Llega a nuestros cines la cuarta entrega de la adaptación cinematográfica de Alvin y las ardillas, llamada esta vez: Alvin y las ardillas: Aventura sobre ruedas. Esta vez, las traviesas ardillas ven amenazada su particular familia por la entrada de Samantha, la reciente novia de Dave, quien además de competir por su amor, tiene el terrible agregado de ser la madre de Miles, un insufrible adolescente que las atosiga desde el primer momento en que se conocen. Ante la perspectiva de que Dave le proponga casamiento a Samantha en Miami, las tres ardillas y Miles emprenden un viaje por todo Estados Unidos para intentar detenerlos. El argumento es simplista y clásico y las situaciones ridículas que se dan en el viaje ponen al particular grupo a transitar una serie de escenas locas que prometen entretener a los más chicos, pero que la verdad, pocas veces lo hacen. Los chistes de canciones se vuelven repetitivos, los personajes son muy acartonados y particularmente el doblaje al español deja bastante que desear. Salvando que al publico mayor Alvin y las ardillas se le vuelve un poco larga, los menores disfrutan con los animalitos, los chistes de golpes y caídas y algunos de los temas los pueden mover en sus asientos. Sin ser una buena película, sabiendo que el rango etario al que apunta es de 6 o 7 años para abajo, los más chicos van a salir del cine contentos y ese es el objetivo principal de Alvin y las ardillas.
Un nuevo film de terror Argentino llega al cine con Resurrección de Gonzalo Calzada. El cine de terror suele ser el peor de los géneros retratados en el cine argentino. Por problemas de presupuesto, malas actuaciones y/o guiones no muy bien trabajados, suele causar más gracia que miedo. Por suerte este no es el caso de Resurrección. Resurrección es un producto de género que toma todos los recaudos a su alcance por ser la mejor película posible, y lo logra. Aparicio (Martin Slipak) es un joven cura que, guiado por una visión divina, se dirige hacia una buenos aires devastada por la fiebre amarilla en 1871. De camino pasa por la estancia de la familia, donde aun vive su hermano con su familia. La estancia esta hoy en un claro deterioro y la enfermedad parece ser la causante del mismo, aunque a medida que Aparicio avance en su trato con el cuidador de la estancia, el enigmático Quispe, compuesto con maestría por Patricio Contreras, se irá dando cuenta que las cosas tienen más vericuetos de los que el llega a comprender. El principal punto fuerte de esta película reside en el guion, muy cuidadoso y climático, que se toma el tiempo suficiente para que el espectador entienda el contexto en el cual se desarrolla la trama, una realidad absolutamente ajena a la que cualquiera de nosotros hoy día podemos conocer. A medida que Aparicio se va adentrando en esta tragedia que azota a un país, su propio bagaje se pondrá en juego, dando casi sobre el final de la película, el giro de argumento donde la mayoría del cine de terror pierde y que Gonzalo Calzada logra acá mantener con mucha altura. Sin lugar a dudas, merece una mención muy especial el departamento de arte, a cargo de Sebastián Roses. La reconstrucción de época es perfecta, el trabajo realizado sobre los personajes y la ambientación de los decorados es perfecto. Y no solamente en lo que a la época se refiere, sino también a los climas que con eso se permite generar. Resurrección no es una película perfecta, es simplemente un muy buen producto de terror en un país donde casi nadie sabe cómo encarar el género. Recomendable para aquellos que disfrutan de un buen relato.
Una nueva bipic de Steve Jobs, esta vez de la mano de Danny Boyle. Hacer una biopic de una persona como Steve Jobs, que es al mismo tiempo muy conocido en su faceta comercial, pero tan desconocido en su faceta personal, es un desafío en sí mismo. Si a eso se le agrega que hace dos años ya hubo una película al respecto, la empresa se vuelve aún más desafiante. Aun así, el afamado director Danny Boyle se une al talentoso guionista Aaron Sorkin, y traen a la pantalla una película tan ambiciosa comoperfecta. Y es justamente el guión lo que va a dar una personalidad tan particular a esta película. alejado de cualquier intento de reflejar la realidad y los contextos, y sobre todo, muy separado de los conocidos éxitos comerciales y de diseño que volvieron a Jobs lo que fue, Sorkin decide centrar toda la atención en tres momentos en la vida profesional del talentoso hombre de negocios y usarlos de excusa para mostrar cómo él se relaciona con su entorno, y en ese juego, en esa interacción, el personaje se define. La creación del personaje esta a cargo del genial Michael Fassbender, quien se asegura unas cuantas nominaciones en este rol, construyendo al carismático, autoritario y marketinero multimillonario Steve Jobs. Los roles secundarios, particularmente su asistente (Kate Winslet) y un programador a cargo de Michael Stuhlbarg (que lamentablemente no tiene tanto tiempo en pantalla) son perfectos, y acompañan al mismo tiempo que ayudan a definir el carácter del principal. La edición de la pelicula es especialmente virtuosa, no sólo por la mano que la realiza, sino por la genial cabeza de Boyle que diagrama con minuciosa precisión cada fragmento de la película. Sin dudas este 2015 cierra en la cartelera con uno de los mejores estrenos del año. Steve Jobs es una joya Imperdible, de lo mejor que nos ha traído Danny Boyle.
