Tom Cruise, el último gran héroe. Hoy la industria del cine se rige por trilogías en su mayoría, las terceras partes y por consiguiente las sextas y así alimentan las expectativas. Misión: imposible no fue la excepción. Siendo la tercera de una segunda trilogía aún me sorprende la forma que busca renovarse y no aburrir al público. En este caso, el filme tiene tres puntos en particular sin precedentes: ser una secuela directa, repetir director y el 3D. En ese orden, el hecho que M.I. Repercusión continúe con el mismo villano es una gran novedad que aplaudo de pie. Cada filme siempre funcionó como una película casi independiente. Y luego de ver Nación secreta, era injusto que la icónica organización conocida como Sindicato tuviera lugar en un solo filme. De hecho, que el villano en ese momento no haya muerto parecía ser señal de ello. Hablando de villanos no puedo evitar pensar en Henry Cavill y su bigote de la discordia que fue objeto de críticas para Liga de la justicia. Bien, su estética es más que justificada y remite a los villanos sesentistas que se caracterizaban por el uso de un bigote. Me gustó ese homenaje. Ahora, en cuanto a su desarrollo, por momentos caí en la trampa y esperaba que tal vez se convirtiera en el nuevo Hunt. Jeremy Renner no lo logró en Protocolo Fantasma. Cavill teje un villano que poco a poco va mostrando diferentes facetas. Sin embargo, por momentos parece arcaico con sus motivaciones poco claras; tal vez hubiese tenido otro -y mejor- impacto hace décadas. Cavill no es el único antagonista y nuevamente Sean Harris (Salomon Kane) sigue siendo uno de los grandes villanos. Sus líneas, sus miradas y su ambigüedad lo postulan como el mejor villano de la saga. Este conflicto también incluyó a Rebecca Ferguson, que demostró tener mucha más química que la misma Michelle Monaghan, quien es su esposa en la saga. Y reconozco que nunca me terminó de cerrar el Hunt casado y en este filme McQuarrie se las ingenia para resolverlo. Alec Baldwin impecable como siempre y más no puedo decir. En cuanto al 3D, tenía mis dudas pero cada secuencia justifica su uso, además de hacerla entretenida… ¿Realmente duró 2 horas y media? No pareció. Algo que pensaba antes de ver el filme era qué escena icónica habría esta vez, y me sorprendí que no hubo una, sino varias. Reconozco que fue atrapante ser testigo de las proezas de Cruise, la mayoría muy riesgosas. Recordemos la lesión que sufrió al caer mal y lastimarse un pie. Por esta manía de rodar las escenas más peligrosas sin doble el rodaje debió ser suspendido por 8 semanas. En la actualidasd no debe haber un actor más osado que Tom, al menos desde la época de gloria de Jackie Chan. Tom Cruise nuevamente nos demuestra que a sus 56 años aún puede exponer su físico y eso es admirable. Se lo ve cómodo en cada escena y eso se transmite en la pantalla. En cuanto a los personajes: Ving Rhames y Simon Pegg (una de las mejores adiciones en la floja tercera parte) aportaron su toque cómico y destaco dos escenas de Pegg que fueron memorables a la hora de hacer engaños: la pre−créditos y casi al final. Y hablando de la escena pre−créditos, los sueños de Hunt sobre su esposa me hicieron un poco de ruido; la del principio incluso me recordó a la fallida Momia. No sé si el director quería probarnos la humanidad de este agente, pero me parece que se sobreentendía desde hace varios filmes. Desconozco si será el final de la saga. Hoy en día nunca se sabe. Lo cierto es que nuevamente Tom Cruise logró sorprender y espero que a futuro más allá de sus secuelas venideras como Top Gun y Al filo del mañana nos sorprenda con una idea original. Yo sé que puede lograrlo.
