Radu Mihaileanu. Tengo un gran afecto por este sujeto ya que en 1999 cuando era estudiante de periodismo tuvo la humildad y amabilidad de darme una larga entrevista sin importarle que sus declaraciones fueran para un trabajo práctico. En ese momento vino a Buenos Aires como invitado de la primera edición del BAFICI donde, si no recuerdo mal, competía en la selección oficial con El tren de la vida, una gran película que abordaba con humor el tema del Holocausto. Mucho más profunda que La vida es bella, de Roberto Benigni, que también trabajó de una manera similar ese hecho histórico Lo cierto es que conseguir la entrevista con él en ese momento fue un golazo y Radu me hizo un enorme favor para un trabajo importante. Desde entonces siempre seguí sus filmes que realmente están muy buenos. Lo que me gusta del cine de Mihaileanu es que a diferencia de otro colegas suyos no confunde el arte con el aburrimiento y las historias que cuenta suelen ser muy emotivas. El tipo logra engancharte con los conflictos y sus personajes y además trabaja muy bien con el humor. Las otras películas de él como El concierto y Ser digno de ser estuvieron muy buenas y llegaron al cine en Argentina. Esta semana se estrena La fuente de las mujeres que en mi opinión es uno de sus mejores trabajos desde El tren de la vida. En un pueblo que nunca se especifica cuál es y se encuentra entre el norte de África y Oriente Medio, por una cuestión de tradición las mujeres tienen que llevar cabo tareas pesadas, como subir a una montaña para traer agua a la comunidad, ya que no cuentan en el lugar con luz o agua corriente. Mientras los hombres se encargan de sus negocios y pasan literalmente horas al pedo sin hacer nada, muchas mujeres pierden bebés al sufrir abortos y accidentes en la tarea de conseguir el agua. Un día Leila, una joven de la aldea entonces propone hacer una huelga de sexo que consiste en suprimir las relaciones entre las parejas hasta que los hombres decidan colaborar con ese tipo de tareas. Esto genera una enorme revolución en el pueblo donde las mujeres se atreven a cuestionar las tradiciones y el funcionamiento de la sociedad en la que viven. Más allá del humor y las historias de amor con el que el director encara este relato La fuente de la mujeres no deja ser una historia contundente que denuncia la manipulación de la religión por parte del hombre y las injusticias aberrantes que sufren muchas mujeres en estas culturas por cuestiones que en el fondo no resisten análisis. En este caso varios personajes femeninos sufrieron abortos trabajando en esas tareas por la simple razón que lo dicta la tradición y eso se mantiene desde hace muchos años. Lo interesante del film es que tampoco el hombre es el enemigo y la trama muestra como hay tipos que comprenden a sus mujeres y están dispuestos a generar un cambio en la comunidad y mujeres que son más machistas que sus propios maridos y les aterra la idea de desafiar la tradición. Otro aspecto notable del film es el papel que juega la música dentro del argumento, donde las protagonistas denuncian lo que viven a través de cánticos que exponen abiertamente las cosas que suceden en el pueblo y de las que nadie quiere hablar. El director Mihaileanu construye muy bien las distintas tramas que forman parte del conflicto y sumado al excelente trabajo de los actores logra que uno se preocupe e interese por las situaciones que viven las protagonistas. La fuente de las mujeres es una gran película que merece su visión.
