Luego de que David Dunn logre rescatar a un grupo de chicas que iban a ser ofrecidas en sacrificio a La Bestia, tanto el apodado Centinela como Kevin Wendell Crumb son llevados a la misma instalación mental donde se encuentra Elijah “Mr. Glass” Price. En dicho lugar, serán tratados por la psiquiatra Ellie Staple, quien se propone demostrarles, que ninguno de ellos es en realidad un meta humano, y son solo personas normales y corrientes, con la realidad distorsionada. Luego del enorme hype provocado por el final de Fragmentado, llega a nuestras salas Glass, la conclusión de este universo de superhéroes creado por uno de los directores más irregulares y poco confiables de Hollywood, M. Night Shyamalan. Y debemos admitir, al menos en caso de quien les habla, que ir al cine tan expectante terminó jugando en contra, porque si bien Glass no es la mediocridad que dicen algunos, tampoco es una gran película, hasta podríamos decir que ni siquiera es buena. Sin entrar en el terreno de los spoilers, tenemos que mencionar que estamos ante un film lento. De hecho, su narración recuerda bastante a El Protegido, donde paso a paso, se hacía una analogía sobre los superhéroes y qué pasaría si existieran en el mundo real; cuales serían sus ventajas y debilidades, y en que se exageraría con sus homónimos del comic. Y toda esta construcción, es lo mejor que ofrece Glass hasta… Sí, por desgracia, y lo que muchos temían, sucede en esta película. El famoso giro “a lo Shyamalan“ se hace presente, y no de buena forma como pasó con Fragmentado o la ya citada El Protegido, sino al más puro estilo El fin de los tiempos (esa donde Mark Wahlberg da la peor actuación de su vida). Así que todo lo que se venía construyendo a paso firme y de a poco, se derrumba por obra y gracia del propio director. Por suerte para el relato, los actores principales están a la altura de lo que se esperaba. James McAvoy vuelve a dar una interpretación brillante al dar vida aun a más personalidades de Kevin, mientras que Bruce Willistranquilamente podría retirarse ahora, tras haber dado un buen trabajo después de tanta bazofia que venía haciendo. Eso sí, personajes como el de Anya Taylor Joy se sienten como puro relleno, para que cada uno de los tres meta humanos tengan un personaje secundario que le haga backup a su historia personal. Lo mismo podría aplicarse a la madre de Mr. Glass. Glass termina siendo una película correcta y ya. Demasiado poco para el hype que se tenía con el trailer visto en la Comic Con, pero a la vez, es una cachetada de realidad para el espectador. Nunca hay que confiar del todo en M. Night Shyamalan.
En un futuro distópico, la humanidad vive en ciudades motorizadas, siendo Londres la más poderosa y peligrosa de todas. Luego de que la gran capital absorba un pequeño poblado, Hester y Tom deberán escapar de Thaddeus Valentine, quien lejos está de ser ese gentil Capitán que se muestra en todos lados; y quien tiene un plan secreto para acabar con todo intento de que las personas vuelvan a vivir en un lugar estable. Con unos meses de retraso llega a nuestros cines Maquinas Mortales, una nueva adaptación de una saga juvenil de libros; que para ser sinceros, como espectadores de cine, hubiéramos preferido que esta historia, se quede en las estanterías de las librerías. A todos los clichés que se pueden entrever en la sinopsis del primer párrafo, debemos sumar que el film falla en algunas sub tramas que no aportan nada al arco argumental principal. Para poner un ejemplo; se nos presenta un personaje (claro homenaje/plagio a un T800) que tiene conexión con el pasado de Hester. Toda esta sub trama tiene su desarrollo y final, pero si la sacamos de la historia principal, la película sigue funcionando igual, ya que no afecta a ningún personaje, sea del bando que sea. Pero no todo es desastroso en Maquinas Mortales. El apartado visual es tremendo, y se nota que el equipo de trabajo de Peter Jackson se encuentra detrás de este proyecto; incluido el propio Jackson quien hace las veces de productor. Desde la espectacular escena de persecución entre ciudades con las que inicia el film, hasta el diseño de las mismas o las naves aéreas, la película está a la altura de lo que un blockbuster debe ofrecer al espectador. Esto, sumado a alguna que otra escena de acción (en especial las que son enfrentamientos con máquinas), sube un poco el nivel y saca del sopor al espectador. Porque por desgracia, el resto de los apartados se quedan en él debe. Cuesta entender porqué Hugo Weaving se marchó enojado de Marvel Studios por lo que hicieron con su Red Skull, y luego verlo en proyectos de este calibre… y el resto del elenco tampoco suma demasiado, cumpliendo apenas correctamente cada uno su rol. Maquinas Mortales no ofrece nada nuevo en lo referente a “mundo post apocalíptico con protagonistas adolescentes”; sub género que parece no haberse establecido tras Los juegos del hambre. Con apenas una fotografía y efectos a destacar, es demasiado poco para competirles a otros tanques hollywoodenses que tratan de darle algo más al espectador.
