Salvar a una pequeña gran porción del mundo salva a un hijo. A la 1:17 hrs. los relojes se detuvieron, un resplandor de luz convirtió al mundo en un lugar sin fe, ni esperanzas y la vida dejo de ser lo que conocíamos como tal. Cuesta creer que desde el año pasado se tome como referencia en tantos films la era post apocalíptica y apocalíptica. Comenzando con superproducciones como 2012, películas más chicas y de acción como es el caso de El Libro de los Secretos o de animación como cuando los muñecos de trapos y algunas máquinas eran el único legado del ser humano en Número 9, al igual que otros films que muestran virus mortales o la llegada de los zombies a este mundo. Esta vez, La Carretera, nos relata una historia aun más pequeña pero no menos importante. Un padre y su hijo deben recorrer un largo camino con menos de lo necesario para subsistir. Una carretera hacia el sur llena de peligros, gente hambrienta y una naturaleza que no existe. Un padre interpretado por Viggo Mortensen que intentará por todos los medios salvar a su hijo (Kodi Smit-McPhee) de lo que parece inevitable, la muerte. El director John Hillcoat realiza una eficaz adaptación de la novela de Cormac McCarthy, ganadora del Pulitzer y muestra a través de flashbacks como era la vida de una familia común antes del cataclismo. Un pasado lleno de luz y color que luego se transforma en un paisaje donde los árboles se encuentran muertos, la vegetación no aflora, todo es de color ceniza y tabaco e íntegramente todo parece amenazador como el mismo cielo que simula un sembradío de relámpagos. Y mientras el suicidio familiar es la solución para muchas familias, como bien dice la ganadora del Oscar, Charlize Theron, “Todas las familias lo hacen” este padre intentará mantener vivo el fuego interno de su hijo y al mismo tiempo del espectador. Además de Theron (Monster), La Carretera cuenta con la presencia de un desfigurado Robert Duvall, a quién cuesta reconocer detrás de su impecable maquillaje y que pese a su muy pequeña participación deja su huella en el film.
Cuando los ángeles se pelean Un año cargado de films apocalípticos. Legión de Ángeles no es la excepción, Dios totalmente cansado de los desórdenes e ingratitudes humanas decide ponerle fin a este mundo. Pero esta vez no con inundaciones, ni fuegos caídos del cielo o congelamiento terrenal, sino enviando a una legión de ángeles en los cuerpos de los humanos con el fin de exterminar todo. Y en especial, a un bebé que está por venir, hijo de Charlie (Adrianne Palicki) la camarera de un bar rutero en medio de la nada. Esta original visión del director y guionista Scott Stewart mezcla suspenso, acción y algo de terror. Además cuenta con algunos efectos visuales bien logrados y quizás rememora a George Romero en los momentos de las invasiones de los humanos mutados y, cuando por medio de la TV y la radio, se enteran lo que sucede a su alrededor. Paul Bettany (Código Da Vinci) interpreta al Arcángel Miguel que viene a la tierra en contra de la voluntad de Dios y con el único fin de mantener con vida al recién nacido. Y dispuesto a pelear y morir si es necesario por ello. La película por momentos decae y se vuelve inconsistente, si bien logra captar la atención del espectador, tiene situaciones previsibles y deja muchos cabos sueltos. No muestra nada nuevo, quizás sólo la historia, que no es para nada celestial.