En la cuerda floja de Robert Zemeckis, recorre parte de la vida de Philippe Pettit que fue un artista callejero en Paris que comenzó una apasionada búsqueda del perfecto lugar del cual colgar una soga para hacer equilibrismo. En esa maravillosa búsqueda, se topo con lo que sin lugar a dudas es uno de los mas icónicos símbolos de los últimos 50 años, las torres gemelas. Pettit está encarnado por el genial Joseph Gordon-Levitt, y es al mismo tiempo creíble y exagerado, una mezcla entre las caricaturas de personajes de Moulin Rouge y una bio pic. La película está escrita y dirigida por Robert Zemeckis, un director que entro de lleno al corazón de los cinéfilos de varias generaciones cuando estreno en 1985 Volver al futuro” que no fue su primer película, pero si la primera que apasiono al publico de todo el mundo. Su filmografía es vasta y variada, pero desde que estrenó en el 2000 el film Revelaciones (What lies Benneath), nunca pareció encontrar la profundidad ni la frescura que su cine solía tener. Sin ser una de esas genialidades a las que nos tenía acostumbrados, En la cuerda floja, cuyo título original se traduce como “La caminata” es una linda película que nos transporta al momento en que los dos gigantes de hierro se vuelven el icónico símbolo del país más poderoso del planeta, mucho tiempo antes de volverse el símbolo de la decadencia de ese imperio. Con una gran pericia técnica, uno de los mayores meritos del film es poder transmitir las emociones y sensaciones del personaje. Por un lado, las físicas, la pantalla envolvente y el 3D generan una impresión de vacío y vértigo que a más de uno podría dejar impresionado. Por otro lado, y aunque abuse un poco de la voz en off, la mirada de Gordon-Lewitt y la puesta del director reflejan el estado anímico y emocional que el equilibrista logra encontrar en esa, su comunión con el mundo. No falta por supuesto una mirada sobre las torres, pero justamente esta, sorprende por su sutileza y falta de golpe bajo. El director construye desde la imagen, que es su punto fuerte y eso se nota y disfruta.
Jake Gylenhaal, Keira Knightley y Sam Wortington suben al Everest las pantallas de cine de este Jueves. Esta semana se estrena en nuestro país la película que retrata la expedición que en el año 1996 emprendió el ascenso al Everest, la montaña más alta del mundo. basada en hechos reales, y con un cast desparejo en popularidad pero no en calidad, la película se vende como una épica de acción, pero en realidad, está más cerca del drama, o incluso del documental, de lo que uno supondría. Jason Clarke es Rob, el guía turístico encargado de llevar y traer de vuelta con vida, a este ecléctico grupo de escaladores, que tienen como objetivo llegar a la cima de la montaña en cuestión. La descripción de los personajes es más bien escueta, y toda la introducción de la película apunta a lo mismo, contar descriptivamente todos los aspectos que hacen a la preparación para la gran hazaña. Los aspectos visuales del film son imponentes, y no solo las vistas de las montañas y paisajes, los recorridos de la cámara sobre Nepal, los templos e incluso las derruidas villas alrededor de la ciudad, están filmadas con una prolijidad que recuerda a los recorridos de Nolan sobre Hong Kong. Queda en claro muy rápido en Everest que el director Baltasar Kormákur, está más concentrado en mostrar los entretelones de la gigante empresa que emprenden los héroes, que en definir personajes, relaciones entre ellos o incluso jerarquías, que suelen ser las piedras sobre las que se alzan este tipo de películas, y esto es, justamente, porque Everest no es una película común, flirtea con la aventura, flirtea con el drama, flirtea con el cine catástrofe, pero al terminar la cinta, lo que queda claro es que se trata de un documental y que meramente vimos un relato de acontecimientos que llevaron la historia desde su inicio hasta el final. Aunque sus dos horas de duración la vuelvan una película larga, da la sensación que Everest fue pensada como una épica de por lo menos media hora más (una hora, supondría yo) ya que en algunos momentos, la trama salta tan rápidamente de un punto a otro, que algunos personajes no aparecen más de una vez, y algunas situaciones nunca se resuelven. Everest merece una buena afluencia de espectadores en sus salas, aunque es posible que aquellos atraídos por el tráiler que la vende como cine catástrofe se sientan defraudados. Mi recomendación para todos aquellos que puedan es verla en el Imax, ya que la experiencia de imagen y sonido en esa sala vuelven a esta película un verdadero espectáculo.
