Sully, la ultima película de Clint Eastwood (y con esto me refiero a la mas nueva, no la póstuma) es la historia de Chelsey "Sully" Sullenberger, el capitán del vuelo que después de haber perdido ambos motores, tomo la decisión de aterrizar en el medio del Río Hudson, al considerar que era imposible volver al aeropuerto del que había salido. Clint Eastwood y Tom Hanks son, actualmente, lo más cercano a una garantía que puede haber en lo que a cine respecta. La carrera de ambos los respalda y en las últimas décadas han entregado productos de calidad constantemente. Aquí pasa exactamente eso, pero con un pequeño problema. La historia al ser desgranada no es tan interesante como prometía. Si bien esta excelentemente dirigida y actuada, tanto los personajes, como la historia no llega de la manera que es necesario cuando se retrata un hecho real, sobre todo de la historia reciente, ya que carece de algo fundamental para el relato de cualquier cosa: sorpresa. Y al carecer de eso, uno tiene que tener mas invertido ya sea en los personajes, el significado histórico de lo que ha sucedido, o algún tipo de empatia con lo que ocurre. Y aquí, no pasa nada de eso. A medida que pasa la cinta y nos vamos enterando de manera no lineal de la historia de nuestro protagonista y el famoso milagro en el Hudson (en lo personal creo que esto fue realizado en la sala de montaje, ya que no coincide con la manera de filmar de Eastwood), nunca se siente algo que movilice genuinamente al espectador, poniéndonos en el lugar de espectadores pasivos, que miramos algo que de tan perfecto y detallado, carece de humanidad, siendo ese el principal motivo por el cual la mayoría de nosotros, vemos historias basadas en hechos reales. Si bien es extremadamente informativa, y nos enteramos de todos los pormenores del hecho, ese compendio de datos creo que le jugo en contra a la historia, despojándola de todo sentimiento. Tal vez uno le exige demasiado a cierta gente, pero eso es porque sabemos lo que son capaces de entregar, sobretodo un director como Eastwood que tiene en su haber varios clásicos modernos. Si bien no es mala, nunca alcanza la promesa que ver a estos monstruos juntos nos ha hecho.
La ultima película del MCU del año, nos trae a Dr. Strange, un personaje a conocido en el mundo de los cómics pero tal vez novel para la gente que no los lee para introducirnos en el mundo de la magia. Antes de seguir con la critica en si quiero aclarar que la película me gusto, pero a medida que pasaron los días me empezó a gustar menos. Tal vez de ahí que vaya a parecer que son solo negativas las cosas que aquí se plasmen. El guión de la película es la básica historia de origen. Es decir, nos plantea la historia de nuestro héroe desde su inicio. Este es el primer problema. Ya hemos visto tantas historias de este tipo que nos aburren. Sabemos a donde van, sabemos donde terminan y todo lo que pasa en el medio, ya que los personajes de los cómics en general no son muy diferentes entre si, lo que los distingue en todo caso son los poderes o el mundo en el que viven. Un punto a favor para destacar es lo visual. Esta es la primera película de Marvel en mucho tiempo que sorprende en ese sentido. Si bien por momentos parece una copia de “El Origen”, es muy novedoso. Pero eso genera otros problemas. En primer lugar es reiterativo hacia el final y se pierde esa sorpresa inicial. Y además, me dio la sensación que no se animaban a ir en profundidad en ese mundo tan basto y desconocido. El hecho de tener que meter a este nuevo personaje y la magia en el universo Marvel, hace que tengan que recortar ciertas cosas, y parezcan hasta anticlimáticas. Esa creación que tanto nos gusto al principio de estas películas, esa sensación de que estos héroes habitan en nuestro mundo, le corta las alas a las posibilidades que un mundo donde existe la magia nos podría dar. Ese tono de película de Bourne en el que han incluido a los superhéroes le juega en contra a una cinta que, de haberse animado a ir a fondo con el material, podría haber sido un antes y después en este tipo de cine, para quedarse en una película sobre la media del genero, pero no mas que eso. En cuanto a los actores no hay nada que discutir, excepto que creo que están desaprovechados, sobre todo Madds Milkensen, que podría haber hecho algo muy superior, mas no sea si no le hubieran maquillado los ojos al punto de quitarle expresión a uno de los actores que mas puede hacer sin hablar siquiera. En conclusión, la película es buena, mas por lo visual que por otros motivos y vale la pena verla en el cine, sobre todo en 3D.
