Después de haber participado en proyectos como Hairspray, 17 Otra Vez y High School Musical, Zac Efron, el galán estadounidense que causa furor entre el público adolescente ha decidido encarar un nuevo desafío en el ámbito del séptimo arte. La nueva película que lo trae de vuelta a la pantalla grande es Charlie St. Cloud, un drama dirigido por Burr Steers que en el caso de la República Argentina, se presenta como Más allá del cielo. Esta obra en la que Efron ha tenido como compañeros a artistas como Amanda Crew, Kim Basinger, Charlie Tahan, Donal Logue y Augustus Prew está inspirada en una novela del mismo nombre que, hace unos años, publicó el escritor y periodista Ben Sherwood. Su historia merece la oportunidad de ser contada porque habla de amor, obsesión, culpa, sueños y muerte, todas cuestiones conocidas por el común de los mortales. Envuelto en los hermosos paisajes de Canada, la historia, narra la vida de dos hermanos muy unidos que viven con mucha pasión y disfrutan juntos de la náutica. Pero luego de un trágico accidente que provoca el fallecimiento de Sam, el hermano menor de Charlie, todo parece dar un vuelco. A partir de ahí, es donde se inicia para él un camino nuevo que lo lleva a comprobar que el vínculo que hay entre ellos es tan fuerte que no pudo romperse ni con la muerte. Es aquí donde Zac debe mostrar su talento y no realizar un papel que lo muestre como alguien que está loco o no del todo cuerdo, sino todo lo contrario, implantar un personaje que por su intenso amor, aùn sigue unido a su hermano ya muerto. El realizador Bur Steers, quién ya había trabajado junto a Zac en 17 Otra Vez, pudo sacar del protagonista lo que deseaba en esta cinta no tan convencional.
Claustrofobia en estado puro Realizar un film de suspenso no es tarea fácil, más cuando solo se cuenta con un protagonista, un celular, algún que otro elemento poco relevante y como escenario: un cajón de madera sepultado en el desierto. Con estos elementos el realizador español, Rodrigo Cortés (Concursante, 2007), pone en marcha una historia llena de intriga e inteligencia que logra como pocas atrapar al público y tenerlo sumergido bajo tierra por más de noventa minutos. Un transportista norteamericano es atrapado y enterrado vivo en Irak luego de una emboscada. El objetivo: pedir un rescate al gobierno de los Estados Unidos. Algo sencillo y aparentemente insostenible en el tiempo, pero que gracias al talento y la audacia narrativa de Cortés, consiguen llevarlo adelante como pocos. Desde el principio, la excelente banda sonora va dando el ritmo a esta aventura subterránea y los diálogos telefónicos que el protagonista mantiene con el exterior, son tan reales que no podrían ser nunca del mundo de Hollywood. Dentro de este gran universo, que es el cajón, Paul Conroy intentará sobrevivir por todos los medios. Ryan Reynolds es el actor recordado por compartir pantalla junto a Sandra Bullock en la comedia La Propuesta y se lo verá próximamente en la piel de Linterna Verde. Su trabajo no es sencillo y mucho menos tener la cámara sobre el rostro durante toda la película. La cinta logra con meritos su cometido: entretener a la audiencia, entregar un productor distinto, sostener la intriga hasta el segundo final y, por sobre todo, dar un profundo sentido del valor de la vida.