Meryl Streep se pone en el papel de la cantante Ricki, con dirección de Jonathan Demme (El Silencio de los Inocentes). Ricki es una cantante de rock/folk que dedica su vida a animar las noches de un pequeño bar de California, y que trabaja como cajera en un supermercado para poder sostener ese estilo de vida de rockera amateur. Recibe en un momento un llamado en el cual su ex marido le cuenta que su hija esta divorciándose y se encuentra en un grave estado de depresión, y que él cree que necesita verla a ella. Ricki entonces emprende el viaje a reencontrarse con su familia, a quienes no ve desde hace muchos años y con los que prácticamente no tiene contacto. La película es en sí correcta. No hay mucho para criticarle ya que parte de una premisa bastante realizada ya en cine, y que apunta a elementos más bien básicos para emocionar al espectador. No parece que Jonathan Demme haya hecho demasiado esfuerzo pensando cómo dirigir esta película, sino que es más uno de esos proyectos que utiliza para poder obtener fondos para producir los documentales que el realmente quiere filmar. El cast es… aceptable? Tanto Meryl Streep encarnando a Ricki como Kevin Kline interpretando a su ex esposo hacen actuaciones correctas, pero se nota ahí también lo prefabricado del producto, ninguno de los dos brinda al espectador la calidad y frescura que le suelen aportar a un film.
Llega este jueves el estreno de El lado peligroso del deseo de Eli Roth, protagonizada por Keanu Reeves. Evan es un marido y padre ejemplar que queda solo el fin de semana para poder trabajar en su proyecto mientras su esposa e hijos se van de viaje. Evan recibe la visita de dos chicas que buscan cobijo y ayuda, pero pronto la visita se transforma en una pesadilla cuando Evan es seducido por las jóvenes, quienes terminan no siendo lo que parecen. La película tiene varios problemas, el primero de ellos es lo lenta que es. La construcción del personaje de Evan y su familia es excesiva, y no está acompañada por ninguna intencionalidad, más que la de llevar al espectador al punto de quiebre que el director y guionista Eli Roth cree tan importante en sus películas, pero que solo funcionó bien en Hostel. Eli Roth es un director muy sobrevaluado. Su opera prima Cabin Fever, era una película con mucho clima, y un punto de quiebre interesante, pero de ahí en adelante, sus películas se caracterizaron por una estética forzada, y muy poco sutiles intentos de shockear al espectador. Las actuaciones son, por supuesto, espantosas. Keanu Reeves desborda en presencia lo que carece en talento y personalidad, y la pareja femenina está más centrada en el cliché que en lo actoral. Otro de los problemas que tiene el film es la falta de intensidad. El personaje de Evan es torturado con auriculares y música fuerte, lo cual puede ser muy efectivo en la realidad, pero que en el contexto del lenguaje cinematográfico, es más bien gracioso… sobre todo por la poca credibilidad de Reeves.
Con una gran movida de prensa y una gran expectativa, llega a los cines El clan, la película de Pablo Trapero que intenta retratar la posible intimidad de una de las más perversas historias familiares que conocimos en la Argentina, la de la familia Puccio. Con un elenco encabezado por Guillermo Francella, y en el primer secundario el debutante en cine Peter Lanzani, Trapero nos sumerge en una tesis sobre cómo podían ser las relaciones dentro de la familia en cuestión. Dedicando la completa atención de El clan únicamente a los vínculos entre los personajes, el director y guionista nos evita toda la trama policial y la investigación, y nos mete de lleno al clima tenso y las vicisitudes de los integrantes de una familia que cada vez se involucra más en una actividad marginal que los va consumiendo por dentro al mismo tiempo que les brinda la estabilidad económica que tanto disfrutan. El clima de El Clan es asfixiante, sin que los hechos que se muestran sean todo lo truculentos que deberían ser, el relato nos sumerge casi de inmediato en la sensación de volatilidad que, particularmente el personaje compuesto por Lanzani, debería sentir respecto a la forma de vida que llevaban, y el joven actor, sin destacarse demasiado, hace una labor correcta, que permite al espectador empatizar con el personaje al mismo tiempo que lo detesta. La actuación de Guillermo Francella está muy bien lograda, pero tampoco es deslumbrante. La composición de Arquímedes Puccio es un poco estereotipada en algunos momentos, y en otros, las conocidas muletillas actorales del protagonista, salen a la luz, frenando un poco el verosímil, por estar siempre asociadas a la faceta cómica del mismo. Excelente por otro lado la labor del director de fotografía, quien logra en cámara un clima sórdido, a la vez que familiar, casi como si esta familia patriarcal fuese una clásica familia italoamericana común y corriente, aunque siempre este presente el aura oscura y escalofriante que genera la mirada de Arquímedes sobre el resto de la familia. La mezcla de sonido es otro aspecto impactante del film, con un trabajo que se aleja muchas veces del sonido natural y se pone en el lugar de las emociones de los protagonistas. El montaje es muy atrayente al principio, pero a la tercer escena en la cual el código se repite, se vuelve previsible y reiterativo, perdiendo el gran atractivo que generó en un principio. El clan se perfila como el estreno nacional más importante del año, la taquilla seguramente la acompañara, y en definitiva, es un producto que vale la pena ver.