Y se viene la tercera... Es una de las sagas más icónicas de todos los tiempos y recuerdo que hace tres años cuando llegó la primera entrega no solo redimió al factor nostalgia, sino que basándose en un salto temporal pudo encontrar una forma para revitalizar la saga. Esa forma de narración repercutió en Star Wars y seguramente lo haga a futuro con Terminator. La entrega anterior de Jurassic World había traído como factor sorpresa la forma lucrativa de los dinos como atracciones. La escena del dinosaurio marino agarrando un tiburón fue una de las mejores en esos avances. Hoy, con el estreno de la secuela lejos estamos de recordar alguna escena que genere la misma adrenalina. Sin embargo, da la sensación que el corte del estudio apeló a la fórmula de la nostalgia en exceso. Las referencias a Jurassic Park: El mundo perdido son varias. El retorno del protagonista a la isla Nublar y la persecución es un calco de esa secuela no tan exitosa de Jurassic Park, en la que si hacen un poco de memoria no aparecía Alan Grant. Esta nueva entrega ofrece excelentes efectos especiales entre los que destacamos el regreso de los animatrónicos. De todos modos podemos calificar a esta nueva entrega como la más floja de la saga no tanto por ofrecer algo similar a lo que ya vimos sino por apelar -quizás en exceso- al factor nostalgia. Claramente no alcanza con esto sólo. Rexy, una inminente re extinción y la idea de querer usar a los dinos como armas de guerra surgen como las novedades a destacar. Ah,y lo más importante de todo: el regreso de Jeff Goldblum como el matemático Ian Malcolm. Jurassic World: El reíno caído no hizo más que preparar la cancha para lo que viene que se presupone habrá de concluir esta segunda trilogía con una épica a la altura de lo que esperan los fans.
Los veteranos de Malvinas en primer plano. En 1982, jóvenes argentinos con sueños veían cómo estos se desvanecían al ser seleccionados de manera aleatoria para combatir en las Islas Malvinas contra Inglaterra por su recuperación. Es así cómo se desarrolla la historia de Juan, un joven alegre que vive una historia de amor con la hermana de su amigo y ve sus proyectos cancelados al recibir la noticia de ir a la guerra de Malvinas. De esta manera empieza el relato del film Soldado argentino… que cuenta con una sutil reconstrucción de aquel ambiente desolador de la guerra en el frío del Atlántico Sur. La película, lejos de ser una historia de amor trunca, parece estar enfocada en el conflicto interior de aquellos jóvenes durante la ardua batalla contra la súper potencia británica. Jóvenes que hoy conocemos como veteranos de Malvinas, a quienes tal como refleja este film se los trató injustamente y solamente con la etiqueta de la derrota en el campo de batalla desigual. Sin embargo, más allá de las buenas intenciones de Soldado argentino... existen falencias en el montaje, la fragmentación de los tiempos ópera en contra de la trama y su fluidez en términos narrativos. La búsqueda por la identidad del héroe “Pedro” pareció un argumento con poca fuerza, por ejemplo. Y tampoco convence el desenlace. Aunque debe rescatarse la participación de actores poco conocidos y un desempeño aceptable.
Un revival que necesario Hace 25 años que los Power Rangers debutaron en la TV, relataba la historia de cinco adolescentes que estaban destinados a adquirir un gran poder y en base a ello enfrentarse a las fuerzas del mal. Con colores como el rojo, azul, negro, amarillo, rosa y más tarde el verde, cada temporada cambiaba de reparto y personajes, pero el espíritu se mantenía: mostrar las diferentes personalidades y etnias, que formaban un equipo. A veces se generaban polémicas en torno a los personajes y sus representaciones como por ejemplo utilizar el amarillo para una chica asiática y cosas por el estilo. Pero pese a que la fórmula se repetía una y otra vez, se iban introduciendo nuevas generaciones, aunque algo no cambiaba: precarios efectos especiales que con el correr del tiempo hizo que los Power Rangers adquirieran ese detalle como un chiste. Al anunciado desgaste, un nuevo film como la premisa de revival no le viene nada mal. Para ello esta nueva franquicia apostó a un aggiornamiento y a una considerable mejora en los efectos visuales, sin perder la esencia del original. El elegido, el ignoto director Dean Israelite, que cuenta con Proyect Almanac (2015) como experiencia previa acudió a retomar la historia desde sus comienzos, inspirado en la primera temporada. Con actores desconocidos como protagonistas y otros más conocidos, del calibre de Brian Cranston (Zordon) y Elizabeth Banks (Rita Tulsa, la villana), esta historia de origen inicia al mejor estilo El club de los cinco (Breakfast Club, 1985), para justificar cómo se conocen los protagonistas y luego trasladar la historia al género de superhéroes. Como en todo relato de iniciación nada resulta fácil para los jóvenes al principio, donde el mensaje es claro acerca del trabajo en equipo, que como la mítica serie promueve lo importante es la diversidad. Lo novedoso es la inclusión de un joven con autismo (el azul) y un personaje LGTB (amarillo). Otro detalle es que finalmente se invirtió en efectos especiales y los Rangers parecen clones de Iron Man, aunque con menos plata. Desde luego, no faltan las referencias y cameos de la serie original. Este nuevo revival reabre la puerta a una nueva franquicia de los Power Rangers, un soplo de aire fresco que seguramente se prolongue en una secuela.
