Al ver Mi semana con Marilyn queda claro por qué Michelle Williams fue nominada al Oscar este año y recibió muchos premios por esta labor. Tuvo la mala suerte de tener que competir con Meryl Streep, ya que de otro modo es probable que el premio se lo hubiera ganado. Hace rato que la actriz se viene destacando en el cine pero acá la verdad que sobresalió con su trabajo. Michelle Williams no interpreta a Marilyn Monroe sino que literalmente se convirtió en ella. Algo similar a lo que hizo Jamie Foxx con Ray Charles donde capturó cada característica del artista. William hace lo mismo con Marilyn y retrató muy bien el carisma y vulnerabilidad que tenía la actriz. De hecho, este es el único motivo por el que se me podría ocurrir recomendar a alguien esta película. Michelle Williams y el resto del reparto es lo único interesante de este film. El problema con esta propuesta es que no es una biografía de Marilyn sino un hecho puntual que no podría ser más irrelevante para lo que fue la vida de este ícono del cine. Los problemas sentimentales de la actriz con su esposo Arthur Miller durante la filmación de El príncipe y la corista. ¿Y a quién le importa? ¿Es realmente interesante la cuestión como para hacer toda una película sobre ello, que encima se cuenta desde la visión de un ayudante de producción? Dejemos a un lado que varios biógrafos reconocidos de la actriz como Barbara Leaming y Donald Spoto coinciden y aseguran que todo esto es una farsa y el ayudante de producción Colin Clark jamás llegó a tener un contacto personal con la actriz, más allá de verla en el set. Aparentemente Clark sería uno de los tantos buitres que aprovechó su trabajo en el rodaje de una película para sacar un libro sensacionalista y hacer guita con ello. No es el único que hizo esto, por cierto. La película de todos modos se hace llevadera por el trabajo de los protagonistas y el hecho que evoca un período de Hollywood muy interesante por las figuras que en ese momento formaban parte de la industria del cine. Mi semana con Marilyn no está mal pero reunió un elenco demasiado grande y talentoso para un guión que parece salido de una producción televisiva de los años ´80.
En el último tiempo se puso de moda el concepto de trabajar a personajes clásicos de ficción o personalidades de la historia o el arte en universos diferentes. Hace poco en la literatura las heroínas de Jane Austen estuvieron peleando con zombies (en la novela Orgullo, Prejuicio y Zombies de Seth Graham Smith), en la pantalla grande vimos a Sherlock Holmes como héroe de acción y en breve llegará Abraham Lincoln para salvar al mundo de los vampiros. De todas estas propuestas locas que se conocieron recientemente, El cuervo es una de las más atractivas. En este caso el director de V de Vendetta, James McTeigue, presenta un muy buen trhiller sobre asesinos seriales que tiene como protagonista al padre de la literatura policial Edgar Allan Poe. El cuervo es un film que le exige al espectador un simple requisito: No tener una mente cuadrada. Es decir, si vas al cine con la idea de entretenerte y te dejás llevar por el juego que propone el director vas a disfrutar la historia. Acá no vas a ver una biografía del autor (que tranquilamente daría para una gran película) ni un análisis profundo de sus trabajos. Se trata de un film de suspenso, muy bien realizado, que se divierte con la figura del escritor y su obra dentro de un caso policial. Hasta la fecha se estima que se realizaron cerca de 200 películas basadas en los trabajos de Poe. El cuervo es una propuesta totalmente distinta a todo lo que brindó hasta ahora el cine relacionado con este artista y por eso también está buena. No es más de lo mismo. Lo interesante es que ofrece un enigma policial que incluye a los cuentos clásicos del autor que en este caso tienen relación con los crímenes que comete el asesino. Lo interesante del film además es que no es una propuesta tan volada o exagerada como el Sherlock Holmes de Guy Ritchie y Poe tampoco es retratado como John McLane. El Cuervo se desarrolla por el camino de la investigación policial. A nivel visual la película presenta la calidad artística que McTeigue ofreció previamente en sus trabajos anteriores, donde la estética de cómic está muy presente, y en este caso también se destaca un gran trabajo con la ambientación gótica victoriana en la que se desarrolla la trama. No es una obra maestra del cine ni una de los grandes estrenos del 2012 pero me pareció un film decente, pese a las motivaciones bizarras del asesino. Digamos que si querés entretenerte con este género, antes que la última de Richard Gere, sin duda las vas a pasar mejor con esto.
