Segunda Guerra Mundial. Un grupo de soldados tiene que derribar una torre cercana a una playa para garantizar el seguro arribo de las tropas aliadas al campo de batalla. Luego de sufrir un feroz ataque por el Tercer Eje, solo un puñado de soldados logra aterrizar en las cercanías de un poblado donde se encuentra la torre. Lo que ninguno de ellos se imaginaba, era lo que iban a encontrar dentro del recinto, y el experimento que estaban llevando a cabo los nazis. Operación Overlord era una película bastante esperada en algunos círculos de espectadores, ya que mezclaba algo que causa bastante morbo y gracia, y es el de los nazis con los zombies. Desde la literatura, videojuegos y el cine (a cuenta gotas), las obras que se animan a mezclar ambos mundos, suelen tener bastante fandom. Y el otro punto que causaba expectativa, es que varios intuían que esta cinta podía pertenecer al universo Cloverfield. Primero que nada, debemos aclararles que Operación Overlord, no pertenece a dicho multiverso, así que no pierdan tiempo buscando conexiones en el film, porque no las hay. Y lo segundo, es que quizás estemos ante la mejor película bélica del año. Si, como leyeron. Operación Overlord muestra algunas de las mejores secuencias de guerra vistas en lo que va del 2018, y nos animaríamos a decir que desde Hacksaw Ridge. De hecho, si le quitáramos el factor sobrenatural, la película ganaría bastante puntos, ya que tanto desde la dirección y las coreografías de tiroteos, el director Julius Averylogra toda la brutalidad que estas cintas deben tener. Con esto no queremos decir que el factor “zombies” sea pésimo, no. Las comillas las usamos porque no son los clásicos muertos vivientes que estamos acostumbrados a ver; aunque si es gente revivida; y su introducción en la trama no se nota tan forzada como cabría esperar. De todas formas, estamos lejos de hablar de una película perfecta. Las casi dos horas de duración por momentos se notan, sintiendo que quizás con quince minutos menos estaríamos ante un proyecto más redondo y evitando algunos bajones de ritmo. Lo mismo que algunos personajes poco desarrollados, como en el caso del villano, siendo plano y el clásico malo porque sí. Operación Overlord es una película que, si solo leemos su sinopsis, podría entenderse que estamos ante la clásica cinta Clase B, pero viéndola se nota que se tomaron el proyecto serio ¿Esto es bueno o malo? Depende de lo que cada uno busque como espectador. Si se quiere ver gore y comedia bizarra, definitivamente esta no es su película, pero si eso les da igual, estamos ante un film que nunca aburre y entretiene de principio a fin.
Eddie Brock es un periodista estrella, que, debido a su show, se encargó de develar varias verdades de mega corporaciones. Tras elegir mal a su nuevo rival y quedarse casi en la calle y perder todo lo que quería, Eddie logra infiltrarse en un peligroso laboratorio, donde se encuentra un parasito espacial que se adhiere a Brock, creando así al ser llamado Venom. Y finalmente llegó el día. Una de las películas que más controversia causaba en el mundo de los fans de las adaptaciones de los comics, arriba a nuestros cines, con el agregado que, en los días previos, se comenzaron a filtrar reviews y opiniones de gente que ya la había visto, y la estaba destrozando ¿Es tan mala Venom? La verdad es que no. Si tuviéramos que darle un calificativo, sería la de mediocre u olvidable; ya que estamos ante esos films que, a una semana de ser vistos, nadie se los va a acordar, y menos aún, querer comprar su merchandising. El mayor problema que presenta Venom, radica en su falta de rumbo narrativo. Casi la primera mitad de la película es un sopor en el que vemos a Tom Hardy con su historia personal, e imitando a Vincent D´Onofrio en la primera entrega de Hombres de Negro; es decir, cayendo en la comedia absurda, que en pleno 2018 ya a muchos no causa gracia. Recién y tras la primera secuencia de acción, el film arranca y no para; pero para ese entonces ya vimos 45 minutos de metraje, en el cual en más de un tramo se amaga con enfocarse en el terror. La edición (o carencia de ella) es otro fallo notable. Se nota la falta de metraje en varios tramos, así como un montaje vertiginoso que en más de una ocasión se usa para camuflar un CGI bastante pobre (súmenle que todas las peleas son de noche o con gas en el ambiente). Lo extraño es que es un problema recientemente visto en El Depredador. Así y todo, Venom cuando empieza, no aburre. Los personajes pese a que casi ninguno tiene construcción (salvo Eddie Brock), no molestan, ni se hacen irritables como si vimos en otros films comiqueros. Eso sí, el desperdiciar a Michelle Williamsdebería estar prohibido por la ley. Como verán, Venom no es buena, pero tampoco es esa basura que se veía venir según algunos comentarios. Quizás ahí esta su peor error, que se vuelve una cinta olvidable, y no directamente mala, ya que hemos vistos casos de películas terribles que se terminen convirtiendo en film de cultos, pero por desgracia, el simbionte ni eso llega a ser.