Miles Morales no se siente cómodo en su nuevo colegio, y por eso se refugia con su tío, Aron. Luego de una salida nocturna entre ambos, Miles es picado por una araña radioactiva, al mismo tiempo que en plena batalla de Spider-Man, se activa un colisionador de partículas que abre una brecha entre diferentes universos. Ahora varios trepa muros de distintas dimensiones, deberán unir fuerzas para salvar toda la realidad de un peligroso y temido villano. Con un poco de retraso, nos llega Spider-Man: un nuevo universo, película que a nivel mundial venía recolectando buenas críticas, y que en Argentina tenemos días después de que se alzara con el Globo de Oro a Mejor Película Animada. Imaginen el mega hype que tenía un nerd como quien les habla a la hora de entrar a la sala. Mucho se dijo sobre si es la mejor película del trepa muros, y la verdad cuesta decirlo teniéndola tan fresca; pero sí que es una gran obra sobre el arácnido. Y empecemos por lo bien contada que está la historia del multiverso. Uno de los puntos a destacar, es que contrario a lo que se podía esperar, se decidió en centrar el protagonismo en un único personaje, con el resto de las “arañas” siendo sus mentores y asistentes. Eso hace que la historia sea mucho más funcional para el espectador casual, además que la vuelve dinámica sin tener que correrse del eje principal a cada momento para contar que anda haciendo alguno de los Spider-Man. Otro factor clave es la animación. Alejándose del tradicional cgivisto en casi todas las producciones mainstream, la estética que presenta Spider-Man: un nuevo universo sale de lo convencional y le da un aire a “film único” que se extrañaba en la animación. Y lo mejor es que en algunos momentos se utiliza este estilo particular para jugar con la idea del multiverso arácnido a punto de colapsar. Quizás como único punto negativo, podemos decir que el villano no es el que se esperaba ante un evento de tal magnitud. Sin develar de quien se trata, diremos que sí, se encuentra entre los recurrentes del trepa muros, y que su motivación es súper entendible y hasta en cierto punto uno haría lo mismo. Pero viendo la galería de enemigos de Spider-Man, quizás alguien más poderoso hubiera podido ocupar su lugar. Spider-Man: un nuevo universoes una gran película de animación, y mejor aún film de superhéroes. No nos queda otra opción que coincidir con las críticas que nos venían llegando desde otros países, y recomendarles que corran al cine a verla. Porque quizás, también estemos ante el puntapié inicial de una futura saga, y de varios spins off de personajes que tenemos en esta propuesta. Lo dicho, cita obligatoria en la gran pantalla, y seguramente una de las mejores cintas del apenas iniciado 2019.