No tan distintos Mi familia (The Kids Are All Right) fue dirigida y además guionada en gran parte por Lisa Cholodenko (La Calle de las Tentaciones 2004) y es, sin lugar a duda, una pequeña gran historia. El film hace un retrato de las familias modernas y esboza un nuevo concepto sobre matrimonio. Haciendo mira en Nic y Jules (Annette Bening y Julianne Moore) que están casadas hace varios años y comparten su perfecta vida en pareja con sus respectivos hijos adolescentes, Joni (Mia Wasikowska, Alicia de Tim Burton) y Laser (Josh Hutcherson), ambos concebidos por inseminación artificial. Mientras Joni se prepara para ir a la universidad y su hermano menor busca que ella, que ahora tiene 18 años, lo ayude a encontrar al padre biológico de ambos. El “bio-padre” Paul no es otro que Mark Ruffalo (quién ya había compartido pantalla junto Julianne en Ceguera), un llevadero y agradable ecologista, dueño de restaurantes. Los chicos se verán atraídos por este estilo de vida de Paul, especialmente en contraste con una de sus madres Nic, una médica de principios que siempre ha establecido sus reglas en la casa. Y a medida que este nuevo integrante se va insertando en la vida de la familia, los lazos familiares serán redefinidos. Pero esto que hasta acá resulta, a las claras, una historia original, pasa a ser mucho más que eso, si bien el argumento es prometedor, cuando el espectador se sumerge dentro de esta familia puede notar que más allá de los géneros, Nic y Jules tienen los roles de una pareja bien definida, que hacen sentir a cualquiera en su propia casa. Esta pareja interpretada por Julianne Moore y Annette Bening pasan durante la película por problemas maritales normales y tratan de llevar adelante un hogar con dos hijos en pleno cambio. Nic y Jules pasan además por los mismos miedos de cualquier padre que quiere a sus hijos y eso hace aun más creíble el relato. Para referirse a las interpretaciones, están todos tan correctos en sus papeles que es muy difícil encontrar grietas en estas columnas formadas por Annette Bening y Julianne Moore, y por Mark Ruffalo. Incluso los partícipes como reparto que terminan amalgamando a esta familia que resulta no ser tan distinta a muchas otras. Mi Familia está plagada de buenas actuaciones, mucho humor, una mirada inteligente y, sobre todo, no necesita de golpes bajos para esclarecer un tema que a muchos les puede resultar una fosa subterránea.
Un universo conflictivo Este es el segundo largometraje de la directora Andrea Arnold y con su primer trabajo, Red Road, logró el Premio del Jurado en el Festival de Cannes en el 2006. En este caso, la mirada se centra en Mía, una joven quinceañera algo inestable y con problemas para encajar en una familia compuesta por una madre sobrepasada (Joanne) y su pequeña hermana. Mientras todas las piezas en la vida de Mía están desencajadas, la llegada de Connor, un extrovertido personaje que mantiene una relación con su madre, parece poder traer algo de calma a su hogar. Por otro lado, desemboca en algo peor y le dará a Mía la decepción que no necesitaba. Connor es interpretado por un rostro conocido, el actor Michael Fassbender, quien dejó su marca en la pantalla grande gracias a la reciente creación de Tarantino, Bastardos sin Gloria. El Rebelde Mundo de Mía es una pequeña historia, narrada correctamente, y las actuaciones acompañan, pero el argumento quizás quede chico para los conflictos que se suelen ver de manera cotidiana.
Un hada en apuros Los estudios Disney siempre nos sorprenden con sus films, si no es desde lo visual, es por lo novedoso o, como en este caso, con una pequeña historia y sin la necesidad de apoyarse en los efectos del 3D. El resultado es un buen producto que hace pasar al espectador un buen momento. El director Bradley Raymond junto con Bob Hilgenberg y Rob Muir se ocuparon del guión de esta aventura que cuenta las andanzas de Tinker Bell (Campanita) durante su estancia de verano en Tierra Firme. El film animado narra cómo la inquieta Campanita es descubierta accidentalmente mientras investiga una pequeña casa de hadas que una niña construyó con sus propias manos. Mientras el resto de las hadas -con Vidia a la cabeza- organiza un gran operativo de rescate en medio de una feroz tormenta, Tinker Bell forja una amistad muy especial con la pequeña y solitaria chica. Decidida a reparar la relación entre la pequeña y su padre ausente, Campanita rechaza el rescate de las hadas para ayudar a su nueva amiguita, poniendo en riesgo su propia seguridad y el futuro de todas las hadas. Esta película plagada de ternura y amistad es ideal para edades tempranas y niños no mayores de ocho años –los adultos presentes también la disfrutarán- ya que juega con la ilusión y la imaginación de los infantes. Pero a los padres los hará reflexionar sobre el valor que tiene el tiempo dedicado a sus hijos. Tinker Bell explica que un hada surge en el momento que un bebe se sonríe por primera vez y que cada una tiene una ocupación en especial. Ella se encarga de reparar cosas, pero podrá reparar esta relación entre padre e hija?