Blanca Nieves y el cazador es una de las producciones más logradas que brindó el cine con este ícono de los cuentos de hadas. El film es interesante porque en este caso el relato fue adaptado dentro del género de aventuras fantásticas que evoca a grandes películas del pasado como Leyenda (Ridley Scott) y Willow (Ron Howard) y al mismo tiempo mantiene los elementos clásicos de la historia e incorpora otros que siempre fueron ignorados. Un ejemplo de esto es el personaje del cazador contratado para asesinar a la protagonista (que formaba parte de la versión original de los hermanos Grimm) y por lo general siempre lo dejaban afuera en Hollywood. La película representa la ópera prima de Rupert Sanders quien opacó por completo la reciente interpretación de Blanca Nieves que pudimos ver en Espejito, espejito. Comparado con esto el film de Julia Roberts parece un piloto fallido de televisión de los años ´90. El trabajo de Sanders se destaca principalmente por la tremenda puesta en escena que crearon para ambientar la historia. Blanca Nieves y el cazador combina a la perfección los paisajes naturales de Inglaterra con un uso medido y equilibrado de los efectos digitales. En este caso las criaturas fantásticas como el troll que aparece en una escena o el reino de las hadas se ven totalmente reales y no te distrae es exceso de efectos especiales mal realizados como ocurre con otros filmes. La película parece haber sido encarada con la premisa de “Blanca Nieves narrada al estilo de Ridley Scott”, un artista que claramente influenció al director Sanders. De hecho, en la gran batalla con la que termina la historia en un momento falta que aparezca Russell Crowe y es Robin Hood 2. Resulta agradable ver a Kristen Stewart interpretar a una heroína en serio con sangre en las venas que es la antítesis de la mormona ultraconservadora Bella Swan, de la saga Crepúsculo, que vive únicamente para ser rescatada por un tipo. Esta Blanca Nieves guerrera tiene una postura menos pasiva ante la vida y eso la diferencia también de otras interpretaciones que se hicieron del personaje en el pasado. Chris Hemsworth hace un trabajo decente con el cazador para el rol que tiene en la historia, pero la verdadera estrella del reparto es Charlize Theron. En parte también porque le tocó el mejor personaje que es el de Ravenna, la reina malvada. Lo atractivo de Ravenna es que Theron no la encaró como una villana acartonada sino que la convirtió en una auténtica psicópata con serios problemas mentales. En este film la reina es una figura trágica y hasta termina por dar lástima pese a todas las cosas terribles que hace. El punto más débil de este estreno pasa por algunas cuestiones del guión. Creo a la historia le faltó trabajo en el campo del humor y el romance. Los enanos están muy desaprovechados y podrían haber servido para descomprimir un poco más el drama como hizo Simon Pegg en Misión Imposible 4. Sobre todo por las figuras de lujo que reunieron como Bob Hoskins, Ray Winstone, Nick Frost y Toby Jones, que podrían haber aportado muchísimo más. En las cuestiones románticas no sé si la idea es hacer una secuela, pero la trama construye un triángulo amoroso que luego queda completamente en el limbo como si no hubiera ocurrido nada. La verdad que no terminé de entender que quisieron hacer con eso. Más allá de estas cuestiones puntuales, en términos generales la película es muy entretenida y no va defraudar a ningún amante fanático de la fantasía.