Ralph y Vanellope conservan la amistad que los unió hace años, y todos los días se juntan a charlar luego de que el local de arcades cierra. Pero la joven protagonista de Sugar Rush se siente estancada en su vida, y tras un intento de ayuda por parte de Ralph, Sugar Rush es sacado de funcionamiento tras romperse el volante. Ahora ambos deben encontrar la forma de pagar el repuesto, por lo que se tienen que aventurar el peligroso y desconocido mundo de internet. Luego de seis años de la primera parte, nos llega la secuela de este carismático personaje (inventado) de videojuegos; que se debe adaptar a los tiempos que corren. Y antes de continuar, debemos disipar la mayor duda de todos ustedes: no, no estamos ante algo similar a Emoji Movie. La mayor virtud de Wifi Ralph, es que la frescura vista en Ralph el Demoledor, se mantiene intacta. Los personajes siguen siendo simpáticos, queribles y carismáticos, y si bien el factor sorpresa se pierde porque ya sabemos la personalidad del dúo protagonista, esto no le resta puntos al film. Lo mismo que la inclusión de Shank (con voz de Gal Gadot), que si bien su presencia hace que por ejemplo, Félix o la Sargento Calhoum sean relegados a casi cameos, es una buena adición a este universo, y esperamos volver a verla (y a los últimos citados, con más protagonismo) en una eventual tercera parte. Pero teniendo en cuenta lo positivo, debemos recalar lo negativo, y es que Wifi Ralph falla estrepitosamente en su tercer acto. No solo por la ausencia de algo clave en todo relato clásico (no vamos a dar spoilers, pero se imaginarán de que hablamos). Sino que la película se vuelve simplista en todos los aspectos posibles, haciendo que extrañemos la inteligencia que mostraron los guionistas en la primera entrega. Otro error es que quizás el momento más gracioso de la película, lo vimos en el trailer, no solo quemando el mejor gag, sino una brillante idea y sorpresa para los fans más acérrimos de Disney y su universo. Wifi Ralph es una película entretenida, y para nada una mala sucesora de Ralph el Demoledor. Pero si somos sinceros, queda bastante atrás de la última nombrada. Si deciden verla en el cine, vayan teniendo esto en mente y ahí si la van a poder disfrutar; y, sobre todo, eviten ver cualquier posible trailer.
Earl Stone es un florista anciano, veterano de guerra, y por sobre todo, un pésimo marido y padre. Luego de que el banco anuncie el remate de su propiedad, y con su nieta como único familiar que le habla; a Earl le llega una extraña posibilidad de trabajo: transportar cocaína para un cartel mexicano. Mientras la DEA va acercándose a atrapar a los traficantes, Earlempieza a amasar una pequeña fortuna, utilizando el dinero para contentar a su nieta y amigos; sin saber que él mismo está poniéndose en el ojo de la tormenta. Luego de diez años, Clint Eastwood retorna a la actuación, dándose el protagónico de su nueva película. Y pese al shock inicial que causa verlo ya a sus 90 años, el viejo Clint se mantiene aún en forma, pese a que La mulano es del todo lo redonda que se podría esperar. Pese a que vuelve a interpretar su ya clásico viejo cascarrabias de buen corazón; el personaje tiene los suficientes matices como para volverse querible. Aunque esto solo vemos con el protagonista, porque no sucede lo mismo con los roles secundarios, ya que casi ninguno tiene demasiada profundidad, y solo sabemos lo justo y necesario de cada uno. Pero donde mas falla La mula, es en la historia. No porque sea aburrida o incoherente con lo que propone; sino porque en más de un momento, sobre todo cuando ya sabemos como es el nuevo trabajo de Earl, el guion parece no avanzar, estancándose en más de una ocasión, dando como resultado, el tener que presenciar situaciones que se repiten sin aportar nada más que puros minutos de relleno. A eso debemos sumarle que el final se siente precipitado; como si fuera escrito a las apuradas debido a que ya el film se había estirado más de lo necesario en el segundo acto. Quizás con veinte minutos menos, tendríamos una película más redonda. O, en todo caso, con ese tiempo siendo usado para el tercer acto. De todas formas, La mula tiene varias cosas para destacar. Una de ellas, como ya dijimos, son las actuaciones, pese a que casi ningún personaje tiene la construcción necesaria para conocerlos a fondo. Otra de ellas son los constantes gags que pululan por toda la historia. Sobre todo, los que son entre el obvio choque de realidades que sucede cuando una persona de 90 años se convierte en mula de narcotraficantes. Toda película de Clint Eastwoodque se estrena, llama la atención casi de inmediato. ya sea porque puede ser la última obra que veamos de este veterano realizador; o porque Clint tiene en su historial obras maestras. La mula esta lejísimos de entrar en la categoría recién citada; pero no por eso es una mala propuesta en este inicio de año.
