It Follows es una pequeña joya del cine de terror, tiene algo poco común entre montañas de productos desechables que vienen con el género: es distinta. Por un lado es bastante original, por otro lado no se sostiene por crueldad, ni excesos de sangre más violencia, y como si fuera poco trata de evitar los clichés del género, jugando con la expectativa. Entre tanto terror comercial vacío y olvidable, se destaca como un filme que busca el arte dentro del género, que no se conforma con buscar repetir fórmulas usadas mil veces; se nota que hay un realizador por detrás que decidió hacer un producto de calidad y que se arriesgó a hacer una búsqueda artística al mismo tiempo, y eso no es poco. Curiosamente es una película festivalera, que ha andado de gira gustando y siendo premiada en diversos festivales de cine; algo que habitualmente es el camino de muchos filmes arte, dramas profundos o películas estéticamente raras, y no es el recorrido habitual de filmes de terror, donde una buena parte de la intención de la obra sea precisamente asustar. Gran parte del éxito de un filme de terror tiene que ver con el villano, con la amenaza; y en muchos filmes de enorme éxito en el género terminamos recordando muchas veces más el villano aun cuando es un personaje secundario, que el protagonista. Luego de ver Pesadilla en lo Profundo de la Noche ¿Quién recuerda a Nancy Thompson? ¿Y quién recuerda a Freddy Krueger? Ahí está justamente el mérito de It Follows, lograr crear un villano distinto, misterioso y empecinadamente obstinado en su finalidad. ¿Y cuál es este villano del que hablamos? Bueno, ahí está la gracia del filme, verlo por uno mismo, ver cómo opera la trama y sorprenderse, aquí no le vamos a quitar la sorpresa al filme. Lo que sí se puede decir sin problemas es que: Te Sigue. Pero no solo el villano debe importar, también es fundamental que los protagonistas y potenciales víctimas sean bien caracterizados. Muchas veces en filme de terror adolescente, los protagonistas son jóvenes genéricos, sin personalidades, sin historias previas y sin identificación con el público, al cual poco le importa si viven o mueren; o hasta quizás festejen la muerte de alguno inclusive. Pero en este caso los protagonistas están bien caracterizados, tienen historias personales, tienen relaciones humanas entre ellos, y nos importa si viven o mueren, y eso genera el suspenso necesario para hacer un filme efectivo cuando la amenaza acecha. Todos estos ingredientes, la originalidad, lo artístico, el villano, los protagonistas, son el caldo de cultivo de la grandeza en un filme de terror, pero hay algo que no debe faltar, y es que efectivamente asuste. Y eso es justamente uno de los puntos flojos del filme. Asusta, pero no lo suficiente, y le falta 4 o 5 momentos que nos hagan saltar de la butaca, el filme claramente juega más sobre el suspenso que sobre la sorpresa, como bien nos enseñó el maestro Hitchcock. Pero aun así esos momentos con bombas de adrenalina son deseados por los fans del género, y en este caso son escasos. Durante el metraje hay una constante tensión, y si uno está enganchado con el filme estará continuamente incómodo con un nivel de suspenso que no baja nunca del todo. Y esa tensión permanente es de valorar, pero sería mucho más efectiva con unas cuantas escenas donde esa tensión tenga un mayor clímax en momentos de sorpresa. Parte de esa falta de sustos concretos se debe por dos motivos, uno es un error, y el otro es un motivo noble. El motivo noble es que se intenta evitar el cliché, el susto fácil, lo trillado, se intenta descolocar al espectador, y en algunos momentos lo logra bien, pero eso lo hace a veces saboteando la oportunidad de danos un susto por sorpresa que nos haga saltar del asiento. El otro motivo es que las opciones alternativas al cliché muchas veces no son tan efectivas para asustar, sí pare generar tensión o suspenso, sí para mantener un clima opresivo de forma permanente, pero no para crearnos momentos de pegar un grito en la sala. El director apuesta fuerte, y en muchas partes gana, como en la parte artística u originalidad, y en otras partes pierde, como en el caso de que podría haber asustado más. Pero indudablemente se debe valorar esa apuesta del director arriesgándose a hacer algo que no sea más de lo mismo. El filme es más bien lento, y avanza sin prisa pero sin pausa, algo que se espeja en el villano de turno, crea un clima paranoico efectivo, pero puede dejar afuera a amantes del género que solo quieren sangre rápida y sustos baratos. Lo distinto no es para todos, y muchos se sentirán descolocados por la propuesta, especialmente si no son muy cinéfilos, o han visto poco cine. Para el cinéfilo avanzado, esta es una bocanada de aire fresco en el género. Sobre todo cuando además de lo evidente, el filme se presta para discutir que significa, cual es el rol del sexo en las películas de terror, y cuáles son las consecuencias del sexo en la vida real. It follows es un filme que quizás guste o no, pero para el fan del género no puede ni debe pasar desapercibido, por lo que se ha descrito, por la tremenda aprobación de la crítica, por los múltiples premios en los festivales, por la recomendación entusiasta de los fanáticos del terror, es un filme que debe verse si uno ama el género. Basado en un pesadilla recurrente del director, y que puede producir pesadillas en el receptor. No es poco. Cristian Olcina