Un grupo de chicas que asiste a un instituto de un pueblo perdido en el medio de la nada y rodeado por un frondoso bosque, decide una noche cualquiera, ver un video con el que, en teoría, se puede invocar a Slender Man. Lo que no sabían es que estaban por adentrarse en su peor pesadilla. Y finalmente llega a nuestros cines Slender Man, film sobre el mito urbano nacido en internet hace ya casi una década, y que tuvo su tardía adaptación al cine. Y viendo el resultado final, se hubiera quedado en la red de redes. Slender Man es una película mala, hay que decirlo sin rodeos. Pero es de esos films tan malos, que deja bastante tela para cortar, y que sirve de ejemplo de lo que no hay que hacer en una producción que pretende ser seria. Uno de sus mayores problemas radica en el guion. No solo porque es una seguidilla de clichés y jumpscares que no asustan a nadie, sino que carece de cualquier tipo de construcción, sobre cualquier apartado. No tenemos mito de origen del villano, los personajes principales no tienen un back up emocional que nos haga conectar con ellos, y más de una secuencia, implica que alguna de estas cuatro chicas lea en voz alta algo en internet o un libro, y que de inmediato pase lo que acaba de decir; rozando un nivel de literalidad que trata al espectador como si fuera un nene de cinco años. Quizás uno de las pocas cosas rescatables que podemos ver en Slender Man, es que se intentó mostrar muy poco al propio Slender Man de forma directa. Casi siempre lo veremos entre sombras, o por apenas un segundo. No sabemos si esta decisión fue consiente del director al saber del bajo presupuesto con el que contaba, o si fue mera casualidad, pero el hecho de que no veamos a la criatura por demasiado tiempo y tan de frente, es algo que suma puntos ya que juega con el suspenso y la insinuación. Y ahí podríamos terminar con lo destacable de Slender Man (eso y que dura poco), porque ni siquiera podemos mencionar alguna actuación que merezca ser rescatada. Quizás la ya conocida en el género Joey King es quien puede salvarse del desastre. Slender Man es de esas películas que terminan dándole argumentos a favor a los detractores del cine de horror. Ya con esto estamos diciendo todo lo que podríamos decir sobre un film olvidable y que esperemos, nadie recuerde en el futuro cercano.
