Burnt en ingles significa quemado. Este adjetivo se aplica a la comida, y podemos asumir que el titulo de la película se refiere a eso, ya que se trata de un chef. Pero en realidad, asumo que se refiere a su protagonista, ya que otra acepción para Burnt es una persona que esta “quemada”, agotada por su trabajo, o lo que fuera. Destruido por el stress y que ha tocado fondo. Volviendo de esa situación encontramos a nuestro protagonista, Adam Jones (Bradley Copper), que vuelve a Londres para lograr uno de los máximos galardones que puede tener un chef: su tercera estrella Michelin. En su camino a lograrlo, rehace los vínculos con varias personas de su pasado, tratando de subsanar las cosas que hizo en la espiral descendiente que lo llevo a desaparecer luego de “quemarse”. La película, tiene algo muy atractivo, que deviene de la estructura de la épica deportiva. Si quitamos que se trata de comida, y tuviéramos que describir en una línea la trama, seria: “Un hombre, luchando para volver al mundo de (inserte profesión) y demostrar que es el mejor y al mismo tiempo redimirse”. Y eso es lo mas atractivo, sin importar cual sea la profesión, la lucha de una persona de extraordinario talento, luchando contra sus demonios, llegando a la cima, creciendo en el proceso, en un mundo con reglas que nos son extrañas pero de alguna manera lógicas. Un “loco” que convierte algo diario en arte, y se apasiona con cosas que parecen mundanas, hasta que pasan por sus manos y se transforman en otra cosa. Con un reparto sólido, que incluye a Sienna Miller, Omar Sy, Matthew Rhys y Daniel Brühl (todavía no entiendo porque eligieron a un actor alemán, para representar a una persona de origen latino, ya que a veces el acento parece francés), y sin golpes bajos ni sensiblerías innecesarias, Burnt es un gran entretenimiento.
La nueva película del director ganador del Oscar Alejandro González Iñarritu, nos sitúa en el año 1820. Un grupo de cazadores, en un viaje para conseguir pieles para vender, es atacado por indios, y deben huir, abandonando la mayor parte de su cargamento. El Capitán Andrew Henry, confía ciegamente en Hugo Glass (Leonardo DiCaprio) creando un antagonismo instantáneo con el personaje de Tom Hardy (John Fitzgerald), que no esta de acuerdo con las decisiones que toman y considera que les harán perder los meses de trabajo, el dinero y lo más importante, sus vidas. Sin dar mas detalles de la trama, DiCaprio queda abandonado a su suerte, tratando de sobrevivir en un ambiente increíblemente hostil, para vengarse de quienes lo han traicionado. Lo primero que llama la atención de la película es la fotografía. La mano de Emmanuel Lubezki (Birdman, Gravedad, Children of Men, El Árbol de la Vida), se ve en cada fotograma. Cada uno de ellos parece un cuadro, perfectamente balanceado. Y eso acompaña extraordinariamente a este nuevo vicio que tiene Iñarritu de crear falsas tomas secuencias, que dan la sensación de ser un solo plano, pero no lo son. Técnicamente se crea la ilusión de estar inmerso en el caos del principio de la película, o estar junto a DiCaprio tratando de sobrevivir, conseguir comida, encontrar el rumbo, escapar de indios, etc El manejo de la cámara, y las locaciones son extraordinarios. Los lugares donde han filmado no se pueden creer. Al mismo tiempo bellísimos y peligrosos. Majestuosos y aislados. Se nota que la película fue filmada en locaciones reales, no hay maquetas, no hay estudios, no hay efectos. Fueron hasta el fin del mundo con una cámara, y filmaron ahí. La música a manos de Ryuichi Sakamoto (con quien Iñarritu trabajo en Babel) es minimalista, pasando por momentos desapercibida, pero acompaña muy bien el metraje de la cinta. Para terminar, la actuación de DiCaprio, como viene pasando últimamente, es superlativa. Sinceramente si esta vez no le dan el Oscar que no trate más, porque no es para él. Todo el resto del reparto acompaña, incluyendo a Tom Hardy, pero hay que destacar la actuación del otrora galancito. Película recomendable, que competirá seguramente por varias estatuillas, y ganará varias (Fotografia y Actor anticipo).