Si los filmes son alimentos del alma, las películas de superhéroes serían golosinas. Estas deben ser sabrosas, grasosas, llenas de calorías, y muchas veces insalubres inclusive, algunas pueden tener algunos nutrientes, pero no se consumen por ese motivo. Lamentablemente Los 4 Fantásticos no es una golosina, es más bien una galleta sin sal. No alimenta mucho, no nos deja saciados, y no es sabrosa. No tiene los condimentos cocinados en su punto justo para entusiasmarnos, ni para saciarnos, ni para llenar nuestras expectativas. Tiene gusto a poco. Los 4 fantásticos no es un filme malo per se, es en todo caso un filme fallido. Tiene buenos ingredientes; a saber, buenos actores concorrectas interpretaciones, buena calidad técnica, no tiene huecos de guion que sobresalgan, ni escenas que estén mal filmadas, mal editadas, o con inconsistencias lógicas marcadas. Pero tampoco tiene acción, ni efectos especiales sorprendentes, ni emoción, ni humor, ni escenas espectaculares, ni aventura, ni la emoción del descubrimiento. Ante la falta de entusiasmo que genera, se convierte en un filme bastante soporífero, que garantiza que en cada función de trasnoche haya al menos un miembro de la audiencia que termine cayendo en los brazos de Morfeo. Quienes no se duerman frente a la espeluznante falta de estímulos del filme en cuestión, es muy probable que lo consideren aburrido, o en caso de que la vean en casa, de que abandonen el visionado. Y ese es el peor pecado que puede cometer un filme de superhéroes, no brindarnos entretenimiento. Los 4 Fantásticos son un grupo de superhéroes que luego de hacer un viaje a otra dimensión, vuelven traumáticamente, pero con poderes. Cada personaje tendrá una habilidad distinta; estirarse en el caso del protagonista, convertirse en un ser volador rodeado de fuego en otro personaje; ser invisible y crear campos de fuerza en el caso de la mujer; y ser de roca, súper fuerte y aparentemente indestructible, en el único personaje que no es científico pero hace el viaje igual. En ese viaje perderán a uno de los científicos del grupo, bastante asocial, que luego de un año en esa dimensión vuelve superpoderoso, deformado, maligno y con intenciones de destruir y matar todo; un villano totalmente unidimensional y sin una motivación clara. Además de tener problemas la construcción del personaje del villano, el Dr. Doom, tiene una aparición muy tardía que deja a la película huérfana de un conflicto durante cerca de una hora de metraje, por ende el dramatismo del filme se ve reducido. Y sin un conflicto claro, dos tercios del filme sufren un vacío emocional que hiere de muerte a la cinta, que solo podría ser salvada en el último acto con un clímax atronador, espectacular, dramático y épico; el cual no llega nunca y muestra una batalla final apurada, poco creativa, anodina y sin profundidad, lo cual decreta el deceso final del interés del espectador y por ende la muerte del filme, muy probablemente también de la franquicia, y quizás la de la carrera del director inclusive. Si la historia de inicio de estos superhéroes fuera más interesante, la película podría haberse salvado, aun cuando no hubiera muchas escenas de acción, y el final no fuera épic. Con personajes más interesantes y una historia de inicio rica en detalles, podría haber pasado lo que sucedió con Iron Man, que dejó gusto a poco en la acción, pero dejó bien establecido al personaje para futuras secuelas. También en Batman Begins hay mucho tiempo de espera para que salga el héroe, pero esa espera está matizada por escenas de drama humano realmente interesantes, que desembocan de manera lógica en el personaje que todos conocemos, y además luego de tomarse ese extenso tiempo para construir el personaje, vienen a continuación varias secuencias que cierran la película con acción de primer nivel, dramatismo y espectacularidad, valía la pena la espera. Pero aquí muchos dirán ¿esto es todo? y será una pregunta más que válida. En definitiva, con solo 2 escenas de acción y breves para lo que uno espera; este filme que debería ser una rica golosina cinematográfica, es un producto desabrido y poco apetitoso, no se le puede echar solo dos cucharadas de azúcar a un lo que debería ser un postre hipercalórico. No es un filme malo en el sentido concreto de la palabra, no es una comida quemada, o con ingredientes podridos, o que esté rancia, o que tenga hongos, o de mal gusto; es un producto con buenos ingredientes, bien cocinados, pero mal condimentados y mal presentados, que no nos deja gusto a nada, que no es sabroso, que no nos nutre y ni siquiera nos engorda. Es un filme que fotograma a fotograma, nos va decepcionando muy paulatinamente; mientras nos vamos dando cuenta que pagamos por comer una rica torta, pero terminamos comiendo una galleta sin sal. Cristian Olcina
La quinta entrega de la saga Misión Imposible no solo se queda en videos virales que prometen, es un filme que entrega lo pactado con el cinéfilo amante de la acción. El filme tiene adrenalina, una edición con un ritmo perfecto, y una excelente dirección que coordina un sólido guion, que en su justa medida, sirve de columna vertebral a grandes escenas de acción filmadas con un virtuosismo técnico digno de los más grandes productos de Hollywood. No hay más grande que esto a nivel de cine de acción; ya que han sabido combinar muy bien los ingredientes de espectacularidad, técnica fílmica y narrativa, edición, y coreografía para darnos el más alto estándar de Hollywood en la materia. Pero nada sería Misión Imposible sin su estrella, que brilla firmemente en la pantalla y fuera de ella, para lograr con un nivel de compromiso extraordinario la mejor película que se pueda. Tom Cruise no solo funciona a nivel actoral en la cinta, sino que además aporta esa gran cuota de carisma que tiene y le agrega un plus especial al filme, al darle un toque adicional de realismo y espectacularidad; como cuando para hacer la toma del avión que se ve en el póster, no se queda en la seguridad de un estudio con una pantalla verde detrás, sino que realmente se cuelga de un avión en movimiento mientras va despegando y va siendo filmado, secuencia que abre el filme de manera espectacular, y que nos sienta las bases no solo de la narrativa de la película, sino también de su búsqueda de un impacto verdadero, sorprendente y realista. Claramente esta primera secuencia nos da una declaración de principios que podría entenderse como: “Esta película no está animada en una computadora” La declaración de principios