Volver al ruedo Luz Cámara y si hay alguien que sabe de acción es Sylvester Stallone, que en este film no duda en armar un equipo de primera y jugarle un partido a cualquiera que le haga frente. Los Indestructibles son algo así como un comando sin afinidad a ningún país ni identidad oficial, por lo tanto cuentan con total libertad y eligen los trabajos que desean. De los mismos productores de Rambo (2008) y bajo la dirección y guion de Stallone, Los Indestructibles, tiene todo lo que tiene que tener un buen film de acción, con el agregado de contar con figuras de la talla de Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Eric Roberts, Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger, Mickey Rourke y el propio Stallone. Con una larga lista de estrellas en la que cada uno aporta lo que mejor sabe hacer, el dueño del clan (Stallone) se da el lujo de bromear con su edad y ser vencido en una lucha cuerpo a cuerpo con un contrincante más joven. El film entrega todo lo que prometía, hazañas en la medida justa, explosiones, peleas, persecuciones bien logradas, humor y mucha melancolía (en especial al ver la camioneta clásica similar a la usada en Cobra). Es agradable ver a estos grandes del género jugando en el mismo equipo y bromear como si fueran grandes amigos. Lo mismo ocurre cuando llega el esperado momento del encuentro Stallone, Willis y Schwarzenegger, donde Sylvester no duda en bromearle a Arnold que no le cae bien, y menos porque sabe que quiere ser presidente. Los Indestructibles son grandes mercenarios del cine, que si algunos de ellos se hubiera jubilado, hoy nos estaríamos perdiendo este film.
Un espía en la familia El realizador de películas como Legalmente Rubia, Una Suegra de Cuidado o La Cruda Verdad (También protagonizada por Heigl), Robert Luketic, trae a dos intérpretes que se saben manejar con comodidad en este género. Ashton Kutcher interpreta a Spencer, un superagente secreto con licencia para matar, papel que le sienta mejor que su última incursión en Amante a Domicilio (y tuvo que adherir a su cuerpo algunos quilos de masa muscular que le sientan bien). Spencer decide abandonar su excitante trabajo al conocer a la mujer de sus sueños, Jen Kornfeldt, papel encarnado por la siempre creíble Katherine Heigl (27 bodas, Levemente Embarazada). Jen no sólo viene de una mala relación, sino que trae consigo a un padre sumamente controlador (el siempre recordado por su papel en la serie de los ´80, Magnum) Tom Selleck, como Mr Kornfeldt, y una madre alcohólica y poco útil para los consejos, la eficaz, Catherine O'Hara (como Mrs Kornfeldt). Cuando la vida de Spencer y Jen comienza a tomar un cauce normal de pareja con tres años de casados, es donde se inicia la diversión para el espectador. La cabeza de Spencer tiene precio y todos la quieren. Ya no se podrá confían en nadie y cuando se dice nadie es nadie. El relato resulta divertido tanto por las interpretaciones de los protagonistas, como por la de los padres, vecinos y conocidos que aconsejan a Jen en todo momento. El ritmo no decae y cuando amenaza con hacerlo siempre ocurre un hecho que introduce acción y humor. El guión, que no es muy creativo, se acomoda bastante bien al género. Spencer y Jen deberán hacen buen equipo y averiguan quiénes son los misteriosos personajes que quieren verlos muertos, antes de que los matones acaben con ellos…¡y con su matrimonio!