Leyenda, la nueva película de Tom Hardy, nos muestra al actor encarnando dos personajes a la vez. Por un lado, Ronnie Kray un esquizofrénico paranoico homosexual, y por el otro, Reggie Kray, su hermano gemelo, un ampón ex boxeador amateur. Entre ambos, en la década del 60, surgieron del East End para dominar el submundo criminal de Londres. Dirigida por Brian Helgeland (guionista de entre muchas cosas, la enorme Los Angeles al Desnudo), la película nos va construyendo el mundo en el que viven, se enamoran, trabajan, se divierten, etc., nuestros protagonistas. Con un aire de glamour y encanto, que a medida que pasa la película, se empieza a desvanecer. Estos hermanos que nos parecían divertidos, y simpaticones (a pesar de su profesión), empiezan a tornarse en otra clase de personas. Contado en off por el amor de Reggie, llevada a la vida por Emily Browning, nos adentramos en este mundo cómodos, nos parece familiar y eso lo hace muy entretenido. A esto se suma que la cinta esta plagada de actores conocidos: Taron Egerton (Kingsman) como el novio de Ronnie, Christopher Eccleston como el policía que los investiga, Chazz Palmintieri, Paul Bettany, David Thewlis, etc. Correctamente dirigida, muy bien actuada, con una historia interesante y personajes todavía mas que ella, la película es entretenimiento asegurado en lo que a mi respecta. Tiene todo lo que esperamos de una película sobre la mafia, con el agregado de lo que se espera de una película de criminales inglesa, y esa mezcla hace un combo más que interesante. No es una obra de arte, no ganara premios internacionales a montones, pero no es lo que la cinta pretende. Lo que quiere es mantenernos entretenidos, y lo logra con creces.
Room, relata la historia de Jack y su madre, una mujer que fue secuestrada, encerrada en un cuarto, y violada casi a diario por su captor. Producto de esas violaciones, nace Jack, que encerrado en esa habitación, es el único mundo que conoce. La percepción del mundo que tenemos, varia a medida que vamos creciendo, pero para el personaje de Jack, el mundo nunca cambia, no crece, no se expande, nada. El único escape son las historias que su madre le cuenta, en su afán de hacer mas soportable la realidad que el chico ignora ya que no conoce otra cosa. En eso se basa la dinámica entre los personajes al principio de la película. Las actuaciones de ambos (Brie Larson como la madre, y Jacob Tremblay como Jack) son lo que mantiene el interés en la claustrofobia atmósfera que se vive. Si bien al principio nos maravilla esto, a medida que pasa el tiempo se torna repetitivo, y al pasar el encanto de la novedad del formato, va perdiendo brillo todo, excepto una cosa: la actuación del niño. La cinta esta nominada al Oscar como mejor director, mejor actriz, mejor guion y mejor película, pero increíblemente, la mejor parte de la película no esta nominada. El trabajo que que realiza Jacob Tremblay, al principio como un chico que es completamente ignorante de la realidad en la que vive, para lentamente ir aprendiendo lo que es ser una persona normal es fascinante, y sinceramente, lo que hace que la película no se torne aburrida a medida que pasa. Si quitamos eso, la verdad, seria un gran intento de hacer algo distinto, pero un intento fallido al fin. La dirección esta bien, calculo que fue nominado Lenny Abrahamson por la dirección de actores mas que nada, porque en cuanto a la fotografía y demás, no deja de ser un registro la cámara y la puesta en escena. Personalmente prefiero su anterior Frank, donde demostró mas oficio para esto. Parragrafo aparte para algunos actores desperdiciados a través de la cinta, como William H. Macy que aparece 5 minutos, y siempre es una lastima no ver mas de el. Una típica película de festival, que como suele suceder, en su afán de lograr estatuillas, se olvida de nosotros el publico, y se construye con el único objetivo de lograrlas.