funciona en nuestra mente; y se ve como una película que pareciera que en casi todo en el metraje no hay efectos digitales; solo unas 4 o 5 tomas parecen serlo para el ojo entrenado, y eso nos mete más en el filme y nos da un respiro de tanto artificio que hay en Hollywood hoy en día. No importa si en la realidad son muchas más las tomas digitales, lo que importa es que no lo parecen a la hora del visionado del filme. Además se nota claramente que el filme está rodado en 35 mm y eso le da un look menos plástico y que asociamos con una época de cine más realista, donde las acciones se rodaban frente a una cámara y no se dibujaban en una PC. Esto sumado a un guion efectivo que retoma un argumento similar al del primer filme, hace que estemos bien predispuestos para las secuencias de acción; que son las que esperamos dentro del género, y el espectador no quedará defraudado. La historia pasa porque el agente Hunt, interpretado por Tom Cruise, queda fuera de su agencia de espionaje por el cierre de la misma, algo pergeñado por el personaje de Alec Baldwin, muy efectivo en el filme; y además es perseguido por la CIA, mientras desde la clandestinidad, debe resolver un caso de una agencia de contraespionaje internacional dedicada a hacer actos terroristas. Mientras tanto es ayudado encubiertamente por el agente interpretado por Simon Pegg, un personaje que se hace querer; y también ayudado por uno de sus superiores interpretado por Jeremy Renner, que se muestra muy efectivo en el filme. A estos personajes se les agrega una seductora mujer que rescata a Hunt de una trampa tendida por esa agencia, pero que en realidad dudamos de su verdadera lealtad. Con estos personajes se recompone de facto el equipo de Misión Imposible, y si bien es cierto no es un filme con un reparto coral como la serie, donde el grupo era muy parejo en el protagonismo, aquí se recompone un poco esa esencia de la serie original, perdida desde el primer filme de la saga cinematográfica, donde en la primer secuencia de acción de aquel filme, todo el equipo perece dejando a un solo agente para todo el resto del filme, convirtiendo en los hechos, aunque no en los títulos, a Ethan Hunt ya no en un miembro de Misión Imposible, sino en James Bond, quien trabaja solo. En las secuelas sin embargo siempre estuvo el personaje de Ving Rhames y en esta quinta parte los personajes de Simon Pegg y de Jeremy Renner vienen de la tercera y cuarta película respectivamente, dando una sensación de equipo, que recupera en parte la premisa del trabajo grupal de la serie, y alejándose un poco del esquema de James Bond. Christopher McQuarrie, guionista ganador del Oscar por Los Sospechosos de Siempre, ahora convertido en director, lidera este, su tercer filme, con un pulso fuerte, que no le tiembla frente a complicadísimas escenas de acción del más alto nivel, sino que las resuelve con claridad donde cada movimiento se ve sin dificultad, donde se ve poco truco, donde se nota el compromiso de los actores en los roles. Un gran pecado del que adolece Hollywood últimamente, es que quieren dar dinamismo y acción a los filmes moviendo la cámara, muchas veces haciéndola temblar inadecuadamente para crear tensión, y otras veces se muestran peleas en planos muy cortos donde los luchadores en cuestión no se ven claramente y parte de los golpes son más truco de cámara y montaje que otra cosa. Este no es el caso. En este caso las escenas de acción están correctamente registradas. El director en las escenas de pelea cuerpo a cuerpo mantiene distancia y filma claramente las acciones, porque sabe que hay una gran coreografía preparada, como en la escena de la pelea en los andamios de un teatro, y no necesita el truco engañoso, tiene la escena real enfrente. También filma con la imlumnación necesaria y nada se pìerde en la oscuridad. Y finalmennte no necesita mover la cámara innecesariamente, ya que a la acción y a la tensión no las da un truco barato, sino que son fruto de las acciones, la planificación, las actuaciones, un sólido guion y un montaje afinadísimo. El director sabe que tiene un gran equipo, y confía en ellos. Es un filme de acción con una dirección del más alto nivel. Algo que es importante de destacar, es que además de las brillantes secuencias de acción como la del avión, o la persecución en moto por ejemplo, los personajes no son solo estantes de donde colgar un guion excusa; sino que se sienten reales y uno se identifica con los mismos, dándole una mayor gravedad a las escenas de tensión, y generando verdadero suspenso cuando uno de estos personajes está en riesgo. Frente a los filmes de Hollywood tradicionales, uno espera lógicamente que ningún personaje importante pierda la vida, y menos aún en el medio del filme, y menos aún si es protagonizado por alguien como Tom Cruise; y eso habitualmente diluye el suspenso en filmes de acción Hollywoodenses; sin embargo en Misión Imposible 5 el director y guionista ha sido muy astuto en poner en riesgo a otros personajes que nos importan y poner en riesgo la misión, generando un suspenso real donde uno cree de antemano que ya sabe todo. No importa cómo se resuelva, lo importante es que en el camino, el director logra crear esa sensación. En definitiva, Misión Imposible 5 está dentro de las mejores de la saga, y dentro de los mejores filmes de acción del año, siendo de visionado absolutamente imperdible para el fan del género. Es una película que se disfruta, se aprecia visualmente, que genera entusiasmo y que nos entrega lo que vamos a buscar, acción, espectacularidad, efectos, suspenso y adrenalina. No es un filme que sea realmente profundo, pero tampoco es vacío de contenido; las motivaciones y el contexto político son interesantes y el cierre del conflicto político es genial. Lo cual hace que hasta en la última toma el filme nos de algo, y nos vamos inexorablemente de la sala con una sonrisa. Afortunadamente, el precio de la entrada valió en cada fotograma del filme.
