Una buena semana en la cartelera argentina para la familia Sheen. Martin se destaca como el tío Ben en la nueva película de Spiderman y también sobresale en un proyecto de su hijo Emilio Estévez, quien dirigió El Camino. Es impresionante la madurez que cobró la carrera de Emilio, quien fue una figura realmente grosa en la década del ´80. Junto a otros artistas como Robert Downey Jr, Demi Moore, Rob Lowe, Judd Nelson y Andrew McCarthy, entre otros, formó parte del famoso Brat Pack, que fueron actores que trabajaron juntos en algunas de las comedias más importantes y taquilleras de aquellos años. Me refiero a títulos como El Club de los cinco o St. Elmos Fire que hoy son clásicos del cine norteamericano. A diferencia de su colega y hermano Charlie Sheen, Emilio logró llevar una carrera alejada de los escándalos y desde joven incursionó en la dirección con producciones independientes de bajo presupuesto como Wisdom (con Demi Moore) y Hombres Trabajando (Charlie Sheen) que terminaron directo en video. Hace un tiempo tuvo su reconocimiento como realizador con Bobby que no llegó a estrenarse en Argentina. Esta semana, en lo que representa un auténtico milagro del mundo de la distribución, se estrena en los cines locales El Camino que es la película más madura y lograda de Emilio Estévez como realizador. Otra vez volvió a trabajar con su padre a quien ya había dirigido en The war at home, de 1996, que hasta ese momento era su mejor trabajo detrás de las cámaras. Su nueva producción es una road movie que tiene como principal protagonista al famoso Camino de Santiago de Compostela, un histórico peregrinaje católico ubicado en España, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago. Martin Sheen llega a Europa para recuperar el cuerpo de su hijo fallecido quien planeaba hacer el famoso recorrido y en el lugar decide cremar sus restos y emprender el viaje que el joven se había propuesto concretar. Esto lleva al protagonista a encontrarse con otros grupos de peregrinos que también llegaron a ese lugar con sus propios dramas y entre todos emprenden una travesía que los termina transformando a nivel personal. El camino no es una película religiosa, sino espiritual, que no es lo mismo, y se destaca por su honestidad y realismo con el que se trabaja la historia de cada personaje. Toda la experiencia de lo que deber ser hacer ese recorrido está muy bien retratada y el director muestras las dificultades y camaradería que se gesta entre los viajeros de distintas nacionalidades que llegan a España para vivir esa travesía. La historia llega al corazón del espectador porque el director narra una historia sencilla sobre el viaje interior de un hombre al que la trama nos permite conocer y acompañar en su experiencia. Cabe destacar el logro como realizador de Emilio Estévez que logró filmar escenas en el interior de la catedral de Santiago, algo que no pudo hacer ningún otro realizador, al menos en el cine de ficción. Muy buena película para tener en cuenta.
El nuevo film de Spiderman al final resultó una muy buena propuesta pochoclera y el mérito corresponde principalmente al director Marc Webb (500 días con ella). En lo personal hubiera preferido que nunca hubiera existido un relanzamiento de este personaje en el cine y que se continuara la historia a partir de lo que construyó Sam Raimi con su trilogía. Aunque fuera con otros actores, una película con un Peter Parker más adulto hubiera sido interesante. Sin embargo, no puedo reseñar este film por lo que debería haber sido sino por lo que es. La verdad que esperaba encontrarme con algo muchísimo peor, sobre todo por esta movida estúpida que hoy se da tanto en el cine como en la literatura fantástica, donde todas las historias tienen que ser oscuras para que resulten interesantes y no es así. En el caso de los cómics, lo que funciona con un personaje como Batman no necesariamente se aplica a otros superhéroes. Ir por ese camino sería distorsionarlos. El director Webb en este caso presentó la historia del Hombre Araña con un enfoque más serio, pero sin deformar a este ícono de Marvel que era lo que yo temía de este estreno. La película está muy