Hombres de negro es un auténtico fenómeno que retrata lo impredecible que puede ser el mundo del arte y el entretenimiento. Estos personajes tuvieron su origen en 1990 con un cómic, creado por Lowell Cunningham que hasta el día de hoy es recordado por haber sido uno de los fracasos comerciales más grandes que existieron en la industria de la historieta norteamericana en las últimas décadas. La primera miniserie de tres números publicada por la editorial Malibu pasó por las librerías sin pena ni gloria. Cuando Marvel compró esa compañía en 1991 sacaron otra miniserie de tres episodios que tuvo el mismo destino. Sin embargo, en Hollywood hubo un par de productores, entre ellos Steven Spielberg, que le veían potencial al concepto que presentaban las historias de los cómics y decidieron adaptarlo en el cine. La película se convirtió en la gran revelación taquillera de 1997 y consolidó a Will Smith como estrella de Hollywood. Pasaron 15 años de aquella producción y la nueva entrega vuelve a demostrar que cuando los personajes están respaldados por una buena trama los hombres de negro pueden brindar un gran entretenimiento. La tercera parte es un film completamente superior a la continuación que vimos en el 2002 y me animaría a afirmar que presenta el mejor argumento de la saga. Pese a los cambios de guionistas que tuvo esta producción se las ingeniaron para brindar una película redonda que combina muy bien la ciencia ficción con el humor y ofrece todo lo que uno podía esperar de una propuesta de este estilo. La idea de jugar con el concepto del viaje en el tiempo fue un gran acierto y es uno de los elementos más divertidos del conflicto. Por otra parte, el trabajo de Josh Brolin como la versión más joven del agente K es brillante porque capturó a la perfección muchos elementos de la interpretación de Tommy Lee Jones, pero al mismo tiempo le dio al personaje otros matices, ya que encarna ese rol en una etapa diferente de su vida. Está muy bueno también como trabajaron el concepto de la trama en el marco del año 1969 donde hay muy buenos momentos de humor relacionados con algunas personalidades famosas. Con logrados efectos especiales y un buen uso del 3 D (es recomendable para mi verla en ese formato) Hombres de negro 3 ofrece un digno entretenimiento y hasta sorprende con un final emotivo que aporta un elemento interesante a la relación de los protagonistas. Cine pochoclero del bueno.
Gracias al esfuerzo de un productor perseverante Misión secreta es una película que logró llegar milagrosamente a las salas de cine, ya que tenía todos los ingredientes para terminar director en video. El film representa la ópera prima de Michael Brandt, quien hizo un gran trabajo como guionista en la remake de El tren de la 3: 10 a Yuma pero acá ofrece un film sumamente trillado que tiene dos problemas graves. En primer lugar Topher Grace (de la serie That ´70 Show), quien resulta absolutamente inverosímil como agente del FBI. Su labor simplemente no es creíble y es difícil comprarle que es una gente de la ley porque es un actor que no convence en ese tipo de roles. La trama tiene que ver con el clásico cuento del agente experimentado de la CIA retirado, (Richard Gere) que vuelve para un trabajo final cuando reaparece un asesino de de la Guerra Fría, que supuestamente estaba muerto, y trabaja para los diabólicos rusos. El nombre del criminal encima es conocido como Cassius, que debe ser la identidad más trillada que existe en la literatura de espionaje. Sean libros de Tom Clancy o Robert Ludlum siempre aparece alguien que se llama Cassius. Es un clásico. El segundo problema es que al revelarse tan rápido la identidad del asesino, Misión secreta pierde el único elemento de interés que podría llegar a mantenerte enganchado si encontrabas este film en la televisión. Mentira, probablemente hubiera cambiado de canal, pero si estás en el cine sí te quedás para ver quién es Cassius, que por como está hecha el film resulta bastante obvio en la trama. Son complicadas estas películas porque por un lado no son buenas pero la gente las elige para entretenerse un rato y tampoco me parece mal. En el video club de mi barrio un propuesta como Misión secreta la rompe los fines de semana y es muy complicada encontrarla disponible porque vuela. Seguramente va ocurrir lo mismo cuando se estrene este film en dvd.
El afiche de la película te vende este estreno como una nueva producción de la gente que hizo la excelente comedia inglesa Muerte en un funeral. Si bien es cierto, ya que el guionista es el mismo, la verdad es que esta película no tiene absolutamente nada que ver con esa gran historia que se estrenó hace unos años. Los padrinos de la boda es algo así como la versión australiana de ¿Qué pasó ayer? Desde que Warner estrenó ese film parecería que se desató una gran competencia internacional por ver quién es el director que estrena la comedia más zarpadita con un humor donde la escatología y las drogas son elementos principales para generar risa. Por eso marco la diferencia con Una muerte en el funeral que estaba más en sintonía con el humor inglés tradicional. Esta producción en cambio está emparentada con el estilo que vienen teniendo las últimas comedias hollywoodenses. Si en el super clásico de Tom Hanks, Despedida de soltero, en la trama tenías a un burro y en ¿Qué paso ayer? un tigre, acá hay situaciones graciosas con una oveja. La película tiene sus momentos divertidos pero sufre el desgaste del hecho que últimamente el humor en el cine viene por el mismo lado y no deja de ser más de lo mismo. De todos modos los que no se agotaron de ver este tipo de historias seguramente encontrarán un buen entretenimiento.