Pixeles es un filme que viene en el tsunami de la nostalgia que está llegando al mundo, con epicentro en Hollywood. Ya tuvimos Jurassic World, Terminator 5 y otros filmes que apelan al sentimiento de amor por experiencias pasadas, cuando las cosas eran distintas. Este filme a diferencia de los otros mencionados, no se construye sobre el recuerdo de otros filmes, sino sobre la experiencia que muchos tuvimos jugando a las maquinitas de video juego en la década del 80, algo que nos marcó, y una actividad que era social a diferencia de la era Play Station de hoy, algo que el filme se encarga de resaltar. El filme es efectivo en cuanto a esa llamado a la nostalgia y logra darnos ganas de volver a jugar esos juegos arcaicos desde el punto de vista de un niño actual, sin embargo son los verdaderos clásicos que son los cimientos de la cultura gamer hoy, una cultura bastante distinta a la de hace 30+ años atrás. Cuando salimos de la sala nos da ganas de ponernos en la PC con el MAME, el emulador que permite jugar esos videogames, ante la falta de un salón cercano con máquinas con fichas. Más allá de esta apelación de la nostalgia, el filme no es tan efectivo fuera de ese contexto, aun así, para ser un filme de Adam Sandler es bastante digno, y hasta se podría considerar muy bueno inclusive si el propósito es entretenerse. La experiencia de visionado en la sala demostró ser un momento muy divertido y con bastantes risas; más de las esperadas, de hecho. La audiencia se enganchaba con la historia y acompañaba muchos de los chistes explícitos, sin embargo una porción de los mismos son para un público muy específico. El guion es un poco vacío de contenido, y no lo llena al espectador de la misma forma que otros filmes familiares, está más a la altura de un filme para entretener niños, que para alguien que además de risas, quiere llevarse algo a la salida del cine que le sirva para su vida. En ese sentido pierde enormemente frente a otras propuestas más interesantes y profundas como Intensa-Mente con quien comparte cartelera. La historia de amor es básica, previsible y poco imaginativa más allá de cierto giro argumental un tanto sorpresivo que se da en las primeras escenas. Y muchas cosas no quedan bien explicadas sobre como funciona la trama, pudiendo ser huecos del guion. La idea es interesante y genera imágenes que son así también. Cuando unas imágenes de videos juegos del 82' son enviadas al espacio, una raza alienígena malinterpreta el mensaje como una invitación a una competencia donde se pone en juego el planeta entero, pero esta competencia es con personajes y cosas de los videos juegos transformados a figuras de la vida real, como cuando aparece Donkey Kong por ejemplo, tirándole barriles a nuestros protagonistas humanos. Algo curioso que le da el nombre al filme es que las figuras extraterrestres basadas en video juegos son pixeladas, o sea como que no tienen buena resolución, al tener los mismos una configuración basada en grande cuadrados, que en realidad no son píxeles, algo que significa el mínimo cuadrado de color en una imagen en dos dimensiones, sino que aquí son cubos, o sea lo que serían píxeles tridimensionales, o sea “vóxeles” denominados correctamente; así se debería llamar realmente el filme, pero nadie sabe que es un vóxeles saliendo de ciertos círculos de diseño 3D. La película llega con la maldición de estar protagonizada por Adam Sandler, un actor que ha sabido juntar fama de participar en filme muy malos, y eso le juega en contra a la hora de leer críticas o de presuponer la calidad del filme, algo muy llamativo es por ejemplo que en pósteres y displays, en vez de salir Sandler sale Pac-Man, que pareciera tener mejor fama que el actor en cuestión. Sin embargo el filme no queda maldecido en sí, más allá de los prejuicios, el papel de Sandler es correcto, no tiene ninguna voz insoportable, no se hace el tonto, ni es estúpido; algo que se agradece, inclusive es gracioso en sus diálogos que tienen cierta chispa y cierta picardía. Pero no deja de hacer de Adam Sandler, sin construir un personaje que sea realmente nuevo. Peter Dinklage en cambio tiene un personaje más interesante un poco ajeno a los que nos tiene acostumbrados, haciendo de un antiguo campeón mundial de videojuegos convertido en delincuente, pero el papel no está a la altura de sus dotes actorales, y es un personaje que en sí mismo no es muy gracioso. La más interesante característica del filme es que visualmente es un filme muy impactante en sus efectos, y a su vez es creativo, con un excelente diseño de producción y una traslación de las imágenes archiconocidas de esos videos games clásicos a imágenes tridimensionales que si bien son fieles a los diseños originales también se ven bastante originales y novedosos en su traslación a la mezcla con la vida real. Seguramente desde el punto de vista legal deben haber hecho sus buenos trámites para conseguir las licencias de todos los personajes y juegos que se ven. En escenas donde los videojuegos invaden y empiezan a destruir famosas ciudades norteamericanas se agradece la originalidad de que estos aliens sean en forma de videojuegos, y dándole un toque creativo e interesante a las secuencias, ya vimos demasiadas veces a Nueva York como campo de batalla, y con el estándar de Los Vengadores y de El Hombre de Acero bastante reciente, es difícil hacer una secuencia de destrucción alienígena que se sienta original, creativa e interesante, sin embargo este filme logra ese cometido, pero las secuencias mencionadas no son verdaderamente épicas. Hay una breve escena donde el director Chris Columbus, que tiene un extenso currículum en filmes familiares se luce, junto con el 3D del filme. Es un momento donde dos personajes juegan en una competencia en sendas máquinas arcade y se los ve de frente mirando la pantalla y sobre impresas en 3D y usando creativamente el espacio fuera de la pantalla y la profundidad se ven imágenes de los juegos, de los personajes, los puntajes etc. Eso produce un efecto 3D excelente que nos muestra como nos compenetrábamos cuando jugábamos de chicos y el resto del mundo y todos los estímulos estrenos parecían desaparecer. Si todo el resto del filme tuviera esta creatividad, uso de los recursos y dirección sería una obra maestra; lamentablemente no es el caso. En definitiva Pixeles es un filme que puede gustar bastante pero es difícil que vaya a encantar, es un filme efectivo en muchos aspectos como la nostalgia y la risa pero deja gusto a poco al salir. Es una mezcla de un guion básico y previsible con interesantes imágenes y diseños. Es un filme absolutamente obligatorio de ver para los gamers, y absolutamente prohibido para los que odian a la ciencia ficción, a las películas fantásticas y a los videojuegos. Metan su ficha y hagan su propia apuesta. Cristian Olcina
Terminator Génesis llegó para revivir la nostalgia de dos clásicos que tuvieron llegada en 1984 y 1991 respectivamente. Logra sacar afuera buena parte de esos sentimientos de cariño y nostalgia por esos filmes, y además tiene logradas escenas de acción; pero no tiene el suspenso de la primera, ni el tono épico, ni tampoco la sorpresa de la segunda. Gusta, pero no encanta; esta bien hecha, pero palidece frente al legado que debe continuar. No revitaliza la franquicia del modo que se espera, y eso hace que se sienta como un productó al cual ya se le pasó la fecha de vencimiento, sin llegar a ser insalubre, ni dejar de ser rico, pero pasado de fecha en fin. Trata de usar el esquema que tantos réditos dio en Jurassic World haciendo revivir los sentimientos de la original, pero solo logra recordarnos que aquellas primeras películes eran mejores, más sólidas, más efectivas y más sorprendentes. Ese esquema planteado no funciona tan bien por varias razones, entre ellas, un tour de force, un giro argumental que no funciona bien porque es hereje a la historia de la franquicia, donde un personaje hace cosas que no se esperan y contradicen lo que pasó en anteriores filmes, algo que además ni siquiera funciona como una sorpresa en el filme, porque si bien está construida la historia con ese fin, los mismos productores se encargaron de destruir la sorpresa no solo con los tráileres sino además con el afiche del filme inclusive. Semejante tour de force produce un efecto de rechazo en la audiencia que rompe la magia de el efecto nostálgico y por ende daña al filme. Lo que funciona bien es la presencia de Schwarzenegger que vuelve atener un rol más protagónico en la saga, algo que se extrañó en la cuarta entrega. Y la escena donde dos Arnolds pelean es bastante llamativa y satisfactoria, un poco menguada por el hecho de que se siente un poco digital la escena. Un filme que entretiene, con buenas escenas, con un Arnold intacto, pero que no tiene la emoción, la sorpresa ni la intensidad de glorias pasadas. Escuchá la crítica radial completa en el reproductor debajo de la foto, o mirala en video debajo del reproductor de audio..