La última película de David O’Russell (El lado luminoso de la vida, American Hustle, Tres Reyes) vuelve a unir a sus tres actores fetiches: Jennifer Lawrence, Robert De Niro y Bradley Cooper. Ambientada en la década del 90, Joy vive con su familia. Y me refiero a TODA su familia. Su ex marido y su padre en el sótano, su madre en un cuarto (esta divorciada del padre), su abuela y sus hijas. Como único sostén en todo sentido del grupo familiar (económico, anímico, etc.), Joy se pregunta que salio mal con su vida, como llego a donde esta siendo una gran estudiante con un brillante futuro por delante, en que momento se truncaron sus sueños. El gran problema que tiene la película, es que fue construida como un vehiculo para que Jennifer Lawrence se luzca. Es innegable el carisma de la actriz (aunque no comprendo el enamoramiento de gran parte de la prensa especializada, entre ellos, el jurado del globo de oro que le otorgo por esta cinta el premio) pero en este caso queda corto. Los personajes y el universo donde se mueven, parecen salidos de una película de los Hermanos Coen. Exagerados, forzando los estereotipos al limite, Joy es la única que se podría decir que actúa como “una persona normal”. Todos los demás están tan forzados que parecen ridículos. Y al no ser una cinta de los Hnos. Coen, no cierra. Se quedan cortos. A esto se suma que Russell trato de darle un toque personal a la cinta, darle su propia mirada como director, que coincida con esta locura de los personajes, pero falla y parece imitar a Paul Thomas Anderson y desgraciadamente, hay un solo P.T.A. La dirección distrae, y por momentos en vez de sumar a la historia la hace caótica. Como último agregado, solo me falta decir, que es realmente una lastima que semejante reparto, haya sido desaprovechado. La historia no es mala (sin contar el detalle que tratando de ser una película “feminista” el invento es uno de los conceptos mas machistas que he visto) y tenia todo para ser una gran película. Pero el vehículo para que brille Jennifer, en mi modesta opinión, fallo y se transformo en algo que esta pasando últimamente en Hollywood, películas que sirven para el ego del director y se olvidan de la parte que completa cualquier obra del séptimo arte: el publico.
La octava película de Quentin Tarantino (hecho que se nos remarca de esa manera en los títulos, sobre el nombre del director) nos lleva a los años después de la guerra civil en los Estados Unidos. Un caza recompensas (Kurt Russell) lleva a una fugitiva (Jeniffer Jason Leight) al pueblo de Red Rock para entregarla, que la ahorquen y cobrar la recompensa. Atravesando el invierno de Wyoming, se encuentra con dos personas. El mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), retirado del ejercito del norte y el Sheriff Chris Mannix (Walton Goggins) veterano del ejercito del sur. Juntos, todos ellos llegan a la despensa de Minnie, y se preparan para soportar la tormenta en ciernes junto a Osvaldo Mobray (Tim Roth), Joe Gage (Michael Madsen), Sandy Smithers (Bruce Dern) y el cuidador del lugar en ausencia de sus dueños, Bob (Damian Bichir). Encerrados en el lugar, estas ocho personas deben resguardarse, desconfiando los unos de otros, dejando aflorar diferencias propias de las heridas que la guerra civil y sin posibilidad de irse. Filmada en 70 Mm., Tarantino fotografío lo exteriores en lugares reales, recónditos, alejados, en el crudo invierno, haciendo que el principio de la película sea fotográficamente impresionante. Las imágenes son majestuosas, impresionan. Pero a medida que avanza la historia (casi inmediatamente) empieza a fallar. El guión es un vehiculo para que Tarantino masturbe su ego, y trate de lucirse creando personajes rimbombantes que hablan de manera complicada, sobre adjetivando cada frase, haciendo que la primera hora de la película sea la parte mas lograda solo por la envergadura de los exteriores, y que a partir de ahí, se transforme en una diatriba de cosas ya vistas, y lo que es peor, que ya ha hecho el mismo director. Si tuvieran un hijo “Los 10 indiecitos” de Agatha Christie y “Perros de la Calle” del mismo autor, seria “Los 8 más odiados”. Exceptuando a Bruce Dern, Walton Goggins y apenas Samuel L. Jackson, todos sobreactúan. Tim Roth imita al enorme Hans Landa de Christoph Waltz en Bastardos Sin Gloria, con un acento ingles casi ridículo. Michael Madsen esta a años luz de su personaje de Perros de la Calle y parece casi leer las líneas. Bichir esta irreconocible, y sus intentos para ser gracioso quedan racistas, Kurt Russell grita todo el tiempo para infundir respeto y queda caricaturesco, repitiendo una y otra vez a donde lleva al personaje de Jennifer Jason Leight, que es solamente el receptáculo de insultos, golpes y constantes menosprecios, todas cosas que le han generado enormes criticas a la cinta por ser acusada de misógina. Sinceramente no se que ha ocurrido. Con cintas mejores y peores, todas las películas anteriores del director me gustaron. Desde la sutileza de Jackie Brown, a la novedad de Perros de la Calle, pasando por Tiempos Violentos, etc. Aquí, se nota que es un nene caprichoso, que pidió filmar en 70 Mm., le importo más fotografiar lindo, y escribió los personajes de memoria, repitiendo todo lo que ya ha hecho, pero sin el corazón que ha tenido en ocasiones anteriores. A todo esto se suma el metraje de la cinta, que pasa las dos horas y media, haciendo aun más tediosa la experiencia. Si bien la película tiene todos los elementos que esperamos del director, eso es también su punto mas débil, ya que todo parece repetido y remanido, e inclusive, por momentos, parece esos videos de youtube donde alguien filma “como haría esta escena Tarantino” y lo trata de imitar, careciendo del talento que en otro tiempo he admirado de el. Una lastima, insisto, ya que siempre esperaba con ansias las películas que hacia Quentin. Y después de esta, ya no las esperare tanto, o mejor dicho, espero que se redima de esta.