Lucky es el título de la última película de Harry Dean Stanton, ya que falleció poco antes de su estreno. En ella interpreta a un veterano de guerra nonagenario, que vive solo en un pequeño pueblo del estado de Arizona, en los Estados Unidos. Quien dirige es John Carroll Lynch, actor con una larga trayectoria en papeles de reparto, que se pone por primera vez detrás de las cámaras. La historia carece de un arco dramático, y es reemplazada por una serie de escenas protagonizadas por un omnipresente Harry Dean Stanton, que nos muestran su rutinaria vida. En ella aparecen varios de sus vecinos, entre los que se destaca David Lynch, como un hombre preocupado porque se le perdió la tortuga, personaje que parece extraído de alguna de sus películas, y Tom Skerrit como otro veterano de guerra al que se encuentra en la cafetería donde desayuna todas las mañanas mientras completa las palabras cruzadas. La austeridad de la puesta en escena es un fiel reflejo de la aridez del paisaje, excesivamente iluminado por Tim Suhrstedt, para transmitir a los espectadores el clima caluroso del mismo, con algunos planos que recuerdan al John Ford de Mas corazón que odio. Y a otra película a la que parece rendir también homenaje es a París Texas, con la que no comparte protagonista, sino que hasta parece una secuela, que cuenta como continuó la solitaria vida de Travis Henderson. En conclusión, Lucky es una obra que funciona únicamente como homenaje a este gran actor que fue Harry Dean Stanton, quien lleva todo el peso de la película en sus hombros. Pero su gran error es basar toda la puesta en escena en la idea que expresa el protagonista cuando dice que el universo era una endeble trama de eventos fortuitos cuyo destino es el vacío. Porque una cosa es que lo piense el personaje, y otra que la película se convierta en eso, porque genera aburrimiento en los espectadores.
Mia parece tener una vida por demás acomodada. Viviendo con su madre y padre en la finca La quietud, todo iba bien hasta que su padre sufre un ACV y es internado. Es por esto que su hermana, Eugenia, viaja desde Francia para estar con la familia. De a poco, secretos internos empiezan a salir a la luz, tumbando de a poco el frágil castillo de naipes que Mia tenía como vida. Hoy nos toca hablar de La quietud, el nuevo film de Pablo Trapero, que se aleja de su temática más recurrente, que en lugar de mostrar los barrios bajos de Buenos Aires y como es la vida en ellos, dando casi un vuelco de 180 grados y explorando la vida de una familia en apariencia acomodada, pero sostenida en una maraña de mentiras. A muchos la película quizás les haga recordar a La ciénaga, de Lucrecia Martel, en especial por el tema de la familia viviendo en un lugar alejado; pero poco y nada tiene que ver con el film dirigido por la realizadora argentina, ya que acá se nos plantean dos grandes temas de fondo. Por un lado, ambas hermanas, en apariencia perfectas, tienen una vida sexual bastante activa con hombres que no deberían tener esos encuentros, haciendo que el secreto que las dos llevan, sea cada vez más grande para esconderlo. Y la otra sub trama preferimos no explicarla demasiado, pero diremos que tienen que estar atentos a los primeros minutos de metraje, para que luego no les parezca algo sacado de la galera. Lo malo es que estos dos arcos argumentales parecen no congeniar demasiado; de hecho, es como si uno tuviera que terminar, para que el otro empiece a tratarse, cuando bien podrían haberlos hecho convivir de entrada, sin que resulte incómodo para el espectador. Las actuaciones por suerte sí están a la altura. El elenco masculino que en esta ocasión se limita a roles secundarios (y donde sorprende ver a Edgar Ramirez) cumple su función a la perfección, así como también Martina Gusmán y Graciela Borges, quien en más de una escena termina siendo el alivio cómico, pero que a la vez protagoniza los momentos más intensos cuando comparte mesa con sus hijas. Por desgracia tenemos que recalcar el trabajo de Berenice Bejo, pero como una de las cosas en contra. Y no por su performance, sino porque a la actriz radicada en Francia no se le entiende casi nada cuando habla en castellano. La quietud termina siendo una película irregular, pero que viéndola el espectador no se va a aburrir, ni a sentir que tiene minutos de más. Pero si uno la piensa con detenimiento y la digiere de a poco, va a empezar a encontrarle flaquezas en casi todos los apartados (ni hablemos del aleatorio uso del a música). De todas formas, la recomendamos bastante más que algunas cintas provenientes del norte.