"El guion es una mezcla de una promoción del Zoo de Buenos Aires, con algún producto que se fumó el guionista para poder sopesar la angustia de tener que escribir ese filme y que su nombre salga en los créditos." Escuchá la crítica radial, o mirá el video de la misma, haciendo click en el link.
Minions es una película que disfrutarán más los chicos que sus acompañantes adultos, es un filme bastante histérico lleno de ruido visual y sonoro; que es bastante efectivo, es gracioso, y cumple dentro de lo que se espera; pero falla en ser la película que muchos esperan. Afortunadamente se la pasa bien en el cine, pero no entusiasma lo suficiente si uno es adulto. La historia es, a nivel temporal, una precuela de Mi Villano Favorito y su secuela; pero en cuanto a los personajes, es un spin off, un desprendimiento de esos filmes, ya que los protagonistas son los secuaces de aquel villano favorito; Los Minions, que ahora descubrimos son seres aparentemente milenarios de una especie que existe desde millones de antes que la humanidad, con el propósito de servir a el más despreciable amo al que encuentren, según reza la introducción del filme y el primer tráiler que sirve de resumen de las primeras escena. Más allá de eso no sabemos mucho más de su origen. Estos amarillos personajes, al tener su propio filme y cobrar protagonismo, pierden fuerza en sus escenas. En los filmes anteriores, cuando estos personajes salían en escena, era una bocanada de aire fresco; pero aquí, donde todo es Minions, hay tanto aire, que a la gracia se la lleva el viento. Lamentablemente el filme no tiene el impacto emocional de su inmediata intercesora, Mi villano Favorito 2, que era un filme con mucho corazón, ni tampoco tiene su profundidad semiótica, ni el mensaje tampoco. Los Minions son personajes que se los puede denominar comic relief, o sea quienes alivian la tensión del argumento con escenas graciosas, pero al pasar a ser protagonistas, el ingenio y la profundidad del guion, ya sin un buen trozo de la parte humana, quedan relegados a una serie de acciones y de gags que al no tener una espina dorsal emocional que funcione muy bien, como en mi villano favorito 2, nos deja con una película más vacía, más superficial, y que no sostiene la tensión narrativa de forma pareja a lo largo de todo el metraje. Luego de un rato, cierta parte del público, la más adulta, quizás pueda cansarse sin un argumento interesante que hile todos los momentos de humor, que si bien es cierto son eficaces, uno detrás de otro producen un efecto de acostumbramiento, y pierden en la suma el potencial gracioso que tiene cada escena o cada gag por si mismo. Por algo las series dramáticas son de 1 una hora, y las sitcoms son de media hora, la tensión dramática, y su arco correspondiente. no son iguales de mantener, y sumados al hecho de que no hay personajes humanos protagónicos, y ni siquiera a los Minions se les entiende bien lo que dicen , eso produce un distanciamiento de la audiencia en la caracterización de los personajes que claramente daña al filme. En Mi villano favorito 2, Gru, un personaje humano, al cuidados de sus hijas le daba toda una humanidad al filme, e independientemente del argumento en sí mismo, uno quería al personaje, se sentía identificado con él y se enternecía. Cuando entraban los Minions en escena producían momentos humorísticos muy eficaces, que se destacaban más aún por lo especial de esos momentos, dentro de un argumento con escenas de drama humano, puesta en juego de sentimientos, y de situaciones cotidianas. Pero aquí ese marco no existe y quizás el filme puede parecer un compilado de escenas de humor y acción, perdiendo así la eficacia de cada gag, fuera de un contexto que potencie esa gracia por contraste; o sea: si todo es especial, pues nada lo es. Sumado a esto, el filme no tiene una la columna vertebral de unos personajes que realmente nos importen, ya que los Minions no solo parecen ser inmortales, sino que además parecieran no tener sentimientos, no son seres con los que uno realmente se pueda identificar, son más bien artilugios de guion para producir gags, y esa estructura de funcionamiento no se sostiene tan bien en un largometraje completo, sino que funciona mejor en una series de escenas esparcidas dentro de un filme con personajes identificables y un argumento que nos toque los sentimientos. Más allá de todas estas cuestiones que impactan negativamente a la hora de hacer un producto emocionante para los adultos, los niños en la sala disfrutan el filme, aunque quizás podrían disfrutarlo más aún si hubiera una chance más concreta de invertir nuestros sentimientos en personajes que sean más queribles. Los Minions son simpáticos, son queribles con la ternura que uno le tiene a una mascota; pero por más que a uno le encante ver una mascota pintoresca en un filme, ¿cuántos nos ponemos a ver filmes protagonizados exclusivamente por mascotas? ¿y cuantos clásicos y obras maestras hay así? Inclusive en filmes como Babe el Chanchito Valiente, donde el personaje es un cerdo, claramente este está humanizado, con habla, sentimientos y hasta una fuerte vocación inclusive. Y en otro filme que tiene un problema similar en el arco dramático, donde se diluye también al final es en Los Pingüinos deMadagascar, pero ahí los pingüinos protagónicos eran totalmente humanizados, con claras personalidades, bien definidas, y con una inteligencia superior inclusive a la de muchos humanos. Y eso que falta en los Minions hace que el filme pierda inteligencia, emoción, y que llegue a ser inclusive hasta un poco tonto por momentos; es casi como ver los 3 chiflados en muchos aspectos, pero estos al menos tenían más humanidad. Obviamente habrá quien no le moleste semejante característica del filme y se sienta satisfecho con el producto terminado. Y para quien quiera desenchufar el cerebro un rato quizás este filme sea ideal. Pero no se puede negar que la expectativa era mayor; y el film cumplió, pero no del todo. Muy buena para entretener a los chicos, aceptable para los adultos, pero entre tanto amarillo gracioso, falta el rojo del un filme que tenga un verdadero corazón. Cristian Olcina