La Gran Apuesta, es, antes que nada, una película importante. A grandes rasgos, la cinta habla sobre la burbuja de los créditos hipotecarios que hizo implosión en marzo del 2008 en Estados Unidos, y que arrastro a gran parte de la economía mundial. La historia se centra en 4 personajes distintos, que no tienen casi contacto entre si, pero que años antes de la crisis, la percibieron e hicieron algo que parecía una locura: apostaron que el mercado iba a colapsar, e hicieron inversiones que solo podrían cobrar si esto pasaba. Los bancos, pensando que estaban locos, aprovecharon para venderles esa suerte de “bonos”, cobrándoles una animalada de intereses anuales si esto no pasaba (solo el personaje de Christian Bale invierte 1.300 millones de dólares) porque para que pudieran cobrar tenia que pasar algo que nunca había pasado en la historia: todo el mundo tenia que dejar de pagar su hipoteca. Lo mas interesante que tiene la película es que funciona en retrospectiva. Es decir, estamos viendo lo que pasa sabiendo como va a terminar. Todos sabemos lo que paso en el 2008, como el mercado inmobiliario colapso, y como el gobierno de USA rescato a estos grandes bancos. En este contexto, Adam McKay (director de El Reportero, Hermanastros y The Other Guys con Will Farrel) hace algo que le da mucha dinámica a la película. El relato esta llevado por el personaje de Ryan Gosling (Jared Vennett) que rompe la cuarta pared del cine, es decir, mira a la cámara en repetidas veces, nos habla directamente, e inclusive, cuando algo es muy complicado de entender, aparecen personajes reales haciendo de ellos mismos que lo explican con metáforas (Antony Bourdain hablando de los malos prestamos como si fuera pescado viejo reciclado en un caldo, o Selena Gomez explicando las apuestas sobre los mismos prestamos). De esta manera, presenciamos como cuatro personas (Christian Bale, Steve Carrell, Brad Pitt y Ryan Gosling) van descubriendo el entramado de mentiras, negociados y estafas, que creo la base del derrumbe del mercado financiero inmobiliario, al estar construido sobre prestamos basura, y bonos inexistentes. Dinámica, excelentemente actuada, reveladora, fundamental, imprescindible, son palabras que me vienen a la mente para adjetivar la cinta. Dinámica por su manera de contar una historia llena de bonos, números, inversiones, etc. y que no se haga aburrida. Excelentemente actuada por el nivel del reparto y lo que han dado en ella. Reveladora porque lo peor que podemos hacer es ignorar que esto paso, y como llegamos a que pase. Fundamental porque deberían enseñarlo en los colegios como muestra de la corrupción propia del ser humano. E imprescindible porque la historia solo se repite cuando ignoramos u olvidamos lo que ha pasado. Todos los años sales películas que HAY que ver. Esta es una de ellas. No dejen de verla. Y una vez que lo hayan hecho, no olviden lo que vieron. Porque es la unica forma de que esto no vuelva a ocurrir, y si pasa, no vamos a poder decir que no sabíamos.