La gran paradoja de este estreno es que se llama El último Elvis pero en realidad tiene poco que ver con Presley, la magia de su arte o el mundo loco de sus imitadores. La trama en realidad gira en torno a un hombre con serios problemas psicológicos que en la obsesión por tratar de ser alguien más se desconectó por completo de su verdadera identidad y vive totalmente ausente del mundo que lo rodea. A Carlos, el personaje principal, le pegó el fanatismo por el lado de Elvis pero creo que podría haber sido fanático de Palito Ortega y su vida no hubiera sido muy distinta. El film es interesante por ese lado al seguir la rutina diaria de este hombre que quedó atrapado en su propia trampa de fantasías adolescentes y no lograr encontrar una salida para encaminar sus relaciones familiares y su vida. Carlos vive en un mundo de espejos tratando de ser alguien que no es. Desde la realización El último Elvis es impecable y trabaja estas cuestiones de un modo interesante, al menos hasta los últimos minutos del film El director Armando Bo (quien fue guionista de Biutiful, de Alejandro Gonzáles Iñárritu) lleva muy bien el relato desde la narración, que se apoya más en la fuerza de las imágenes que en las grandes escenas de diálogos. También se destaca la fotografía de Javier Julia y la realización de las secuencias musicales que son muy buenas. Esto nos llevar directamente a mencionar lo mejor de la película que es el trabajo del protagonista John McInerny. No tengo idea donde sacaron a este tipo pero es genial. Sus interpretaciones de las canciones de Presley son brillantes y sorprende con algunas obras muy difíciles de replicar como “Unchained Melody” que hace en un piano y remite a un momento histórico del verdadero Elvis. Antes de morir, cuando ya estaba muy enfermo, Presley hizo ese tema en un piano durante un concierto que se registró en video y es un momento de su carrera totalmente desgarrador porque literalmente entregó su corazón y alma en esa canción. Es muy escalofriante y doloroso de ver porque al poco tiempo se murió y dejó todo en ese escenario. Deben ser muy pocos los imitadores de Elvis en el mundo que pueden brindar una interpretación tan apasionada de esa canción como la que entrega John McInermy en esta película. Por eso lo suyo es excelente. Lamentablemente el film decae luego en lo argumental. El último Elvis es una muy buena película hasta los 10 minutos finales donde los guionistas derraparon por completo y se estrellaron en la banquina con un cierre inverosímil y grotesco que me pareció completamente tirado de los pelos. Salvo que explicaran que el personal de seguridad de Graceland (muy bien recreada, por cierto) fue entrenado por el jefe de policía Gorgory de los Simpsons, no hay manera de creerse las acciones del protagonista hacia el final. Es como que se desesperaron por darle un cierre emotivo a la historia y terminaron haciendo algo bizarro que no está en sintonía con el tono que tenía la trama hasta ese momento. Una lástima porque venían ofreciendo un buen cuento.
El sueño del pibe comiquero hecho realidad. Probablemente al leer estas líneas todavía no viste la película y lo que puedo asegurarte es que Los Vengadores es todo lo que te imaginás y más. Hablamos de una de las fiestas pochocleras y comiqueras más importantes de las últimas décadas. Es muy loco porque estás en el cine sentado en tu butaca con los anteojitos y mirás a la pantalla y no podés creer lo que está sucediendo frente a tus ojos. Todos esos íconos populares del universo Marvel que siempre vimos juntos en el papel ahora cobraron vida en un film live action que para los amantes del género (tanto en la historieta como en el cine) es sencillamente inolvidable. La trama de Los Vengadores se vino construyendo desde la primera entrega de Iron Man y la virtud del trabajo del director Joss Whedon reside en que supo ensamblar a la perfección todos estos personajes fuertes para brindar una gran aventura épica de superhéroes. El film dura 142 minutos y no da respiro desde la primera escena. No pierden tiempo en presentaciones. Todo el mundo ya conoce los orígenes de los personajes y en este caso los reunieron para que trabajen juntos en una misión. La historia es super sencilla y clásica pero funciona por la manera en que te la cuentan. El director Whedon, desde mi punto de vista, consiguió darle el espacio necesario a cada personaje y de esa manera logró que el gran protagonista del film sea justamente el equipo que forman los héroes. Por ejemplo, Robert Downey Jr, no sólo es uno de los mejores actores que existen en el cine desde hace décadas, sino que además sobresalió como el mejor casting que se hizo de un superhéroe desde el Superman de Christopher Reeve. Lo que hace con Tony Stark es tan grande y soberbio que una película de Iron Man sin él hoy ya no sería lo mismo. Si este film no hubiera estado bien construido desde la dirección y el guión Los Vengadores tranquilamente se habría convertido en Iron Man y sus amigos por el tremendo carisma y talento de Downey Jr. Sin embargo, el director Whedon logró darle su espacio, donde tiene diálogos desopilantes, pero siempre dejando claro en la historia que Stark es un integrante más del grupo. Me encantó que dentro de la ficción Iron Man le cediera el rol de liderazgo al Capitán América y lo dejara comandar las acciones del equipo, que es como debe ser, por una cuestión de trayectoria y tradición comiquera. La película, al igual que los filmes de Iron Man, combina muy bien el humor con la acción y entre las escenas donde interactúan los héroes entre sí hay momentos fabulosos. En materia de acción la película es extraordinaria y Whedon brinda secuencias maravillosas, especialmente hacia el final donde te volvés loco. En un momento hay una toma en plano secuencia donde la cámara va siguiendo a todos los Vengadores en acción que es maravillosa. Hay algo de este estreno que merece un párrafo aparte. REVELACIÓN TOTAL DE LA PELÍCULA: HULK!!! Es loquísimo porque lo que no pudieron hacer dos largometrajes dedicados a este personaje Joss Whedon lo logró en el film de Los Vengadores. Hulk no sólo se roba mal la película, con un par de escenas memorables que quedarán en el recuerdo de los fanáticos, sino que además Marvel brindó la mejor interpretación que se hizo del personaje en el cine. En este film uno puede ver y disfrutar la cualidades que hicieron de este antihéroe uno de los personajes más queridos de este universo de ficción. Acá finalmente retrataron al Hulk zarpado y desatado que mucho de nosotros conocemos de las historietas y nunca terminaba de aparecer por completo en las otras producciones. El intercambio ideológico que en un momento el gigante verde tiene con Loki es sencillamente de antología. Con todo respeto, pero si esa escena no te roba una sonrisa deberías saber que sos un zombie o miembro de FIPRESCI, que para el caso es lo mismo. Es una pena que Edward Norton no regresara para interpretar a Bruce Banner porque la película hubiera sido perfecta, pero es justo reconocer también que Mark Ruffalo hizo un muy buen trabajo en el rol del científico. Los Vengadores es una fiesta que no tiene desperdicio y no se puede dejar pasar en el cine. Un auténtico bálsamo de felicidad para tu niño interior.