Inside Out es un filme que podría ser considerado un milagro, es pura magia del cine. Si uno tiene la creencia que en el cine hay películas perfectas, esta es una de ellas; sino, simplemente se puede considerar excelente. Es un filme que es una rareza, porque hay filmes que son para adultos pero que dejan los niños afuera, y filmes para niños que dejan los adultos afuera, hay filmes que son arte pero no entretienen, o que son entretenidos pero no son arte o son vacíos. Pero Inside Out es un filme que tiene una universalidad extraordinaria, es un filme que es para grandes, para chicos, que es arte y entretenimiento, es emocionante y la vez profundo; y es entendible pero a la vez con complejidades para ir descubriendo con varios visionados. Es un filme que se puede ver con el cerebro apagado, solo para disfrutar; o que se puede ver atentamente, y analizar. Y de manera sorprendente y maravillosa termina funcionando en todos los frentes. Intensa Mente, tiene la capacidad de ser un filme, no solo estrenado en el festival más importante de cine arte en el mundo, como se dio en Cannes; sino que además ser una obra perfecta para vacaciones de julio, y llenar salas de niños ruidosos comiendo pochoclo. En las salas de cine, los niños aplauden, saltan de las butacas y vitorean a los personajes, la reacción es extraordinaria de cómo se entusiasman. Y como si esto fuera poco, tiene un índice de aprobación casi perfecto por parte de la crítica. Esa flexibilidad del filme es lo que es milagroso en cierta forma; cómo puede llegar a todo tipo de público con un objetivo expansivo y una gran aceptación. ¿Cada cuánto nos encontramos con un filme que algunos críticos prestigiosos lo llaman una de las mejores películas del Festival de Cannes, y a su vez los niños que salen de una sala argentina salen entusiasmados? Este es un mérito extraordinario, de un filme que sobrevive airosamente a la máxima referida en el dicho popular que indica: "El que mucho abarca poco aprieta". Inside Out abarca mucho, y aprieta mucho; y eso es algo extremadamente difícil de lograr, una tarea casi hercúlea que la mayoría de los filmes ni siquiera se preocupa en ponerse a hacer. ¿Pero cuál es el secreto del éxito de semejante llegada y efectividad? Indudablemente, el guion; lo que es la base de un filme y lo que hace la diferencia en Hollywood, ya que en ya que en la meca del cine todos los filmes son buenos técnicamente. El guion de Inside Out no solo es sólido, bien construido y lógico; sino que además es sumamente creativo y sorprendente en algunas escenas; es una explosión de creatividad por momentos, que nos hace sentir que estamos viendo algo nuevo, algo distinto, algo original. Y eso no tendría su traducciones en emociones reales de la audiencia, si no fuera por un diseño de producción y unas vistas de los lugares y paisajes del filme que hacen una delicia visual, y nos llenan de imágenes que son estéticamente bellísimas, pero además perfectamente funcionales al relato. Y no solo hay muchas cosas que jamás hemos visto y son distintas y nuevas, sino que además no nos parecen tan raras como para uno diga que es un filme para pocos, sino que tienen una cierta familiaridad. Y ahí volvemos a esta característica universal del filme, poder darnos algo distinto y original, sin hacer que nos parezca algo extraño. Dentro de este guion está una historia original, novedosa y creativa; ver cómo funciona la mente a través de 5 personajes que son los sentimientos; la alegría, la tristeza, la furia, el desagrado, y el temor; y como al interactuar esas emociones y tomar el control, representado en un panel de comando, hacen que las personas tengan distintas reacciones frente a un estímulo; pero además se ve como estas emociones, no están solas, sino que conviven con los recuerdos, representados en esferas; y como esos recuerdos forjan el carácter simbolizado por la combinación de distintas islas, que muestran de forma física, a prioridades clave en la construcción de una personalidad, entre ellas la familia, las amistades, la vocación, etc. Lo notable de este filme es que no se queda solamente dentro de la idea original y el desarrollo semiótico, filosófico y psicológico de la historia; sino que además logra encontrar una historia que tenga un conflicto interesante, y que haga interactuar cada una de estas formas de representar a la mente y sus funciones. Y en el desarrollo del filme nos llevarán los personajes por un tour de los rincones de la mente y su modus operandi que no solo será entretenido, imaginativo, y emocionante; sino que también será educativo inclusive, como si lo anterior fuese poco. Ver cómo interactúan los recuerdos, las emociones, los pensamientos, las ideas y como todo esto se transforma en acciones, gestos, y en la personalidad de un ser, es una experiencia emotiva, graciosa y profunda que nos estimula la mente mientras nos llena el corazón. Dentro de este estimulante viaje, nos encontramos con ciertas secuencias que son realmente notables y con referencias interesantísimas solo para adultos. Dentro de las secuencias destacadas es impresionante la del pensamiento abstracto; que demuestra un guion estudiado, que se combina con una narrativa histérica y graciosa; mientras los niños se ríen, los adultos son estimulados por la originalidad, y a los psicólogos quizás se les caiga la baba directamente. Otras referencias, que implican un juicio de valor, son por ejemplo que Hollywood está en la parte onírica de la mente, explorada en el filme; y se reconoce a sí mismo como una fábrica de sueños. Y también las referencias a otros filmes que quizás sean muy sutiles para muchos, como la de Chinatown. El conflicto del filme, desatado por el hecho de la mudanza de la niña protagonista, produce en su mente un efecto de grandes cambios, por momentos catastróficos que harán crecer a la niña dolorosamente y