influenciada por la colección Ultimate Spiderman, que en el 2000 relanzó en los cómics el origen del personaje, donde se actualizó su historia en el siglo 21. En consecuencia, el film es radicalmente distinto en algunos aspectos a lo que el público vio en las entregas anteriores, pese a que la historia dentro de todo es la misma. Lo que cambió es la manera de abordar a Peter Parker. Sam Raimi encaró su trilogía con un enfoque claramente nostálgico donde se reverenció la primera etapa de la historieta a cargo de Stan Lee. Tobey Maguire representó al modelo clásico de nerd que era objeto de burlas en tres filmes que tenían mucho humor y en general apuntaban a un target de público más familiar. Lo cierto es que el mundo cambió en los últimos años y hoy los nerds son fundadores de imperios multimillonarios como Facebook. En este contexto el nuevo Peter Parker es un freak que intenta encajar en una sociedad en la que se siente excluido. Es un paria que lidia con otros problemas. A partir de este enfoque la película de Marc Webb presenta una historia con mayor contenido dramático. En ese sentido el nuevo Parker está mucho más en sintonía con el Clark Kent de Smallville, que interpretó Tom Welling, que tampoco tenía nada que ver con el nerd torpe y tímido que encarnó Christopher Reeve en los filmes de Superman, de Richard Donner. De hecho, hay varios momentos de este film que son dignos de Smallville. Un claro ejemplo es la escena en que el tío Ben reprende a Peter por humillar a Flash Thompson. Algunas virtudes para destacar de este estreno. La idea de fumarte otra vez el origen de Spiderman era un garrón y la verdad que Webb hizo un trabajo brillante con la narración. Desde las primeras escenas logra despertar interés por los personajes y aunque ya conocemos la historia te mantiene enganchado hasta el final. Algo que me gustó de esta película es que en esta versión se desarrolló con más fuerza el vínculo de Peter con su tío Ben, cuya muerte en este caso también es más emotiva. Andrew Garfield brinda una gran interpretación de Parker que acá es mucho menos nabo y genera más empatía con el espectador. Ahora bien, es importante resaltar que el hecho que la película sea más dramática no quiere decir que al Hombre Araña lo convirtieron en Batman. El personaje sigue teniendo sus ironías cómicas cuando entra en acción, sólo que el humor esta más equilibrado en el argumento y no tiene tanto peso. Después que Raimi usó a los mejores villanos de este superhéroe en sus filmes, Webb la tuvo que remar con el Lagarto que debe ser una de las creaciones más pedorras de Stan Lee, quien sigue superándose con sus cameos. El Lagarto no está mal en la película pero Spiderman tiene enemigos muchos más ricos que seguramente serán refritados en próximas continuaciones. Lo único que no termina de cerrar en el guión de esta versión es que el protagonista de manera inexplicable se la pasa revelando su identidad secreta a cualquiera. Se supone que la máscara tenía un sentido. No entendí que quisieron hacer con eso. Desde los aspectos visuales la película es excelente y hay un par de secuencias de acción donde en el formato 3D brindan un espectáculo fabuloso. La verdad que el film está bueno y es interesante ver que hará Webb con estos personajes a partir de este relanzamiento, porque dejaron muchas incógnitas argumentales abiertas que pueden brindar buenos conflictos. Otra gran propuesta de Marvel que merece ser disfrutada en el cine. No se olviden de ver la escena extra durante los créditos finales. EL DATO LOCO: El director Marc Webb hizo la Gran Nolan en este estreno y rescató del olvido a C.Thomas Howell famoso actor de los años ´80 que protagonizó clásicos emblemáticos como E.T. Los marginados (Francis Ford Coppola), Carretera al infierno (The Hitcher) y Red Dawn (John Millius). Si bien en las últimas décadas no paró de trabajar en infinidades de películas clase B y clase Z hace añares que no se lo veía a Howell en una producción importante. Su última película estrenada en los cines fue Gettysburg, en 1993. En la nueva historia de Spiderman es el operario de una grúa cuyo hijo es salvado por el superhéroe.
