PÉPLUM ERAN (MÁS O MENOS) LAS DE ANTES La nueva adaptación de la novela homónima de Lewis Wallace (1880), donde se cuenta la amistad, devenida en odio entre un noble judío Ben-Hur y el legionario romano Messala, no aporta absolutamente nada a la versión de William Wyler, que hay que decirlo, tampoco aportó nada al género péplum (relatos ambientados en la antigüedad) y menos que menos a la historia del cine. El trabajo de Timur Bekmambetov (Se busca, Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros) no pasa la categoría de mamotreto aburrido, donde nadie quiso demorarse en pensar algo para agregarle y no mandarla tan desguarnecida al gran público, que gracias a la publicidad llenará incauto las salas -aunque parece que por ahora le fue bastante mal en taquilla-. Nada, pero nada le suma a la versión de 1959 y si uno pudiera abstraerse del conocimiento previo y entrara virginal y puro a la sala, a los cinco minutos del tortuoso rodaje, conocería toda la historia, la amistad quebrada, el sufrimiento del bueno y la degradación del malo, los destinos de los amores juveniles y aterrizaría en el The End esperable, donde la legendaria carrera de cuadrigas solo le hará recordar a los carritos con rulemanes tan trajinados en la niñez. Aburrida de cabo a rabo, nada pudo hacer la tecnología por cambiar la historia de este fracaso opulento y pretencioso. Sin duda Ben-Hur 2016 es una extraordinaria excusa para no ir al cine y que sé yo, de pronto si se anima, volver a visitar a aquella buena tía, que tan olvidada tiene. BEN-HUR Ben-Hur. Estados Unidos, 2016. Dirección: Timur Bekmambetov. Guión: John Ridley y Keith R. Clarke. Elenco: Jack Huston, Toby Kebbell, Rodrigo Santoro, Nazanin Boniadi, Ayelet Zurer, Pilou Asbæk, Sofia Black-D’Elia, Morgan Freeman, Marwan Kenzari. Producción: Mark Burnett, Sean Daniel, Duncan Henderson y Joni Levin. Distribuidora: UIP. Duración: 125 minutos.
Philip es un joven escritor con una exitosa y primera novela, tiene una novia con que se lleva mal y una vida con que se lleva peor. Enfrenta a sus editores ya que no quiere caer en la picadora humana que representa una gira promocional de su primer libro. Además, tiene que comenzar a escribir su segunda novela y la situación es extremadamente crítica y estresante. Para superar el momento, surge uno de sus grandes y admirados escritores, Ike Zimmerman, quién le ofrece su casa de campo como refugio para que pueda trabajar. Todo es mentira, ninguno de los clisés para describir escritores, es ni remotamente cierto. Ningún hombre en el mundo es más feliz que un escritor con una novela por delante y mucho menos con una exitosa detrás. Los escritores no son seres más torturados, ni borrachos, ni pedófilos, ni jugadores, ni drogadictos, ni malos padres, que un mecánico, un dentista o un bombero. Pero los guionista son tan obvios que para describirlos deberán hacerlos seres narcisistas e infelices. Desde allí Analizando a Philip, comienza a fallar, si le agregamos que las actuaciones no trasmiten absolutamente nada y la historia es como un perro que se muerde la cola que no avanza hacia ninguna parte, nos da como resultado la nada misma. Ni una cita inteligente, ni un dialogo mínimamente chispeante. En suma o en resta de una ramplonería agobiante y hasta ofensiva. Invierta mejor su tiempo, lea, duerma la siesta o visite a esa vieja tía para la que nunca tiene tiempo. ANALIZANDO A PHILIP Listen Up Philip. Estados Unidos/2014. Guión y dirección: Alex Ross Perry. Intérpretes: Jason Schwartzman, Elisabeth Moss, Krysten Ritter, Joséphine de La Baume, Jonathan Pryce, Jess Weixler, Dree Hemingway y Keith Poulson. Fotografía: Sean Price Williams. Música: Keegan DeWitt. Edición: Robert Greene. Diseño de producción: Scott Kuzio. Duración: 109 minutos.