La joven Charlie casi que padece su adolescencia. Se siente dejada de lado por su familia, a su amado padre lo perdió hace unos años, tiene un trabajo miserable, y no puede reparar el auto que con junto a su papá querían poner a punto. Todo cambia en el día de su cumpleaños, cuando apiadándose de ella, su tío le regala un viejo y destartalado automóvil; lo que ella no sabe es que dicho vehículo es más de lo que parece. Después de varias películas de cuestionable calidad, pero buena recaudación, nos había llegado la noticia de un spin off centrado en Bumblebee. El escepticismo era obvio, pero al recibir las primeras buenas críticas, había un poco de luz al final del camino. Y por suerte podemos confirmar esas impresiones. La mayor virtud de Bumblebee es su simpleza. Atrás quedaron enormes batallas con decenas de robots y una cámara con movimientos epilépticos que nos hacía adivinar que estaba sucediendo en pantalla. Un claro ejemplo del cambio de rumbo, es que, en toda la película, solo tenemos guerreros: el héroe y los dos villanos. Otro punto a favor, es que al final de los créditos, vemos que uno de los productores ejecutivos era Steven Spielberg, y después de ver el film y pensándolo bien, nos damos cuenta que el Señor Spielbergo seguramente metió mano en el proyecto; porque durante las dos horas de metraje, tenemos una sensación a E.T difícil de sacarnos. A esto debemos sumarle un acertado protagónico por parte de la joven Hailee Steinfeld. La muchachita vuelve a mostrar que es una de las mejores actrices de su generación, y que se puede bancar un protagónico sin dificultades. De hecho, esta en un 90% de toda la película, siendo quizás el inicio la única secuencia donde no la vemos. Y si bien sabemos que John Cena no es ni de cerca un buen actor; el acertado papel que le dieron, le sienta bien al ex wrestler. Pero no todo está bien en Bumblebee. Parece ser que es una obligación, que, si se tiene a una protagonista adolescente, se la debe mostrar siendo humillada por los populares de su instituto (y es ley que la “mala” sea rubia prototipo de Barbie). Y en este film eso sigue estando presente, pese a que no aporta nada a la trama principal, y solo come minutos de puro relleno que estira el metraje sin necesidad. Siendo la más simple y sencilla de todas las Transformers hasta la fecha, Bumblebee se posiciona como la mejor y por mucho margen (tampoco la tenía demasiado difícil). Si les gusta la saga, es de visionado obligatorio en el cine; y si solo buscan pasar unas entretenidas dos horas, es una buena opción también.
Una joven pareja pronta a casarse, decide pasar los días previos a la boda en una casa cercana a un lago, propiedad del futuro marido. Luego de que la despedida de soltero se pusiera un poco tensa, él decide ir al muelle a pensar en su futuro, momento en el que se aparece una extraña mujer, que le deja una vieja peineta. Lo que parecía un extraño encuentro, termina en una pesadilla, cuando un antiguo ser quiere apropiarse del novio, mientras el resto de la familia deberá buscar la forma de deshacerse de dicha criatura. Desde Rusia nos llega una película de terror, que lo más interesante que tiene para ofrecer; es precisamente su país de origen y el género en si (estamos acostumbrados a que todo el cine europeo que nos llega se limita a los dramas). Y eso es todo. Si, sonamos lapidarios al extremo, pero es que La sirena: la leyenda jamás contada, hace todo lo posible para situarse entre lo peor del año, ya que falla en casi todos los apartados en los que una película no debería. Y más si estamos hablando del horror. Lo primero que no logramos entender de La sirena: la leyenda jamás contada es su nombre. Nunca vemos a la mitológica criatura en pantalla. Y si por sirena, se referían de forma metafórica al espíritu de una mujer ahogada, que busca atraer a su víctima al agua; la verdad es que ese mote se siente bastante rebuscado. Pero sacando el detalle del nombre; el film nunca logra asustar. No solo porque la historia es súper conocida (persona que muere de forma trágica y su espíritu se queda en el lecho de muerte, acechando futuras víctimas). Sino que todos los intentos de sustos, son en base a jumpscares que ni siquiera están trabajados en los momentos previos. Mientras vemos el film, podemos adivinar cuando vamos a sufrir el subidón de volumen que intentará sobresaltarnos. Los valores de producción tampoco destacan demasiado; notándose el bajo presupuesto y la poca imaginación para disimularlo, casi a cada momento. Desde escenarios reciclados donde se nota que solo cambio el tratamiento lumínico; así como el aspecto de la supuesta sirena; dejan una sensación de que estamos ante un proyecto amateur de estudiantes de cine, y no de una película hecha por un realizador que ya tiene varias cintas en su haber. La sirena: la leyenda jamás contada termina cerrando el año de mala forma para el género del horror, que en este 2018 nos dejó varias buenas entregas. Estamos ante el claro ejemplo de película que termina dándole la razón a aquellos que aseguran que el terror es un género menor y en caída libre.