La primera película animada que surge de las mentes de los creadores de Superbad, This is the End, etc, parece el resultado de un grupo de quinceañeros a los que se les dio mucho dinero, libertad absoluta, y el permiso de hacer todos los chistes que pudieran, con una sola regla: todos tienen que ser sobre penes, pitos o como les quieran decir. La premisa de la película no es mala. En sintonía con lo que podría ser una Toy Story zarpada, esta historia transcurre en un mundo donde todos los alimentos de un supermercado, están vivos. Los humanos no podemos verlos, ni escucharlos, pero ellos no solo viven, sino que el único fin de sus vidas es ser parte de “los elegidos” que serán llevados al “gran mas allá”, como si fuera el paraíso. Lo que ellos ignoran, y nosotros sabemos, es que cada alimento que sale, es consumido, y el mas allá no es otra cosa que una condena de muerte. Con eso en mente, los guionistas se lanzan en una catarata de situaciones que, básicamente, son un chiste tras otro que tiene el mismo remate. Todo tiene doble sentido, todo tiene que ver con un pene, un orgasmo o una vagina. Los personajes secundarios son estereotipos que lindan lo ofensivo, y todas las ideas que hay en esta cinta mueren en la premisa, siendo la estructura del guión, básicamente la misma que una película clásica de Disney, pero forzada para que sea para mayores de 18. Sinceramente es una lastima. La idea me pareció divertida, y hay un par de escenas salvables o rescatables en el guión, pero la vulgaridad (y eso que no me considero un pacato) embarra todo lo bueno que se podría haber construido. Y ese es el problema, no molesta por ser soez, molesta por no ser gracioso. Espero que este fallido intento no trunque la posibilidad de que el día de mañana, tengamos una comedia animada absurda para adultos, pero con menos chistes de pitos, y más chistes graciosos.
El Contador se encuentra en una gama rarísima para tratarse de una superproducción, porque se basa en los personajes. En esta era donde las grandes estrellas hacen películas de genero, de cómics, de sagas o lo que se les ocurra, aquí tenemos a una cinta con Ben Affleck como protagonista, Anna Kendrick como su contraparte femenina, y un basto reparto de actores en papeles secundarios que participan en una película cuya narrativa esta basada en los personajes. Ni más, ni menos. Ben Affleck hace de un hombre con asperger, una forma de autismo funcional, que lo hace básicamente el mejor contador del mundo. Se gana la vida siendo contratado por criminales (no de poca monta, traficantes de armas, príncipes árabes, etc.) para revisar sus libros y descubrir los errores, robos o faltantes en una maraña de libros contables ilícitos, dibujados y hasta mentirosos. Lo raro de esto es que ha sobrevivido a esa clase de clientela, y debido a eso, el jefe de la sección del tesoro que investiga crímenes lo quiere encontrar. Esa premisa, que podría ser floja, se ve potenciada por la contracción del universo en el que se desarrolla la película, y la manera en la que vamos conociendo a los personajes, de a poco, en capas, haciendo que fluya la historia y como si fuera poco, haciendo a estos personajes interesantes, entretenidos, carismáticos y lo que no es poco, únicos. Muy bien dirigida, como momentos genuinamente divertidos que descomprimen en el momento justo, las escenas de acción justas, y una historia redondita, son dos horas de cine más que recomendables.