Robert McCall ahora se dedica a trabajar como chofer en una aplicación telefónica, mientras decide ayudar de forma aleatoria a sus pasajeros. De a poco comienza a entablar una relación de amistad con uno de sus jóvenes vecinos, pero una desgracia lo hace volver a su antiguo trabajo cuando una ex compañera y amiga personal es asesinada. Luego de la apenas regular El Justiciero, pocos pensábamos que íbamos a tener una secuela, ya que a nivel criticas estábamos ante una película que no le voló la cabeza a nadie, además que en taquilla no fue un bombazo; todo sumado a que el propio Denzel Washington parecía que ya no estaba para estos trotes de héroe de acción de la tercera edad. Por suerte El justiciero 2 nos da una cachetada a todos. Parece que el realizador Antoine Fuqua aprendió de lo hecho en la anterior entrega, y eliminó algunas cosas que varios coincidieron como criticables. Una de ellas, y la que más molestaba, era su extensa duración, haciendo que estas dos horas se sientan mucho más cómodas, aunque así y todo a veces el film parece lagunear por momentos. La trama también es un poco más concisa, pero tenemos que recalcar en la palabra “poco”, ya que el conflicto principal tarda en hacerse presente, contando con un inicio que se siente largo sin necesidad, ya que conocemos al personaje de Rober McCall, sabemos de sus habilidades y su nula tolerancia a la injusticia. Demasiada introducción para ser una secuela. Sí tenemos que recalcar que Denzel Washington parece haberse tomado un tiempo para prepararse físicamente para El justiciero 2. Por suerte atrás quedan esas escenas de acción donde se lo notaba fuera de forma y viejo para estos trotes, y hoy el veterano Denzel vuelve a mostrar que, pese a su edad, aun puede dar buenos momentos de adrenalina. También a recalcar tenemos que mencionar la fotografía; sobre todo en su tramo final. No diremos que evento climático sucede en El justiciero 2, pero este influye en el clímax y la verdad que le da un tono y una ambientación muy superior a ese centro comercial de insumos de construcción que vimos en la primera entrega. El justiciero 2 termina siendo una entretenida película de acción, pero de esas que con el paso del as semanas quizás muchos no recuerden demasiados detalles luego de haberla visto. Entretiene, y solo eso. Queda en el espectador juzgar si esto es suficiente o no.
Un grupo de científicos se encuentra estudiando las profundidades marinas. Todo parecía ir bien hasta que pierden contacto con un reducido escuadrón que había bajado al fondo del océano. El misterioso ataque que sufren es provocado por un enorme megalodon que no solo sobrevivió al paso de los años, sino que también ahora sube a la superficie para causar el terror. Megalodon es la tercera película (si contamos la floja Pacific Rim 2) de monstruos gigantes en lo que va del año, y sin despeinarse demasiado, podríamos decir que es la mejorcita; ya que contrario a las anteriores cintas (completa el trio Rampage), en esta ocasión el director Jon Turteltaub, decidió no tomarse en serio en ningún momento, a la novela que está adaptando. Quien les escribe perdió tiempo de su vida leyendo la obra de Steve Alten, quien sí quiso darle un marco científico a su historia, y más de una vez se caía en lo ridículo al ver como se intenta justificar todo. Por suerte en Megalodon esto no pasa y hasta los propios personajes se comportan de forma casi natural a la hora de enterarse que deben extinguir un tiburón prehistórico. Y hablando de los personajes, no esperen encontrar nada nuevo bajo el panorama. Ahí tendremos a los científicos sospechosamente carilindos, la genia de la computación medio rara, el millonario malo maloso y los comic relief; hasta tendremos la aparición de una niña. Por suerte los actores tampoco se tomaron demasiado en serio sus roles, y esto junto con una química natural que se nota entre ellos, hacen más llevadera la película. De todas formas, no todo es perfecto. Asombra bastante observar lo feo que se ve el propio megalodon, siendo que solo tenían que hacer un tiburón pero más grande; y aun así queda bastante falso en pantalla, a pesar de que todo sucede bajo el agua, y por ende, podría camuflarse más el pobre trabajo de CGI. También tenemos que decir que las dos horas de metraje se sienten bastante largas, y siendo que se estaba contando una historia bastante ridícula de forma liviana, con media hora menos `podría haberse resuelto todo de la misma manera. Megalodon termina siendo de esas películas para ver y olvidar a los pocos días, pero que en el momento de estar en el cine nunca se siente aburrida o con ganas de que nos devuelvan el dinero de la entrada. Solo hay que verla como lo que es, consumo rápido y adiós; mientras cruzamos los dedos para que dejen de poblarnos los cines con monstruos gigantes.