La nueva película protagonizada por Johnny Depp, nos cuenta la historia de James “Whitey” Bulger, un matón de Nueva Jersey que tuvo un ascenso meteorico en el mundo del hampa. En el comienzo, nos encontramos con Whitey, en ese momento un criminal de barrio, ex convicto, que es un pez chico en un barril pequeño, importante solo en su barrio. Al mismo tiempo, empieza a trabajar en el FBI, departamento que investiga a la mafia, John Conolly, interpretado por Joel Edgerton. Usando de intermediario al senador Billy Bulger (hermano de Whitey), se comunica con nuestro hampón y le ofrece un trato, que citando a la mejor película de mafia de la historia, es una “oferta que no podrá rechazar”. En ese contexto, somos testigos del ascenso del mafioso, y de los ribetes dentro de los pasillos del poder que le permitieron una impunidad impresionante. Por momentos impensado y tragicómico, lo que empieza como una táctica para controlar la violencia, se va transformando en un sálvese quien pueda, y se va fundiendo con las ambiciones propias de cada uno de los protagonistas, sin ningún tipo de interés por quienes los rodean. La factura técnica de la película es indudable, y gracias a dios Johnny Depp deja de ponerse pelucas y hacer morisquetas para Tim Burton, volviendo a sus orígenes, e interpreta a un personaje oscuro, que le permite demostrar lo que nos estábamos olvidando: es un gran actor. Es mas, por momentos es inevitable notar un homenaje al personaje de Joe Pesci en Buenos Muchachos. El director Scout Cooper (Crazy Herat, Out of the Furnace) nos regala un balance entre Casino y Donnie Brasco, con un muy buen balance de acción y drama, y sólidas actuaciones de todo el reparto que acompaña a Depp, imposible de nombrar completo, pero repleto de grandes y conocidos actores. Recomendable, si te gustan las películas de mafiosos, y sino, también.
Laberinto de Mentiras empieza en un mundo que nos parece inverosímil, imposible y demente… En Alemania, en 1958, mucha gente ignora lo que pasó en Auschwitz y en los demas campos de concentración, al punto que los llaman “Campos de Protección Custodiada”. Los judíos que han sobrevivido al Holocausto, no hablan por temor, por verguenza o por estar traumados, y desde las más altas esferas del poder político, quieren que eso quede así, no quieren que la mayoría de la gente cuestione el rol individual de las personas dentro del ejército alemán durante la guerra. Como dice un fiscal “Quieres que todos los niños alemanes se cuestionen si sus padres son asesinos?”. Y ahí esta el tema de la película. Lo que paso en Alemania en la segunda guerra mundial no fue algo que involucro a los 150 enjuiciados en Nuremberg, no fueron un grupo de locos solamente. Hubo complicidad de miles de personas, que ya sea por omisión, miedo, o simple conveniencia participaron de las atrocidades que se cometieron. A través de los ojos de un fiscal novato, como metáfora a la generación mas joven de Alemania, se va revelando la historia oculta de los campos de concentración, la verdad oculta, el secreto a voces que la mayoría se negaba a blanquear, porque en la segunda guerra mundial, era imposible trabajar sin ser miembro del partido Nazi, y además, era imposible que 150 personas mataran a 6 millones de judíos. Esta es la historia de la primera vez que Alemania juzgo a alemanes sobre las atrocidades que se cometieron, la primera vez que Alemania se atrevió a reconocer su pasado, y el inicio para sanar las heridas internas que estaban ocultas debajo de la civilizada paz que los buenos modales imponen. Con una cuidada reproducción de época, y actuaciones sólidas, cuando termina la película tenemos la sensación de haber presenciado algo importante, que no debería repetirse, y que todos tendríamos que saber, porque en definitiva, “lo único que hace falta para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada”.
La película de Entourage, retoma la historia de este grupo de chicos “normales” en el momento que termina el último capítulo de la serie. Ari no soporta el retiro, Y Vince no esta hecho para la vida de casado. Con esto en mente, la mega estrella protagonizada por (Adrian Grenier) le propone a Ari, ahora nuevo director del estudio, que va a protagonizar su película, con una condición inamovible: quiere dirigirla. Ocho meses después, nadie vio la cinta y están pasados de presupuesto, llevando al estudio y a Ari a el borde del colapso. Y así, transitamos nuevamente la vida de esta gente, con todas las cosas que nos gustaban de la serie. Cameos de famosos, fiestas, lujos, excesos, situaciones bizarras, y tal vez, una mirilla para espiar la que asumimos que es la vida de las estrellas de Hollywood. Cabe destacar el trabajo de Haley Joel Osment y Billy Bob Thorton como padre e hijo, y el encuentro con el verdadero Entourage guiado por el productor de la serie, y básicamente en quien esta basada, Mark Whalberg. No hay mucho mas que eso, los que vieron la serie van a disfrutar de reencontrarse con estos entrañables personajes, y los que no, se reirán un rato y la olvidaran enseguida.