Amanda Seyfried necesita cambiar urgente de representante. Dentro de las actrices de su generación claramente sobresale entre las mejores que surgieron en los últimos años y tiene un gran potencial para hacer una gran carrera en el cine, pero en el último tiempo no para de elegir proyectos mediocres que no están a la altura de lo que ella pueda dar como artista. De hecho, es tan buena actriz que por lo general siempre sale bien parada de los filmes malos que vienen haciendo últimamente como Miedo al amanecer, Diabólica tentación, Caperucita Roja y Querido John. Por eso da lástima verla en este tipo de trabajos porque que es una figura que da para mucho más. El film presenta una premisa que en principio funcionaba para una buena película de suspenso. En este caso una mujer que fue víctima de un secuestro en el pasado es la encargada de buscar a su hermana que habría sido raptada por el mismo asesino serial que la capturó a ella un tiempo atrás. A esto se le suma que la policía cree que la protagonista está enferma y aparentemente su secuestro nunca habría ocurrido. Había elementos para hacer un film entretenido y es muy probable que la misma historia con un director competente hubiera presentado una película más decente. En este caso la dirección corrió por cuenta del realizador brasileño Heitor Dhalia, quien no hizo otra cosa que ofrecer una película mediocre y previsible donde cuenta esta trama con todos los clichés posibles del género. Por no mencionar que el personaje principal investiga, usa armas y maneja autos mejor que todos los policías de la trama. Lo cierto es que el suspenso brilla por su ausencia. 12 horas es la típica película clase B hecha para televisión que canal 9 te pasa un domingo por la tarde para rellenar la programación. Se puede invertir la salida al cine en otras propuestas mejores. La verdad que es un milagro que esto se haya hecho para la pantalla grande. Ojalá podamos ver pronto a Amanda Seyfried en una buena película otra vez porque es una actriz que debería trabajar en producciones de mayor nivel.
Si algo queda claro después de ver esta película es la compresión de por qué el escritor Hunter S. Thompson mantuvo archivada esta historia en un cajón durante décadas (Ver Dato Loco). La verdad que “The Rum Diary”, el libro sobre el que se basa este film, no es ni por asomo su mejor material. Hunter S. Thompson, no sólo fue un ícono entre esos “escritores malditos” de la literatura norteamericana como Jack Kerouac, Charles Bukowski y William S. Burroughs, sino que además fue un auténtico revolucionario del periodismo. Thompson fue el creador de los que se conoce como el “periodismo Gonzo” que es un estilo narrativo donde el reportero se involucra en la noticia narrando los hechos en primera persona. En realidad esto ya existía antes que este autor fuera conocido, pero es cierto que él fue que lo hizo popular con sus trabajos a partir de los años ´70. Su obra más conocida es “Panico y locura en la vegas” que fue muy bien adaptada en el cine por Terry Gilliam, en una loca película con Johnny Depp y Benicio del Toro de 1998. Los que esperen encontrar en Diario de un seductor algo parecido a ese trabajo de Gilliam van a salir desilusionados del cine. Principalmente porque se trata de una historia diferente que evoca los comienzos de Thompson antes de que se convirtiera en ese particular personaje que brindó libros como “Pánico y locura”. En este caso se narra sus comienzos en el periodismo en Puerto Rico durante fines de los años ´50 y los miembros del reparto tienen el mérito por evitar que este estreno no resultara un bodrio. Johnny Depp, especialmente, Giovanni Ribisi y el resto de los actores fueron los que terminaron por hacer llevadera una historia que carece de un conflicto interesante. Salvo por el hecho de seguir al protagonista dando vueltas por Puerto Rico no hay ninguno elemento atractivo que genere una atracción por la cosas que suceden en la trama. No en vano Thompson tardó décadas en conseguir que se publicara “The Rum Diary”, que escribió a los 22 años, porque ningún editor le veía potencial a la historia. No deja de ser llamativo también que Depp como productor ejecutivo de este film delegara la dirección en Bruce Robinson, un tipo que hace muchísimo tiempo estaba desaparecido del mundo del cine. Su último trabajo fue en 1992 cuando estrenó Jennifer 8, un thriller de medio pelo con Andy García y Uma Thurman. Diario de un seductor tampoco es otro gran aporte a su filmografía. En fín, lo cierto es que los actores en este caso fueron los responsables de salvar una película que podría haber sido mucho peor.