Las vertiginosas arenas del tiempo El futuro puede corregirse a cada paso y cada uno forja su propio destino, es algo de lo mucho que dejó esta súper producción cinematográfica de los estudios Walt Disney que prometía acción, entretenimiento y muchísimo despliegue. Y cumplió. El argumento en que se basa la película de uno los estudios que más sabe de entretenimiento, cuenta las andanzas del hijo adoptivo del rey Sharaman, protagonizado por Jake Gyllenhaal (El día después de mañana), el Príncipe de Persia (cuyo verdadero nombre es Ervey) en su travesía por las lejanas tierras de oriente. Después de equivocadamente atacar una ciudad sagrada, obtener la daga misteriosa y capturar a la hija del Maharajáh, juntos continuarán un viaje en busca de la verdad, pero plagado de obstáculos que no le darán respiro a los protagonistas, ni al espectador. La película es sumamente divertida y no decae en ningún momento, con pasos de Indiana Jones, Robin Hood o La Momia y potencia cada momento con un toque muy personal y gags en la medida justa. El film de director Mike Newell está cargado con un reparto de actores como Alfred Molina (El Código Da Vinci) a quién también se lo verá este año en El Aprendiz de Brujo; Gemma Arterton, a quien se vio en la remake de Furia de Titanes y un hombre X como es Ben Kingsley, que hace muy poco se lo pudo disfrutar en La Isla Siniestra. (Todos sumamente correctos). Saltos, corridas, magia negra, traiciones, amor y mucha acción en esta historia que de seguro traerá secuelas.
Mi heroe: Un Perro Esta es una historia basada en hechos reales. De modo deleitable, el director Lasse Hallström narra cuando un profesor de piano universitario (Richard Gere) se cruza en la estación de tren con un cachorro. Este pequeño de raza Akita hace notar su presencia y decide adoptar a Gere. Si, claramente el Akita adquiere a su amo. Con el tiempo, el vínculo que los une se transforma en algo tangible y Hachiko, o Hachi, tal como lo apoda su compañero de vida, no precisa de palabras para expresar sus ideas y emociones. El perro va cada mañana a la estación para despedirlo y también acude todas las tardes puntualmente para recibirlo. Pero es entonces cuando ocurre una desgracia que pondrá a prueba el sentimiento de fidelidad existente entre ambos. Nada más se puede agregar sobre el argumento de esta bellísima y cuidada historia. Donde Lasse Hallström prolijamente adornó con pulcros matices de luz en composé con el vestuario y una banda sonora que acompaña cada momento con exactitud (piano, instrumento que tocaba el protagonista). La participación de Richard Gere es correctísima, al igual que la del grupo de reparto que componen la película como Jason Alexander (Amor ciego), Cary-Hiroyuki Tagawa (Elektra) y otros. Pero la actuación del canino Hachi, logra lo que pocos han podido realizar, sus miradas y gestos son casi teatrales. Con una cámara casi canina, partes de la historia se pueden ver a través de los ojos de Hachi. Y este mundo puede resultar tan tierno como doloroso. La cinta lo hará notar no sólo por la altura de grabado, sino también en el detalle del cambio de tonalidades brindados por la visión del can. El film fácilmente llegará al espectador y no solo lo tocará, sino que lo atravesará tiernamente con su relato. Y es quizás la mejor manera de poner a prueba la sensibilidad humana personal, si este film no logra sensibilizarte, acaso nada lo hará.
¿Pueden siete días redimir a un policía de Brooklyn que ha tirado veinte años de su vida a la basura? Eddie Dugan (Richard Gere), al menos, piensa intentarlo. Después de que su matrimonio hace agua por todas partes y de buscar consuelo en una prostituta, se esforzará por enseñar todo lo que sabe a los jóvenes que acaban de incorporarse al cuerpo. Otro policía, Sal (Ethan Hawke), está llegando al límite de sus fuerzas. Ya es padre de cinco hijos, pero su mujer ha vuelto a quedarse embarazada. Así que su sueño de irse a vivir a una casa grande y hermosa se está esfumando. Sólo su gran espíritu de sacrificio le permite levantarse cada mañana por un sueldo ridículo. El tercer policía de esta historia es Tango (Don Cheadle), que tras llevar varios años infiltrado en bandas criminales ha sido abandonado por su mujer. Ahora, por fin, le han ofrecido ascenderlo, mejorarle el sueldo y retirarlo de estas misiones peligrosas. Pero antes tendrá que cumplir un último encargo: meter en la cárcel a su mejor amigo, Caz (Wesley Snipes). Con este complejo argumento casi imposible de hilvanar, el director Antoine Fuqua, el mismo de El Rey Arturo (2004) y El Tirador con Mark Wahlberg (2007) supo ir desmembrando paso a paso cada historia y a la vez generar un vínculo de apego con tan desdichados personajes. Al mismo tiempo todas las historias se encuentran al final, como si fueran canales de agua que plácidamente o torrentosamente desembocarán en el mismo mar. Un drama policial que tiene como escenario las calles de Brooklyn, pero podrían ser las de cualquier ciudad. Con una problemática arraigada en muchos países, policías mal pagos, contextos carentes de apoyo y pasajes reflexivos sobre la vida policial. La cinta funciona quizás como una crítica real a un problema real, y eso lo deja bien en claro.