Elefante blanco no es la primera historia de marginalidad que se hace dentro de la producción nacional. Sin embargo, en este caso el motivo principal por el que salís satisfecho del cine, luego de haber disfrutado una gran película, es que el director Pablo Trapero nunca se olvida en sus trabajos que ante todo es un narrador de historias. Es decir, ni el El bonaerense ni este estreno fueron concebidos como los filmes de denuncia social definitivos que aspiran a recibir un premio de Amnesty. Son relatos que te trasladan como espectador a mundos densos y violentos, de mucha marginalidad, que no dejan de ser un retrato de la sociedad en la que vivimos y funcionan porque se cuentan con honestidad. Elefante blanco es un gran cuento y es probablemente la película más compleja de Trapero hasta la fecha. No porque sea una historia complicada de seguir, sino porque (y esto es otra virtud del film) a lo largo de su desarrollo combina varias temáticas profundas como el poder de los narcos en la villa, la realidad cotidiana de los vecinos, las internas políticas de la Iglesia, la burocracia gubernamental y el trabajo de los asistentes sociales y curas que tratan de hacer la diferencia en estos lugares. Todas estas cuestiones se trabajan desde la óptica de los tres protagonistas que a su vez tienen sus propios conflictos personales. Es una historia que logra hacerte reflexionar sobre estos temas sin convertir la trama en una gran ensalada. Lo cierto es que no abundan las películas nacionales donde tenés la posibilidad de disfrutar una buena historia con una puesta en escena cuidada e interesante, por eso también están buenas las películas de Trapero. Algunos argumentos te pueden enganchar más que otros pero en general son filmes que logran envolverte desde la narración. Por ejemplo, la escena en que Jérémie Renier (Escondido en brujas) tiene que entrar en un cuartel de narcos y negociar un asunto tiene más tensión y suspenso que varios thrillers estrenados en el último tiempo. Es un momento tremendo y aterrador por el realismo con el que fue filmado. Esto me lleva a otra cuestión que para mi fue clave en el resultado de esta película. Los tres protagonistas son grandes profesionales y están a la altura de lo que uno espera de ellos. Sin embargo la gran sorpresa de este film son todos los actores secundarios, que en algunos casos son vecinos del lugar donde se desarrolla esta historia y están excelentes. Sin un buen trabajo de dirección un personaje secundario que habla dos palabras te puede arruinar por completo una escena o directamente la película como sucedió en otras ocasiones. Me parece muy importante lo que hicieron en esta cuestión y creo que tuvo un rol clave dentro de la experiencia que Elefante blanco le ofrece al espectador a la hora de conectarlo con ese mundo en el que se desarrolla el relato. La verdad que esta es una gran película que merece su recomendación y no hay que dejarla pasar en el cine.
Después de trabajar en varios bodrios infumables consecutivos Vincent Gallo finalmente presenta un gran film que se puede recomendar y encima llega al cine. Gallo es un tremendo actor pero su filmografía está llena de pajas pseudo intelectuales y producciones pretenciosas que por lo general terminan siendo más huecas y vacías de contenido de lo que parecen. En Essential Killing no sólo brinda una de las mejores interpretaciones de su carrera sino que es el primer film decente que hizo desde su ópera prima Buffalo ´ 66, de 1998. Realmente hace mucho tiempo que no se podía asociar a este sujeto con una buena propuesta cinematográfica. El mérito de esta obra corresponde también al director polaco Jerzy Skolimowski, quien suele aparecer cada tanto en el cine como actor. Actualmente lo podemos ver en Los Vengadores como uno de los mafiosos rusos que amenaza a la Viuda Negra (Scarlett Johansson ) al principio de la trama. El hombre estuvo alejado mucho tiempo del cine porque se dedicó a la pintura y volvió con todo en el 2010 con esta historia tremenda. La trama es muy sencilla. Un hombre encarcelado y torturado por realizar un atentado contra el ejército de los Estados Unidos logra escaparse al mejor estilo Richard Kimble y desde ese momento vive una tremenda odisea para sobrevivir. Ahora bien, hasta acá podría ser una película que vimos un millón de veces pero lo interesante es lo que hace Skolimowski con este concepto y la manera en que te cuenta el relato. El director convirtió este cuento en una experiencia visceral de supervivencia donde el espectador acompaña al protagonista en un ambiente árido y desolador, donde la única salida que tiene es convertirse en un animal para poder vivir en una hábitat al que no pertenece y encima es acechado por los soldados yankees que lo buscan como si fuera una presa de caza. El trabajo de Gallo es impresionante y no se cuantos actores se hubieran bancado llevar adelante un personaje tan desgastante desde lo físico y emocional como el protagonista de esta historia. Prácticamente sin decir una sola palabra en toda la trama Gallo logra que nos conectemos con las emociones y las cosas terribles que vive su personaje a través de los que manifiesta con su expresión corporal y sentimientos. Algunos flashbacks nos permiten indagar un poco en el pasado del fugitivo pero tampoco llegamos a conocerlo a fondo. Lo interesante de Essential Killing es que el director Skolimowski no brinda un panfleto político sobre la invasión de Irak o las torturas que hacen los soldados norteamericanos tratando de hacer el gran film definitivo de denuncia. Claro que la historia trabaja en un punto esos temas, pero el corazón de la película es la experiencia de este hombre que debe despojarse de su humanidad para poder continuar con vida, lo que no deja de ser una gran paradoja. Con un trabajo espectacular de fotografía y la narración del director que te envuelve por completo en la trama, Essential Killing es una muy buena película que se incorpora a la cartelera.