Piratas es un simpático regreso de los estudios Aardman al arte de la animación con plastilina y arcilla que en el pasado brindó grandes historias como Pollitos en fuga y Wallace & Gromit: La maldición de los vegetales. El nuevo film no está al nivel de esas producciones y se nota que el director Nick Park no trabajó personalmente en esto, pero es una propuesta dentro de todo entretenida, al menos durante la mayor parte de la historia. Una cosa que me llamó la atención de Piratas es que creo que se trata de la producción más políticamente incorrecta de Aardman. La película tiene un humor mucho más acido y negro que otras producciones de esta compañía, a tal punto que tuvieron que cambiar una escena del film que no cayó bien en Europa (ver Dato Loco). Es como que los guionistas estuvieron un poco más filosos. Es muy raro encontrar un film inglés que apunta comercialmente a un target familiar y se burla con saña y malicia de la monarquía inglesa. En este caso trabajaron con personajes reales como Charles Darwin y la Reina Victoria que no quedan precisamente bien parados. Piratas es una buena película de Aardman pero no es lo mejor que brindaron en el cine. El inconveniente que tiene pasa por una cuestión argumental. La trama comienza muy bien pero hacia la mitad de la película surgen algunos baches narrativos donde se vuelve algo aburrida. El problema es que tiene demasiadas escenas de diálogos donde los personajes se la pasan planeando cosas y la diversión se estanca y puede resultar un bodrio, sobre todo para los más chicos. Después cuando se acerca la resolución de la historia la película recupera el entretenimiento otra vez. Creo que esto tuvo que ver con el hecho que el film es una adaptación de una saga literaria “Pirates!”del autor inglés Gideon Defoe. La película condensa los primeros dos libros y combinaron dos tramas sin demasiada necesidad, cuando se podrían haber concentrado en una historia concreta. Lo mejor de este estreno es el tremendo trabajo de realización que es impresionante. Todos los detalles que tienen los personajes, tanto en sus vestuarios como en sus rasgos personales y los escenarios realmente te dejan impactado. Este tipo de animación donde sobresale un espíritu artesanal, que perdieron en la actualidad la mayoría de la producciones realizadas íntegramente en CGI, cuya estética es similar en todos los filmes, requiere un trabajo descomunal de dedicación y paciencia que no se puede dejar de destacar. Al margen de esas cuestiones argumentales mencionadas, que me parece afectaron un poco a la trama, Piratas es una buena obra de los estudios Aardman que merece su visión.