producirán un crecimiento a nivel personal y la aceptación de partes de nuestro ser, como así también el abandono, de determinadas partes de nuestra infancia, algo que puede ser muy doloroso, y triste inclusive, pero que a la vez es necesario. Y en ese proceso, los espectadores lloramos, pero a la vez logramos una risa franca unos instantes más tardes, sabiendo que determinados hechos son necesarios, y al suceder pueden dar una sensación de triunfo inclusive. La película cuenta con una animación del más alto nivel desde la parte técnica, que hace que las brillantes ideas del guion, sean trasladadas a la imagen, y de ahí a los sentimientos, gracias al trabajo de un enormemente creativo equipo de Pixar comandado por Peter Docter que realmente merece los premios que este filme seguramente va a tener. A la hora de recomendar un filme, a veces es difícil explicitar correctamente cual es el tipo de audiencia para el mismo, pero recordemos que este es un filme que es pura magia de cine, un filme milagroso, y como no podía ser de otra manera, es para todos, nadie se queda afuera, nadie debe dejar de verlo, es uno de los mejores filmes del año, y es una de las mejores películas animadas de la década. Eso, hoy en día es un milagro; producido por el hecho de que este filme es pura magia, y eso justamente es el Cine
Jurassic World es como un espejo. Un espejo que refleja la luminosidad cinematográfica de Jurassic Park. A veces ese reflejo devuelve una imagen casi igual, y otras veces es como esos espejos de parque de diversiones, donde la imagen se achica o se agranda. Afortunadamente, en muchas partes vemos que ese reflejo es más concentrado, más intenso que el original inclusive, y eso es una gran sorpresa. Jurassic World es un filme que tiene un objetivo claro, enfocado, firme y manifiestamente expuesto, ese objetivo es emocionar a los fans del filme original de Spielberg, y es una película indudablemente efectiva porque cumple ese fin con creces. Hay fans que dicen que sintieron como volver a la infancia o como revivir por primera vez la experiencia del primer visionado del inicio de la franquicia. Más de 20 años más tarde, con una experiencia que muchos atesoramos en el corazón, por más que veamos el primer filme nuevamente, siempre será un repaso, nunca tendrá ese nivel de excitación de la primera vez. Y ese es el mérito extraordinario que tiene Jurassic World para el Jurassic Fan, que nos hace vivir de vuelta la experiencia, justo como en el visionado original. ¿Y cómo logra esta experiencia que llega directo al corazón al fan de Jurassic Park? Con una estructura interesante, trasladada al filme con un guion sólido que parece salido de una tesis universitaria donde un fan y experto del filme de Spielberg hubiera estudiado toma a toma el filme y hubiera escrito la secuela buscando presionar correctamente los mismos botones que la original, buscar los mismos sustos, los mismos momentos de tensión. Y también hacerlo homenajeando al primer filme, pero a su vez reinventándolo, como si fuera una especie de remake actualizada. Tiene la misma estructura efectiva que la primera, pero zafa de caer en la repetición al hacer un parque completamente funcional, con un conflicto que no repite el tema del sabotaje y con una renovación visual y tecnológica que da aires de frescura y contemporaneidad. Y no solo toma de lo quedó en el filme original, sino también de lo que no quedó, haciendo notar esa investigación que parece una tesis. Si estuviera vivo Michael Crichton quizás se hubiese emocionado mucho con esta secuela, porque él al escribir el libro decidió hacer un parque que aún no estuviese terminado porque le costaba mucho pensar todos los detalles de cómo debía ser el parque; y esta visión trunca del proyecto original del libro, llega a su máxima expresión en este filme para mostrarnos el parque en toda su gloria, recuperándonos, al menos en parte, ese asombro que teníamos en 1993; esta vez no por la vista por primera vez de los dinosaurios, algo irrepetible; sino por ver culminado el parque, algo que nunca pudimos ver hasta ahora. Y esta experiencia se completa con la oportunidad de ver numerosas especies, que quedaron en los recortes de guion en la traslación a celuloide de la obra de Crichton. Además la secuela incluye inclusive el paseo en bebés triceratops por parte de niños montándolos; una secuencia que en el caso del primer filme estaba en guion, y se llegó trabajar sobre la misma, pero no se llegó a filmar ya que Spielberg consideraba que si esa escena estaba antes del ataque del T-Rex demoraba mucho el comienzo de la acción; y si estaba después, era menos creíble y frenaría la tensión. Lo que hace Colin Trevorrow en este caso es un aproximamiento gradual al conflicto, y curiosamente funciona. La audiencia de 2015 no tiene la misma paciencia de 2 décadas atrás y el director teniendo en cuenta eso logra combinar efectivamente escenas dramáticas y el conflicto principal con la presentación del parque que se mantiene y se alterna con las escenas de acción, y las primeras víctimas. Eso permite que el conflicto principal aparezca bastante rápido dentro del metraje y de lugar a un marco de tensión y suspenso que llega desde un comienzo. Sin embargo quizás ese esquema diluya el asombro, la sensación de descubrimiento y la majestuosidad del parque y sus habitantes; porque sabemos que esta atracción ya está manchada con sangre. Colin Trevorrow, el director, se nota que ha estudiado fielmente el filme original y homenajea y reinventa algunos de los trucos que sacó de la galera Spielberg en su momento, y sin llegar a tener la originalidad ni la novedad ni la importancia del primer filme, logra engancharnos mucho, recordarnos que Jurassic Park es una gran película y hacernos sentir como hace 20 años. Y lo hace jugando a ser Spielberg y saliéndose con la suya. Jurassic World es sorpresivamente un filme que es mucho más fresco de lo que esperábamos, que resucita la franquicia con gloria, espectacularidad y de forma por