Un caso serio y con poca gracia. En este film Jennifer Lopez (Zoe) interpreta a una mujer autosuficiente que ha decidido que no está dispuesta a seguir esperando a que aparezca su pareja perfecta. Y está empeñada en convertirse en madre decidiendo hacerlo en solitario. Ese mismo día, Zoe se encuentra con Stan (Alex O'Loughlin), un candidato con muchas posibilidades. El Plan B intenta ser una comedia romántica que cambia el orden “normal” y para el director Alan Poul pretende ser graciosa. Quizás este tema tratado unos veinteaños atrás, podría haber sido ocurrente; hoy y, de esta manera, no. Entre los protagonistas de una comedia romántica es más que necesario la complicidad y las miradas de conexión o lo que se suele llamar "feeling", ingrediente escaso en esta unión. Las situaciones carecen de gracia y son casi todas predecibles, si bien es un género desgastado, este film no es la excepción y será uno más para agregar a la lista de películas olvidables.
Oculto para ser visto El Mural es la última producción de Héctor Olivera, prestigioso realizador y productor argentino, premiado dos veces con el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín, por recordadas películas como “La Patagonia rebelde” y “No habrá más penas ni olvido”, y director entre otros films también premiados como La nona, La noche de los lápices y su último film Ay Juancito. En la mayoría de los casos, plasma en el cine la realidad de un país que confecciona incidentes a diario. En este caso se sumerge en parte de una historia donde la política, el arte, la literatura, las pasiones y los dramas familiares se barajan de una manera única. E imaginar una trama así, con la posibilidad de que sea cierta, pocos realizadores serían capaz de abordar. Menciona cuando el muralista mexicano, David Alfaro Siqueiros (Bruno Bichir), llega al país en los años treinta para exponer y dar una conferencia. Además con el deseo de pintar un mural con temática revolucionaria en un gran silo de granos ubicado en La Boca. Todo se frustra. Y el millonario Natalio Botana (impecable Luis Machín), poderoso editor del diario Crítica y amigo del Presidente de la Nación Agustín P. Justo (Luis Campos) le propone pintar un mural en el sótano de su quinta Los Granados, una gran mansión ubicada en las afueras de la ciudad. Siqueiros acepta el trato, llama a su mujer Blanca Luz Brum (Carla Peterson), que había dejado en Montevideo. La cinta, con Los Granados como escenario, entre celos, muertes, enfrentamientos y una contradictoria Salvadora Medina Onrubia, (la siempre correcta Ana Celentano), hacen que la mansión se transforme en un campo minado, y que cualquiera lo pueda hacer estallar. La película es sumamente correcta en detalles de vestuario y escenografía, al igual que la mayoría de las interpretaciones, que dan una imágen casi calcada de la época. El film pasa cortesmente, pero deja pocas sensaciones en su camino, quizás falta de dramatismo (por ejemplo en la escena de la muerte) o las pasiones que eran desmedidas, pero poco transmitían. La historia impacta por el contenido y por las personalidades que convivieron y transitaron por esos jardines: Pablo Neruda (Sergio Boris), entonces Vicecónsul chileno en Buenos Aires y amigo personal de Siqueiros.