Si amás las películas de zombies es imposible que las pases mal con estas propuestas aunque en el fondo sabés que siempre ofrecen lo mismo. Por alguna razón los muertos vivos suelen resultar divertidos inclusive cuando los filmes no son buenos. REC 3 es una producción española que presenta cambios radicales con respecto a las entregas anteriores. De movida, creo que es una comedia de terror donde hay escenas que están más en sintonía con Shawn of the Dead ( Simon Pegg) que las cosas que vimos en los capítulos previos. El humor negro y disparatado acá cobró un protagonismo importante y eso ya brinda claramente una película distinta. REC en su momento fue una experiencia original y aterradora en el cine. Con la tercera parte lo que vas a experimentar es risa. Algunos personajes como el camarógrafo barbudo (que debió tener más presencia en la historia), Johnny Esponja y los tipos que combaten zombies con armaduras medievales son elementos grotescos que generan que esta historia sea más bizarra y graciosa. Es entendible que después de dos películas el factor sorpresa se perdiera y los realizadores intentaran hacer algo distinto. Sin embrago, la paradoja de este estreno es que en ese esfuerzo por brindar algo diferente los productores generaron que REC dejara de ser REC y es como que la magia se perdió. Inclusive esto está planteado desde la narración. Sólo los primeros 20 minutos, donde se presenta el conflicto, fueron filmados con el estilo documental que hizo tan especial a la primera entrega. El resto de la historia es narrado como una típica película de terror donde seguimos a un grupo de personajes tratando de sobrevivir el ataque de los zombies. En REC 3 el director Paco Plaza ofreció un film más sangriento y grotesco que las películas anteriores donde parecería que la intención principal de esta propuesta fue la de evocar clásicos del género como El regreso de los muertos vivos, Braindead (Peter Jackson) y Noche Alucinante (Sam Raimi), que en el pasado combinaron de la misma manera el humor con el terror. Hay programada una cuarta entrega de esta serie, titulada Apocalipsis, que será realizada por Jaume Balagueró. Esperemos que el director lleve a los zombies españoles a sus raíces y ofrezca un buen film de terror en lugar de una parodia.
Uno de los mejores trhillers que vas a ver este año en el cine. El líder es otra gran producción entre los hermanos Scott (Tony y Ridley) y el director Joe Carnahan, quien para mí es uno de los grandes realizadores que brindó la producción independiente norteamericana. Pese a tener una corta carrera (Sangre, balas y gasolina, Narc, La última carta y Brigada A) el tipo hizo muy buenas películas en los últimos años dentro del género del suspenso y la acción. No es de esos directores que hacen un film todos los años por el cheque de un estudio de Hollywood, porque que el tipo es gestor de sus propios proyectos, donde además suele ser el guionista, y se toma su tiempo para estrenar algo nuevo. Después del despliegue pirotécnico y escenas zarpadas con tanques que disparaban mientras caían en el cielo, que presentó en Brigada A, Carnahan regresó con una propuesta totalmente distinta que tiene un mayor contenido dramático que sus filmes anteriores. El líder es una gran historia de supervivencia que se destaca por combinar varios géneros. Se trata de un film donde está muy presente la aventura, pero también tiene bastante fuerza el suspenso e inclusive el terror. Los lobos de esta película son mucho más aterradores que los fantasmitas neuróticos de Actividad Paranormal. En este caso vos como espectador vas a tener la sensación de que sos uno más del grupo que sobrevivió un accidente aéreo y quedó varado en Alaska rodeado de lobos hambrientos. Por ahí pasa el gran trabajo de Carnahan que logra que no puedas quitar los ojos de la pantalla durante toda la historia por la intriga de saber como van salir de esa situación los protagonistas. Liam Neeson la rompe una vez más con un personaje que recuerda esos a esos viejos héroes de Hollywood que en el pasado interpretaron John Wayne y Clint Eastwood. Ottway, su personaje, puede ser un cabrón pero antes una situación de peligro como la que propone la trama es el sujeto que te gustaría tener de tu lado. Esto ya parece una oda a Joe Carnahan, pero no puedo evitar mencionar el tremendo laburo que hizo con el retrato de los paisajes naturales que son increíblemente hermosos, más allá de las cosas terribles que ocurren en la historia. Escenarios, que por otra parte, se vieron embellecidos por la fabulosa fotografía de Masanobu Tayanaka (Babel). Me encantó este film. El líder es una de las mejores películas que vi en estos primeros meses del 2012 y definitivamente merece su recomendación. IMPORTANTE: Después de los créditos finales hay una breve escena extra.