Vuelve Tom Cruise como Ethan Hunt en Misión Imposible: Nación Secreta quinta parte de la saga. Llega a los cines de la Argentina la quinta entrega de la saga cinematográfica de Misión Imposible con Tom Cruise nuevamente como protagonista y un enfrentamiento antagónico que promete atrapar al espectador más desconfiado. En esta entrega, Ethan Hunt se enfrenta con “El sindicato” una asociación que busca a través de la provocación del caos y los asesinatos, derrocar a los sistemas de poder del mundo. Al mismo tiempo que esto ocurre, su jefe William Brandt (interpretado por el monofacético Jeremy Renner) debe enfrentarse a la némesis que la agencia FMI tiene en USA: La CIA, al mando de Alan Hunley (a cargo del genial Alec Baldwin). Esta vez, el film llega dirigido por Christopher McQuarrie, más conocido por su carrera de escritor que por su escasa producción como director, pero que ha logrado con su película anterior (Jack Reacher, 2012) hacerse de un buen nombre en el círculo de las películas de acción. Y es justamente la acción lo que va a poner a esta Misión Imposible en el centro de las miradas. Escenas en aviones, autos, motos, agua, calle transitada, locación desierta, día, noche… cualquier variante que el espectador necesite, el director proveerá. Con un timing perfecto en el montaje, las escenas de acción de Mision Imposible ponen a prueba el temple del espectador más centrado, poniéndolo al filo de la butaca, lo cual hace muy bueno que la trama siga generando puntos de giro constantemente, dejando siempre lugar para un poco más de emoción. Sin pedirle al film un gran despliegue a nivel guion, esta nueva entrega de la saga está plagada de acción, las más de dos horas del film se pasan volando y de esa manera el director se asegura que haya Misión Imposible para un buen rato.
Treinta y dos años después de aquella versión con Chevy Chase, llega Vacaciones mezcla entre remake y secuela con Ed Helms. La idea de hacer secuelas o remakes de clásicos, casi nunca termina cerrando demasiado bien. Mucho más complicado el asunto si alguien se propone hacer una secuela que parezca una remake! Aunque la original Vacaciones de 1983 (National Lampoon’s Vacation, Harold Ramis) dista mucho de ser un clásico en el amplio sentido de la palabra, si fue una comedia que dejo su marca a una generación a principios de la década del ochenta. Con un genial guion de John Hughes, un gigante guionista de comedias que es responsable de todos los films clásicos que recordamos de esa época, la película nos contaba las desventuras de los Griswold, una familia de clase media cuyo padre (el genial Chey Chase) emprende un viaje en auto de varios días para llevar a la familia a Wally World, el parque de diversiones soñado, solo para ver el viaje convertido una y otra vez en una serie de hechos más que desafortunados. Treinta y tantos años después, el hijo mayor de Clark, Rusty, ahora interpretado por el mucho menos interesante Ed Helms, decide revivir ese viaje en un intento de brindarle a su familia las vacaciones que con tanto cariño el recuerda. Con su esposa Debbie (La genial y deliciosa Christina Applegate) y sus dos hijos James y Kevin, emprenden el larguísimo camino que, nuevamente, los llevaran por las más alocadas situaciones que un guionista pueda escribir, aunque los nuevos escritores no parecen estar tan inspirados como su predecesor. Las historias que ocurren están tratadas con poco tacto, mucho humor chabacano que uno espera de una comedia con Emilio Disi pero que en Vacaciones parece casi innecesario, teniendo dos actores que pueden llevar adelante diálogos mas que complejos, la película termina redundando en situaciones que generan más vergüenza ajena que risa. Un punto arriba es el personaje del hijo mayor James, compuesto por Skyler Gisondo que sabe hacer de nerd con mucha clase. Las vacaciones de invierno suelen dar para mucho en la Argentina, y existe la posibilidad de que Vacaciones arrastre al cine algunos espectadores impensados, y algunos que quieran llevar a sus hijos a rememorar las aventuras que ellos vieron en VHS cuando eran chicos. De cualquier forma, no será el boca a boca el que venda entradas, no es una de esas películas.