Antes que nada quiero dejar dos cosas en claro: 1.- Tim Burton me parece un genio. Un visionario. 2.- Hace años que no hace una película que me guste. Habiendo dicho esto, debo decir que su nueva película “Miss Peregrine y los niños peculiares”, me dejo con una sensación muy rara, ya que sentí todo el tiempo como si fueran dos películas hechas por dos directores distintos, con dos ideas distintas de el tipo de película que estaban haciendo y el tono que esta tenia. Uno de ellos, nos mete en un universo con una historia genial. Un grupo de personas que tienen habilidades especificas con las que han nacido... Básicamente unos x men góticos. Desde un niño invisible, a una chica que tiene que usar zapatos de plomo o se iría flotando, pasando por unos gemelos encapuchados, un chico lleno de abejas y una joven que puede incendiar algo con tocarlo nomás. Todos ellos son protegidos por Miss Peregrine, que los mantiene a salvo en un bucle en el tiempo en el cual no pueden envejecer pero del cual tampoco pueden salir. GUUUUAAAAAUUUU!!! Ese director quiere hacer una película con un tono más adulto. Una película de fantasía con toques de terror, con criaturas dignas de una pesadilla. El otro director, quiere hacer algo más infantil. El mismo universo, pero salpicado con comedia, magia y un poco de sátira. Algo más curioso que aterrador, algo mas divertido que peligroso. Y desgraciadamente, ambos directores conviven en Tim Burton, y ese es el gran problema de sus últimas cintas, que queda evidenciado en esta. La persona que imagino a los huecos, la historia de lo están buscando, como lo consiguen y demás, es el Tim Burton que dirigió Sweeney Todd, La leyenda del Jinete sin Cabeza, Batman, etc. Un director que se mueve perfectamente en un tono oscuro, gótico y terrorífico. La persona que hizo el resto de la película es el Tim Burton que dirigió Alicia en el País de las Maravillas, Dark Shadows Y Charlie y la Fábrica de Chocolate. Y por más que suene interesante al oírlo, esos dos directores juntos no logran hacer que las cosas resulten. Eva Green en el papel de Miss Peregrine parece una caricatura de Helena Bonham Carter para un sketch de Saturday Night Live. El acento, la manera de hablar, las miradas, la ropa, todo, absolutamente todo es digno de una parodia. La música en ciertas escenas, los padres del protagonista, los jóvenes de la isla… Y podría seguir. Pero cuando toma las riendas el Tim mas oscuro, la película es entretenida, dinámica, atrapante, visualmente hermosa y muchísimo mas interesante. Ojala, si llegaran a hacer una secuela de esta historia, el Tim Burton gótico gane la pulseada, le de rienda suelta a su imaginación y no comparta la dirección con el segundo. Porque esa es una película que me encantaría ver.
Basada en una novela de John Le Carre, Un Traidor entre Nosotros cuenta la historia de un profesor de Poesía, que en medio de unas vacaciones con su mujer, se ve involucrado con la mafia Rusa, el MI-6 y el lavado de dinero. Con el ritmo de un Thriller ingles, la película cuenta con excelentes actuaciones ( Ewan McGregor como Perry, el profesor, Stellan Skasgard como Dima y Damian Lewis como Hector) y se mueve como las cintas de espías de la década del 80. A un ritmo tranquilo pero constante, nos va adentrando en la historia y nos atrapa, construyendo una trama que asciende tanto en la intriga como en la evolución de los personajes. Dima y Perry van añadiendo capas a sus personajes y lentamente se transforman en el real corazón de la historia, sin nunca permitirnos olvidar del contexto de intriga internacional que los unió. Filmada en Europa, eso también añade a la sensación de estar presenciando una historia de espionaje e intriga internacional como corresponde, con la rara combinación de personajes del bajo mundo, en escenarios dignos de príncipes y aristócratas con un balance que parece natural y real. Así debe ser este mundo. Así deben vivir. Correctamente dirigida por Sussana White en su primer pelicula luego de pasar por grandes series de TV como Generation Kill, Boardwalk Empire, Masters of Sex y Billons, cuenta con guión sólido e intención clara, transformandolo en 105 minutos de recomendable entretenimiento, en el que usamos la cabeza para disfrutar, además de los ojos.