EL DISCRETO ENCANTO DE LO REAL La ganadora del Premio Un Certain Regard en Cannes 2015 llega a las carteleras de Buenos Aires con la carga de misterio de un film proveniente de la muy extraña cinematografía de Islandia. Un film donde se narra la historia de los hermanos Gummi y Kiddi, enfrentados desde hace cuatro décadas. Ellos compiten con encono, junto a otros granjeros del inhóspito valle, por quién tiene la mejor majada cada año. Pero algo llega desde el remoto mundo exterior, que amenazara toda la estructura social y económica de esa comunidad aislada y cerrada: la orden de de exterminar a todas las ovejas de la región porque que se ha detectado una grave enfermedad, Rams (tembladera) que podría convertirse en pandemia. Así, los hermanos deberán aunar fuerzas y dejar de lado su legendaria disputa, para enfrentar la nueva situación. Si bien el texto tiene rememoraciones de infinidad de films en que las peleas entre hermanos son el eje del conflicto, el hecho de que haya sido ambientado en un ámbito tan hostil como austero, en el que su director Grímur Hákonarson no se demora demasiado en idealizar. En la historia más allá de la sequedad de los personajes, no se excluye un poco de humor y hasta alguna extravagancia. Un film pequeño, pero concreto y extremadamente real, en un momento donde el cine ha pasado a ser parte de un aburrido y repetitivo alarde de tecnología digital. RAMS: LA HISTORIA DE DOS HERMANOS Y OCHO OVEJAS Rams / Hrútar. Islandia-Dinamarca-Noruega-Polonia, 2015. Guión y dirección: Grímur Hákonarson. Intérpretes: Sigurður Sigurjónsson, Theodór Júlíusson, Charlotte Boving y Jon Benonysson. Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen. Música: Atli Örvarsson. Edición: Kristján Loðmfjörð. Diseño de producción: Bjarni Massi. Duración: 93 minutos.
DIARIO DE UN MÉDICO RURAL Un hombre taciturno, recibe sereno, la noticia de que tiene un tumor canceroso en su cerebro. La advertencia es contundente, deberá hacer reposo ya que el tumor es inoperable, por lo que tendrá que someterse a un tratamiento invasivo. Inmediatamente sabremos que el hombre taciturno, también es médico, un médico rural de la campiña francesa, con un profundo compromiso con la comunidad que le toca atender. El director Thomas Litli no tendrá que hace ningún esfuerzo entonces, en demostrar que la recomendación acerca del reposo no será atendida por Jean-Pierre (el impecable François Cluzet). Con mucho de sicólogo y cura, el médico consume sus días en una agotadora rutina, visitas domiciliarias, urgencias y consultorio, para sustituirlo envían a Nathalie (Marianne Denicourt rotunda y fresca), una médica ya madura, pero recién recibida y sin experiencia en trabajo de campo. Litli aprovecha el planteó sencillo de la historia para quitarle dramatismo y por momentos olvidar que la enfermedad, aunque en ningún momento deja de planear en la conciencia del espectador. Solo con algunos trazos, leves, el mal comienza a expresarse en el cuerpo del médico, al tiempo que la relación ríspida entre ambos médicos, comienza a desarrollarse hacia otras direcciones. enunlugarLa cámara de Litli se va familiarizando no solo con los pacientes sino con la comunidad en sí. Sus pequeñas ambiciones, sus pequeños mundos, sus fatigas, sus ilusiones, los sueños y la lucha. Ejemplificada con el trabajo abnegado de los médicos que tienen la ética de otros tiempos, que por momentos parece forzada pero algunos podemos todavía recordar a aquel “Doctor” que con una sola mirada a una zapatilla podría descubrir una desviación de columna. Un Lugar de Francia, además de ser una gran film, es un lugar de la humanidad que todavía no esta del todo perdido y por lo que tendríamos que luchar para no perderlo del todo: Por el bien de nosotros. EN UN LUGAR DE FRANCIA Médecin de campagne. Francia ,2016. Dirección: Thomas Lilti. Intérpretes: François Cluzet, Marianne Denicourt, Christophe Odent, Patrick Descamps, Guy Faucher, Margaux Fabre, Julien Lucas y Yohann Goetzmann. Guión: Thomas Lilti y Baya Kasmi. Fotografía: Nicolas Gaurin. Música: Alexandre Lier, Sylvain Ohrel y Nicolas Weil. Duración: 102 minutos.
