espera el momento desatado y salvaje, a veces, es justo y acertado, pero en otros, resulta obvio y/o burdo. Un humor que juega a los extremos pero se pierde en la idea de remarcar y verbalizar esos excesos, contando varias veces el mismo chiste, anticipando, remarcando y violentando la situación cómica. Se puede tomar de ejemplo uno de los mayores aciertos de la película: un auto de fabricación albana para realizar el viaje a través de Estados Unidos. El vehículo, su diseño y controles de manejo, son tan delirantes e inútiles como graciosos. Pero lo que funciona a la perfección, se va descalabrando, reservándole una resolución final espectacular y vacía. Lo mismo se puede decir del personaje de Chris Hemsworth (marido de la hermana de Rusty), el chiste de su estirpe de cowboy macho, y principalmente, de su pene enorme, termina repitiendo lo presentado inicialmente. Vacaciones es una road movie donde se aplica la Ley de Murphy: todo lo que puede salir mal, pasará. Otra cosa a lamentar es ver tan buenos comediantes en papeles desperdiciados. Leslie Mann y Chevy Chase se pierden en momentos intrascendentales. Charlie Day, en el papel de guía de río tiene un poco más de material. Pero si duele ver a la genial Christina Applegate (Debbie, esposa de Rusty) siendo solo una compañera del único que brilla: Ed Helms. El actor de ¿Qué Pasó Ayer? y The Office se aleja del original de Chase para crear su propio bello y retorcido personaje. Vacaciones pierde con la original. Pero al menos, juega a ser un trencito desenfrenado, y en algunas estaciones, la carcajada gana su lugar.
Que una producción cinematográfica tenga como motivo fundacional el presentarse como una remake de un éxito de taquilla, no da cuenta de sus valores intrínsecos, si los tuviera. Tampoco debería ser una variable de valoración si el filme en cuestión fuese incorporado como uno más de la saga que haya desplegado el original, y casi como contradicción en si misma si ambas variables se juntan en el mismo producto. Pues de eso se trata la nueva “Vacaciones”, la original data de la década del ´80, cuyos protagonistas Chevy Chase y Bervely D´Ángelo aparecen casi como homenajeándose a si mismo. De hecho el personaje adolescente de aquella es hoy el padre que emprende el viaje con el fin de reconstruir a su familia, que está más cerca de la disfuncional que a los de cánones deseados. Cuando no circula por gags del orden del refrito, lo hace transitando el, llamémoslo, humor escatológico, o simplemente de mal gusto. Con estructura de “road movie”, narra las desventuras de ésta familia tipo, matrimonio que ha perdido el candor, padres de dos hijos bastante turbados, como no podía ser de otra manera. La forma de presentación del personaje principal es efectiva, pero no más que eso hay, nada difícil cuando se trata de pintar a un perdedor por definición, lo que sucede solo en los primeros cinco minutos de película. Nada más. Tal cual había realizado su padre, el hoy un maduro Rusty Griswold (Ed Helms) sorprende a su esposa, Debbie (Christina Applegate), y a sus dos hijos, con el plan de realizar un itinerario que supera los 4000 kilómetros, desde Chicago hasta Walley World, uno de los parques de diversiones preferido por las familias en EEUU. Para realizar tremendo recorrido alquilan un vehiculo, por lo que se anticipa que lo harán con las paradas necesarias para que descansen del viaje, y para justificar las acumulación de escenas que intentan hacer (ser) humor, o presentar otros personajes por acumulación y no por desarrollo del texto. Lo que termina por definirse como un catalogo de lugares comunes, sin la menor gracia. Si por lo menos se pudiera leer algo del orden de la critica a la falacia del “american way of life”, o una radiografía de las familias mediocres yankees, entonces habría algo productivo viéndola, aunque sea algo esperable, nada de eso aparece en ningún momento, por lo que la sensación mayor es la de haber perdido el tiempo.
¿Descanso familiar o locura total? Spin-off de la serie iniciada en los 80, surte efecto aunque mantiene la misma, probada fórmula. En el cine de los tempranos 80, Chevy Chase era el cómico estaodunidense del momento y, entre los múltiples títulos que lo contaban en la cabeza de su reparto, estuvo la serie de Vacaciones. La saga comenzó en el '83, dirigida por Harold Ramis, con coprotagónico de Beverly D'Angelo, Randy Quaid, Dana Barron y Anthony Michael Hall. El guion fue escrito por John Hughes, basado en su historia corta Vacation '58, y le ayudó a avanzar en su carrera con secuelas que se extendieron a una experiencia europea, otra navideña y una más en Las Vegas, hasta 1997. De aquel matrimonio que se embarcó en viajes de locura con sus dos hijos adolescentes -a la fecha y GPS mediante-, se tienen nuevas noticias en el legado: al igual que su padre hace 30 años, Rusty Griswold (Ed Helms), le propone a su esposa e hijos preadolescentes la realización de un viaje de varios días atravesando el territorio norteamericano. "Ni siquiera oí de las vacaciones originales", le recrimina uno de los chicos. "No importa. Éstas vacaciones se sostendrán por sí solas", asegura Rusty. Enunciación aparte, esta road movie mantienen el espíritu de la original, con algún "refresh" para la actual generación de cinéfilos. Chevy Chase y Beverly D´Angelo, reciben su merecido homenaje con una breve visita y, para quienes vieron la película del '83, hay una reversión imperdible de la escena de la Ferrari roja... Lástima que la adelantaron en el trailer.