La secuela de la película protagonizada por Jason Statham en el 2011, El Mecánico, nos reencuentra con nuestro protagonista, en Brasil, retirado y básicamente pasando en paz los días. Nadie sabe quien es, ni lo que hacia. Para todo el mundo Arthur Bishop esta muerto. Pero esa paz es rota por una misteriosa mujer, que le da un ultimátum: o mata a tres personas haciéndolo parecer un accidente, o todo el mundo sabrá que todavía esta vivo. Así comienza la historia de esta fallida película de “acción”. Y lo pongo entre comillas, porque si bien comienza como una película que se perfila como eso (la escena del ala delta y el teleférico al principio roza lo ridículo), de ahí en mas lo único que nos brida es al personaje de Statham básicamente trabajando a regañadientes para dicha organización, sin siquiera cambiar o lograr matices en la actuación, siempre enojado y con cara de transito lento. La relación entre el personaje de Alba y el de Statham es tan forzada, que a uno le da la sensación de haberse dormido y perdido una parte de la historia. Como llegaron a este punto? Que me perdí? Como pasamos del punto A al B sin ninguna lógica? Es sinceramente un misterio. Si a eso le agregamos la manera en la que han desperdiciado a Tommy Lee Jones, sinceramente por más que trato no logro encontrar una sola cualidad positiva en esta cinta. Cuando uno ingresa a ver este tipo de películas sabe lo que va a ver. Sabe que las escenas de acción serán exageradas, que Jason va a patear a todo el mundo y saldrá victorioso al final. Pero ni aun con eso en mente la película entretiene. Básicamente son 90 minutos de incoherencias, en bellos pasiajes en varios continentes, con una bella Jessica Alba puesta en el medio con el único motivo de mover la historia, y Jason Statham haciendo lo mínimo y necesario para cobrar el cheque, e irse a ver Snatch, para emborracharse y pensar que paso con ese tipo que hizo esa película, y que de a poco se esta transformando en una caricatura de si mismo, al mejor estilo Jean Claude Van Damme.
La nueva película de Natalia Oreiro recorre la carrera de Myriam Alejandra Bianchi, mas conocida como Gilda, la cantante popular Argentina, desde sus inicios hasta su trágico final, tanto dentro de su casa como sobre los escenarios, en una vida que da la sensación de haber sido escrita como ficción y predestinada a ser una gran película. Lo primero que cabe destacar es la dirección. Lorena Muñoz es reconocida por ser una gran documentalista. Sus trabajos anteriores “Yo no se que me han hecho tus ojos” y “Los próximos Pasados” fueron muy bien recibidas tanto por la critica como por el publico. Su conocimiento para investigar en la rama documental, sirvió para lograr que la ambientación sea extraordinaria, la historia precisa y el diseño de producción destacable. Lo segundo que hay que destacar es el trabajo actoral de todos. Natalia Oreiro sinceramente me sorprendió. Me tengo que confesar un prejuicioso. La tenia catalogada como una actriz de novela, correcta, sin las armas ni la capacidad para desarrollar un papel de estas características, pero salí del cine un nuevo creyente, y si me guío por esta película me atrevo a decir que Natalia Oreiro es una de las mejores actrices trabajando actualmente. Su transformación física llama la atención, porque uno ve en la pantalla a Gilda, pero sin dejar de verla a ella. Ha logrado traspasar la pantalla. Emociona sinceramente. Pero no es solo ella, todos los que la acompañan están sublimes. Javier Drolas como su marido, Angela Torres como la Gilda adolescente, Roly Serrano como el tigre Almada, y un largo etc. En conclusión, la película es extraordinaria. La historia de esta mujer lo es. La lucha contra todas las posibilidades y la manera en la que se abrió camino en un mundo que parecía empeñado a impedírselo es conmovedora. Vayan a verla, en el cine, en pantalla grande. Emociónense, conozcan a Gilda, y descubran una heroína en ese personaje popular que hemos bailado innumerables veces, pero que no sabíamos quien era.