Luego de los eventos vistos en La liga de la justicia, Mera insiste en que Arthur ocupe su lugar como legítimo rey de Atlántida; en especial para evitar que su medio hermano Orm, le declare la guerra a la superficie, acabando con el mundo que Arthur tanto ama. Ahora el medio atlante deberá enfrentar su destino mientras rememora y hace las paces con su infancia y adolescencia. Tenemos nueva entrega del DCEU, y como no podía ser de otra manera, Aquaman, venia cargada de sospechas; ya que seamos fans o no de dichas películas, hay que reconocer que dicho Universo Cinematográfico es por demás regular. Pero por suerte, la aventura en solitario de Arthur Curry, está a la altura de su personaje. Aprovechando de que ya vimos al héroe atlante en La liga de la justicia, la película no da demasiadas vueltas a la hora de contarnos los poderes de Arthur. Ese tiempo es aprovechado para indagar en su pasado, y, por ende, en las motivaciones; tanto del héroe como de los antagonistas. Es una lástima que no le dedicaran el mismo tiempo a Mera, quien, si bien su rol en el film se entiende, sabemos poco y nada de ella. Otro factor a criticar es que la película por varios momentos decae en su ritmo. En especial las secuencias en las que vemos a Aquaman y Mera en la superficie. Y antes que nos salten a la yugular, si, la persecución vista en el trailer es impresionante; pero ya la habíamos visto. En cambio, cuando la trama pasa en las profundidades del océano, la película mejora enormemente; tanto en dinámica como en nivel visual. Porque de algo que, si puede presumir Aquaman, es de su apartado visual. Atrás quedaron los mostachos mal borrados, y parece que Warner gastó lo que fuera necesario para que su nueva película no sea una burla constante por un pésimo CGI. Si bien es natural que alguna escena se sienta sacada de la Playstation 4, un film que tiene su mayoría de metraje con secuencias submarinas, se las arregla para sorprender al espectador en más de una ocasión. Otro de los puntos positivos de Aquaman, radica en los villanos. En esta ocasión tenemos dos, Orm y Black Manta; y por suerte ninguno de los dos es el típico malo porque si (algo de lo que padecía Wonder Woman). El primero de ellos odia el mundo de la superficie casi por el mismo motivo por el cual Arthur no quiere saber nada con Atlántida; mientras que el segundo tiene una vendetta personal con nuestro héroe. Amén de los diseños de ambos personajes, que en la gran pantalla se ven impresionantes. En conclusión, pese a varias cosas que podrían haber sido mejores, Aquaman es una película entretenida, recomendable, y que por fin logra que el DCEU no dependa de forma exclusiva de la Mujer Maravilla. Si son fans de los superhéroes, es cita obligatoria en el cine.