Vacaciones es una película para pasar un rato distendido con algunas o muchas risas y sin grandes pretensiones. Posiblemente el público adolescente y joven la disfrute mucho más que el maduro. Los gags son de variada calidad, originalidad y eficacia, o sea que obviamente algo o mucho te va a causar gracia, pero en...
Rusty Griswold quiere reconectarse con su familia, y por eso intentará revivir el viaje que hizo en su niñez. Así, llevará a su esposa e hijos al parque de diversiones Walley World. En 1983 Harold Remis dirigió Vacation, también conocida como National Lampoon’s Vacation, una película protagonizada por Chevy Chase y Beverly D’angelo que contaba la historia de un padre de familia al cual se le ocurre la idea de recorrer todo el país, desde Chicago hasta California, en auto y llevar a su esposa e hijos de vacaciones al parque de diversiones Walley World. Las desventuras y problemas de los Griswold rápidamente se convirtieron en un clásico del cine, logrando generar una serie de películas, con tres entregas más, un corto y un spin-off. En 2015, John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein hacen su debut como directores con Vacation, una mezcla de secuela y reboot del film original. Aquí, Ed Helms (¿Qué pasó ayer?), interpreta a Rusty Griswold, el hijo mayor de la familia, quien ya de adulto está atravesando inconvenientes en su propio hogar: la relación con su esposa (Christina Applegate) está algo estancada, y sus hijos se llevan tan mal que no tienen noción de lo que es la palabra hermanos. Para mejorar las cosas, decide revivir la experiencia que lo marcó de chico y viajar en auto hasta Walley World junto a su familia. vacation-01-1024 De ahí en más, la película recorre junto a los protagonistas un viaje que, como no podía ser de otra manera, está plagado de dificultades que pondrán en peligro el objetivo de las vacaciones. Un camionero que los persigue, un baño en aguas estancadas y un paseo en rafting en el que casi caen por una inmensa catarata, son algunos de los obstáculos que tendrán durante su trayecto. Sexo y situaciones escatológicas y asquerosas son moneda corriente en la historia, y por momentos esto se torna un poco repetitivo. Se nota la experiencia como guionistas de Daley y Goldstein en comedias como Quiero matar a mi jefe, a pesar de que algunos chistes y situaciones son más efectivos que otros, es decir, por momentos logra hacer reír al espectador y por otros, simplemente no es divertida. Hay varias escenas que remiten a la Vacations original, y que quien la haya visto reconocerá fácilmente, pero no es impedimento alguno para entender y seguir esta nueva película. Helms y Applegate hacen una labor correcta, sin embargo uno de los puntos más sobresalientes son las interpretaciones de Skyler Gisondo y Steele Stebbins como James y Kevin Griswold, los hijos de Rusty. La particularidad de estos hermanos es que el menor es el líder y quien se encarga de hacerle bullying al mayor, que parece no saber defenderse de su hermanito. Los jóvenes tienen una buena dinámica en sus escenas juntos. En cuanto a actores invitados se destacan Lesliee Mann, quien encarna a Aubrey, la hermana de Rusty y su marido Stone (Chris Hemsworth). Nuestro querido Thor interpreta a un hombre bastante conservador que está haciendo carrera en los medios de comunicación. Hemsworth se lleva algunos de los momentos que más risas genera el film. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de la aparición de Chevy Chase y Beverly D’angelo. A diferencia de las entregas anteriores donde eran lo mejor de la historia, en esta nueva película sus escenas no supieron brillar. vacationmovie Conclusión: Vacaciones no se convertirá en un clásico como la del ’83, ni tampoco propone nada nuevo en el género comedia, pero es una película que sin ser una obra maestra, logra generar algunas risas. Si buscan pasar un buen momento sin demasiadas pretensiones, adelante. De lo contrario, es mejor abstenerse.
“Vacaciones” es la continuación de una serie de películas sobre las vacaciones de la familia Griswold, que en su primer film recorren todo el país en auto para poder llegar al parque de diversiones “Walley World” y hacen lo que sea para llegar a su destino En esta entrega el que debe llevar a su familia a el mismo parque de diversiones es Rusty Griswold, aquel hijo de Clark Griswold (Chevy Chase), que quiere lo mismo que su padre, unir a su familia.