A Roma con amor tranquilamente la podrían haber titulado Woody Unchained (Woody desencadenado) ya que el director de Annie Hall volvió a los cines totalmente desatado. Allen está más allá del bien y el mal y hace lo quiere a esta altura de su vida sin que le importe lo que puedan decirle de sus trabajos. Lo cierto es que esta es una de las producciones más bizarras que brindó en los últimos años donde las situaciones sin sentido están a la orden del día. En este caso presenta cuatro historias independientes que tienen como escenario principal a la ciudad de Roma, que es el personaje más importante de esta propuesta. Se trata de un film sumamente anárquico tanto en su narración como en los hechos que se desarrollan, donde el absurdo es el gran protagonista de la película y eso es justamente lo que la convierte durante gran parte de su duración en una propuesta divertida. Situaciones como las del cantante lírico que sólo es talentoso cuando se baña o el personaje de Roberto Benigni que se convierte en una celebridad sin entender la razón de por qué lo idolatran son elementos maravillosos de este film que logran sacarte un par de carcajadas y además tratan temáticas interesantes más allá del humor que ofrecen. El problema que tiene este estreno es la repetición. El film comienza con mucha fuerza al presentarte los cuatro relatos y sus personajes pero después es como que los argumentos se desinflan al repetirse una y otra vez los mismos chistes y situaciones. Una cuestión que se da en todas las tramas. Cuando el mismo elemento gracioso es explotado de manera continua en la historia el argumento termina por perder su gracia y eso es lo que le juega en contra a la película hacia el final. El año pasado Allen brindó un gran trabajo como fue Medianoche en París y es entendible que no haga una obra maestra con cada proyecto que emprende. A Roma con amor tiene este inconveniente de la repetición del humor que mencionaba, pero no deja de ser también un film decente que se disfruta más allá de sus falencias si te gusta el director.
Pasaron diez años desde que la productora Blue Sky debutó en el mundo de la animación con La era de hielo y las mejores cosas que brindaron desde entonces fueron historias originales como Horton y el país de los Quién (basada en el libro de Dr, Seuss y Río. El resto (Robots y las secuelas de La era de hielo) le sirvió a los estudios Fox para facturar dinero pero no fueron títulos memorables. La cuarta entrega de esta serie es un claro retrato de la mediocridad que se vive por estos días en Hollywood y que no sólo afecta al género de animación. En la actualidad a los productores los sacás del campo de las continuaciones y las precuelas y no se les cae una idea. La típica excusa que brinda el pensamiento mediocre, muy común en los medios de prensa, es “bueno, es sólo un dibujito animado para chicos” que es una manera de denigrar el arte de la animación. Estrenos como este te inspiran a pedir a gritos el regreso de Don Bluth (Todos los perros van al cielo) que debería estar trabajando en el cine en lugar de producir videos juegos. Desde el fracaso de Titán A. E en el 2000 lo desterraron de la industria. Hollywood en la actualidad necesita a un maestro como Bluth para hacer películas decentes y creativas sin tener que depender del estreno anual de Pixar o Dreamworks (cuando les pinta la inspiración y hacen cosas grosas como Kung Fu Panda y Cómo entrenar a tu dragón). Este vicio de las secuelas hoy está totalmente descontrolado en el cine de animación norteamericano y como al público no le molesta ver siempre lo mismo vamos a tener en el futuro más películas de este estilo. La era de hielo 4 es un desperdicio descomunal de recursos técnicos al servicio de una historia que no da para más y personajes que están muy desgastados. Visualmente el film es espectacular en lo que se refiere a la elaboración de los escenarios que son increíbles y el diseño de los personajes. El pelaje de los animales, por ejemplo, es absolutamente realista y hay escenas de este film en las que los protagonistas no parecen dibujos animados. Desde los aspectos visuales es interesante y tiene algunos momentos de acción muy bien elaborados. Sin embargo, estas cualidades al no estar sostenidas por un buen argumento se terminan desaprovechando. Blue Sky no le puede sacar más jugo a estos personajes porque ya dieron todo lo que tenían para ofrecer. Bastante que hicieron tres secuelas con una historia que en principio nunca necesitó una continuación. ¿Cuánto más van a estirar el chiste de la ardilla Scrath y la bellota? Por eso defiendo a la serie de Tinkerbell de Disney, porque más allá de la faceta comercial y los productos que venden, todas las películas presentan siempre un concepto distinto y los personajes experimentan situaciones nuevas. Son producciones inocentes para los más chicos que están muy cuidadas. Las secuelas a veces pueden ser buenas cuando están bien hechas. La trilogía de Toy Story y Kung Fu Panda 2 son un claro ejemplo de ello. Con las continuaciones de La era de hielo sumaron personajes pero los argumentos van siempre por el mismo rumbo y ya la serie no da para más. El año que viene Blue Sky presentará algo nuevo con el estreno de El reino secreto, una historia basada en el libro de William Joyce, creador de la exitosa serie animada para niños Rolie Polie Olie. Crucemos los dedos para ver algo más creativo.