La familia Borden vive en un pequeño poblado, donde según el patriarca familiar, son vistos de reojo debido a los extraños comportamientos en sociedad de Lizzie. Cuando la nueva criada, Bridget “Maggie” Sullivan llega a la casa, Lizzie empieza a entablar una cada vez más cercana relación con ella, mientras turbios secretos familiares comienzan a salir a la luz, llevando todo a una perturbadora resolución. El asesinato de la familia Bordenrecrea los trágicos hechos que llevaron a Lizzie Borden a ser considerada la primera asesina en serie mujer conocida en Estados Unidos. Pero en lugar de regodearse en el atroz acto, el film decide mostrarnos qué es lo que llevó a la hija menor de este hogar, a ser considerada bajo tal terrible mote. Es por esto que El asesinato de la familia Borden se sustenta, casi principalmente, en las actuaciones de su elenco, sobre todo en la de sus dos protagonistas femeninas, Chloe Sevigny y Kristen Stewart; quienes a priori parece que no trasmiten demasiado, pero a los pocos minutos podemos ver, como pese a parecer dos témpanos de hielo; las mujeres están sufriendo un infierno por dentro. Por desgracia debemos mencionar el peor fallo de esta película, y es que pese a durar apenas una hora cuarenta de metraje, el relato sufre unos bajones de ritmo tremendos, logrando que la historia parezca del casi el doble. Además, debemos sumar, que al final se muestra un extenso e innecesario flashback, mostrándonos que fue lo que realmente pasó, en lugar de jugar con el espectador para que este saque sus propias conclusiones. Pero como dijimos, El asesinato de la familia Borden no se regodea en el crimen en sí, y por ende, no estamos ante un policial clásico, sino que el drama cobra prioridad en el relato. Sobre todo, en lo referente a la relación que tenía Lizzie con su conservador, pero a la vez manipulador padre. Eso sí, quizás estemos ante uno de los personajes más desechables e innecesarios del año, porque Emma Borden, solo está en la película, porque en verdad existió en los sucesos reales, y no porque aporte algo a la trama. El asesinato de la familia Bordentermina siendo una buena película, pero es de esas que cuesta recomendarla, ya que tampoco es una maravilla, o perdurará en la memoria de los espectadores. Solo podemos decir que cumple en mostrarnos los hechos (para muchos desconocidos) que llevaron a tal masacre, un par de buenas actuaciones y no mucho más. Apenas destacable en una época del año donde no tenemos grandes estrenos.
Robin de Loxley es un noble de la comunidad de Nottingham. Luego de encontrar al amor de su vida, es llamado para combatir en las Cruzadas. Al ver la brutalidad del ejército, y ser herido por sus compañeros tras intentar ayudar a un árabe, Robert se encuentra con una realidad muy alejada a la que dejó en su lugar natal. Su prometida ahora esta con otro hombre, sus posesiones fueron confiscadas por el tiránico Sheriff local. Ahora Robin deberá asumir una nueva identidad para recuperar todo lo que perdió. Nos llega una nueva re interpretación del mítico Robin Hood, y lamentamos decir que la experiencia, nos hace añorar antiguas películas inspiradas en el mismo personaje. Así que comencemos con la matanza. Para no caer en la repetición, los responsables de este proyecto, decidieron “modernizar” varios aspectos de la película para que este nuevo Robin Hood conecte con el público más joven, aquel que esta habido de acción constante y secuencias espectaculares. Y en este apartado, el nuevo acercamiento al príncipe de los ladrones, no falla. Si lo hace en casi todo lo demás. Estos momentos de adrenalina pura, distan bastante de impactar al espectador, ya que en todo momento nos recuerda a las películas de Zack Snyder, en especial a 300. Peleas en cámara lenta, donde vemos con lujo de detalle el impacto de las flechas, o personajes random caer tras un golpe mortal. Un recurso que parecía haberse dejado de usar hace al menos cinco años, es traído de nuevo a la gran pantalla, y nadie parece haberlo extrañado. Otro gran problema de la película es la pobrísima construcción de personajes. Del lado de los buenos, al parecer son todos re cancheros y simpáticos, siempre con algún latiguillo para rematar la conversación que acaban de tener. Mientras que, del bando de los villanos, tampoco vemos ninguna motivación real que los impulse a ser así, son malos porque si, y solo les faltaría reírse mientras se retuercen de forma caricaturesca un bigotito. Pese a esto, los actores logran hacer sus personajes llevaderos. Taron Egerton vuelve a mostrar que la acción le sienta bien, pero a la vez, depende bastante de estar rodeado por buenos secundarios para poder sostener un protagónico. Otro que sale bien parado es Ben Mendelsohn, quien pese a tener un personaje chatisimo, el australiano se sabe odiar. Eso sí, la presencia de Jamie Dornan en la película es casi irrisoria, más cuando vemos cual es el sentido de su personaje… Robin Hood es una pobre película que no tiene demasiado que ofrecer en el apartado de acción, y mucho menos a la hora de hablar del personaje al que adapta. Solo se la recomendamos si gustan de filmes pochocleros que utilizan leyendas conocidas, o en épocas pasadas.