Battleship o Batalla naval es una de las más grandes contribuciones que brindó Hollywood en los últimos años dentro de las películas bizarras. En esencia es cine clase Z pero con un presupuesto millonario. Si te divertiste recientemente con los delirios que produjo Roger Corman para el canal SyFy, como Pirañaconda, Sharktopus, Dinoshark y Dinocroc Vs. Supergator con esto no vas a salir defraudado, ya que está en la misma sintonía. Lo más gracioso es que si esta producción hubiera sido de Corman, los mismos que hoy la destruyen la hubieran terminado recomendando. Battleship es un claro exponente de lo que yo denomino “películas malas que divierten”. El director Peter Berg (Hankcock, The Kingdom), lo que ofrece básicamente es una parodia del cine de Michael Bay. Berg tomó descaradamente todos los elementos clásicos del estilo de Bay como el uso de la banda sonora, la fotografía, la edición, la realización de las secuencias de acción, el humor, el perfil de los personajes y el militarismo, para reírse de todo eso con un film absolutamente desquiciado. De hecho, si en los créditos de dirección apareciera el nombre de Bay, pese a que no tuvo nada que ver con esto, te lo creerías por completo porque parece hecha por él. Esta película brinda algunos de los más desopilantes momentos que yo viví frente a una pantalla de cine en los últimos años. Ejemplos: -La inexplicable inclusión de la música de la Pantera Rosa en una escena (¡Cualquiera!). - Los jubilados de Pearl Harbor volviendo a la acción para salvar al mundo es genial y me hizo llorar de risa. El momento en que aparecen en cámara lenta es simplemente maravilloso. -Un soldado lisiado con prótesis en las piernas se agarra a trompadas mano a mano con un alienígena y el director filma la escena como si fuera el combate de Rocky 4. Una belleza. Creo que este film en el fondo tiene muchísimos puntos en común con Día de la Independencia, de Roland Emmerich, que también fue malinterpretada por la prensa en su momento. En este caso el director Berg no se toma tan en serio, como si lo hace Michael Bay, el concepto de los soldados yankees que salvan el mundo y por eso la películas es entretenida y graciosa. La única referencia concreta que hay al juego de mesa en que se inspira el film es de un delirio descomunal y ahí queda claro también las intenciones de su realizador. Esto no es Batalla: Los Ángeles que era una oda inmunda a los marines. Acá los militares son retratados como ineptos o psicópatas. El personaje principal de Taylor Kitsch (John Carter), por ejemplo, es un looser absoluto que termina siendo héroe por accidente. Es realmente increíble que el director consiguiera el apoyo de la Armada para un film así, ya que en realidad la trama no los deja muy bien parados. Lo siguiente es una mirada personal, pero creo que en esta historia los aliens en realidad son los buenos de la película. De hecho, no matan inocentes porque sí cuando tienen la oportunidad de hacerlo (la escena que tienen frente a un pibito o el científico es un claro ejemplo de ello). Los psicópatas prejuiciosos que le temen al extranjero son los humanos. Es muy interesante repasar los hechos de la trama desde la perspectiva del extraterrestre. Los que comienzan la guerra en realidad son los yankees. Cuando el norteamericano se topa con una cultura que no entiende lo primero que hace es acudir a las armas para defenderse por miedo. Es un tema que da para largo y tendría que adelantar detalles de la historia y los personajes, pero a lo que apunto es que Battleship no es tan estúpida como parece. Que el tema final de la película sea un himno anti bélico de la era de Vietnam como “Fortunate Son” de Creedence tampoco me parece casual. Un aspecto negativo que si le marco a este estreno es la duración. El director pierde demasiado tiempo al comienzo cuando presenta los protagonistas y me pareció que la película se hizo larga sin necesidad. No sé si es para todo el mundo, pero el amante del cine bizarro y las películas malas que divierten creo que la puede ver por otro lado y pasar un gran momento.