Tim Burton y Johnny Depp necesitan tomarse un par de años sabáticos fuera del cine. Un descanso merecido para que puedan volver con proyectos realmente creativos. Ya fue suficiente muchachos, un breve retiro o terapia de pareja porque la dupla no da para más. Dark Shadows es uno de los íconos más importantes que existen desde hace décadas en el género de terror. Se trata de una serie inglesa de culto que comenzó en los ´60 como un melodrama gótico para luego convertirse en una apasionante historia de horror con vampiros zombies y hombres lobos. Después de Drácula, Barnabas Collins, protagonista de esta historia, es el vampiro más groso del género, que hoy sigue vigente a través de una colección de cómics. Lamentablemente este trabajo de Tim Burton es a Dark Shadows lo que el film The Spirit, de Frank Miller, resultó al cómic de Will Eisner. Para ponerlo en términos sencillos, una inmunda vejación que se toma para la joda algo que debería haber sido más entretenido y aterrador. Si uno compara las películas originales House of Dark Shadows (ver links) y Night of Dark Shadows con esto que hicieron ahora, lo de Burton es realmente patético. Especialmente en aquella primera producción de 1970, ahí tenías al verdadero Barnabas Collins en un momento en que los vampiros no estaban para hacer reír a la gente. La película de Burton, que es probablemente su peor trabajo desde El planeta de los simios, tomó elementos de la obra original para convertirlo en un refrito bizarro y estúpido de los Locos Addams. Peor enfoque para traer de regreso al vampiro Barnabas no se les podría haber ocurrido. El film tiene un buen comienzo donde se presenta la historia del protagonista. Si Burton hubiera seguido por ese camino esta podría haber sido otra película, pero lamentablemente no se dio. Desde el momento en que el vampiro se despierta en 1972 todo va cuesta abajo. La trama se encamina por el rumbo de la parodia fumada con un guión lamentable que parece un collage de sketches malos de Saturday Night Live, más que un argumento sólido y coherente. La cuestión es que en esta producción Burton se metió con un ícono importante del género de terror que supuestamente admiraba y lo destruyó con un film aburrido y olvidable que además desperdicia el trabajo de un reparto talentoso que estaba para mucho más. Johnny Depp. Otro que necesita unas vacaciones de la pantalla grande. Desde que la pegó con Jack Sparrow en Piratas del Caribe hace siempre lo mismo. A este paso va camino a convertirse en el Roberto Benigni de Hollywood que repite el mismo papel en todas las películas. Esta manía que tiene de convertir en freaks a todos los personajes que encarna ya aburrió porque sus interpretaciones perdieron frescura y se volvieron predecibles. A esta altura tranquilamente te podés imaginar lo que va a hacer con el personaje y no le vas a errar. En un punto sus actuaciones son un espejo de lo que se convirtió también el cine de Tim Burton, quien atraviesa una etapa decadente en su carrera. Ya no hay sorpresas ni creatividad porque el director está achanchado en su zona de confort donde se limita a ofrecer más de lo mismo. Una lástima porque alguna vez hizo películas interesantes.