momentos épica. Y que da las escenas que los fans quieren, y las construye con una buena tensión, buen ritmo, buena puesta de cámara y una música muy efectiva. Obviamente al igual que las anteriores entregas, esta secuela es una mezcla de géneros y podemos encontrar partes de aventura, escenas graciosas, una subtrama romántica, y también mucha acción, pero ciertamente el género que más tiñe a todo el filme, es el género del terror. Y sin ser un filme gore, lleno de sangre, ni con torturas ni con una enorme sordidez como son muchos filmes del género, logra una tensión muy alta al final, y contiene a lo largo del metraje total, muchas partes donde a miembros de la audiencia se les escapa una expresión de ¡oh! en voz alta por alguna sorpresa, e inclusive aun cuando la estamos esperando a la sorpresa y la vemos claramente venir; eso es una clara muestra de la eficacia en la dirección, donde en algún momento incluso podemos hacer un breve salto del asiento. Es un filme que definitivamente va a asustar a los más chicos, y puede no llegar a ser recomendado para ellos. Obviamente quien va a ver un filme de este tipo no espera un filme premiado con La Palma de Oro en el Festival de Cannes, por ende debemos tomarlo como lo que es, o sea un increíble entretenimiento pasatista que es a la vez un gran ejemplo de una buena narrativa cinematográfica a la hora de generar adrenalina y emocionar, es un filme con un espíritu hitchcockiano a nivel de entretenimiento, sin la perversidad y trasfondo psicológico de los filmes del maestro, pero si con una dosis de acidez, de crítica y de cinismo inclusive, como los filmes del genial realizador británico. Y es un festival de dinosaurios, que es lo que en definitiva queremos ver. Eso no quiere decir que el filme sea absolutamente superficial ni vacío de contenido, ya que una buena parte de la trama tiene que ver con cómo las corporaciones deben generar ganancias a toda costa y como el avance de la ciencia y la tecnología está muchas veces subvencionado por razones poco altruistas o por objetivos militares inclusive, y no deja de recalcar algo que estaba presente en filmes anteriores: que es que es peligroso jugar a ser dios, y que la codicia sin límites tiene su precio; y no solo se refiere a codicia económica, sino de prestigio también. Al ser tan protagonistas los dinosaurios y al tener un elenco bastante coral con distintos protagonistas en diversas secuencias, la caracterización de los personajes se ve un poco disminuida y los mismos no nos terminan siendo tan familiares como en otros filmes, pero hay que ponerse una mano en el corazón y ser honestos, ¿vamos a ver este filme para ver caracterización de personajes? ¿O vamos a ver dinos comiéndose gente? (o al menos intentándolo). No hay, lamentablemente, un personaje tan emblemático como Ian Malcom de la primera y la segunda película, perfectamente caracterizado en toda su gloria y grandiosamente interpretado por Jeff Goldblum. Pero sí hay un reparto efectivo liderado un Chris Pratt que cada día se convierte en una mayor estrella y que exuda carisma en cada fotograma, y acompañado por el personaje interpretado por Bryce Dallas Howard, que está muy correcto y logra transmitir la dramática experiencia de la caída en desgracia del parque y sus consecuencias. En un 2015 cargado de filmes ultra taquilleros, blockbusters como se le dicen en Hollywood, esta puede ser una de las grandes experiencias dentro del género, particularmente para los amantes de los dinosaurios y especialmente para los amantes de Jurassic Park, quienes tienen frente a ellos una película absolutamente obligatoria de ver, y de ver en el cine; para relajarse y disfrutar, y luego tensionarse y disfrutar. Jurassic World no es solo un espejo que tiene un diseño con una estructura que devuelve una imagen parecida al original, sino que también es un espejo que nos trasmitirá en mayor o menor medida, según el caso, nuestro amor por los dinosaurios y por Jurassic Park. Cristian Olcina
Chappie es un filme problemático. Muchos esperarán algo como Corto Circuito; no es este el caso, es algo mucho más sórdido. Varias veces se nos dice que el robot Chappie, es un niño, y vemos escenas donde aprende a robar, destruir, disparar y acuchillar; además de que él es engañado, golpeado y quemado. ¿No es eso abuso infantil y corrupción de menores acaso? El filme abre muchos interrogantes que no contesta bien y a veces no se define bien entre que quiere contar, como hacerlo y a quien. Por un lado es una película que está bien hecha, aunque con múltiples huecos de guion, y por otro lado es una película que aborda ciertos temas graves con una ligereza casi irresponsable. Sobre un esqueleto argumental parecido al de Corto Circuito, pero oscuro, un tanto pesimista y sórdido, vemos partes prestadas de filmes como Robocop y cierta búsqueda sobre la problemática de la vida artificial como en Inteligencia Artificial de Spielberg y en menor medida Blade Runner, pero sin llegar al nivel de profundidad de las anteriores, ni al nivel de emoción y originalidad de las mismas. Chappie es un filme que le falta un guion más sólido que enfoque el drama y los planteos, para tener una consistencia lógica y narrativa que le de unidad al relato y nos deje pensando; y aunque se puede disfrutar, no deja de ser un filme que no satisface del todo y que mientras más uno lo piensa, menos se sostiene a nivel narrativo y a nivel semiótico, a diferencia del filme de Spielberg por ejemplo, que en un segundo visionado gana más aún. Una gran oportunidad en buena parte desperdiciada, no es para chicos, y le falta para ser de adultos, no es ni chicha, ni limonada. Ciertamente tiene un efectos especiales fabulosos y es un filme entretenido e interesante, pero quizás lo mejor del filme sea la charla de café a la salida del cine si nuestro interlocutor es interesante en ver las problemáticas del filme, que la experiencia de verla en la sala de cine. Escuchá la crítica radial completa en el reproductor debajo de la foto.