Mi marido: el peor padre de Italia Documental que narra sucesos jamás contados mediante testimonios y relatos dramatizados de manuscritos y expedientes que se encontraban guardados en los archivos centrales del estado italiano. Quizás la historia menos conocida del Duce, es que Ida Dalsen, una intelectual y culta mujer, mantenía una relación sentimental con Venito Mussolini. Ella que se encontraba en una cómoda situación económica, cuando Venito decide darse a conocer y comenzar una carrera política, vende todo sus bienes para financiar el emprendimiento de su amado. Venito Mussolini, feliz por esto, demuestra su contento de una manera muy particular. Abandona a Ida y se va en busca de reconocimiento y poder. Ella entra en bancarota y, con Venito a la distancia, debe soportar las frecuentes infidelidades y el alejamiento del Duce, con el agregado de tener en su vientre un hijo de ambos. Cuando Mussolini se entera de este embarazo, la vida de Ida será seguida por dramáticos sucesos, como persecuciones y calumnias. El mismo karma sería heredado lamentablemente a su hijo, hijo que no conocerá el amor de su papá, el primer mandatario italiano. Historias de poder, amor, persecución e injusticias son parte de este documento fílmico que se baso en testimonios reales y cartas que nunca llegaron. Hay que tener en cuenta que si bien se dramatizaron algunos escritos con las voces, lo demás es un típico documental bien editado. Pero lo más importante de este film no es sólo eso, sino el trascendental contenido histórico que contiene. Contenido que hasta hace poco era solo un antiguo mito urbano.
Un gato hace la diferencia La siesta del gato mas vago del mundo será interrumpida por Garzooka, el enorme y musculoso supergato que llega al Mundo de los Dibujos. La malísima villana Vetkis ha atacado el pacífico planeta de Tontolandia y robado una invención que la ayudará en su afán de conquistar ambos mundos. Garfield se unirá entonces a Garzooka y a su intrépido escuadrón de mascotas, conformado por las versiones de superhéroes transformados de Odie, Nermal y Arlene, para ayudar a salvar el universo. Una producción llena de colores de altísimo contrastes y realizada íntegramente en 3D. Se debe tener en cuenta que este film no se vincula en absoluto con las anteriores cintas del popular y dormilón gato. Siendo esta una película totalmente animada y no como las predecesoras donde Garfield interactuaba con los humanos reales. Además este film se dirige a un público exclusivamente de chicos (no tanto de grandes), que de seguro encontrarán una nueva aventura para disfrutar de este querible personaje.
La pesadilla soñada. Su regreso era inminente, luego de tantas remakes, uno de los villanos más recordados de los ochenta está de vuelta. Su característica para el ataque también, Freddy Krueger cobra vida cada vez que una de sus víctimas duerme o simplemente pestañea por la somnolencia; un segundo puede ser mortal. Y esto queda bien plasmado en este interesante film del realizador Samuel Bayer, un realizador que viene del campo del video clip para banda como Metallica y The Smashing Pumpkins. Pero en este caso supo no solo generar el clima adecuado para este asesino de adolecentes, sino se encargo de narrar la historia para que las nuevas generaciones supieran de quien se habla cuando alguien nombra a Freddy Krueger. El actor Robert Englund, quién protagonizaba en el pasado al personaje, no se hace presente en este film. Es el turno de un nuevo Fredd, ya que debajo del chamuscado rostro se encuentra Jackie Earle Haley, conocido por su papel de Rorschach, en Watchmen. Jackie supo rendir homenaje a las anteriores pesadillas, trasladando gestos y movimientos del tradicional Freddy. La trama además de hacer saber sobre los comienzos de este letal protagonista, trata de develar que vinculo existe entre los jóvenes que padecen de estas mortales pesadillas, en una comunidad que parece desconocer sobre el pasado de sus propios hijos. Con el óptimo uso de los recursos de Las Pesadillas, el director Samuel Bayer supo aprovecharlas al máximo, cada parpadeo puede ser un nuevo lugar y cada puerta que se abre, una dimensión nueva a explorar. Sin excesos de efectos, muy bueno de sonidos y una excelente canción para el final de la cinta, esta Pesadilla sin duda, es el proyecto mejor soñado para este principiante realizador. Para todos aquellos que en los ochenta perdían el sueño con Krueger y que quieran volver a verlo o para aquellos que quieran conocerlo, este es el film indicado. Ya que logra sintetizar en 90 minutos el espíritu original del personaje y consigue dejar atrás el triste recuerdo de la serie televisiva.