Las secuelas del caso referido al terrorista Solomon Lane siguen vigentes, ya que se formó un grupo de seguidores llamado Los Apóstoles, que planea detonar múltiples bombas nucleares alrededor del mundo. El equipo de Ethan Hunt deberá arriesgar su vida nuevamente, para encontrar tres cargas de plutonio que sirven para fabricar dichas armas; pero como siempre, hay más de una agencia gubernamental infiltrada. Nadie hubiera esperado que a esta altura estemos hablando de la sexta entrega de la saga de Misión Imposible, pero así es. Aquella película de espías que adaptaba la mítica serie, con algunas mejores y peores entregas, terminó derivando en lo que es considerada por varios (donde este redactor se incluye), una de las franquicias de acción más regulares de la historia. El reencuentro Misión Imposible: Repercusión es bastante particular dentro de su propia saga, ya que es la primera donde vemos que uno de los villanos de las anteriores vuelve, así como el personaje femenino, que siempre era cambiado de una entrega a la otra. Y todo tiene un sentido, ya que cuando termina la película, sentimos una sensación de despedida con respecto a algunas cosas. Y es que viendo el tratamiento que recibieron algunos personajes, no nos queda otra cosa que pensar que estamos ante su última participación en la franquicia. De todas formas, dichas partidas, si se confirman, están bien tratadas y dan pie para que, si quieren seguir explotando a Ethan Hunt, todo tenga su lógica de cara al futuro. Pero seguro todos quieren que hablemos de las escenas de acción. Y si, Christopher McQuarrie vuelve a lucirse en dichas secuencias; y si bien en algunas (sobre todo en el tramo final) cae en algunas exageraciones, compensa con otros momentos de tensión pura, justificando el porque es que vuelve a repetir su labor en la silla de director. Tom haciendo de las suyas En cuanto a Tom Cruise poco queda decir de esta bestia. EL ES la franquicia en sí, y de nuevo hace sus tomas sin usar dobles. Pero, por sobre todo, lo mejor que nos ofrece Cruise, es cuando comparte escenas con el resto de su equipo, demostrando que los personajes no solo ya son conocidos por todo el mundo, sino que la química sigue intacta entrega tras entrega. Es una lástima que la performance de Henry Cavill sea tan floja y se lo nota varios escalones por debajo a nivel actoral frente a sus compañeros de casting. Misión Imposible: Repercusiónno logra superar a su predecesora, y en algunas cosas se queda por debajo (escenas de acción menos elaboradas, menor participación de Rebecca Ferguson), pero así y todo se las ingenia para estar por sobre la media de los films de acción hollywoodenses que invaden nuestras salas. Para aquellos que en estas vacaciones de invierno le escapan a los superhéroes o films infantiles, pero aun así quieren un buen pochoclo, no pueden dejar de verla en el cine.