Jacob, reciente heredero de la fortuna de su madre, la que al parecer además de la gran mansión y la colección de autos, no le ha dejado ganas de sobrevivirla. Por su cuenta Anne, dispuesta a no seguir en esta vida, es una bella joven muy aburrida. Ambos coincidirán en una empresa que se encarga de solucionar inconvenientes de este estilo. Dicha funeraria resuelve los problemas inapelablemente una vez firmado los contratos, será durante ese tramiterío que la pareja se conoce y estallará obviamente el amor. El inconveniente es que el contrato ya esta en marcha y nada se puede hacer para que se detenga la muerte que será sorpresiva, y sin el conocimiento del “cliente”. amorPor lo que los enamorados tendrán que ponerse a resguardo de la loca funeraria y una persecución desopilante. La entonces ya mesa esta servida para una cadena de sketchs inteligentes y bien resueltos. De Mike van Diem el director, hemos conocido en 1997, la extraordinaria y cruel Carácter, Oscar al mejor película en idioma extranjero. Este giro de género, muestra la ductilidad de un director quién tiene una producción escasa y muy difícil de localizar. Una acida comedia que tiene mucho de un gélido amour fou con humor negro y dos protagonistas desahuciados, sin voluntad de vivir .Un buen film para olvidar la realidad sin tanta culpa. AMOR X SORPRESA De Surprise. Holanda/Bélgica-Alemania/Irlanda, 2015. Dirección: Mike van Diem. Guión: Mike van Diem, basado en una historia de Karen van Holst Pellekaan. Fotografía: Rogier Stoffers. Edición: Jessica de Koning. Música: Brian Byrne. Intérpretes: Jeroen van Koningsbrugge, Georgina Verbaan, Jan Decleir, Henry Goodman. Duración: 102 minutos.
Esforzado thriller Ángela es una mujer hastiada de todo, la noche, la cocaína y el sexo tan veloz como olvidable no alcanzan para sostenerla en una realidad que la agobia. A su vez Jorge, es un taxista que no alcanza a comprender el asesinato de su hermano, del que carga no solo el dolor, por esa pérdida, sino también las causas que la produjeron, negocios oscuros con quién no se debe. Ambos se encontraran, en una noche de lluvia, en la nada acogedora nocturna Bogota y su encuentro estará signado por la violencia que en pocas ciudades como la capital colombiana pueda alcanzar paroxismo semejante. La sangre y la lluvia es un thriller, que sé sostiene a lo largo de la narración con lo que se pueden presumir buenas actuaciones. Lo de puede presumirse es que son tantas las deficiencias de sonido e iluminación, que el film se convierte en una compleja prueba de paciencia para el espectador, ya que hay extensos pasajes de la película que son imposibles comprender lo que se habla, ya no solo por las deficiencias de sonido, sino por lo cerrado del argot que manejan los personajes. Quizás hubiera sido importante intentar un subtitulado, como recientemente se probó con éxito en la exhibición de La vendedora de rosas (Víctor Gaviria), también colombiana.
Estúpida y edulcorada Un joven aspirante a periodista viaja a Italia junto a su futuro marido, para que este pueda abastecer a su restauran neoyorquino de las más finas exquisiteces que se elaboran en el país europeo, viaje que también tiene mucho de pre-luna de miel, lo que finalmente no será tanto, debido a las frenéticas actividades del novio protagonizado por un hiperquinético y agobiante Gael García Bernal. La muchacha aburrida en Verona dará con un grupo de filantrópicas damas que tienen como misión responder dando consejos y esperanzas a las cientos de mujeres que le escriben a la famosa Julieta Capuleto. La joven periodista cree que allí hay una buena historia, pero quedará prendada de la benéfica tarea de las damas y mientras García Bernal sigue a los gritos por los caminos de Italia, ella buscará dar paz y sosiego a tanta mujer desafortunada, hasta que entre tantas cartas encuentra la de una anciana inglesa que busca encontrar a quien fuera amante cincuenta años atrás. Si hasta aquí todo era intrascendente, estúpido y edulcorado lo que sigue es exactamente igual, pero encima obvio y previsible. En nombre del amor se han hecho muchas tonterías, pero no era necesario tanto.