El curro Todos sabemos que Moisés y los diez mandamientos fue un suceso indiscutible el año pasado. La súper producción brasileña captó millones de espectadores en todo el mundo y tuvo una gran aceptación por parte de los más creyentes. Hubo numerosas adaptaciones relacionadas con el tema, Los 10 mandamientos, El príncipe de Egipto y la nefasta Exodus: Dioses y Reyes. Acá es donde está el gran error de esta propuesta. Hacer una película de esta serie parece un robo a mano armada, con el simple hecho que todo fue simplemente una edición de los mejores momentos de los 250 capítulos que constituían la serie. Nada nuevo, todo similar a las propuestas previamente mencionadas. Por otro lado, los fans seguro que lo disfrutarán por ver una versión resumida de la historia de Moisés. Es una buena idea de marketing, sí, pero en el campo del cine es algo muy trillado. Los efectos especiales, la selección de escenas y la edición del filme son rescatables. ¿Hace falta aclarar que la apertura del Mar Rojo es uno de los mejores efectos logrados? Este es un detalle no menor: la serie se pudo sostener. Simplemente y en resumen Moisés y los diez mandamientos logra captar a los fans y no tan fans con una buena edición, pero esperaba algo novedoso, detalle que no encontré. La televisión pudo ser su fuerte pero en el cine, como antes cité, no es más que un filme. Al menos logra redimir Exodus con creces.
Ladran, Sancho ¿Cómo piensa un perro? ¿Cuál es su finalidad perruna? Esas preguntas son las que intenta responder el film en 90 minutos. La película comienza con el nacimiento de Bailey y cómo inmediatamente desarrolla una gran relación con un niño llamado Ethan. A través de los años se exploran diferentes facetas: desde la dependencia del permiso de un padre para tener una mascota hasta el crecimiento de ambos. Para todos aquellos que fueron dueños de perros, la identificación con esta historia es inmediata. También la sensación de pérdida de algo más que una mascota, con un período de vida limitado, que en el caso de esta película se ve alterado por la idea de que el protagonista reencarna siempre en otra raza. Las siguientes historias que involucran a un policía viudo, una chica que busca el amor y un dueño maltratador muestran las diferentes formas de criar un perro, además de sus diferentes muertes. Pero todas tienen algo en común: no importa quiénes sean, Bailey en cada vida se había dispuesto a hacer feliz a cada dueño de turno y ese aspecto está muy bien llevado durante el filme. Tal vez el primer acto se hace un tanto extenso, tal vez no sea una joya como Siempre a tu lado (Hachiko, 2009), del mismo director, pero tampoco es una comedia como parece que se muestran en los afiches. Destaco en sí, que más allá de la historia, que cada perro no tuviera que hacer nada difícil como ocurren usualmente con estas películas, que muchas veces son acusadas de maltrato animal de forma exagerada. Pese a que hubo un escándalo (ver la escena del pastor alemán al tirarse al agua), creo que no llega ni por lejos a lo que ocurrió con Chatrán, en la memorable escena que se arrojaba de un acantilado al mar. La razón de estar contigo (2016) es una buena propuesta que cumple con su objetivo, entretener y tocar nuestros corazones sin llegar a sacarnos una lágrima. De seguro si tenés un perrito, cuando salgas del cine, te van a dar ganas de jugar con él con una pelota, aunque esté pinchada.