Un jeque multimillonario, al que le sobra la plata, quiere introducir salmones vivos en la península arábiga para practicar la pesca deportiva. ¿Puede existir un tema menos interesante para desarrollar una historia de amor? El título local que le pusieron a este estreno (el original es La pesca del salmón en Yemen) resultó profético en ese sentido, ya que es imposible encontrar algo de romance en esta historia. Una película bastante rara del director sueco Lasse Hallstrom (Chocolote). En primer lugar por la trama, que se enfoca más en las consecuencias políticas del proyecto loco del jeque, que en la historia de amor de los protagonistas, que por otra parte, es absolutamente inverosímil. Por como se desarrollan los hechos en el film se hace muy difícil comprar la idea que los personajes de Ewan McGregor y Emily Blunt pudieran formar una pareja. Sobre todo porque los aspectos románticos y sentimentales en esta producción están totalmente tirados de los pelos. Hace mucho que no veía una película tan fría e insulsa como esta. Si te dejás llevar por el afiche parece una historia de Nicolas Sparks pero el film tiene otros intereses. Hay que destacar el trabajo de los actores, quienes dentro de todo hicieron llevadera una propuesta que podría haber resultado mucho más terrible. Ewan McGregor tiene algunos momentos simpáticos en la trama y contra todo los pronósticos, quien realmente sobresale aportando humor en el relato es Kristin Scott Thomas, una de la actrices más frías y aburridas que existen en el mundo del cine. Esto fue toda una sorpresa porque jamás en la vida me imaginé que Thomas pudiera desenvolverse con éxito en la comedia. Acá presenta un trabajo distinto y la verdad que está muy bien. El problema de este trabajo del director Hallstrom es que la historia es una gran ensalada que mezcla asuntos políticos con cuestiones de fe, atentados terroristas y un triángulo amoroso forzado, donde no queda claro adonde quería llegar el guionista con este argumento. Como propuesta romántica resultó un bodrio cuyo 107 minutos hacia el final se sienten en la butaca.
El director francés Remí Bezancon brinda en Un suceso feliz una de las películas más realistas que se hicieron en los últimos años sobre el tema de la paternidad y las relaciones de pareja. Por lo general cuando se tratan estas cuestiones en el cine siempre se encaran por el lado de la comedia de enredos y los aspectos más positivos de lo que representa la llegada de un hijo en una familia. La particularidad de esta historia es que aborda las luces y sombras de estos temas con personajes queribles y verosímiles con los que el espectador, sea hombre o mujer, puede conectarse fácilmente. En ese sentido la historia tiene algunas cosas del cine de Cameron Crowe donde el amor y los problemas sentimentales son tratados de manera honesta sin el endulcoramiento exagerado de las propuestas románticas hollywoodenses. En un suceso feliz prácticamente encontramos dos películas en una. La primera parte de la historia, antes de la llegada de la bebé, es una comedia romántica que se divierte al generar situaciones divertidas con el inicio de la relación de los protagonistas y el proceso del embarazo. A partir del momento en que nace la niña la trama se vuelve mucho más dramática, pero también interesante porque se trabajan todos esos temas que por lo general no se tratan en esta clase de relatos. En esta producción la llegada de un hijo es el factor que genera una separación en la pareja y ambos protagonistas tratan de lidiar con sus responsabilidades como pueden. La trama es narrada desde la visión de la protagonista (Louise Bourgoin), quien a través de un relato en off nos conduce con cierta cuota de ironía por su experiencia con la maternidad. Lo bueno del film es que desarrolla estas cuestiones sin golpes bajos o excesos de melodramas. Una linda historia de amor que está para tener en cuenta.
Cortate las venas y morí desangrado en el cine. Parecería que ese fue el sentimiento que se propuso transmitirle al espectador el director Rodrigo García (el Rey de los golpes bajos), a la hora de hacer esta película. Una de las historias más deprimentes que se conocieron en el último tiempo, que a Dickens seguramente le hubiera encantado escribir. El secreto de Albert Nobbs es un proyecto especial de Glenn Close en el que venía trabajando desde hace muchísimos años. Ella ya había interpretado en 1982 al personaje en la versión teatral que se hizo basada en la novela del autor irlandés George Moore. Desde entonces intentó llevarla al cine pero tuvo muchos problemas para conseguir el financiamiento adecuado. Finalmente concretó esta producción y trabajó como guionista y productora además de brindar uno de los trabajos actorales más importantes de su carrera. Albert Nobbs plantea una historia dura e interesante sobre la identidad y la opresión de la mujer en la complicada sociedad del siglo 19. Glenn Close logra sacar adelante con mucha convicción el rol de una mujer que vive interpretando un personaje en su vida para cumplir sus sueños y poder expresarse como la persona que realmente es. El problema que tiene esta película es la dirección de García (Con sólo mirarte). El director trabaja con personajes y temas muy interesantes pero convierte su trabajo en un bodrio insufrible cada vez que el relato se aparta de Albert Nobbs, que es el punto más atractivo de este film. Sus miserias, deseos y el modo en que se relaciona con su entorno social son los elementos que hacen llevadera la historia. La película decae cuando la trama se enfoca de manera innecesaria en personajes secundarios o situaciones, como la rutina cotidiana de un hotel, que no aportan a nada al conflicto central, más que aburrir y alargar el film sin sentido. Debido a esto se desperdicia una historia que contaba con un gran potencial y que nunca llega a ser completamente explotado. Es un film que se queda a mitad de camino en los temas que trata y que zafa principalmente por el trabajo de la protagonista.