Luego de “derrotar” a un enemigo, los Jóvenes Titanes se dan cuenta que en realidad nadie los reconoce como superhéroes; y sí, como unos payasitos que solo saben bailar y hacer el ridículo. Y el problema de esto, se debe a que carecen de una película, cosa que muchos otros héroes de renombre ya tienen. Ahora, estos jóvenes luchadores de la justicia, entran en una cruzada con un supervillano para poder derrotarlo y por fin, tener su propio film para ser reconocidos. Si, la premisa de Jóvenes Titanes en acción: la película puede resultar bastante ridícula, pero hay que entender dos factores para poder comprenderla. El primero es que estamos ante un film que proviene de una serie destinada a los más pequeños de la casa. Y lo segundo, es que, en su tontería, la película al hacer esto muestra lo autoconsciente que es y exprime esto último al máximo, tanto que termina haciendo que niños y adultos la disfruten. Las maquinas del tiempo Y si, aunque no lo crean, bastantes adultos van a salir igual o más felices luego de acompañar a sus hijos/sobrinos al cine, porque al estar frente a una cinta que reconoce sus limitaciones o lo absurda que puede llegar a ser, juega de forma constante con el universo en el que se mueve, es decir, los superhéroes. Veremos más de un gag en base a la personalidad de nuestros personajes favoritos de DC, e incluso algún homenaje o palo hacia el eterno rival, Marvel. Quizás los nenes no los entiendan porque algunos por ahí aún no saben que héroe pertenece a cada empresa, pero los más grandulones, seguro van a reírse en el cine. Pensando algun plan Esto no quita que los chicos no la pasen bien. El humor más simple y efectivo, aquel que ya viene de la serie televisiva, se hace presente. Así que lo dicho, ambos públicos la van a poder disfrutar. No podemos decirles nada sobre el trabajo vocal de los actores originales, ya que vimos Jóvenes Titanes en acción: la película en su versión doblada al castellano. Y si bien este redactor desconoce las voces originales, si puede decir que los dobladores hacen un buen trabajo, y a nadie le van a doler los oídos por alguna argentinización extrema como si vimos en otros films. Jóvenes Titanes en acción: la película termina siendo una de las propuestas más interesantes en estas vacaciones de invierno. Apta para casi todas las edades, cualquier fan de los superhéroes va a poder disfrutarla y compartir un buen momento con ese chico al que llevó (o uso como excusa para ir) al cine.
Pilar está llegando a los cuarenta y su vida dista mucho de ser feliz y pacífica. Su pareja es un vago mantenido con aires de artista, su hijastro le vive faltando el respeto, su mejor amiga no para de hablar de ella misma y su ex mientras vive mirando el celular, su hermana es obse de los gatos y en el trabajo no la respetan y para colmo una chica sin estudios se queda con su puesto. Todo cambia cuando hace un ritual, que la convierte en alguien distinta. Ahora Pilar no puede controlar los impulsos de decirle a la gente lo que piensa. Hoy nos toca hablar de Re loca, película que es un remake de un film chileno, que ya tuvo su versión española, y que la vimos hace unas semanas. Si, medio caótico, pero pasó así, y como ya nos conocen, hoy nos vamos a centrar solo en este film y no en los anteriores. Re loca toca de forma jocosa, la supuesta crisis de los cuarenta en la mujer. ¿Y de qué forma lo hace? Es un poco debatible, porque si bien plantea algunas cosas interesantes, como mostrar que la mujer para ser feliz no depende de nadie más que de sí misma, también vemos un comportamiento que roza lo adolescente y que creemos, ninguna persona adulta haría algunas cosas sin pensar en las consecuencias. 1, 2, ultraviolento Por suerte para la película, la tiene a Natalia Oreiro como protagonista. Y si bien por momentos parece que tiene una sobredosis de alguna bebida energizante, la charrúa se carga el film a sus espaldas y a base de carisma y talento hace querible una mujer que por momentos podría volverse odiable e insoportable. Muchos se preguntarán si estamos ante una película feminista o solo apta para mujeres, y la verdad es que no. No hace falta ser mujer para poder entender las reacciones de Pilar, o para sentir angustia frente algunas situaciones, menos aún para reírnos de otras. Aunque muchas de estas últimas pecan de ser bastante inverosímiles. Re Loca termina siendo una película correcta y ya, pese a que nunca tiene que ser tomada demasiado en serio. No por sus gags o por su actriz protagónica, sino por su contenido que se siente un poco desfasado para los tiempos que corren; aunque si podemos decir que es superior a su versión española.