La tristeza de los ricos Dioses es la película de un perfecto bienpensante, quizás uno de los peores elogios que se le puedan hacer a un ser humano con pretensiones intelectuales. Dioses intenta ser una cáustica crítica a la clase alta peruana, que se encierra en maravillosas casa marinas frente al maravilloso Pacifico, al sur de Lima, con maravillosas mujeres, para pegarse un maravilloso aburrimientos. Transitando los noventa minutos de la historia, que entre otros yeites se trae un incesto entre hermanos, Méndez nos alentará a ser felices con lo poquito que tenemos, ya que si los personajes con tanto la pasan tan mal, los pobres tipos que viven en una barriada miserable y se pierden media vida haciendo cola frente a una única canilla comunal para recoger un poco de agua, deben estar en la gloria. Josué Méndez parece ser la definición de la promesa que no se cumple, su primer largo, Días de Santiago, generó expectativas que al momento de plantear la historia ya habían fenecido. En Días… se metía con soldado veterano de de la guerra contra Sendero Luminoso y de la guerra del Cóndor, entre Perú y Ecuador. A su vuelta Santiago repite todos los tics que los gringos repiten a la vuelta de sus guerras, de una manera tan obvia y previsible que uno desea fervientemente la paz para siempre. Pero si volvemos a Dioses, los vamos a seguir encontrando aburridísimos, en grandes comilonas, fiestas y bacanales, mientras los pobres siguen felices esperando un chorrito de agua en la canilla de su barrio. El cuento maniqueo acerca de lo poco honorable que son las clases altas tienta a uno a intentar probar la terrible angustia de ser rico.
Celebración. Y a mucha honra La palabra celebración, tiene mala prensa, más si se la une a la palabra vida, celebración de la vida y eso suena como un estruendo a las tres de la mañana, pero que otra cosa se puede decir de la última película de Las playas de Agnés, si no que es una celebración, no solo de de la vida, además de su vida y del cine mismo. Desde el inició del film, cuando juega con espejos frente al mar produciendo un instalación plástica que réplica infinitas olas y cielos, mientras explica que cree que si a un hombre se lo abre aparece un paisaje y su paisaje son las playas. Desde allí queda formulada la línea directriz del film, que recorrerá, la vida de la directora desde su infancia en Bélgica, hasta la celebración con sus vecinos de sus ochenta años. Sin duda en la vida de Agnés, como en todas las vidas, no todo fue celebraciones, vivir en la Francia ocupada y presenciar como la policía francesa detenía niños judíos para depórtalos a los campos de concentración, hasta la enfermedad y muerte de su marido, el cineasta Jacques Demy, pero todo configuro a esta mujer y artista extraordinaria, que a los ochenta años nos regala una maravillosa obra de arte: su vida. Con imágenes de sus film, Agnés recrea su propia vida y explica algunos secretos de sus historias, transita playas lejanas y próximas, celebra encuentros con amigos celebre o no tanto, sus muestras fotográficas o como artista plástica en la Bienal de Venecia. Agnés despliega en ciento diez minutos, una vida que tardarán años en ser estudiada y analizada. Lo dicho Las playas de Agnés, es una celebración de una vida muy digna de ser celebrada.
Estreno inexplicable Coco es tan descerebrado que no se entiende como pudo haber hecho tanta plata en tan poco tiempo. Su rubro son las aguas minerales y es lo único que le interesa, además de la ostentación y el boato con un gusto que ni que el propio Carlos Menem habría lucido en la gloriosa (para él, claro) década del ’90. El protagonista prepara el bar mitzvah de su hijo con seis meses de antelación, para que la fiesta sea un verdadero acontecimiento nacional. Como es obvio, al igual que toda la película, que los festejos son por él, y su hijo es solo una excusa para desplegar su plumaje de pavo real, muy pavo realmente. Pero algo sucede que lo lleva a reflexionar y actuar en consecuencia. Lo cierto es que no hay mucho más para decir y la pregunta que se desprende de semejante engendro francés vacuo, atiborrado de clisés y mal gusto, es cómo pudo llevar más de tres millones de espectadores a las salas de su país.