Corre Salt, corre He aquí un producto de la mano de Sony Pictures que prometía acción, suspenso y mucho espionaje y cumplió. El director Phillip Noyce nacido en Griffith, Nueva Gales del Sur, Australia y creador de películas como Juego de patriotas (1992), Peligro Inminente (1994) o El Coleccionista de Huesos (también junto a Jolie), entre otras, demostró que como realizador sabe muy bien qué es lo que el público espera ver. La cinta narra como la oficial de la CIA Evelyn Salt (Angelina Jolie), quien realizó un juramento de deber y honor hacia su país, queda en el ojo de la tormenta cuando su lealtad se pone a prueba, ya que un desertor la acusará de ser una espía rusa. Salt debe ocuparse de escapar utilizando todas sus habilidades y experiencia para evitar ser capturada. Además de encontrar a su pareja (pequeño papel interpretado por August Diehl, quien se dió a conocer al público estadounidense por su papel en Los falsificadores) y salvar su vida de una balacera provocada por sus propios compañeros de la CIA. Todo lo que realiza Salt para probar su inocencia, sólo sirve para poner más sospechas en su contra, mientras que la cacería humana continúa. El film logra atrapar la atención desde el primer momento y la suma de buenas interpretaciones, tanto de Jolie como de Liev Schreiber (La Profecía, Desafio) ponen en duda a cada paso la identidad y el bando al cual poertenece esta integrante de la CIA, que como dice el afiche, logrará que el espectador también se pregunte ¿Quién es Salt?.
Esperanza de vida para el Cine El director Rachid Bouchareb (Days of Glory) pone en escena un drama que va más allá del hecho en sí. Aunque la trama remonte a los atentados ocurridos en Londres el 7 de Julio de 2005, la sensación va muchísimo más lejos. Dos padres que, luego del ataque, pierden contacto con sus hijos y en forma independiente y sin conocerse, viajan a Londres en busca de algún rastro. Uno de ellos es Ousmane, papel interpretado por Sotigui Kouyate y por el cual recibió el Oso de Plata al Mejor Actor en el Festival de Berlín 2009, un musulmán que vive en Francia y se dedica a ser guardaparque. Por otro lado, Sommers, en el cuerpo de la correctísima Brenda Blethyn, una mujer británica que habita en una pequeña isla del Canal de la Mancha. Pero lo que el director Bouchared logra con la llegada de Sommers a Londres es magnífico: la muestra sumamente conservadora, preocupada más porque su hija le alquila a un musulmán que por la desaparición de ésta. Tan tensa al enterarse que su hija frecuentaba a un chico “negro” y que también estudiaba "árabe". Ella se pregunta: ¿Para qué la gente quiere saber árabe? y ¿Para qué mi hija?. Todas estas sorpresas significan demasiado para una madre que espera lo mejor para su hija, más cuando queda de manifiesto que ella crió sola a su pequeña y quedó viuda al perder a su marido peleando en el frente de Malvinas contra un país sudamericano. ¿Cómo harán para unir sus caminos Sommers y Ousmane? Con buen criterio de cineasta y tras luchas internas de la protagonista. Lo que plantea el realizador es enaltecedor para el cine: un film basado en buenas interpretaciones, escasa banda de sonido, prejuicios por parte de la protagonista y la indiscutible decisión de saber qué es lo que se quiere transmitir. London River es un film bienvenido y deja la grata sensación de saber que el cine de autor no murió.
Están de regreso Los estudios 20th Century Fox traen de regreso a la pantalla grande a uno de los personajes que se encargaron de atemorizar a Arnold Schwarzenegger y Danny Glover en el pasado: Los Depredadores. Esta vez, la historia se desarrollará en el planeta natal de estas criaturas, donde será llevado un grupo de violentos humanos capturados para ser utilizados en una partida de caza en medio de una jungla donde serán liberados y perseguidos. Los libros que fueron escritos por Robert Rodríguez en 1990 pensando en Arnold Schwarzenegger, debieron ser adaptados al siempre correcto Adrien Brody (El Pianista, King Kong). Con un comienzo prometedor, la película pone en escena a todos los personajes y poco a poco la trama empieza a tomar ritmo de suspenso. Pero luego todo se asemeja a lo ya visto y poco es lo que asombra. La cinta que aseguraba reflotar la saga y empañar el flojo desempeño de las últimas entregas, no aporta nada nuevo a la pantalla y deja un gusto semi amargo sobre el final. Visualmente pulido y con muy poco que reprochar en lo técnico y sonoro, estos Depredadores solo se alimentarán de los seguidores de la saga y quizás de todos aquellos que esperan ver algo de ciencia ficción que no abunda en cartel.