La nueva entrega de la saga Blair Witch (la tercera si contamos el desastre de la segunda) nos encuentra con el hermano de uno de los protagonistas de la primer película, 22 años después, que tras encontrar un video que le hace creer que su hermana esta viva, se adentra en los malditos bosques con tres amigos y dos lugareños. Cabe aclarar algo antes de continuar. Este tipo de películas tiene reglas, reglas claras que aceptamos al momento de entrar a verlas. No es justo valorar estas películas sin tener en cuenta ese hecho. Habiendo aclarado eso, Blair Witch cumple con todos esas reglas, e inclusive, en algunos casos abusa de ellas, pero por mas que lo sepamos, por mas que nos damos cuenta, no se puede negar que es efectiva. La película no es una gran película de terror, pero mas importante que eso, no pretende serlo. Nos quiere asustar durante una hora y media, y lo logra. Si, abusa de los saltos disfrazados de fallas en la grabación. Si, abusa de la aparición sorpresa de personajes unidos al golpe de sonido sin sentido. Si, tiene momentos obvios. Pero asusta. Y eso es lo importante. El avance de la tecnología le ha agregado valor a la manera de contar la historia. Todos tienen una cámara, y hasta varias cámaras a la vez. Tienen un Drone, tienen cámaras del estilo de las que usa la policía en los cascos, tienen cámaras mini dv y cámaras infrarrojas. Y todas ellas filman. Eso le dio la libertad al equipo creador de tener puntos de vista solitarios y a la vez un ida y vuelta que le da una dinámica más fluida a la cinta. Hay momentos muy bien logrados con el fuera de campo, que al mejor estilo Alien (no quiero comparar esta película con el clásico de Ridley Scott por Dios) lo que nos asusta esta fuera del ojo de la cámara, y dentro de nuestra imaginación. Como una recomendación personal, les diría que la vayan a ver al cine. Estas películas se potencian muchísimo con las experiencias en las salas grandes por el sonido, la imagen, y la experiencia en si. Calculo que de haberla visto en mi casa, no me habría asustado de la misma manera. Claro que tiene errores en la trama, en la lógica. Todas las películas de este estilo lo tienen. Pero la idea detrás de ellas, es que apaguemos la cabeza 90 minutos, y nos dejemos asustar. Para pensar, están las 22 horas y media que le restan al día.
La tercera entrega de la resucitada saga nos reúne con los personajes de las dos anteriores un tiempo después de los eventos acaecidos unos años después de la segunda. Consolidado como el Capitán del Enterprise, Kirk esta cansado del tedio y la monotonía de las misiones en busca de nuevas formas de vida inteligente para lograr lazos diplomáticos y seguir explorando el universo. Decidido a dejar el mando de la nave, acepta una última misión: rescatar a una tripulación varada en un planeta extraño luego de rescatar a una sobreviviente de la misma. Si el argumento les parece frágil y endeble es porque, sinceramente, lo es. Últimamente las películas de ciencia ficción parecen estar cortadas por una matriz que se repite incansablemente, decorada como para no parecerlo, pero profundamente similares unas a otras. Otra vez el héroe descontento con su vida, como si fuera un potro domado que añora las épocas en las que corría libre por el campo, al que se le presenta en el momento de abandonar todo, un evento catastrófico que lo ayuda a poner en perspectiva su aparente descontento y así ver que estaba donde tenia que estar… (Y es tan remanido que ni siquiera es solo a Kirk al que le cuadra esta descripción EN ESTA PELICULA) Un villano genérico, con voz de ultratumba y facciones demoníacas, que persigue algo que no sabemos bien que es pero esta dispuesto a hacer cualquier cosa por eso, es el agregado final a esta receta repetida, que como en las cadenas de comida rápida, se ha convertido en la clave del éxito, pero a su vez, ha transformado algo único y asombroso, ese universo rico y exótico, en algo que nos da la sensación de deja vu, y que eventualmente se fundirá en un único recuerdo, ya que apuesto que en unos años, nadie podrá distinguir que cosas pasan en Star Trek 1, cuales en la 3 y cuales en la 550. Con intentos fallidos de Simon Pegg por ser gracioso, grandes efectos especiales, y un par de escenas de acción bien logradas, sinceramente esta entrega, en lo personal, me decepcionó.