Tenemos que hablar sobre Kevin es uno de los filmes más perturbadores e interesantes que se estrenaron en el último tiempo. Se trata de un viaje por el lado oscuro de la mente humana que ofrece una experiencia mucho más aterradora que los decadentes filmes de horror que pudimos ver en el cine recientemente. La directora Lynne Ramsay, quien se destacó en la producción independiente, con su loca película Morven Callar (estrenada en Argentina hace unos años) en este caso brinda un fascinante estudio sobre los orígenes de un asesino serial con un enfoque narrativo muy interesante. Ramsay construye la historia como si se tratara de un rompecabezas, donde brinda las distintas piezas como escenas fragmentadas que representan los recuerdos de la protagonista. Lo que en un principio parece algo caótico, a lo largo del film, cuando empezamos a conocer los detalles de la vida de Kevin y su familia, luego todo cobra más sentido. De haber tenido una edición lineal la experiencia de ver este film me parece que no hubiera sido la misma. La historia está basada en la novela homónima de Lionel Schriver, que sobresalió en su momento por la manera en que encaró esta temática. Tenemos que hablar sobre Kevin va más allá de los crímenes que cometió un psicópata, ya que la película se centra en otras cuestiones como la responsabilidad de la maternidad, el rol de los padres y su influencia en el desarrollo de sus hijos y la interrelación entre ellos en la vida cotidiana. La gran paradoja del título es que nadie jamás habló sobre Kevin y a la larga su destino tuvo mucho que ver con eso. Uno de los aspectos notables del trabajo de la directora Ramsay es que su narración no se detiene a juzgar a los familiares o la educación que le dieron al chico, sino que nos conduce a modo de viaje voyeur por los hechos que desencadenaron el horror. Todo esto es narrado desde la psiquis de la madre del asesino, interpretada por una tremenda Tilda Swinton, que compone a una mujer muerta en vida. Los tres actores que interpretan a Kevin, en distintas etapas de la historia, son increíbles, especialmente Ezra Miller, quien encarna al protagonista en su adolescencia, y se nota también en este aspecto el gran trabajo de dirección. La verdad que no vas a salir con un sonrisa del cine, porque la experiencia que ofrece la película es perturbadora, pero es una propuesta que permite reflexionar sobre varias cuestiones que afectan a la sociedad que vivimos y eso es mucho más de lo que brindan otros estrenos.
El director francés Jean-Jacques Annaud (Siete años en el Tibet, El Nombre de la Rosa) regresó al cine con una propuesta clásica de aventuras que por estos días son especies en extinción. Me refiero a esa clase de filmes donde tenés dos ejércitos que combaten entre sí y los guerreros no son creados por animación computada, sino que podés ver en acción a los extras de carne y hueso como antes. Si sos amante del cine es absolutamente imposible sentarte a ver este film sin pensar en la legendaria obra de David Lean, Lawrence de Arabia, a la que el director nos recuerda con distintos elementos como la música, la fotografía y esos increíbles paisajes en el desierto. No estoy diciendo con esto que la película esté al mismo nivel que ese gran clásico, pero si me parece obvio que Annaud intentó evocar ese tipo de relatos de aventuras. Es interesante porque desde aquella producción de 1962 la verdad que no se hicieron grandes filmes memorables con esta clase de historias que los tiene a los sultanes como los heroicos protagonistas. Una de las virtudes de esta producción es que conserva ese espíritu artesanal que tenía el viejo cine hollywoondense donde las secuencias de acción contaban con cierto realismo. Annaud hizo un muy buen trabajo con la reconstrucción histórica y la manera en que trabaja el choque de culturas entre Oriente y Occidente que es uno de los principales motores del conflicto. Lo mejor de este film y el motivo por el que en mi opinión vale la pena darle una oportunidad son los trabajos de Antonio Banderas y Mark Strong. Banderas compone un villano inescrupuloso, que por momentos llega a ser algo grotesco, pero te saca una sonrisa por su falsedad y capacidad de manipulación. Algunas de las escenas más simpáticas de este film son protagonizadas por él. La verdad que no sé si me convenció del todo que era un jeque árabe, pero es muy divertido lo que hace. Al menos logra capturar mejor tu atención que el verdadero protagonista de la historia, interpretado por Tahar Rahim, cuya ultra pasividad frente a los conflictos que enfrenta lo convierten en un héroe flojo y aburrido. Por otra parte, tuvo que ser una producción francesa la que le permitiera a Mark Strong demostrar su talento como actor. Últimamente en Hollywood lo encasillaron en el papel de villano y si revisás sus últimos trabajos vas a ver que viene interpretando personajes muy similares. El Sultán Amar que encarna en El príncipe del desierto no sólo es el rol más humano de su filmografía reciente, sino que es un papel interesante porque le permitió desarrollar un trabajo más dramático En esta película Strong está excelente y me atrevería a decir que es la figura más destacada del reparto. En términos generales El Príncipe del desierto está bien hecha pero le juega en contra una narración algo lenta, que hace más larga a la trama de lo que debería, y un guión que nunca termina ser del todo emocionante para la clase de género que aborda. El director Annaud no logró superar con esta producción su labor en la excelente Enemigo al acecho (Jude Law), pero dentro de todo ofreció un film decente de aventuras