La traición es una película clase B de lujo. Para el espectador ocasional esta puede resultar una propuesta más que probablemente la dejarían para el dvd. Sin embargo, para el amante y fanático del buen cine de acción estas son las producciones que uno agradece tener disponible en la cartelera Se trata de esos gustos que cada tanto se da Steven Soderbergh. Al tipo le pinta hacer un film de peleas brutales y tiros y debido a la reputación que tiene en Hollywood cuenta con el privilegio de reunir un elenco de figuras de renombre que aceptaron ser parte de este proyecto porque el director estaba a cargo. Si la hubiera dirigido otro ni a palos trabajaban en esto. Lo hermoso de La traición es que presenta una historia absolutamente trillada que vimos 80 mil veces. Un cuento conocido. Asesino a sueldo que trabaja para agencia federales es traicionado. Fallan al matarlo y el protagonista busca venganza. Charles Bronson ya tuvo problemas similares en el super clásico de 1972, The Mechanic, de Michael Winner. Desde entonces se hicieron infinidades de películas en la misma línea y últimamente vimos argumentos parecidos en Machete y Salt, con Angelina Jolie. Esta es la parte dónde viene la pregunta del millón. ¿Y entonces por qué recomendás esta película? Por dos motivos contundentes. En primer lugar la extraordinaria dirección del maestro Soderbergh que brinda una cátedra de cómo se narra un thiller de acción. No pasa tanto por el cuento que narra sino cómo lo cuenta. La escena de la operación en Barcelona para rescatar a un periodista tiene más tensión que los 124 minutos que dura Prometeo. La traición es una propuesta que está más cerca de lo que eran los filmes del género clase B en los años ´70 con Bronson, Lee Marvin o Robert Forster, que el espectáculo pirotécnico al que nos tiene acostumbrado Hollywood. .Estilo que banco por supuesto, pero no es la onda de este estreno. El director en este casó optó por desarrollar la acción con un enfoque más brutal y realista, apoyado por su particular estilo de narración no lineal y una banda de sonido cool 100 por ciento Soderbergh que nos remite a La gran estafa y Un romance peligroso (George Clooney). Lo cierto es que el cineasta no sólo dirige esta historia como los dioses, sino que además le saca agua a la piedras y logra que Channing Tatum actúe bien!! Lo que hizo acá realmente es un milagro. A Tatum en este caso no se le puede objetar nada porque pese a tener un rol secundario está muy medido y correcto. El segundo motivo por el que recomiendo este film es la protagonista. Gina Carano es lo más. Claramente se destaca como la gran revelación del género de acción de los últimos años. Si algunas ves los Expendables incorporan al grupo un miembro femenino, la única actriz que hoy puede estar a la altura de Jason Stathan o Chuck Norris es esta mina. Carano es una reconocida artista de las artes marciales mixta que se destaca en su primer rol protagónico y opaca por completo a otras actrices que pasaron por el género como Angelina Jolie o Milla Jovovich. La escena de pelea que tiene con Michael Fassbender es de antología. Son esos momentos que cuando los ves en el cine querés rebobinarlo para disfrutarlo otra vez. Más allá de su tremendo desempeño físico es una mujer que tiene una fuerte presencia en la pantalla y demuestra que puede actuar. Para ser su debut actoral la verdad que está muy bien y seguramente la vamos a encontrar más seguido en el cine. Me encantó La Traición y creo que es una gran alternativa para el fan del género que quiera disfrutar una buena película de este estilo, algo que no es fácil de encontrar por estos días.