La calidez de un film Desde El secreto de sus ojos (2009) y su victoria en los Oscar, se ha generado algo especial en el público argentino: Ricardo Darín es sinónimo de un cine argentino que vale la pena ver. Un pensamiento polémico, considerando que hay otros actores que han logrado enormes éxitos en sus films. Pero de algo hay que estar seguro y es que Darín ha alcanzado importantes marcas en cuanta película se haya estrenado: El secreto de sus ojos, Relatos Salvajes (2014), Koblic (2016) y la lista podría seguir. Con Nieve negra (2016) se suma Leonardo Sbaraglia, quien también ha triunfado en el exterior. Es la primera vez que ambos pesos pesados comparten cartel, sin contar Relatos salvajes claro está, donde participaron en historias independientes. Por otro lado, está también la actriz en ascenso, la española Laia Costa, quien logró una gran trayectoria en otros países y es su primera vez en una producción argentina. Resulta un gran hallazgo para la industria y el crecimiento de su personaje es sorprendente. Con este trío, Nieve negra (2016) pone en marcha un thriller que comienza suavemente: dos hermanos se reencuentran tras largos años, luego de la muerte de su padre, pero los misterios del pasado comienzan a emerger, por ejemplo la dudosa muerte de otro hermano cuando eran niños. Es un relato no lineal, que cuenta con flashbacks intercalados con el presente de la historia, excelente recurso del director Martín Hodara. Nieve negra resulta atrapante y envuelve al espectador en el misterio. Pero no sólo eso, sino que también el film cuenta entre sus atributos artísticos con una excelente fotografía en el paisaje nevado de Andorra y la Patagonia, además de las apariciones estelares de Dolores Fonzi y Federico Luppi. En definitiva, Nieve negra es un excelente relato con giros inesperados, totalmente disfrutable para todo tipo de público.
Jaque mate al desaliento La protagonista de esta historia es una niña africana, quien tuvo una vida difícil, pero gracias al ajedrez pudo encontrar una salida y se convirtió en una talentosa jugadora. Con ustedes: Phiona Mutesi. Usualmente ante estas propuestas sabemos cómo termina y que siempre se tratan de relatos de autosuperación. Si bien no hace mucho se estrenó una película del mismo tema (La jugada maestra, 2014, con Tobey Maguire) reconozco que este film me entretuvo mucho más. Parece un cliché, las historias biográficas con personas afro como lo fue Preciosa o En busca de la felicidad, siempre retrataron una vida difícil donde dejaba al espectador con la pregunta acerca de cómo harían para tener su final feliz. Sin embargo, con esta propuesta la cosa no cambia, pero la intervención de Disney en este género es más que acertada y no porque baje la dosis de dramatismo, sino que le pone humor y hace el film mucho más llevadero. Tal vez, el estudio del ratón debería dedicarse mucho más a estas propuestas en vez de suavizar otras historias como las de los superhéroes de Marvel. Aunque sin correrse del eje inicial, centrado en Phiona, esta excelente historia ya tenía su antecedente en un corto focalizado en su representante y quien explotó el talento de la jovencita. Por otro lado, el libro de Tim Crothers, La Reina de Katwe: Una historia de la vida… fue una gran fuente de inspiración para poder llevar adelante la propuesta. La debutante Madina Nalwanga pudo llevar bien el filme en su primer protagónico, y mención aparte para la oscarizada Lupita Nyong’o y al Martin Luther King, David Oyelowo quienes dejaron lucirse a Nalwanga. Quienes quieran disfrutar de una excelente biopic, reír y llorar en partes iguales, La reina de Katwe es su película.