Comando especial fue una serie ícono de los años ´80, que más allá del concepto facho que presentaba (policías encubiertos operando en escuelas secundarias) y de haber catapultado a la fama a Johnny Depp, fue un programa que rompió en su momento con muchísimos tabúes en la televisión norteamericana. Comando especial se animó a tratar temas como el SIDA, los suicidios y embarazos adolescentes, la homofobia y la adicción a las drogas de una manera contundente como no lo hacían otras series. Era divertida y tenía su contenido dramático. La historia fue creada por Stephen Cannell, responsable de la gloriosa Brigada A. Es notable como las adaptaciones cinematográficas tuvieron caminos diferentes. El film de los cuatro magníficos fue un peliculón tremendo de acción que brindó Joe Carnahan y capturó el espíritu del programa. Comando especial, en cambio, resultó una comedia pedorra que parece realizada por un equipo de rengos mentales. En realidad ni siquiera es una adaptación ya que tomaron muy por arriba el concepto de la serie para brindar una película malísima que no hace otra cosa que reflejar la visión que tiene Hollywood de los adolescentes, al menos en Estados Unidos. Hay una escena contundente al respecto en la que Ice Cube dice en referencia a los alumnos de un colegio: “Son adolescentes, son estúpidos”. En un punto esa frase del guión explica el alto contenido de imbecilidad que tiene esta película. Yo realmente creo que los productores de este film están convencido que los adolescentes son todos estúpidos y en consecuencia desarrollan productos de este tipo. Después de ver a Channing Tatum tratando de ser comediante pienso bancar a muerte la carrera de Robert Pattinson. Tatum es horrendo como actor y la dupla que hace con Jonah Hill es deplorable. Realmente es deprimente y angustiante ver en que situación se encuentra hoy el subgénero de las buddies movies. Hace 20 años atrás nos reíamos con el equipo que formaban Mel Gibson y Danny Glover, Dolph Lundgren y Brandon Lee (Masacre en el barrio chino), Bruce Willis con Damon Wayans (El último boy scout) o Stallone con Kurt Russell (Tango y Cash). Hoy los representantes de los filmes de policías que combinan acción y humor son Channing Tatum y Jonah Hill. El argumento de esta película es horrendo y en materia de humor da vergüenza ajena. Por momentos el film no tiene nada que envidiarle a Los Superagentes: Nueva generación, con Fabián Gianola. De hecho (y esto no es broma), la persecuciones automovilísticas tuvieron un mejor nivel de realización en la producción argentina que en este estreno. El problema de Comando especial no es que se haya desarrollado por el lado de la parodia, sino que el humor del film es irritablemente estúpido y forzado, como si hubieran hecho la película para el club de fans del programa Jackass. Lo peor encima es la duración donde los 112 minutos se vuelven una tortura con persecuciones aburridas que son un insulto para el género de acción. Hay un par de cameos locos de los protagonistas de la serie original donde hay que destacar la coherencia en la vida de Johnny Depp. Definitivamente es un tipo íntegro y fiel a sus convicciones. Toda su vida odió haber formado parte de Comando especial porque el programa lo convirtió en un ídolo adolescente y el quería ser tomado en serio como actor. Son conocidas sus anécdotas donde hacía todo lo posible para que los echaran del programa. Si algo le faltaba para coronar todo su odio a Comando especial era formar parte de esta película que destruye todo lo que represento la serie. Tal vez haya gente que disfrute de este tipo de humor o no se enganche con el género de acción y esto lo consideren un film digno. Lo único que tengo claro es que necesitamos urgente en el cine el regreso de los Expendables. Como diría el querido Roger Murtaugh de Arma Mortal: “Estoy demasiado viejo para esta mierda”.