Es todo un tema ponerse a reseñar películas de Ridley Scott cuando se estrenan en el cine porque desde que inventaron el dvd y el Blu-ray las obras del director se descubren realmente en su profundidad cuando llegan en esos formatos. Los cortes para la pantalla grande de Scott se convirtieron en un anticipo de lo que podremos disfrutar después en su verdadera esencia. Con excepción de Un buen año y Red de mentiras no hubo trabajo del director en el último tiempo que no tuviera modificaciones importantes cuando se editaron las versiones extendidas. En el caso de la edición especial de American Gangster tuvo un final más desarrollado y en Robin Hood se amplió mucho más la historia y los personajes secundarios. Con Prometeo no sería extraño que ocurriera lo mismo. Por ejemplo en esta versión para cine Charlize Theron está totalmente desperdiciada a tal punto que uno se pregunta por qué habrá aceptado trabajar en este proyecto. Su labor acá es muy intrascendente y hay momentos del film donde su personaje desaparece sin explicación durante mucho tiempo en el conflicto. No va a ser una sorpresa sin en el corte del director su rol se desarrolla más con nuevas escenas, como ocurrió con William Hurt en la versión extendida de Robin Hood. En términos generales Prometeo dentro de todo es entretenida y sorprende por su conexión con el universo Alien. Escribo la palabra sorprende porque se había anunciado en su momento que la historia no iba a tener nada que ver con aquel clásico, salvo por el hecho que la trama ocurría en el mismo universo de ficción. Bueno, la verdad que no es tan así y si bien el film tiene identidad propia prácticamente es una clara precuela de Alien. Hay muchísimos elementos que conectan a este film con las historias de esa saga y que no voy enumerar porque ya las van a ver en el cine. Prometeo comienza bárbaro con un argumento que plantea ideas interesantes. En este caso se trabaja el tema de que la raza human habría sido creada por civilizaciones alienígenas. Un concepto que Jack Kirby (co creador del Capitán América) trabajó hace 40 años atrás en esa excelente colección de cómics de culto que fue Los Eternos. En los ´70 a Kirby se le cagaban de risa en la cara por las cosas que escribía y hoy muchos científicos no se toman tan a la ligera está cuestión que es un asunto profundo y provocador, ya que desafía muchas creencias culturales. Lamentablemente Prometeo hace muy poco con este material y lo que era una temática interesante sobre los posibles orígenes del hombre en poco tiempo se transforma en un predecible film sobre monstruos. El gran problema de este estreno es el guión, que ni siquiera está a la altura de lo que fueron los trabajos del director en el pasado dentro de este género. Ya de movida que en la trama el personaje más querible y carismático sea un androide (excelente Michael Fassbender) dice bastantes cosas del argumento. En mi opinión esa es la gran debilidad que tiene el film. Los personajes no son interesantes y cuesta conectarse con ellos justamente por este motivo. Alien no fue un suceso por el monstruito, sino porque tenía personajes fuertes por los que te preocupabas e interesabas por ellos cuando estaban en peligro. Era una historia atrapante y aterradora. Prometeo carece de esas cualidades y durante el transcurso de la trama se diluyen los conceptos de interés que se planteaban en el comienzo. Desde la realización el film por supuesto es impecable y no se le puede objetar nada porque está al nivel de lo que Scott suele ofrecer como realizador. Tal vez esa es la otra gran cuestión. Hubo mucho laburo con los aspectos visuales y no le dieron bola al guión. A Prometeo le faltó tensión y suspenso y si bien no es para nada una mala película, tampoco es un regreso memorable de Scott a la ciencia ficción. Creo que la mejor recomendación que se puede hacer con esta propuesta es bajar drásticamente las expectativas. Más que nada para pasar un buen rato en el cine. Vino muy inflada esta película con las ilusiones que había con el retorno del director al género, más las campañas virales que se hicieron y la verdad que no es para tanto. Si bien el film se deja ver y tiene un buen trabajo con el 3D creo que va a ser interesante esperar el corte del director donde podría haber una diferencia con esta versión que llegó a los cines. Al margen de estas cuestiones creo que este film es un aporte innecesario a una historia que no necesitaba más capítulos. Estaría bueno que en Hollywood se pusieran a laburar en relatos originales de ciencia ficción (como la excelente Moon de Duncan Jones) en lugar de tanta continuación y precuela que terminan cansando.