Relatos salvajes terroríficos No deja de sorprenderme cómo el cine argentino va dando pasos agigantados a tal punto donde no haya nada que envidiarle a las producciones ambiciosas de Hollywood. Terror 5 comenzó como una propuesta chica y hoy se convirtió en una historia de antología de cinco episodios al mejor estilo Relatos Salvajes (2014), donde cambiaron los días de ira por temáticas como sexo, represión, sangre, venganza o brutalidad. Son cinco historias independientes, pero unidas por un conflicto en común a raíz de la absolución de un grupo de políticos, tras haber sido acusados de la muerte de 15 personas luego de un derrumbe. Por otro lado, a nivel narrativo, cada relato está muy bien contado y seguramente van a salir del cine hablando acerca de un corto u otro. El equilibrio entre la narración y los elementos sobrenaturales sin caer en el abuso de FX da sus frutos. De esta forma, se confirma que poco a poco el cine argentino puede presentar grandes propuestas como lo viene haciendo con el género de terror, estableciendo una identidad nacional en base a mitos urbanos propios de la Argentina. En menor medida también el género superheroico logró encontrar su lugar en cine nacional, pero sin desviar el tema. Terror 5 es una excelente propuesta para disfrutar este verano. Recomiendo ver Liebre 105 (ver corto), un corto en el que los hermanos Rotstein ya habían unido fuerzas antes de presentarnos esta gran joya como lo es Terror 5.
Hay química entre los dos Por años, Tom Cruise tuvo fama de odiar las secuelas pero desde el 2000 con Misión: Imposible II encontró un motivo para hacerlas: no repetir fórmulas y un nuevo enfoque. Eso pasó con Jack Reacher. El personaje creado por Lee Child es presentado como un tipo completamente inexpresivo, que no tiene reparos en solucionar las cosas a los golpes. Al menos eso ocurría en la primera película. Ahora, cuatro años después, con esta sorpresiva secuela, se justifica la idea anterior, ya que es completamente independiente a su predecesora. Si bien Jack Reacher no gozó de gran repercusión en su país de origen, ocurrió lo contrario en el resto del mundo y eso impulsó a una segunda parte. Hablando del filme, Tom Cruise nos presenta a un Jack Reacher más sentimental, más humano y ese es uno de sus atractivos, no es un simple ex militar que sólo tiene buenas tácticas de combate o deducción. El director Ed Zwick logró un excelente balance entre el conflicto inicial (que Reacher limpie el nombre de una amiga suya acusada de asesinato) y a su vez que afronte una posible paternidad como subtrama. Las actuaciones de Cobbie Smuders (The Avengers, 2012) y Danika Yarosh muy bien logradas. Smulders, al igual que Tom Cruise, no recurrió a ninguna doble para las escenas de riesgo y este detalle no es poca cosa en un filme de acción, donde permite mayor libertad a la hora de mostrar los planos. La química entre ella y Tom Cruise es genial, se crea una fuerte tensión sexual. ¿Por qué hacer que los personajes se besen o tengan relaciones si una mirada ya lo dice todo? Por otro lado, la actuación de Yarosh tiene sus buenos momentos, sobre todo luego del clímax. La joven actriz, quien había tenido un rol destacado en el regreso de la serie Héroes, acá muestra otra faceta de niña rebelde y logra transmitir credibilidad, refuerza la idea de un padre ausente. Con esto, Tom Cruise logró llevar adelante un atrapante filme de Jack Reacher que no decae en ningún momento gracias a las escenas de acción. Porque no existe un filme perfecto, es el deja vú de Misión: Imposible, como el salto de un edificio e incluso donde se infiltran. De todos modos, no es que afecte completamente al film, pero tal vez en la saga de Hunt resultara más creíble. Jack Reacher: Sin regreso es acción pura y algo emocional. De irle bien, parece que la siguiente historia a adaptar será Bad Luck, donde Reacher cambia muchos aspectos para vivir y ayudará a una ex compañera para develar unas misteriosas desapariciones.